Guion y dirección Carlos Giménez Pons Música Josué Vergara Blanco Documental Estreno en Cinema Jove 25 junio 2023; en salas 7 junio 2024
Un año exacto ha tardado en estrenarse este documental desde su presentación oficial en el Festival Cinema Jove, con una distribución tímida prácticamente reducida a la capital levantina (en Sevilla se podrá ver en sesión única el próximo jueves 13). Se trata de un voluntarioso documental sobre la lucha del colectivo LGTBI en Valencia desde la transición a principios del nuevo siglo. Un trabajo que llega de forma conveniente y puntual justo cuando nos jugamos en Europa abrazar el progreso o sufrir el retroceso, como finalmente parece va a ocurrir, aunque con paliativos importantes que algo nos sirven de consuelo. De nada parece servir insistir en la importancia de la revolución y la lucha, en lo mucho que significa lograr avances y lo poco que cuesta perderlos, a sabiendas de que su recuperación requiere un arduo y traumático esfuerzo. Es la sempiterna habilidad del hombre para olvidar y perder la confianza en sí mismo, para dejarse llevar por el control sistemático e impudoroso de nuestros instintos más básicos, y no nos referimos al alivio de nuestros impulsos sexuales, que tanta falta les hace a mucha ciudadanía y clase política, sino a la inconsistencia de bulos, mentiras y como hoy se denomina, fango. Con ello se tapan logros, avances imprescindibles para nuestra felicidad, y se vuelve la vista a monstruos que una vez desataron el terror y la inmundicia.
Son los peligros de la democracia mal enfocada y abandonada a merced de un pueblo ignorante e iliterato. Sólo así se comprende preferir la regresión al avance, la pérdida de derechos y libertades por encima de la supuesta y eterna promesa de recuperación económica que acaba convirtiéndose en el único motor capaz de movilizar a un pueblo cada vez más egoísta y salvaje. Da verdadera pena cómo todo lo expuesto en este, como otros, imprescindible trabajo de recuperación de nuestra memoria, se narra en pasado, como si todo esta inmundicia, injusticia y barbaridad no pudiese volver a producirse. Las torturas, la represión, las palizas, la cárcel, la marginación, el suicidio, la incomprensión… todo está a la vuelta de la esquina, esperando su triunfante reaparición, borrando tanta lucha, tanto dolor, tantas lágrimas y tanta resistencia con la que creíamos haber apartado el fantasma de la ignorancia, la barbarie y la sinrazón.
València, t’estime indaga en todo esto desde el punto de vista estrictamente local, lo que le hace más disfrutable para el público gay y lésbico de la provincia, aunque en absoluto desdeñable o inútil para cualquier otro, dada la similitud que guardan estas luchas entre sí, cualquiera que sea el punto geográfico en el que se hayan producido. Giménez Pons se vale para eso de interesantes testimonios y mucho material de archivo que enriquece la propuesta, siempre dentro de los cánones habituales del género, sin pretender ningún tipo de alarde estético que nos aparte de su esencial mensaje. Como suele ocurrir, hay mayor protagonismo del hombre, en sus diferentes vertientes de homosexualidad y transexualidad, mientras lesbianas y transexuales de mujer a hombre ocupan un lugar secundario.
Entre los variados personajes cuyas experiencias ilustran el proyecto, se encuentran La Margot y Rampova, este último fallecido durante el rodaje de un documental que nos avisa de lo fácil que es perder todo lo recorrido y lo difícil que sería recuperarlo. El votante de izquierdas no puede quedarse en casa exhibiendo decepción, porque el de derechas nunca lo hace, siempre vota, y tenemos mucho que perder con quienes si por ellos fuera la rueda seguiría siendo cuadrada y el mundo plano. Arriesgamos mucho y nuestra obligación es impedirlo.
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