USA 2012 100 min.
Dirección David Frankel Guión Vanesa Taylor Fotografía Florian Ballhaus Música Theodore Shapiro Intérpretes Meryl Streep, Tommy Lee Jones, Steve Carell, Elisabeth Shue, Mimi Rogers, Jean Smart, Ben Rappaport, Marin Ireland, Match Danagh
Estreno en España 28 septiembre 2012
Si Meryl Streep está en una película lo primero que pensamos es que no debe estar mal, aunque pueda parecernos un engendro a tenor de su trama, sus formas, sus perspectivas y su horroroso e injustificado título español (el original, Hope Springs, se refiere al idílico pueblo de Maine donde se desarrolla la trama, y se puede traducir como Brotes de esperanza). La actriz tiene fuerza suficiente como para abrir en nosotros precisamente eso, un brote de esperanza. Lo del título español parece apuntar a una serie de títulos de comedia de gramática parecida, como Cuando menos te lo esperas, ¿Cómo sabes si? o Si la cosa funciona, aunque a decir verdad, salvo el caso de la de Woody Allen, las otras no son precisamente comedias modelo. Si además a la Streep la dirige quien tan buenos resultados obtuvo de ella en El diablo viste de Prada, la cosa aún promete un poquito más, aunque otros títulos de Frankel, como la reciente El gran año, no hayan obtenido un gran reconocimiento. Pero resulta que aunque nos congratulemos de que no se trate de la típica comedia histérica y sobreactuada, la nueva cinta de Meryl Streep, acompañada de otro actor muy querido como es Tommy Lee Jones, no está a la altura, y ofrece además la peor imagen física de la actriz nos atreveríamos a decir de toda su carrera; parece que se hubiera peleado con su peluquero y su dietista, o quizás sea una estrategia de la propia actriz, que tanto se empeña en cada papel que interpreta, de aparecer como ama de casa no demasiado agraciada y justificar así una vida matrimonial abandonada de cualquier atisbo de deseo. Ya se pueden imaginar, un manual de autoayuda (bueno, en realidad asistida de un sexólogo que parece involucrarse poco y ofrecer soluciones convencionales y nada ingeniosas) para recuperar una vida sexual sana cuando se han cumplido los 60. Pero si esto se trata con tanto pudor, tan poca chispa y casi nada de picardía, el resultado es una cinta anodina, sosa y absolutamente prescindible. Seguro que a cualquiera se le ocurren mejores consejos para recuperar dicha vida sexual que los que ha urdido la muy mediocre guionista de este aburrido film, que ni es comedia abierta ni drama ni nada que se le parezca. Las populares actrices de los 80 Elisabeth Shue y Mimi Rogers actúan también como reclamo, aunque sus contribuciones al film son minúsculas.
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