lunes, 29 de mayo de 2023

LA SIRENITA Con el cuento a otra parte

Título original: The Little Mermaid
USA 2023 135 min.
Dirección
Rob Marshall Guion David Magee, según la película de Ron Clements y John Musker basada en el cuento de Hans Christian Andersen Fotografía Dion Beebe Música Alan Menken Intérpretes Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Javier Bardem, Melissa McCarthy, Daveed Diggs, Jacob Tremblay, Awkwafina, Noma Dumezweni, Art Malik, Jessica Alexander, Martina Laird Estreno en España y Estados Unidos 26 mayo 2023

Disney prosigue con su política de ambición sin límites, palpable en televisión, extendiendo la saga de La guerra de las galaxias hasta extremos extenuantes, y el cine, alargando los ciclos de superhéroes Marvel y repitiendo todos sus éxitos animados con la excusa de presentarlos ahora en imagen real. Una operación camuflada entre tanta infografía que resulta más indigesta y artificiosa que si se tratara de una auténtica traslación de los clásicos a la imagen de carne y hueso. La sirenita supuso a finales de los ochenta del pasado siglo la recuperación definitiva de una empresa que andaba algo perdida entre productos sin apenas repercusión mediática y comercial. Volver a los clásicos de una literatura infantil que ya empezaba a mostrarse obsoleta e inconveniente, supuso en cierto modo un regreso al estilo y la filosofía de la empresa, que no dejaría de encadenar éxito tras otro, primero mediante animación tradicional, más tarde, la mayoría de las ocasiones a través de su asociación con Pixar, por animación digital.

La experiencia de Rob Marshall en el musical (Chicago, Nine) y las aventuras caribeñas con la cuarta entrega de las aventuras de Jack Sparrow, además de su incursión en los cuentos infantiles clásicos de la mano de su adaptación de Into the Woods de Stephen Sondheim, le han colocado como responsable ideal para llevar a buen puerto esta nueva producción de Disney. Pero que la protagonista y la reina sean ahora de raza africana no parece novedad suficiente como para considerar actualizado el cuento de Andersen. El espíritu valiente y decidido de la protagonista ya aparecía en la cinta de Ron Clements y John Musker, mientras se mantienen conceptos tan vinculantes y adoctrinadores como la monarquía o la brujería, siempre asociada a una mujer malvada. Son estos rancios postulados los que hacen que sigamos utilizando por ejemplo terminología tan inapropiada como feudos o bastiones cuando hablamos de espacios conquistados por nuestros partidos políticos, olvidando que están a nuestro servicio, y que la ciudadanía no somos de su propiedad.

Mal por el contenido educativo de estos cuentos obsoletos cuya fórmula de actualización Disney ni encuentra ni le interesa hacerlo. En cuanto al apartado artístico y técnico, cabía esperar más espectáculo y un mejor diseño de producción, mientras su argumento resulta tan archiconocido que apenas logra interesarnos. Alan Menken reescribe su partitura original y añade nuevas canciones, ahora con letra del mimado de Broadway Lin-Manuel Miranda, ya que Howard Ashman falleció cuando escribía los versos de Aladdin en 1991. El encanto de Halle Bailey, que pronto estrenará la versión de El color púrpura que adapta el musical basado en la novela de Alice Walker y la película de Spielberg, el carisma de Javier Bardem y el desparpajo de Awkwafina no nos parecen razones suficientes para justificar este nuevo más de lo mismo al que tanto nos tiene acostumbrados y acostumbradas la industria norteamericana.

EXTRAÑA FORMA DE VIDA El capricho de Almodóvar

España-Francia 2023 31 min.
Guion y dirección
Pedro Almodóvar Fotografía José Luis Alcaine Música Alberto Iglesias Intérpretes Ethan Hawke, Pedro Pascal, Pedro Casablanc, Jason Fernández, José Condessa, George Steane, Manu Ríos, Sara Sálamo Estreno en el Festival de Cannes 17 mayo 2023; en España 26 mayo 2023

Hay varias explicaciones que pueden hacernos comprender por qué Almodóvar se ha enfrascado en un western. La más evidente es el negocio que sin duda le habrá reportado aceptar este encargo de la firma Saint-Laurent, que justifica entre otras cosas un colorido vestuario en el que destaca la improbable chaqueta que luce Pedro Pascal. Otra podría ser la posibilidad que brinda al director manchego de practicar un poco más con el inglés, ahora que todos anuncian que se enfrenta a su primer rodaje de un largometraje en el idioma hollywoodiense. Y hay incluso quien apunta a que se trata de un ajuste de cuentas con la industria que en su día malogró que se encargara de la dirección de Brokeback Mountain.

Lo cierto es que el segundo corto comercial de Almodóvar en inglés, tras La voz humana, llega un poco con retraso, cuando su capacidad de provocación e innovación queda algo en entredicho, casi veinte años después de que Ang Lee dinamizara estereotipos relacionando románticamente a dos tipos supuestamente duros y entregados a las labores del típico cowboy, aunque en aquella ocasión se tratara de una época relativamente contemporánea. Extraña forma de vida, que toma su nombre de una canción de Amalia Rodrigues que en la película entona Caetano Veloso en la piel de Manu Ríos, como otra extravagancia más de una cinta que a pesar de su corta duración acumula varias, se entiende así como un ejercicio puro de estilo, un western estilizado que mira más a la pulcritud y el estereotipo del género en el Hollywood de antaño que al más sucio y presuntamente realista de Leone y compañía.

En ese contexto en el que cabe adivinar influencias de King Vidor (Duelo al sol) y Nicholas Ray (Johnny Guitar incluso en el cartel publicitario), Almodóvar firma su trabajo más extravagante y caprichoso, con el talento y el acierto de concitar en apenas media hora una acertada narrativa, un excelente trabajo de actores y una depuradas líneas de guion que cantan al amor y el compañerismo, no importa el sexo y la condición, afectados por la fatalidad y los compromisos sentimentales. También la fotografía de Alcaine y la siempre excelente partitura de Iglesias parecen mirar a ese western nada crepuscular, clásico y estilizado del cine clásico americano, en el que quizás sea uno de los trabajos de admiración y pasión por el cine más evidentes en toda la carrera del celebrado cineasta.

domingo, 28 de mayo de 2023

UNA BARROCA ENCANTADA CON ENRICO ONOFRI

Concierto nº 7 de la temporada 2022-2023 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Enrico Onofri, dirección. Programa: Obertura de Olympie VB 33 y Sinfonía en do menor VB 142, de Joseph Martin Kraus; Obertura de Lo Speziale Hob. Ia/10 y Sinfonía no. 44 en mi menor “Trauer” Hob. I/44, de Joseph Haydn. Espacio Turina, sábado 27 de mayo de 2023


El poder de convocatoria de la Barroca de Sevilla es sin duda extraordinario, y nos encanta que así sea. Pero una vez más nos preguntamos por qué el público insiste en dejarse seducir por lo que ya conoce, mientras tiende a despreciar otras propuestas sumamente extraordinarias sin cuyo respaldo caemos en el peligro de prescindir de grandes citas internacionales en una ciudad que se pretende cosmopolita, y a las partitas para clave de Bach interpretadas la semana pasada por Céline Frisch me remito, que apenas congregó a un centenar de oyentes. Lo mismo ocurre en el cine, con innumerables pantallas copando la atención de un público ávido de que le cuenten lo mismo una y otra vez. Nos referimos a los superhéroes de Marvel, las carreras de Fast & Furious o los cuentos clásicos de Disney, mientras otras propuestas más originales y enriquecedoras se marchitan en una cartelera en la que apenas resisten una o dos semanas.

Un público tan numeroso como la plantilla con la que se presentó la Barroca en su último concierto de la temporada, abarrotó el Espacio Turina para dejarse llevar por las formas siempre discutibles del ravenés Enrico Onofri al frente de una formación a la que conoce a la perfección, y que tan cómoda y encantada se siente a sus órdenes, por algo será. La ocasión sirvió además para presentar el último disco de la formación, esta vez sin atender a ningún tema en particular ni autor a recuperar en la esfera de lo estrictamente andaluz, sino presto a servir de plataforma para el lucimiento de algunos y algunas de sus solistas más destacadas. Así, Mercedes Ruiz enfrentándose a un concierto para violonchelo de Vivaldi, Jacobo Díaz deslizando su fraseo ágil y elegante en un concierto para oboe de Bach, Leo Rossi desplegando su habilidad al violín en una pieza también del compositor alemán, y Rafael Ruibérriz emergiendo triunfante en un concierto para flauta de uno de sus hijos, Cal Philipp Emanuel. De todo se hizo eco, ennobleciendo la función, el desparpajo elocuente de Ventura Rico, que no dudó en agradecer a Onofri su dedicación a la orquesta, y a algunos de los agitadores culturales que la apoyan su estímulo y confianza, entre ellos Camilo Montaño, presidente de la Asociación de Amigos de la Barroca.


Una batuta agitada para una música tumultuosa

En el programa se trataba de plasmar el estilo Sturm und Drang tan apreciado por la orquesta, que supuso la transición entre el Clasicismo y el primer Romanticismo, donde la estética abigarrada y tormentosa de la música acertaba a plasmar un carácter atormentado en busca continua del equilibrio que suponía un cambio rotundo de rumbo expresivo en los autores que iniciaron su práctica. Y para ello se echó mano de un autor de sobras conocido como es Haydn frente a otro olvidado a reivindicar con el que compartió época e inquietud artística, Joseph Martin Kraus, un triunfador en su momento que perdió la vida como consecuencia de la tuberculosis a una edad que todavía podemos considerar temprana. De éste Onofri abordó con toda la furia que le caracteriza una obertura dramática, Olympie, que ya presenta ese carácter tumultuoso extremadamente agitado que permite al director esos tempi rápidos y marcados acentos que le caracterizan, y que le llevaron en la Sinfonía en do menor del mismo autor a agotar todas las posibilidades expresivas de una música anclada en la agresividad más exacerbada.

No hubo sorpresa alguna con su manera de atacar la Sinfonía número 44 de Haydn, ya que la grabó con la orquesta sevillana en el disco que dedicaron a la presencia de la música del compositor austríaco en Sevilla. De hecho volvió a ser la versión usada en nuestra Catedral la que protagonizó la segunda parte del concierto, que arrancó con la obertura de la ópera Lo speziale, que la Barroca estrenó hace años en el Maestranza. De nuevo tempi rápidos, dinámicas acentuadas y contrastes muy marcados en la forma de Onofri de dirigir a una orquesta en muy buenas condiciones, con los metales haciendo mejor papel que en otras ocasiones, y una sección de cuerda grave fascinante, aportando mucho cuerpo y personalidad a la propuesta. Claro que en todo esto se añora siempre un mayor refinamiento y más regodeo en los múltiples acentos e inflexiones que marca la partitura, todo lo cual se diluye en favor del impacto inmediato y la agitación extrema. Onofri se sintió en todo momento abrazado y halagado por una orquesta que lo ha convertido en su hijo predilecto, aunque no haya gozado ni él ni ninguno jamás de su condición de director titular del conjunto.

Fotos: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 27 de mayo de 2023

CONJUGACIÓN DE TALENTO, BELLEZA Y JUVENTUD

San Telmo Abierto: Ciclo de conciertos. Virginia Sánchez García, Marta Pérez Navarro, Matilde Bueno Sánchez y Alba García Jiménez, violines; Zhongjin Gorane Ruiz Goitia y Elena Suárez Franco, violas; Irene Hernández Sanz y Sergio Cobo Vallejo, violonchelos; María Castillo Mora, clarinete. Programa: Quinteto con clarinete en La mayor KV 581, de Mozart; Cuarteto de cuerdas en mi menor Op. 44 nº 2, de Mendelssohn. Capilla del Palacio de San Telmo, viernes 26 de mayo de 2023


Ahora que el conflicto que la Sinfónica lleva arrastrando desde hace años se ha tomado un respiro con unos acuerdos que no le han satisfecho del todo pero con los que quizás pueda construir un futuro mejor para todos y todas, no podemos olvidar la inmensamente gratificante labor que sus maestras y maestros han llevado a cabo para, junto a otras instituciones y conjuntos, conseguir que hoy en Sevilla disfrutemos de tanto talento local. Unos logros que con el tiempo se han extendido por toda Andalucía, donde actualmente son muchos los pequeños y grandes municipios que cuentan con un conservatorio al menos de carácter elemental. En todo esto ha tenido también mucho que ver la Fundación Barenboim-Saïd, legado que nos ha quedado de aquel compromiso tan ilusionante que el maestro bonaerense trajo hace dos décadas a una tierra que por entonces continuaba recuperándose de esa condición de páramo que arrastró durante demasiado tiempo.

La fundación culminó ayer tarde su ciclo de conciertos en la hermosa Capilla del Palacio de San Telmo, que este año ha convocado a unos cincuenta alumnos y alumnas a lo largo de seis conciertos entre abril y mayo, proporcionándoles una extraordinaria oportunidad para desarrollar sus aptitudes y acercarse al repertorio clásico y al público que en última instancia ha de comprobar su talento. La cita de ayer nos permitió disfrutar con dos páginas bellísimas y extraordinarias. No nos cansamos nunca de escuchar el Quinteto con clarinete de Mozart, mientras los cuartetos de Mendelssohn se programan tan poco que cada ocasión en que se hace se convierte en un motivo de celebración. Nueve jóvenes, algunas cursando todavía el grado medio, se hicieron cargo del cometido con toda la responsabilidad y la disciplina que estas páginas demandan. Lo realmente llamativo es que preparan los conciertos con el tiempo limitado que sus numerosas obligaciones les dejan, la mayoría de ellas extramusicales, y a pesar de eso los resultados son tan sobresalientes y estimulantes como pudimos apreciar ayer mismo.


Dos páginas superlativas

Mozart concibió su Quinteto para explotar al máximo la suavidad y las posibilidades técnicas y tímbricas del clarinete, para el que ya había escrito otras dos obras maestras, el trío y el célebre concierto. María Castillo logró con una depurada interpretación un tono conmovedor y un control de la respiración que junto a una excelente integración con la cuerda alcanzó cotas de máximo interés. El conjunto consiguió combinar un tono veladamente melancólico con una atmósfera alegre y desenfadada. Castillo se sintió cómoda en el registro grave que domina la pieza, entendiendo la ternura que informa su cometido y el respeto al resto de sus compañeras, que en el caso del dúo del larghetto con el primer violín se resolvió por parte de ésta en cierta inseguridad y tendencia a la estridencia que a buen seguro irá puliendo en el tiempo que le queda de estudios y práctica; aptitudes y sentido de la responsabilidad no le faltan. La participación de la viola y el violonchelo quedaron también un poco por detrás de la exuberancia que se les exige, pero en ningún caso desvirtuaron el centelleante resultado final que demanda la partitura.

El conjunto formado para dar forma a la pieza de Mendelssohn, primero de los cuartetos opus 44 que escribió tras ocho años sin abordar el género, dio muestras de unas excelentes cualidades y un virtuosismo no al alcance de cualquiera. Sonaron como un todo compacto, combinando a la perfección sus ricas texturas con una extraordinaria espiritualidad y una deslumbrante emoción. Revolotearon a discreción en el allegro inicial, con vehemencia y mucho nervio. Acertaron en dotar de un carácter trepidante al scherzo, haciendo acopio de todos los recursos a su alcance, y de una conmovedora poesía al andante en forma de romanza, hasta culminar en un presto agitato final absolutamente arrebatador. Todas estuvieron formidables, destacando la buena sintonía entre violines y viola, el virtuosismo de Matilde Bueno liderando el conjunto y el palpable cuerpo que fue capaz de aportar Sergio Cobo al violonchelo. Celebramos además la supremacía de chicas en el elenco, que todavía siguen ocupando pocos puestos en orquestas y conjuntos de cámara de todo el planeta.

Foto: Manuel Vaca
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 26 de mayo de 2023

MARTÍNEZ-PIERRET BAJO UNA LLUVIA DE PARTITURAS

Rasgando el silencio: Ciclo de mujeres compositoras. Caleidoscopio (25 compositoras, 25 piezas breves para piano). Carmen Martínez-Pierret, piano. Programa: Piezas de Fanny Hensel-Mendelssohn, Elisabeth von Herzogenberg, Ethel Smyth, Clara Schumann-Wieck, Marie Bigot, Hélene de Montgeroult, Marie Jaëll, Teresa Carreño, Chiquinha Gonzaga, Agathe Backer Grondahl, Cécile Chaminade, Pauline Viardot, Mel Bonis, Amy Beach, Nadia Boulanger, Lili Boulanger, Geremaine Tailleferre, Dora Pejaceviç, Madeleine Dring, Marion Bauer, Mana-Zucca, May Aufderheide, Pauline Alpert, Dana Suesse y Margaret Bonds. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, jueves 25 de mayo de 2023


Dos temporadas lleva
Carmen Martínez-Pierret, con la complicidad del violonchelista Israel Fausto en tareas de organización y coordinación, acercando al público sevillano la música compuesta entre finales del siglo XVIII y mitad del XIX por mujeres, y sometida consiguientemente al olvido y el ostracismo. Un trabajo ingente y agotador que culminará la próxima temporada del Maestranza, conocida hace apenas un par de semanas. Para poner el broche final a ésta, la infatigable pianista echó mano nada más y nada menos que de veinticinco compositoras, muchas de ellas ya abordadas en anteriores programas, ahora con partituras inéditas en las manos de la pianista, en un ejercicio muy similar al que en diciembre convocó a diecisiete mujeres cuyas canciones fueron entonadas por Delphine Mégret. Habiendo leído que fueron pocos quienes atendieron la segunda entrega de las partitas de Bach por Cécile Frisch en el Turina, y considerando que tampoco Martínez-Pierret contó con el nutrido público habitual, no pareció ayer ser un día propicio en Sevilla para la música en directo.

Aprovechando una vez más su doble faceta como intérprete y divulgadora, no cabe sino admirar a Carmen Martínez-Pierret por afrontar tan titánico trabajo de manera además muy aguerrida y ejemplar. No veía el final del camino y sin embargo mantenía el buen pulso, el dinamismo y la ilusión que informó el proyecto desde el principio. Entre las más reconocidas y valoradas emergieron de nuevo Fanny Mendelssohn, con una introducción en forma de Melodía que la pianista tradujo con delicadeza y considerable refinamiento, Clara Schumann en un ejercicio tan riguroso como endiabladamente complejo (Toccatina de sus Soirées musicales) y Pauline Viardot, única que podríamos considerar veladamente española entre tantas compositoras francesas y algo menos norteamericanas, de quien interpretó con gracia y desparpajo una Sérénade de aires zarzueleros con sus trinos, abundantes arpegios y ornamentaciones de diversa índole.


Todas estas artistas conocieron en su momento el reconocimiento suficiente como para vivir profesionalmente del medio, y se codearon con algunos de los nombres más insignes de la composición musical de su época, lo que no ha bastado para condenarlas en su mayoría a un olvido del que artistas tan apasionados como Pierret e Israel intentan rescatarlas. Sin atisbo de fatiga y aprovechando cada pausa entre bloques, organizados por lazos sentimentales, géneros musicales, nacionalidades y otros parámetros, para ilustrar sobre las autoras y sus creaciones, la pianista y musicóloga desgranó la sensibilidad de Elisabeth von Herzogenberg, la intensidad de la sufragista Ethel Smyth, la rabiosa técnica de Marie Jaëll, el ritmo contagioso de Chiquinha Gonzaga, la sencillez de Agathe Backer Grondal, el color de la estadounidense Amy Beach, el contraste anímico entre las hermanas Nadia y Lili Boulanger, el ragtime contagioso y bien articulado de la británica Madeleine Dring y la americana May Aufderheide, y el swing brillante de Pauline Alpert y Dana Suesse, hasta desembocar en un intenso y arrebatado arreglo de espiritual negro Troubled Water a cargo de Margaret Bonds. Un amplio muestrario de talentos que tuvieron que lidiar con estigmas y prejuicios, y que sirven todavía para abrir la vía a una lucha a la que desgraciadamente aún le quedan muchas batallas que ganar.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 25 de mayo de 2023

CÉLINE FRISCH DISFRUTA CON TODOS LOS REGISTROS DE BACH

Clave en Turina. Céline Frisch, clave. Programa: Las partitas de Bach (I) (Partitas nº 1 en si bemol mayor BWV 825, nº 2 en do menor BWV 826 y nº 4 en re mayor BWV 828, de Johann Sebastian Bach). Espacio Turina, miércoles 24 de mayo de 2023


El Espacio Turina culmina estos días su ciclo de clave, que tuvo la semana pasada como excelentes embajadores a Javier Núñez y Alejandro Casal en un concierto que quienes atendieron tildan de inolvidable y que por motivos de agenda nos fue imposible cubrir en estas páginas. Quince años después de aquel multitudinario recital de Céline Frisch en la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, donde nos dejó un sabor agridulce con su manera de afrontar las Variaciones Goldberg de Bach, la clavecinista francesa regresó a la ciudad para revalidar su fama de excelente, responsable y aguerrida intérprete ante el teclado. Esta vez no hubo fisuras ni atajos en su trabajo, frente a un público más reducido del que tuvo en aquella ocasión; ya se sabe, en Sevilla si no es un evento o un conjunto bien asentado, al margen de las rutilantes celebridades que de vez en cuando nos visitan, las cosas funcionan a medio gas, y el Festival de Música Antigua en el que se enmarcó aquel concierto disfruta afortunadamente de un público incondicional.

Un magnífico clave de dos teclados presidía la escena del Turina antes de que con toda la elegancia aristocrática posible, Céline Frisch abordara una a una las diversas estaciones que integran las tres primeras partitas, que por razones estructurales saltaron de la segunda a la cuarta, dejando la tercera para la sesión de hoy. Compuestas para el deleite y disfrute del intérprete, ya que por entonces la práctica de dar recitales instrumentales solistas frente a una audiencia multitudinaria era harto infrecuente y no se consolidaría hasta Liszt, ya con el piano como protagonista, por lo que no se considera al oyente como sujeto de ese disfrute apuntado por el autor, las partitas engloban tantos humores y espíritus diferentes como números las informan. Frisch acertó con los estímulos necesarios para dar salida a cada estilo y espíritu invocado, en un alarde de concentración y precisión técnica y expresiva de auténtico lujo. A diferencia de las suites inglesas y francesas, éstas son más libres en la forma y mucho más exigentes en la técnica, más sofisticadas en general. Frisch, que en todo este tiempo se ha convertido en toda una experta bachiana, supo traducir todos estos matices en una interpretación depurada en lo técnico y tan sensible como elegante en lo expresivo. Cada gesto propio y cada intuición, elocuentes pausas incluidas, encajó para lograr hacer partícipe al oyente en una experiencia inmersiva.


El Preludio de la primera partita sonó relajado y emocionalmente equilibrado, para a partir de ahí alternar con suma sensibilidad los pasajes ágiles (Allemande y Gigue) y juguetones (un Corrente de estilo italiano o los minuetos) con los más relajados y emotivos, cuidando en extremo la exposición melódica (Sarabande) y la claridad en cada acorde. Por los mismos derroteros deambuló una Partita nº 2 introducida por su estimulante y variada Sinfonía, tras la cual la clavecinista regresaría a desgranar cada movimiento o danza con el mismo virtuosismo acusado antes, haciendo alarde de una inmensa responsabilidad y un consagrado conocimiento del universo del compositor. A destacar en este punto la Sarabanda que tocó con una profunda capacidad de reflexión y la endiablada agilidad expuesta en el Capriccio final. La más distendida nº 4 la abordó con idéntica mesura y una evidente carga afectiva, que se inició con una Obertura majestuosa y elegante, y prosiguió con una depurada exposición de cada movimiento y ágiles movimientos y cruces de manos. Mención especial para una Allemande de carácter airoso que defendió con mucha sensibilidad y sentido de la melodía, al igual que la delicadísima Sarabanda y ese agitadísimo broche final que pone la Gigue. Imposible para el oyente articular palabra alguna inmediatamente después de tan excelsa exhibición de elegancia y sabiduría.

Fotos: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

BLANQUITA Justicia de tintes épicos y místicos

Chile-México-Luxemburgo-Francia-Polonia 2022 94 min.
Guion y dirección
Fernando Guzzoni Fotografía Benjamín Echazarreta Música Chloé Thévenin Intérpretes Laura López, Alejandro Goic, Amparo Noguera, Marcelo Alonso, Daniela Ramírez, Ariel Grandón, Katy Cabezas, Nicolás Durán Estreno en el Festival de Venecia 3 septiembre 2022; en España 12 mayo 2023

Después de un par de largometrajes de moderado interés, el todavía joven realizador chileno Fernando Guzzoni salta a la consagración definitiva con este apasionante thriller que le ha valido un premio al mejor guion en el Festival de Venecia y el Colón de Oro en el de Huelva. Aparentemente se trata de un film de juicios con el abuso sexual contra menores en el seno de las instituciones políticas como telón de fondo. Pero la película de Guzzoni va más allá y pretende con éxito y contundencia erigirse en una denuncia y una justa protesta contra el desprecio de la memoria histórica que tantos supuestos demócratas abrazan como única solución a la convivencia, cuando en realidad predican el aquí no ha pasado nada y viva yo y mis circunstancias.

Blanquita es además una revisión de los iconos y mitos puramente religiosos, enmarcados en una realidad moderna pero incómoda, suburbial y residual, allí donde habitan quienes no nos importan, nos incomodan y apenas responden a nuestros intereses e inquietudes. Se trata pues de una apelación a nuestras conciencias, a que mucho tiene todavía que cambiar y apenas se ha hecho nada en algunas democracias, incluida lamentablemente la nuestra, para paliar el dolor de los desafortunados y someter a la más estricta y elemental justicia a quienes imparten sufrimiento parapetados por el poder y la fascinación que el mismo promueve.

Un concepto de nuevo mártir gravita por esta angustiosa y sobrecogedora película basada sorprendentemente en hechos reales, con un sacerdote y una joven madre dispuestos a hacer la justicia que las hipócritas instituciones políticas y religiosas no están dispuestas a conceder para no quebrantar sus cómodas posiciones. El mérito de Blanquita como producto estrictamente cinematográfico deriva de una dirección sobria y elegante, unas interpretaciones sobresalientes y un sentido narrativo inquietante y misterioso que invita a involucrarse en la trama tanto como a sentirse cómplice de la misma y dejarse llevar por el desasosiego que todo eso implica.

miércoles, 24 de mayo de 2023

UNA BUENA PERSONA Melodrama convencional y previsible

Título original: A Good Person
USA-Canadá 2023 129 min.
Guion y dirección
Zach Braff Fotografía Mauro Fiore Música Bryce Dessner Intérpretes Florence Pugh, Morgan Freeman, Celeste O’Connor, Chinaza Uche, Molly Shannon, Zoe Lister Jones, Nichelle Hines, Toby Onwumere, Ignacio Diaz-Silverio, Oli Green, Alex Wolff, Brian Rojas, Ryan Redmond, Sydney Morton Estreno en Estados Unidos 24 marzo 2023; en España 19 mayo 2023


Tres participar como secundario en multitud de filmes y realizar puntuales trabajos de dirección, Zach Braff sigue buscando denostadamente su lugar en la industria, y lo hace ahora repitiendo protagonista, Morgan Freeman, que compartió con Michael Caine el reparto de Un golpe con estilo hace cinco años. La nueva propuesta de Braff es un melodrama en toda regla en la que dos personajes sumidos en la miseria tras un trágico suceso, se prestan mutuo auxilio para encontrar el antídoto a su sufrimiento.

Pero si viene siendo habitual que la bebida sea la salida para este tipo de experiencias traumáticas, aquí tenemos eso y también la droga completando la desgracia. Es una lástima que este tipo de dramas lacrimosos fueran especialidad en un Hollywood de antaño que sumido ahora en efectos visuales y violencia sin límites, ha olvidado la receta perfecta para que este tipo de desmadres sentimentales alcancen nuestro corazón. El resultado es un dramón convencional y previsible en el que únicamente destacan las interpretaciones de sus dos protagonistas y algunas líneas de guion, mientras en la realización se perciben numerosos descuidos que sorprenden teniendo en cuenta el carácter tan personal que para su director y protagonista femenina, también productora de la cinta, parece tener la empresa.

Se agradece al menos que avise del peligro que para la conducción supone el uso del GPS del móvil, al que tanto nos hemos acostumbrado y que nos parece tan imprescindible para llegar a cualquier punto, despreciando las señales que con el mismo fin se mantienen activas en las carreteras. Pero lo menos que se le podía pedir a este viaje a lo más que conocido es que nos permitiera sacar el pañuelo del bolsillo, y eso parece más que improbable en cualquier caso.

LAS OCHO MONTAÑAS Amistad y naturaleza generosas

Título original: Le otto montagne
Italia-Bélgica-Francia 2022 147 min.
Guion y dirección
Felix Van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, según la novela de Paolo Cognetti Fotografía Ruben Impens Música Daniel Norgren Intérpretes Luca Marianelli, Alessandro Borghi, Filippo Timi, Elena Lietti, Elisabetta Mazzullo, Lupo Barbiero, Cristiano Sassella, Andrea Palma Estreno en el Festival de Cannes 18 mayo 2022; en Italia 22 diciembre 2022; en España 19 mayo 2023


A Felix Van Groeningen lo conocemos por la producción norteamericana Beautiful Boy, protagonizada por Timotheé Chalamet y Steve Carell, pero sobre todo por el éxito europeo Alabama Monroe en torno al country en Bélgica, su país de origen. Ahora, en colaboración con una de sus actrices fetiche, Charlotte Vandermeersch, estrena con Premio del Jurado en Cannes y mejor película en los David di Donatello bajo el brazo, esta adaptación de la novela semiautobiográfica de Paolo Cognetti en torno a la amistad a lo largo de los años de dos hombres de muy distinta condición.

Con una duración desmesurada, la pareja de realizadores extrae la belleza de los Alpes en la frontera entre Italia y Suiza donde se desarrolla la mayor parte de la cinta, gracias a una fotografía luminosa y preciosista, mientras intentan plasmar con cierta sinceridad una entrañable amistad nacida en la infancia en los ochenta del pasado siglo hasta hoy, entre un joven de ciudad (Luca Marianelli, al que vimos en Martin Eden) y el rudo montañero que le fascina, acertando sobre todo en dotar a la relación de una generosidad sana y envidiable del primero respecto al segundo, ya desde la niñez. Por lo demás la cinta se resiente de su largo metraje, su redundante trama y mensaje y su abuso de estereotipos, que van del atractivo de sus protagonistas, más alarmante cuando de alguien tan primitivo como el montañero se refiere, al recurrente Himalaya donde uno busca encontrarse a sí mismo.

En segundo plano queda el ensayo que la cinta parece proponer sobre el inmovilismo y el movimiento, plasmado en esas ocho montañas del título, como fuentes opuestas del conocimiento. Que la intermitente voz en off redunde a través de las bellas palabras del autor en lo que ya vemos en pantalla, o que a narración pretenda impulsarse a fuerza de desconocidas canciones pop en inglés, no nos parece el principal problema de una cinta que acaba mirándose demasiado a sí misma sin aportar apenas nada más que trascienda a la belleza de sus imágenes y esa apuntada loa a la amistad sincera y generosa que plantea.

LA HIJA ETERNA Estreno en salas

Reseña de la película, estrenada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla
Estreno en salas 12 mayo 2023

miércoles, 10 de mayo de 2023

UN CUENTA CUENTOS POCO AFORTUNADO

Alternativas de cámara en colaboración con Juventudes Musicales de Sevilla. La barraca de los sueños. Christian Okawara López, idea original y textos. Nacho Terceño, adaptación y puesta en escena. Al-Ándalus Clarinet Quartet (Carlos Caballero Moreno, Francisco de Paula García Márquez, Christian Yoshiaki Okawara López y Sergio Díaz Sánchez), adaptación e interpretación musical. Programa: Obras de Ravel, Debussy, Falla, Lili Boulanger, Gaspar Sanz y Romancero Viejo Popular del siglo XV. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, martes 9 de mayo de 2023


En una jornada en la que asistimos ilusionados a la
nueva programación del Maestranza, debido al regreso por fin de grandes orquestas internacionales a nuestra escena (la Mahler Chamber o la Filarmónica de Viena) y de las producciones líricas propias (Tristán e Isolda o Nabucco en coproducción), y la presencia de grandes batutas como Andrea Marcon, Daniele Gatti, Vasily Petrenko o Teodor Currentzis, Juventudes Musicales de Sevilla revalidó también su compromiso con el teatro sevillano de nuevo en la forma de alternativas de cámara. Y si el mes pasado su propuesta se extendió al flamenco, con el espectáculo Senderos del alma, este le ha tocado el turno al género del cuenta cuentos, tan apropiado para un público infantil que no fue precisamente el que abundó en la sala Manuel García, como para otro más maduro ávido de revivir algunos de los pasajes más memorables de nuestra vida y que tanto tienen que ver con nuestros primeros pasos. Una forma que tiene esta asociación cultural de extenderse a otras disciplinas y ampliar así su potencial creativo.

Foto: Guillermo Mendo

De eso se encargaron los jóvenes integrantes andaluces del Al-Ándalus Clarinet Quartet, ataviados con sus clarinetes en todos sus registros y con un amplio reconocimiento en la escena nacional e internacional. Ellos ilustraron con sus propias adaptaciones de clásicos como Mi madre, la oca de Ravel o El sombrero de tres picos de Falla, el cuento escrito por uno de sus componentes, el barbateño Christian Okawara. Con muy loables intenciones, su texto aborda la necesidad de recuperar la magia y la fantasía que aportaría la lectura de los cuentos infantiles a los niños que hoy andan perdidos entre consolas y ordenadores. El problema es que para ello echa mano de un ideario rancio y poco afortunado que recrea reinos, brujas y villanías múltiples sin caer en la cuenta de que hoy son personajes y escenarios que deberían estar superados en favor de valores más acordes a las nuevas realidades. No cabe duda de que detrás de todo ello hubo esfuerzo y empeño, pero quizás se erró desde el punto de vista conceptual.

El actor sevillano Nacho Terceño, especializado en cuenta cuentos y talleres de interpretación y risoterapia, fue el encargado de narrar este cuento haciendo gala de una vitalidad envidiable y una agilidad física y mental encomiable, apoyado siempre en un talante entre el mimo y el payaso, quizás algo atropellado en algunas ocasiones, lo que propició algún desajuste puntual. El experimento nos recordó en un principio a aquel programa de Radio Clásica de la última década del pasado siglo en el que una narración enviada por algún o alguna oyente se ilustraba con piezas de música seleccionadas al efecto. Pero mientras ahí la música era lo fundamental y podía apreciarse en su integridad, aquí quedaba en un segundo plano bajo el torrente léxico y las ocurrencias varias del narrador, de forma que poco pudimos apreciar del delicado y compenetrado toque de los cuatro andaluces, que incluso se arrancaron por bulerías para corroborar todavía más el marcado acento andaluz de la propuesta. Se anunciaron proyecciones y juegos de luz que brillaron por su ausencia en el primer caso, y por su tenue discreción en el segundo, lo que unido a problemas en la amplificación, nos llevó a ahondar en la idea de que al espectáculo le falta cocción y, de momento, se nos antoja desafortunado.

Foto: Guillermo Mendo

No nos cabe duda de que todos sus artífices habrán puesto mucho cariño en el proyecto, pero disfrutar del Al-Ándalus Clarinet Quartet en un recital convencional, apreciando su buen hacer tanto en la interpretación como en la adaptación, nos hubiera resultado más gratificante. Pero bueno, una cosa es lo que piense el crítico y otra la reacción del público, que pareció disfrutar de lo lindo.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 8 de mayo de 2023

THE LOST KING Una mujer gana la última batalla de Ricardo III

Reino Unido 2022 108 min.
Dirección
Stephen Frears Guion Steve Coogan y Jeff Pope Fotografía Zac Nicholson Música Alexandre Desplat Intérpretes Sally Hawkins, Steve Coogan, Harry Lloyd, James Fleet, Mark Addy, Alasdair Hankinson, Sharon Osdin, Lee Ingleby, Benjamin Scanlan, Adam Robb, John Paul Hurley Estreno en el Festival de Toronto 9 septiembre 2022; en Reino Unido 7 octubre 2022; en España 5 mayo 2023

Ni haberse estrenado coincidiendo con una fecha tan monárquica como la coronación de Carlos III, ni tratarse de una de esas comedias amables que tan bien filma el veterano Stephen Frears, parece haber sido suficiente para facilitar a esta película la distribución que merece. Entre tanta nadería, algo así de elegante y bien urdido, que cuenta una bonita historia de superación y determinación y de paso sugiere una serie de cuestiones que son de vital importancia y están tan de actualidad, como la memoria histórica o la manipulación mediática, debería contar con una mejor suerte a la hora de su promoción y divulgación. Claro que ni siquiera en su país de origen tuvo el estreno que merecía, apenas limitado hace ya medio año. Y es que quizás para la monarquía británica esta película que especula sobre si la leyenda cernida sobre Ricardo III a raíz de su posible condición de usurpador de la corona, corroborada siglo y medio después por la obra de Shakespeare, es cierta o no, puede resultar muy incómoda teniendo en cuenta que su suerte propició la llegada de los Tudor al poder del país.

La gesta de Philippa Jayne Langley, que en 2012 y casi como una estrategia para superar sus frustraciones laborales y, en menor medida, familiares, decidió encontrar los restos del monarca que atestiguaran en la medida de lo posible la falsedad de los datos que desde siempre arruinaron su reputación. Algo así como proceder a la exhumación de cadáveres para recuperar el honor y al dignidad que merecen, y de paso deslegitimar a quienes desde antaño controlaron y custodiaron la historia oficial en favor de sus intereses. Se viene haciendo desde siempre, pero de vez en cuando hay una voz que con su empeño y dedicación decide que la historia se puede reescribir y, en la medida de lo posible, reparar.

Para que todo esto resulte atractivo y emocionante hace falta una buena dirección y el trabajo solvente y convencido de una protagonista a la altura, y ambas condiciones se cumplen en el realizador de Las amistades peligrosas, La reina y Philomena, así como en la actriz Sally Hawkins, que compone un trabajo comedido y exquisito para lograr nuestra identificación con su particular gesta. En el vértice de estos talentos se encuentra el televisivo Steve Coogan, cuyo empeño personal le ha llevado a escribir el guion y producirlo, firmando junto a Frears otro estupendo documento, aunque quizás no tan entrañable como aquella Philomena a quien puso una tierna mirada Judi Dench. El compositor Alexandre Desplat tiene el mérito de potenciar con su magistral música casi todos los trabajos en los que interviene, y éste no es una excepción. No se trata del mismo Ricardo III al que buscó Al Pacino en su documental de 1996, donde elucubraba sobre la adaptación a la actualidad de los temas que apuntaba Shakespeare; Frears, Coogan y Langley denuncian el mal que hace al futuro las manipulaciones de un poder en malas manos.

domingo, 7 de mayo de 2023

EXPERIENCIA HÍBRIDA CON KUROSAKI Y LA BARROCA DE SEVILLA

Concierto nº 6 de la temporada 2022-2023 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Hiro Kurosaki, violín y dirección. Leo Rossi y José Manuel Navarro, violines. Elvira Martínez, viola. Mercedes Ruiz, violonchelo. Ventura Rico, contrabajo. Programa: Cinq concerts transcrits en Sextuor, de Rameau y anónimo. Espacio Turina, sábado 7 de mayo de 2023


Hay muchas páginas en la Historia de la Música que atesoran un fascinante recorrido. Esto es particularmente visible en la enorme cantidad de transcripciones que para su difusión en determinados ambientes selectos disfrutaron piezas escritas en épocas pretéritas. Bien fuera para su adaptación del ámbito concertístico y más comúnmente operístico al más íntimo y doméstico de salón, o porque estuvieran concebidas para conjuntos de instrumentos que habían caído en desuso, la necesidad de seguir disfrutándolas llevó en innumerables ocasiones a su adaptación a otros medios e instrumentos.

Rameau compuso sus ya por entonces avanzadas piezas para clave acompañadas de violín y viola, o alternativamente flauta u otro violín, en forma de trío pero con tal protagonismo del teclado que prácticamente podían interpretarse en solitario, a mitad del siglo XVIII, sufriendo paulatinamente considerables transformaciones hasta llegar a los sextetos que anoche interpretaron los solistas de la Barroca comandados por uno de sus habituales y admirados colaboradores, el violinista japonés Hiro Kurosaki. Y ni siquiera estos sextetos fueron resultado directo de los manuscritos conservados en la Biblioteca Nacional de París gracias a la donación de los herederos del abogado ilustrado Jacques Joseph Marie Decroix, sino que aún fueron objeto de multitud de transformaciones hasta alcanzar un inconfundible aire romántico que convierte su audición en toda una experiencia híbrida que aúna barroco, clasicismo y romanticismo prácticamente a partes iguales. Si encima se abordan con instrumentos de cuerda de tripa, con todos los inconvenientes de afinación y tono que conlleva, la sensación es todavía más desconcertante y no por ello menos satisfactoria.


Una sucesión de afortunados acordes

Aunque son seis los conciertos que derivaron de piezas para clave de Rameau, añadiéndose a los cinco interpretados anoche un sexto a partir de cinco piezas del tercer libro de Nouvelles Suites de pièces de clavecin, suele ser más aceptada la colección en su concepción de cinco conciertos, el primero de los cuales arrancó con acordes perfectos y una inteligente combinación de ternura y brillantez en La Coulicam. Por cierto, que cada pieza se titula en atención a un personaje influyente ya fuera en el ámbito profesional o doméstico en el autor, así como algunos espacios relevantes en su vida y hasta apodos de mujer como los que gusta acuñar a la hostelería sevillana, destacando defectos más que virtudes, como La provocativa del segundo concierto o La indiscreta del cuarto. Con aires elegíacos (La Livri) y despreocupados (La Vézinet) prosiguió este primer concierto en el que los seis solistas mostraron ya sus credenciales, basadas en la implicación y el virtuosismo más absolutos.

Menos interesante resultó el segundo de los conciertos, aunque haciendo gala de su rica polifonía en La Laborde de arranque, rubricado con aires ensoñadores en La Boucon, y cierto toque de travesura en L’Agaçante, para terminar de forma insólita y balsámica con dos minuetos lentos defendidos con altas dosis de lirismo. En todo momento destacó el contraste entre la cuerda aguda y grave, potenciada con el uso del contrabajo (Rico) doblando y alternando voces con el violonchelo de una ejemplar Mercedes Ruiz. Del tercer concierto destacamos los dos rondós, llenos de ternura y expresividad, que conforman La Timide, y que potencia su encanto en manos de un sexteto de cuerdas. También el Tambourin I y II en forma de rondó y aires de marcha destacó por el brío y la conjunción empleada por los seis intérpretes. Pasando casi por alto el cuarto concierto, justamente denominado La Pantomime, si bien destaca la pieza dedicada quizás a la esposa del autor, La Rameau, que contiene una infatigable y endiablada sucesión de notas perfectamente traducidas en vibrantes acordes de los intérpretes, llegamos al quinto, quizás el que mantiene un aire más barroco y afrancesado, puede que por estar dedicado a Forqueray y Marais, el primero a través de una envolvente fuga llena de encanto y misterio, y el segundo con una gavota graciosa y melodiosa, con un sombrío y quejumbroso La Cupis entre medio. Esta asociación de épocas, aún con el sonido puntualmente estridente de Kurosaki, más sedoso en el caso de Rossi y Navarro, y siempre con el impecable apoyo de Martínez y los bajos, resultó siendo una experiencia fascinante y deliciosa en todos los sentidos.

Fotos: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

ASEDIO Acción y denuncia en un infernal extrarradio

España-México 2023 99 min.
Dirección
Miguel Ángel Vivas Guion Marta Medina, Miguel Ángel Vivas y José Rodrigo Fotografía Rafael Reparaz Música Sergio Acosta Intérpretes Natalia de Molina, Bella Agossou, Francisco Reyes, Fran Cantos, Chani Martín, Jorge Kent, Óscar Eribo, Efrain Rodríguez, Lucas Nabor, Juan Margallo Estreno en el Festival de Málaga 15 marzo 2023; en salas 5 mayo 2023

Desde ese asfixiante Secuestrados de hace más de una década y su salto a la producción internacional con Extinction, el realizador sevillano Miguel Ángel Vivas ha dirigido películas más o menos estimulantes como Tu hijo y episodios de series de tanto éxito como La casa de papel. Ahora nos llega su particular bajada a los infiernos con la impagable ayuda de Natalia de Molina, que se entrega a un tour de force muy alejado de sus habituales registros pero del que sale igualmente airosa. Suyo es gran parte del mérito de esta inquietante y agobiante película con apuntes discutibles pero loables intenciones bajo el aspecto de thriller de acción y aventura lleno de rabia y tensión.

Partiendo de la base de que el único dios y los únicos valores que parecen motivarnos a todos y todas es la acumulación de riqueza material, Asedio pone en tela de juicio la actuación de un cuerpo de policía que solo parece servir a los más poderosos, hoy los bancos, protagonizando desahucios que a todos escandalizan pero pocos procuran impedir. Un servicio también proclive a la corrupción, de la que a menudo no se salvan ni quienes más parecen disfrutar de integridad, ni siquiera cuando se ha sido testigo de situaciones injustificadamente trágicas. A todo esto se presta el singular personaje que interpreta Natalia de Molina, que perdida en un laberinto claustrofóbico de corrupción, miseria y peligros de toda índole, protagoniza una suerte de Alien en un suburbio de Madrid. Imposible disociar este producto del que nos presentó Sorogoyen en formato televisivo hace un par de temporadas, Antidisturbios, aunque aquí la operación se mira en éxitos como Rec y parcialmente las películas de zombis, convirtiendo el inmueble en un personaje más de laberintos, ataques y agresiones, donde el drama de la inmigración ilegal y la marginación social van provocando paulatinamente en la aguerrida protagonista una sensación de responsabilidad y humanización.

Esta debería ser a la postre la consecuencia desplegada en cada uno y una de las espectadoras que se atrevan a sumergirse en esta vorágine de terror e incomprensión. Sin embargo nos consta que no provoca este resultado en todas las miradas, puede que por forzar demasiado el mecanismo hasta hacerlo puntual e innecesariamente inverosímil. No obstante se agradece su intención, su vertiginosa y asfixiante puesta en escena que nos hace padecer hora y media irrespirable, y el excelente trabajo de Natalia de Molina.

MI CRIMEN Una comedia meramente anecdótica

Título original: Mon crime
Francia 2023 102 min.
Dirección
François Ozon Guion François Ozon y Philippe Piazzo, según la obra de Georges Berr y Louis Verneuil Fotografía Manuel Dacrosse Música Philippe Rombi Intérpretes Nadia Tereszkiewicz, Rebecca Marder, Isabelle Huppert, Fabrice Lucchini, Dany Boon, André Dussollier, Édouard Sulpice, Olivier Broche, Félix Lefebvre Estreno en Francia 8 marzo 2023; en España 5 mayo 2023


En 1937, Wesley Ruggles llevó a la pantalla con Carole Lombard y Fred MacMurray la comedia de Georges Berr y Louis Verneuil Mon crime bajo el título de Confesión sincera. Fue una de tantas adaptaciones hollywoodienses a partir de originales teatrales sometidos a multitud de licencias, a menudo para hacerlas irreconocibles. Las piezas de Verneuil y Berr fueron muy apreciadas en Hollywood y es ahora un compatriota, el prolífico François Ozon, cuando aún resuenan los ecos de Peter von Kant, quien se ha encargado de dar lustre a Mi crimen y añadirle las consabidas notas feministas que por el camino tanto recuerdan a la comedia musical Chicago.

Con una puesta en escena eminentemente teatral, tan del gusto del realizador galo como pudimos comprobar en ese anterior título u otras comedias como Potiche u 8 mujeres, Ozon se sumerge en el glamour de los treinta, haciendo de París un suntuoso decorado hollywoodiense, iluminado con aires eminentemente teatrales e ilustrados con una vodevilesca banda sonora de su incondicional Philippe Rombi. Pero a la historia le falta garra y convicción, acabando por resultar un tanto anodina y anecdótica, por no decir una pamplina total, puede que debido a ese particular sentido del humor francés que tan poco sintoniza con nuestra idiosincrasia.

En el camino cabe destacar la encantadora presencia de sus dos protagonistas, la siempre estimulante intervención de una excesiva Isabelle Huppert, pero a ella se lo perdonamos todo, y un elenco de rutilantes estrellas francesas entre las que destaca Fabrice Lucchini, quien fuera protagonista del mayor éxito hasta la fecha de Ozon, En la casa. Para cinéfilos destacamos la referencia a Curvas peligrosas (Mauvaise graine), película que las protagonistas van a ver al cine, una curiosa incursión de Billy Wilder en el cine francés, con Danielle Darieux como protagonista, y su única realización antes de debutar ocho años después como director en el cine americano con El mayor y la menor.

viernes, 5 de mayo de 2023

EL GOZO ESPIRITUAL DE BENJAMIN ALARD

Clave en Turina. Benjamin Alard, clave. Programa: Gusto italiano y estilo francés en la obra de Bach (Suite francesa nº 5 en sol mayor BWV 816, Concierto italiano en fa mayor BWV 971 y Obertura a la francesa en si menor BWV 831, de Johann Sebastian Bach). Espacio Turina, jueves 4 de mayo de 2023


Quizás porque estuvo enmarcado en el Festival de Música Antigua, que cuenta con su público fijo e incondicional, como lo hacen algunos de los espacios culturales de una ciudad que parece funcionar por inercia, sin importar cuál sea su oferta, el clavecinista francés Benjamin Alard tuvo oportunidad de lucir su talento ante un mayor aforo hace cinco años que ahora cuando repite experiencia en el mismo auditorio. Interpretó entonces las Variaciones Goldberg y regresó ahora a su admirado Bach en un intento de constatar la influencia de los estilos francés e italiano en su música para teclado. Entre aquel concierto y el que ahora nos ocupa, Alard ha llevado al disco toda la obra para teclado del compositor alemán y se ha convertido en un consumado intérprete del mismo, depurando técnica y buscando con mayor o menor éxito esa línea directa con el autor que le permita consagrarse como el mejor intérprete de su música en la actualidad. Solo con mucho trabajo y una enorme dedicación y esfuerzo se consigue tan tamaña gesta. Según lo que pudimos apreciar ayer, Alard ha depurado más la técnica que la expresividad. Con él arrancó un mini ciclo dedicado al clave que ocupará sólo este mes a artistas de la talla de Alejandro Casal, Javier Núñez y Céline Frisch.

Cayó del programa la tercera de las seis partitas del genial compositor, obras de enorme dificultad y sofisticación. Lo hizo seguramente para ahondar todavía más en el concepto del concierto, decantándose por la quinta de las seis Suites francesas, piezas de menor complejidad destinadas a la práctica y aprendizaje del instrumento, con carácter más didáctico que puramente artístico, lo que no es óbice para encontrar en ellas momentos de una enorme inspiración y considerable dificultad. Alard repitió liturgia, quedándose casi a oscuras con el fin de potenciar el carácter recogido y profundamente intimista de la propuesta. Y se entregó a un maremágnum de notas y figuras que superó con nota alta, pero limitando ese porte aristocrático que tan bien sabía otorgarle por ejemplo Leonhardt a la música de Bach. Es cierto que al clave, como impone la coyuntura historicista, las notas pueden parecer a menudo enmarañadas, a veces incluso algo caóticas, lo que al piano se salva con un mayor grado de precisión y claridad, pero Alard con la ayuda de un imponente clave de dos teclados, una vez más cortesía del museo particular de Alejandro Casal, logró extraer del instrumento un brillo y una calidez extraordinaria.

Llamó la atención de esta Suite nº 5 la majestuosidad de la allemande inicial, pero sobre todo el timbre laudista que con una pequeña intervención del teclado añadió al acompañamiento de la sarabande, como haría también en el andante del Concierto italiano y ya hizo en algunos pasajes de las Variaciones Goldberg en 2018. Con mayor desenfado y carácter volátil atacó el breve pero intenso Concerto nach Italianische Gusto, que en su movimiento central encontró un estilo florido y a la vez extremadamente sobrio, aunque sin aprovechar en ningún momento las posibilidades que para destacar el contraste entre forte y piano ofrecía el doble teclado. Tampoco en la Obertura en estilo francés, publicada igualmente en el Clavier Übung II, echó cuenta de esta particularidad del instrumento para la que fue compuesta. Resolvió la larga Ouverture con ritmos rápidos, recreándose en sus ricas ornamentaciones, mordentes y trinos incluidos, pero sin ahondar en el estilo fuertemente influido por Rameau y Couperin que atesora la pieza. Ágiles fueron las sucesivas danzas, de las que destacan las que se ejecutan a pares, con la singularidad de que las primeras se repiten al final de las segundas. Pero de nuevo echamos en falta un mayor relieve y más énfasis en el contraste que el doble teclado permite en la pieza que cierra la suite, Echo, que Alard tocó de memoria, como el resto de la obra. Con todo, la experiencia fue extremadamente sensorial, menos poética de lo deseable pero con la fuerza espiritual que tan majestuosas piezas transmiten y su particular puesta en escena permite.

Foto: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 2 de mayo de 2023

BEAU TIENE MIEDO El accidentado viaje de un trastornado

Título original: Beau Is Afraid
Canadá-Finlandia-USA 2023 179 min.
Guion y dirección
Ari Aster Fotografía Pawel Pogorzelski Música Bobby Krlic Intérpretes Joaquin Phoenix, Patti Lupone, Nathan Lane, Amy Ryan, Parker Posey, Denis Ménochet, Kylie Rogers, Zoe Lister-Jones, Armen Nahapetian, Julia Antonelli, Stephen McKinley Henderson, Richard Kind, Hayley Squires Estreno en Estados Unidos 21 abril 2023; en España 28 abril 2023

Quienes disfrutamos con las insólitas y arriesgadas propuestas de Ari Aster en Hereditary y Midsommar, esperábamos con ilusión su nueva apuesta, y llega en forma de película río que desestructura las sagas familiares para generar un absorbente y a menudo irrespirable análisis sobre el trastorno provocado por una madre excesivamente controladora y dominante. Para ello no duda en emplear un generoso metraje, nada reprochable en tiempos en que muchas de las historias que el público mayoritario engulle nos llegan en forma de mini series televisivas que superan la duración de este particular viaje al fondo de la mente y sus más terribles pesadillas.

El protagonista, un Joaquin Phoenix relativamente moderado para como es él y el papel que se le ha confiado, ve el mundo de forma radicalmente adversa y amenazante, y así nos invita Aster a verlo también. Un barrio conflictivo se convierte en una zona de guerra patrullada por lo más parecido a zombis, una amable familia de posición acomodada esconde motivaciones peligrosas y una hija absolutamente perversa, un ex combatiente de guerra se comporta como un salvaje, una troupe artística en medio del bosque es un espejo hacia el pasado, presente y futuro del torturado protagonista, y el amor de la niñez y la madre posesiva acaban de desfigurar a un hombre torturado a quien predicadores y psicoanalistas no hacen sino empeorar su delicada situación.

Todo ello en torno a un viaje que nunca parece arrancar y que sufre todo tipo de adversidades, mientras nosotros y nosotras somos invitadas a padecer el accidentado y a ratos terrorífico viaje al mundo fantástico de un Oz pervertido que representa el peregrinaje del pobre Beau a las mismas entrañas de la madre que ya anuncia el prólogo. Por el camino disfrutamos con las interpretaciones de dos grandes del musical hecho en Broadway, Nathan Lane y Patti Lupone, la segunda con un monólogo sensacional y amargo. Seguramente irritante para gran parte del público, no del todo fascinante como su autor posiblemente pretenda, pero de cualquier forma estimulante frente a tanto lugar común, cliché y narraciones convencionales. Aster cuenta las cosas de otro modo, y se le quiere o se le detesta por ello.

FATUM Tragedias familiares

España 2023 91 min.
Dirección
Juan Galiñanes Guion Juan Galiñanes y Alberto Marini Fotografía Álex de Pablo Música Manuel Riveiro Intérpretes Luis Tosar, Álex García, Elena Anaya, Arón Piper, María Luisa Mayol, Pepa Gracia, Ethan Álvarez, Valentina Quiza, Xabier Deive, Derek León Estreno en salas 28 abril 2023

Mientras el director Juan Galiñanes debuta como director después de varios trabajos para la televisión gallega, las credenciales del guionista Alberto Marini incluyen títulos de éxito como Mientras dormías, El desconocido, Tu hijo o la serie Apagón. Se ha especializado en thrillers de buena factura y recursos competentes en los que la trama ha de funcionar como un mecanismo de relojería aunque para ello tenga que echar mano de continuos giros de guion y golpes de efecto que consigan mantener al espectador inquieto e interesado.

Es también el caso de este nuevo film de acción ambientado en Galicia que tanto nos hace recordar el buen sabor que nos dejó El desconocido del hoy consagrado Dani de la Torre. Pero en este caso la trama no solo se centra en la acción y la resolución de una situación desesperada, sino que entraña el cruce de tragedias familiares que, siempre relacionadas con la infancia, sufren los dos antagonistas del film, un desgraciado aficionado al juego, a quien da vida un quizás algo excesivo Luis Tosar, y un policía, convenientemente desesperado Álex García, a la espera de un nuevo corazón para su hijo. Ambos coinciden en el atraco a una casa de apuestas, y de sus particulares tragedias converge una situación asfixiante provocada por ese destino o fatum del título, en la que Elena Anaya interpreta el eje o bisagra en un papel de inspectora de policía que borda en todos sus matices y afectos.

La buena definición de los personajes, incluidos unos niños que se comportan como tales, y el buen pulso que mantiene la narración consigue que, aunque se palpe casi desde el inicio la consecuencia de estas convergencias, la historia inquiete y nos mantenga tensos. Se trata de cine de puro entretenimiento, bien urdido y realizado, que no pretende hacer análisis alguno ni sobre la ludopatía ni sobre los trasplantes, sino a partir de esas dos problemáticas, tejer una historia envolvente y emotiva.