lunes, 28 de diciembre de 2015

EL DESAFÍO Experiencia adrenalítica y homenaje al trabajo en equipo

Título original: The Walk
USA 2015 124 min.
Dirección Robert Zemeckis Guión Christopher Browne y Robert Zemeckis, según el libro “To Reach the Clouds” de Philippe Petit Fotografía Dariusz Wolski Música Alan Silvestri Intérpretes Joseph Gordon-Levitt, Ben Kinglsey, Charlotte Le Bon, James Badge Dale, César Domboy, Clement Sibony, Benedict Samuel, Vittorio Rossi, Ben Schwartz, Steve Valentine, Mark Camacho Estreno en Estados Unidos 9 octubre 2015; en España 25 diciembre 2015

Después de haber estado viendo el tráiler durante un año, por fin llega a las pantallas esta espectacular cinta. La tragedia de las Torres Gemelas sacó a la luz varios años después una proeza sin precedentes protagonizada por el funambulista francés Philipe Petit que dio lugar a un documental de James Marsh, luego director de La teoría del todo, galardonado con el Oscar en la edición de 2008, Man on Wire. De su estreno en nuestro país en abril de 2009 escribimos las siguientes palabras:

“Recibida con gran expectación, fundamentalmente por haber sido galardonada con el último Oscar al mejor documental, la película de James Marsh se erige como todo un homenaje a las Torres Gemelas de Nueva York, a partir de un acontecimiento injustamente olvidado, como fue la exhibición de equilibrismo que en 1974 realizó el funambulista francés Philippe Petit, lanzando un cable entre las dos torres, desde lo más alto, y cruzándolo hasta ocho veces seguidas. El film se ha realizado utilizando diversos recursos, como imágenes tomadas por los propios protagonistas durante la preparación y ejecución de la proeza, imágenes de archivo documental, reconstrucciones dramáticas y las muy retóricas intervenciones de sus personajes, sin las cuales el metraje no hubiera alcanzado una duración estándar. Su línea argumental se basa en los antecedentes, los preparativos (a modo de golpe criminal, para procurar dotarlo de interés y tensión dramática) y la consecución del dificilísimo objetivo. Alcanza su máximo interés en el tramo final, cuando la emoción del reto consumado y la recompensa del esfuerzo extremo cobran realidad, mientras tampoco están exentas de interés las proezas que constituyen su antecedente. Menos logrado está el nudo en el que se nos explican los preparativos a modo de cinta de suspense criminal, consiguiendo tan sólo algunos momentos brillantes aislados, dejando el resto en un nivel de interés reducido. Merece la pena verse como recordatorio de un evento que saltó a la primera página de las más prestigiosas publicaciones, para rápidamente caer en el olvido popular. Ahora cobra especial relevancia como anécdota antropológica de lo que fue una edificación colosal reducida a la nada, mientras el artífice de tan arriesgada y temeraria aventura aún puede contárnosla.”

Reflexión en gran parte extrapolable a este film dirigido por Robert Zemeckis, cuyo cine se caracteriza por llevar a la pantalla historias de dificilísima resolución plástica y compleja estructura dramática, por eso no es de extrañar que se haya fijado en esta increíble historia. Sus películas han revolucionado la tecnología, con títulos punteros como Regreso al futuro, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, La muerte os sienta tan bien, Forrest Gump y Polar Express. La reconstrucción de la hazaña realizada por Petit en 1974 no es la única y valiosísima aportación que Zemeckis hace al documental de Marsh, además de aumentar considerablemente la dosis de emoción y corregir esas caídas de tensión e interés que tenía el galardonado trabajo, que por otro lado sigue el mismo esquema argumental de este film, no en vano ambos trabajos se basan en el mismo libro de memorias del equilibrista, magistral y esforzadamente interpretado por Joseph Gordon Levitt. Zemeckis presta especial atención al trabajo en equipo, la inspiración y la colaboración sin las cuales el objetivo del genio no sería posible. Este análisis refleja en sí lo que desde siempre ha sido la consigna del cine americano, distinto del europeo basado en el autor y su singularidad. Las películas de Walsh, Hawks, Cukor o Spielberg, por poner sólo algunos ejemplos, no serían iguales sin el equipo que las hacen posibles, y ese es el valiosísimo homenaje que subyace en esta hermosa y angustiosa película que Zemeckis dirige con cariño y sentido del detalle y la espectacularidad. Entre sus colaboradores habituales destaca el compositor Alan Silvestri, que firma con ésta su mejor banda sonora en una década y decimoquinta colaboración con el director. Contada como un precioso cuento de ilusión y afán de superación, con una primera parte en la que la protagonista es esa París reinventada por el cine a través de la estética visual de Jeunet y Caro (Amelie) y un posterior nudo destinado a narrar la preparación del golpe, siguiendo la misma pauta que el libro y el documental, como si de un asalto a un banco se tratara, para confluir en un final lleno de magia y no exento de insufrible angustia gracias a unos efectos visuales excelentes y una planificación extraordinaria que te sumerge directamente en la increíble hazaña del protagonista, con un uso por fin del sistema 3D impecable y majestuoso, imprescindible por una vez para disfrutar al máximo de esta experiencia adrenalítica e irrespirable.

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