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domingo, 11 de marzo de 2018
RINALDO POR THE ENGLISH CONCERT: LA MAGIA ESTÁ EN LA MÚSICA
35º FeMÁS. Ópera en concierto. Rinaldo, de Haendel. Maite Beaumont, Jane Archibald, Sasha Cooke, Joélle Harvey, Jakub Józef Orlinski, Luca Pisaroni, Owen Willets. The English Concert. Harry Bicket, dirección. Teatro de la Maestranza, sábado 10 de marzo de 2018
Maite Beaumont
Hasta que el Festival de Música Antigua tenga medios y avales suficientes para programar una ópera barroca escenificada, la representación el sábado en versión de concierto de Rinaldo de Haendel se puede considerar el punto más álgido al respecto que se ha permitido el certamen sevillano. Y los resultados no pudieron ser más satisfactorios a todos los niveles, con el mítico English Concert ofreciendo una interpretación luminosa y con estilo, y las voces destacando cada una por separado y todas en conjunto con una brillantez inequívoca poco habitual en estos trabajos colectivos, que suscitaron el entusiasmo generalizado del público. Inspirada en la epopeya Jerusalén liberada de Torquato Tasso, Rinaldo fue la primera ópera compuesta por Haendel a su llegada a Londres, estrenada en el Teatro Haymarket en febrero de 1711.
Joélle Harvey
Su argumento, ambientado en Jerusalén en el siglo XII durante el asedio a la ciudad en la primera cruzada, se reduce como solía ser habitual a un enredo amoroso de tintes ridículos y disparatados, al que el añadido de elementos mágicos propiciaba un gran despliegue de efectos visuales y técnicos que hacían las delicias del público de entonces. Afortunadamente el genio del joven autor de El Mesías hizo que, fuegos artificiales aparte, la espléndida y bellísima partitura haya pasado a la posteridad ya sin necesidad de añadidos superfluos. Así la presentó el veterano conjunto británico a las órdenes de Harry Bicket, más que digno sucesor de Trevor Pinnock al frente, que conoce perfectamente la música de la época y sabe transmitirla con pasión y sabiduría, una combinación que con la excelencia de los intérpretes convocados, logró la verdadera magia, no la que provoca la varita de los juegos Borrás utilizada como único atrezzo, sino el talento, la belleza y el sano empeño en el trabajo bien hecho. Los generosos números instrumentales de la partitura encontraron majestuosidad en las refulgentes trompetas, brío, tensión y agilidad en la cuerda comandada por la espléndida Nadja Zwiener, calidez en las maderas, y virtuosismo exacerbado en el clave de Tom Foster.
Luca Pisaroni
Él y la voz de la canadiense Jane Archibald, capaz de increíbles agudos de los que quitan la respiración, lograron ese efecto mágico aludido en el final del segundo acto (Vo’ far guerra), después de que la joven y prometedora soprano Joélle Harvey nos conmoviera con un Lascia ch’io pianga de voz dulce, fraseo delicado y hermoso timbre, merecedora del mayor número de ovaciones de la noche. Talentos que se completaron con los de la voz cálida de la española Maite Beaumont en el rol titular, originario para castrato que ella defendió con carisma y seguridad, capaz de deleitarnos con un Cara sposa paladeado hasta el éxtasis. Ganadora de un Grammy, Sasha Cooke como el rey Goffredo también sorprendió por su muy atractiva voz, profunda y aterciopelada, mientras el contratenor polaco Jakub Józef Orlinski ofreció una línea de canto homogénea, de hermosa y colorida voz, y el bajo italiano nacido en Venezuela Luca Pisaroni arrasó desde su furiosa entrada en Sibillar gli angui d'Aletto, con agilidades quizás algo rígidas pero un estilo autoritario, preciso y resplandeciente que mereció también el entusiasmo y el reconocimiento del público. En sus breves aportaciones, el contratenor Owen Willets estuvo a la altura completando un elenco de voces perfectamente educadas en estilo, dignas y adecuadas para hacer justicia al arte irrepetible del genio de Haendel.
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