jueves, 19 de junio de 2025

CARMEN PASABA POR ALLÍ

Carmen. Ópera de Georges Bizet. Salvador Vázquez, direción musical. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro Teatro de la Maestranza. Escolanía de los Palacios. Con Gabriela Flores, Alejandro del Cerro, María Miró, Badral Chuluunbaatar, Mercedes Arcuri, Anna Gomá, Javier Castañeda, Alejandro Sánchez, Pablo Gálvez y Pablo García López. Producción del Auditorio de la Diputación de Alicante, ADDA. Teatro de la Maestranza, miércoles 18 de junio de 2025


Hablábamos, a propósito del estreno el pasado viernes de esta producción de la famosa ópera de Bizet, sobre la decepción que nos provocó en su día la caída de cartel de la mezzo letona Elina Garança, y de cómo su anuncio debió producirse por el atrevimiento, entiéndase precipitación, del teatro sin estar debidamente cerrado el compromiso. Sin embargo, nos informaron después de forma oficial, que no fue exactamente así y que tanto ella como su esposo, Karel Mark Chichon, habían cerrado su compromiso para después sencillamente renunciar, sin responsabilidad alguna por parte del coliseo. Admitimos que este desliz podría haberse evitado si nos hubiésemos limitado a la valoración crítica de la función de estreno, sin más artificios.

Nada parecido sucedió con este segundo reparto, que se ha mantenido intacto desde su anuncio en la primavera del 2024. Sin embargo, la participación tanto de Gabriela Flores y el resto de las cuatro voces principales, así como del director Salvador Vázquez, tuvo que reajustarse para adaptarse a las nuevas circunstancias, libres de la agenda de Garança, limitándose a dos funciones en lugar de las tres que debían alternarse con igual número del primer reparto, que ahora son cuatro.

Menos y más en este segundo reparto

La mezzo mexicana Gabriela Flores es, en cierto modo, nueva en esta plaza, con más inconvenientes que virtudes para enfrentarse a un papel tan icónico y complejo como éste. Posee un bello timbre, suficiente potencia y fraseo exquisito, además de capacidad para cantar la partitura con holgura e impecable profesionalidad. Pero nada de eso es suficiente si no le acompaña el carisma y el arrojo necesarios para afrontar el carismático personaje con convicción. Su paso por el Maestranza se nos antojó falto de gracia y contundencia, sólo limitado a cumplir y poco más. Faltó sensualidad, y no digamos pasión, tanto en el aspecto estrictamente dramático como en su forma de modular la voz, que hubiera requerido más flexibilidad, morbo y capacidad irónica.


Con más trayectoria profesional, y más papeles protagonistas a sus espaldas, el cántabro Alejandro del Cerro se empeñó más a fondo en su forma de entender el ambiguo y pendenciero papel de Don José, tan propenso a la ternura como al hieratismo más absoluto cuando las circunstancias le son adversas. Así, entonó La fleur que tu m'avais jetée con una considerable dosis de romanticismo, controlando reguladores y cambios de registro con tanta sensibilidad como cierta afectación, mientras aportó visceralidad a la trágica escena final.

Es difícil sustraerse a la ternura de Micaela, y quizás eso propició la fuerte ovación que mereció María Miró, cuya potencia vocal es ciertamente impresionante, pero que acusa excesiva rigidez tanto en su forma de actuar como de cantar, además de evidenciar una voz de timbre algo estridente no siempre agradable. Mejorar al Escamilla de Dalibor Jenis no es tarea difícil, y desde luego el joven Badral Chuluunbaatar lo consigue, a pesar de carecer del carisma y la contundencia necesaria, lo que le llevó a entonar la canción del toreador con cierta desgana y falta de arrojo, si bien se agradeció su flexible entonación y firme línea de canto, sin altibajos y siempre audible.

Una batuta convincente y más atención al resto de voces

Aprovechamos la ocasión para reparar más en el resto del elenco de lo que lo hicimos en la reseña de la primera función. La soprano Mercedes Arcuri y la mezzo Anna Gomà fueron dignas amigas de la protagonista, logrando un quinteto del segundo acto y, especialmente, una escena de las cartas de alto nivel. También el barítono granadino Pablo Gálvez y el tenor cordobés Pablo García-López alcanzaron un excelente nivel en sus breves intervenciones, especialmente en el quinteto aludido.


El barítono palentino Javier Castañeda compuso un Zúñiga sólido, sobrio como actor, autoritario como cantante. Menos acertado estuvo el barítono peruano Alejandro Sánchez, por acusar una voz algo temblorosa, aunque resultó eficaz en su breve cometido.

No es fácil acercarse al universo de la gitana sevillana desde el foso. Requiere un sentido del drama acusado, a la vez que una buena dosis de sensualidad y un nivel de ternura capaz de captar la personalidad poliédrica de la desventurada protagonista. Podríamos decir que Salvador Vázquez, flamante director de la Orquesta de Córdoba, logró ceñirse en un buen porcentaje a estas exigencias, si bien prefirió asentarse en texturas suaves, incluso amables, que acentuaran el carácter pre impresionista de la partitura, a la vez que potenciaran su ternura romántica. La tragedia también quedó perfectamente plasmada en los pasajes más dramáticos de la pieza.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía


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