Austrlia 2019 106 min.
Guion y dirección Mirrah Foulkes Fotografía Stefan Duscio Música François Tétaz Intérpretes Mia Wasikowska, Damon Herriman, Benedict Hardie, Virginia Gay, Lucy Velik, Gillian Jones, Terry Norris, Daisy Axon, Tom Budge, Brenda Palmer Estreno en el Festival de Sundance 27 enero 2019; en Australia 21 noviembre 2019; en España 7 mayo 2020 (Internet), 28 agosto 2020 (limitado, no en Sevilla)
Las marionetas, como los cuentos clásicos infantiles, han estado repletas de mala educación y malos hábitos, y un ejemplo claro de ello son las más representativas de la cultura anglosajona, Punch y Judy, un matrimonio mal avenido en el que la mujer está siempre recibiendo golpes del marido, clarísimo reflejo de una educación ultra machista que llega hasta nuestros días. Es hora de que cambien las tornas y sea ella quien coja las riendas de la situación, de ahí que la debutante en la dirección de largometrajes Mirrah Foulkes haya decidido titular su libreto al revés de como se conoce a la desdichada pareja, Judy por delante y Punch detrás.
Acierta a definir a su protagonista femenina como mujer fuerte y decidida que articula su particular ajuste de cuentas con un esposo fanfarrón, egoísta y criminal, sin hacer uso de la violencia directa, sino forzando los mecanismos de la justicia y aprovechando la ayuda de un ejército de mujeres igualmente vilipendiadas bajo acusación de brujería, tan habitual en el siglo XVII en el que se ambienta la cinta. Para dejar claro la correspondencia con su argumento y la situación actual, Foulkes no duda en inundar su historia de anacronismos de todo tipo, en ambientación, música y datos diversos. Pero el espectáculo no llega al buen puerto deseado desde el momento en que apenas tiene capacidad para atrapar entre tanta sandez y humor fuera de lugar.
Ni siquiera su reparto parece tomarse muy en serio el cometido, de forma que finalmente toda denuncia y compromiso social queda en superficie, sin la capacidad para concienciar que sí tienen las secuencias documentales de los títulos finales, con unos niños de los años cincuenta del pasado siglo perplejos y asustados ante una función de los violentos Punch y Judy, o Judy y Punch.
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