USA-Reino Unido 2012 164 min.
Dirección Christopher Nolan Guión Christopher y Jonathan Nolan, según los personajes creados por Bob Kane Fotografía Wally Pfister Música Hans Zimmer Intérpretes Christian Bale, Tom Ardí, Gary Oldman, Anne Hathaway, Morgan Freeman, Michael Caine, Marion Cotillard, Joseph Gordon-Levitt, Daniel Sunjata, Josh Pence, Juno Temple, Matthew Modine, Liam Neeson Estreno en España 20 julio 2012
La tercera y parece ser que última entrega de la trilogía que el director de Memento y Origen ha realizado sobre Batman se erige a nuestro parecer como la mejor y más completa, a pesar del enorme reconocimiento que obtuvo el título anterior, El caballero oscuro. Y así nos lo parece principalmente porque Christopher Nolan parece haber aparcado sus aires de grandeza, su ambición desmedida y su pedantería, decantándose más por ofrecer un gran espectáculo en el que tenga cabida de todo un poco. Buenos personajes muy bien interpretados, efectos especiales de ultimísima generación y un acabado visual espléndido, un argumento sumamente entretenido y lleno de giros inesperados, una buena dosis de elegancia y una interesante mezcla de temas que nos interesan porque están de rabiosa actualidad. Atrás parece quedar su pretensión de convertir al hombre murciélago en un personaje shakespeariano, y de dar así una insana trascendencia al conjunto. Por supuesto que no traiciona el espíritu estético y dramático que impulsó sus anteriores títulos, pero parece tomar cuenta de los mejores trabajos basados en héroes de cómic, especialmente Superman o el reciente Los vengadores. Claro que no hay humor directo, aunque las apariciones de Selina la Gata (espléndida y sofisticada Anne Hathaway) pudieran indicar lo contrario. Hay extravagancia, sólo así se explica que Batman y la Gata bailen la Pavana para una infanta difunta de Ravel a ritmo de foxtrot lento; y hay villanos, aunque en esta ocasión con la perversión añadida de sernos simpáticos porque utilizan como excusa de su barbarie terrorista la opresión económica y social a la que están sometidos los ciudadanos de Gotham a causa de un gobierno fundando en una mentira, ¿les suena? Y Gotham deja significativamente de ser Chicago para convertirse en Nueva York, no en vano la ciudad más castigada del Mundo en el celuloide. Y si en la anterior película el Joker (malogrado Heath Ledger, al que por cierto se le parece mucho Joseph Gordon-Levitt, que aquí interpreta un personaje muy relevante y clave para una posible recuperación de la saga) eclipsaba a Batman, el muy cuidado elenco interpretativo de esta cinta se adueña de la función también por encima del héroe, y no porque Christian Bale no lo valga, sino porque así está diseñada la producción y su estructura narrativa. Casi tres horas que se pasan volando gracias a un espectáculo milimétricamente urdido, magistralmente dirigido, ágil y enérgico.
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