Dirección Miguel Ángel Vivas Guión Miguel Ángel Vivas y Alberto Marini, según la novela de Juan de Dios Garduño Fotografía Josu Inchaustegui Música Sergio Moure Intérpretes Matthew Fox, Jeffrey Donovan, Ahna O’Reilly, Quinn McColgan, Clara Lago, Valeria Vereau, Matt Devere Estreno 14 agosto 2015
Tras un par de mediocres incursiones en el cine de intriga y terror, Reflejos y Secuestrados, Miguel Ángel Vivas firma su pasaporte a Hollywood con la ayuda inestimable de Jaume Colet-Serra en la producción, que ya se encuentra plenamente afincado en la Meca del Cine. Pero la operación le ha salido fallida. Retoma el cine de zombies con un toque apocalíptico y una pretenciosa trama sentimental de la que apenas logra exprimir parte de sus posibilidades. En una época contemporánea pero indeterminada, dos hombres y una niña logran sobrevivir a un ataque de criaturas demoniacas, primero zombies y con el devenir del tiempo monstruos vampíricos y espeluznantes, en una secuencia notable que hacía esperar más del producto final. Distanciados por el amor de la mujer que dio a luz a la niña, conviven como vecinos mal avenidos, pero tendrán que unir fuerzas para vencer al enemigo común. Si hay mensaje filosófico en esta trillada trama debe estar muy escondido, o quizás Vivas no ha sabido extraérselo. La producción es escasa y discreta, lo que en este tipo de películas es un peligro. Un par de paisajes mal digitalizados no es suficiente para un género como el fantástico; tampoco la dirección artística es muy arriesgada, las interpretaciones son de repertorio, el personaje de Clara Lago está introducido con calzador, y la sensación general es aburrida y anodina. La niña, ataviada como una Caperucita Roja, resulta bastante pedante, y si rodearla de lobos (sus progenitores y los monstruos) era la clave del film, lo cierto es que pasa bastante desapercibida.
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