miércoles, 10 de octubre de 2018

OLA DE CRÍMENES Ni gracia ni intriga

España 2018 98 min.
Dirección Gracia Querejeta Guión Luis Marías Fotografía Ángel Amorós y David Omedes Música Federico Jusid Intérpretes Maribel Verdú, Miguel Bernardeau, Juana Acosta, Paula Echevarría, Antonio Resines, Asier Rikarte, Raúl Arévalo, Javier Cámara, Luis Tosar, Raúl Peña, Nora Navas, Montse Pla Estreno 5 octubre 2018

Sam Raimi dirigió en 1985, después de Posesión infernal, una comedia macabra titulada Ola de crímenes... ola de risas (Crimewave), donde una serie de macabros asesinatos provocaban la risa hilarante del espectador, en un ambiente entre el cómic y el slapstick lleno de humor negro y gamberro. Algo parecido pero con hechuras de comedia burguesa madrileña (aunque se ambiente en Bilbao), prometía esta primera incursión abierta en el género de la hija del más importante y famoso productor que hemos tenido en este país. En su cuarta colaboración con Maribel Verdú, Gracia Querejeta se entrega definitivamente al cine más comercial con peaje en la televisión, tanto por el origen de su producción, Mediaset, como por sus formas directamente importadas de las inefables comedias domésticas del medio. Pero no sabe manejar las coordenadas del género más que en modo piloto automático, sin aportar ni mejorar nada. Confía su éxito al guión de Luis Marías, con ecos de Todo por la pasta, y al lujoso elenco que se ha prestado, imaginamos por sustanciosas nóminas, a dar vida a la galería de personajes imposibles que desfilan por la pantalla. Pero lo cierto es que ni hay ingenio en el guión ni buen oficio en sus histéricos y exacerbados intérpretes; y lo peor, no hay ola de crímenes hasta casi llegado el final y de forma tan abrupta como poco imaginativa y desde luego menos convincente. No funciona como comedia, sin pizca de gracia, ni como intriga, sin interés. Pero como todo no va a ser negativo, destacaremos los escenarios, desde una elegante y pulcra Ría de Bilbao al puente colgante que une Guecho y Portugalete, y los adolescentes Asier Rikarte, que interpreta al hijo de Maribel Verdú, y Miguel Bernardeau, hijo en la vida real de Ana Duato y que aquí es el enamorado con cara de embobao de la madre de su amigo. Ellos son lo más fresco de un reparto que no se cree lo que hace y que no ayuda a definir sus personajes, algo de lo que tampoco se ha preocupado su desganada directora.

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