domingo, 30 de marzo de 2014

4ª CRÓNICA FeMÁS/31 De lo alternativo a lo riguroso

31º Festival de Música Antigua de Sevilla

Artefactum: Artefactum in Black, alter ego. Salón de actos Cajasol, domingo 30 marzo 2014.
The Hilliard Ensemble: Medieval English Music, Perotin and the Ars Antiqua. Santa Iglesia Catedral, domingo 30 marzo 2014.

Para celebrar su veinte aniversario, Artefactum repuso su espectáculo Artefactum in Black, alter ego. Ocuparon así el lugar que habitualmente el festival dedica a espectáculos alternativos y que reserva a la Sala Chicarreros, donde el año pasado actuó Uri Caine y hace algunos años se celebraba un singular festival de jazz. Alegres melodías y danzas extraídas de las Cantigas, los Carmina Burana y otras fuentes y manuscritos sirvieron de base para su correspondiente transformación en blues, canción francesa, bossa nova y rock, con instrumentos eléctricos – sensacionales David González e Ignacio Gil en Gahetta - y espíritus como el de Janis Joplin, Felipe Campuzano y el rock alternativo, flamenco y sinfónico, que tanto triunfó en Sevilla en la década de los setenta flotando en un ambiente amable y distendido. Agua Santacruz, Emma Alonso y Michelle Nickerson pusieron la voz, mientras Alberto Barea se atrevió con un irrepetible Stand by Me en perfecto estilo soul acompañado con instrumentos antiguos. Pura demostración de amor incondicional a la música, sin complejos ni prejuicios.

Cualquier amante de la voz humana tuvo una cita ineludible con The Hilliard Ensemble en un marco incomparable, especialmente para la ocasión, como es el coro de la Catedral; con ellos el certamen llegó a su ecuador. Celebrando su cuarenta aniversario y anunciando retirada, el cuarteto demostró que experiencia y buen gusto son un valor añadido a una presencia que va más allá de lo puramente testimonial. Por mucho que algunos de ellos acusen deterioro en la voz, es indiscutible que poseen unos timbres sedosos y sobrecogedores, dominando las gradaciones armónicas y dinámicas de forma sorprendente. Todo ello aplicado a un exquisito programa que deambuló entre la polifonía litúrgica inglesa del Renacimiento, la monodia y la Escuela de Notre Dame, sobresaliendo el exquisito Quam pulcra est de John Pyamour, el sensacional Viderunt omnes de Pérotin, todo un tiovivo de colores y sensaciones, y el fascinante Beata viscera del mismo autor, que el contratenor David James entonó con un seductor efecto teatral. Puro y singular deleite para el recogimiento y la relajación.
 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 31 marzo 2014

6º CONCIERTO DE CÁMARA DE LA ROSS Diálogo de diamantes

XXIV Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Tatiana Postnikova, piano. Yuri Managadze, violín. Michael Leifer, viola. Dirk Vanhuyse, violonchelo. Programa: Cuarteto para piano nº 1 Op. 15 de Fauré; Cuarteto con piano nº 1 Op. 25 de Brahms. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, 30 marzo 2014

La supuesta tensión que la difícil situación burocrática está ejerciendo sobre los músicos de la ROSS apenas tiene reflejo en sus prestaciones, especialmente cuando actúan en formación reducida, haciendo valer su condición de solistas. Es lo que ocurrió en su sexto programa de cámara, con cuatro auténticos diamantes acertando en sus fluidos diálogos de la cuerda entre sí y con el piano, y ofreciendo versiones de un lujo absoluto de dos emblemáticas páginas de la música romántica.

El Cuarteto para piano nº 1 de Fauré, su primera obra de cámara importante, desborda pasión e ímpetu a través de un espléndido lirismo melódico. Sus bellísimos temas se encuentran entre los más memorables del autor, algo a lo que los músicos hicieron sobrada justicia. Tatiana Postnikova dio otra lección de flexibilidad, delicadeza y suntuosidad, acentuando la estremecedora expresividad del adagio con un uso muy inteligente e imaginativo del rubato. El primer movimiento sonó viril y expansivo, mientras al seductor scherzo no le faltó humor ni al crescendo final intensidad.

El primero de los tres cuartetos con piano de Brahms combina un melancólico romanticismo con una arquitectura musical eminentemente sinfónica, tal como apreció Schoenberg al adaptarlo a gran orquesta. De todo ello se hizo eco una excelente interpretación de un conjunto en el que brillaron sus cuatro integrantes, que supieron transmitir toda la complejidad y poesía de la obra. Yuri Managadze imprimió sensibilidad, Dirk Vanhuyse expresividad y Michael Leifer efusividad. Temperamentales en el tormentoso andante y exuberantes en la danza húngara final, los maestros acudieron a la cita tan consecuentemente elegantes como lo fueron sus recreaciones de las piezas ofrecidas.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

3ª CRÓNICA FeMÁS/31 Inmersos en la música medieval

31º Festival de Música Antigua de Sevilla

Christophe Deslignes: La Convivencia. Espacio Santa Clara, viernes 28 marzo 2014.
Eloqventia: Chominciamiento di gioia. Espacio Santa Clara, sábado 29 marzo 2014.
Tasto Solo: Je loe amours. Binchois y Dufay en el manuscrito Buxheimer (c.1460). Iglesia de San Andrés, sábado 29 marzo 2014

Una de las propuestas más arriesgadas y exigentes de este Femás fue la protagonizada por el inquieto especialista francés Christophe Deslignes al mando de su organetto medieval u órgano portátil, instrumento surgido en el siglo XII quizás como modelo experimental de los grandes órganos góticos entonces en expansión. Con una mano manipulando el fuelle y la otra el teclado, sus escasas posibilidades polifónicas auguraban una experiencia difícil, pero su generosa proyección acústica, las gradaciones dinámicas que permite el fuelle, su sonido penetrante y sobre todo la imaginación y la creatividad de su intérprete, hicieron que la propuesta se digiriese con placer, como un buen cirujano que apenas provoca sufrimiento en el paciente. Un repertorio integrado por obras dinámicas (estampidas italianas y aragonesas, cantigas y piezas contemporáneas hasta de Milladoiro) e intimistas (Guillaume de Machaut, tradicionales sefardíes o el Polorum Regina del Llibre Vermell, obra recurrente en esta edición del festival), combinadas con creaciones propias y presididas por la improvisación; todo ello desgranado por un artista agradecido que manifestó su admiración por el grupo sevillano Artefactum, que la noche anterior protagonizó una velada junto a la cantante y arpista Patrizia Bovi.

Alejandro Villar y David Mayoral, integrantes de Eloqventia, acudieron a dar la bienvenida a una primavera que se resiste ataviados con un nutrido grupo de instrumentos de viento (flautas, gaitas, cuernos), cuerda (zanfoña, salterio) y percusión (panderos, campanas, doumbek y tambores) para recrear antiguas danzas (estampidas, saltarelos y sefardíes), unas muy dinámicas y otras relajadas y sensuales. Aunque exhibieron virtuosismo y versatilidad, acusaron cierta monotonía y falta de auténtica creatividad, no obstante agradecer su didáctica lección sobre los instrumentos utilizados.

David Catalunya y Guillermo Pérez
Por su parte, Tasto Solo amplió la gama instrumental con precedentes de instrumentos modernos, como los clavisimbalos de plectros (clave) y martillos (piano), la fídula (viola) o de nuevo el organetto (órgano), del que Guillermo Pérez es también un consumado especialista. Mucho han evolucionado en estos últimos años estos jóvenes intérpretes que para la ocasión fijaron su atención fundamentalmente en Gilles Binchois, uno de los compositores más influyentes del siglo XV, gran melodista y todo un renovador de la estética musical, y en el Buxheimer Orgelbuch, una de las fuentes más importantes de la época para instrumentos de teclado. Acometido todo con un carácter inconfundiblemente cortesano, como correspondería a la vinculación del autor con la corte de Borgoña, destacó la dulce y delicada voz de Annie Dufresne; lástima que ese fuera el tono y la estética que imperó en el desarrollo de todo el programa, sin apenas cambios de matices ni color, por mucho que no podamos discutir el virtuosismo de cada uno de los integrantes del conjunto.

Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 29 de marzo de 2014

ENEMY Compañías relativas

Canadá-España 2013 90 min.
Dirección Denis Villeneuve Guión Javier Gullón, según la novela de José Saramago “El hombre duplicado” Fotografía Nicolas Bolduc Música Danny Bensi y Saunder Jurrians Intérpretes Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gordon, Isabella Rossellini, Joshua Peace, Tim Post, Kedar Brown Estreno en España 28 marzo 2014

El director de Incendies vuelve a contar con Jake Gyllenhaal como protagonista de su nueva película después de la estupenda Prisioneros. Aunque lo cierto es que el papel lo rechazaron antes Javier Bardem, que no se veía en el papel, y Christian Bale, por haber adquirido otros compromisos. Se trata de una novela de José Saramago sobre la identidad, su relatividad y la quebradiza condición humana, aunque lo cierto es que todo su análisis psicoanalítico queda bastante confuso tras una puesta en escena que presta mayor atención a elementos de tipo fantástico, onírico y ambiguo, que a los puramente psicoanalíticos. No se puede negar que apuesta por un carácter de thriller psicológico que logra entretener y genera cierta inquietud y, si se quiere, incluso desasosiego, a lo que no es ajena su impactante banda sonora de aires herrmanianos. Gyllenhaal ve su esfuerzo recompensado creando dos caracteres distintos y bien matizados; sin embargo su guión, obra de Javier Gullón (Invasor, Hierro, El rey de la montaña), ya que en la producción interviene Televisión Española, va ofreciendo información con cuentagotas pero deja muchos hilos sueltos y se revela poco claro en sus intenciones, lo que unido a una realización fría y austera hace que la experiencia naufrague, tal como hace unos años hiciera otra adaptación del Nobel portugués, A ciegas de Fernando Meirelles, basada en Ensayo sobre la ceguera. No obstante invita a reflexionar sobre la condición humana como individualidad, la exclusividad del ser humano y la posibilidad de que escojamos a la gente que nos rodea de manera a menudo arbitraria, sin reparar en la cantidad de dobles que hay fuera, de nosotros y de los demás.

viernes, 28 de marzo de 2014

7ª DE MAHLER POR HALFFTER Y LA ROSS: UNA NOCHE SIN MISTERIO NI IMAGINACIÓN

10º Concierto de abono de la XXIV temporada de conciertos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Pedro Halffter, director. Programa: Sinfonía nº 7 de Mahler.
Teatro de la Maestranza, Jueves 27 de marzo de 2014

En su particular repaso de las sinfonías no corales de Mahler, Halffter acometió esta vez la dificilísima tarea de llevar a buen puerto una de las páginas más incomprendidas del compositor, con resultados irregulares y discutibles. La orquesta, convenientemente reforzada para una de las obras más imponentes y apabullantes de un autor de por sí bastante excesivo en recursos e intenciones, sonó al nivel de excelencia y brillantez que nos tiene acostumbrados, a pesar de cierta destemplanza en la trompa tenor encargada de la introducción, por lo que es el trabajo del director el que nos interesa analizar.

Canto de la noche porque los dos movimientos que enmarcan el scherzo central acabaron denominándose Nachtmusik o Música nocturna, debido a su carácter misterioso y evocador. Fueron precisamente los que Halffter entendió mejor, por el ambiente bucólico, eminentemente romántico, en el que se engendró la pieza y que tan bien se le da. El estilo de lied del segundo movimiento y el de serenata del cuarto casaron bien con el temperamento elegante de Halffter. El problema surgió al acometer el tercero en esa misma línea, pues el vals viró más hacia el lado hedonista que al dislocado o grotesco que marca el viaje de la oscuridad a la luz que propone la obra.

Al allegro inicial le faltó mordacidad y contraste, profundizar en ese carácter cambiante e inestable que le hace deambular entre lo trágico y lo resplandeciente, por mucho que lograra salvar sus innumerables complejidades estructurales, armónicas y rítmicas. Con el mismo talante romántico afrontó el allegro final, un prodigio de expresividad y modernidad que en sus manos sólo resultó jubiloso y epatante, sin llegar a estremecer y sin apenas matizar esa atonalidad incipiente que le inspiró un entonces jovencísimo Schönberg. La empresa acabó de esa forma siendo disciplinada y deslumbrante, pero carente de imaginación, a pesar de que el esfuerzo fue considerable.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 29 de marzo de 2014

jueves, 27 de marzo de 2014

LA ENERGÍA CONTAGIOSA DE UNA ORQUESTA QUE ENAMORA. 2º concierto de temporada de la Sinfónica Conjunta

Orquesta Sinfónica Conjunta. Daniel Maldonado, clarinete. Juan García Rodríguez, director. Programa: The Chairman Dances, de John Adams; Concierto para clarinete de Aaron Copland; Suite de « Vértigo » de Bernard Herrmann; Un americano en París, de George Gershwin. Auditorio E.T.S. de Ingeniería, miércoles 26 de marzo de 2014

Hoy en Sevilla sólo la Orquesta Sinfónica Conjunta programa conciertos tan atrevidos, atractivos y creativos como éste. Un modelo de versatilidad y ductilidad para los jóvenes intérpretes en forma de cuatro piezas americanas según el ideario cultural de ese país donde todo es mastodóntico y espectacular; y todas ellas con un inconfundible sabor cinematográfico, aunque sólo directamente en el caso de Bernard Herrmann, por fin incluido en un programa aunque sea a través de su música para la pantalla.

Fiel a su compromiso con la música contemporánea, Gª Rodríguez tuvo el acierto de iniciar tan seductor viaje al vertiginoso ritmo de un tren, ilustrando el sensual baile del matrimonio Mao en el Gran Salón del Pueblo, tal como debía aparecer en la ópera Nixon en China de Adams. Un contraste entre la energía de la juventud y el reposo de la madurez que la orquesta salvó con potencia y lucidez, marcando cada plano sonoro y creando una inquietante atmósfera de irrealidad y fascinación. El ursaonense Daniel Maldonado se enfrentó al difícil concierto que Copland compuso para Benny Goodman, y aprobó con muy buena nota. Supo adaptarse de forma impecable al aire melancólico de su raveliano primer movimiento así como al jazzístico y desbordante final, brillando especialmente en las complejas cadencias.

Para ilustrar esa obra maestra del cine y la música para el medio que es Vértigo, se optó por la versión original y no la de concierto preparada por Herrmann, aunque los movimientos fueran los mismos. Se acertó en recrear la cuerda vibratada tan tradicional del estilo Hollywood, con tempi rápidos, texturas vigorosas y unos resultados a muy alto nivel. Y para terminar, toda la alegría y el optimismo de Un americano en París de Gershwin, con una sensacional sección de metales mimetizando el genuino sonido big band, sobre todo los saxos, y tal disposición en general del conjunto que parece llevaran el blues en el cuerpo de toda la vida, sin olvidar la habilidad de la cuerda para seducir y emocionar. La ciudad de la luz contemplada por un turista tan impresionado como nosotros disfrutando de esta extraordinaria formación académica que enamora.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 26 de marzo de 2014

2ª CRÓNICA FeMÁS/31 Extensiones de luz sin sombra

31º Festival de Música Antigua de Sevilla

Akademie für Alte Musik Berlin: Obras de Johann Sebastian Bach, Carl Philipp Emanuel Bach y Johann Christian Bach. Fundación Cajasol, lunes 24 marzo 2014
Capella de Ministrers y Coro Lluis Vich Vocalis: Llibre Vermell de Montserrat. Iglesia de San Andrés, martes 25 marzo 2014

La luz proyectada por Bach durante el fin de semana se extendió al lunes, mientras la del Mediterráneo que guiaba a lo peregrinos de Montserrat se filtró por San Andrés al día siguiente. La Academia de Música Antigua de Berlín podría haber enviado a sus becarios, pero optó por sus maestros para sentar cátedra. Una elocuente representación de obras del autor de los Conciertos de Brandemburgo y dos de sus hijos sirvieron para dejar claro el magisterio de este conjunto en la arquitectura y el color de estos insignes compositores. La primera de las cuatro suites u oberturas orquestales de Johann Sebastian, la que tiene un mayor acento francés, sigue un estilo galante que el conjunto expuso con enorme limpieza, relieve y solemnidad, dejando apreciar con claridad todos sus niveles estéticos.

Del Concierto para violín, no se sabe si una versión del célebre 1056 para clave o si fue éste más bien una adaptación del de violín, George Kallweit ofreció una lectura precisa y muy bien articulada, si bien algo áspera y justa en expresividad. Mejor el exquisito y seductor oboe de Xenia Löffler en el Concierto para oboe Wq165 de Carl Philipp Emanuel, cuyas ligeras texturas fueron expuestas con tanto entusiasmo como emotividad. De su Sinfonía nº 5 Wq182 el conjunto ofreció una interpretación seria, impulsiva y vibrante, con un discurso contrastado y un especial énfasis en los ataques del vivo final, al igual que en la Sinfonía nº 6 Op. 6 de su hermano Johann Christian, cuyo final dinámico y tempestuoso enlazó perfectamente con el último movimiento de la Sinfonía nº 3 de Haydn que dejaron como propina tras los dilatados aplausos del público.

El códice bermellón, único ejemplar del Scriptorium que sobrevivió al incendio del Monasterio de Montserrat provocado por las tropas napoleónicas, contenía cantos y danzas para amenizar la vigilia de los peregrinos de manera controlada. Tras su paso por MAUS apenas hace dos meses, Capella de Ministrers regresó con otro de sus más de treinta espectáculos, en un año tan significativo que habría sido un acierto programar su último trabajo, El Greco. Presididos no por la Moreneta sino por Santa Marta, combinaron cantos gregorianos (Morir, ffrates, nos convé) con los diez cantos sacros en latín, catalán y occitano del manual. Un elegante sentido de la teatralidad fue el marco en el que los músicos desplegaron sus excelentes cualidades en torno a la muerte como destino que afrontar sin miedo y con espiritualidad – seductor David Antich en las flautas e hipnótico Juan Manuel Rubio al salterio – arropando la voz cándida y amable de Pilar Esteban, hasta límites estremecedores en Mariam, Matrem Virginem, entonada y en estilo de Luis Vicente, y solemne del Coro Lluis Vich, todos bajo la atenta y entregada mirada de Carles Magraner.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 24 de marzo de 2014

BYZANTIUM Coqueteo con las vampiras

Reino Unido 2012 118 min.
Dirección Neil Jordan Guión Moira Buffini, según su propia obra Fotografía Sean Bobbitt Música Javier Navarrete Intérpretes Saoirse Ronan, Gemma Arterton, Caleb Landry Jones, Sam Riley, Tom Hollander, Jonny Lee Miller, Daniel Mays, Thure Lindhart
Estreno en España (no en Sevilla) 21 marzo 2014

Después de coquetear con las sirenas en Ondine, Neil Jordan vuelve al tema que tanto rédito le dio hace dos décadas en Entrevista con el vampiro, esta vez adaptando una obra de otra de estas escritoras tan fascinadas por los chupasangre como por el éxito económico que estas historias generan. Tratando a toda costa de reinventar mitos y desmentir otros, la función se limita en realidad a una historia tan disparatada como delirante, una puesta en escena presuntamente turbadora e inquietante y un tratamiento de los personajes y las situaciones en la línea a la nos están acostumbrando últimamente, con mucha languidez, tormento y melancolía de por medio. El otrora exitoso director de títulos como Mona Lisa o Juego de lágrimas se exhibe en toda su pretenciosidad pero sin encontrar en ningún momento el equilibrio ni el tono justo. Más mórbida que morbosa, ridícula por momentos, la película apenas se sostiene por un reparto solvente y atractivo, la recurrente fascinación que provocan estas historias y ambientes de vampiros y la inspirada e inquietante música de Javier Navarrete, que de sus colaboraciones con Agustí Villaronga saltó al panorama internacional de la mano de Guillermo del Toro y El laberinto del fauno.

1ª CRÓNICA FeMÁS/31 Aires frescos y barrocos para una edición gótica

31º Festival de Música Antigua de Sevilla
Christophe Rousset y Les Talens Lyriques: Piezas de clave en concierto y Orphée (Cantata para voz solista y sinfonía) de Rameau. Fundación Cajasol, sábado 22 marzo 2014
Manfredo Kraemer y Orquesta Barroca de Sevilla: Conciertos de Brandemburgo Nos. 5, 6 y 3 de Bach. Fundación Cajasol, domingo 23 marzo 2014
La Hispaniola: Norma ludendi Contrapunctus I, II, III, VIII, IX, XI y XIV de El arte de la fuga, y Canon per Augmentationem in Contrario de Bach; Sonatas I y IV de las 10 Sonatas en 4 partes, y Fantasías a 4 y 5 de Purcell. Espacio Santa Clara, domingo 23 marzo 2014

Christophe Rousset
Insistimos en la conveniencia de dotar de alma protocolaria y calidez los conciertos de apertura y cierre de certamen como éste, para que no se conviertan en otras citas más; claro que sabida es la escasa tradición para la elocuencia de nuestro pueblo. En este marco el primer fin de semana de la trigésimo primera edición de un FeMÁS centrado en el gótico fue paradójica y eminentemente barroco. El ya mítico Christophe Rousset al frente de una mínima representación de sus Talens Lyriques se constituyó en embajador de lujo de la efemérides del fallecimiento de Jean-Philippe Rameau, de cuya conocida vertiente lírica se hizo eco la cantata Orfeo, con la versátil y ecléctica soprano Valérie Gabali conduciendo esta tragedia mitológica con voz rotunda, segura y generosa, timbre agradable y grueso más cercano al de mezzo, habilidad para frasear y ornamentar, y un temperamento teatral excesivo. Rousset optó por ofrecer las cinco piezas para clave en concierto de Rameau, de las que ya pudimos escuchar algunas en versión para dos claves el año pasado por Pierre Hantaï y Skip Kempe, en combinación de violín y viola de gamba; también se puede hacer con flauta y viola o las más recurrentes en sexteto de las que el conjunto tiene registrada una estupenda versión. Aunque la esencia de la colección sea el clave, del que el músico galo hizo una extraordinaria exhibición de agilidad, lirismo y articulación, el peso en esta ocasión recayó fundamentalmente en el violín de Gilone Gaubert-Jacques, que decepcionó en un primer concierto en el que no encontró el tono ni el equilibrio y abundó en toques secos y cortantes, pero remontó a partir del hermosísimo segundo, con mayor equilibrio y dosis de lirismo, para desembocar en un impecable quinto, especialmente un brillante Forqueray. La viola da gamba de Lucille Boulanger apenas traspasó un nivel discreto, casi ausente, durante toda la velada.

Manfred Kraemer
Una vez más nuestra Barroca nos encandiló y hasta estremeció con sus formidables versiones de tres de los famosos Conciertos de Brandemburgo de Bach; toda una lección de energía, compañerismo, entusiasmo y brillantez que dio al término interpretación el doble sentido que en inglés tiene para juego. Algunos nuevos rostros insuflando aire fresco sin menoscabar la calidad de un conjunto otra vez reducido pero en el que no se echaron en falta robustez, cuerpo ni color, sobresaliendo las sobrecogedoras cadencias de Alfonso Sebastián al clave, el diabólico dúo entre Manfredo Kraemer y Andoni Mercero, los refuerzos de Johanna Rose y Rami Alqhai en las violas da gamba, el efecto dominó en violas y violines o los sugerentes reforzandi y diminuendi de todo un conjunto bendecido por una gracia divina.

Vie Sul Mare, antecedente de La Hispaniola
El frenesí continuó por la noche con el conjunto La Hispaniola, integrado por miembros de la propia Barroca, que con su esmerada y virtuosa interpretación de ocho piezas de El arte de la fuga dejaron claro que quienes aún sostienen que se trata de una página austera y difícil para el oído se equivocan. Los cinco intérpretes, con la ayuda espontánea de una ilustrada joven del público sosteniendo en la viola da gamba la nota sobre la que se asienta una de las fantasías de Purcell, desgranaron un programa riguroso y exigente que convirtieron en colmado de belleza, melancolía y espiritualidad. Obras del joven inglés, incluidas dos de sus sonatas en cuatro partes, combinadas con un crepuscular Bach, unidos por la escritura contrapuntística de forma tan didáctica que incluso las ofrecieron en combinaciones a cuatro, cinco o única voz del clave para ilustrar varias de sus múltiples posibilidades tímbricas, finalizando antes de la propina, un canon minimalista del alemán, con el contrapunctus XIV, interruptus per mortem.

Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 24 de marzo de 2014

sábado, 22 de marzo de 2014

NON-STOP (SIN ESCALAS) Aeropuerto 2014

Título original: Non-Stop
USA 2014 106 min.
Dirección Jaume Collet-Serra Guión John W. Richardson y Chris Roach IV Fotografía Flavio Labiano Música John Ottman Intérpretes Liam Neeson, Julianne Moore, Scoot McNairy, Michelle Dockery, Nate Parker, Anson Mount, Linus Roache, Lupita Nyong’o, Bar Paly, Frank Deal, Edoardo Costa, Corey Hawkins, Corey Stoll, Omar Metwally Estreno en España 21 marzo 2014

Jaume Collet-Serra se asienta definitivamente en Hollywood, tras películas como La casa de cera y La huérfana, con ésta su segunda colaboración con Liam Neeson, tras Sin identidad, colocando de paso un film suyo en el nº 1 del hit parade americano por segunda vez consecutiva. Lo celebramos porque a pesar del argumento tan disparatado del que parte este film de intriga y suspense a bordo de un vuelo transatlántico, el pulso firme y el buen ritmo que el joven catalán sabe imprimir a la cinta hacen que resulte un título tan entretenido como satisfactorio en el hábil juego del gato y el ratón que propone. Signo de los tiempos, el suicido, el accidente, el robo o el ataque con misiles que tan inocentemente sirvieron de objetivo en la serie Aeropuerto de los años setenta, se sustituye ahora por la amenaza terrorista y el desencanto generalizado que ensombrece el panorama internacional desde los ataques del 11-S y con ello el arranque del nuevo milenio. Porque en todo lo demás repite los esquemas de aquellas divertidas películas que inauguraron el género catastrofista, incluyendo en su reparto estrellas que en su día hicieron papeles de enjundia y hoy se conforman con puro entretenimiento, como el propio Neeson, Julianne Moore o en menor medida Linus Roache. No hay que pedirle mucho, sólo dejarse llevar por la descarga de adrenalina que propone.

EL GRAN HOTEL BUDAPEST Delirio juliovernero y carnavalesco

Título original: The Grand Budapest Hotel
USA 2014 100 min.
Dirección Wes Anderson Guión Wes Anderson y Hugo Guinness, inspirado en los trabajos de Stefan Zweig Fotografía Robert D. Yeoman Música Alexandre Desplat Intérpretes Ralph Fiennes, Tony Revolori, F. Murray Abraham, Mathieu Amalric, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Harvey Keitel, Jude Law, Bill Murray, Edward Norton, Saoirse Ronan, Jason Schwartzman, Léa Seydoux, Tilda Swinton, Tom Wilkinson, Owen Wilson Estreno en España 21 marzo 2014

Poseedor de un indiscutible sello personal, Wes Anderson es un director de limitada proyección comercial pero que cuenta con una nutrida legión de incondicionales. Su particular puesta en escena, recargada, colorista y naif, le ha servido para ilustrar de una manera harto particular historias familiares (Los Tenenbaums), aventuras marinas (Life Aquatic), viajes exóticos (Viaje a Darjeeling), fábulas de animación (Fantástico Sr. Fox) y experiencias de la infancia (Moonrise Kingdom), con resultados muy aplaudidos por unos y sencillamente irritantes para otros. Nos encontramos más en el segundo que en el primer equipo, por mucho que no podamos sustraernos a la consideración general de que su estilo visual es impactante y en muchos casos altamente atractivo. Con una fijación especial en los universos de Julio Verne, lo que se evidenciaba especialmente en Life Aquatic, y Georges Mélies, en esta ocasión su referente se nos antoja aquella Vuelta al mundo en ochenta días plagada de estrellas de Hollywood en papeles episódicos y con un trío protagonista encarnado en un elegante caballero, su mayordomo y una exótica compañera de viaje, sosías del donjuanesco conserje al que da vida Ralph Fiennes, el joven botones (Tony Revolori, tierna revelación de la película) que le ayuda en sus aventuras relacionadas con un valioso cuadro renacentista, y la joven pastelera (Saoirse Ronan) cómplice fundamentalmente por su relación sentimental con el segundo. Con un decadente hotel como telón de fondo inspirado en el famoso balneario Gellert de Budapest, Anderson sitúa su objetivo en las obras de Stefan Zweig, que se dedicó a ejercer la más enérgica protesta ante el advenimiento del nazismo en la Europa de entreguerras. Pero apenas hay atisbo de reflexión sobre el totalitarismo, en sus vertientes fascistas y comunistas, en esta película de atractivos meramente epidérmicos que se queda en mera postal, entretenida narrativamente y hermosa estéticamente, pero decididamente naif y pastiche, con la que sus intérpretes parecen haberse divertido lo suyo en este delirante baile de disfraces. En Berlín le concedieron el Gran Premio del Jurado.

viernes, 21 de marzo de 2014

REPOSICIÓN DE LA DEL MANOJO DE ROSAS EN EL MAESTRANZA: PLOMO CASTIZO

La del manojo de rosas. Sainete lírico de Pablo Sorozábal con libreto de Anselmo Cuadrado Carreño y Francisco Ramos de Castro. Miguel Ángel Gómez Martínez, director musical. Emilio Sagi, director de escena. Íñigo Sampil, director del coro. Gerardo Trotti, escenografía. Alfonso Barajas, vestuario. Eduardo Bravo, iluminación. Goyo Montero, coreografía. Con Carmen Romeu, José Julián Frontal, Ricardo Bernal, Luis Varela, Ruth Iniesta, Carlos Crooke, Ricardo Muñiz, Pilar de la Torrente. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza. Producción del Teatro de la Zarzuela. Teatro de la Maestranza, jueves 20 de marzo de 2014


Algo en esta coreografía recuerda a
Wouldn't It Be Loverly? de My Fair Lady
No cabe duda de que este tipo de espectáculos gusta; en su germen se adivinan los éxitos de series televisivas  a nuestro entender abominables como Aquí no hay quien viva o La que se avecina, con todo lo que de triunfo y aceptación popular eso significa, aunque el humor sea más blando y desde luego más inocente y definitivamente anticuado. No podemos sustraernos por lo tanto a nuestros gustos personales, y con la libertad que me brinda escribir para el blog y no para el medio de prensa en el que colaboro, manifiesto mi decepción con un espectáculo a mi juicio pobretón y tedioso. Eso sí, la puesta en escena es preciosa y muy detallista, recreando una típica calle del Madrid castizo de los años 30, con grandes balconadas a través de las cuales se pueden ver los interiores y la vida en ellos. Numerosas bicicletas cruzando el escenario, una camioneta de la época o un elegante café Honolulu forman parte del esmerado utillaje. Una escenografía de Gerardo Trotti que ya pudimos ver en este mismo teatro hace casi veinte años, cuyas siete representaciones de entonces, alternando nuestra orquesta con la de Córdoba, en contraste con las únicas tres de ahora, dan buena muestra de lo mucho que se ha devaluado la actividad cultural en nuestra ciudad. Esta reposición viene precedida de la que se ha ofrecido en el madrileño Teatro de la Zarzuela desde finales del año pasado a principios de éste, exactamente con el mismo elenco técnico y artístico, salvo en el caso de la iluminación, que de nuevo corrió a cargo del encargado de esos menesteres en el Maestranza, Eduardo Bravo, y que una vez más demostró saber realizar un trabajo como mínimo competente. Lástima que no haya cuajado la experiencia del año pasado, independizándose del Teatro de la Zarzuela con una esmerada producción propia de Entre Triana y Sevilla, también de Sorozábal, y con la oportunidad brindada a nuestra admirada Joven Orquesta Universitaria, que aunque demostró sobradamente su solvencia, no se le ha propuesto en esta ocasión.


Varela, Iniesta y Crooke
Pero aparte de esa preciosista escenografía, extensible al vestuario de Alfonso Barajas, el montaje pareció más el propio de una compañía ambulante de cómicos que el de una solvente y seria compañía estable. Su rancia narrativa, aunque tejida en plena República parece más bien la sinopsis de una película de Rocío Dúrcal, sin duda inspirada por esa larga tradición católica apostólica y su rancia moral sobre dignificación de la pobreza y división de clases. Aligerada de chistes y diálogos que han perdido toda su vigencia, aún abunda en gracias y reacciones que no tienen ningún sentido en pleno siglo XXI, lo que apoyado en sobreactuaciones, aspavientos, coreografías de programa televisivo de variedades, y chulerías varias, no hace sino empeorarlo todo. Vale que el ejercicio de la nostalgia puede ser muy saludable, pero servido de otra manera más emotiva y estimulante. Así las cosas sólo nos quedarían sus virtudes musicales, que tampoco las tiene. Porque la partitura del maestro vasco no es precisamente un colmado de creatividad; apenas sobresalen la conocida melodía de introducción (Dicen las gentes del barrio), la romaza de Ascensión (No corte más que una rosa), la de Joaquín (Madrileña bonita) o la habanera de ambos (Qué tiempos aquellos). Todo lo demás, como la farruca cómica del histriónico dúo compuesto por Clarita y Capó, el pasodoble Hace tiempo que vengo al taller o el intento de foxtrot Si tú sales a Rosales, apenas merecen atención. Si encima no acompañan ni las voces ni la orquesta, la decepción resulta mayor.
 
Carmen Romeu posee una voz gruesa y maleable, entona con gusto y modula con facilidad, pero no le imprime suficiente emoción y no aprovecha sus oportunidades de lucimiento, algo aún más flagrante en el caso de José Julián Frontal, más soso que nunca y con más de un problema de proyección; como soso nos pareció también el tradicionalmente vitoreado Luis Varela y sus interminables y latosas palabras inventadas. Ricardo Bernal parece esforzarse pero sus resultados apenas rozan la corrección, sin ningún entusiasmo. Miguel Ángel Gómez, que tuvo oportunidad de conocer a Sorozábal en Berlín en 1974, no logró extraer de la Sinfónica sus habituales prestaciones, sonando más flácida y desmotivada que nunca, sin atisbo de emoción ni vuelo lírico, salvo en muy contadas ocasiones. Somos conscientes de lo antipática que resultará esta reseña en muchos círculos, sólo pedimos que se respete y se considere como lo que es, la opinión de quien intentando profundizar en la materia, dedicándole tiempo y atención, sólo logró aburrirse con esta reposición. Una lástima, porque Emilio Sagi la concibió como homenaje a su tío Luis Sagi, que la estrenó dando vida a Joaquín en noviembre de 1934, y que ha fallecido recientemente.

domingo, 16 de marzo de 2014

OCHO APELLIDOS VASCOS Bienvenidos a las Vascongadas

España 2014 98 min.
Dirección Emilio Martínez-Lázaro Guión Borja Cobeaga y Diego San José Fotografía Kalo Berridi Música Fernando Velázquez Intérpretes Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde, Carmen Machi, Alberto López, Alfonso Sánchez, Lander Otaola
Estreno 14 marzo 2014

Con películas como ésta el cine español puede subir considerablemente su cuota de pantalla y sus resultados anuales en taquilla. Martínez-Lázaro, a quien habíamos perdido el rastro desde el fracaso de La montaña rusa, se mueve mejor en la comedia (Amo tu cama rica, Los peores años de nuestra vida, El otro lado de la cama y su secuela) que en el drama (La voz de su amo, Las trece rosas), y vuelve a demostrarlo con esta simpática y delirante comedia cuyo artífice es el director vasco Borja Cobeaga (Pagafantas, No controles). Una versión hispánica y sui generis del Bienvenidos al norte que tanto éxito cosechó hace unos años proveniente de la cultura gala, y que para la ocasión incluye con tanto tino como para no resultar violento ni molesto el delicado factor del independentismo vasco en su vertiente extremista. La historia de este sevillano de pura cepa que se enamora de una vasca del entorno duro y no duda en hacer lo que haga falta, incluso hacerse pasar por líder de la kale borroka, parte del tópico y la postal folclórica ya desde sus cimientos, pero lo hace con tanta gracia y desparpajo que funciona satisfactoriamente, casi como un mecanismo de relojería, con los ingredientes suficientes para mantener al espectador interesado, entretenido y risueño. El mérito es de todos y todas, desde el realizador que consigue mantener el ritmo y el pulso, al guión, que aprovecha de nuevo el tirón de las bodas y crea un universo sano a partir de otro que decididamente no lo es, y las interpretaciones, destacando la revelación del hasta ahora televisivo Dani Rovira, tan carismático y divertido como para llevar sobre sus espaldas gran parte del triunfo de esta divertida comedia.

LA BELLA Y LA BESTIA La belleza está en el exterior

Título original: La belle et la bête
Francia-Alemania 2014 114 min.
Dirección Christophe Gans Guión Christophe Gans y Sandra Vo-Anh, según la obra de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve Fotografía Christophe Beaucarne Música Pierre Adenot Intérpretes Léa Seydoux, Vincent Cassel, André Dussollier, Eduardo Noriega, Myriam Charleins, Audrey Lamy, Sara Giraudeu, Jonathan Demurger, Nicolas Gob, Louka Meliava, Ivonne Catterfeld Estreno en España 14 marzo 2014

Existen dos razones de peso para hacer una nueva versión del célebre cuento infantil La bella y la bestia. Por un lado servirse por una vez de la versión de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, que arroja mayor luz sobre los orígenes de la bestia y su infortunio con el amor, en lugar de la de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, que es la más difundida y que dio lugar a las famosas adaptaciones de Jean Cocteau y Walt Disney. La otra razón son las posibilidades artísticas que ofrecen hoy los avances tecnológicos. Christophe Gans, curtido en el cine fantástico y de acción gracias a películas como Crying Freeman, Silent Hill y El pacto de los lobos, fracasa sin embargo en su intento de hacer la versión definitiva de este cuento de origen incierto. La producción, de evidente empaque, queda como un espectáculo inflado de efectos digitales que no aporta nada narrativamente como tampoco lo hace emocionalmente, antojándose una versión flácida y sosa sobre esta historia de amor que todo lo puede y transforma. Una puesta en escena apabullante, obra de Thierry Flamand, artífice de la dirección artística de películas como Los ríos de color púrpura, para unos personajes sin apenas entidad ni profundidad, arropados por una fotografía luminosa y colorista y una banda sonora considerablemente inspirada. Pero si la versión clásica de Cocteau mantenía su entidad propia como cinta europea, en estos tiempos de globalización Gans se decanta más por zambullirse en el universo timburtiano y hacer que su cinta sea reflejo de producciones americanas como Alicia en el país de las maravillas u Oz, un mundo fantástico. Falta emoción y falta convicción; una pena teniendo en cuenta el considerable esfuerzo de producción y el carisma que desprenden sus protagonistas, una Léa Seydoux que no alcanza el poder de seducción de otros trabajos suyos, como La vida de Adèle, y un Vincent Cassel, ex éste sí de la bella (Bellucchi).

sábado, 15 de marzo de 2014

A CUALQUIER PRECIO Una tragedia americana

Título original: At Any Price
USA 2012 105 min.
Dirección Ramin Bahrani Guión Hallie Elizabeth Newton y Ramin Bahrani Fotografía Michael Simmonds Música Dickon Hinchliffe Intérpretes Dennis Quaid, Zac Efron, Kim Dickens, Heather Graham, Clancy Brown, Chelcie Ross, Maika Monroe, Ben Marten Estreno en España 7 febrero 2014

El director norteamericano de origen iraní Ramin Bahrani ha paseado sus films (Un café en cualquier esquina, Chop Shop y Goodbye Solo) por diversos festivales, generando cierta admiración. Ésta su última película hasta el momento estuvo en la sección oficial del Festival de Venecia de 2012. Bajo la apariencia de un film corriente sobre una familia de empresarios agrícolas en Iowa, con varios tópicos sobre la cultura americana como ingredientes de un aparatoso drama familiar, se esconde una cinta muy crítica con el país y su bandera de las barras y estrellas. De hecho hay una secuencia muy significativa en la que el público asistente a una carrera de coches canta con enorme orgullo en su expresión el himno norteamericano, muchos de ellos escondiendo temperamentos miserables y secretos inconfesables. Bahrani analiza con mucho cuidado y gran presteza los cimientos de una nación orgullosa que se alza especialmente sobre un solo ídolo: el triunfo. Dice que preparando el film le llamó la atención cómo en la comunidad agrícola del Estado se repetía incesantemente frases como “Progresa o muere” o “Si no lo consigues, estás fuera”. La cultura y la educación basada en unos principios tan poco morales como avasalladores genera frustración y rabia, y ésta a su vez puede provocar consecuencias impredecibles. No hay redención para sus miserables pobladores, sean padres de familia ambiciosos y sin escrúpulos, hijos envidiosos y frustrados o madres tolerantes hasta la náusea y manipuladoras hasta la conveniencia, siempre con el espíritu conservador: es mi familia y que nadie la toque. Para poner en escena tan delicado material se necesita una realización firme, una estructura intencionada y buenas interpretaciones, a pesar de lo cual Bahrani va camino de correr la misma suerte que James Gray, muchos reconocimientos críticos pero poca valoración en taquilla. Una lástima, porque el joven Zac Efron está eligiendo sus trabajos con mucho tacto artístico y, como el resultado comercial siga por el mismo camino, va a terminar como Matthew McConaughey, haciendo bodrios taquilleros hasta que aparezca el papel de su vida.

PHILIP GLASS POR ZAHIR ENSEMBLE: MINIMALISMO PURO CON FONDO DE AGUAS FECALES

2º concierto del V Festival de Música Contemporánea. Zahir Ensemble: Alfonso Rubio y Luis Orden, flautas. Antonio Bocanegra y Alfonso Padilla, saxos. Julio Moguer y Curro Soriano, teclados. Eduardo Rodríguez, bajo eléctrico. Juan García Rodríguez, dirección. Anna Malek, directora asistente. Pedro Alejandro Agudelo, videocreación. Programa: Two Pages, Music in Fifths, Music in Contrary Motion y Music in Similar Motion, de Philip Glass. Auditorio CICUS, viernes 14 marzo 2014

Philip Glass
Zahir Ensemble lleva cinco años organizando su particular festival de música contemporánea, un refugio dentro del grisáceo panorama que al respecto ofrece la vida cultural de la ciudad. El conjunto, dirigido por Juan García Rodríguez, que tanto está haciendo por la vida musical en Sevilla, empezando por su extraordinaria labor frente a la Orquesta Sinfónica Conjunta, se revela como bastión de la música de éste y el siglo pasado en una ciudad que gracias a ellos completa una oferta musical que se enorgullece de contar con conjuntos de calidad en los campos sinfónico, de cámara, barroco y antiguo.

Compositor polémico, tan querido por unos y despreciado por otros, cuya música deambula entre lo duro y exclusivo y más a menudo la complacencia comercial, Philip Glass es sin discusión un icono de la música contemporánea. Saludado junto a Steve Reich como padre del minimalismo, decidió pronto dulcificar su trabajo, abandonando parcialmente esta genuina corriente para zambullirse en trabajos con un mayor calado melódico y acabados sinfónico y corales más convencionales, aunque sin dejar nunca su particular estilo, convertido en obsesión y autoplagio, basado fundamentalmente en la repetición y la insistencia. Dejaría de aceptar a partir de Music in Twelve Parts que se hablase de minimalismo en su música. Las cuatro obras seleccionadas por Zahir Ensemble las compuso inmediatamente antes de aquella obra magna, todas en 1969, dedicando una de ellas, Music in Fifths, a su maestra Nadia Boulanger. Cuatro piezas que suponen un estudio complejo y pormenorizado en armonía y contrapunto, en el sentido más clásico y conservador de la materia, aunque teñido por supuesto de ese estilo repetitivo, casi asfixiante, propio del género, que en buenas manos persigue generar cierto grado de ansiedad en el oyente.

Los miembros de Zahir Ensemble conocen bien la materia y, salvo alguna imprecisión que de no haberse salvado con maestría hubiera podido fastidiar la estética conjunta de las piezas, lograron esa persistencia cargada de entrega y disciplina, con una combinación de instrumentos bastante convencional y así mismo conservadora, y las repeticiones justas para que cada interpretación no resultase excesivamente fatigosa. El sonido percutivo insistente de los teclados y el bajo, contrapunto del seco y cortante sonido de flautas y saxos contralto y tenor, lograron ese efecto hipnótico consustancial a la música de este primer Philip Glass lejos aún de su ciclo sinfónico o sus celebradas bandas sonoras. Lástima que los videos del joven colombiano Pedro Alejandro Agudelo creados para la ocasión, no ilustraran las obras como merecen, ofreciendo no más que un fondo de nauseabundas aguas fecales que para nada inspiran lo que la música por sí sola desprende, aunque lograran mantener el ritmo frenético sin perder el compás.

UNA VIDA EN TRES DÍAS Una novela rosa pastel

Título original: Labor Day
USA 2013 111 min.
Guión y dirección Jason Reitman, según la novela “Como caído del cielo” de Joyce Maynard Fotografía Eric Steelberg Música Rolfe Kent Intérpretes Kate Winslet, Josh Brolin, Gattlin Griffith, Tobey Maguire, Tom Lipinski, Clark Gregg, Brighid Fleming, Maika Monroe, Alexie Gilmore, Lukas Hedges, James Van Der Beek, J.K. Simmons Estreno en España 14 marzo 2014

Tanto el título original, que hace mención al Día del Trabajo, como el castellano o el del libro en el que se basa, Como caído del cielo, casan bien con el argumento y las intenciones de la nueva película de Jason Reitman, que hasta ahora había coqueteado con la comedia en títulos de éxito como Juno o Up in the Air y ahora se atreve con el melodrama romántico con tintes de intriga. Día del Trabajo por la habilidad con la que el protagonista se gana la confianza y el afecto de la familia a la que secuestra, con el propósito de conseguir de ellos su colaboración, lo que de haber centrado el análisis del film podría haber dado lugar a una interesante reflexión sobre el papel del moderno empresario. Una vida en tres días porque efectivamente son tantas cosas y tantas emociones las que se suceden en tan sólo esos tres días de puente laboral que pareciera necesitar una vida para dar sus frutos. Y el título del libro porque el señor en cuestión llueve prácticamente del cielo para resolver los problemas existenciales de una madre y su hijo adolescente. Para que se entienda, es como si se hubiera llevado a la pantalla una de esas novelas románticas con portada de hombre musculoso y viril rodeando con sus brazos a la heroína de turno, algo a lo que el cartel de la película, en su doble alternativa, no es ajeno. Pero se trata de una película muy descuidada en sus detalles, lo que hace que muchas de sus propuestas resulten inverosímiles. Una mujer con trastornos emocionales y un hombre con una herida sangrante, y ambos curan nada más conocerse. Un hijo con carencias paternofiliales que aprende de su secuestrador todo lo que hay que saber para ser un machote americano. Y un sinfín de meteduras de pata difíciles de digerir para que el inevitable final políticamente correcto y complaciente emerja sin problema. Y con todo se deja ver, por el encanto y belleza de sus protagonistas, la hermosura de los paisajes de New Hampshire, su nostálgica aunque innecesaria ambientación en los ochenta, el logrado tono de intriga conseguido en gran parte del film, o una banda sonora en la que incluso se dan cita las guitarras de Pepe Romero y Andrés Segovia y las composiciones de Celedonio Romero, Fernando Sor y Moreno Torroba.

jueves, 13 de marzo de 2014

300: EL ORIGEN DE UN IMPERIO Fantasía de palestra

Título original: 300: Rise of an Empire
USA 2014 102 min.
Dirección Noam Murro Guión Kurt Johnstad y Zack Snyder, según la novela gráfica “Xerxes” de Frank Miller Fotografía Simon Duggan Música Junkie XL Intérpretes Sullivan Stapleton, Eva Green, Lena Headey, Rodrigo Santoro, Andrew Pleavin, David Wenham, Hans Matheson, Callan Mulvey, Jack O’Connell Estreno en España 7 marzo 2014

Zack Snyder rescata el universo barroco y violento de 300 en esta película que narra acontecimientos paralelos a aquella Batalla de las Termópilas que centraba el argumento de la anterior entrega, en la que el espartano Leónidas luchaba contra la tiranía persa personificada en Jerjes. Snyder se reserva labores de guión y producción aunque ello no merma el resultado formal y narrativo de esta nueva aventura, lo que hace pensar que su director, Noam Murro, se limita a emular el estilo visual inaugurado con aquella extrema experiencia poniendo el piloto automático. Por otra parte resulta sorprendente la elección de este director de origen israelí, por cuanto en su haber sólo cuenta con una comedia romántica de escaso éxito, que ni siquiera se llegó a estrenar entre nosotros. Se trata de Gente inteligente, de 2008 protagonizada por Dennis Quaid, Sarah Jessica Parker, Ellen Page y Thomas Haden Church. El protagonista ahora es también australiano, como Gerard Butler, pero tiene menos carisma; lo hemos visto en Animal Kingdom y en la serie de televisión Contraataque. 300: El origen de un imperio se basa igualmente en una novela gráfica del creador de Sin City y The Spirit, y narra la cruenta confrontación entre Temístocles y la comandante de las fuerzas persas, Artemisia, en el Mar Egeo. Por el camino se falsean datos y acontecimientos y, sobre todo, se distorsionan personajes, como el de la propia villana, interpretada por una Eva Green que se erige en lo mejor de la función; pero al menos queda la esencia de la Historia, lo que teniendo en cuenta el público adolescente y palomitero al que va dirigida, ya es algo. Por lo demás se mantienen los referentes de la franquicia, con mucha violencia, que gracias a su exageración consigue no incomodar, ralentizaciones, borbotones de sangre, picados imposibles, coreografías extremas, diálogos justos y al menos no ridículos, y por supuesto mucho músculo al aire. No siempre tenemos que asistir al cine con el mismo espíritu. A una así se sabe a lo que se va, puro entretenimiento sin más compromiso ni exigencia, y el resultado es satisfactorio.

miércoles, 12 de marzo de 2014

EMPERADOR Señor de la guerra reconvertido en ilustrador de la paz

Título original: Emperor
Japón-USA 2012 105 min.
Dirección Peter Webber Guión Vera Blassi y David Klass, según el libro “His Majesty’s Salvation” de Shiro Okamoto Fotografía Stuart Dryburgh Música Alex Heffes Intérpretes Matthew Fox, Tommy Lee Jones, Eriko Hatsune, Kaori Momoi, Toshiyuki Nishida, Aaron Jackson, Masatô Ibu, Takatarô Kataoka, Colin Moy
Estreno en España 7 marzo 2014

Que una película tarde dos años en estrenarse entre nosotros y que su estreno mundial fuese tan discreto y limitado suele ser indicativo de sus fallidos resultados. Es el caso de la tercera película de Peter Webber, que entre la célebre La joven de la perla y ésta dirigió la anodina Haníbal: El origen del mal. Con un episodio tan apasionante como el que relata resulta imperdonable que la cinta apenas logre captar un mínimo de interés, y que su pulcritud formal y frialdad emocional se impongan en un conjunto irregular lastrado por un guión torpe y deslavazado. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial a Estados Unidos se le presentó la dificilísima tarea de reconstruir Japón y determinar si su emperador Hirohito debía ser condenado como criminal de guerra o perdonado y repuesto como divinidad al que una desmoralizada población seguía adorando sin reserva alguna. El emperador pasó a la posteridad con el nombre de Showa, que significa Paz ilustrada; algo paradójico si se tiene en cuenta que los estudios realizados desde el final de la guerra a nuestros días han ido esclareciendo que el verdadero papel de Hirorito fue el de impulsor y señor de la guerra, constituyéndose incluso en cerebro del ataque a Pearl Harbor, y no sus generales Tojo y Kido, como quedó reflejado en el sumario de los juicios de Tokio. Esta ambigüedad en el personaje histórico no es aprovechada en una película cuya producción netamente nipona deja claro que la intención del libreto y la realización es reponer el honor de su líder y liberarlo de toda sospecha. Las consecuencias de tan poco riguroso objetivo se traducen en un film sin apenas garra ni intriga, realizado con corrección pero sin atisbo de pasión. No cabe duda de que el film está correctamente interpretado –Tommy Lee Jones da buenas muestras de su solvencia dando vida a un convincente General MacArthur – y que con la trama romántica tipo Sayonara encajada de por medio se pretende ilustrar el apego del protagonista, el general Bonner Fellers, encargado de dilucidar el papel del emperador en la conflagración, por el devastado país sobre cuyo futuro ha de informar. Pero no son elementos suficientes para dar entidad a un film que acaba antojándose decepcionante, insignificante y hasta aburrido.

ÓSCAR CARAVACA EN JUVENTUDES MUSICALES: CONTRASTES APASIONADOS

Ciclo Jóvenes Intérpretes de Juventudes Musicales. Óscar Caravaca, piano. Programa: Obras de Mompou, Beethoven, Brahms y Janácek. Pabellón de Juventudes Musicales en el Parque Mª Luisa, martes 11 de marzo de 2014

Coincidiendo con la reciente y lujosa edición de la integral para piano de Frederic Mompou a cargo de Adolf Pla, el programa del joven mallorquín Óscar Caravaca transitó por varias de estas obras, combinándolas en un intencionado juego de contrastes con piezas de Beethoven, Brahms y Janácek. Con una breve e ilustrativa charla de introducción, el intérprete dio paso a un concierto ofrecido sin pausa y sin partituras. Un esfuerzo titánico con el que el pianista evidenció un gran dominio del teclado y una singular personalidad traducida en toques secos y cortos así como una incontestable habilidad para manejar pasajes fuertes y violentos con notable expresividad.
 
El tiempo juega en su favor y aún puede combinar ese fuerte temperamento con una mayor delicadeza y lirismo donde merezca. Cerca estuvo no obstante de reflejar esa inocencia y sinceridad que expiden las notas de Mompou, ese anhelo por recuperar la infancia perdida, que con algo más de espíritu poético y melancólico habrían logrado el efecto hipnótico que persiguen piezas como Paisajes (nos. 1 y 2), Impresiones íntimas (nº 8) o Canciones y danzas (nº 6), su ciclo más conocido.
 
De Beethoven ofreció una lectura sólida, a veces incluso muy meditada y reflexiva, de la Sonata nº 17 “La tempestad”, buscando el paralelismo con la obra shakesperiana por mucho que la anécdota sobre su inspiración no esté probada. Tras un tormentoso e intrincado inicio se echó en falta algo más de lirismo y cantabilidad en el Adagio, así como una mayor ensoñación y ligereza en el Allegretto. En el Scherzo Op. 4 de Brahms, una obra contundente pero repudiada por su autor, exhibió fuerza y vitalidad sin concesiones; y con la trágica Sonata 1.X.1905 de Janacék, curiosamente también rechazada por su autor en un principio y que fue interpretada hace exactamente dos años por Mikhail Rudy en el Maestranza, Caravaca exprimió considerable y satisfactoriamente sus múltiples posibilidades dramáticas.
 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 10 de marzo de 2014

EL LEGADO DE GLENN MILLER EN EL MAESTRANZA: NOSTALGIA QUE ARRASA A RITMO DE SWING

The Glenn Miller Orchestra. Ray Macvay, director. Programa: Clásicos y standards de la música popular americana de primera mitad del siglo XX. Teatro de la Maestranza, domingo 9 de marzo de 2014


Hace bien nuestro templo de la música en recibir propuestas y eventos de carácter popular y exótico que den resultados tan óptimos para la taquilla (y la tienda) como éste. Lleno absoluto y un público embrujado por una experiencia tan vital y alegre como no se tenía ocasión de disfrutar en nuestra ciudad prácticamente desde los tiempos del Salón de baile del Hotel Cristina, con una notable y evidente diferencia de calidad.

Es curioso que gran parte del legado cultural americano sea preservado por sus siempre fieles aliados los ingleses. No sólo Glenn Miller sino también Duke Ellington o Benny Goodman han visto cómo su estilo y repertorio han trascendido sus propias vidas y continúan hoy día haciendo las delicias de los incondicionales del swing. Manteniendo el estilo de su creador pero añadiendo elementos de nueva cosecha siempre en respetuosa sintonía con el género recreado, esta magnífica banda hoy liderada por el showman británico Ray Macvay dio buena muestra del enorme dinamismo con el que en su momento se animaron las tropas en los frentes europeo o asiático de la 2ª Guerra Mundial.

Piezas ineludibles del conjunto original, como American Patrol de Frank White, Begin the Beguine de Cole Porter, Strike Up the Band de Gershwin, Moonlight Serenade del propio Miller, Tuxedo Junction de Erskine Hawkins o In the Mood de Joe Garland, convivieron con las Irresistibles Andrew Sisters recreando el estilo vocal de aquel mítico trío en Boogie Woogie Buble Boy o Don’t Sit Under the Apple Tree, echándose en falta Chattanooga Choo Choo. Mención especial también para las voces de Catherine Sykes y Colin Anthony, crooner más cerca del estilo canalla de Tony Bennett que de la elegancia de Sinatra, y el frenético baile de los Jiving Lindy Hoppers, otro guiño nostálgico, no exento de alivio, esta vez a los conjuntos de color de una época en la que sólo eran carne de plantación. No faltaron los temas de inspiración latina, tan en boga en los cuarenta cuando se estrecharon lazos con Sudamérica, como Perfidia de Domínguez o Say Sí Sí de Lecuona, para completar un gran espectáculo como sólo los americanos, o sus admiradores británicos, saben ofrecer.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 11 de marzo de 2014

domingo, 9 de marzo de 2014

TRÁILER MUSICAL DE LA SEMANA SANTA Doble encuentro con la ROSS en el Maestranza

Concierto de Cuaresma de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Manuel Cuevas, saetero. Juan Luis Pérez, dirección. Programa: Marchas procesionales de José Manuel Delgado, Pascual Marquina, José Albero, Santiago Ramos, José de la Vega, Pedro Morales y Manuel López Farfán ; saetas. Teatro de la Maestranza, sábado 8 marzo 2014

5º concierto del XXIV Ciclo de Música de Cámara de la ROSS. Grupo Doble Caña: Sarah Roper, Héctor Herrero y José Manuel González, oboes; Sarah Bishop, corno inglés; Álvaro Prieto y Juan Manuel Rico, fagotes. Programa: Obras de Venturini, Telemann, Schumann, Silvestrini, Beethoven, Berk y Haendel. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, domingo 9 de marzo de 2014

Manuel Cuevas
Sólo unos días después del Miércoles de Ceniza y varios antes de dar comienzo oficialmente la primavera, pero con el clima ya a favor, el Teatro de la Maestranza y la Sinfónica nos han ofrecido este fin de semana un doble encuentro muy relacionado con nuestra Fiesta Grande. Por un lado el habitual Concierto de Cuaresma transitado por marchas procesionales a través de las cuales los más impacientes ya pudieron recorrer San Lorenzo, la Macarena, Triana o el Barrio Sta. Cruz bajo un embriagador olor a incienso, mientras en la calle se podían admirar los primeros via crucis; y por otro lado una nueva entrega del ciclo de cámara, centrado esta vez en un conjunto tan familiarizado con las cofradías de silencio como es el de madera, aunque el programa fuera tan amplio y diverso como para no guardar relación efectiva con los festejos aludidos.

Buen conocedor de la Semana Santa, privilegio que le brinda haber nacido en Jerez y evolucionado en Sevilla, Juan Luis Pérez, quien tanto bien ha hecho por nuestra celebrada formación, lideró un concierto en el que brillaron la espectacularidad y la solemnidad de nuestras marchas procesionales, Virgen de las Aguas y La Soledad entre las más populares, aunque en el camino sacrificase algo más de contención y lirismo en unas piezas de inconfundible inspiración romántica que también lo agradecen. Por su parte el cantaor de Osuna, Manuel Cuevas, que ha paseado su arte con gran éxito por medio mundo, desgranó unas saetas caracterizadas por la originalidad y la riqueza ornamental del artista, su apabullante capacidad torácica y sus complejas ornamentaciones, con un fraseo prodigioso y a veces hasta milagroso.

Sarah Roper
A la mañana siguiente la plana mayor del sensacional cuerpo de maderas de la orquesta dio una lección magistral sobre la materia, aunque una vez más se evidenciara la carencia retórica de nuestros compatriotas, siendo las dos Saras, Bishop y Roper, las únicas extranjeras de un conjunto de seis intérpretes, las encargadas de ilustrar tanto las piezas seleccionadas como la dificultad de interpretar obras destinadas a boquilla de doble caña y la complejidad de su preparación. Algo que evidencia la necesidad de acostumbrarnos desde la infancia a enfrentarnos al público, de forma que nuestras batallas parlamentarias sean tan dinámicas e ingeniosas como, por ejemplo, las británicas; o que Penélope Cruz no sea la más retraída de las estrellas encargadas de presentar un Oscar. Oratoria aparte, el quinto concierto de cámara de la ROSS fue pura delicia, desde los aires desenfadados y barrocos en los que se enmarcó, con una obertura de Venturini y la célebre Entrada de la Reina de Saba del oratorio Salomón de Haendel como epílogo, hasta el pintoresquismo contemporáneo del francés Gilles Silvestrini o el divertido y ágil swing de Stacey Berk a partir de los primeros compases de la Consagración de la Primavera de Stravinsky, pasando por el romanticismo de las Escenas de niños de Schumann y el clasicismo de las bagatelles de Beethoven, en ambos casos transcritas del piano. Sonidos dulces, como el del oboe de amor, cristalinos (corno inglés y oboes) y graves y contrapuntísticos (fagotes), siempre acometidos desde la excelencia interpretativa, sin fisuras, deslices ni desatinos.

Aprovechamos la ocasión de estos gozos musicales para lamentar la muerte de Gerard Mortier, quien desgraciadamente en sus últimos años de vida no sólo tuvo que lidiar con el cáncer sino también con los obstáculos y cortapisas que le pusieron unos políticos mediocres y un público cateto durante su atrevida y rompedora gestión del Teatro Real de Madrid; cosas de este nuestro país, a menudo ingrato e injusto.