lunes, 31 de agosto de 2015

BERNIE Singular retrato de un acólito filántropo

USA 2011 99 min.
Dirección Richard Linklater Guión Richard Linklater y Skip Hollandsworth Fotografía Dick Pope Música Graham Reynolds Intérpretes Jack Black, Shirley MacLaine, Matthew McConaughey, Rick Dial, Gary Teague, Tommy G. Kendrick, Mona Lee Fultz, Wendy Crouse, Grant James, Juli Erickson Estreno en el Festival de Los Angeles 16 junio 2011; en Estados Unidos 27 abril 2012; en España 7 agosto 2015

En la irregular filmografía de Richard Linklater apenas hay lugar para la convención; sus películas buscan casi siempre un lenguaje nuevo y revolucionario, desde su trilogía sobre la pareja cada nueve años en Antes del amanecer, Antes del atardecer y Antes del anochecer, a sus coqueteos con la animación rotoscópica en Waking Life y A Scanner Darkly, el falso documental en American Fast Food Nation y el drama generacional rodado a lo largo de doce años en Boyhood, su mayor éxito. Bernie es quizás su película técnicamente más perfecta, por cuanto no le sobra ni le falta ninguna secuencia, todas encajan a la perfección en una estructura minuciosamente preparada y perpetrada, al servicio de una crónica periodística, la que protagonizó Bernie Tiede, un empleado funerario en una pequeña y elitista localidad de Texas, Carthage, donde coincidió con una viuda millonaria a la que cortejó y acompañó con fines aparentemente generosos y altruistas. Un personaje que nos es familiar por la crónica sensacionalista, donde personajes como Sara Montiel, Marujita Díaz o la Duquesa de Alba han tenido acólitos parecidos. Afeminado, amante de los musicales y de las ancianas, educado y refinado, y en este caso tan amado por los habitantes de la localidad que a Linklater y el autor del artículo periodístico en el que se basa, les sirve para tejer un minucioso y afortunado retrato de las buenas y despreocupadas gentes del lugar, condensando con bondad no exenta de ironía el espíritu del americano medio. Un George Bailey benefactor de toda una comunidad, al que un ángel no podrá sacarle del apuro, pero al que la providencia guardará otro destino con el que saciar su hambre empedernida de filantropía. Los impagables testimonios de los vecinos del lugar, presuntamente los auténticos que vivieron los hechos en persona, se intercalan con una recreación en ficción de los acontecimientos en la que sobresale el excelente trabajo de Jack Black, que ya trabajó con Linklater en Escuela de rock y que por este complejo trabajo fue nominado al Globo de Oro al mejor actor de comedia, y de un Matthew McConaughey, de nuevo a las órdenes del realizador tras Los Newton Boys (1998) como lobo de la justicia tan desatado como desorientado, además de la presencia siempre estimulante de una ya anciana Shirley McLaine, que aún interpretando un personaje malvado no puede dejar de resultar encantadora, fundamental para la credibilidad del conjunto. Hasta los títulos finales son antológicos, generando una sensación última de ser una película tan atractiva, ácida y divertida como sorprendente y diferente. Lo que no se entiende es que haya tardado cuatro años en estrenarse entre nosotros, después de una distribución igualmente desafortunada en el resto del globo terráqueo, y además lo haya hecho casi de tapadillo.

domingo, 30 de agosto de 2015

REINHARDT, GRAPPELLI Y EL MILAGRO SEVILLANO EVOCADOS POR TRÉS BIEN!

XVI Noches en los Jardines del Alcázar. Très Bien!: Paula Padilla, voz y ukelele. Miguel Romero, violín. Matías Comino, guitarra. Daniel González, contrabajo. Programa: Django Reinhardt, El legado del jazz europeo. Jardines del Real Alcázar, sábado 29 de agosto de 2015

Los integrantes del grupo, con Luis Berraquero a la guitarra
en el lugar del último fichaje, Miguel Romero al violín
Hace tiempo que defendemos que mucho antes de la tan cacareada movida madrileña Sevilla conoció una explosión de creatividad musical manifestada fundamentalmente en el rock flamenco de los setenta. Y hace un par de décadas la revolución llegó a conservatorios y escuelas musicales, conociéndose una generación de músicos con un talento y una preparación desbordantes. Lo que se ha traducido sobre todo en la interpretación de música antigua y barroca bajo el rigor historicista más exigente, se extiende también a otros ámbitos musicales, como es el caso de O Sister! y este conjunto pariente que es Très Bien! en el que coinciden dos integrantes de aquél. Su forma de recrear el sonido de la música swing y popular de los años treinta y cuarenta es absolutamente puro y genuino, sin por ello limitarse a ser meros cover, sino añadiendo sus propios arreglos y creatividad, en la medida de lo posible, de forma que también en este ámbito podemos seguir presumiendo de milagro musical sevillano.

El público cada vez más cultivado y exigente se rinde al magisterio de estos inmensos artistas, que para la ocasión presentan un repertorio centrado en el estilo del gran guitarrista belga de origen gitano Django Reinhardt, y con la incorporación de Miguel Romero al violín, al que también hemos disfrutado en las filas de la Barroca, lo que da idea de su talento y versatilidad, también de Stéphane Grappelli. Mimetizados con portentosa habilidad por Matías Comino, cuya composición original La danza del Tzigano recibió una calurosa ovación, y Romero, generoso en arpegios, fluido fraseo y un riguroso sonido gypsy o manouche en sus manos. A los que hay que añadir la impagable aportación de la carismática y simpática Paula Padilla, recreando también de forma espectacular el timbre de las vocalistas de la época, especialmente los treinta, en casi perfecto inglés y francés, generando personalísimos efectos de voz  e incorporando con el ukelele más sabor añejo y genuino a la propuesta. Mientras Daniel González al contrabajo consigue cambios sutiles de registro y armonía, contribuyendo entre todos a una excelencia labrada desde el trabajo y la preparación, en la que la puesta en escena también juega un papel fundamental.

Estructurado en tres bloques bien diferenciados, los intérpretes llevaron a un terreno entre propio y el de un Reinhardt al que frecuentemente asociamos con las películas de Woody Allen, temas clásicos como After You've Gone, Sweet Sue del cinematográfico Victor Young, el divertido Undecided de Sid Robin, el evocador All of Me que popularizara Billie Holiday, o el incombustible I Got Rythm de Gershwin. Después composiciones del propio Reinhardt, con un melancólico y sensual Nuages a la cabeza; y finalmente canciones que inspiraron una época y un lugar, los treinta en París, incluyendo el clásico de Josephine Baker J'ai deux amours, recogido en  su única grabación hasta el momento, y el inevitable La vie en rose. Très bien no, très magnifique!

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el lunes 31 agosto 2015

LAS SILLAS MUSICALES Comedia romántica disfuncional

Título original: Les chaises musicales
Francia 2015 83 min.
Dirección Marie Belhomme Guión Marie Belhomme y Michel Leclerc Fotografía Pénélope Pourriat Música Alexis HK Intérpretes Isabelle Carré, Carmen Maura, Philippe Rebbot, Nina Meurisse, Laurent Quere, Arnaud Duléry, Emmanuelle Hiron Estreno en Francia 29 julio 2015; en España 28 agosto 2015

Dirigida y coescrita por la debutante Marie Belhomme, la última película protagonizada por Isabelle Carré (Asuntos privados en lugares públicos, Tímidos anónimos) pretende ser una original comedia romántica en la que el hombre es seducido a partir de su condición de paciente en coma. Para llegar ahí sus guionistas urden una trama absurda que a los diez minutos de empezar pierde toda consistencia y credibilidad, afectando a un conjunto en el que los giros de guión y las situaciones cómicas surgen desde la casualidad disfrazada de supuesto golpe de ingenio. Lo cierto es que la película se resiente de un exceso de buen rollo y amabilidad que no siempre van de la mano con su dudosa comicidad, antojándose eterna a pesar de su ajustado metraje. Entre tanto estreno del país vecino no es de extrañar que se cuelen intrascendencias como ésta, que quizás en nuestro país encuentre el atractivo de contar con Carmen Maura entre los intérpretes secundarios, repitiendo su papel de madura de origen español entrañable, divertida y un pelín ordinaria.

sábado, 29 de agosto de 2015

LA HISPANIOLA EN EL ALCÁZAR Magistral exhibición de emociones

XVI Noches en los Jardines del Alcázar. Mercedes Ruiz, violonchelo. Ventura Rico, viola da gamba. Programa: Piezas de Gabrielli, Copuperin, Geminiani, Abel, Dall’Abaco, Marin Marais y Lanzetti. Jardines del Real Alcázar, viernes 28 de agosto de 2015


Mercedes Ruiz en primer plano
Ventura Rico, al contrabajo, detrás
En formación dúo La Hispaniola regresó a las tablas de las Noches del Alcázar con un tándem insuperable, el formado por los muy compenetrados Mercedes Ruiz y Ventura Rico. Con una original combinación de violonchelo y viola da gamba, como se encargó de ilustrar la estupenda y muy querida violonchelista, ya que uno y otro instrumento se solían acompañar por bajo continuo en forma de laúd, clave o cualesquiera otras posibilidades, pero nunca complementando uno al otro, los intérpretes pretendían con el título genérico de Los afectos transmitir un glosario de emociones humanas entendidas en un contexto estético barroco. Y aunque se conformaban con acercarse, lo cierto es que lo superaron con nota.
Con el violonchelo protagonizando los sentimientos más dinámicos y alegres, y la viola da gamba los más melancólicos y oscuros, La Hispaniola hizo un recorrido por algunos de los más sobresalientes compositores e instrumentistas de los siglos XVII y XVIII. Ruiz inauguró la experiencia con su habitual toque expresivo, sedoso y exquisito en fraseo y ornamentaciones, con el grave inicial de una sonata de Gabrielli que sirvió como obertura a un sensacional recital de emociones y que en sus manos expidió un inconfundible aroma galante. Tras unos titubeantes Preludio, Gavota y Sarabanda de Couperin en los que se atisbaron algunas dificultades de afinación y diálogo, Ruiz volvió a mostrarse sensacional en el allegro final de una sonata de Geminiani, mientras Rico demostró sus habilidades a la viola da gamba, acostumbrados como estamos a escucharle al contrabajo, en un adagio y allegro de Abel, insólitas partituras de carácter improvisado transcritas presumiblemente por algún aficionado.
Mercedes Ruiz volvió a brillar con un Capricho de Dall’Abaco, antes de que ambos rozaran la perfección con un profundo y conmovedor Tombeau pour Monsieur Sainte Colombe, y pusieran el contrapunto alegre y desenfadado a tan melancólica página con un allegro de Lanzetti que coronaron con un movimiento de Corelli como propina, expuesto con ese mismo entusiasmo apasionado con el que la pareja suele abordar las empresas que asumen.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el domingo 30 de agosto de 2015

PAPUSZA Nómada, médium y poetisa

Polonia 2013 125 min.
Guión y dirección Joanna Kos-Krauze y Krzysztof Krause Fotografía Krzysztof Ptak Música Jan Kanty Pawluskiewicz Intérpretes Jowita Miondlikowska, Zbigniew Walerys, Antoni Pawlicki, Artur Steranko, Andrzej Walden Estreno en Polonia 15 noviembre 2013; en España 28 agosto 2015

La grandeza del cine reside muchas veces en acercarnos a personajes que desconocíamos y que amplían y enriquecen nuestra cultura y conocimiento. Mejor que el documental, las formas y estructuras narrativas de la ficción ayudan frecuentemente a transmitir mejor dicho conocimiento, siempre que el realizador cuente con el talento y los recursos necesarios para triunfar en su empresa. Bronislawa Wajs, más conocida como Papusza (Muñeca en romaní), fue una poetisa y cantante que nació y vivió en Polonia durante setenta y seis años, erigiéndose en la primera mujer gitana de su país en publicar poemas y ser incluida en la Unión Polaca de Escritores, además de recibir numerosos galardones y condecoraciones por su labor intelectual. El matrimonio formado por Joanna Kos y el ya fallecido Krzysztof Krause utilizaron el personaje para tejer una mirada más estética que profunda sobre el carácter y costumbres del pueblo nómada romaní a través de la Historia más reciente de Europa. Algo no funciona cuando la mayoría de las crónicas hacen más hincapié en los logros estéticos de la película que en su contenido. Sin duda alguna el mayor mérito de la cinta, que ya se pudo ver en enero en el ciclo de cine polaco contemporáneo del CICUS y que fue galardonada en Valladolid con los premios a la mejor dirección y actor (Zbigniew Walerys, que interpreta al esposo de la protagonista), reside en su extraordinaria puesta en escena y fotografía, que hacen que cada fotograma parezca una obra pictórica, a través de un blanco y negro pulcro, digital y estilizado que ilumina portentosamente cada una de las andanzas elegidas para trazar este retrato parcial y elitista del personaje. Y es que la literatura del film apenas consigue esbozar el talento y la figura de una persona tan singular y presuntamente fascinante como ésta, sin siquiera detenerse en su trabajo creativo. Elementos mágicos que van de la concesión a la mujer de un deseo por parte de la madre naturaleza, la misma que irá susurrándole las palabras que ella interpretará y trasladará al papel, lo que hizo que nunca se considerase a sí misma una autora sino más bien una médium, hasta el carácter profético del aviso que recibe de adolescente en el seno de una fiesta de clase alta, y que le llevará a experimentar una vida de desdichas dentro y fuera de su etnia, por el rechazo que recibe de su gente, el maltrato de un marido no deseado y un amor no consumado, pasando por las guerras europeas y la persecución de los suyos, el internamiento en un psiquiátrico y hasta la cárcel. Un cúmulo de desgracias que el film, en su afán esteticista, apenas logra plasmar a través de una estructura errática, fragmentaria y desordenada. Al menos sirve para recrear la vista y hacerse una idea de la vida de esta mujer, y sobre todo de los ritos y costumbres de un pueblo nómada por antonomasia y, según sus artífices, intransigente e intolerante.

ESTRENO DE LA ÚLTIMA PELÍCULA DE ALAIN RESNAIS EN SALAS COMERCIALES

Amar, beber y cantar
Reseña de su paso por el Festival de Cine Europeo de Sevilla
Estreno en el Festival de Berlín 10 febrero 2014; en Francia 26 marzo 2014; en España 21 agosto 2015

viernes, 28 de agosto de 2015

SEÑOR MANGLEHORN Los dramas existenciales de Pacino

Título original: Manglehorn
USA 2014 97 min.
Dirección David Gordon Green Guión Paul Logan Fotografía Tim Orr Música Explosions in the Sky y David Wingo Intérpretes Al pacino, Holly Hunter, Chris Messina, Harmony Korine, Natalie Wilemon, June Griffith García Estreno en Festival de Venecia 30 agosto 2014; en Estados Unidos 19 junio 2015; en España 14 agosto 2015

Al Pacino es un actor enorme, un mito y una leyenda viva, pero hace mucho tiempo que se ha abandonado a un único personaje que repite y repite hasta la saciedad. Hace poco lo vimos en La sombra del actor y ahora en esta nueva película del director de las estimables Joe y Prince Avalanche, las menos interesantes Superfumados y Undertow y la directamente deleznable Caballeros, princesas y otras bestias. Desarrapado y desaliñado, casi como un indigente; es la imagen del Pacino contemporáneo y la que muestra igualmente en pantalla. Es él y apenas el personaje que incorpora, y sin embargo es lo único que da sentido a películas como ésta que nadan en la nadería y nada cuentan. Aquí interpreta al sempiterno y fatigoso hombre maduro traumatizado por su pasado, esta vez en forma de amor perdido, una mujer que le marcó tanto hasta el punto de estar sometido a una catarsis continua que le impide relacionarse de manera convencional con quienes le rodean, familiares incluidos. Una nueva amiga le irá abriendo progresivamente la vista hacia la esperanza y la redención. Todo esto a través de una dramaturgia cansina que no logra enganchar ni interesar en ningún momento, obra de quien en la mencionada Prince Avalanche trabajó como conductor, lo que quizás le permitiera prestar algún favor a David Gordon Green que ahora éste le devuelve filmando su guión. Ahora es a nosotros a quienes nos tiene que devolver el favor de haber soportado su película y que la próxima sea al menos más interesante.

CUT BANK Disparatado remedo de los Coen

USA 2014 92 min.
Dirección Matt Shakman Guión Robert Patino Fotografía Ben Richardson Música James Newton Howard Intérpretes Liam Hemsworth, Teresa Palmer, Billy Bob Thornton, John Malkovich, Bruce Dern, Michael Stuhlberg, Oliver Platt, Sonya Salomaa, Peyton Kennedy, Christian Distefano Estreno en el Festival de Los Angeles 16 junio 2015; en Estados Unidos 3 abril 2015 en Internet; en España 21 agosto 2015

Primer largometraje cinematográfico de Matt Shakman, curtido en la televisión, donde ha dirigido multitud de episodios de un buen número de series, entre las que se encuentra la adaptación de Fargo de los Coen. Y precisamente de ahí le debe venir la inspiración a Shakman para, a través de su guionista Robert Patino, tejer una trama en la que tantos elementos nos son familiares gracias al universo de los célebres hermanos, desde el paisaje, esa América profunda que tantas veces se han encargado de retratarnos, a esos personajes desnortados, un villano obsesivo a lo Bardem en No hay país para viejos, o la presencia de actores como John Malkovich o Billy Bob Thornton en el reparto. Todo huele a los Coen pero al servicio de una historia tosca, poco creíble y tremendamente disparatada, en la que los personajes piensan y actúan sin lógica alguna y los giros argumentales van surgiendo de forma tan poco sutil como convincente. Se ha querido montar un thriller con toques cómicos y un tercio final directamente clasificable como terror, por su truculencia y tremendismo. Así las cosas, no extraña que a pesar de su paso por los festivales de Los Angeles y Toronto, en Estados Unidos se haya estrenado directamente en internet y apenas un puñado de países, entre ellos el nuestro, se haya atrevido a comprar los derechos de proyección.

jueves, 27 de agosto de 2015

MR. HOLMES Ficción, realidad y desenlace

Reino Unido 2015 104 min.
Dirección Bill Condon Guión Jeffrey Hatcher, según la novela de Mitch Cullin “A Slight Trick of the Mind” Fotografía Tobias A. Schliesser Música Carter Burwell Intérpretes Ian McKellen, Laura Linney, Milo Parker, Hiroyuki Sanada, Hattie Morahan, Patrick Kennedy, Roger Allam, Frances de la Tour, Philip Davis, Takako Akashi, Michael Culkin Estreno en el Festival de Berlín 8 febrero 2015; en Reino Unido 19 junio 2015; en España 21 agosto 2015

Foco de enorme atracción a lo largo de la historia del cine, Sherlock Holmes ha trascendido a la propia creación de Arthur Conan Doyle para convertirse en un personaje de culto y dominio público objeto de todo tipo de adaptaciones, elucubraciones, atrevimientos y fantasías. Las cuatro novelas en las que aparece y los relatos contenidos en otros cinco libros han sido adaptados desde los inicios del cinematógrafo, siendo las más recordadas las protagonizadas por Basil Rathbone desde 1939 a 1946 y ambientadas en época contemporánea. Curiosamente este nuevo perfil del famoso inquilino del 221B de Baker Street se ambienta un año después, ahora no como licencia creativa sino por esos 93 años que habría de contar si nos atenemos a los datos contenidos en las novelas, que fechan su nacimiento en 1853. De los más de cien títulos, entre cine y televisión, que se han encargado del personaje destacan algunos que no beben directamente de la pluma de su creador, como es el caso de Mr. Holmes, una película emparejable con La vida privada de Sherlock Holmes de Billy Wilder, porque como ella traza un perfil humano del inteligente detective; y con Dioses y monstruos, porque dirigida también por Bill Condon, responsable de El quinto poder, protagonizada por un Sherlock televisivo, Benedict Cumberbatch, y el fabuloso musical Dreamgirls, traza el retrato de alguien extraordinario, en aquel caso el director de Frankenstein, James Whale, para subrayar temas tan atractivos e inquietantes como el deseo o el desenlace. Mr. Holmes no es una película sobre la ancianidad del personaje a partir de una novela de Mitch Cullin que retoma su vida justo donde Doyle la abandonó, en plena Primera Guerra Mundial. Es más bien un ensayo sobre el consuelo de la ficción y la delgada línea que la separa de la realidad. Por eso echa mano de un personaje cuya residencia es objeto de peregrinaje turístico, como si realmente hubiera vivido allí, hubiera existido. Condon y Cullin juegan con la ficción dentro de la realidad dentro de la ficción, convirtiendo al Dr. Watson en autor, y no Doyle, de las aventuras de Holmes, licencias poéticas incluidas. Y es también un trabajo sobre el desenlace, el destino final, ese que no perdona a nadie y que marchita a cualquiera aunque su pérdida sea la de una mente tan privilegiada y excelsa como la de este adivinador y maestro de la conclusión y la consecuencia. El espectador podrá encontrar en esta elegante y sobria película parecidos razonables con títulos como Las horas, donde la creación literaria se erige en tema principal, jugándose también a varios tiempos con un afán igualmente conciliador y conclusivo. No será extraño tampoco que le venga a la memoria las persecuciones de James Stewart a Kim Novak en Vértigo, la fascinación que ésta ejerce en su investigador y el engaño del que será víctima. Todas ellas referencias que enriquecen esta pieza camerística con la que asistimos a un festín de interpretaciones excelentes, no sólo de un Ian McKellen soberbio sino también una Laura Linney metamorfeseada en Emily Watson, así como el niño Milo Parker, con el que Holmes entabla una preciosa relación a través de una de sus grandes pasiones, la apicultura; una amistad con la que huye de esa soledad que se hace menos llevadera cuanto más cerca estamos del final. Por cierto, Holmes jovencito y anciano, ambos fruto de la fantasía extraoficial sobre el personaje, se dan la mano en la secuencia del cine, con un Sherlock incorporado en la pantalla en blanco y negro por Nicholas Rowe, que en 1985 dio vida al detective en El secreto de la pirámide, una película dirigida por Barry Levinson y producida por Spielberg que podríamos considerar precursora del universo Harry Potter.

miércoles, 26 de agosto de 2015

SISTER ACT EN EL TEATRO ARRIAGA

Sister Act: Una monja de cuidado es una película de 1992 dirigida por Emil Ardolino, realizador ya fallecido que fue responsable también de Dirty Dancing. Aprovechando de forma solapada el universo descrito por Pedro Almodóvar en Entre tinieblas nueve años antes, e importándolo al más edulcorado y presuntamente inocente que caracteriza a la comunidad Disney, Whoopi Goldberg protagonizó las aventuras de una cantante de soul que debe esconderse en un convento para huir de los criminales a los que ha visto en acción, plegándose así a uno de esos programas de protección de testigos que tan a menudo practica la justicia americana. Naturalmente revoluciona la vida en la comunidad religiosa con su desparpajo, frescura y sus canciones, contando por supuesto con la oposición permanente de la madre superiora, para la ocasión interpretada por Maggie Smith, cuyas tensiones lógicamente desaparecerán casi al final del metraje.

Alan Menken, multilaureado compositor de éxitos como La sirenita, La bella y la bestia, Aladdin, Pocahontas, Hércules y El jorobado de Notre Dame, lo convirtió en musical en 2009, después de remontar el vuelo con Encantada y antes de escribir las canciones de Enredados. En la película de Ardolino también había canciones, pero tomadas de éxitos del soul y el blues sesentero. La partitura original era obra de Marc Shaiman, popular también entre las bambalinas de Broadway, donde ha estrenado entre otros el musical Hairspray. Para la versión escénica de Sister Act Menken prefirió el sonido disco de los setenta, aunque en general en la partitura predominen las baladas sentimentales que le han hecho famoso y las piezas corales al más puro estilo teatral americano. Su versión española tuvo origen en Barcelona, cuna desde hace décadas del teatro musical en nuestro país, mucho antes de que la Gran Vía madrileña se convirtiese en el Broadway español. Una de las musas de este musical catalán, Angels Gonyalóns, recrea aquí el papel de madre superiora con tanta profesionalidad como talento, perceptible en números como No tengo elección, derroche de interpretación y fuerza canora. Su estreno en el Teatro Tívoli de la Ciudad Condal tuvo lugar el 23 de octubre de 2014 y allí permaneció seis meses antes de echar el cierre el 10 de mayo de 2015. En el Teatro Arriaga de Bilbao aconteció el arranque de su gira española, que en próximas fechas le llevará por el norte del país, con escalas en Santander y Vigo, y que recalará en Sevilla a partir del próximo 19 de noviembre en el Auditorio FIBES.

Aprovechando unos días en la cornisa cantábrica, nos decidimos a presenciar este estreno vasco y de paso así conocer un teatro tan hermoso y emblemático como el Arriaga. La producción de este musical cuyo estreno absoluto tuvo lugar en Pasadena, California, en 2009, y se mantuvo en el West End Londinense varios años antes de estrenarse en Nueva York y otras plazas del Mundo, corre a cargo de Stage Entertainment, que para la ocasión se ha asociado con El Terrat Producciones, compañía fundada y presidida por Andreu Buenafuente. La propia Whoopi Goldberg ejerce también de productora, avalando con su presencia el estreno barcelonés. Se trata de una versión muy aseada, realizada con buen oficio y saludable sentido del espectáculo y el entretenimiento ligero y desenfadado. Pero aunque la dirección musical de Josep Ferré se antoje competente, le falta ese algo de emoción y grandeza que caracteriza al musical genuino hecho en América. Lo mismo puede decirse de sus protagonistas, una debutante Mireia Mambo Bokele o Edu Engonga entre los papeles principales, educados para una emisión en estilo soul y funky, aunque en el caso del segundo evidencie falta de potencia. Nada que objetar a Gonyalóns y bien en general el resto del elenco. La producción resulta holgada, colorista y efectiva, pero siempre dentro de esa corrección que alcanza la diversión y el entretenimiento pero se queda corto ante lo sublime; claro que en este sentido cabe reprocharle a Menken haber cosechado un ramillete de canciones con poca personalidad, demasiado convencionales y sin una línea melódica suficientemente definida. Pero no se le puede negar desparpajo en las coreografías monjiles, gracia en el trío de torpes criminales, colorido en una puesta en escena que apuesta acertadamente por las vidrieras catedralicias, y un tono general desenfadado, familiar y divertido.

OPERACIÓN U.N.C.L.E. Elegante y sofisticado entretenimiento

Título original: The Man from U.N.C.L.E.
USA 2015 116 min.
Dirección Guy Ritchie Guión Scott Z. Burns y David C. Wilson, según la serie creada por Sam Wolfe Fotografía John Mathieson Música Daniel Pemberton Intérpretes Henry Cavill, Armie Hammer, Alicia Vikander, Elizabeth Debicki, Hugh Grant, Jared Harris, Christopher Sciveref, Susan Gillias, Luca Calvani, Nicon Caraman Preestreno en Barcelona 2 agosto 2015; estreno simultáneo en Reino Unido, Estados Unidos y España 14 agosto 2015

Guy Ritchie no nos tiene acostumbrados a grandes películas. Sus primeros largometrajes, Snatch: Cerdos y diamantes y Lock & Stock fueron muy aplaudidos especialmente por su frescura y desparpajo; retomó el estilo con RockNRolla tras fracasar estrepitosamente con un bodrio para el supuesto lucimiento de su entonces esposa Madonna, Barridos por la marea; y triunfó finalmente en taquilla con las estrepitosas y cargantes dos entregas de su Sherlock Holmes particular, protagonizadas por Robert Downey jr. Al mando de la adaptación cinematográfica de las aventuras televisivas de Napoleón Solo, que aquí y en Latinoamérica se llamó El agente de CIPOL, no cabía por lo tanto esperar mucho. Sin embargo ha sorprendido con el carácter ligero, desenfadado y hasta elegante de esta superproducción de espías en plena Guerra Fría. Henry Cavill, el último Superman, retoma el papel que hizo célebre a Robert Vaughn, mientras el corpulento Armie Hammer, amante de Edgar Hoover en la película de Clint Eastwood, da vida a Ilya Kuryakin, el agente ruso que hizo famoso a David McCallum en la década de los sesenta. A ellos se une Alicia Vikander, joven actriz sueca a la que hemos visto en Un asunto real y Ex-Machina, con un personaje trasunto del que encaraba Stephanie Powers en La chica de CIPOL, en este equipo de agentes y superespías americanos, rusos y británicos unidos para combatir a un enemigo común que pretende aprovechar la coyuntura política para hacerse con el poder global. En este bando conviene destacar a Elizabeth Debicki, una imagen a lo Paris Hilton pero con mayor talento interpretativo. Surgido de la mente de Ian Fleming, cuyo malo original en Goldfinger debía ser un tal Mr. Solo, Ritchie acierta al dar al conjunto el aspecto de un James Bond de los interpretados por Connery en la época que retrata por cierto de forma magistral. Naturalmente el diseño de producción y el departamento tecnológico son más sofisticados, y Ritchie, ayudado por un impecable equipo técnico y artístico, logra imbuir al conjunto de glamour y puro y sano entretenimiento. Alguna esporádica caída de ritmo y tensión no empaña el resultado general, altamente satisfactorio.

EXTINCTION Caperucita entre lobos

España 2015 110 min.
Dirección Miguel Ángel Vivas Guión Miguel Ángel Vivas y Alberto Marini, según la novela de Juan de Dios Garduño Fotografía Josu Inchaustegui Música Sergio Moure Intérpretes Matthew Fox, Jeffrey Donovan, Ahna O’Reilly, Quinn McColgan, Clara Lago, Valeria Vereau, Matt Devere Estreno 14 agosto 2015

Tras un par de mediocres incursiones en el cine de intriga y terror, Reflejos y Secuestrados, Miguel Ángel Vivas firma su pasaporte a Hollywood con la ayuda inestimable de Jaume Colet-Serra en la producción, que ya se encuentra plenamente afincado en la Meca del Cine. Pero la operación le ha salido fallida. Retoma el cine de zombies con un toque apocalíptico y una pretenciosa trama sentimental de la que apenas logra exprimir parte de sus posibilidades. En una época contemporánea pero indeterminada, dos hombres y una niña logran sobrevivir a un ataque de criaturas demoniacas, primero zombies y con el devenir del tiempo monstruos vampíricos y espeluznantes, en una secuencia notable que hacía esperar más del producto final. Distanciados por el amor de la mujer que dio a luz a la niña, conviven como vecinos mal avenidos, pero tendrán que unir fuerzas para vencer al enemigo común. Si hay mensaje filosófico en esta trillada trama debe estar muy escondido, o quizás Vivas no ha sabido extraérselo. La producción es escasa y discreta, lo que en este tipo de películas es un peligro. Un par de paisajes mal digitalizados no es suficiente para un género como el fantástico; tampoco la dirección artística es muy arriesgada, las interpretaciones son de repertorio, el personaje de Clara Lago está introducido con calzador, y la sensación general es aburrida y anodina. La niña, ataviada como una Caperucita Roja, resulta bastante pedante, y si rodearla de lobos (sus progenitores y los monstruos) era la clave del film, lo cierto es que pasa bastante desapercibida.

MISIÓN IMPOSIBLE: NACIÓN SECRETA Más intelectual, más imposible

Título original: Mission: Impossible. Rogue Nation
USA 2015 131 min.
Dirección Christopher McQuarrie Guión Christopher McQuarrie y Drew Pearce, según los personajes creados por Bruce Geller Fotografía Robert Elswit Música Joe Kraemer Intérpretes Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Sean Harris, Alec Baldwin, Jeremy Renner, Simon Pegg, Ving Rhames, Simon McBurney, Jingchu Zhang, Hermione Corfield Estreno en Estados Unidos 31 julio 2015; en España 7 agosto 2015

Quinta entrega de las aventuras de Ethan Hunt, inmortalizadas primero en la televisión en la década de los sesenta, y retomadas por Tom Cruise a mitad de los noventa con mayor dosis de espectacularidad y efectos especiales. Ésta no es la excepción, pero plantea quizás su trama más jamesbondiana, a la vez que hace más referencias intelectuales, especialmente al cine y la música. Las misiones son tan imposibles, algunas incluso más, que en las entregas precedentes, pero en manos de un director competente acaban resultando incluso verosímiles, aumentando así la sensación de entretenimiento global que alcanza la película. Resulta difícil entender la filiación de su trama pseudorromántica con la ópera Turandot de Puccini, quizás por el carácter ambiguo, intrigante y enigmático del personaje femenino; pero lo cierto es que la música trasciende a la representación del título en la Ópera de Viena, que da pie a una secuencia inspirada descaradamente en la que tiene lugar en el Royal Albert Hall en El hombre que sabía demasiado de Hitchcock. Cruise cumple, e incluso permite que su personaje sea en esta ocasión más cerebral y metódico, mientras el resto del elenco le da réplica con tanta eficacia como la realización de McQuarrie, guionista oscarizado por Sospechosos habituales, autor también de uno de los últimos éxitos del protagonista de Top Gun, Al filo del mañana, y director de otro de ellos, Jack Reacher.

MI CASA EN PARÍS Tres personajes en busca de autor

Título original: My Old Lady
Reino Unido 2014 107 min.
Guión y dirección Israel Horowitz Fotografía Michel Amathieu Música Mark Orton Intérpretes Kevin Kline, Maggie Smith, Kristin Scott Thomas, Dominique Pinon, Michael Burstin, Elie Wajeman, Raphaële Moutier Estreno en Reino Unido 21 noviembre 2014; en España 7 agosto 2015

Los coqueteos del célebre dramaturgo norteamericano Israel Horovitz con el cine han sido esporádicos y dispersos en el tiempo. A sus guiones para The Strawberry Statement, ganadora del Premio del Jurado de Cannes en 1970, ¡Autor, autor! de Arthur Hiller, Sunshine de Istvan Szabo, el telefilm sobre James Dean que protagonizó James Franco en 2001, y 3 Weeks After Paradise, que también dirigió, se une ahora este film discreto y pequeñito en torno a la supuesta necesidad del ser humano para vivir en compañía. La trama, eminentemente teatral y ambientada en París, se apoya fundamentalmente en el buen hacer de sus intérpretes, tomando como pretexto una figura jurídica francesa próxima a la usucapión aplicada al arrendamiento, para plantear una historia de iniciales desencuentros abocados previsiblemente a la conciliación (el tráiler ayuda poco a mantener la posible intriga sentimental). El conjunto apela a la amabilidad por encima de cualquier planteamiento más serio y riguroso sobre las relaciones humanas y la búsqueda de compañía y estabilidad emocional. El resultado es una película agradable pero intrascendente, lo que tratándose de un autor tan reputado deviene decepcionante. Los tópicos en torno a relaciones, sentimientos y encantos parisinos se acumulan tanto como la cursilería, especialmente cuando de cantar a Mozart a orillas del Sena se trata.

martes, 25 de agosto de 2015

PERIANES, TEMIRKANOV Y HALLENBERG EN SANTANDER

64 Edición Festival Internacional de Santander
Agosto 2015. Sala Argenta del Palacio de Festivales de Cantabria

Orquesta Filarmónica de San Petersburgo. Javier Perianes, piano. Yuri Temirkanov, director. Programa: Ma mere l'oye y Concierto para piano en Sol mayor, de Ravel; Selección de las Suites 2 y 3 de Romeo y Julieta, de Prokofiev. Domingo 16

Il Pommo d'Oro. Ann Hellenberg, mezzosoprano. Maxim Emelyanychev, director. Programa: Agrippina en Italia (Arias de óperas de Haendel, Porpora, Magni, Sammartini, Telemann y Orlandini; Sinfonía nº 5 de Brescianello; Concerto a Quattro de Galluppi).
Martes 18

El mismo escenario que coronó hace apenas unas semanas el talento del joven pianista sevillano Juan Pérez Floristán, saludó a otro virtuoso andaluz del instrumento, éste igualmente joven pero ya consagrado, como es Javier Perianes. Un nombre muy asociado a nuestro Teatro de la Maestranza, del que fue primer artista residente de su historia, y que en esta ocasión se vio acompañado a la batuta por Yuri Temirkanov, una leyenda viva de la dirección orquestal con el que en 1994 nuestra orquesta abordó por primera vez la Sinfonía nº 7 de Shostakovich, en la que fue sin duda una cita para no olvidar. Perianes continúa ampliando su repertorio, y si en su último registro descubríamos su sensibilidad al teclado para desgranar algunas de las Piezas Líricas del escandinavo Edward Grieg, con uno de cuyos nocturnos nos deleitó en este concierto como propina, su versión del Concierto para piano de Ravel se antojó sin embargo algo más raquítica y austera de lo que es habitual en él. Hubiésemos deseado incluso que se decantara por una ejecución más engolada de una obra en la que no alcanzó el nivel jazzístico que demanda, y en la que su proverbial facilidad para emocionarnos quedó encubierta por una página que no exige demasiados artificios ni lucimientos, pero sí un lirismo y una fuerza que el genial pianista onubense no logró alcanzar ni siquiera en el bellísimo adagio.

Tampoco el acompañamiento orquestal de Temirkanov y la Filarmónica de San Petersburgo se deslizó por estas lides, optándose igualmente por una versión más prosaica y académica de la partitura. Sí brillaron por el contrario las piezas de Mi madre la oca, distinguidas por la atmosférica magia que le impregó el célebre director, más exótico que sensual pero magistral en su capacidad para emocionar, siempre desde una estética tan sutil como elegante. Esperábamos sin embargo una selección de Romeo y Julieta de Prokofiev, integrada por casi toda la Suite nº 2 y apenas tres movimientos de la nº 1, más contundente y enérgica. Temirkanov se limitó a ofrecer una versión aseada, invitando continuamente al buen hacer de los excelentes solistas de la plantilla, pero sin llegar en ningún momento a la excelencia ni, por lo tanto, a ser sensacional. Simplemente algo por encima de la mera corrección. Otra cita del Festival de Santander que tuvimos ocasión de atender fue la de la magnífica mezzosoprano sueca Ann Hallenberg, acompañada por la orquesta barroca Il Pomo d'Oro, dirigida por el joven ruso Maxim Emelyanychev, que tan grato recuerdo nos dejó en Sevilla en la última temporada lírica con un Don Giovanni instrumentalmente antológico.

La cita se retrasó una hora exacta por indisposición de la cantante, lo que aparentemente le obligó a suprimir dos de las arias más febriles y furiosas del programa, Già tutto valore del Nerone de Orlandini y Mi paventi il figlio indegno del Britannico de Carl Heinrich Graun, una de las piezas de repertorio de Pauline Viardot, según rezaba el programa de mano. En contrapartida añadió dos arias de Haendel, más comedidas pero cantadas, como el resto del programa, con un gusto exquisito, una exigente capacidad para el fraseo y la modulación, una línea de canto homogénea y un timbre sedoso y hermosísimo. La cita se desarrolló en torno a la figura de Agrippina, madre y cónyuge de emperadores y comandantes romanos, rodeada de ambición, lascivia, envidias y celos, material idóneo para grandes dramas líricos, en esta ocasión barrocos. Haendel, Porpora y Telemann encabezaron una lista de compositores, en su mayoría italianos, fascinados por el personaje. Lástima que Hallenberg evidenciara una considerable carencia expresiva, traducida en insuficiencia dramática o cierta incapacidad para interpretar a la par que cantar. Emelyanychev por su parte desplegó un enorme brío y dinamismo a la hora de enfrentarse a la estupenda plantilla de este conjunto de reciente formación, sustituyendo con gracia y desparpajo a Riccardo Minasi, director habitual del grupo. Especialmente luminosa resultó la interpretación de la Sinfonía nº 5 de Brescinaello, de incofundible estilo vivaldiano, sobre todo su envolvente adagio central.

viernes, 7 de agosto de 2015

¡ENHORABUENA, CHAVAL!

Cerramos por vacaciones. Estaremos un par de semanas descansando y dejando que el blog se airee; pero no queremos hacerlo sin dejar pasar la oportunidad de expresar nuestra enorme emoción y satisfacción por el triunfo cosechado por el jovencísimo Juan Pérez Floristán en el Concurso Internacional de Piano Paloma O'Shea que se ha celebrado esta semana en Santander, y en cuya final el intérprete sevillano abordó el Concierto para Piano nº 2 de Rachmaninov, el mismo que interpretó aquí en abril pasado. Estuvimos atentos a su actuación a través de la 2 de Televisión Española y concluimos las mismas impresiones que nos deparó aquel concierto en plena Feria de Abril que dirigió el también joven Lorenzo Viotti. A pesar de no tratarse de una opinión excesivamente entusiasta, sí augurábamos un futuro prometedor y lleno de satisfacciones que empieza a materizalizarse con gestas tan maravillosas como ésta.
 
Prácticamente hemos seguido la carrera de Floristán desde sus inicios, cuando con sólo catorce años se enfrentó a un concierto en solitario en la Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza dentro del ciclo Jóvenes Intérpretes que se celebra cada año. Sala donde también intervino en el ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Y Teatro en cuya sala principal ha intervenido también en al menos otras dos ocasiones, cuando interpretó el Concierto nº 1 de Prokofiev a las órdenes de Marc Soustrot, y el Concierto de Poulenc con Christian Arming a la batuta.
 
Al hilo de las entrevistas que se le han brindado en El Correo de Andalucía y Diario de Sevilla Floristán se revela como un joven con las ideas muy claras, la cabeza muy bien puesta y unas ganas tremendas por acometer con mucho trabajo y un enorme sentido de la responsabilidad todos y cada uno de los nuevos retos que se le vayan ofreciendo en esta extraordinaria aventura que es vivir, y con ellas provocar las lágrimas de satisfacción y orgullo en sus padres y promotores, el entrañable para nosotros director de orquesta Juan Luis Pérez y la prestigiosa profesora del Conservatorio María Floristán, y por supuesto en nosotros y nosotras, que hemos visto crecer y madurar a este otro gran intérprete del piano nacido en Andalucía para el resto del Mundo. ¡Enhorabuena, chaval! Dicho desde la emoción y la admiración más sincera y profunda en este espacio que no pretende añadir nada a lo ya dicho y escrito, pero sí dejar constancia de la alegría que ha suscitado en nosotros esta extraordinaria noticia.

jueves, 6 de agosto de 2015

MARTOS Y BERNIER: NACIONALISMO DE EMISIÓN ROMÁNTICA

XVI Noches en los Jardines del Alcázar. Pablo Martos, violín. Francisco Bernier, guitarra. Programa: Claro de Luna, de Debussy; Pavana para una infanta difunta, de Ravel; Après un rêve, de Fauré; Mallorca, de Albéniz; Suite Española, de Nin; 2 Danzas españolas, de Granados; 3 Canciones populares españolas, de Falla. Jardines del Real Alcázar, miércoles 5 de agosto de 2015

Natural de Burguillos, Francisco Bernier es un veterano de las noches del Alcázar, donde solo o en compañía nos ha deleitado con su virtuosismo y capacidad para emocionar. Menos frecuente es disfrutar del joven granadino Pablo Martos en nuestra ciudad. Juntos ofrecieron un concierto de marcado sabor español, en el que un juego de idas y vueltas nos permitió constatar la influencia del folclore español en los compositores franceses que tanto influyeron a su vez en la música de corte nacionalista cultivada en nuestro país a finales del XIX y principios del XX.
 
Dos cambios de programa protagonizaron el arranque de la velada, con las archiconocidas Claro de Luna de Debussy y Pavana para una infanta difunta de Ravel sustituyendo las menos transitadas Rêverie (Ensueño) del primero y la Pieza en forma de habanera derivada de una Vocalise del segundo. La ejecución de ambas obras sentaron ya las bases del devenir del resto del concierto, con un dominio absoluto del violín sobre la guitarra, condenada a un mero acompañamiento en transcripciones en las que sustituía claramente al piano pero con un carácter más discreto y secundario, lo que impidió disfrutar de las magníficas prestaciones a las que nos tiene acostumbrados Bernier. Por su parte, el comprometido violinista forjado en la WEDO atacó unas piezas de espíritu impresionista con una estética más próxima al romanticismo, voluptuoso y exacerbado, fuera de estilo aunque extrajera del instrumento un sonido potente y sedoso, sin estridencias aún en los pasajes más proclives a cometerlas. Más adecuada resultó en ese sentido su interpretación de una de las Tres melodías Op. 7 de Fauré.
 
 
El bloque español arrancó con una versión de Mallorca de Albéniz que desaprovechó su carácter guitarrístico en favor de un violín poco preciso y disciplinado en los pianissimi, como se puso de relieve también en la Andaluza (Los pelegrinitos) de la Suite Española de Joaquín Nin. De Granados, que acompañó a su gran amigo Albéniz en ese viaje que inspiró la pieza precedente, se interpretaron la deslavazada Danza triste y la morisca Zambra de sus doce Danzas españolas, donde ambos lucieron ímpetu y mucho ritmo. Una impecable e hipnótica Nana y un apasionado Polo de las Canciones populares de Falla dieron paso a la propina, un muy meditado Café 1930 de Piazzolla.
 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 1 de agosto de 2015

EL SECRETO DE ADALINE Doriana romántica

Título original: The Age of Adaline
USA 2015 112 min.
Dirección Lee Toland Krieger Guión Salvador Paskowitz y J. Mills Goodloe Fotografía David Lanzenberg Música Rob Simonsen Intérpretes Blake Lively, Michiel Huisman, Harrison Ford, Ellen Burstyn, Kathy Baker, Amanda Crew, Richard Harmon, Anjali Jay, Anthony Ingruber, Lynda Boyd Estreno en Estados Unidos 24 abril 2015; en España 31 julio 2015

Drama romántico con tintes fantásticos que le dan un aire de misterio mágico y un poco gótico en la línea de personajes como Dorian Gray o Benjamin Button. La belleza intrigante y en cierto modo intemporal de Blake Lively (Gossip Girl) consigue en un alto porcentaje que esta propuesta en principio disparatada salga a flote y resulte incluso más satisfactoria de lo que en principio promete. Se trata de un melodrama romántico tan clásico que sorprende no esté basado en algún best-seller y en su lugar se trate de un argumento original. Afortunadamente no se empeña en explicar de forma excesivamente convincente los acontecimientos sobrenaturales que sirven de base a su argumento, dando apenas unas pinceladas científicas de dudosa procedencia. Por lo demás cumple al mostrar lo que se pide en estos casos, glamour, gente guapa, educada y sofisticada y un ritmo constante pero pausado, sin sobresaltos ni estridencias, lo que no es poco en estos tiempos de montaje frenético y verbo fácil y grosero. Quizás pueda reprochársele cierta cursilería en sus ademanes y propuestas. No obstante, ambientada e interpretada con serenidad y buen gusto, su desconocido director acierta en planificación y desarrollo aunque pierde la ocasión de profundizar más y con mayor interés en el siempre inquietante y hasta fascinante mundo de la juventud eterna, la relatividad del tiempo y la irresoluble química del amor.

ANT-MAN El increíble Robin Hood menguante

USA 2015 117 min.
Dirección Peyton Reed Guión Edgar Wright, Joe Cornish, Adam McKay y Paul Rudd, según el cómic de Stan Lee, Jack Kirby y Larry Lieber Fotografía Russell Carpenter Música Christophe Beck Intérpretes Paul Rudd, Michael Douglas, Evangeline Lilly, Corey Stoll, Michael Peña, Bobby Cannavale, Anthony Mackie, Matt Gerald, Judy Greer, Abby Ryder Fortson, Martin Donovan Estreno en Estados Unidos 17 julio 2015; en España 24 julio 2015

Peyton Reed dirigió en 2003 Abajo el amor, una muy estimable comedia romántica que no sólo se ambientaba en los años 50 sino que imitaba directamente el estilo de rodar de aquella época, concretamente el de las comedias de la Universal a mayor gloria de Doris Day. Luego se perdió en vehículos más o menos zafios para el lucimiento de Jennifer Aniston (Separados) y Jim Carrey (Dí que sí), mientras simultaneaba estos trabajos con comedias de situación para la televisión. No es de estrañar que Marvel lo contrate ahora para ampliar poderosamente su imperio con propuestas para todos los géneros, y si el humor combinado con la acción, al hilo del mítico Superman de Richard Donner, ya ha hecho su aparición en las cintas dedicadas a Iron Man, la primera entrega de El capitán América o de forma más evidente y corrosiva en Los guardianes de la galaxia, con Ant-Man el espectro se amplía con un humor más blando e infantil, lo que convierte la película en un producto simpático y disfrutable en su indiscutible banalidad. Paul Rudd, ese sucedáneo de Ben Affleck que no ha firmado ninguna película estimable en más de veinte años de carrera, ejerce también labores de guionista en estas aventuras en las que es inevitable referirse al clásico El increíble hombre menguante, y donde las buenas intenciones, los personajes cómicos y un espíritu saludablemente infantil sustituyen el mal rollo de los héroes actuales, sus pesados dilemas y traumas y las apoteósicas luchas finales a fuerza de violencia y destrucción por otra a menor escala con el decorado de un tren de juguete como original telón de fondo. Uno de sus aciertos es que el héroe sea un recluso, si bien por haber ejercido como una especie de Robin Hood moderno e informático; en ese sentido sus atolondrados colaboradores funcionan como una especie de proscritos. Como curiosidad, parece que San Francisco está sustituyendo a Nueva York como ciudad en la que se buscan más escenarios cinematográficos, a juzgar por la cantidad de películas ambientadas allí que se están estrenando últimamente, y la cantidad de veces que es fruto de la debacle y la destrucción.