viernes, 30 de diciembre de 2022

UNA JUVENTUD RESPONSABLE DEFIENDE KIEV

Música por Ucrania. Concierto de la Orquesta de la Fundación Barenboim-Saïd. Denis Kozhukhin, piano. Nuno Coelho, dirección. Programa: Preludio de Tristán e Isolda, de Wagner; Concierto para piano nº 2 Op. 18 en do menor, de Rachmaninov; Cuadros de una exposición, de Mussorgsky (orquestación de Ravel). Teatro de la Maestranza, jueves 29 de diciembre de 2022

Foto: Luis Castilla

Cada concierto de una orquesta joven es un motivo de celebración, aunque en esta ocasión estuviera teñida del inmenso dolor que provoca la actual situación de guerra que se vive no solo en la tierra homenajeada sino en el resto de un planeta que sigue sin atender a los más básicos impulsos de humanidad y confraternización. Para acordarnos de Ucrania cuando se cumple casi un año de tan cruel e inaudita invasión, y nos preparamos para despedir otro año trágico con la ilusión siempre puesta en el inminente porvenir, la Fundación Barenboim-Saïd, siempre sensible a este tipo de cuestiones, trazó un programa muy significativo, con dos autores rusos (tres si añadimos la propina), un pianista de la misma nacionalidad y una Puerta de Kiev en la que desembocó la heroica y paradigmática defensa que los y las jóvenes de la orquesta hicieron de tan recurrente pero suculento repertorio.

Ante la fulgurante carrera del director luso Nuno Coelho, cuando hace año y medio dirigió uno de los programas de abono de la Sinfónica de Sevilla nos preguntábamos si volveríamos a disfrutar de su indiscutible talento. Y mira por dónde antes de lo previsto pudimos apreciar su enorme capacidad para extraer lo mejor de cada integrante de la orquesta, con el añadido de que en esta ocasión se tratase de gente tan joven, algunos y algunas todavía en edad infantil. Esta extraordinaria capacidad se puso ya de relieve en su muy meticulosa interpretación del preludio de Tristán e Isolda, una glorificación e idealización del amor absoluto que fluyó entre sus manos como un maná intenso, perfectamente articulado y moderadamente lírico y apasionado, acaso sin ese carácter febril que le imbuyen otras batutas, pero con las ideas muy claras, silencios muy elocuentes y un trabajo espléndido de cada sección de la orquesta, especialmente la cuerda, en la que se aunó vigor y espiritualidad.

Un pianista hercúleo

Desde nuestra posición, muy cerca del escenario, apreciamos en Denis Kozhukhin un pianista vehemente, acaso incluso algo rudo, que con su pulsación fuerte y vigorosa llegó a eclipsar la entrada melódica de la cuerda en esa mágica introducción del Concierto nº 2 de Rachmaninov. Como si de una batidora de notas se tratase, el pianista ruso atacó la página con demasiado ahínco, como si encontrar su voz y personalidad tuviera que pasar por reinventar pasajes y acusar una fuerza hercúlea en la tarea. No es precisamente el estilo y la línea que preferimos en una pieza tan extraordinaria e inventiva como ésta, pero no podemos negar al intérprete dominar técnica y esforzarse en expresividad. A todo ello Coelho se adaptó con enorme respeto y discreción, pero extrayendo de cada intérprete, conjunto y solistas, un rendimiento excelso, lleno de sensibilidad y musicalidad. Lástima que los múltiples móviles empañaron algunos de los momentos claves de la partitura, cadencias del segundo movimiento incluidos. En la propina, una significativa última pieza del Álbum de juventud de Chaikovski, Kozhukhin desarrolló el mismo esquematismo que desplegó en algunos de los pasajes del monumental y majestuoso concierto de Rachmaninov.

Sea en su versión original para piano como en la extraordinaria orquestación de Maurice Ravel, Cuadros de una exposición de Mussorgsky es una pieza muy transitada. Sin ir más lejos, Pérez Floristán la interpretará en apenas un mes; se trata además de la obra con la que debutó la Sinfónica de Sevilla en 1991, un concierto que fue recreado hace apenas dos años con motivo del treinta aniversario de la orquesta. Coelho sirvió una versión excelente de la pieza, atenta a cada detalle, férreamente estructurada, expansiva, más plagada de sutilezas que de esas inútiles exageraciones a las que la someten otros directores. El joven director portugués, actualmente al frente de la Orquesta del Principado de Asturias, supo impregnar la partitura de ese estado emocional contradictorio que la caracteriza, mientras la orquesta se ciñó con naturalidad a cada uno de los múltiples humores reflejados en la obra. Su lectura no fue ni grandilocuente ni vacilante, como tampoco lo fueron las magníficas intervenciones de la orquesta, con rendimientos solistas impensables en una orquesta de jóvenes e infantes todavía en prácticas o arrancando su vida profesional, empezando a vivir disfrutando de esta inigualable experiencia. Así, ante nuestros oídos desfilaron impecables intervenciones de oboe, trompeta, tuba, saxo… siempre disciplinados y logrando dar al conjunto ese relieve que hace de una interpretación una experiencia sensorial completa.

Ver de cerca a los y las jóvenes intérpretes, sus expresiones de emoción y satisfacción, no tiene precio. Y para dejar constancia del intercambio de talentos entre esta y otras orquestas jóvenes de la comunidad, especialmente la OJA, algunos de sus integrantes entonaron a traición, cuando gran parte del público había abandonado la sala, el pasodoble Amparito Roca, auténtica seña de identidad. Y no podemos olvidar el exhaustivo trabajo desplegado por los maestros y maestras que atienden a la excelente formación de estos y estas privilegiadas jóvenes.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 29 de diciembre de 2022

TODOS LO HACEN Un puñal por la espalda en toda regla

España 2022 99 min.
Dirección
Martín Cuervo Guion Marta Sánchez e Irene Niubo Fotografía Pablo Bürmann Música Iván Valdés Intérpretes Salva Reina, Kira Miró, Carlos Santos, Mariam Hernández, Julián López, Andrea Duro, Toni Scosta, Víctor Palmero, Macarena Gómez, Pablo Carbonell, Yaiza Guimare Estreno 28 diciembre 2022

No parece casualidad que un engendro como este, sin duda la peor película que hemos visto este año, justo cuando acaba, se estrene el día de los inocentes, porque muy inocente hay que ser para dejarse llevar por su insulsa trama vestida con las peores formas ni tan siquiera cinematográficas.

Estábamos avisados tras Con quién viajas, el anterior y también fallido, aunque no tanto, trabajo de su director, Martín Cuervo, también protagonizado por el más vacilón de nuestros actores actuales, Salva Reina. Aquí tres parejas y una viuda son convocados por el adinerado dueño de un hotel en medio de una nevada (aunque rodada en Canarias y con el beneplácito de sus autoridades) para chantajearles. Rápidamente se adivina que las intenciones de este despropósito son emular el éxito de Puñales por la espalda pero echando mano de un libreto de vergüenza, la españolada más casposa, las formas más televisivas posibles, con una iluminación irreal y ofensiva y unos chistes sin gracia alguna.

Lo peor es que su reparto coral a fuerza de parejas se preste a tan vergonzante y bochornoso espectáculo. Hasta la música, omnipresente, se presta a las hechuras seudobarrocas de la película de Rian Johnson. Solo cabe preguntarse qué criterio se sigue para que unas películas aterricen en las pantallas de los cines y otras se estanquen en las plataformas digitales destinadas exclusivamente a sus abonados y abonadas.

LILO, MI AMIGO EL COCODRILO Un musical inofensivo

Título original: Lyle, Lyle, Crocodile
USA 2022 106 min.
Dirección
Josh Gordon y Will Speck Guion William Davies, según el libro de Bernard Waber Fotografía Javier Aguirresarobe Música Benj Pasek, Justin Paul y Matthew Margeson Intérpretes Javier Bardem, Winston Fegley, Constance Wu, Scoot McNairy, Brett Gelman, Ben Palacios y la voz de Shawn Mendes Estreno en Estados Unidos 7 octubre 2022; en España 22 octubre 2022

Gordon y Speck
suavizan sus maneras y se vuelven más normativos y convencionales tras una carrera de comedias gamberras en la que destaca Fiesta de empresa. Lo hacen para adaptar unos cuentos que son bastante populares en Norteamérica y que tienen como protagonista a un cocodrilo que canta y, menos hablar, adopta costumbres y comportamientos humanos. Estamos por lo tanto ante la enésima conversión de animales en humanoides, deslegitimando por desgracia cualquier reivindicación animalista que pueda contener la propuesta.

Este personaje en concreto convive con una familia al más puro estilo Alf, la célebre comedia televisiva de los ochenta, mientras su legítimo dueño, un Javier Bardem sobrado de virtudes que no duda en afearse a la vez que bailar y cantar como si llevara haciéndolo toda la vida, intenta que el animal supere su miedo escénico y poder así triunfar en los escenarios de Broadway y el resto del planeta. Frente a ellos, un vecino poco condescendiente intentará hacerles la vida imposible, sin que la situación sobrepase el nivel de lo meramente circunstancial y anecdótico.

Todo sirve para poner en pie una fábula sobre la familia diversa, la superación de traumas a través de la ayuda mutua y el valor de la amistad, en clave de comedia musical con un par de pegadizas canciones de los incombustibles Benj Pasek y Justin Paul (El gran showman, Querido Evan Hansen, El espíritu de la navidad y las letras de La La Land) y un cocodrilo como estrella que adopta la forma de un muñeco hinchable mientras sus movimientos los recrea el actor Ben Palacios y la voz la pone el cantante Shawn Mendes. En definitiva se trata de un inofensivo, tanto como el salvaje reptil, entretenimiento especialmente enfocado al público infantil, y con el mayor aliciente de disfrutar con otro trabajo excepcional de Bardem, mientras la luminosa y farandulera fotografía la firma otro español, el veterano Javier Aguirresarobe.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

EL PRODIGIO ¡Quiero ser Santa!

Título original: The Wonder
Irlanda-Reino Unido 2022 108 min.
Dirección
Sebastián Lelio Guion Alice Birch y Sebastián Lelio, según la novela de Emma Donoghue Fotografía Ari Wegner Música Mathew Herbert Intérpretes Florence Pugh, Tom Burke, Kila Lord Cassidy, Niamh Algar, Ruth Bradley, Caolan Byrne, Toby Jones, Ciarán Hinds, Brian F. O’Byrne, David Wilmot, Dermot Crowley, Josie Walker, Elaine Cassidy Estreno en el Festival de Toronto 13 septiembre 2022; en Irlanda 2 noviembre 2022; en España 4 noviembre 2022; en Netflix 16 noviembre 2022


No es casual que esta película se enmarque en la artificiosidad de un decorado cinematográfico encerrado en un hangar, tanto como la Iglesia cuyo fanatismo denuncia y la marginación a la que siempre ha estado sometida la mujer por su mera condición de tal, así como la forma en que se le ha utilizado para expiar los pecados masculinos.

Tampoco es casual que en su desarrollo y estructura esta película, y la novela en que se basa, nos recuerde tanto a aquel Milagro de Ana Sullivan que enfrentaba a una institutriz y su alumna ciega y sorda hasta el punto de resultar salvaje. También lo es quien se empeña en mantener tal nivel de fanatismo religioso que ni ve ni escucha la realidad, se mantiene fiel a sus dogmas de fe y al artificio creado alrededor de un supuesto milagro. La eterna disputa entre la ciencia y la religión, que empezaba a asomar con cierta fuerza a mediados del siglo XIX en un país tan mediatizado por la religión católica como es Irlanda, y justo después de una hambruna colosal, se refleja con habilidad y sentido de la intriga y el misterio en esta nueva incursión del director chileno Sebastián Lelio en el maltrecho universo de la mujer estigmatizada y maltratada.

Lelio demuestra además una enorme capacidad para adaptarse a las cinematografías más diversas, desde su chilena natal (Una mujer fantástica) a la inglesa (Disobedience), la italiana (la serie Hecho en casa) la norteamericana (su remake de Gloria o la cinta que prepara ahora con Scarlett Johansson, Bride) y la irlandesa, con esta película preciosista en su ambientación y luminosa fotografía. Florence Pugh escala un peldaño más en su fulgurante carrera como actriz de carácter, con personajes siempre fuertes y decididos, en esta ocasión una enfermera británica que se alimenta, y repetidas veces, de realidad, frente al maná del cielo con el que asegura alimentarse la niña aspirante a mártir y santa a la que tiene que vigilar.

PINOCHO DE GUILLERMO DEL TORO Inocencia y mortalidad

Título original: Guillermo del Toro's Pinocchio
USA-México-Francia 2022 117 min.
Dirección
Guillermo del Toro y Mark Gustafson Guion Guillermo del Toro, Patrick McHale y Matthew Robbins, según la novela de Carlo Collodi Fotografía Frank Passingham Música Alexandre Desplat Voces (en versión original) Ewan McGregor, David Bradley, Gregory Mann, Finn Wolfhard, Cate Blanchett, John Turturro, Ron Perlman, Tim Blake Nelson, Burn Gorman, Christolph Waltz, Tilda Swinton Animación Estreno en Estados Unidos 11 noviembre 2022; en España 25 noviembre 2022; en Netflix 9 diciembre 2022

Desde que Disney fijara su atención en este cuento entre siniestro y juguetón del escritor y periodista italiano del siglo XIX Carlo Collodi, son muchas las adaptaciones que se han hecho del mismo, destacando las de Luigi Comencini para televisión en 1971 y la más reciente de Matteo Garrone de hace tres años. El año que estamos a punto de despedir ha conocido dos nuevas, la que Robert Zemeckis realizó a partir del original de Disney de 1940, que le ha reportado muy malas críticas a pesar de contar con el sello indiscutible de su autor y hallazgos visuales realmente atractivos, y este seudomusical con el que se presenta la visión personal del reputado Guillermo del Toro.

No es la primera vez que Pinocho se somete a las reglas del musical; ya en 1996 otra adaptación contó con partitura de Rachel Portman y canciones de Brian May y Stevie Wonder. Ahora es el espléndido Alexandre Desplat quien se encarga de ilustrar con una de sus bellas composiciones y un ramillete de curiosas aunque nada pegadizas canciones esta nueva incursión en el universo paternofilial de Collodi. Del Toro, en una operación similar a la que unió a Tim Burton con Henry Selick en Pesadilla antes de Navidad y La novia cadáver, se alía con el artesano de la animación Mark Gustafson, en el que es su primer largometraje, para dar vida a este personaje con aspecto desaliñado y diseño premeditadamente tosco, dentro de una galería en el que todos los personajes parecen tallados en madera al más puro estilo de las marionetas de antaño. Es cierto que poco o nada aporta este Pinocho a la galería que le precede, si acaso un mayor hincapié en el concepto de mortalidad y en el carácter sumamente inocente del protagonista, que sin duda se hace querer por su ternura y generosidad. Pero en el camino la película muestra una estética depurada, momentos de encantadora belleza, algunos personajes diseñados con irrefutable buen gusto y ese empeño del director en denunciar de paso los regímenes fascistas o directamente reírse de ellos, como ocurría con el franquismo en El laberinto del fauno y Mussolini en esta película ambientada entre las dos guerras mundiales y con ellas como terrible telón de fondo, donde el parque de atracciones que convertía a los niños en burros se ha sustituido por un campamento de adiestramiento para jóvenes que se convierten en combatientes.

Cuesta posicionarse a favor o en contra de esta sin duda innecesaria enésima adaptación del célebre personaje de madera con nariz prominente, pero de lo que no cabe duda es del esmero y el cariño puesto por su director y el equipo técnico y artístico, así como del acabado formal meticuloso y artesano que a través de la técnica del stop motion logra esta película, con la aportación impagable de un reparto de estrellas poniendo las voces en su versión original.

martes, 27 de diciembre de 2022

WHITNEY HOUSTON: I WANNA DANCE WITH SOMEBODY Una voz que emociona

Título original: I Wanna Dance with Somebody
USA-Reino Unido 2022 146 min.
Dirección
Kasi Lemmons Guion Anthony McCarten Fotografía Barry Ackroyd Música Chanda Dancy Intérpretes Naomi Ackie, Stanley Tucci, Tamara Tunie, Nafessa Williams, Ashton Sanders, Clarke Peters, Daniel Washington, Bailee Lopes, Bria Danielle Singleton Estreno en España 21 diciembre 2022; en Estados Unidos 23 diciembre 2022

Hace apenas cuatro años un documental se atrevió a desvelar algunos de los secretos y traumas más íntimos de la que muchos consideramos la mejor voz soul femenina de las últimas décadas. Ahora ya no hace falta hacerlo, y podemos entrar sin ningún tipo de tapujos y con toda la naturalidad del mundo en esa vida íntima de Whitney Houston de tal manera que ni ella misma si resucitase, ni nadie de su familia, se ruborizaría al verlo. Es un logro de la sociedad que nos llena de orgullo y de satisfacción, y provoca que productos como este no tengan que basarse en el escándalo y el morbo para seducir, basta hacerlo fijando toda o casi toda su atención en el enorme talento de la homenajeada.

Existen varios responsables para que esta no sea en absoluto una película desdeñable. En primer lugar está su guionista, Anthony McCarten, especializado en biografías (Stephen Hawking en La teoría del todo, Winston Churchill en El instante más oscuro, Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody y los dos últimos pontífices, Benedicto y Francisco, en Los dos papas), que ha urdido hábil e inteligentemente su trama en torno a los éxitos más fulgurantes de la cantante, permitiendo que sus temas suenen de forma generosa y entablando una ingeniosa relación entre los distintos estados de ánimo de la diva y su música. En especial merecen destacarse su actuación en los Premios de la Música Americana de 2004, cuando entonó sin solución de continuidad los difíciles I Loves You Porgy, And I Am Telling You I’m Not Going (de Dreamgirls) y I Have Nothing, y cuando presentó su último álbum de estudio en el show de Oprah Winfrey al son de la significativa I Didn’t Know My Own Strength, tras superar graves crisis sentimentales y adicciones a las drogas y el alcohol. En segundo lugar merece destacarse el trabajo de Naomi Ackie, gracias al cual y al cuidado estilismo de la película, ha conseguido parecerse a la bellísima cantante a pesar de no atesorar tanta hermosura.

Merece destacarse una vez más el espléndido y comedido trabajo de Stanley Tucci, esta vez incorporando al productor y fundador de Arista Records, Clive Davis. Y finalmente cabe congratular también a su realizadora, Kasi Lemmons, a quien hemos visto como protagonista de la primera versión de Candyman, y ha dirigido interesantes películas como Eve’s Bayou o Harriet, por haber sabido impregnar al conjunto de la energía y el dinamismo que requiere. Pero sobre todo brilla el rendido y sentido homenaje a una voz única y una presencia magnética, y esto lo consigue de forma tan sensacional como respetuosa.

sábado, 24 de diciembre de 2022

LA ALEGRE NAVIDAD DE LA ROSS Y EL CORO YAGO SCHOOL

Concierto de Navidad de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Vladimir Dmitrienco, concertino y dirección musical. Coro Yago School. John Richard Durant, dirección del coro. Programa: Obras de Vivaldi, Haendel, Mendelssohn, Pola & Wyle, Waldteufel, Almarcha, Grüber, Berlin, Durant, Pierpoint, y villancicos populares. Teatro de la Maestranza, viernes 23 de diciembre de 2022

Aitana, la auténtica estrella de Belén, en el centro de la foto

Hemos perdido la cuenta de los años que Vladimir Dmitrienco, el entrañable y adorable solista de los violines segundos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, lleva organizando con todo el cariño del mundo estos conciertos de Navidad que unen a la orquesta y el Teatro de la Maestranza para brindar con todas las familias, en el más amplio sentido del término que abarca todos los modelos y posibles reuniones de gente de todos los tipos, por los mejores deseos de prosperidad y unión entre todos los pueblos. Él arrastra con su entusiasmo a los integrantes de la orquesta que en formación reducida hacen las delicias de los más pequeños y contagian así a los mayores. Junto a ellos y ellas, al escenario del teatro subieron de nuevo los niños, niñas y no tanto que integran el Coro del Colegio Internacional Yago, bajo la dirección de John Richard Durant, que colabora de nuevo con nuestra querida orquesta, tras haber tocado en ella como clarinetista en alguna ocasión y dirigido otros coros también jóvenes como el del Colegio Internacional Europa. Además de Durant también son responsables de este coro de voces blancas los principales artífices de la prestigiosa Escolanía de Los Palacios, Enrique Cabello y Manuel Busto.

Aprovechando la oportunidad de tener el teatro rebosando de público y con una amplia presencia de los y las más pequeñas, Dmitrienco procura acercarles los grandes clásicos, como Vivaldi, cuyo concierto de Las cuatro estaciones dedicado al Invierno sonó en un arreglo especial que encadena sus movimientos con suaves transiciones y cuenta con la divertida intervención de populares villancicos integrados en sus acordes, cortesía del percusionista Ignacio Martín. Un curioso matrimonio entre Haendel (Joy to the World) y Mendelssohn (Hark! The Herald Angels Sing) dio paso al famoso Vals de los patinadores de Émile Waldteufel, que Dmitrienco aprovechó para hacer bromas con la temperatura poco navideña de Sevilla (no se levantará muy temprano por la mañana). También Bach sonó como colchón sobre el que el coro entonó el tradicional Fun Fun Fun, así como la Marcha Radetzky de Strauss dio forma a La Marimorena con la colaboración entusiasta, perfectamente ritmada y entonada del público, que hizo también lo propio con el We Will Rock You de Queen sobre el que coro y orquesta construyeron Campana sobre campana.

Vladimir Dmitrienco

En el apartado melódico americano brillaron It’s the Most Beautiful Time of the Year, compuesto por Edward Pola y George Wyle y popularizado por Andy Williams, que dirigió Durant, cuya composición de espíritu conciliador Our World fue cantado por una niña de nombre Aitana que ya antes había despertado nuestra atención por su madera de auténtica estrella infantil. Más comedidas resultaron la joven que cantó Noche de Paz, y Sol Almarcha, que cantó uno de los tres villancicos incluidos en el programa escritos por su padre, Rafael Almarcha, componente de Siempre Así que fundó precisamente este coro hace diez años. No faltaron a la cita White Christmas, la canción con la que el gran Irving Berlin ganó un Oscar en 1942, y Jingle Bells en sus versiones castellanas, Blanca Navidad y Navidad Navidad respectivamente, siempre con el muy disciplinado y entrañable coro acertando en sus interpretaciones. Un éxito rotundo y una razón para volver a casa felices, tanto como aquellos peces en el río que beben una y otra vez.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 23 de diciembre de 2022

CUERDA CRISPADA Y VIENTOS AFABLES EN LA CONJUNTA

2º concierto de la XII temporada de la Orquesta Sinfónica Conjunta de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo. Ysé Dastugue, guitarra. Juan García Rodríguez, dirección. Programa: Concierto elegiaco para guitarra y orquesta, de Leo Brouwer; Serenta para vientos Op. 44, de Antonin Dvorák. Salón de actos-Aula Manuel Trillo de la ETS de Arquitectura, jueves 22 de diciembre de 2022


Aunque inició su duodécima temporada la pasada semana, tras hacernos padecer la incertidumbre de si este año volveríamos o no a disfrutar de esta orquesta que tantas satisfacciones nos ha dado desde su constitución en 2011, ha sido este segundo concierto con el que por fin hemos tomado contacto de nuevo con sus incontestables amabilidades. García Rodríguez, su principal artífice y moldeador, se puso una vez más al frente de esta formación forzosamente cambiante, no olvidemos que está integrada por el alumnado del Conservatorio Manuel Castillo, ya sea en fase final de sus estudios o en prácticas, y los resultados fueron otra vez tan estimulantes como ilusionantes.

Si el primer concierto, el pasado miércoles 14 de diciembre, tuvo lugar en el Teatro Los Remedios, ubicado en el Colegio de los Padres Blancos, en esta ocasión el lugar elegido fue el salón de actos de Arquitectura, que tantos recuerdos alberga para la cinefilia de los setenta y ochenta del pasado siglo, cuando allí tenía su sede el Cine-Club de la facultad. Hacía tiempo que no lo visitábamos y nos llevamos una grata sorpresa al comprobar cómo lo han habilitado y modernizado para permitir que conciertos como el de anoche gocen de una alta calidad acústica y la máxima comodidad para disfrutar de sus propuestas. Es así como orquesta y director, también responsable del conjunto puntero de música contemporánea Zahir Ensemble, se enfrentaron a uno de esos programas singulares que hacen tan atractiva su temporada año tras año y cubren así un hueco que conjuntos profesionales no se atreven a llenar, o quizás no tengan la imaginación suficiente para hacerlo.

En esta ocasión abordaron el que quizás sea el trabajo más emblemático del compositor, director y guitarrista Leo Brouwer, cuyo paso por la Orquesta de Córdoba como director titular en la década de los noventa nos dejó tan grato recuerdo. Se trata del Concierto elegiaco para guitarra. Para ello se contó con la colaboración del también joven guitarrista francés Ysé Dastugue, que realizó en nuestra ciudad estudios de perfeccionamiento junto al maestro Francisco Bernier. La pieza se inicia con acordes de la guitarra muy pausados, con un espíritu tremendamente tranquilo, que recibe rápidamente la respuesta contundente de una cuerda crispada y misteriosa, potenciada por una percusión contundente, timbales en un extremo y marimbas y glockenspiel al otro. A partir de ahí solista y conjunto desarrollan un diálogo que no parece acercarles, hasta que paulatinamente vemos percibiendo cierto acercamiento que conforme avanza se convierte en una interrelación ya fluida. Pero nada de eso sería perceptible sin el trabajo concienzudo de la batuta, siempre enérgica y decidida, y la disciplina férrea observada en los y las integrantes seleccionadas para la ocasión. García definió la obra con un trabajo muy meticuloso en las dinámicas y los crescendos que la caracterizan, mientras Dastugue mantuvo una pulsación segura y muy bien articulada, tanto en los pasajes tranquilos como en los más agitados, logrando una integración total con la orquesta, reforzando así su tímbrica y manteniendo en todo momento su sentido del ritmo.


Con Dvorák fue la sección de vientos de la orquesta la que se lució, con un esmerado trabajo en las maderas, oboes, clarinetes, fagots y contrafagot, y salvando con una nota alta el difícil trabajo de mantener el tono y la afinación en las trompas. A todos ellos y ellas se unieron un violonchelo y un contrabajo, imprescindibles para pulir las transiciones y potenciar el cuerpo de la pieza. El resultado fue una Serenata para vientos Op. 44 absolutamente encantadora, llena de magia y lirismo, sencilla pero contundente en su noble marcha cortesana de arranque, de aires inconfundiblemente pastoriles en su danzarín minueto, llena de lirismo y contención en su romántico andante, y potente y desenfadado en su alegre finale. Esperamos con mucha ilusión el resto de una programación que contiene escalas tan estimulantes como la que protagonizarán el 24 de febrero, ya en el habitual Auditorio de Ingenieros, junto a Natalia Labourdette y cuatro pianistas interpretando música de Alberto Ginastera y John Adams.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 22 de diciembre de 2022

EL UNIVERSO DE ÓLIVER El año del cometa

España 2022 112 min.
Dirección
Alexis Morante Guion Alexis Morante, Miguel Ángel González, Raúl Santos e Ignacio del Moral, según la novela de Miguel Ángel González Fotografía Carlos García de Dios Música Julio de la Rosa Intérpretes Rubén Fulgencio, Salva Reina, María León, Pedro Casablanc, Mara Guil, Moreno Borja, Iván Renedo, Josu Eguskiza, Ignacio Mateos, Luna Berroa, Lorca Prada, Fran Torres, María Alfonsa Rosso, Roberto Campillo Estreno 13 mayo 2022

Recuperamos este título estrenado el pasado mayo por su implicación en los diversos premios que se conceden durante esta época del año. En su primer largo de ficción, después de innumerables videoclips y documentales musicales, el algecireño Alexis Morante fija su atención en una novela de carácter generacional con la que autor y realizador no pueden disimular su querencia por el cine americano ochentero, el de aventuras adolescentes en barrios periféricos, con cielos estrellados y miradas al espacio.

Un universo hábilmente trasladado a los barrios más deprimidos de Algeciras, donde el protagonista intenta huir de los problemas económicos y sentimentales de su familia, el entorno hostil en el que surgen diferencias raciales y una pasión por el fútbol que se convierte en refugio y válvula de escape para los niños y niñas que habitan el lugar. Pero Óliver, un Rubén Fulgencio hermano de la omnipresente niña Luna Fulgencio, de mirada a menudo perdida y actitud algo endeble, tiene además otra vía de escape, su imaginación y la relación que mantiene con su abuelo, aficionado como él a observar el universo, justo cuando el Cometa Halley se prepara para surcar el cielo de 1985.

Trazado todo este plan cabe preguntarse cuál es el objetivo de la narración de una historia que ni avanza ni engancha, que se revela bastante marciana en sus postulados y cometidos y no progresa más allá de la mera anécdota sentimental. No ayuda un guion con demasiados resortes y personajes, sin que ninguno llegue a cuajar, ni una puesta en escena que aunque esmerada y con buenos recursos, resultan poco aprovechados en este espectáculo bastante vacío y desorientado. Bunbury, a quien Morante profesa una enorme admiración a través de los trabajos que para él ha dirigido, pone la canción de los títulos finales.

miércoles, 21 de diciembre de 2022

LA MANIOBRA DE LA TORTUGA La luz provoca muchas sombras

España 2022 103 min.
Dirección
Juan Miguel del Castillo Guion Juan Miguel del Castillo y José Rodríguez, según la novela de Benito Olmo Fotografía Gina Ferrer Música Xavier Font Intérpretes Fred Tatien, Natalia de Molina, Mona Martínez, Ignacio Mateos, Gerardo de Pablos, Luisa Vides, Carlos Manuel Díaz, Fran Caballero, Miguel Diosdado, Pablo Béjar Estreno en el Festival de Málaga 24 de marzo 2022; en salas 13 mayo 2022

No tuvo mucha suerte esta segunda película del jerezano Juan Miguel del Castillo, ni en su debut en el Festival de Málaga ni en su limitado y nada publicitado estreno en salas hace ya medio año. Concurre ahora a los premios del cine andaluz en su doble vertiente crítica y académica, y por eso hemos aprovechado para recuperarla. Se trata sin embargo de un sólido y solvente thriller policíaco basado en una interesante novela que desgrana el papel de víctima de la mujer en una sociedad fuertemente machista y violenta.

Dos historias y dos personajes convergen en un mismo bloque de viviendas. Ella es Natalia de Molina, que protagonizó el primer largometraje de Juan Miguel del Castillo, Techo y comida, y ganó un Goya por ello, y él es el actor francés afincado en España Fred Tatien, a quien este año lo hemos visto también en Cerdita. Entrelazados por historias de violencia machista, ella ocupa un papel secundario en esta película de clara vocación criminalista que sigue los pasos de un taciturno y amargado policía en su investigación de la muerte de una joven desaparecida y asesinada de igual forma que nos hemos acostumbrado a ver en las noticias. Ni la luz de Cádiz, primorosamente retratada en esta inquietante película, logra iluminar las terribles sombras que se ciernen sobre sus dolidos personajes.

Quizás el conjunto funciona mejor como intenso drama policial con tensión in crescendo y un paisaje aterrador de chulos, traficantes e instituciones corruptas, que como drama íntimo y doloroso sobre la pérdida y la frustración, por mucho ojo de buey que el esforzado director utilice para retratar el terror experimentado por Natalia de Molina, que esta vez no tiene que imitar el acento gaditano y puede respetar el granadino que tan bien domina habiendo nacido en Linares (Jaén). El esfuerzo de producción y el competente trabajo del resto del elenco logran, con la ayuda impagable de un director consciente de lo que cuenta y hábil para hacerlo, una cinta más estimable de lo que cupiera esperar.

AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA Pandora's Waterworld

Título original: Avatar: The Way of the Water
USA 2022 192 min.
Dirección
James Cameron Guion James Cameron, Rick Jaffa y Amanda Silver Fotografía Russell Carpenter Música Simon Franglen Intérpretes Sam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Kate Winslet, Stephen Lang, Cliff Curtis, Giovanni Ribisi, Joel David Moore, CCH Pounder, Edie Falco, Brendan Cowell, Jemaine Clement, Britain Dalton, Jamie Flatters, Jack Champion, Bailey Bass, Filip Geljo, Jo-Li Bliss Estreno en Estados Unidos y España 16 diciembre 2022

Trece años separan esta secuela del éxito que supuso la primera entrega de una saga familiar que amenaza con perpetuarse hasta tres capítulos más. Muchos piensan que James Cameron es un visionario, mientras otros simplemente opinamos que es un ingenioso creador de ilusiones con capacidad para fusionar géneros y referentes, mezclarlos con temas de especial preocupación para la humanidad, y darle a todo un barniz de trascendencia con pretensiones de concienciación y mensajes de muy buena voluntad.

El ecologismo de postal subyacente en el ya clásico de 2009 se traslada ahora a los océanos y las criaturas que habitan en él, aunque se trate del planeta Pandora generado casi a imagen y semejanza del nuestro propio, ya inservible para la posteridad. En eso hemos ganado, porque los paisajes fluorescentes y decididamente horteras de la primera entrega, han sido ahora sustituidos por unos fondos marinos más bellos y sugerentes. También hemos ganado en el hecho de que los protagonistas más jóvenes hayan tomado el relevo de los adultos, con lo que todo ha tomado un cariz más amable y desenfadado. Se trata en esta segunda entrega, larguísima, de seguir las aventuras de un grupo de niños y adolescentes bajo la amenaza de un imperialismo militar empeñado en colonizar el frondoso planeta, en otro claro ejemplo de ejercicio de hipocresía por parte de la misma fuerza que provoca estos desmanes universales. De esta forma, se aprovecha la humanista y ecologista trama para una vez más exhibir el poder más virulento y el arsenal armamentístico más terrible y temible. 

Cameron mezcla hábilmente referentes populares como Waterworld, Tiburón, Peter Pan o Una familia de robinsones para dar forma a esta epopeya en la que se suceden episodios de extrema violencia con otros más placenteros, un uso de la tridimensionalidad tan logrado que hace recomendable su visión en este formato, y una digitalización de los actores y actrices que roza la absoluta perfección (a Sigourney Weaver le habrá encantado verse de nuevo adolescente), aunque seguimos preguntándonos qué esconden los Na’vi tras sus puritanos taparrabos y tangas. En el apartado musical, Simon Franglen, que ya colaboró con James Horner en la primera Avatar y en otras bandas sonoras, como la de Los siete magníficos, compone una música heredera y deudora de la del malogrado compositor, demostrando así un enorme respeto por su mentor.

martes, 20 de diciembre de 2022

BELLÍSIMO RECITAL DE DELPHINE MÉGRET Y MARTÍNEZ-PIERRET

Rasgando el silencio: Ciclo de mujeres compositoras. L’heure rose. Concierto de Navidad. Delphine Mégret, soprano; Carmen Martínez-Pierret, piano; Alejandro Bustamante, violín; Israel Fausto, violonchelo. Programa: Canciones de Elfrida Andrée, Amy Beach, Lili Boulanger, Nadia Boulanger, Cécile Chaminade, Augusta Holmès, Liza Lehmann, Alma Mahler, Mana-Zucca, Fanny Mendelssohn, Clara Schumann, Pauline Viardot, Madeline Dring, Carrie Jacobs-Bond, Poldowski, Mathilde von Rothschild y Dana Suesse. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, lunes 19 de diciembre de 2022


Coincidió este recital con la presencia en cartelera y en las nominaciones a los premios que tradicionalmente concede el cine a los mejores trabajos del año, de la película María Lejárraga. A las mujeres de España. En ella la directora sevillana Laura Hojman, autora de Antonio Machado. Los días azules y del audiovisual que acompañó al reciente concierto conmemorativo de la Exposición Iberoamericana del 29, glosa la vida y obra de una de las mejores escritoras del pasado siglo de nuestro país, ensordecida por el machismo imperante, lo que le obligó a firmar sus trabajos, entre los que se encuentran éxitos como el libreto de El amor brujo y la obra de teatro varias veces llevada al cine Canción de cuna, con el nombre de su esposo, Gregorio Martínez Sierra. Hoy todos sus trabajos se le han justamente atribuidos, pero hasta hace muy poco seguía siendo Segura su autor reconocido. Se trata de un lastre que la humanidad ha arrastrado desde tiempos inmemoriales, y que merecería un arduo trabajo de investigación para deshacer todos los entuertos e injusticias urdidas desde antaño, desde la misma Grecia Clásica. Hojman echa mano de la contención, el detalle y la elegancia para narrar a través de los testimonios de intelectuales como Rosa Montero, Vanessa Montfort o Manuela Carmena, las entrañables imágenes de archivo, el delicado trabajo de interpretación de Cristina Domínguez y la voz narradora de Kity Manver, no solo la vida de esta ilustre trabajadora de las letras y la política, sino de paso lamentar cómo la dictadura cercenó todas las ilusiones que millones de mujeres españolas habían depositado en el gobierno progresista con el que empezaban a disfrutar de derechos que durante tanto tiempo se les habían negado.


En esa misma línea de elegancia y contención se desarrolló también este imprescindible recital programado y estructurado por la entusiasta e incombustible Carmen Martínez-Pierret, el mejor hasta la fecha que hemos disfrutado en este ciclo dedicado a recuperar la memoria de tantas y tantas compositoras a la sombra de sus esposos y de una sociedad terriblemente machista cuya huella tanto nos está costando borrar, ni tan siquiera menguar. Nada más y nada menos que diecisiete mujeres protagonizaron este impecable y primoroso trabajo para el que contó con otra mujer incombustible, la soprano Delphine Mégret, capaz de enfrentarse sin solución de continuidad a las de más de veinte canciones programadas. Y eso que al principio pudimos apreciar cierta incomodidad en la colocación de su voz, lo que hizo que la pieza que daba título a la empresa, L’heure rose, una exquisita canción de amor de Augusta Holmes, que también solía firmar con seudónimo masculino, y Les papillons de Mathilde von Rothschild, sonaran destempladas, inseguras y con dificultades para llegar al extremo grave de su registro. Pero debió tratarse de falta de calentamiento, porque en el resto del recital Mégret dio muestras de controlar perfectamente su instrumento, de timbre cálido y aterciopelado y fraseo maleable. A partir de ahí se enfrentó con ahínco y capacidad resolutivo a páginas bien dispares, empezando por dos canciones de muy distinta índole de Cécile Chaminade, con las que pasó de un alto vuelo (Auprés de ma vie) a un complejo trabalenguas (Sombrero), una sentida canción de Elfrida Andrée, quien acuñó el término elevación de la mujer, acompañada en esta ocasión no solo por Martínez-Pierret sino también por el violinista Alejandro Bustamante, que añadió sentimiento y pasión a la pieza y volvería a colaborar en el conocido standard americano I Love You Truly, obra de Carrie Jacobs-Bond con un inconfundible aroma de musical.

Una miniatura de Alma Mahler, la menos prolífica y sin embargo más programada de las compositoras convocadas, dio paso a una nostálgica Clara Schumann, siempre defendidas por Mégret en perfecto estilo y con el feliz acompañamiento del piano, entregado y voluptuoso, siempre en línea con el canto, respetándolo y arropándolo en perfecta sintonía. Tras la última obra compuesta por una debilitada Fanny Mendelssohn, atendiendo a la exquisitez de su propuesta, Mégret siguió dando muestras de buen canto, aplomo y dulzura según tocase, con una divertida canción de la inglesa Madeline Dring, asidua del teatro, la radio y la televisión, cuyo lenguaje eminentemente cabaretero se adornó con un pequeño atrezzo, una taza de té envenenada. Quizás una de las piezas más conmovedoras y evocadoras de la noche fue la propuesta por Rebecca Clarke según textos de Yeats, Down by the Salley Gardens, de aroma rústico y evocador, tan emotiva como Evensong, un homenaje de Liza Lehmann a nuestros seres queridos y desaparecidos. Tras ello Israel Fausto se unió al dúo con su violonchelo para una Chanson d’amour de Amy Beach de tintes sensuales y carnales, con alguna salida de tono dentro de la complicidad lograda. Algo impetuosa y atropellada resultó la pieza basada en textos de Verlaine de Poldowski, compositora y pianista británica de origen polaco que adoptó este seudónimo por conveniencia a la clase aristocrática a la que pertenecía su marido; sin embargo Les étoiles de Pauline Viardot se saldó con gracia y desenfado.

En el bloque final Mégret y Martínez-Pierret se amoldaron con total soltura y perfecto estilo al musical genuinamente americano, dejando claro que algunas de las compositoras del momento podían parangonarse con los más reputados del género, como Gershwin, Berlin o Kern, como así lo demostraron Dana Suesse, Mana-Zucca y la ya citada Jacobs-Bond. Lo curioso es que muchas gozaron en su momento de cierta popularidad, a menudo interrumpida por sus matrimonios y el cuidado de su familia; pero la mayoría hoy han pasado al olvido y por eso es importante que alguien las rescate, como hacen Pierret e Israel, promotores de este ciclo, con acompañamientos tan exquisitos como el de esta ocasión, la soprano Delphine Mégret, que además contó para la ocasión con un espectacular atuendo y una pequeña escenografía que potenció aún más su adecuada expresividad, fundamental para una buena interpretación de lieder y canciones. Para terminar, como propina los cuatro reivindicaron con aires algo porteños ese Bésame mucho que la mexicana Consuelo Velázquez compuso hace exactamente noventa años.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 19 de diciembre de 2022

¡ESTO SÍ QUE ES UNA FIESTA DEL CINE!

Krypton, La Gira de la Film Symphony Orchestra. Constantino Martínez-Orts, dirección. Programa: Temas y suites de El Cid (Rózsa), Batman y Spider-Man 2 (Elfman), Ant-Man (Beck), Braveheart y La máscara del Zorro (Horner), Iron Man 3 y Thor: El mundo oscuro (Tyler), El caballero oscuro (Zimmer y Newton Howard), Capitán América y Los vengadores (Silvestri), Robín Hood: Príncipe de los ladrones (Kamen), Los increíbles (Giacchino), Lawrence de Arabia (Jarre), El último mohicano (Jones), Conan el bárbaro (Poledouris), Capitana Marvel (Toprak), Black Panther (Göransson) y El hombre de acero (Zimmer). Auditorio FIBES, domingo 18 de diciembre de 2022


A Constantino Martínez-Orts le gusta contextualizar sus giras, y hace bien. Si Fénix se enmarcaba dentro del resurgimiento de nuestra vida cotidiana tras las anomalías de la pandemia, Krypton lo hace dentro de la alarma social que vivimos actualmente en torno a guerras, crisis y desastres medioambientales, como una llamada de atención para que seamos nosotros y nosotras nuestros propios héroes y heroínas y de esta forma salvemos en la medida de lo posible el planeta en el que vivimos y de momento nos da cobijo. Así, a partir de Krypton, el célebre planeta de cómic que vio nacer a Superman y desde el que viajó para convertirse en una suerte de mesías terrestre, el dicharachero director de la Film Symphony Orchestra diseñó un programa centrado en estos personajes, unos con poderes especiales y otros sin ellos, dedicados en cuerpo y alma a salvarnos de las adversidades. Y así, junto a Rodrigo Díaz de Vivar, William Wallace, Robin Hood, Lawrence de Arabia, Conan el bárbaro y el último de los mohicanos, el concierto de anoche se centró en algunos y algunas de las personajes más emblemáticos de los universos Marvel y DC Comics, principales promotores de ese mundo de fantasía y, también hay que destacarlo, violencia en el que se desenvuelven las historias evocadas en esta nueva fiesta del cine de la joven orquesta levantina.

Una fiesta que arrancó a ritmo de marcha con acento hispánico, la obertura que el gran Miklós Rózsa compuso para la película El Cid que Anthony Mann rodó precisamente en tierras del este de la península ibérica. A partir de aquí quedó constatada una vez más la fuerza, la entrega y el respeto con el que los jóvenes artistas que integran la orquesta acometen cada partitura que se les ofrece. Lástima que la inevitable amplificación haga que estas interpretaciones suenen a menudo planas, faltas de relieve, y con un sonido metálico que desfavorece el excelente trabajo de las y los músicos. Afortunadamente los discos que recogen cada una de sus giras dan fe de su impecable trabajo, si bien en este punto hay que lamentar que no estén suficientemente bien editados, sin suprimir aplauso alguno y repitiendo temas en unas y otras entregas.

Martínez-Orts es sin duda una persona muy singular, un auténtico apasionado de lo que hace, capaz de ilustrar profusamente cada pieza que interpreta, a nivel musical y cinematográfico, y así lo hizo también en esta ocasión, con un programa frecuentado por temas cortos en forma de fanfarrias, como el célebre tema principal de Batman, la obra que abrió definitivamente el camino al éxito de Danny Elfman, de quien también se interpretó el tema principal de Spiderman 2, pues en palabras del director es como el de la primera entrega pero mejorado; el desenfadado, rítmico y melódico tema de Christophe Beck para Ant-Man, o los épicos temas de Thor, el mundo oscuro e Iron Man 3, piezas de artesanía debidas a Brian Tyler que la orquesta atacó con toda la fuerza y la energía que demandan, igual que Capitana Marvel, tras narrar las vicisitudes que tuvo que pasar su compositora, la americana de origen turco Pinar Toprak, para hacerse cargo de la empresa, o las marchas triunfales que Alan Silvestri compuso para Capitán América y Los vengadores, resueltas con absoluto brío y una espléndida sección de metales, imprescindible para el programa acometido. Entre ellos y ellas, se colaron también héroes de carne y hueso históricos como William Wallace, el libertador escocés que evocó la epopeya Bravehart con la que la Film Symphony exhibió su mayor lirismo y contención, un trabajo de la cuerda lleno de sensibilidad, gracias al precioso tema de amor de James Horner, o el enigmático T.E. Lawrence, el mítico Lawrence de Arabia con su imprescindible obertura a cargo de Maurice Jarre, su primer trabajo con David Lean y primer Oscar de Hollywood (los otros dos también los obtuvo de la mano del director británico, con Doctor Zhivago y Pasaje a la India). También otros héroes semi ficticios como Robín Hood, de cuyas muchas adaptaciones se decantaron por la que interpretó Kevin Costner en 1991 y que cuenta con una hermosa partitura del malogrado Michael Kamen; de cómic como Conan el bárbaro con la percutiva y obsesiva música que Basil Poleduoris concibió para su tema principal, y El Zorro, con una suite de Horner para Antonio Banderas y La máscara del Zorro, atacada de forma algo deslavazada pero con el atractivo de los y las jóvenes músicos convertidos en eficaces palmeros. También emblemático y archiconocido es el tema principal que Trevor Jones compuso para El último mohicano, y que Martínez-Orts y la FSO abordaron de manera impecable, acentuando su carácter épico y romántico.

Pero si hay que destacar auténticas gemas en este particular concierto, nos quedamos con varias. En primer lugar los créditos finales (Incredits) de Los increíbles, para lo que la orquesta se convirtió en una auténtica Big Band y volvió a demostrar su versatilidad y capacidad para adaptarse con solvencia a todos los géneros, igual que hicieron hace algunos años con el ballet final de La La Land. También la suite de El caballero oscuro estuvo bendecida por una interpretación magistral, sobre todo en lo que concierne a las transiciones, abordadas con suavidad, sin rupturas ni estridencias, de la misma forma que sucedió con El hombre de acero, ambas de Hans Zimmer, aunque la primera con la concurrencia de James Newton Howard en los pasajes más líricos. Y finalmente, la joya de la ocasión estuvo representada por Black Panther de Ludwig Göransson, dechado de ritmo y triunfo para la que la orquesta se pertrechó de una excelente sección de percusión ampliada con instrumentos étnicos (la trama se desarrolla en Wakanda, un país africano ficticio), como el yembé y el sheker, y los y las propias miembros de la orquesta haciendo los coros, gritos de guerra y cantos étnicos entonados a la perfección. Lástima que entre todo este esplendor, curiosamente fuese la propina lo menos satisfactorio, y eso que la tienen bien trillada; nunca antes habíamos escuchado una marcha de Superman de John Williams tan percutiva, machacona y marcial, falta de toda la elegancia que presidió el resto del concierto. Con el tradicional Cantina Band adornado de gorros de Papá Noel y cuernos de alce, terminó esta gozosa fiesta en la que la iluminación, con detalles impagables como centrar el foco en los solistas, guitarra eléctrica incluida, también formó parte de un extraordinario espectáculo.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 16 de diciembre de 2022

Estreno en salas de EO

  Reseña de la película, estrenada en el 19º Festival de Cine Europeo de Sevilla

SIMONE, LA MUJER DEL SIGLO Les presento a Madame Veil

Título original: Simone, le voyage du siécle
Francia 2022 140 min.
Guion y dirección
Olivier Dahan Fotografía Manuel Dacosse Música Olvon Yacob Intérpretes Elsa Zylberstein, Rebecca Marder, Élodie Bouchez, Judith Chemla, Olivier Gourmet, Mathieu Spinosi, Sylvie Testud Estreno en Francia 12 octubre 2022; en España 9 diciembre 2022

Hay películas que solo por lo que cuentan merecen destacarse, se convierten en necesarias si no imprescindibles. La vida de Simone Veil merece conocerse a fondo. Fue dos veces ministra del gobierno de Francia, y la primera mujer presidenta del Parlamento Europeo, gracias en gran parte a su vocación eminentemente europeísta y su clara convicción y confianza en una Europa unida como única forma eficaz de evitar que se volvieran a producir las grandes tragedias que asolaron el continente, supuestamente civilizado, a lo largo del pasado siglo. De todo esto se hace eco el film de Olivier Dahan, que saltó a la fama de la mano de Edith Piaf cuando le construyó el biopic La vida en rosa. Otro biopic le llevó a Hollywood, el de Grace Kelly en la piel de Nicole Kidman. Pero si en éste se centraba en un capítulo muy concreto de la vida de la princesa de Mónaco, en Simone, el viaje del siglo, que es como se titula en francés esta película, abarca prácticamente toda su vida, noventa años condensados en algo menos de dos horas y media, evidenciando un carácter fragmentario y a menudo aislado, lo que malogra parcialmente el retrato que la política y luchadora sin duda merece.

Dahan presta mucha atención a su trágica adolescencia como judía sometida a la crueldad nazi, campo de concentración incluido, germen sin duda de su concienciación posterior y su dirigismo hacia un mundo mejor, más humanizado, justo y equitativo. Pero en este viaje se descuidan sus grandes logros políticos, meramente esbozados, como la aprobación del aborto en 1975, su lucha contra el sida y la marginación social, o su trabajo con inmigrantes, todo lo cual la convierten en un personaje admirable e irrepetible, digno de conocerse y reconocerse, para lo que este trabajo irregular al menos sí funciona.

Dahan juega con el montaje, llevándonos continuamente de una época a otra y cambiando a sus actrices, Rebecca Marder de joven y Elsa Zylberstein hipermaquillada de mayor. Ambas hacen un trabajo digno, si bien el de la segunda queda muy oculto bajo tanta capa de maquillaje. El resto del reparto cumple con considerable solvencia. Sin embargo, tanta música omnipresente y voz en off ayudan poco a dirigir y sobrellevar la función en su justa medida, como sin duda merece. Y es una vez más el horror que suscita la barbarie nazi, que nada impide se vuelva a repetir como podemos observar a nuestro alrededor, que ni se agota ni deja de sorprender. También queda claro que resulta difícil encontrar gente tan entregada, responsable, equilibrada y justa como Madame Veil en el panorama político internacional, y así nos va.

jueves, 15 de diciembre de 2022

UN ORATORIO DE NAVIDAD DE ENORME BELLEZA

Oratorio de Navidad, de Johann Sebastian Bach. Coro de Niños de Windsbach. Orquesta Barroca de Sevilla. Ludwig Böhme, dirección. Isabel Schicketanz, soprano. Marie Henriette Reinhold, mezzosoprano. Patrick Grahl, tenor. Thomas Laske, barítono. Programa: Cantatas I, II, III y VI del Oratorio de Navidad de Bach. Teatro de la Maestranza, miércoles 14 de diciembre de 2022


Tan extraordinario como el proceso de gestación de esta prodigiosa y monumental página coral, puede llegar a ser una interpretación tan depurada y magistral como la que anoche fue capaz de brindar a un Maestranza casi abarrotado la conjunción de fuerzas que unió a nuestra Barroca con la dirección del joven Ludwig Böhme, el Coro de Niños de Windsbach y cuatro estupendos solistas igualmente alemanes. Con esta maravillosa partitura, la Barroca de Sevilla está cumpliendo uno de los meses más productivos de su carrera, todo él dedicado al maestro de Eisenach. Comenzaron diciembre al son de varias cantatas con obbligati a cargo del tenor Ariel Hernández en la capilla del Palacio Real, y lo rubrican ahora con una gira en compañía de los solistas y conjunto coral referidos, que les ha llevado por Valladolid, el Palau de la Música de Barcelona, el Maestranza, y hará escala hoy en el Auditorio Nacional, para después embarcarse a Alemania, donde la orquesta ejercerá de inmejorable embajadora nuestra en Frankfurt, Nuremberg y Ansbach. Solo de pensarlo se nos llena el alma de emoción, tanta como la que sentimos nada más iniciarse los acordes de esta portentosa composición a la que, no lo olvidemos, el Otoño Barroco nos ha ido acercando a razón de una cantata por año. Una emoción provocada por los majestuosos timbales seguidos de la sublime concurrencia de las trompetas y las sensacionales voces de un coro de unas setenta voces jóvenes masculinas con una media de trece años entre sus componentes. Ni el propio Bach lo hubiera soñado para la posteridad.

Quienes hayan asistido a las dos primeras representaciones de Las bodas de Fígaro que se están desarrollando actualmente en el Maestranza, reconocerían sus decorados aprovechados para ornamentar este concierto y de paso servir de concha acústica para la ocasión. Varios paneles que sirven de fondos a los decorados de esta producción operística, dispuestos en capas superpuestas, adornaron la multitudinaria concurrencia de voces e instrumentos en este conmovedor recibimiento de la Navidad más ortodoxa. Cierto que la disposición del conjunto tan atrás y tan abrigada no favoreció la proyección de la música, especialmente de los instrumentos, que en ocasiones parecieron algo adormecidos, sin que ello menoscabara las extraordinarias prestaciones con las que se lucieron solistas y familias instrumentales. Así, el joven pero experimentado Ludwig Böhme acusó su predilección por las frases fluidas, sencillas y naturales en la preciosa introducción de la cantata número dos, dedicada a la anunciación del nacimiento de Jesús a los pastores, una de las piezas más emblemáticas y recordadas de la partitura. De igual forma se deslizó la música durante todo el concierto, potenciando el carácter espiritual, dionisiaco y piadoso de esta extraordinaria parodia generada a partir del ingenio de su autor para reciclar arias y corales de otras obras, añadiendo corales nuevos y recitativos y adaptándolo todo a nuevos textos. Los solos de flauta de Rafael Ruibérriz junto a la mezzo Marie Henriette Reinhold en la segunda cantata fueron de una dulzura exultante, tanto como los de los oboes en esta parte consagrada especialmente a las maderas. De igual manera cabe felicitar a David Hendry, que en sus solos de trompeta en Grosser Herr de la primera cantata junto al bajo Thomas Laske estuvo brillante, aunque al final del oratorio el control de tan difícil instrumento se le resistiera un poco. Y no tenemos más remedio que repetirnos a la hora de ensalzar la participación de Mercedes Ruiz al violonchelo, que en Schilesse Mein Herze de la tercera cantata logró una sacra espiritualidad junto a la mezzo y el violín de Leo Rossi. Todos y todas en conjunto estuvieron soberbios, al igual que el maravilloso coro, con niños y adolescentes responsables y disciplinados, entregados al máximo para lograr ese sonido tan piadoso (Wie soll diuch empfangen) y glorioso (obertura y final) con el que nos subyugaron. Solo verlos con ese entusiasmo ya nos llenaba de gozo.



Todos y todas disfrutaron de la excelente dirección de Böhme, atento a cada acentuación e inflexión sin forzar en ningún momento la expresividad, procurando resaltar el carácter espiritual y amable de la pieza, con fraseos elegantes y fluidos, una portentosa naturalidad y mucho sentido común a la hora de engarzar las piezas. En el apartado solista las cuatro voces estuvieron geniales, por sus aterciopelados timbres, sus generosas proyecciones, su claridad y fluidez así como sus elegantes fraseos, sin caídas de tensión, sin estridencias ni salidas de tono, y sin resultar forzadas en ningún momento. Desde la conmovedora entrada de Reinhold en Bereite dich, Zion, al dúo de la soprano Isabel Schicketanz y Laske en la tercera cantata, o el muy depurado trabajo de Patrick Grahl tanto en sus recitativos como Evangelista como en sus arias de tenor, todo funcionó a la perfección, sumando en esta portentosa celebración con la que tan difícil resulta resistirse a la conversión.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 14 de diciembre de 2022

EL VIAJE A PARÍS DE LA SEÑORA HARRIS La elegancia no está en el vestido

Título original: Mrs. Harris Goes to Paris
Reino Unido-Hungría 2022 116 min.
Dirección
Anthony Fabian Guion Carol Cartwright, Anthony Fabian, Olivia Hetreed y Keith Thompson, según la novela de Paul Gallico Fotografía Felix Wenderman Música Rael Jones Intérpretes Lesley Manville, Isabelle Huppert, Lambert Wilson, Ellen Thomas, Jason Isaacs, Alba Baptista, Lucas Bravo, Anne Chancellor, Rose Williams, Bertrand Poncet, Christian McKay, Guilaine Londez, Philippe Bertin, Roxane Duran Estreno en Estados Unidos 15 julio 2022; en Reino Unido 30 septiembre 2022; en España 9 diciembre 2022

No cabe duda de que nadie sabe hacer comedia amable y romántica como los ingleses, y conjugarlo además con crítica social con toda la sencillez y elegancia que sea posible. Eso es lo que consigue el director Anthony Fabian con esta nueva adaptación de la novela homónima de Paul Gallico, tras la que protagonizaron los añorados Angela Lansbury y Omar Shariff para la pequeña pantalla en 1992. 
Gallico, escritor y comentarista deportivo neoyorquino que tocó todos los temas en su extensa bibliografía y fue adaptado al cine en diversas ocasiones, entre ellas el celebrado musical Lilí y el clásico de catástrofes La aventura del Poseidón, además de ser el autor de los argumentos de El orgullo de los yanquis y El reloj, sabía que tocar la fibra sensible del lector le hacía ganar muchos enteros. Eso es lo que logran Fabian y una adorable Lesley Manville en esta exquisita y conmovedora revisión del mito de la Cenicienta en la que la protagonista acaba siendo la hada madrina.

Manville reincide en el mundo de la moda, tras sorprendernos en El hilo invisible hace algunos años, y compone un personaje entrañable que realiza un viaje físico y espiritual que le llevará a demostrar que el mejor talante, los mejores sentimientos y una inmejorable capacidad resolutiva pueden acabar convirtiendo a alguien en una persona mucho más elegante que la que pueda portar el mejor, más caro y más llamativo vestido, por encima de aristócratas, políticos y demás socialités.

En una París entre ensoñada y ensuciada (hay huelga de basureros) de finales de los cincuenta del siglo pasado, la misma que retrataba Godard en su icónica À bout de soufflé, con la que guarda algún atuendo, algún automóvil y algún truco de montaje, además de desarrollarse en el mismo Dior que allí se citaba de pasada, manteniendo por supuesto una enorme distancia de espíritu, estilo y objetivo, la Sra. Harris del título vivirá su propio sueño a veces convertido en pesadilla. Mientras, una variopinta galería de secundarios le irán abriendo horizontes y procurando alegrías, todo dentro de la mayor previsibilidad posible, sin que ello importe un ápice. El encanto que lo invade todo queda muy por encima de cualquier valoración con prejuicios que pueda hacérsele.

lunes, 12 de diciembre de 2022

FÍGARO DE LA MAÑANA A LA NOCHE

Las bodas de Fígaro. Ópera de Wolfgang Amadeus Mozart. Libreto de Lorenzo Da Ponte, según la obra de Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais. Corrado Rovaris, dirección musical. Emilio Sagi, dirección escénica. Daniel Bianco, escenografía. Renata Schussheim, vestuario (Reposición: Anuschka Braun). Eduardo Bravo, iluminación. Nuria Castejón, coreografía y asistencia de dirección escénica. Con Alessio Arduini, Natalia Labourdette, Vittorio Prato, Carmela Remigio, Cecilia Molinari, Amparo Navarro, Ricardo Seguel, Manuel de Diego, Juan Antonio Sanabria, Inés Ballesteros y Pablo López. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro Teatro de la Maestranza. Íñigo Sampil, director. Producción del Teatro Real de Madrid. Teatro de la Maestranza, domingo 11 de diciembre de 2022


Hace algo más de ocho años que el Teatro Real estrenó esta producción firmada por Emilio Sagi. Siguiendo la pauta de José Luis Castro y Carmen Laffon para su celebrado Barbero de Sevilla, Eduardo Bravo consigue también aquí que la luz de Sevilla brille con entidad propia en esta exquisita y esmerada en todos los detalles producción preciosista y clásica a más no poder. Es así que el cambio de iluminación de primera hora de la mañana, cuando Fígaro y su amada Susana discuten en su habitación, hasta la noche, cuando todas las ingenuas confusiones amorosas se resuelven al son del sublime Perdono, resulta verdaderamente prodigioso. Eduardo Bravo también colaboró con Sagi en la producción de El manojo de rosas del Teatro de la Zarzuela, que curiosamente pudimos ver aquí el mismo año 2014 en que vio la luz esta ópera en Madrid. Que a través de las ventanas del segundo acto pudiéramos disfrutar de una luz cálida de mediodía tan familiar para nosotros y nosotras, y que el atardecer contara también con su mágica representación en el tercero, fue obra de este artista.

Junto a él, la escenografía de Daniel Bianco y el vestuario de Renata Schussheim, a remolque del trabajo que en otras ocasiones hemos podido observar de los legendarios Ezio Frigerio y Franca Squarciapino, demostraron un buen trabajo de documentación sobre nuestros palacios a finales del XVIII, si bien con un referente más urbano, no tan propio de las haciendas de las afueras de la ciudad. Mención especial merece en este sentido la armonía cromática del vestuario. No podemos sino admirar cada uno de los escenarios en los que se desarrollan los cuatro actos, a veces tras una rutilante cortina trasparente o no según la iluminación, exhibiendo un gusto exquisito por la ornamentación y los espacios, con presencia incluso del ruido del agua y de los grillos en parte de la última escena, sobre la que finalmente emerge incluso la luna llena. 
Una producción como se puede apreciar del gusto mayoritario pero que sin embargo contribuye a dar al conjunto un carácter rancio, artesano pero poco creativo, que nada añade a una trama que no puede evitar resultar hoy terriblemente ingenua con sus derechos de pernada y luchas entre clases, si no se es capaz de poner al día sus arcaicos postulados. Reivindicando nuevos aires es como mejor podemos seguir haciendo justicia a una música sublime, una obra maestra incontestable que de por sí justifica su frecuente programación. Entramos así en la disyuntiva de si merecen revisarse los clásicos y someterlos a lavados de cara, o revisitarlos tal como fueron concebidos, creando en esta ocasión la ilusión de que la Sevilla imaginada por Mozart, y antes por Baumarchais, era así de auténtica.

Un cuadro de voces competente y una orquesta fluida

Decíamos a propósito del Don Pasquale que le oímos aquí mismo hace tres años, que la batuta de Corrado Rovaris tiende a ahogar las voces, y volvió a suceder en esta ocasión, quizás en parte debido a su decisión de elevar el foso, lo que por otro lado obligó a los músicos y a él mismo a entrar y salir de él por la platea. Por lo demás, su dirección fue ágil y desenfadada, atenta a cada inflexión de la partitura, procurando hacerla brillar y extraer toda su belleza, contando para ello con una orquesta reducida y la exquisita participación del fortepiano en los recitativos. En este contexto se anunció la posible indisposición del barítono italiano Alessio Arduini, cuya voz se veía afectada por una infección y podría haber sido incluso doblada por su sustituto. Sin embargo su participación fue considerablemente eficaz, apenas cierta falta de potencia y una proyección más corta de lo deseable. Pero fue capaz de construir un personaje a la altura de las circunstancias, con ese toque entre socarrón y sorprendido que caracteriza al emblemático Fígaro, resolviendo con buena nota sus famosos Se vuol ballare, con acompañamiento idóneo de la batuta acentuando la furia del momento, y Non più andrai; pero sobre todo su aria de venganza del último acto, que defendió a capa y espada con resultados altamente estimulantes. También Vittorio Prato acertó con su diseño del Conde Almaviva, añadiendo presencia a su personaje y entonando con buen gusto y clara dicción. Excelente el Cherubino de Cecilia Molinari, ágil y desenfadada en sus dos arias, mejor en Non so più cosa con agilidades de un gusto exquisito, que en un Voi che sapete algo menos lucido y convencional.


Carmela Remigio entró en escena rígida
, apenas sacando partido de la excelsa Porgi, amor, aunque se redimió más tarde en sus dúos y concertantes, ofreciendo incluso un Dove sono más en estilo y con una mayor dosis de flexibilidad. No se puede negar que la soprano italiana añade a su personaje una presencia escénica rotunda y tremendamente apropiada, visible en su primera aparición con aires a lo Elizabeth Taylor. Pero si alguien triunfó por encima del resto del reparto fue sin duda Natalia Labourdette. Sin sorpresas ante un público ya acostumbrado a disfrutar de su candidez y su rutilante voz, abordó con sobresaliente todas sus escenas, a nivel vocal y actoral, y especialmente su única aria, Deh vieni, non tardar, dechado de virtudes en entonación, agilidad y fraseo exquisito. Todos los demás, los seis restantes personajes, cumplieron con exacta competencia, aguantando estoicamente los difíciles y largos finales de los actos dos y cuatro. Mención especial merece la soprano valenciana Amparo Navarro, jocosa Marcellina que contribuyó sobremanera al espíritu desenfadado de una función en la que el cotilleo está omnipresente a través de los figurantes-danzantes que comparten escenas domésticas curioseando las vicisitudes amorosas de los protagonistas. También destacó Inés Ballesteros en su breve participación como Barbarina, y el trío cómico integrado por Ricardo Seguel, Manuel de Diego y Juan Antonio Sanabria. El coro de nuevo ejemplar, con participación individual de dos de sus integrantes, Julia Rey y Diana Larios, cantando impecablemente el dúo de las campesinas.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía