Dirección Paul Greengrass Guión Paul Greengrass, Christopher Rouse y Matt Damon, según los personajes creados por Robert Ludlum Fotografía Barry Ackroyd Música David Buckley y John Powell Intérpretes Matt Damon, Alicia Vikander, Tommy Lee Jones, Julia Stiles, Vincent Cassel, Ato Essandoh, Riz Ahmed, Scott Shepherd, Bill Camp Estreno en Estados Unidos 29 julio 2016; simultáneo en España
La saga de Jason Bourne tendría que haber sido una trilogía, la que tuvo tiempo de escribir su autor Robert Ludlum antes de fallecer y de que sus novelas se convirtieran en un enorme éxito de la mano del sagaz productor Frank Marshall. Pero ya se sabe que en Hollywood todo lo que se pueda exprimir hay que aprovecharlo, y si el relevo del personaje con Jeremy Renner y El legado de Bourne no fue el éxito esperado, le toca el turno a resucitar al protagonista principal, involucrarlo en producción y guión, y parir otro engendro para llenarse los bolsillos con una de esas propagandas que hace imprescindible acercarse al cine para dejarse embaucar una vez más por lo de siempre. Este superhéroe que vino a remozar el género de espías contextualizándolo en esta nueva época de inestabilidad mundial, terrorismo a gran escala y conspiraciones de los altos poderes económicos y políticos, nació como respuesta americana al veterano James Bond británico. Pero donde allí habían saludables golpes de humor aquí todo es tragedia y tormento, lo que hace que su violencia moleste más, no se pueda tomar a broma, como ocurre por ejemplo en las películas de Indiana Jones. ¿Qué se le va a hacer? Es el signo de los tiempos; si antes encontrábamos en el cine una vía de escape de la realidad, ahora encontramos precisamente esa realidad pero exagerada, multiplicada por mil, y con tanta y tanta violencia que todo acaba resultando manifiesta y deliberadamente obsceno y muy poco aconsejable. Las revueltas sociales por la crisis económica en Atenas, los ataques cibernéticos a la seguridad mundial o las revelaciones tipo wikileaks, desencadenan aquí larguísimas secuencias de persecución y violencia extrema en donde el daño colateral apenas importa un bledo. Se supone que el leit motiv de la cinta es que Bourne ha recuperado la memoria, pero a efectos prácticos la verdad es que el detalle importa poco, y es que si de algo carece esta película es de un guión sólido y convincente; no sorprende que entre sus guionistas esté el montador de la saga, pues eso es lo que ofrece, mucho montaje, ritmo frenético y supuesta carga de adrenalina. Que se cuelen nuevos personajes, como el interpretado por la oscarizada Alicia Vikander, sólo es un pretexto para continuar la saga y seguir exprimiendo la gallina.