Dirección Javier Ruiz Caldera Guión Borja Cobeaga y Diego San José, según el cómic de Jan Fotografía Arnau Valls Colomer Música Fernando Velázquez Intérpretes Dani Rovira, Alexandra Jiménez, Julián López, Pedro Casablanc, Gracia Olayo, Maribel Verdú, Gonzalo de Castro, Ferrán Rañé, Mireia Portas, Berto Romero Estreno en el Festival de Sitges 11 octubre 2018; en salas comerciales 23 noviembre 2018
Tras varios intentos de llevar a la gran pantalla Superlópez, la versión cañí de Superman, finalmente ha sido Javier Ruiz Caldera quien lo ha hecho, con resultados afortunadamente más cerca de Spanish Movie que de Anacleto, también dirigidas por el responsable de Promoción fantasma y Tres bodas de más. Y es que el proyecto se define más como una parodia literal de Superman, la película de Richard Donner de 1978, que de un producto independiente. Es cierto que las viñetas de Jan nacieron con esa vocación, parodiando cada personaje, situación y espacio del célebre superhéroe de DC Comics, si bien más adelante, de la mano de su creador y de Efepé, tomó conciencia de producto autónomo y emprendió una línea en la que era más perceptible nuestra particular idiosincrasia, que sin duda es la que debería haber adoptado su adaptación cinematográfica. A Caldera se le dan bien las parodias, como demostró en la ya mencionada y delirante Spanish Movie, y sabe rodearse de cómicos competentes, Rovira, López o Berto Romero, que aparece brevemente anticipando la posible próxima aventura, El señor de los chupetes. Pero en esta ocasión se ha vuelto muy conservador, extremadamente pulcro y fiel a la letra de lo que se pretende, un trabajo para toda la familia, fácil de digerir para los más pequeños y libre de toda crítica e ironía, que era marca de la casa en los cómics originales. Así, aunque el tema parece ser la mediocridad como medio más fiable para triunfar en este país, el desarrollo apenas queda en esbozo, derivando el conjunto hacia una banal aunque entretenida aventura más reconocible en el acervo popular afín a Superman que en el más incondicional del personaje afincado en Cataluña. El esfuerzo de producción se traduce en unos aseados decorados, más remitentes del cine americano que del universo que propone la tira cómica, unos competentes efectos visuales y una épica banda sonora que combina sonidos propios de la ciencia ficción de los cincuenta y el estilo inconfundible de las marchas de John Williams. La trama sin embargo resulta tan convencional y arquetípica que no añade nada a un género que en España sólo merece destacarse por las aportaciones de Mortadelo y Filemón. Al menos la empresa le ha quedado mejor que la inefable Anacleto, e incluye un divertido guiño a Transformers como inevitable batalla final. El elenco cumple con responsabilidad y solvencia y la sensación final es de un aceptable entretenimiento que podría haber arriesgado más, a pesar de lo cual no podemos negar que mantiene un buen ritmo y un sano humor.
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