Dirección Greg Berlanti Guion Rose Gilroy, Keenan Flynn y Bill Kirstein Fotografía Dariusz Wolski Música Daniel Pemberton Intérpretes Scarlett Johansson, Channing Tatum, Woody Harrelson, Ray Romano, Jim Rash, Anna Garcia, Donald Elise Watkins, Noah Robbins, Victor Garber Estreno en estados Unidos y España 12 julio 2024
La llegada del hombre a la Luna ha dado mucho juego en el cine, ahora más, porque Greg Berlanti, creador de multitud de series, muchas de ellas protagonizadas por superhéroes, y director de un par de comedias románticas gays, El club de los corazones rotos y Con amor, Simon, ha convertido el evento precisamente en eso, en un juego de seducción y amor, pero sobre todo en una sencilla, prístina y elocuente fábula sobre algo que a los estadounidenses se les da muy bien, la venta. Capaces de venderlo todo, la película se centra en los esfuerzos de una acreditada responsable de marketing por lograr los apoyos necesarios para ultimar la carrera espacial y ofrecer soluciones alternativas en el caso de que la misión fracasara. Estados Unidos atravesaba un mal momento con la administración Nixon volcada en la suicida e invasora Guerra de Vietnam, las protestas internas y la paulatina pérdida de confianza e inocencia que el magnicidio de Kennedy y los posteriores asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy provocaron y aceleraron.
Precisamente en una promesa del malogrado presidente hecha casi una década antes, basó la misión espacial su cometido, así como en la competición en que sumió la Guerra Fría a los dos grandes bloques ideológicos que dominaban el planeta durante aquellos fascinantes años sesenta del pasado siglo. Los muy chispeantes diálogos de Rose Gilroy, apoyados en la eficiente historia de Flynn y Kirstein, dan juego a Berlanti para plantear una dinámica y entretenida trama que pone de relieve la habilidad norteamericana para venderlo todo, empezando por su modelo de vida, y la importancia de la ilusión y la manipulación sobre el evento mismo. Queda explícito en su poderoso mensaje que lo importante no es lo que ocurra, su verdad u honestidad, sino la ilusión, la esperanza y el mensaje que conlleve, sea real o falso. Si el alunizaje fue real o lo rodó Kubrick o cualquier otro, es lo de menos. Lo que vale es el efecto que provoca, y hacía falta en ese país devastado por un tragedia como la de Vietnam y la desaparición de los incómodos referentes que hasta entonces le quedaba, que algo les ilusionara, les conmoviera y les hiciera sentir orgullosos y orgullosas. La maquinaria de la venta resulta en estos casos un bote de salvación ideal e infranqueable.
Un buen diseño de producción, una banda sonora que evoque tanto la psicodelia del momento como la épica de la situación, con el obligado ramillete de buenas canciones de la época añadido, y el buen hacer de su pareja protagonista, entregados en cuerpo y alma a esa sempiterna guerra de sexos que tano gusta a la comedia americana, imperando esta vez y por fortuna la iniciativa y la decisión de ella, logran un film eficaz y entretenido, bien planteado y realizado, y mejor escrito e interpretado sobre la venta como sinónimo tantas veces de timo o estafa, la habilidad comercial como arma eficaz e indestructible.
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