Dirección Jean-Marc Vallée Guión Craig Borten y Melisa Wallack Fotografía Yves Bélanger Intérpretes Matthew McConaughey, Jared Leto, Jennifer Garner, Denis O’Hare, Steve Zahn, Dallas Roberts, Kevin Rankin, Griffin Dunne, Donna Duplantier Estreno en España previsto para el 14 marzo 2014
Ron Woodroof fue un electricista aficionado al rodeo en Texas que contrajo el SIDA a mediados de los 80, justo cuando la muerte de Rock Hudson colocó en el mapa de los grandes terrores del siglo XX esta selectiva enfermedad. Woodroof se mostraba en principio homófobo, lo que le hizo encajar aún peor la pesadilla, contraída por su adicción a las drogas y al sexo hetero indiscriminado. Pero como lo de los mesías suele ser siempre un capricho, le tocó a él liderar una lucha por la vida y la supervivencia que le llevó a saltarse protocolos y medidas legales que obstaculizaban en Estados Unidos tratamientos médicos que en otros países estaban dando resultados estimables al menos para paliar sufrimientos y alargar vidas. El club del título es como se llamaba la comunidad en la que multitud de enfermos del virus encontraron una solución a sus dolencias y que tenían a Woodroof como modelo o patrón. Una vida y una hazaña como se ve digna de contarse y de paso reivindicar la lucha de los ciudadanos frente al anquilosamiento y el dogmatismo de quienes nos gobiernan, sea en este o en cualquier otro asunto. Para llevar a cabo la misión se ha contado con el director canadiense francófono Jean-Marc Vallée, a quien conocemos como hábil realizador de factura rebelde con un toque de Scorsese en C.R.A.Z.Y., artesano y conservador biografista en La reina Victoria, y romántico moderno en Café de Flore. Integrado con esta película en el sistema de Hollywood e impregnando de un toque personal un film que bebe de las constantes del género del biopic y la reivindicación, ha contado con un actor veterano pero justamente ahora en alza como Matthew McCounaghey para dar vida al personaje. McCounaghey no ha dudado en adelgazar treinta kilos y perder así su apolínea figura para interpretar a Woodroof, a sabiendas de los créditos que de cara a los premios reportan estos sacrificios dietéticos. Tras una serie de olvidables películas, el actor se convirtió en joven promesa al interpretar a un abogado sureño en Tiempo de matar, a la que siguieron interesantes papeles en Contact de Zemeckis, Amistad de Spielberg o EdTV de Howard. Pero con el nuevo siglo se empeñó en papeles ridículos en comedias románticas (Planes de boda, Cómo perder a un chico en 10 días) o aventuras exóticas (Sahara, Como locos a por el oro) que le granjearon fama de mal actor. Sin embargo en los últimos años ha ido encadenando películas interesantes (Killer Joe de Friedkin, El inocente de Brad Furman y El chico del periódico de Lee Daniels) que han desembocado en la excelente Mud de Jeff Nichols y ahora esta Dallas Buyers Club que le puede llevar al Oscar. Es un ejemplo poco frecuente de actor redimido y recuperado, a cuya estupenda caracterización hay que añadir otro sensacional trabajo, el de Jared Leto incorporando a un travesti de buen corazón y maneras sutiles. Junto a ellos Jennifer Garner tiene pocas oportunidades de lucimiento y sin embargo cumple su cometido de doctora comprometida con notable solvencia. La cinta entusiasma en la medida en que lo hacen estas historias de superación y coraje, a lo que hay que añadir el mérito de sacar a la luz un personaje tan interesante y sintomático, sin olvidar el valor que aporta como denuncia de un sistema que nos ahoga y oprime, ensalzando esas voces que se rebelan y crean un universo propio a medida de nuestras verdaderas necesidades y por encima de políticas mercantilistas y obsoletas.
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