Dirección Pedro Martín-Calero Guion Isabel Peña y Pedro Martín-Calero Fotografía Constanza Sandoval Música Olivier Arson Intérpretes Ester Expósito, Mathilde Olivier, Malena Villa, Álex Monner, Sonia Almarcha, Tomás del Estal, Lautaro Bettoni, Blanca Valletbó, Pierre Marquille Estreno en el Festival de San Sebastián 26 septiembre 2024; en salas 25 octubre 2024
No puede resultar más satisfactorio el debut en la dirección de largometrajes del joven publicista y videoclipero Pedro Martín-Calero, Concha de Plata a la mejor dirección en San Sebastián incluida, más sorprendente aún teniendo en cuenta que se inscribe fundamentalmente en el género de terror, habitualmente despreciado en la mayoría de los certámenes cinematográficos. Tres chicas en distintas épocas y a la larga distancia sufren la visión y el acecho de un ser fantasmagórico al que la herencia genética y el propio desarrollo de la sociedad irán dando forma. Resulta difícil hacer un análisis medianamente somero de la película sin evitar que cada uno y una le dé la interpretación que estime conveniente, toda vez que se trata de un film que plantea más preguntas que respuestas y somete al espectador y espectadora a cuestionar la sociedad en la que vive, los vestigios que urge dejar atrás y quizás el origen de muchos males y pesares sufridos especialmente por las mujeres.
En este contexto, Martín-Calero nos invita a recorrer un fascinante y escalofriante viaje a lo desconocido, adentrarnos en la mente psicópata y carroñera del hombre y dejarnos seducir por una serie de sensaciones y emociones que nos enganchan de principio a fin. Un recorrido en el que según qué épocas, la imagen grabada tiene un gran papel, como si nada existiera si no queda grabado y atrapado en la lente de un móvil o de una cámara digital. Es a la vez la prueba de que nada es inventado, la amenaza y el peligro es real y el sufrimiento tiene base y fundamento, tiene que ser asumido, comprendido y compartido entre semejantes.
En este camino hay casas encantadas, monstruos, presencias aterradoras y una singular capacidad de análisis de los actuales roles de género que hacen de la función una experiencia sobrecogedora. La presencia en el equipo artístico de Isabel Peña al guion, autora de As bestas y El reino, y Olivier Arson a la música, tan enigmática y estremecedora como el conjunto al que sirve, entroncan este trabajo con el universo de Sorogoyen, pero nada más coincide en esta película que además ofrece un trabajo muy meticuloso con la imagen y especialmente el sonido. Mención aparte merecen sus tres jóvenes protagonistas; en ellas se apoya gran parte de la efectividad de este soberbio y escalofriante film.
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