Dirección Baltasar Kormákur Guión Lem Dobbs, Justin Isbell y William Nicholson Fotografía Salvatore Totino Música Dario Marianelli Intérpretes Jason Clarke, Josh Brolin, Jake Gyllenhaal, Emily Watson, Keira Knightley, Sam Worthington, Robin Wright, Elizabeth Debicki, John Hawkes, Michael Kelly, Clive Standen, Martin Henderson, Vanessa Kirby, Thomas Goodman-Hill, Mia Goth Estreno en el Festival de Venecia 2 septiembre 2015; en España 18 septiembre 2015; en Estados Unidos 25 septiembre 2015
El realizador islandés Baltasar Kormäkur debutó con un drama protagonizado por Victoria Abril, 101 Reikiavik, y desde entonces ha alternado títulos en su país y en Norteamérica con escasa fortuna. ¿Quién se acuerda de Verdades ocultas, Contraband o la más reciente 2 Guns, aunque estén protagonizadas por estrellas de Hollywood? Su momento de gloria le ha llegado ahora con este drama catastrofista de aventuras rodado en los Alpes y en el Himalaya. Curiosamente las grandes cumbres del planeta no han sido apenas objeto de atención por el cine, exceptuando naturalmente el documental. El Kilimanjaro sólo era un escenario en la película protagonizada por Gregory Peck y Ava Gardner, Clint Eastwood realizó una trepidante película de intriga y aventuras en el Eiger, Licencia para matar, y K2 obtuvo una muy tibia respuesta de público a principios de los 90. En el ámbito estricto del cine de acción y aventuras encontramos cintas como Límite vertical o Máximo riesgo. Avalancha, Fuerza mayor y Viven tocaban el tema de forma tangencial, pero Everest adopta un enfoque distinto recreando la estructura y el envoltorio de las películas de catástrofes clásicas de los años setenta, y para contar una historia verídica en torno a un grupo de excursionistas de montaña que tuvieron que hacer frente a una devastadora tormenta justo cuando alcanzaban la cumbre más alta del Mundo y de esa forma también su sueño más anhelado. Un elenco de rostros muy conocidos y un enfoque de la tragedia sin profundizar mucho en los perfiles de los múltiples personajes, hace que su parecido con ese género setentero sea más que razonable, unido al hecho de que no se abusen de efectos visuales, procurando dar al acabado un enfoque mucho más natural y creíble. El sufrimiento de los personajes, su lucha por la supervivencia, el daño ocasionado a los seres queridos y el liderazgo, nunca heroico ni desfasado, de algunos de ellos, especialmente el guía de una de las expediciones implicadas, logran este efecto saludable de cine clásico de aventuras, y de paso así homenajear a una estirpe intrépida y adrenalítica de hombres y mujeres del planeta. La belleza de los paisajes y el excelente ritmo aplicado a la odisea completan la serie de atractivos de una cinta pensada para pasar un mal rato, pero también para disfrutar de una ejemplar experiencia cinematográfica y del incomparable marco natural seleccionado.
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