sábado, 17 de mayo de 2025

MODERNISMO Y UNA ATREVIDA CONJUNTA

Concierto nº 8 de la temporada XIV de la Orquesta Sinfónica Conjunta de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo. Antonio David Moreno, viola. Andrea Ramírez, soprano. Nerea Barraondo, mezzosoprano. Juan García Rodríguez, director. Programa: Concierto para viola, de Bartók (versión de Michael Thomas); Socrate, de Satie. Auditorio de la ETS de Arquitectura, viernes 16 de mayo de 2025


La capacidad de sorprender de Juan García al frente de la Conjunta no tiene límites, y así lo demuestra otro de sus muy atractivos programas, con piezas que difícilmente tendríamos oportunidad de escuchar aquí si no fuera por su inagotable imaginación y creatividad. Desde hace ya catorce años, García cuenta con un proyecto fértil e ilusionante con el que dar rienda suelta a sus inquietudes puramente sinfónicas, compaginándolo con una fructífera e impagable labor al frente de Zahir Ensemble y ese favor que le hace a la ciudad de enfrentarse a la música de nuestro tiempo y no anquilosarse en la de otras épocas y otros repertorios tan trillados de los que tanto tiran otras instituciones más arraigadas y apoyadas de la urbe.

No es el salón de actos de Arquitectura el que mejor se acomoda a las intenciones y prestaciones de esta orquesta de jóvenes en prácticas. Echamos de menos el cada vez menos utilizado Auditorio de Ingenieros que con el tiempo se convirtió en sede principal de la mutante formación. El calor reinante y una acústica demasiado seca no favorecen el disfrute de la música, pero el esfuerzo merece cuando en los atriles se posan partituras tan insólitas como las que anoche acompañó este octavo encuentro de la temporada con tan estimulante orquesta.


El joven Antonio David Moreno demostró su aplicado conocimiento de todos los resortes de la viola enfrentándose a una obra tan complicada como el Concierto (inacabado) para viola de Bela Bartók. Una obra que apenas dejó esbozada antes de morir, pero que con las indicaciones que tuvo tiempo de dar a su amigo Tibor Serly, éste fue capaz de orquestarla a requerimiento de los herederos del compositor. Como obra inacabada que es, muchas han sido las sensibilidades que se han atrevido a completarla, la última podríamos decir que es la de Michael Thomas, siempre tan activo y entusiasta, que con tanto esfuerzo tira de formaciones de nuestra comunidad como la Bética de Cámara o la Orquesta de Almería.

Podríamos aseverar que Thomas ha logrado recrear el espíritu enrarecido, intrigante y misterioso que tanto se acomoda a la estética de Bartók, y que en manos de Serly quedó bastante difuminado. Su versión mantiene la actitud rapsódica del solista y la complejidad de su gramática, a la vez que potencia el trabajo de la orquesta y una exuberante combinación tímbrica, especialmente visible en el trabajo de los metales. De todo esto se hizo eco la batuta siempre inquieta y enérgica de García, si bien percibimos en la plantilla cierto desequilibrio y algún que otro molesto desencuentro entre secciones, que destiñó el buen resultado que esperábamos anotar de tan rutilante interpretación.

El trabajo de Moreno fue sin embargo impecable, atento y esmerado, sin estridencias, con un sonido diáfano y homogéneo sometido con acierto y flexibilidad a sus continuos cambios de color y registro, coronando una más que aceptable versión de la pieza, al margen de esas puntuales irregularidades, que bien podrían por otro lado deberse a la literatura inquietante y enrarecida de Thomas al respecto, tan acostumbrados que estamos a la más preciosista y retraida de Serly.

¿Quién mejor que García para ofrecernos una página tan insólita y atrevida como Socrate, y sumergirnos así en las claves más evidentes del modernismo musical? Esta obra concebida para voz y pequeña orquesta a partir de un original para piano y voz, fue encargo de la Princesa de Polignac para acompañar el recitado en voz alta de diversos extractos de los diálogos de Platón referidos a Sócrates, y que Satie pareció aceptar a regañadientes. Siguiendo la traducción de Victor Cousin, y con la feliz y acertada idea de proyectar los textos con elegante caligrafía para que pudiésemos seguir su conceptual trama, la versión definitiva respetó el encargo de que fueran solo voces femeninas las intervinientes, a pesar de que dieran voz a personajes masculinos, pero añadiendo orquesta que proporcionara una base dramática, aunque repetitiva, a la propuesta.

Alcibiades, Sócrates, Fedro y Fedón encontraron en las muy bien entonadas voces solistas la vía de comunicación con un público que asistimos atentos y curiosos a tan insólita propuesta. Los resultados, como suele ocurrir cuando se pone tanto empeño e ilusión en la empresa, fueron sobresalientes, ahora sí con una orquesta harto disciplinada, una cuerda tersa y un perfecto equilibrio entre todas las voces. La ocasión nos permitió además disfrutar de la voz estremecedora, poderosa y muy implicada dramáticamente de la joven mezzo navarra Nerea Barraondo, que cargó con el mayor peso de la función. Junto a ella, las aportaciones de la soprano Andrea Ramírez brillaron lo justo, aportando variedad y elegancia a un conjunto que convenció de principio a fin para disfrute de todos y todas las asistentes.

viernes, 16 de mayo de 2025

Estreno en salas de ERNEST COLE: LOST AND FOUND

 Reseña de la película, estrenada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla el 12 de noviembre de 2024

UNA FRÍA COMBINACIÓN DE AROMAS Y SENTIMIENTOS

Gran Sinfónico nº 11 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Iván Martín, piano. Pablo González, dirección. Programa: Siete principios herméticos, de Daahoud Salim; Noches en los jardines de España, de Falla; Sinfonía nº 6 en si menor, Op. 74 “Patética”, de Chaikovski. Teatro de la Maestranza, jueves 15 de mayo de 2025


La de anoche, y su repetición hoy, ha sido al menos la tercera vez que el director asturiano Pablo González se pone al frente de la Sinfónica de Sevilla, y como en aquellas otras ocasiones, su batuta no tuvo el reflejo que merece su inusitado entusiasmo e incuestionable profesionalidad. En los atriles, un estreno absoluto, el que está considerado mejor concierto español para piano de todos los tiempos, y una de las más desgarradoras y populares sinfonías jamás compuestas.

Interesante paisaje musical

No deja de ser un enorme placer comentar en estas páginas la impresión que nos causa un estreno absoluto, al que nos acercamos con los oídos vírgenes y curiosos, sin el contagio que otras interpretaciones puedan provocar en nuestra percepción de la música. No recuerdo que la ROSS haya interpretado antes una pieza de Daahoud Salim, nacido en Sevilla pero de ascendencia afroamericana. Sí lo hizo la OJA cuando en abril de 2023 interpretó su concierto para saxofón De paz interna.

Hijo del veterano y casi diríamos legendario Abdu Salim, que desde su Texas natural decidió instalarse en nuestra ciudad y agitar su vida jazzística, una disciplina que siempre ha calado fuerte entre nuestros y nuestras aficionadas, Daahoud derrocha personalidad y atesora una impecable formación clásica y jazzística que se hizo especialmente perceptible en aquel concierto de saxofón referido.

Siete principios herméticos se muestra, sin embargo, más heredera de otra influencia norteamericana, la que se refleja en esos amplios paisajes y épicas sensibilidades que desde tiempos de Aaron Copland acompañan buena parte de la producción musical de Estados Unidos. Pero la pieza de Salim no se fija en amplias praderas ni majestuosas montañas, sino en otra conquista aún por perfeccionar del ser humano, el espacio, ese cielo estrellado que alberga multitud de misterios y secretos y que el compositor parece evocar desde la especial tímbrica centelleante con la que arranca esta obra en siete movimientos.

Una creación majestuosa pero contenida que recrea atmósferas atreviéndose a retar las corrientes más vanguardistas en beneficio de la tonalidad y el romanticismo efervescente de sus líneas discretamente melódicas, sin por ello desdeñar su imponente modernismo al servicio de una evocación de imágenes muy arraigadas en nuestro acervo cultural.


Sus breves movimientos hacen acopio de ese ambiente relajado y fantasioso que parece dibujar, hasta que un perfectamente urdido crescendo se adueña del galopante Género final, con estructura férrea, un juego de dinámicas bien urdidas y una orquestación generosa en detalles e impresiones sensoriales.

La interpretación meditada y respetuosa de González y los maestros y maestras de la orquesta obtuvo la aprobación manifiesta del joven compositor, cuyo momento de gloria saludando al público se vio entorpecido por la entrada de espectadores y espectadoras rezagadas, que bien podrían haber esperado al dilatado interludio que precedió a la siguiente pieza, ajuste del piano incluido.

Falla y Chaikovski, demasiado contenidos

El pianista canario Iván Martín fue el reconocido solista en Noches en los jardines de España, ese concierto para piano que en realidad no lo es, más una triada de nocturnos bautizados como impresiones sinfónicas. El del piano aquí no es un papel protagonista sino uno principal al que acompaña el resto de la orquesta, lo que no resta importancia al esmero que el solista ponga a la hora de desgranar el sinfín de aromas y emociones que evoca la magistral partitura de Falla.

Martín estuvo acertado en la parte técnica, con un arranque mágico y un sinfín de filigranas impecablemente recreadas. Pero se enfrentó a una batuta que no puso toda la atención debida al volumen, empañando en más de una ocasión el trabajo del pianista, que por otro lado tampoco domina siempre la función. Y eso que en general la interpretación se reveló flácida y lánguida en su empeño por ser delicada y rehuir de superfluos efectismos, incuso en el enérgico y fogoso movimiento final en los jardines de la Sierra de Córdoba.


González descubrió su impecable faceta de orador ameno y distendido, con una elocuencia precisa y esmerada, en su insólita introducción de la Sinfonía Patética de Chaikovski, destacando la dificultad de averiguar la verdadera carga dramática y programática de la obra. Sin embargo esta admiración apasionada que demostró en su locuaz presentación, no tuvo el reflejo adecuado en una interpretación que igual que la pieza de Falla, se antojó demasiado contenida.

Pero a pesar de estos inconvenientes, la elegancia y la delicadeza que González imprimió a su dirección tuvo su reflejo en la estética melancólica que acompañó toda la partitura, excepto lógicamente el triunfal allegro molto vivace al que sin embargo faltó ironía y algo más de bullicio. La suya fue una Sexta elegante y contenida más de lo conveniente, en la que atisbamos una especial recreación y apertura de líneas melódicas en el movimiento inicial, pero menos desgarro del aconsejable en el adagio lamentoso final.

Fotos: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 15 de mayo de 2025

UNA QUINTA PORTUGUESA y un piso en Barcelona

España-Portugal 2025 114 min.
Guion y dirección
Avelina Prat Fotografía Santiago Racaj Música Vincent Barrière Intérpretes Manolo Solo, María de Medeiros, Branka Katic, Rita Cabaço, Ivan Barnev, Luisa Cruz, Rui Morrison, Xavi Mira, Bianca Kovacs Estreno en el Festival de Málaga 17 marzo 2025; en salas 9 mayo 2025

Avelina Prat
sorprendió hace un par de años con Vasil, crónica de una mente prodigiosa lastrada por la condición de indigente refugiado en Valencia, producto de la infame situación política y social de su país, Bulgaria. Pero aquella declaración de buenas intenciones se quedaba un poco corta a la hora de llegar al público y convencer de sus indudables bondades. Ahora insiste en analizar ese universo de vidas lastradas por una geografía injusta en la que impera la desigualdad y la falta de oportunidades, pero con un objetivo distinto y una vocación más universal en todos los sentidos, especialmente en lo que a sentimientos se refiere.

En éste su segundo largometraje la directora valenciana se adentra en el fascinante mundo de la fábula a través del siempre atractivo tema de la suplantación y la búsqueda de una nueva vida. Un renacer que parte de una situación no querida, sobrevenida, y que luego de forma más o menos natural va orientándose hacia una nueva luz, una perspectiva diferente de la vida y la posibilidad de encontrar la felicidad de la forma quizás menos previsible. Un juego de espejos para el que la realizadora hace acopio de delicadeza y elegancia, regalándonos una hermosa película, romántica y evocadora, bañada por el encanto, la calma y la luz del país vecino en su vertiente más rústica y amable.

El tratamiento literario del conjunto y el magnífico trabajo de su trío protagonista, logran redondear este perfecto pretexto para dejarse llevar por la vertiente más amable y apacible del ser humano, esencial para recuperar la confianza en nosotros y nosotras mismas. El descubrimiento de la sin embargo veterana actriz serbia Branka Katic, todo encanto y luminosidad, la hermosa madurez de María de Medeiros y la solidez labrada a lo largo de los años de un insuperable Manolo Solo, funcionan por sí solos como atractivos para dejarse atrapar por esta preciosa propuesta mediterránea.

EL CIELO DE LOS ANIMALES La espera de lo inevitable

España 2025 81 min.
Guion y dirección
Santi Amodeo, según las historias de David James Poissant Fotografía Leonardo Hermo Música Marcos Amodeo Intérpretes Raúl Arévalo, Paula Díaz, África de la Cruz, Claudio Portalo, Manolo Solo, Jesús Carroza Estreno en el Festival de Málaga 20 marzo 2025; en salas 9 mayo 2025

Tras un decepcionante paréntesis comercial con ¿Quién mató a Bambi? y la algo menos malograda Yo, mi mujer y mi mujer muerta, el director sevillano Santi Amodeo recuperó su estilo rebelde y a contracorriente con Las gentiles, donde bautizaba artísticamente a Paula Cruz, una de las protagonistas de su nueva película. Se trata de la adaptación de varios relatos cortos del escritor estadounidense David James Poissant, combinando hábil e ingeniosamente un estilo narrativo afín a la realidad con otro que nos transporta al mundo de los sueños y la fantasía.

De esta forma, nos presenta tres historias en las que la espera de lo inevitable se hace muy presente, y donde la promesa de una vida más allá de la terrenal convive con la presencia de un particular animalario que anima cada relato y le proporciona su particular esencia. Por lo tanto lo del título no es un capricho ni una extravagancia, sino que configura a grandes rasgos la intención y el contenido de alguna forma psicoanalítico de esta extravagante aventura en tres episodios.

La fuerza de la puesta en escena, aparentemente austera pero inteligentemente articulada para generar cierto enrarecimiento y una mirada algo marciana del conjunto, logra que temas como la pérdida, la volatilidad del ser humano y, sobre todo la tensa evidencia de la muerte, se hagan dueños de la función. Brillan en el conjunto las interpretaciones de su elenco, especialmente Manolo Solo y Jesús Carroza, que interpretan el tercero de los relatos, el que aporta la dosis de comedia que este tipo de proyectos necesita.

miércoles, 14 de mayo de 2025

ENEMIGOS Dulce venganza

España 2025 103 min.
Dirección
David Valero Guion David Valero y Alfonso Amador Fotografía Alberto Pareja Música Steve Lean Intérpretes Christian Checa, Hugo Eelzel, Estefanía de los Santos, Luna Pamiés, José Manuel Poga, José María Peinado, Sara Vidorreta Estreno en el Festival de Málaga 15 marzo 2025; en salas 9 mayo 2025


Aunque pueda parecer otra película de contenido social con barrios marginados y problemas en la calle, en la línea de José Antonio de la Loma o Eloy de la Iglesia, perpetuado en este siglo por directores como Alberto Rodríguez o Achero Mañas, se trata en realidad de una película difícil de encasillar. Podríamos considerarla un cuento moderno, un entretenimiento bien urdido con ínfulas educativas; en definitiva, una cinta a la que resulta difícil resistirse y a la que preocupa hacerle una mala crítica. Lo peor es que apenas se puede contar ni de qué va, limitándonos a esbozar su argumento como la historia de una venganza diferente, en cierto modo edificante y reveladora.

Claro que para llegar a ese resultado, su director, curtido fundamentalmente en el cortometraje y algún documental, siendo éste su primer largometraje de ficción, ha tenido que colmarse de valor e ingenuidad. De esta forma lo que queda es un producto con muy buena voluntad, con valores positivos y educativos, pero algo lastrado por un exceso de ingenuidad infantil. Una inocencia que, por otro lado, constituye también un aliciente. No cabe duda de que Valero y su coguionista se lo han trabajado bastante al dotar su amable y original propuesta de una buena estructura narrativa y un hilo conductor a través de la música y la poesía callejera, en definitiva el rap.

Cabe destacar como artífices indiscutibles del buen resultado de la operación a su reparto, encabezado por Christian Checa, a quien descubrimos en el debut en la dirección de Juan Diego Botto, En los márgenes, y Hugo Welzel, que interpretó un personaje también difícil en la miniserie El hijo zurdo. Junto a ellos cumplen sus funciones con esmero y dedicación los andaluces Estefanía de los Santos y José Manuel Poga, junto a la joven encantadora Luna Pamiés, en su segundo trabajo tras El agua. Ambientada en los supuestos barrios marginales de Alicante, su banda sonora y buena ambientación logran que se deguste con interés y curiosidad.

miércoles, 7 de mayo de 2025

SEPTIEMBRE DICE Las hermanas tóxicas

Título original: September Says
Irlanda-Reino Unido-Alemania-Francia-USA 2024 100 min.
Guion y dirección
Ariane Labed, según la novela de Daisy Johnson Fotografía Batlhazar Lab Música Johnnie Burn y Molly Nilsson Intérpretes Mia Tharia, Pascale Kann, Rakhee Thakrar, Shane Connellan, Barry John Kinsella, Cal O’Driscoll Estreno en el Festival de Cannes 21 mayo 2024; en Irlanda 21 febrero 2025; en España 30 abril 2025


Con muchas películas a sus espaldas como actriz protagonista o secundaria, Ariane Labed debuta como directora de largometrajes con esta curiosa película que aspira a ser perturbadora para simplemente quedarse en algo distinto y entretenido. Se nota la influencia de su marido, Yorgos Lanthimos, que junto a Athina Rachel Tsanbin, bajo cuyas órdenes debutó en 2020 con Attenberg y ganó el premio a la mejor actriz en Venecia, se han erigido en principales artífices de su carrera cinematográfica, que se completa con otros y otras directoras inscritas también en este cine que podríamos denominar bizarro, y con los que ha recorrido media Europa, siendo ella mitad griega mitad francesa.

En Septiembre dice adapta una novela de Daisy Johnson sobre la compleja relación entre dos hermanas influidas por una madre diferente, mujer artista e independiente con una forma muy particular de ver la vida y el mundo en el que vivimos. Pero incluso a ella se escapa esa relación tan deforme y particular que informa a las dos jóvenes, de dominación no exenta de sadomasoquismo, pero también de protección y una férrea colaboración que va tejiendo poco a poco un especial trastorno en la supuestamente más débil.

El acoso escolar o el despertar a la sexualidad se van constituyendo en episodios más o menos sólidos que en su conjunto conforman una película que se deja ver como experiencia diferente y entretenida. Una cinta que acaba en su discruso y su narrativa siendo más convencional de lo que en principio podría parecer, pero que a la larga no aporta gran cosa ni parece tener claro su horizonte, aunque en el camino algún que otro giro pueda hacer las delicias de quienes buscan lo inesperado en las historias de alguna forma extraordinarias.

domingo, 4 de mayo de 2025

LA BUENA LETRA La mujer prudente y los sueños robados

España 2025 110 min.
Guion y dirección
Celia Rico Clavellino, según la novela de Rafael Chirbes Fotografía Sara Gallego Música Marina Alcantud Intérpretes Loreto Mauleón, Enric Auquer, Roger Casamajor, Ana Rujas, Teresa Lozano, Sofía Puertas, Gloria March Estreno en el Festival de Málaga 14 marzo 2025; en salas 30 abril 2025


Tercer largometraje de la sevillana Celia Rico Clavellino, que después de centrar su atención en las relaciones maternofiliales (Viaje al cuarto de una madre, Los pequeños amores), realiza su primera adaptación literaria y película de época, concretamente la inmediata posguerra española. Loreto Mauleón, por fin en un papel protagonista tras sorprendernos en trabajos como Patria, da vida a una mujer cuyo único fin y objetivo en la vida parece ser trabajar sin descanso, única manera de mantener el equilibrio en uno de tantos hogares destrozados anímicamente por la guerra. Todo se desarrolla en un pueblo de interior valenciano, uno de tantos lugares en los que la difícil convivencia entre vencidos y vencedores se desarrolla en un ambiente de miseria y falta de recursos tan palpable como la tristeza que todo lo inunda. Mauleón da vida a una joven ama de casa que pone toda su voluntad y talento al servicio de cada tarea que se propone, ya sea cocinar, coser, educar a su hija… trabajar sin descanso como único motor de quien, como a tantas otras personas, la guerra y la sinrazón le han robado los sueños y la esperanza. Una forma, en definitiva, de engañar y engañarse a sí misma, sin buscar otros horizontes, que quizás le hayan sido prohibidos.

Siguiendo un patrón de cine costumbrista, clásico y pictórico, evidente por ejemplo en el tratamiento de su principal personaje, la directora y autora del guion consigue sumergirnos en el ambiente, vivirlo como si estuviéramos ahí, sin buscar tanto la emoción como la complicidad, e incluso la perplejidad ante algo que creemos conocer de sobra pero que nunca resulta suficiente recordarlo, quizás con el fin de que las nuevas generaciones sepan de verdad lo que puede llegar a destruir el fascismo, la negrura, la falta de compasión y de humanidad que acarrea. La película se estructura en capítulos que siempre hacen alusión a Ana, la mujer prudente que todo lo observa, y nosotros y nosotras con ella, con esa buena letra que imprime a todos sus quehaceres, sin salirse del renglón, procurando no decepcionar a nadie, aunque a ella haga tiempo que le decepcionó la vida. La llegada de una segunda mujer, su cuñada, insuflará de aire fresco y provocación su rutina marchita y organizada, quizás para revolucionarla y lograr que se haga preguntas y quién sabe si resolverlas.

Todo siempre desde la observación, la discreción y esa misma prudencia que lidera la vida de la joven y abnegada protagonista, una de tantas madres que quedaron en el triste recuerdo de un país al que cuarenta años de dictadura aún hace mella. Celia Rico desborda talento en esta su tercera película, para la que una mención especial en el Festival de Málaga se le queda manifiestamente corta, mientras revela que entre sus grandes referentes se encuentra Víctor Erice, para quien los recuerdos familiares del pasado, incluidas esas canciones que emergen de la radio y esos bailes que coronan una primera comunión tan en paralelo a El sur, tanto marcaban en su cine como lo hacen en el de esta imprescindible directora de Constantina.

LA HISTORIA DE SOULEYMANE La maquinaria de la impotencia

Título original: L’histoire de Souleymane
Francia 2024 92 min.
Dirección
Boris Lojkine Guion Boris Lojkine y Delphine Agut Fotografía Tristan Galand Intérpretes Abou Sangare, Nina Meurisse, Younoussa Diallo, Amadou Bah, Emmanuel Yovanie, Alpha Oumar Sow, Keita Dialo Estreno en el Festival de Cannes 13 mayo 2024; en Francia 9 octubre 2024; en España 30 abril 2025


En su tercer largometraje como director, Boris Lojkine insiste en su particular fascinación por el drama africano, pero esta vez en lugar de viajar al castigado continente (Hope, Camille), se centra en las calles parisinas, donde un inmigrante sin papeles prepara su examen para lograr el reconocimiento de refugiado político, a la vez que recorre sin descanso las calles de la capital francesa llevando pedidos de comida en su bicicleta. La película no disimula su aspecto semi documental mientras estructura su narración en tres tiempos bien reconocibles. Un primero en el que se presenta el personaje, su objetivo y su preparación, centrándose fundamentalmente en ese ir y venir sin tregua por las calles nocturnas de pedido en pedido, con peaje en varias situaciones puntuales que tejen bajo un prisma preciso y casi esquemático el universo al que se enfrenta cada noche. 
En un segundo tiempo, nos introduce en las desavenencias con la gente de su propia raza y condición, problemas de carácter económico, mafias básicas en las que preparar un examen o disfrutar de una cuenta para trabajar como repartidor, tienen su precio. Y en el tercero, finalmente este héroe anónimo, carne de supervivencia, se enfrenta a la tan temida entrevista.

Y durante todo el periplo vamos conociendo historias de solidaridad, una maquinaria con la que hoy cuentan las grandes ciudades de nuestro entorno, con la que se intenta paliar en la medida de lo posible la grave situación que sufren cada día millones de inmigrantes y refugiados de todo el mundo, evidenciando cierta impotencia y desgaste humano. Asistimos también al proceso de renuncia que experimenta el protagonista, un joven Abou Sangare que con este papel logró el pasado año premios de interpretación en los Cesar, Cannes, Gijón y los Premios Europeos del Cine.

Lojkine imprime ritmo y pasión a un trabajo impecable en sus idas y venidas, que nos hace partícipes de las desventuras del joven guineano, aunque en el desarrollo experimentemos esa sensación de ya visto y de típica acumulación de desgracias que apenas da respiro a la experiencia personal de uno de tantos desheredados de una Tierra que hace mucho decidimos que sólo nos pertenecía a unos pocos. Otros tres César (mejor actriz revelación para Nina Meurisse, la atenta y expresiva entrevistadora, el guion original y el montaje) y el Premio del Jurado en la sección Un certain regard de Cannes, completan su valioso y abultado palmarés.

sábado, 3 de mayo de 2025

FELIZ RECUPERACIÓN DE MARIA PADILLA

Maria Padilla. Ópera en tres actos de Gaetano Donizetti, con libreto de Gaetano Rossi. Sasha Yankevych, dirección musical. Íñigo Sampil, director del coro. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro del Teatro de la Maestranza. Con Kristina Mkhitaryan, Silvia Tro Santafé, Francesco Demuro, Andrey Zhilikhovsky, David Lagares, Oscar Oré, Julio Ramírez y Carolina Rotela. Teatro de la Maestranza, viernes 2 de mayo de 2025

Kristina Mkhitaryan y Andrey Zhilikhovsky

Ayer hizo justamente treinta y cuatro años que el Maestranza abrió sus puertas al público por primera vez. Fue de la mano de Vjekoslav Sutej y la Sinfónica, junto al inimitable Rafael Orozco, para ofrecernos el segundo de Rachmaninov y Scherezade de Rimski-Korsakov, sólo ocho días antes de que la gala protagonizada por las más rutilantes voces españolas del momento inaugurara oficialmente el coliseo del Paseo Colón.

El emplazamiento del elenco protagonista de Maria Padilla frente al público y con el Coro del Maestranza detrás, podía evocar el recuerdo inmarchitable de aquella velada gloriosa. Las voces, por su parte, sin gozar ni de lejos de la popularidad de aquellas autoridades convocadas, sí que lo hicieron de rotunda maestría, belleza canora y entrega absoluta a lo que fue un feliz redescubrimiento en Sevilla, esta ópera que Donizetti ambientó en nuestro Alcázar.

En la vida tantas cosas son cuestión de suerte. Maria Padilla nada tiene que envidiar a sus hermanas las reinas inglesas, ni mucho menos a su gemela La favorita, el otro título donizettiano ambientado en la ciudad de la Giralda. Es más, en muchos aspectos supera con creces a estas óperas aludidas, que gozan de mantenerse férreas en el repertorio, mientras la dedicada a la amante, y reina después de muerta, de Pedro I el Cruel, hace ya mucho que feneció de forma harto inexplicable, como quedó demostrada en la sensacional noche de ópera que vivimos ayer.

Mkhitaryan y Silvia Tro Santafé

Fue un éxito en su estreno en Milán en 1841, y visitó multitud de plazas en los años siguientes, incluida Sevilla y su llorado Teatro San Fernando. Luego, cayó en el más absoluto olvido, y ahora apenas se puede disfrutar en las contadas grabaciones que de ella se han realizado, siempre desde la humildad, siendo la de Ópera Rara la más recurrente, con Alun Francis al frente de la Sinfónica de Londres.

Precisamente la edición si no crítica, sí lo más parecido posible, de este sello discográfico, fue la utilizada para esta recuperación en versión concierto que pudimos disfrutar anoche en el Maestranza. Una versión que combina segmentos alternativos, descartes y postizos obligados según las distintas representaciones que de ella se celebraron en el siglo XIX, sin por ello traicionar su precisa dramaturgia, trasunto de una historia que, debido a las múltiples fuentes históricas, resulta mucho más farragosa en la vida real.

Ópera en mayúsculas

Para poner en pie esta acertada iniciativa, se contó en un principio con una batuta especializada en el universo de Donizetti, el italiano Riccardo Frizza. Pero apenas unos días antes de la representación, el maestro canceló por motivos de salud, sustituyéndole el joven ucraniano Sasha Yankevych, que con el tiempo en contra ha logrado ponerla en pie con el mejor de los resultados posibles.

En sus manos, la orquesta sonó voluptuosa, siempre elegante, sin estridencias ni vehemencia, logrando que en ningún momento se eclipsaran las voces. Claro, que en esto último tuvo mucho que ver colocarse en el foso y no detrás de los solistas como suele ser habitual en las óperas en concierto. Una solución que ya se adoptó con el recital de Radvanovsky y Beczala y que a nuestro juicio resta espectacularidad al conjunto.

Sasha Yankevych

De la ingente cantidad de óperas que conforman el catálogo del compositor de Bérgamo, pocas son en proporción las que siguen en el repertorio. Esta ópera redescubierta demuestra que quizás debieran ser más las que gozasen de ese privilegio. Gracias a la atenta y meticulosa dirección de Yankevich y los excelentes resultados que bajo su control exhibieron los diversos instrumentos solistas, pudimos disfrutar en toda su extensión de la belleza de una partitura rica en arias, ariosos, arietas, dúos, cabaletas, corales y otros números resueltos con excelencia y brillantez.

En este sentido, conviene destacar el sensacional trabajo del Coro del Maestranza en las numerosas y generosas piezas que se le dispensan, algunos con solemnidad de estilo schubertiano y otros con inequívoco sabor ibérico, alegre y desenfadado, como ese bolero con el que arranca el segundo acto. Ellos y ellas fueron caballeros, nobles, gente del pueblo y de la corte, debiéndose en gran parte a su trabajo esas subidas de tensión que protagonizan los finales de cada acto.

Un formidable conjunto de voces

Poco o nada hubiera lucido esta recuperación sin el trabajo preciso, excelente, de las voces convocadas al efecto. Ellas y ellos lograron que cada número brillara por derecho propio, de forma que resultara inexplicable que muchas de sus arias y piezas de conjunto no hayan pasado al repertorio de grandes éxitos operísticos.

Excelsa y elegante, así lució la soprano Kristina Mkhytarian, una voz con mucho cuerpo y una presencia escénica fascinante, que dominó agilidades de forma holgada y afrontó las numerosas dificultades de su papel con solvencia y fluidez. Ya fuera en solos o en dúos, así como cuartetos y sextetos, su voz alcanzó momentos de rutilante belleza. Sorprendió mucho la fuerza vocal, la rotundidad no reñida con sensibilidad expresiva, del barítono moldavo Andrey Zhilikhovsky, que exhibió en todo momento una voz torrencial de bravura. Su dominio del papel del don Pedro lo demostró con creces en arias tan hermosas como Lieto fa voi ritorno.

Francesco Demuro y David Lagares

La valenciana Silvia Tro Santafé triunfó también como Inés, la hermana de la protagonista, seduciéndonos ya desde su inicial Al vostro puro omaggio, y conquistándonos definitivamente en Sorridi, oh sposo amato, gracias a un timbre agradable y unas agilidades generosas. Junto a Mkhytarian protagonizó momentos en pianissimi y filados de gran belleza y envergadura. Menos nos convenció el veterano Francesco Demuro, que aunque brilló también como Ruiz, el padre de la infortunada, exhibió cierto desgaste en su fraseo, no obstante resolver con altura arias como Il sentiero di una vita y su ligada calabeta Una gioja ancor mi resta.

El resto cumplió con satisfacción, desde la voz rotunda y profunda de David Lagares a la más pequeña pero expresiva de Óscar Oré, y los breves pero muy logrados trabajos de Julio Ramírez, miembro del coro, y Carolina Rotela. Todos y todas al servicio de una noche de ópera excelsa e inolvidable.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

BIENVENIDO A LA MONTAÑA Blanca felicidad

Título original: Un mondo a parte
Italia 2024 112 min.
Guion y dirección
Riccardo Milani Fotografía Saverio Guarna Música Piernicola Di Muro Intérpretes Antonio Albanese, Virginia Raffaele, Sergio Megrossi, Elisa di Eusanio, Claudio di Pasqualis, Mauro Marino, Corrado Oddi, Alessandra Barbonetti Estreno en Italia 28 marzo 2024; en España 30 abril 2025


Echando un vistazo a la extensa filmografía de Riccardo Milani se llega a dos conclusiones. La primera es que se caracteriza por su buena voluntad y sus humanitarios instintos, la otra es que su actor fetiche es Antonio Albanese. Incluso se encargó del remake italiano de aquel Mamá o papá francés que también conoció versión española. En Un mundo aparte, traducción literal del título original, aquí bautizado con el más oportunista Bienvenido a la montaña, un profesor hastiado de la vida urbanita, de la idiosincrasia de los repelentes e ineducados niños y niñas de la gran ciudad, decide trasladarse a una pequeña localidad en Abruzzo, donde la vida es más sencilla, que no fácil por las inclemencias climáticas.

A partir de ahí asistimos al proceso de aclimatación del profesor, su felicidad a costa del medioambiente cuya salvaguarda resulta más posible y responsable que en Roma y esas grandes ciudades donde habita la mayor parte de la población mundial. Para a continuación, en su segunda parte, enfrentarse a la corrupción inmobiliaria y las zancadillas burocráticas que nos asfixian y logran acabar con ese auténtico bienestar que tanto se desprecia a favor de la riqueza inmediata y la dictadura del dinero. Dos partes que convergen en un canto voluntarioso y eficiente de la colectividad, la diversidad, el abrazo a la inmigración y la riqueza cultural y social que aporta, todo dentro de unas coordenadas en las que impera la amabilidad y los buenos sentimientos.

Lástima que en el proceso se eche mano tan a menudo de clichés, que el conjunto resulte previsible y que se salpique de episodios innecesarios que restan credibilidad al conjunto. Entre lo más entrañable, que como rezan sus ilustrados títulos finales, la mayoría del reparto proceda del pueblo retratado, Pescasseroli, o de las culturas abrazadas en su desarrollo, ucranianos y marroquíes, con indicación expresa de dónde nacieron cada uno y una de sus intérpretes, profesionales y amateurs.

viernes, 2 de mayo de 2025

OTRO PEQUEÑO FAVOR Entretenimiento ligero y sofisticado

Título original: Another Simple Favor
USA 2025 120 min.
Dirección Paul Feig Guion Darcey Bell, Jessica Sharzer y Laeta Kalogridis Fotografía John Schwartzman Música Theodore Shapiro Intérpretes Anna Kendrick, Blake Lively, Allison Janney, Michele Morrone, Elena Sofia Ricci, Alex Newell, Andrew Rannells, Kelly McCormack, Henry Golding, Joshua Satine, Ian Ho, Elizabeth Perkins, Bashir Salahuddin Estreno en Amazon Prime 1 mayo 2025


Para quienes sólo pretendan pasar un par de horas entretenidas, de forma ligera y sin muchas complicaciones, llega esta secuela de una comedia de intriga ingeniosa y sofisticada que se estrenó hace seis años en salas. Su distribución ahora se limita a plataformas domésticas digitales y su responsable vuelve a ser Paul Feig, que desde aquella infame y grosera La boda de mi mejor amiga, ha ido suavizando paulatinamente sus formas, con Espías, Cazafantasmas (2016), Un pequeño favor y la cursilona Last Christmas marcando ese camino de progresiva redención.

La película vuelve a reunir a las dos amigas enemigas que incorporan con oficio y acierto la simpática Anna Kendrick y la siempre fascinante Blake Lively, que junto a su extravagante y a menudo delirante vestuario, es uno de los alicientes de la cinta, además de su localización en la isla de Capri, potenciando toda la sofisticación posible, que incluye un elenco italiano de considerable atractivo comercial. Todo al servicio de una intriga disparatada en la que lucen algunos increíbles efectos visuales y en la que impera la luz, fuera y dentro, a veces hasta el extremo de parecer más un producto televisivo que puramente cinematográfico.

No obstante, se disfruta en la medida en que se admire a sus protagonistas, sus hermosas localizaciones y su esmerada sofisticación, siempre lejos de la película a la que sirve de secuela, más fresca y atrevida, aunque en el fondo abunden también los diálogos y las situaciones disparatadas, con todo el descaro al antojo de su equipo artístico y de producción.

jueves, 1 de mayo de 2025

LA MUJER MASOQUISTA A SOLAS CON MARILYN

A solas con Marilyn. Ópera de cámara. David del Puerto, música, guitarra eléctrica y dirección musical. Alfonso Zurro, texto. Ricardo Campelo Parabavides, dirección escénica y videocreación. Rhina, vestuario. Luiggi Falcone, iluminación. Ruth González, soprano. Blanca Valido, mezzosoprano. Ana María Alonso, viola. Coproducción de Teatro Xtremo y Ópera de Tenerife, con el apoyo del Festival de Ópera de Cámara de la Comunidad de Madrid, Ópera en Minúscula y Proyecto Verdi. Teatro de la Maestranza, miércoles 30 de abril de 2025


No podemos sino manifestar nuestra perplejidad, una vez más, ante un espectáculo perpetrado por quienes se sienten modernos y progresistas y no hacen sino errar conceptos echando mano, quizás inconscientemente, de viejos y devaluados clichés que no hacen sino perpetuar situaciones indeseables. Le ocurre a esta ópera de cámara, en cierto modo ambiciosa porque son muchas las entidades implicadas en su realización, cuenta con unos recursos técnicos holgados, el texto de un autor de la fama y el reconocimiento que acuña Alfonso Zurro, y la música detallista y combinada del Premio Nacional David del Puerto.

Llama la atención que en su puesta en escena sean tres las mujeres que la hacen realidad, dos voces y una viola, más la guitarra eléctrica de la que se hace cargo el propio compositor, pues se trata de una obra conceptual que pretende jugar más al psicoanálisis que a la dramaturgia, y para que quede claro ahí están esas manchas freudianas que de vez en cuando aparecen en la pantalla digital que sirve de telón escénico, en la que precisamente tres son los estereotipos de mujer que entran en juego, y ninguno positivo. Lo que demuestra que sin ser conscientes, seguimos anclados en muchos aspectos en ideologías vetustas, rancias y descoloridas, como cuando la mujer era sistemáticamente sacrificada por amor en tantos títulos operísticos decimonónicos. En dicha pantalla podemos seguir a través de la archiexperimentada técnica de la grabación en directo, los detalles de la puesta en escena. 


Una de las mujeres está atormentada y se siente profundamente desgraciada por el abandono de su marido. Despechada hasta el punto de recrear el mito de Medea, como si no supiéramos que tanto la brujería como la violencia vicaria ni muchísimo menos es patrimonio de la mujer, que incluso es el hombre quien más la ejerce y la ha ejercido. Otra se permite disfrutar del sexo de las formas más variadas, aunque ella las considera una y otra vez perversiones. Y la otra, una Marilyn Monroe que aparece en multitud de poses tanto en pantalla como en un libro que es radicalmente destrozado en escena, parece representar a esa otra mujer también desdichada, rol que ya parece imposible sustraerle a la pobre Norma Jean, pero a la vez femme fatale y roba maridos, más por su apariencia frívola que por su histórica conducta sentimental.

Como puede observarse, tres estereotipos machistas de la mujer en pleno siglo XXI. Pero qué se puede esperar cuando llevamos tantos días pendientes mediáticamente del fallecimiento de un Papa, por mucho que se pretenda fuera tan bueno y progresista. Estas tres mujeres, dos en escena, la otra como presencia testimonial, se mueven por un escenario vejatorio, una especie de cámara de tortura para que quede aún más clara su via crucis,  en el que exhiben su físico hasta límites pudorosos, y cantan o declaman embadurnadas en leche, agua, tinta y sangre falsa, tal es la pretensión estérilmente provocadora de su director de escena. Aunque a algunos lo único que nos provoca y repugna es que un hermoso libro de fotografías de Marilyn se destroce cada vez que se pone en escena le función.


A la soprano canaria Ruth González la hemos visto en Sevilla en papeles secundarios en La tabernera del puerto de Sorozábal, Alcina de Haendel y Jenufa de Janácek. Mantiene el tipo valientemente durante toda la función, a pesar de las circunstancias y de portar en la primera mitad una espantosa peluca lejos del tinte natural que exhibe en estas fotografías de archivo. Pero denota un timbre discretamente impostado, que en algunos pasajes, cantados de forma sobria y homogénea, nos traslada a una estética lírica de carácter veladamente zarzuelero. Con una voz rotunda y autoritaria, la mezzo también canaria Blanca Valido, que tanto nos gustó cuando participó junto a la Film Symphony Orchestra en el espectáculo Fénix de 2021, incorporó a una compañera de trabajo 
de la desdichada protagonista, cajera de supermercado, como voz de la conciencia y supuesta animadora sexual de la misma.

La música de David del Puerto fue quizás, sin grandes aspavientos, lo mejor de la propuesta, con esa combinación de técnicas tradicionales, complejas armonías y estéticas tonales y melódicas junto a sonoridades inquietantes pregrabadas y distorsiones de los dos únicos instrumentos en escena, logrando si no una partitura audaz y atrevida, sí al menos cierta creatividad en un trabajo ecléctico y puntualmente matizado. Lástima que estuviera al servicio de otro de esos textos mal enfocados de un autor demasiado mimado para la cantidad de veces que cae en visiones trasnochadas y rancias de realidades que seguramente pretende ilustrar de forma más acorde a nuestro tiempo, sin conseguirlo.

miércoles, 30 de abril de 2025

ÓPERA PARA REÍR EN LES ARTS, PRÓXIMAMENTE EN EL MAESTRANZA

Gianni Schicchi

Anticipamos el doble programa que a buen seguro se podrá ver en el Teatro de la Maestranza si no en esta próxima temporada a punto de presentarse, en las venideras. Se trata de la coproducción entre nuestro coliseo y Les Arts de Valencia en torno a dos óperas breves, La hora española de Ravel y Gianni Schicchi de Puccini. Lástima que el recién celebrado centenario del fallecimiento del compositor de Lucca no haya servido para ofrecer Il Trittico completo, una de cuyas partes, 
Suor Angelica, tuvimos ocasión de ver y escuchar en Artillería de Sevilla hace apenas un par de meses. Disfrutar de las tres óperas permitiría observar la manera que el maestro tuvo de abordar las tres partes de la Divina Comedia de Dante Alghieri en las que se basa, siempre que una inteligente e ingeniosa puesta en escena permita distinguir el infierno de Il tabarro, el purgatorio de Suor Angelica y el cielo de Gianni Schicchi.

Para este tercer título, y el de Ravel que le acompaña en esta ocasión, se ha contado con el talento de Moshe Leiser y Patrice Caurier, reconocido y demostrado en multitud de importantes plazas líricas. A nosotros su propuesta se nos ha antojado heredera de dos importantes cineastas españoles. El papel pintado, la escenografía y el tópico en forma de gran toro que domina la escena en La hora española, nos remite al universo almodovariano, al que por otro lado tanto se adapta el enredo de cuernos y la fuerte carga erótica que emana del texto de Franc-Nohain en el que se basa la comedia musical de Ravel.

Por otro lado, el sainete cómico coral en el que deriva la hábil puesta en escena de la ópera en un acto de Puccini, recuerda considerablemente al universo berlanguiano, con esas miserias en modo astracanada que definen a las familias retratadas en sus películas, también presentes en esta intriga por herencia que narra el libreto de Giovacchino Forzano. Leiser y Caurier, con estas acertadas escenografías de Alain Cavalca y la precisa iluminación de Christophe Forey, predominantemente clara y radiante, han logrado dotar de un fuerte dinamismo a la doble función, especialmente meritorio en el caso del título raveliano, toda vez que su enredo de puertas (más bien relojes), entradas y salidas, no coincide en tempi ni temperamento con la sensual y más bien relajada música del autor del Bolero.

L'heure espagnole

Mucho más enérgica la partitura de Puccini, que tanto sirvió a Alex North para adaptar algunos de sus pasajes a la banda sonora de El honor de los Prizzi, como a Richard Robbins para hacer lo propio en Una habitación con vistas. Ahí, las idas y venidas de toda una pléyade de avariciosos familiares del difunto patriarca, tuvieron mayor correspondencia con la agilidad musical, a la que tanto se plegó la impecable dirección musical del jovencísimo Michele Spotti, ya director con tan sólo treinta y un años de la Ópera de Marsella. También su visión de la estética raveliana se saldó positivamente, con una dirección atenta a los matices y los aspectos más sensuales de la breve ópera que precedió a la más programada El niño y los sortilegios.

La idea de ambientar ambos títulos en épocas más o menos contemporáneas, funcionó gracias a que las mezquindades y miserias apuntadas persisten en la supuestamente más civilizada sociedad de hoy. Sin embargo, algunos aspectos llegaron a chirriar, como la escasa credibilidad que tiene mantener en secreto el fallecimiento de un paciente en un moderno hospital, escenario de la segunda de las óperas reseñadas.


Elenco extraordinario
para esta representación levantina que se extiende desde el pasado 25 de abril hasta el próximo 4 de mayo, y de la que nosotros asistimos a la del domingo 27. La gran estrella indiscutible fue Ambrogio Maestri, que a sus cincuenta y cinco años se ha erigido en perfecto encarnador tanto de Gianni Schicchi como de Falstaff, lo que le convierte en barítono ideal para estos roles típicos de la comedia bufa. Una voz torrencial marcada por un timbre diamantino y una expresividad precisa, ni sosa ni exagerada, siempre en el tono justo para lograr la hilaridad sin perder la dignidad, fueron sus principales imanes a la hora de conectar con un público encantado de reír en la ópera. A su lado, resultó milagroso comprobar el excelente estado de salud vocal de la veterana mezzo Elena Zilio, también en el título pucciniano, sin atisbo de desgaste y haciendo gala de una vis cómica impecable y una precisión en tono y proyección extraordinaria. Por su parte, la joven valenciana Marina Monzó, cuya indisposición nos impidió disfrutar de su voz junto a la guitarra de Pablo Sáinz Villegas el pasado mes de diciembre en el Maestranza, entonó con oficio pero algo escasa de emotividad, el célebre O mio babbino caro. Claro que hacerlo amenazando con suicidarse jeringuilla mediante, restó ternura y compasión a un aria que lo pide a raudales.

Estuvo presente en ambos títulos el tenor peruano Iván Ayón Rivas, cuya carrera experimenta actualmente un ascenso sorprendente apoyado en un canto preciso y homogéneo, un timbre sedoso y una proyección sobrada. También coincidieron en el elenco de ambos títulos el tenor vasco Mikeldi Atxalandabaso y el bajo alicantino Manuel Fuentes, ambos con resultados también muy apreciados. En La hora española destacaron la mezzo suiza Eve-Maud Hubeaux, derrochando sensualidad tanto en lo canoro como en lo expresivo, y el barítono argentino Armando Noguera, perfecto como Ramiro gracias a un físico adecuado y una voz perfectamente colocada, capaz de abordar todos sus registros sin aparente esfuerzo. El resto del elenco en ambos títulos, al mismo excelente nivel que los protagonistas, redondeando una doble oferta tan disfrutable en lo musical, con la aportación siempre poderosa de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, como desternillante en lo estrictamente teatral.

Fotos: Luis Pascual

martes, 29 de abril de 2025

EL ÚLTIMO SUSPIRO Radiografía del dolor y la muerte

Título original: Le dernier soufflé
Francia 2024 100 min.
Guion y dirección
Costa-Gavras, según el libro de Régis Debray y Claude Grange Fotografía Nathalie Durand Fotografía Armand Amar Intérpretes Denis Podalydès, Kad Merad, Mailyne Canto, Fabrice Scott, Charlotte Rampling, Ángela Molina, Karin Viard, Hiam Abbass, Agathe Bonitzer, Georges Corraface Estreno en el Festivald e San Sebastián 25 septiembre 2024; en Francia 12 febrero 2025; en España 25 abril 2025

Siempre es agradable volver a los clásicos, y Costa-Gavras sin duda lo es, como esos abuelos que tienen tanto que enseñarnos. A sus noventa y dos años, el director de Z, Estado de sitio, Desaparecido, La caja de música y Amén, regresa a la gran pantalla con su estilo preciso y austero para contarnos una historia de interés general, la llegada de la muerte, enfermedad mediante. Lo hace a través del lazo de amistad que se teje entre un escritor filósofo de fama intelectual y un médico especializado en cuidados paliativos, ante la posibilidad de que el primero sufra un cáncer agresivo y la admiración que le profesa el segundo. 
La película se estructura entonces en una serie de episodios protagonizados por otras tantas mujeres flamantes, de la aristocrática Rampling a la gitana Molina, pasando por una poco o nada resignada Hiam Abbass que atesora los preciosos recuerdos que le propició un viaje a Sevilla, y Karin Viard dando vida a la oncóloga que pone la puntilla final.

Gavras, a partir de un original escrito a cuatro manos, indaga así sobre distintas formas de afrontar la enfermedad y la muerte, el concepto de dignidad que indiscutiblemente debería acompañarla, y el dolor que provoca en quien la padece y sus seres queridos. Lo hace con su inconfundible estilo casi documentalista, sin más adornos que una serie de cenas y fiestas con colegas y familiares, quizás lo más discutible e incomprensible de su sólido trazo, a quienes los protagonistas confían esos descubrimientos que convierten el periplo humano y sentimental en una camino de aportación y enriquecimiento mutuo.

Pero el director no pretende ni se espera de él que sea complaciente, de manera que no quiere ni puede quitar hierro a una situación que todos y todas tememos y que antes o después padeceremos, salvo aquellos y aquellas que dejen este mundo de forma tan inesperada como oportuna. Y todo esto nos lo cuenta alguien cerca del centenario, en un alarde de valentía con una pizca de propio exorcismo. Su presentación en la sección oficial del Festival de San Sebastián, así como su desprecio absoluto en los últimos César, a pesar de las excelentes interpretaciones de Podalydès y Merad, denotan cierta incomprensión ante un film si no excepcional, sí considerablemente valioso.

LA ISLA DE LOS FAISANES Cine social y solidario

Título original: Faisaen Irla
España-Francia 2025 98 min.
Dirección
Asier Urbieta Guion Asier Urbieta y Andoni de Carlos Fotografía Pau Castejón Intérpretes Jone Laspiur, Ibrahima Kone, Sambou Diaby, Itziar Ituño, Jon Olivares, Josean Bengoetxea, Aia Kruse, Rodonny Perriere Estreno en el Festival de Málaga 18 marzo 2025; en salas 25 abril 2025


Hace falta más cine social en este país, sobran tantas comedias de diseño generadas casi por catálogo de inteligencia artificial. El director vasco Asier Urbieta, tras un par de cortometrajes y una miniserie, se ha atrevido para su debut en el largometraje con este género, la mejor de las intenciones y una vocación humanitaria de primer orden. Claro que todo esto no es suficiente sin unas ideas más claras, al menos en lo que a narrativa estrictamente cinematográfica se refiere.

Como la isla que le da título, un pequeño territorio ubicado en el río Bidaosa, entre las localidades del País Vasco español de Irún y Fuenterrabía, y la del homólogo francés Hendaya, se trata de una coproducción entre los dos países, que narra el drama de la inmigración desde el punto de vista de una joven concienciada y valiente y su pareja, un español de origen africano. Una doble mirada desde la solidaridad y la empatía, pero también desde el temor y el trauma de quien se sigue sintiendo perseguido y despreciado, especialmente entre los agentes de la seguridad. Urbieta consigue un arranque poderoso que atrapa, y del mismo modo un desenlace ajustado a las expectativas.

Lástima que el sólido y sobrio armazón que lo sustenta, especialmente gracias a sus excelentes interpretaciones, sobre todo la joven Jone Laspiur, Goya a la mejor actriz revelación por Ane, decaiga en su trazo central, donde las ideas escasean y la rutina parece justificarse por la duración estándar de un largometraje. A pesar de todo, la película mantiene su fuerza, su coraje y su valor como denuncia moral, llamada a la empatía y la solidaridad y esperanza en un mundo mejor donde desaparezcan tantas fronteras humanas y emocionales. Antes de preestrenarse en el Festival de Málaga, estuvo en la sección oficial del Festival de Gotemburgo.

viernes, 25 de abril de 2025

SUBLIME VIAJE EMOCIONAL DE LA SINFÓNICA

Gran Sinfónico nº 10 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Cuarteto de Guitarras de Andalucía: Francisco Bernier, Antonio Duro, David Martínez y Javier Riba. György Gyoriványi Ráth, dirección. Programa: Concierto andaluz para cuatro guitarras, de Rodrigo; Sinfonía nº 2 en mi menor Op. 27, de Rachmáninov. Teatro de la Maestranza, jueves 24 de abril de 2025


Este nuevo acercamiento entre la ROSS y György Gyoriványi Ráth confirma al director húngaro como uno de los más firmes candidatos a convertirse en director artístico de la formación, más allá del puesto de invitado que ejerce esta temporada. Su sintonía con los maestros y maestras de la orquesta es más que evidente, como se observa en el grado de satisfacción que muestran en sus rostros y ademanes. Y así se extrajo de este extraordinario concierto en el que todos y todas, solistas, batuta y orquesta en su conjunto, brillaron a su máxima potencia.

La novedad fue contar con el Cuarteto de Guitarras de Andalucía como solistas, lo que evidentemente dio empaque y vistosidad a la función. La enésima interpretación de la segunda de Rachmáninov quizás restaba interés al asunto, sin embargo dejó claro que no nos cansamos de disfrutar con tan excelsa partitura y que se pueden vencer reticencias previas y sorprendernos con la que quizás sea la mejor interpretación que le hayamos escuchado a la ROSS de la pieza, lo que en su caso no es decir precisamente poco.

Encanto amable y ligero

La página de Joaquín Rodrigo reproduce, veinte años después, la gramática de su célebre Concierto de Aranjuez, pero tamizado con discretos toques disonantes y las nuevas corrientes populistas enarboladas en la década de los sesenta, con referentes claros en los trabajos que para el cine y la televisión compusieron, por ejemplo, autores en otras lides más exigentes, como Antón García Abril.

Muy familiares y reconocidos, el sevillano Francisco Bernier, el jienense Antonio Duro, el granadino David Martínez y el cordobés Javier Riba, dejaron clara su absoluta compenetración, cultivada a lo largo de los años y demostrada en tantas comparecencias anteriores. Juntos, apoyándose mutuamente, y por separado en los acordes que el maestro reserva a cada uno de los solistas, dejaron su impronta, respetando el carácter ligeramente impresionista, así como el toque retro barroco que respira la obra que Celedonio Romero encargó al compositor valenciano para estrenarla en San Antonio, Texas, junto a sus tres hijos.

El cuarteto evocó con gracia, talento y depuración técnica, pero sobre todo con mucha elegancia y sutileza, los aromas, la luz y los sonidos de Andalucía que inspiraron al maestro, logrando una lectura considerablemente poética de este Concierto Andaluz.

Ráth estuvo en todo momento muy atento frente la discreta amplificación de las voces solistas, mientras el solo de trompeta lució de forma ostensible en las sevillanas del tercer movimiento. Como propina, el cuarteto ofreció una muy hermosa Andaluza de Cuatro piezas españolas de Falla.

Un Rachmáninov imponente

La orquesta sevillana está sobradamente curtida en la interpretación de esta Sinfonía nº 2 del compositor ruso, si acaso una de las obras que más veces ha incluido en su catálogo. De entre todas, la que dirigió Pedro Halffter hace trece años puso el listón muy alto. También la grabación que el mismo director hizo con nuestra orquesta en el Festival de Santander, dejó claros síntomas de una maestría extraordinaria.


Por estas razones, llegábamos a esta enésima recreación de la página con prejuicios que rápidamente se evaporaron, nada más arrancar el primer movimiento y sentir que la de Ráth iba a ser una versión diferente, muy dramática e intensa. La cuerda grave se hizo cargo en los primeros acordes de exhibir la amenaza que se cernía sobre el ambiente, la carga dramática que su director quería imprimir a la interpretación, y la complicidad de la orquesta para dejar claras estas motivaciones y dejarse la piel en el empeño.

El resto fue un increíble viaje emocional henchido de sincero sentimiento sin prescindir de la grandilocuencia que reclama la página en más de uno de sus inspirados y melódicos pasajes. Un meditado juego de dinámicas, una perfecta armonización y una coherencia interna impecable, caracterizaron también la visión del director y la respuesta de cada integrante de la orquesta, a lo que se sumó el respeto absoluto que dispendió el público, quizás impresionado ante tanta belleza y emoción.

Maderas, metales, percusión y cuerda brillaron con una luz radiante, una técnica prodigiosa y un desbordante sentido de la expresividad. El allegro inicial fluyó con agilidad y acierto dramático, así como el scherzo resultó tan robusto como vitalista y el adagio disfrutó de un solo de clarinete excelso y unas líneas melódicas arrebatadoras.

El allegro final combinó esa alegría presupuesta con una expresión del destino algo más incierta y preocupante, hasta desembocar en un resplandeciente e irresistible desenlace. Una interpretación para el recuerdo, de esas que sitúan a una orquesta en el máximo nivel posible.

Fotos: Marina Casanova 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía