Ahora que hace apenas cuatro días falleció Quincy Jones y que se acaba de estrenar un documental sobre John Williams, aprovechamos la ocasión para revisar estos dos trabajos y dedicarles unas palabras a estos dos grandes músicos de los últimos cien años.
El documental de Jones se estrenó hace seis años, el 21 de septiembre de 2028 en Netlifx y está dirigido por su hija Rashida, a quien hemos visto como actriz en películas como La red social de David Fincher y On the Rocks de Sofia Coppola, en colaboración con el joven cineasta australiano Alan Hicks. Siendo el trabajo de una de sus seis hijas, concebida junto a la actriz Peggy Lipton, a quien recordamos por interpretar a la hermosa y madura propietaria de la cafetería de Twin Peaks, no podía ser sino una semblanza laudatoria y épica de su padre en relación a su flamante y reconocido trabajo. No pierde sin embargo la oportunidad de reflejar su escasa dedicación a la familia, lo que le reportó varios fracasos sentimentales, entre ellos el de la actriz referida, y un sinfín de complicaciones de salud, sobre todo debido al estrés provocado por su incesante vida laboral y sus infinitos compromisos profesionales. De hecho, el documental está rodado durante los días previos al concierto de inauguración del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, también conocido como Smithsonian.
Afortunadamente para él, Jones nos dejó antes de vivir la infamia que supone empujar de nuevo hacia la Casa Blanca a un mafioso como Donald Trump, incurso además en varias causas penales. Una auténtica amenaza para su país y el mundo entero, y un verdadero retroceso en los derechos civiles de los que el músico fue siempre un abanderado y ferviente luchador a través de su música y su carrera como director de orquesta, arreglista e insigne productor responsable de los éxitos de Michael Jackson y de aquel We Are the World que tanto hizo por visibilizar la hambruna africana.
Siempre con sus raíces como inspiración, Jones supo adaptarse también al genuino gusto norteamericano, a través de sus colaboraciones con Sinatra y sus bandas sonoras al más puro estilo de autores blancos como Burt Bacharach, que también nos dejó recientemente, Neal Hefti, Johnny Mandel, casualmente un joven Johnny Williams y sobre todo, Henry Mancini. Su mérito fue ser el único negro entre tantos, y a él le debemos algunas joyas como El prestamista o Llamada para el muerto, ambas de Sidney Lumet, A sangre fría, En el calor de la noche o Un hombre para Ivy. Su último trabajo cinematográfico le convirtió también en productor y descubridor de otra leyenda mediática afroamericana, Oprah Winfrey. Se trata de El color púrpura, cuyo tema principal le reportó algún que otro quebradero de cabeza por su parecido más que razonable con el que Georges Delerue compuso más de una década antes para la película de Jack Clayton A las nueve de cada noche, un episodio que no se narra en este trabajo.
El documental de Rashida Jones y Alan Hicks repasa alternativamente la biografía del legendario músico narrada por él mismo y su imponente grave voz, mientras lo acompaña en esos días previos al acontecimiento y después de superar un coma debido a un derrame cerebral. El estrés y el alcohol lo llevaron a varios episodios sanitarios desde mediados de la década de los setenta, lo que evidencia que su hija intenta ser sincera en este cálido homenaje. Llama la atención cómo este entonces octogenario se relaciona con el inevitable fin que ha encontrado seis años después, recordando a tantos y tantos que formaron parte de su vida, como Lionel Hampton, Frank Sinatra, Dizzy Gillespie, Miles Davis, Ella Fitzgerald o Sarah Vaughan o el propio Michael Jackson, mientras sigue en estrecha colaboración con otros de los grandes, como Stevie Wonder. Infinitas son las estrellas que circulan frente a la cámara y los recuerdos en todo tipo de formatos y siempre muy generosos de Rashida, en lo que es un completo y exhaustivo análisis de una figura legendaria e irrepetible.
Por su parte, el trabajo de Laurent Bouzereau sobre John Williams, todavía en activo pero naturalmente víctima de intermitentes caídas de salud, como demuestra la reciente cancelación de nuevos conciertos en Viena, resulta más convencional y académico. Se reduce a ilustrar la vida y el trabajo del insigne compositor de bandas sonoras, el más grande de cuantos quedan vivos, quizás extensible también a sus trabajos estrictamente de concierto, bajo un prisma de ferviente admirador, y dirigido a otros y otras tantas que durante mucho han comulgado con su fascinante música.
Bouzereau se ha especializado en documentales que acompañan la edición en DVD de películas legendarias, especialmente las firmadas por Alfred Hitchcock. Con un formato parecido al de estos trabajos alimenticios, aborda la figura de John Williams, repasando de forma más o menos esquemática su vida, desde su infancia en el seno de una familia creativa musicalmente, su formación académica y sus primeros pasos gracias a su alistamiento en el ejército. Precisamente ahí, destinado en San Juan de Terranova, dio sus primeros pasos como compositor, una de las escasas revelaciones del documental. Después vendrían sus colaboraciones con otros compositores, como Elmer Bernstein o Henry Mancini, y sus primeros trabajos bajo el nombre de Johnny Williams. Un período por el que el documental pasa prácticamente de puntillas, mientas apoyándose narrativamente en un encuentro con su gran amigo y colaborador, Steven Spielberg, repasa aquellos trabajos que son más conocidos y admirados por sus legiones de fans, como Tiburón, Encuentros en la tercera fase, la saga de Indiana Jones y, por supuesto, La guerra de las galaxias.
Por la pantalla desfila el tradicional conjunto de testimonios de amistades, especialistas y compañeros, como Itzhak Perlman, Gustavo Dudamel, Thomas y David Newman, Alan Silvestri, Kate Capshaw, Yo-Yo Ma, Anne-Sophie Mutter, y por supuesto George Lucas y Steven Spielberg, en lo que acaba siendo una mera semblanza del homenajeado, hecha con cariño y consideración, pero haciendo acopio de datos que son bien conocidos de quienes más interés podemos tener en el film. No obstante, hay espacio también para conocer algunas curiosidades, como esos principios en Terranova, o el hecho de que uno de sus hijos sea el cantante del grupo Toto. El estreno de este aseado y esmerado documental tuvo lugar en Disney+ el pasado viernes 1 de noviembre.