Francia 2017 114 min.
Dirección Albert Dupontel Guión Albert Dupontel y Pierre Lemaitre, según la novela del segundo Fotografía Vincent Mathias Música Christophe Julien Intérpretes Albert Dupontel, Nahuel Pérez Biscayart, Niels Arestrup, Émilie Dequenne, Laurent Lafitte, Mélanie Thierry, Héloise Balster, Philippe Uchan, André Marcon, Michel Vuillermoz, Kyan Khojandi Estreno en Festival de San Sebastián 23 septiembre 2017; en Francia 25 octubre 2017; en España 29 junio 2018
Con la comedia tosca 9 meses... de condena como último trabajo estrenado, la filmografía del también actor Albert Dupontel no daba para muchas esperanzas. Sin embargo este alegato antibelicista con un acabado formal espectacular eleva considerablemente su categoría. Aunque en su afán de protagonizarla su edad no parece la más adecuada para incorporar su personaje, un humilde contable que se ve involucrado en una estafa a gran escala por fidelidad a la persona que le salvó la vida durante la Primera Guerra Mundial, Dupontel firma una cinta de gran impacto visual, algo deudora de ese estilo Jean-Pierre Jenuet que tantos réditos ha dado al cine francés, como una mezcla de Amélie y Largo domingo de noviazgo, al servicio de una clara denuncia a los entresijos de la guerra, sus fraudes, sus beneficiarios y, sobre todo, sus miserias. Sin decantarse claramente por un género, deambulando peligrosamente entre el drama y la comedia, el trabajo del director se esmera más en la epidermis que en su rico sustrato temático, logrando un trabajo meticuloso y complejo pero falto de emoción y sentimiento, en parte debido a una trama rebuscada en la que personajes y situaciones se entrelazan con dudosa verosimilitud. Nahuel Pérez Biscayart, que nos emocionó en 120 pulsaciones por minuto, vuelve a sobresalir entre las interpretaciones valiéndose casi exclusivamente de la mirada, como Niels Arestrup, que compone el único momento emotivo de la cinta también con una mirada compasiva e incrédula. El cuidadísimo trabajo de fotografía, vestuario y diseño de producción le valieron sendos César, al igual que el trabajo del director y el discutible guión adaptado, que curiosamente retoma una cuestión, la de los mutilados de guerra, que fue objeto del reciente concierto que dio en Sevilla Michael Nyman también cuando se cumple un siglo del final de esa contienda. La música de Christope Julien redunda en esa emoción artificial y artificiosa, tomando además prestadas composiciones de otros colegas, como Rachel Portman o Gabriel Yared.
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