Dirección Enrique Gato Guión Jordi Gasull, Patxi Amezcua, Neil Landau y Javier López Barreira Música Diego Navarro Animación Estreno 28 agosto 2015
Telecinco ha vuelto a confiar en Enrique Gato para producir la más ambiciosa producción de dibujos animados llevada a cabo por nuestro país, con permiso de Javier Fesser y su técnicamente insuperable Mortadelo y Filemón. El director de Tadeo Jones, cortos y largometraje, exhibe en esta ocasión una ausencia total de complejos a la hora de abordar su trabajo desde una estética y narrativa más puramente norteamericana, de forma que en nada se distingue ésta de las producciones de ese país. Algo que podría verse como un defecto, pero que guarda en sí muchas virtudes. Es evidente que la intención es llegar al mayor número de espectadores y lograr la mayor cuota de mercado posible; y a la vez demuestra el talento de quien desde la humildad impuesta por un sistema de producción siempre tan limitado como el nuestro, alcanza a emular con total y completa eficacia la del país más poderoso del mundo en términos de entretenimiento. Un mérito que no se le puede negar a Enrique Gato, y que unido a su evidente capacidad para generar un producto bien manufacturado, técnicamente impecable y con una historia bien urdida, planteada y desarrollada como ésta, deviene en un producto de entretenimiento familiar tan estimulante como relativamente recomendable. Y decimos relativamente porque en su tendencia a emular la filosofía yanqui, hace incluso un apoyo incondicional de la familia tradicional, sus valores y virtudes, que chocan con una educación que sea más abierta y tolerante. Pero este detalle, con ser importante, no debiera enturbiar la carrera de un producto que merece el éxito y la taquilla para la que ha sido concebido. Por lo demás, tiene el ritmo y la energía precisos, contribuyendo a ello una banda sonora también académicamente adecuada y una tensión dramática en aumento, sin que falten las dosis de humor y ternura necesarios, lo que nos lleva a pensar en un posible trabajo de diseño industrial, pero sobrado de méritos y valores, en lo que al esfuerzo y el trabajo en equipo sobre todo se refiere. Cabe añadir su capacidad visionaria, enfrentando en la ficción a la primera mujer presidenta de los Estados Unidos y un zafio multimillonario empresario de aires tejanos y villanas intenciones; ¿estaban pensando en Hilary y Donald?
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