viernes, 31 de agosto de 2018

UN PAÍS DE PROVINCIAS

Una prueba de lo parciales que son nuestros medios de comunicación y de cómo nos cuentan la historia a su antojo con el fin de manipular la opinión pública y controlar a la ciudadanía, la tenemos de forma menos trascendental que cuando se trata de cuestiones más fundamentales como el independentismo catalán, la praxis judicial o el comportamiento de nuestra monarquía, por poner sólo algunos ejemplos, en una noticia que se daba ayer en el telediario de la televisión pública. Al parecer la Gran Vía madrileña acogerá en apenas un mes el estreno mundial de un musical enteramente español basado en El médico de Noah Gordon, anticipándose a un posible salto a Broadway, previa conveniente adaptación. Una exclusiva por lo tanto de Madrid.

A los lectores de este blog, de El Correo de Andalucía y de otros medios locales, así como los miles de espectadores que asistieron a su estreno en FIBES el pasado mes de diciembre, no se les escapa que este musical es la última de las iniciativas del Liceo de Moguer, tras el éxito cosechado por su particular revisión de El fantasma de la ópera y el primer intento de un musical español al estilo West End y Broadway, la adaptación de Germinal de Emilio Zola. Tampoco que su puesta de largo tuvo lugar en la capital andaluza. El apoyo incondicional que el Ayuntamiento de esa localidad onubense viene prestando al Liceo posibilitó que se pudiera contar con ayuda de fuera de su ámbito tanto en cuestiones técnicas como artísticas, enriqueciendo la propuesta.

Pues bien, ninguno de estos aspectos fueron divulgados en la noticia ofrecida en TVE, para la que el estreno de El médico en Madrid supone su premier absoluta y nada se dijo de Moguer ni sus artífices. Vamos, que lo convirtieron en otro hito del que los madrileños llaman Broadway español, en este caso con el aliciente de tratarse de una producción enteramente española, música y libreto incluidos, buscando quizás repetir el éxito francés de Los miserables y Miss Saigon. Así es España, centralista aún en el siglo XXI. Nada pasa más allá de Madrid, y acaso la cada vez más inalcanzable Barcelona. Los demás sólo somos provincias, como en época de Franco.

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