USA 2025 115 min.
Dirección Matt Shakman Guion Jeff Kaplan, Ian Springer, Josh Friedman, Peter Cameron y Eric Pearson, según el cómic de Jack Kirby y Stan Lee Fotografía Jess Hall Música Michael Giacchino Intérpretes Pedro Pascal, Vanessa Kirby, Joseph Quinn, Ebon Moss-Bachrach, Julia Garner, Raslph Ineson, Natasha Lyonne, Paul Walter Hauser, Sarah Niles, Mark Gatliss Estreno en España 24 julio 2025; en Estados Unidos 25 julio 2025
Que Disney haya fagocitado también el universo Marvel tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Los Cuatro Fantásticos no sólo no han gozado nunca de buenas versiones cinematográficas, y a nuestro juicio siguen sin disfrutarlo, sino que la propia base de la que provienen tampoco ha suscitado jamás el entusiasmo que sí han provocado otros superhéroes de la marca. Hay que reconocer que esta versión, todo lo lujosa que se quiera, es vistosa, luminosa y con ese toque desenfadado que siempre hemos querido ver en este tipo de productos. Matt Shakman sabe lo que se trae entre manos, ha estudiado el universo Marvel en profundidad en reportajes y documentales, y el toque pop que le ha dado a esta su primera incursión cinematográfica en el género, lo cultivó ya en la serie también de Marvel WandaVisión. Pero la influencia de la factoría Disney es grande y alargada, y este producto celebra valores tan rancios y tradicionales, véase por ejemplo la exaltación de la familia convencional, que poco margen para la sorpresa y la subversión le queda ni a este director ni a nadie que se atreva con la empresa. Al fin y al cabo, Disney es como Galactus, el villano de turno, devora todo lo que toca y lo destruye... al menos su encanto.
Son, por lo tanto, los grandes ejecutivos que deciden el futuro del cine de gran producción, quienes diseñan los ingredientes con los que atrapar al y la espectadora. Contratar al actor de moda, Pedro Pascal, y a una actriz tan carismática y sofisticada como Vanessa Kirby (Fragmentos de una mujer, Misión Imposible), forma parte de la apuesta por la renovación y la recuperación del éxito que la marca persigue. Ambientar el conjunto en un nostálgico pasado distópico, esos sesenta que vieron nacer a la cuadrilla y que supusieron la edad de oro del imperialismo estadounidense, da tanto juego como recrear el aspecto juguetón, discretamente humorístico y desenfadado que rezuma el producto. Sin embargo, a la apología de esos valores tradicionales se suma un argumento paupérrimo con gran maligno intentando destruir el universo.
Aceptamos todo lo que de fantasía tiene la propuesta, pero algunos pasajes son del todo punto inaceptables como digno producto de ciencia ficción. Nos referimos a la huida de un agujero negro a vertiginosa velocidad sin consecuencia alguna, o el lanzamiento de un cohete y su regreso a pleno Nueva York, por cierto una vez más destruido a discreción. Demasiadas convenciones como para saludar el resultado con el entusiasmo que otros y otras lo han hecho. No obstante, aparte de Pascal y Kirby, que como sus compañeros de reparto apenas consiguen dar personalidad y carácter a sus personajes debido a la endeblez del guion, merece destacarse la jovial y espectacular música de Michael Giacchino que, especialmente debido al jocoso uso de coros, contribuye a recrear ese carácter desenfadado que se ha querido inyectar al film.
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