lunes, 31 de octubre de 2022

BROS: ALGO MÁS QUE AMIGOS Lo gay también es comercial

Título original: Bros
USA 2022 115 min.
Dirección
Nicholas Stoller Guion Billy Eichner y Nicholas Stoller Fotografía Brandon Trust Música Marc Shaiman Intérpretes Billy Eichner, Luke Macfarlane, Guy Branum, Miss Lawrence, TS Madison, Dot-Marie Jones, Jim Rash, Eve Lindley, Amanda Nearse, Debra Messing, Peter Kim, Monica Raymund, Guillermo Díaz, Jai Rodríguez, Ryan Faucett Estreno en el Festivald e Toronto 9 septiembre 2022; en Estados Unidos 30 septiembre 2022; en España 28 octubre 2022

El actor, escritor y comediante Billy Eichner prácticamente se interpreta a sí mismo en esta comedia romántica gay para la que ha contado con la dirección de Nicholas Stoller y la producción de Judd Apatow, ambos curtidos en comedias gamberras y a menudo de mal gusto como Paso de ti, Todo sobre mi desmadre, malditos vecinos o Eternamente comprometidos. Afortunadamente, ahora se pasan a la comedia sentimental, amable y decididamente romántica al más puro estilo de aquellas comedias de los noventa protagonizadas por Meg Ryan, ya fuera con Billy Crystal, Dennis Quaid, Tom Hanks o Kevin Kline como pareja. Se demuestra así que la normalización de la homosexualidad ha alcanzado definitivamente ese nivel de comercialidad que disfrutan otros productos normativos.

No les falta a Apatow y Stoller ocasión también para ser políticamente incorrectos, aunque sea de forma tímida, dentro de una estética en general rosada y afrutada, agradable de disfrutar y con diálogos punzantes solo en su justa medida. El mayor mérito parece se lo debamos a Eichner, por cuanto Stoller se limita a dirigir los coloridos recursos que se le ponen a mano, evidenciando a menudo cierta desgana traducida por ejemplo en un desastroso control del raccord y un montaje rutinario y convencional.

Nada de eso impide que disfrutemos de su desprejuiciada y entretenida propuesta, que comprobemos lo mucho que ha cambiado el panorama desde los tiempos de Domingo, maldito domingo hasta ahora, aunque la presente se encuentre algo a medio camino de la total normalización del tema que disfrutamos en occidente y el exceso de tópico y trauma escondido que sigue cultivando esta, no lo olvidemos, entretenida comedia romántica. Quién mejor para ponerle música al guiso que Marc Shaiman, autor de las bandas sonoras de aquellas películas de Meg Ryan aludidas, así como de muchos de los musicales que triunfan en Broadway en los últimos tiempos, como Hairspray o la nueva versión de Charlie y la fábrica de chocolate, además de reconocido activista LGTBIQ+.

EL CUARTO PASAJERO Humor y espectáculo en la autopista

España 2022 99 min.
Dirección
Álex de la Iglesia Guion Jorge Guerricoechevarría y Álex de la Iglesia Fotografía Rita Noriega Música Roque Baños Intérpretes Alberto San Juan, Blanca Suárez, Ernesto Alterio, Rubén Cortada, Carlos Areces, Jaime Ordóñez, Carolo Ruiz, María Jesús Hoyos, Josep María Riera, Isidro Montalvo, Enrique Villén Estreno 28 octubre 2022

El año pasado en Con quién viajas, Martín Cuervo metió en un bla bla car a cuatro personajes en principio desconocidos para compartir un viaje lleno de vicisitudes y giros, entre ellos también de índole romántica. El incombustible Álex de la Iglesia, apenas cinco meses después de estrenar Veneciafrenia y con la serie 30 monedas todavía calentita, hace lo mismo pero con más recursos y bastante más imaginación. En El cuarto pasajero tenemos ocasión de reír a carcajadas con una comedia que combina sabiamente el slapstick más genuino, ese que basa su comicidad en las situaciones más disparatadas e hilarantes, con el humor de chiste, gracias a unos diálogos divertidos e ingeniosos, que sirven especialmente para que Ernesto Alterio se luzca como magnífico comediante.

Dramáticamente, lo que más parece interesar al director es definir el carácter del protagonista, un Alberto San Juan tan miserable como desgraciado, aumentando así la galería de hombres fracasados que de la Iglesia parece empeñado en retratar cuando no se enfrenta a trabajos directamente fantásticos. Así los encontrábamos en Muertos de risa, La chispa de la vida o Mi gran noche, con los rostros de Santiago Segura, El Gran Wyoming, José Mota o Pepón Nieto. Ese hombre incapaz de gestionar su destino y sus emociones volvemos a encontrarlo ahora con la imagen impoluta y clásica de un Alberto San Juan impecable, cuya historia de amor con la pasajera Blanca Suárez, destinada a servir de leit motiv al resto de la propuesta, termina por ser lo menos convincente del conjunto, a pesar del esfuerzo de ambos, pareja reciente también en El test, por reflejar los infortunios del amor en miradas y expresiones ambiguas.

Como siempre en sus películas, el realizador vasco cuida al detalle su puesta en escena, sus localizaciones, efectos visuales y esa acción trepidante marca de la casa que él siempre ha cultivado al margen de la poca tradición que existía en nuestro país, y con la que se ha convertido en maestro y referente. , culminando en un grand finale tan granguiñolesco como nos tiene acostumbrados en su ya abultada filmografía.

L'IMMENSITÀ Construyendo una identidad

Italia-Francia 2022 98 min.
Dirección
Emanuele Crialese Guion Emanuele Crialese, Francesca Manieri y Vittorio Moroni Fotografía Gergely Pohárnok Música Rauelsson Intérpretes Penélope Cruz, Luana Giuliani, Vicenzo Amato, Alvia Reale, Aurora Quattrocchi, Giuseppe Pattavina, Filippo Pucillo Estreno en el Festival de Venecia 4 septiembre 2022; en Italia 15 septiembre 2022; en España 28 octubre 2022

Conocíamos el interés de Emanuele Crialese por la emigración (Nuevo mundo) y la inmigración (Terraferma), pero nada sabíamos de su pasado como niño trans, que le sirve de tema para su nueva película, una suerte de semi autobiografía en la que relata sus experiencias como adolescente perdido en la identidad de género en el seno de una familia de la alta burguesía romana en plena década de los setenta del pasado siglo.

Poco convencen sin embargo las vivencias de este niño al que da vida con expresión monocromática, permanentemente enfadada la joven Luana Giuliani. Su presunta incomodidad dentro de una familia conservadora y como víctima de la relación viciada entre su padre y madre, así como su primera atracción sentimental y sexual, no llegan a cuajar ni conmover, ni casi interesar, dentro de un conjunto donde solo sobresale una espléndida Penélope Cruz, hermosa y mimada, a la vez vulnerable mamma a quien Crialese parece dirigir su mirada como homenaje sentido a su propia progenitora.

Es ella bailando por Raffaella Carrà, su ídolo, emulando a Patty Bravo o recreando números televisivos junto a Adriano Celentano, lo único destacable de un film que cuesta digerir por su falta de entidad y un contenido dramático tan escasamente estimulante como poco atrevido. Habría apetecido algo más contundente y convincente, justo ahora que en nuestro país se discute la conveniencia de ampliar el horizonte de una ley trans algo escueta, lo que serviría, como cualquier ampliación de derechos, para que nuestro periplo por el planeta fuera más amable.

AMSTERDAM Exiliados del amor

USA 2022 134 min.
Guion y dirección
David O. Russell Fotografía Emmanuel Lubezki Música Daniel Pemberton Intérpretes Christian Bale, Margot Robbie, John David Washington, Alessandro Nivola, Anya Taylor-Joy, Andrea Riseborough, Chris Rock, Matthias Schoenaerts, Michael Shannon, Mike Myers, Robert de Niro, Taylor Swift, Rami Malek, Timothy Olyphant, Zoe Saldana, Beth Grant, Colleen Camp, Bonnie Hellman, Mel Fair, Vaughn Page, Ed Begley jr. Estreno en Estados Unidos 7 octubre 2022; en España 28 octubre 2022

Tras darse a conocer con la comedia romántica Flirteando con el desastre y la comedia bélica Tres reyes, David O. Russell logró el prestigio con tres éxitos consecutivos, el drama deportivo The Fighter, otra comedia romántica, El lado bueno de las cosas, y la comedia de acción e intriga La gran estafa americana. Después entraría en un bache creativo con Un accidente llamado amor y Joy, del que según la mayoría de la crítica a un lado y otro del Atlántico no ha logrado salir con esta comedia romántica y antibelicista cuyo nombre se debe a ese paraíso de libertad, amor y paz que es la ciudad holandesa que tanto alarde hace de su neutralidad en cualquier tipo de conflicto internacional. Lugar donde librarse de racismos y otros prejuicios y entregarse a la vida alegre y despreocupada.

Algunos sin embargo hemos creído encontrar en esta cinta ambiciosa y multiestelar una ocasión gozosa para disfrutar no solo con tantas estrellas congregadas sino también con su alegre y fresca propuesta argumental, donde una idílica relación de amor y amistad a tres bandas se conjuga con una intriga ambientada en el período entre guerras del siglo pasado para constatar la fuerza de los monstruos empresariales y financieros que tanto manejan los hilos del devenir del planeta a la hora de plantear crisis, guerras y cataclismos humanitarios, siempre en aras de una acumulación de riqueza que excede de lo imaginable y mínimamente conveniente.

Amsterdam es como la comedia hippy en tiempos de elevado conservadurismo y corrección política, que cuenta con una dirección ágil, un argumento entretenido servido tan en bandeja que apenas deja resquicio para la indagación personal, unas líneas de diálogo mayoritariamente divertidas y una sofisticada y luminosa puesta en escena cuajada de buena música, un toque de nostalgia y una considerable dosis de belleza.

sábado, 29 de octubre de 2022

RASGANDO SENSIBILIDADES

Rasgando el silencio: Ciclo de mujeres compositoras. Tríos con piano (Tres compositoras, tres obras de juventud). Alejandro Bustamante, violín; Israel Fausto, violonchelo; Patricia Arauzo, piano. Programa: Trío Op. 11 de Cécile Chamninade, Trío para violín, violonchelo y piano de Rebecca Clarke; Trío Op. 29 de Dora Pejacevic. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, viernes 28 de octubre de 2022


Ahora que el feminismo de la vieja escuela está dando tanto que hablar, y para muchos no precisamente en el buen sentido, obstruyendo la ampliación de derechos a otros colectivos por estimar que suponen una amenaza a sus propios logros y reivindicaciones, lo que no hace sino recrear las mismas tensiones que durante tanto ellas mismas sufrieron debido al temor machista, prosigue este interesante ciclo sobre mujeres compositoras que arrancó la pasada temporada y culminará la siguiente. Una entregada y apasionada Carmen Martínez-Pierret, la musicóloga y pianista que junto al violonchelista y catedrático del Conservatorio Manuel Castillo Israel Fausto, se encarga de la coordinación y organización del ciclo, volvió a hacer hincapié en el olvido que sufrió la mayor parte de la obra de estas mujeres, a pesar de que algunas en su momento gozaron de cierto prestigio y reconocimiento. Con anécdotas varias sobre prejuicios masculinos y artimañas femeninas, Martínez-Pierret insistió en el valor de las obras programadas, anunciadas de juventud si bien fueron escritas ya en la veintena de sus autoras, e incluso treintena en el caso de Clarke, y que hechas las oportunas comprobaciones en las escasas grabaciones que de sus piezas existen, y sobre todo en la esforzada y meritoria interpretación que de ellas hicieron los y la protagonista de este concierto, se revelan quizás por debajo de lo deseable, aún sin resultar para nada desdeñables.

El programa estuvo integrado por dos obras tardorrománticas que abrazaron otra con más carácter que quizás pudiéramos englobar dentro de ese expresionismo que tanto progresó durante el primer cuarto del siglo XX. De cualquier modo las tres piezas evidenciaron la influencia lógica e inevitable de sus compañeros de profesión, únicos referentes posibles para quienes tan valientemente se dedicaron a lo que seguía siendo hegemónico de los hombres, como sucedía con cualquier otra arte. Eso impide que encontremos esa deseable sensibilidad especial femenina que en este como en cualquier otro campo nos sirva de esperanza sobre cualquier cambio sustancial que nos salve o libere. Cabe recordar aquí que Cécile Chaminade compuso una ópera titulada La sevillana que apenas tuvo repercusión, dedicó su carrera a componer canciones de salón y obras para piano y fue popular en Inglaterra y Estados Unidos, pero que el matrimonio frenó su carrera hasta que su amplio catálogo cayó en el olvido. En su segundo trío con piano evidencia sus particulares características, desde la riqueza melódica de sus acordes al profundo lirismo con el que aborda no solo los pasajes lentos sino también los más agitados. Israel, el violinista madrileño Alejandro Bustamante y la pianista y también profesora del Manuel Castillo Patricia Arauzo, entendieron estas particularidades a la perfección, dejando claro el extenuante trabajo de estudio y compenetración al que debieron someterse las jornadas previas. Esto se tradujo en un sonido compacto y una expresividad enérgica y contundente que encontró justamente en el lento su momento álgido y más inspirado.

Por iguales derroteros anduvo el trío de la compositora croata Dora Pejacevic, que tuvo el acierto de introducir la canción orquestal en el repertorio de su país y cuya sinfonía se considera el primer trabajo moderno croata en su género. En este su también segundo trío para este conjunto abraza igualmente ese romanticismo tardío que clava sus influencias en Liszt y Wagner, pero en esta ocasión con un carácter más dramático y lacerante que el de su predecesora. Los tres intérpretes se emplearon a fondo para potenciar estas particularidades, con un trabajo sobresaliente en Bustamante, en cuyo rostro pudimos apreciar el éxtasis y delirio derivado de sus largas y sugerentes frases llenas de lirismo y expresividad. Por su parte, Fausto evidenció una especial retórica teñida de cierta amargura, apoyado en el trabajo seguro y preciso de Arauzo. Pero donde más brillaron los tres fue en la pieza de Rebecca Clarke, la más lograda e interesante del programa. La compositora y violista inglesa la compuso en 1921, antes de afincarse en Nueva York, donde murió con noventa y cinco años. Quien firmó a menudo con seudónimo de hombre compuso esta pieza con un estilo bastante avanzado incluso para su época, sin renunciar a la tonalidad pero con una certera y profunda mirada el expresionismo y una carga dramática muy evidente. La cuerda sonó adecuadamente crispada y envolvente, bajo la mirada atenta de Arauzo a cada inflexión de la pieza, profusa en cambios de registros y elocuentes silencios que los tres salvaron con una interpretación estimulante e intensa.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 26 de octubre de 2022

McLORIN SALVANT, SUGERENTE Y ATERCIOPELADA

Ghost Song. Cécile McLorin Salvant, voz. Marvin Sewell, guitarra. Paul Sikivie, contrabajo. Glenn Zaleski, piano. Keito Ogawa, percusión. En complicidad con el Festival de Jazz de la Universidad de Sevilla. Teatro Lope de Vega, martes 25 de octubre de 2022


Cécile McLorin Salvant repitió escenario en su segunda comparecencia ante la afición sevillana. Debe estar familiarizada y encantada con el Lope de Vega y su magnífica acústica, también nosotros lo estamos con ella, su generosidad y su simpatía. En estos siete años la niña ha dado paso definitivamente a la mujer, como rezaba aquel registro de 2013, WomanChild, ha cosechado más éxitos y reconocimientos, dos Grammys más (y van tres) y la rendición prácticamente general de público y entendidos. Ha vuelto ya como una estrella sobradamente consagrada, con un repertorio muy distinto y un estilo más personal y sofisticado que cuando todavía se le comparaba con las grandes divas de la canción americana, Vaughan y Holiday a la cabeza. Pero mantiene esa simpatía y esa cercanía que ya entonces le caracterizaba y que le permite hacer amables concesiones al público que se dirige, en forma de esa impecable pronunciación castellana con que afrontó las propinas y con la que anunció una laringitis en proceso de superación que le obligó a abordar un programa algo más ligero y relajado del que en principio pudiera tener preparado.

Este inconveniente no le impidió exhibir una voz sólida, educada y de timbre profundo y aterciopelado. Una voz sugerente capaz de superar todo tipo de inflexiones y cambios de registro que se han convertido en marca de la casa y que hicieron las delicias de un público con el que en principio le costó enganchar, en parte debido a esa característica de sus funciones que consiste en contar historias, interpretarlas como si de una actuación dramática se tratara, lo que exige dominar el francés o el inglés, por muy clara e impecable que resulte su pronunciación. Incluso ese portugués con el que encaró las letras ancestrales de un tema con mucho colorido carioca que sirvió a Keito Ogawa y Glenn Zaleski para mantener un fluido y virtuosístico combate cuerpo a cuerpo, y es que quizás también debido a esa dolencia dejó mucho espacio para sus formidables músicos. De esto se benefició también Paul Sikivie al contrabajo, que dejó deslizar su talento con mucha elegancia y encanto en piezas como Until, que Sting compuso para la banda sonora de la comedia romántica Kate & Leopold protagonizada por Meg Ryan y Hugh Jackman. También destacó Marvin Sewell, especialmente en unas primeras canciones que McLorin entonó en francés y el guitarrista de Chicago adornó con un trabajo tan exquisito como extenuante. Él fue también responsable en gran medida de la magia que asomó en momentos muy destacados del concierto.

Cécile está de gira por Europa para presentar su último disco, Ghost Song, su trabajo más experimental hasta la fecha si dejamos de lado ese Ogresse que estrenó en el Met en 2018 y pronto convertirá en película de animación, otra de sus grandes pasiones. En este trabajo escénico homenajea a Sara Baartman, todo un símbolo de la lucha étnica que fue exhibida en Europa como freak. Pero como suele ocurrir cada vez que se anuncia una gira de presentación, apenas pudimos escuchar nada de este trabajo, Ghost Song, publicado hace apenas unos meses, aparte ese Until ya referido que Salvant deconstruyó hasta hacerlo irreconocible. Dejó también de lado los clásicos americanos que han protagonizado gran parte de su discografía y recitales, centrándose en composiciones propias y alguna rareza como ese Obsession que dedicó a su madre en el día de su cumpleaños. No faltó por supuesto su tradicional incursión en el teatro musical, esta vez de la mano del cabaret y su máximo exponente, Kurt Weill, de quien recitó con portentosas dotes cómicas Pirate Jennie de La ópera de tres peniques, toda una declaración de guerra a los hombres de parte de una mujer que clama venganza. Pudimos apreciar además que su estilo se ha personalizado tanto que ya no cabe compararla con las grandes referentes del género, como demostró en un Devil May Care de Bob Dorough, nada que ver con la icónica versión de Diana Krall, de líneas melódicas sustancialmente transformadas. Lástima que se denotara en la dinámica del concierto esa dolencia de la que aún no se ha recuperado, si bien no afectó a la dulzura de su voz ni a las inflexiones a que es capaz de someterla, dejando claro que es fruto también de una educación exquisita. En las propinas entonó en perfecto castellano el Gracias a la vida de Violeta Parra y se atrevió por bulerías con Todo es de color de Lole y Manuel... No se puede pedir más.

Foto: Mª Ángeles Ruiz
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 25 de octubre de 2022

BONAL Y RICO, DOS VIOLAS EN PALACIO

Otoño Barroco 2022. Miguel Bonal y Ventura Rico, violas da gamba. Teodoro Falcón, disertación histórico-artística. Programa: Selección de The First Part of Ayres, de Hume; Sonata en Re mayor TWV 40:01, de Telemann; Selección de Música para viola da gamba del Manuscrito Drexel 5871, de Abel; Tres recercadas del Tratado de glosas, de Ortiz; Folies d’Espagne y Selección del Troisième livre de pièces de viole, de Marais. Patio del Palacio de los Condes de Santa Coloma, lunes 24 de octubre de 2022


El pasado mes de junio la Asociación de Amigos de la Barroca de Sevilla acercó su público al Palacio de la Motilla en calle Cuna, un edificio decimonónico levantado en perfecto estilo renacentista que la ciudadanía tiene pocas ocasiones de contemplar desde dentro. Enmarcado en el Otoño Barroco, la asociación nos ha facilitado de nuevo el acceso a uno de esos espacios emblemáticos que abundan en una ciudad que tanto amamos y a menudo nos duele, y cuyo patrimonio es interminable y permanece oculto a nuestros ojos en un elevadísimo porcentaje. Le tocó el turno al Palacio de los Condes de Santa Coloma, también conocido como Palacio Bucarelli, parte del cual está destinado a alojamiento turístico de lujo. El tercero de los conciertos del Otoño Barroco de la presente temporada tuvo lugar en las dependencias que pertenecen a la familia desde el siglo XVII, Bucarelli en origen, de los Condes de Santa Coloma desde el siglo XIX por matrimonio. Para ilustrarnos sobre estas y otras particularidades, especialmente de índole arquitectónica y artística, se contó con las valiosas aportaciones del catedrático Teodoro Falcón, que dio paso así al evocador programa musical que nos convocó la pasada noche en el patio de tan suntuosa casa.

Este viaje al pasado lo protagonizó fundamentalmente el jovencísimo violagambista Miguel Bonal, más que una promesa toda una realidad demostrada con su sorprendente seguridad no solo en lo estrictamente musical sino también en sus precisas locuciones que tan bien y de forma tan sencilla ilustraron las piezas interpretadas, un completo y extenuante viaje por el instrumento más seductor del inagotable Barroco, con escalas en sus orígenes renacentistas y sus últimos coletazos ya en pleno Clasicismo. En una primera parte en solitario, Bonal interpretó dos piezas de la colección First Part of Ayres, también conocida como Musical Humors, del compositor y militar escocés Tobias Hume, una de las cuales, Harke Harke, constituye la primera documentación de interpretación col legno de un instrumento de cuerda, particular que Bonal se encargó de resaltar, a la vez que exhibió una intensa expresividad en la compleja articulación de ésta y la Pavana del Capitán Hume que le siguió. Una preciosa Sonata a solo en Re mayor de Telemann sirvió para demostrar sus aptitudes en el fraseo y la claridad de su exposición, potenciando además una exquisita expresividad y una elegancia serena y muy meditada, resolviendo además los pasajes en vivace con profusas y elocuentes agilidades. Afincado en Londres, el alemán Karl Friedrich Abel frecuentó también el instrumento aun en época en la que ya estaba bastante en desuso. El resultado fue una serie de piezas de muy compleja y fascinante literatura que el intérprete zaragozano defendió sin perder el control ni la afinación, a pesar de lo mucho que ésta sufre en instrumentos históricos cuando se someten a la humedad de la intemperie nocturna.

La veteranía de Ventura Rico se hizo notar en una segunda parte en la que el muy apreciado músico sevillano se instaló en el registro grave y excedió de su rol de acompañamiento en continuo, como se limitó a constatar en las recercadas del Tratado de glosas de Diego Ortiz, para añadir más personalidad y un esmerado trabajo del contrapunto en el resto del programa. El estilo cortesano de las piezas que Ortiz concibió para el violón o la vihuela de arco se dejó notar con estilo y elegancia en la agilidad y la madurez de Bonal. No podía faltar en esta exhibición Marin Marais, de quien ambos intérpretes abordaron unas variaciones sobre las Folías de España perfectamente compenetradas y generosas en ideas y ornamentaciones; así hasta llegar a una selección de la Suite para viola da gamba y continuo en Re mayor del Tercer Libro de Piezas de Viola del compositor francés, que resolvieron con idéntico magisterio que el resto del programa, con especial énfasis en una paladeada y contemplativa Plainte, un intrincado Rondeau y una ágil y luminosa La Brillante, que coronaron así una experiencia para el recuerdo.

Fotos: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

domingo, 23 de octubre de 2022

ARRANQUE CLARINETISTA DEL CICLO DE CÁMARA DE LA ROSS

1er Concierto del XXXIII Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Miguel Domínguez Infante, clarinete. Alexa Farré Brandkamp y Uta Kerner, violines. Ariadna Boiso Reinoso, viola. Claudio R. Baraviera, violonchelo. Programa: Quinteto para clarinete y cuerda en si bemol mayor Op. 34, de Weber; Quinteto para clarinete y cuerda en la mayor KV 581, de Mozart. Espacio Turina, domingo 23 de octubre de 2022


Una generosa afluencia de público y una sala, el Espacio Turina, que revalidó sus magníficas prestaciones para la música de cámara, además de demostrar una vez más sus estupendas condiciones de insonorización (fuera había una estruendosa alegría debida a la carrera popular infantil del Distrito Centro que ni se notó), sirvieron de escenario para el arranque de un nuevo ciclo de música de cámara, y van treinta y tres, de la mano de los maestros y maestras de la Sinfónica de Sevilla. En formación de quinteto, los y las músicas exhibieron su permanente y en parte muy justificado inconformismo con la gestión económica y artística de la orquesta, en forma del lamentablemente familiar lazo verde que hace varias temporadas les acompaña. Su calidad y las satisfacciones que después de tantos años siguen regalando a la melomanía hispalense, merecen un trato acorde y una mayor atención por unas administraciones a menudo demasiado dispersas y distraídas, por no decir directamente desconectadas de la realidad.

En estas condiciones, el concierto inaugural de esta nueva temporada concentró dos obras maestras absolutas de la música para clarinete, las dos clásicas e inspiradas ambas por sus destinatarios, Heinrich Baermann, solista de la Orquesta de la Corte de Munich, en el caso de Carl Maria von Weber, y el virtuoso Anton Sadler en el de Mozart. No es ninguna novedad ofrecer ambas piezas en un mismo programa, sin que eso afecte al inmenso placer que provoca disfrutarlas. Además, perteneciendo al mismo período artístico y género, combinarlas así nos sirve para apreciar las formas tan distintas que uno y otro autor tuvieron al crearlas. Mientras Weber concibió su quinteto como un concierto en el que el clarinete ejerce claramente de solista, arropado por el resto del conjunto, Mozart lo integró plenamente con la cuerda, ofreciendo a cada instrumentista oportunas ocasiones de lucimiento.

La interpretación fue en todo momento impecable, medida al milímetro y dejando clara una absoluta compenetración y una sana complicidad sin exhibicionismos superfluos. Domínguez Infante se tuvo que emplear a fondo en la obra de Weber, pues su participación es prácticamente omnipresente, funcionando el resto como colchón ideal, a pesar de algún momento aislado de lucimiento por parte de Farré y Baraviera. Destacó el dúctil fraseo del clarinetista en el hermoso adagio, salvando con nota esas fulgurantes escalas en las que tiene que pasar del registro más grave al más agudo en apenas unos segundos. El conjunto acertó con el minueto a dotar la página del humor necesario, mientras resolvieron al galope, con una diabólica agilidad comandada por el esforzadísimo solista, el allegro final, todo un despliegue de virtuosismo magníficamente resuelto. Con Mozart el diálogo es más evidente, la integración también, por eso Infante se colocó en medio, mientras con Weber lo hizo al extremo derecho. Aquí el instrumento se desenvuelve más en el registro grave, explotando a fondo todas sus posibilidades tímbricas y expresivas, manteniendo junto a la cuerda ese espíritu tierno y feliz que caracteriza la obra, todo lo cual fue perfectamente apreciable en el conjunto, sin duda debido al empeño y duro trabajo desplegado por sus integrantes. Así pudimos disfrutar con el refinado aire nocturno del larghetto, el carácter bucólico y pastoral del minueto y las exuberantes figuraciones del allegretto final, todo un alarde de alegría perfectamente plasmado por el conjunto y cada solista en particular, con Kerner armonizando y Boiso replicando en preciso contrapunto con el resto de sus compañeras y compañeros.

Foto: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 22 de octubre de 2022

MIRA CÓMO CORREN Tradiciones británicas

Título original: See How They Run
USA-Reino Unido 2022 98 min.
Dirección
Tom George Guion Mark Chappell Fotografía Jamie Ramsay Música Daniel Pemberton Intérpretes Saorise Ronan, Sam Rockwell, Adrien Brody, Ruth Wilson, David Oyelowo, Harris Dickinson, Sian Clifford, Reese Shearsmith, Pippa Bennett-Warner, Charlie Cooper, Jacob Fortune-Lloyd, Tim Key Estreno en Reino Unido 9 septiembre 2022; en España 21 octubre 2022

La fascinación de Estados Unidos por todo lo que tenga que ver con Inglaterra, la madre patria, excede con creces lo asumible. Pero lo peor es que todo lo que viene de allí acaba por convertirse de obligado interés para el resto del mundo, solo así se comprende que los eternos funerales por la longeva y latosa Isabel II se hayan convertido forzosamente en objeto de atención primordial por nuestros nefastos medios de comunicación.

En Inglaterra todo se limita a la dichosa tradición, y si no existe per se hay que inventarla. Es la única manera de comprender que la obra de teatro de Agatha Christie La ratonera, por muchos méritos que atesore, lleve representándose ininterrumpidamente más de medio siglo en el mismo teatro en el que se estrenó. Sin duda alguna no es para tanto, aunque hay que reconocerle a la autora el talento y el ingenio para siguiendo siempre un esquema harto parecido, urdir tramas tan perfectas y convincentes, y sobre todo intrigantes y sorprendentes. Todo lo que le falta al guion de Mark Chappell, que a partir del exitoso título teatral de la autora de Asesinato en el Orient Express pretende urdir una trama de intriga y misterio a imagen y semejanza de las suyas, sin éxito alguno. Puede que la inexperiencia del debutante en el medio, Tom George, tenga algo que ver, así como la desgana de un reparto tan desdibujado como irrelevante.

La cinta utiliza clave de comedia, con escaso relieve, y plantea una serie de situaciones que nada aportan al conjunto y resultan del todo intrascendentes. El guion va dando tumbos para intentar convencer de una investigación desgraciada y llena de huecos y errores, y mientras tanto nuestra boca se va abriendo a la vez que se cierran los ojos. Al final solo nos quedan dos pequeñas satisfacciones, disfrutar (y descubrir) la vena cómica de Saorise Ronan y divertirnos con la caracterización que hace Harris Dickinson de Richard Attemborough, director de Gandhi y actor en Parque Jurásico en el rol del padre del artefacto. No es mucho, la verdad.

UN AÑO, UNA VIDA Catarsis de pareja

España-Francia 2022 120 min.
Dirección
Isaki Lacuesta Guion Isa Campo, Isaki Lacuesta y Fran Araújo, según el libro de Ramón González Fotografía Irina Lubtchansky Música Raül Refree Intérpretes Nahuel Pérez Biscayart, Noémie Merlant, Quim Gutiérrez, Alba Guilera, Natalia de Molina, C. Tangana, Enric Auquer, Blanca Apilánez, Bruno Todeschini, Sophie Broustal Estreno en el Festival de Berlín 14 febrero 2022; en salas 21 octubre 2022

El español residente en París Ramón González vivió en primera persona los atentados de la sala Bataclán del viernes 13 de noviembre de 2015, y para superarlo decidió dejar constancia de hechos e impresiones en un libro, parece ser que por recomendación de su terapeuta. De ello se ha hecho eco el director Isaki Lacuesta cuatro años después de sorprender con Entre dos aguas, y once después de ganar la Concha de Oro en San Sebastián con Los pasos dobles. En medio ha realizado la alimenticia Murieron por encima de sus posibilidades y la interesante La próxima piel.

De todo el rico material de partida, Lacuesta ha preferido atender a la crisis de pareja que un trauma semejante puede provocar, algo que ya hemos visto en muchas ocasiones y que ha deparado satisfacciones como la de Lawrence Kasdan con El turista accidental. El realizador catalán fija su atención en dos formas dispares de asumir el duelo, la muy extrovertida y extremista del protagonista, y la más recogida y aparentemente serena de su pareja, en realidad una olla a presión imposible de controlar. Sin embargo ni él con su distanciamiento ni sus protagonistas con gestos e imposturas varias consiguen sintonizar con un espectador que a pesar de la gravedad de los narrado no logra emocionarse ni empatizar con personajes ni situaciones.

Por si fuera poco, la narración acaba siendo tan confusa que invita a creer que quizás nada es lo que parece, sin espacio para mucha convicción por nuestra parte. Proponer cuestiones paralelas y tan espesas como el papel de la inmigración árabe en nuestra aparentemente controlada civilización, no consigue levantar el vuelo de una función que prácticamente desde el minuto cero nos resulta caduca.

BLACK ADAM El talento de Collet-Serra ahora al servicio del superhéroe

USA 2022 125 min.
Dirección
Jaume Collet-Serra Guion Adam Sztykiel, Rory Haines y Sohrab Noshirvani, según el cómic de C.C. Beck y Otto Binder Fotografía Lawrence Sher Música Lorne Balfe Intérpretes Swayne Johnson, Sarah Shani, Pierce Brosnan, Aldis Hodge, Quintessa Swindell, Noah Centineo, Marwan Kenzani, Bodhi Sabongui, Muhammed Amer, James Lusati-Moyer, Jalon Christian, Odelya Halevi, Uli Latukefu, Jennifer Holland, Henry Winkler Estreno en Estados Unidos y España 21 octubre 2022

Normalmente en este tipo de producciones no suelen notarse mucho las costuras de su responsable último, el director. Sin embargo la personalidad del catalán Jaume Collet-Serra es tan fuerte y precisa que ha conseguido una filmografía coherente y admirable en la que destacan los títulos protagonizados por Liam Neeson en clave thriller hitchcockiano. Después logró con Jungle Cruise devolver al cine de aventuras su genuina carta de naturaleza, la entidad y la dignidad que le convirtieron en un género tan celebrado en el Hollywood clásico y renovado en los ochenta por Indiana Jones de la mano de Spielberg. De nuevo con Dwayne Johnson como protagonista, su primera incursión en el cine de superhéroes lo consideramos directamente y sin ningún tipo de prejuicios un éxito.

Ha devuelto al género su carácter desenfadado y divertido, de puro entretenimiento sin renunciar a cierto análisis político y social de la actualidad, tan evidente como que la acción se desarrolla en un país de oriente medio que fue una gran civilización antaño y que vive sumergida en continuas y devastadoras invasiones occidentales, con claras reminiscencias de la ocupación israelí en la franja de Gaza. Ahí surge la diatriba de cómo controlar la situación, si haciendo un uso indiscriminado de la violencia o enarbolando la bandera a menudo hipócrita de la paz, precisamente por quienes promueven la ocupación en aras a un hipotético orden internacional. Eso se traduce en la colaboración y a la vez competición entre dos fuerzas de superhéroes salidos de la biblioteca DC Comics, el Black Adam del título, que mata sin compasión pero con las dosis de humor necesarios que hacen la operación indolora y relativa, y la Sociedad de la Justicia, comandada por el Doctor Destino e integrada por el Hombre Halcón, Ciclón y Átomo Smasher, que opta por el diálogo y la justicia impartida por tribunales.

Nada de esto convierte al producto en una profunda disquisición sobre la paz y la guerra, sino que forma parte de un espectáculo vistoso, más disfrutable cuanto mejores sean las condiciones de imagen y sonido, vibrante y con ritmo muy marcado, en el que ni siquiera las sempiternas batallas se hacen pesadas, logrando en conjunto un entretenimiento más que notable. Hasta el compositor Lorne Balfe parece haber encontrado la inspiración en esta renovación del género, aunque sin salirse de los contornos habituales. Como si de una declaración de intenciones se tratara, si reaparece Superman lo hará de la mano de la alegre marcha de John Williams, superados los traumas que ilustró musicalmente Hans Zimmer en sus últimas y muy espesas apariciones.

viernes, 21 de octubre de 2022

LA TARDE MÁS DIDÁCTICA DEL FESTIVAL DE LA GUITARRA

XIII Festival de la Guitarra de Sevilla. José Luis Pastor, cuerda pulsada. Programa: Vade Mecum: Historia de la guitarra (obras del Códice de Las Huelgas y el Llivre Vermell, Martín Códax, Alfonso X, Alonso Mudarra, Luis de Narváez, Gaspar Sanz, Giuliani, Albéniz, Pastor y Vega). Klara Tomljanovic, guitarra. Programa: Obras de Bach, Falla, Albéniz, Barrios Mangoré, Piazzolla y Carretero. Espacio Turina, jueves 20 de octubre de 2022


Después de dos años sorteando todos los obstáculos imaginables debido a la pandemia, el Festival de la Guitarra de Sevilla, con Francisco Bernier a la cabeza de un equipo competente y comprometido, se encuentra dando sus últimos coletazos desde que arrancara el pasado 6 de octubre, con una noche italiana hoy viernes a cargo de Carlo Curatolo y Adriano del Sal, y cerrando mañana sábado en clave flamenca con Juan Carlos Romero y el bailaor Rafael Campallo sobre el escenario del Espacio Turina. Una propuesta del todo ecléctica que conoció ayer su jornada más didáctica, con interesantes conferencias de los celebrados compositores César Camarero, con disertaciones sobre el papel de la guitarra en la música contemporánea y su práctica por parte de los intérpretes más avezados, y Alberto Carretero, ilustrando sobre técnicas de composición e inserción de la guitarra española en el universo atonal y experimental, así como sobre su obra Phórminx con cuyo estreno habría de cerrarse tan atractiva y diversa propuesta.

La herencia de la guitarra

De sobras conocido por el público melómano sevillano, José Luis Pastor recuperó un espectáculo que estrenó aquí mismo hace un par de años, un recorrido por la historia de la cuerda pulsada desde el Medievo a nuestros días. Una excelente oportunidad para muchos de nosotros que no pudimos entonces disfrutar de tan extraordinaria propuesta. Cierto que desde entonces ha modificado parcialmente el programa, y recogido en un disco imprescindible del sello sevillano Contrastes Records, grabado nada más y nada menos que en la Gruta de las Maravillas de la localidad natal del especialista en cuerda pulsada, Aracena. Por sus manos pasaron hasta doce instrumentos, sin que se acertara a saber con cuál se sentía más cómodo y competente, ¡los domina todos!, desde la pequeña vihuela de péñola con la que hizo su aparición en el escenario, entonando con la misma dulzura y delicadeza con la que afrontó gran parte del programa un canto polifónico del Códex Huelgas, hasta la guitarra eléctrica prestada por el hermano de Juanjo Pizarro, todo un emotivo detalle tratándose de la Sala Silvio del Turina, entonando una pieza del propio Pastor dedicada a su hija, ATRAM. Entre medias la sofisticada vihuela de rueda evocando la atmósfera de Vigo al que era tan devoto Martín Códax, una alegre cítola reproduciendo una cantiga de Alfonso X, una intimísima Mariam Matrem Virginem del Llivre Vermell en la guitarra medieval, una hermosísima pavana de Alonso Mudarra a la guitarra renacentista, manteniendo siempre una claridad y una destreza sorprendentes, unas agilísimas y muy bien ornamentadas Diferencias sobre Guárdame las vacas de Narváez a la vihuela de mano y los inevitables y siempre efectivos Canarios de Gaspar Sanz para dar paso a la icónica guitarra barroca.

Después ilustró la guitarra romántica con unas delicadísimas variaciones de Mauro Giuliani sobre un tema de Hándel, una paladeada Asturias de Albéniz a la guitarra clásica, unas tarantas de cosecha propia en perfecta clave flamenca, y la versión instrumental de la canción El sitio de mi recreo del añorado Antonio Vega a la guitarra acústica, tocada con una sensibilidad extrema. Conocidas de sobra las aptitudes de Pastor en la instrumentación antigua, disfrutarlo en otras disciplinas y campos fue toda una revelación.

La mirada al futuro

La participación a continuación de la guitarrista Klara Tomljanovic sirvió de complemento natural e ideal a la lección magistral de Pastor. Comenzó con el Preludio de la Suite en sol menor BWV 995 de Bach, hay que reconocer sin mucho estilo ni suficiente claridad. Prescindir de partitura le hizo quizás sentirse más libre y dueña de su particular estilo intimista y sentimental, en el sensacional Homenaje a Le Tombeau de Debussy de Falla, una primera aproximación en la noche al lenguaje experimental y una poética y sensorial evocación del universo del compositor frente al folclore granadino. Con una preciosista digitación prosiguió precisamente con Granada de Albéniz y Una limosna por el amor de Dios de Agustín Barrios Mangoré, antes de adentrarse en el ritmo y la armonía de Piazzola con La milonga del ángel, y terminar con el esperado estreno de Phórminx, tercera de las obras del sevillano Alberto Carretero para guitarra, esta vez preparada para invocar los sonidos de la lira tartésica, así como Oud lo fue para el laúd árabe y Flow My Tears para la guitarra renacentista según Dowland. Tuvo que empeñarse a fondo la guitarrista eslovena para extraer de la caja acústica y sus cuerdas sonidos tan dispersos y atrevidos, con ayuda de una suerte de minúscula flauta de pan reversible, y punteando las cuerdas con macillos mientras los brazos se entregaban a posturas imposibles para acatar todas las órdenes de la compleja partitura, tan inquietante y repleta de inflexiones como sus obras anteriores para el instrumento. Mejor colofón para el recorrido propuesto en una tarde noche tan didáctica, imposible.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 18 de octubre de 2022

PETER VON KANT Las amargas lágrimas de Rainer Werner

Francia 2022 84 min.
Guion y dirección
François Ozon, según la obra de Rainer Werner Fassbinder Fotografía Manuel Dacosse Música Clément Ducol Intérpretes Denis Menochet, Isabelle Adjani, Khalil Ben Gharbia, Hanna Schygulla, Stefan Crepon, Amirthe Audiard Estreno en el Festival de Berlín 10 febrero 2022; en Francia 6 julio 2022; en España 14 octubre 2022

Cuando Fassbinder dirigió Las amargas lágrimas de Petra von Kant, en 1972 según su propia obra de teatro, plasmó en clave lésbica una relación de deseo y posesión que no era sino una prolongación de sus propios anhelos, como continuaría sucediendo en títulos posteriores de su profusa filmografía. Su condición abiertamente homosexual no lograría alcanzar la pantalla hasta su canto del cisne, en 1982 cuando realizó Querelle, de donde se extrae el cartel publicitario y el tema musical Todo hombre mata lo que ama de Peer Raben según texto de Oscar Wilde, que Jeanne Moreau cantaba en ese film e Isabelle Adjani recupera en este. Por su parte, Ozon empezó a ser reconocido y celebrado, después de Sitcom y Amantes criminales, cuando en 2000 adaptó Gotas de agua sobre piedras calientes, según una obra de Fassbinder que nunca llevó al cine, y que trataba libremente una historia de amor y celos en el seno de una pareja gay.

Después de Las amargas lágrimas… Fassbinder dirigió una de sus películas más celebradas, Todos nos llamamos Alí, contando para ello con el protagonismo de El Hedi ben Salem, un actor marroquí al que Fassbinder descubrió, protegió y convirtió en amante. Juntos vivieron una tortuosa relación que acabó en el alcoholismo, la locura y muerte del actor. Todos estos precedentes confluyen en esta película del director de En la casa y Todo ha ido bien, una adaptación presuntamente libre de Las amargas lágrimas de Petra von Kant, donde ellas son ellos y pertenecen al mundo del cine y no de la moda, pero se mantiene época, la puesta en escena absolutamente teatral, personajes y situaciones de forma harto mimética, relajando la agotadora tendencia verborreica del original y potenciando ese color tan deudor del cine de Douglas Sirk al que los más afamados directores gays parecen no poder renunciar, entre ellos el propio Fassbinder y otro venerado del realizador francés, Almodóvar.

Denis Menochet presta su rotundo físico al protagonista caracterizado como el director alemán, mientras Khalil Ben Gharbia sirve como alter ego de Salem, a la vez que Isabelle Adjani nos sorprende con su veterana belleza al más puro estilo Joan Collins época Dinastía, y Hanna Schygulla, musa de Fassbinder, aparece ahora como madre del protagonista después de haber interpretado al objeto de deseo de Margit Carstensen en la película original. Sin embargo, aunque la operación pueda parecer ingeniosa y atractiva, el exceso en sus planteamientos, la histeria colectiva en sus personajes y ese ambiente cerrado en el que se desarrolla todo, además de cierto desdén ante los temas que toca, resumidos en el masoquismo del amor, analizados en otras películas con mayor fortuna, malogran la función, que termina resultando aburrida y banal a pesar de su breve duración.

GIRASOLES SILVESTRES Anna y los hombres

España-Francia 2022 107 min.
Dirección
Jaime Rosales Guion Jaime Rosales y Bárbara Díez Fotografía Hélène Louvart Intérpretes Anna Castillo, Oriol Pla, Quim Ávila, Lluís Marqués, Manolo Solo, Carolina Yuste Estreno en el Festival de San Sebastián 17 septiembre 2022; en salas 14 octubre 2022

Dejando aparte aquel cine experimental con el que germinaron sus primeros títulos (Las horas del día, La soledad y, en menor medida, Tiro en la cabeza), a Jaime Rosales le sienta mejor el cine sencillo y natural cultivado en Hermosa juventud, que el más impostado y sofisticado con el que nos sorprendió en Petra. Afortunadamente Girasoles silvestres se encuentra cerca de aquella película sobre una joven pareja sobrepasada por las vicisitudes, incluso podría decirse que es su película más amable y condescendiente, a pesar de tocar un tema tan espinoso como la masculinidad rancia y reaccionaria que desgraciadamente perdura, a veces incluso con más virulencia, en nuestra enferma sociedad.

Es el encanto a raudales que emana con total naturalidad de Anna Castillo, y la presencia entrañable de quienes interpretan a sus pequeñas hija e hijo, lo que se manifiesta en mayor medida en esta película a la que no le falta ni ese rayo de esperanza que da coherencia al conjunto. Cuenta la pequeña historia de una jovencísima madre en busca de la felicidad a través de la familia y de un hombre con el que compartir sus días y sus ansias de vivir. Se trata de un personaje responsable que en su periplo se topa con el maltrato, la irresponsabilidad y la inmadurez, obstáculos que deberá ir salvando con inteligencia y buen tiento.

Rosales aprovecha además para definir sin excesos ni maniqueos una Cataluña dispar y enfrentada, la poblada de inmigrantes con acento andaluz, una clase obrera a la que pertenece la protagonista, y la aburguesada que habla catalán y habita en barrios más elegantes. No hay profundidad en este somero análisis apuntado, como tampoco la hay en todos los temas que toca, pero se agradece en su voluntad de tejer un trabajo sensible y emotivo, con ese rayo luminoso que parece flotar en todo momento sobre el ambiente, y que una rica banda sonora, done destacan Triana y Pavarotti, hace aún más brillar.

lunes, 17 de octubre de 2022

CERDITA La denuncia como excusa

España-Francia 2022 99 min.
Guion y dirección
Carlota Pereda Fotografía Rita Noriega Música Olivier Arson Intérpretes Laura Galán, Carmen Machi, Pilar Castro, Richard Holmes, Irene Ferreiro, Camille Aguilar, Claudia Salas, José Pastor, Julián Valcárcel, Chema del Barco, Fernando Delgado-Hierro, Amets Otxoa, Stéphanie Magnin Estreno en el Festival de Sundance 25 enero 2022; en salas 14 octubre 2022

Después del éxito y el Goya obtenido con Cerdita, el segundo de sus tres cortometrajes, Carlota Pereda debuta en el largometraje en solitario (antes había dirigido junto a otros colegas la producción argentina La cola del diablo) con esta secuela del corto que tanto reconocimiento le reportó. Igual que ocurriera hace unos años con la película Madre de Rodrigo Sorogoyen, el primer cuarto de hora del film reproduce el corto original, a partir de lo cual inventa un desarrollo y un desenlace añadido que no disimula su querencia por el género trash de terror, sangre y mutilaciones directamente importado de la cultura norteamericana. Tenemos por lo tanto un producto hiper violento que pretende denunciar el bullying procurándole a su protagonista una suerte de venganza a manos de un ángel redentor, o más bien un Prometeo en clave Frankenstein que parece funcionar a partir de las heridas sufridas en sus propias carnes.

Entre relecturas de éxitos del género como Carrie, ¿Quién puede matar a un niño? o La matanza de Texas, Pereda acierta al desarrollar su intenso drama de tal forma que provoca tanta o más animadversión la conducta indecente y miserable de las acosadoras que la del asesino en serie que desata la tragedia. En medio surgen una serie de crímenes, algunos injustificados, y una intención de dar un perfil de España profunda al ambiente que no llega a convencer, poblado por urbanitas moldeados al estilo de los repartos americanos, con la sola excepción de los padres de la protagonista, una Laura Galán que se emplea a fondo para dar vida a esta chica acosada y retraída cuyo destino dará un vuelco con la llegada de un extraño visitante al lugar.

Pereda cuida los detalles y logra un trabajo solvente, acaso demasiado violento con el fin de satisfacer la presente demanda, algo enfermiza debido a los cánones a los que se la ha acostumbrado. Brillan decisiones técnicas como esa pantalla estrecha que potencia la sensación de agobio o la música del siempre experimental Olivier Arson (otra coincidencia con Sorogoyen), que para la ocasión ha elaborado la banda sonora a partir de sonidos grabados durante el rodaje. Con todo, Cerdita se debate entre la denuncia y el respeto a la diferencia, y el cine gore y de terror cada vez más violento y nauseabundo importado de América y que tanto está contribuyendo a forjar una sociedad enferma. Lamentablemente apreciamos que la balanza se ha inclinado por lo segundo.

viernes, 14 de octubre de 2022

EN LOS MÁRGENES Día de aprendizaje

España-Bélgica 2022 105 min.
Dirección
Juan Diego Botto Guion Juan Diego Botto y Olga Rodríguez Fotografía Arnau Valls Colomer Música Eduardo Cruz Intérpretes Penélope Cruz, Luis Tosar, Adelfa Calvo, Christian Checa, Aixa Villagrán, Juan Diego Botto, Font García, Nur Levi, Somaya Taoufiki, Ame Aneiros, María Isabel Díaz Estreno en el Festival de Venecia 5 septiembre 2022; en salas 7 octubre 2022


Ya es hermoso que Penélope Cruz y Juan Diego Botto se prometieran hace años realizar un proyecto conjunto, y que éste haya cristalizado con el debut como director del celebrado actor, cineasta y dramaturgo. Pero que el proyecto sea tan generoso y solidario, fruto del compromiso del actor y el matrimonio Cruz Bardem que tantas críticas ha soportado en este país donde el mayor delito imaginable es hacer esperar al rey cincuenta segundos, lo hace todavía más hermoso y, sobre todo, necesario. Porque desde nuestra posición privilegiada, donde casi todos esos placeres del capitalismo que llamamos sociedad del consumo y el bienestar, están prácticamente colmados, enfrentarnos a la realidad que viven tantas miles de personas a diario en barrios que no nos cogen tan lejos, resulta siempre incómodo e inconveniente.

Puede que sin mucha sutileza pero sí con mucho coraje, Botto nos invita a reflexionar sobre las leyes, los poderes, la hipocresía y la desigualdad que lleva a tantas criaturas a verse de repente en la calle porque así lo han resuelto bancos y prestamistas usureros, que aprovechan cualquier golpe de mala suerte para arrojar a seres humanos a la inmundicia y la miseria más severa. En cierto modo apenas hemos evolucionado desde aquellos romanos que recaudaban impuestos para mejorar las condiciones de vida de los patricios en detrimento del pueblo llano y cada vez más empobrecido, y con las fuerzas del orden siempre en contra de los y las más desgraciadas. Pero no hay voluntad de resolver estas situaciones a todas luces injustas, se prefiere el parche para paliar el dolor y el desangramiento, a la revolución, la creatividad y el ingenio para lograr una sociedad más justa, equitativa y libre. Todo esto se refleja perfectamente en el film de Botto que produce Cruz, centrado en los desahucios, poniendo de relieve la escasa capacidad de maniobra que tienen gobiernos, instituciones y organizaciones humanitarias, a pesar del enorme esfuerzo que a menudo despliegan estas últimas, frente a los verdaderos poderes fácticos, las fuerzas gestadas durante siglos para ejercer el control y que tanto hoy se han potenciado con la irrupción indiscriminada de la tecnología.

Al margen de su valor divulgativo y de visibilización, la película de Botto tiene también sus méritos estrictamente cinematográficos, empezando por la definición de sus personajes, lejos de la perfección, poniendo de relieve sus debilidades y defectos, empezando por un Luis Tosar que no sabe gestionar su vida y responsabilidades privadas con su afán solidario y sus funciones como gestor y defensor de los más oprimidos. Pero es en el personaje de su hijastro, interpretado por el joven Christian Checa, a quien vimos en la interesante Las consecuencias, con la que en plena erupción volcánica pudimos disfrutar del inquietante paisaje de La Palma previo al cataclismo, donde la película pone a nuestro juicio su acento. Involuntariamente vivirá una jornada que nunca olvidará, le abrirá nuevos horizontes y una visión más realista de la marginación y la injusticia en la que sobreviven millones de personas. Una jornada de aprendizaje que bien vale perderse una excursión y un posible romance, y que sirve para poner de relieve que la solución de este desdichado planeta pasa inevitablemente por la educación, base de todo sea en materia de sostenibilidad, de reparto equitativo de recursos y riqueza, y de humanización en general.

Merece destacar también el mérito de Penélope Cruz, capaz de convencer en un personaje tan radicalmente opuesto a lo que nos ha acostumbrado, tantos años después de aquella No te muevas y después de tanta capa de glamour y sofisticación. La naturalidad con la que el film pasa frecuentemente de una a otra historia cruzada, el ritmo que imprime a la narración y su capacidad para emocionar, son otras aptitudes del novel realizador, independientemente de que en algún momento podamos admitir que subraya demasiado el discurso. Películas así son necesarias, más si están tan bien hechas y hay detrás tanto amor, generosidad y responsabilidad. Si más personas de las que estamos sumergidas en el bienestar nos comprometiéramos un poco más, quizás ese utópico deseo de cambiar el mundo podría llegar a materializarse.

lunes, 10 de octubre de 2022

FALL No apta para quienes sufran vértigo

USA 2022 107 min.
Dirección
Scott Mann Guion Jonathan Frank y Scott Mann Fotografía MacGregor Música Tim Despic Intérpretes Grace Caroline Currey, Virginia Gardner, Jeffrey Dean Morgan, Mason Gooding, Jasper Cole Estreno en Estados Unidos 12 agosto 2022; en España 7 octubre 2022

El director británico afincado en Los Angeles, Scott Mann, se inscribe ahora en el cine de aventuras al límite y fuerte descarga de adrenalina con esta película sobre dos mujeres jóvenes que deciden escalar una altísima y abandonada torre de comunicaciones en pleno desierto, con las consabidas complicaciones ideadas para hacernos pasar el peor de los ratos posibles, y lo consigue aunque solo sea parcialmente. Y es que nos hemos acostumbrado a tanto hiperrealismo gracias a los recursos técnicos a veces milagrosos con los que cuenta hoy el medio, que ya no resulta fácil involucrarnos tanto en las peripecias y tragedias ajenas.

Después de dirigir a Robert Carlyle y Ving Rhames en El gran torneo, a Robert de Niro en El golpe del siglo y a Pierce Brosnan en La última jugada, Mann se adentra en este tipo de aventuras de la mano de los productores de la película de corte similar A 47 metros, James Harris y Mark Lane, cambiando las profundidades del mar por las alturas, 600 metros a pie de suelo. Pero por muy buenos que sean los efectos especiales y la sensación que pueda provocar de caída al vacío y peligro constante, descuida muchos aspectos fundamentales que le restan credibilidad, y por extensión empatía con las heroínas. Así, el viento sopla menos de lo que debería, a veces ni sopla o sopla en una misma secuencia, y la torre no debería suponer mayor riesgo para quienes están acostumbradas a escalar paredes de montaña prácticamente verticales, al más puro estilo Ethan Hunt (cita literal). Eso y una trama sentimental cargada de moralina y sin mucho interés, hacen que la cinta naufrague parcialmente, si bien no podemos olvidar que se trata de pura serie B destinada al consumo rápido y el olvido exprés, muy por debajo de los resultados que Jaume Colet-Serra logró con Blake Lively en Infierno azul, donde tenía que sobrevivir en una plataforma tan pequeña como la de estas dos protagonistas, en aquel caso una tabla de surf, ellas en el pequeño tope de esta infernal torre, por cierto diseñada para ser subida por escalera de mano y con una bombilla funcionando en lo más alto que exige un mantenimiento intermitente que hace improbable ese estado lamentable que provoca el desastre para las pobres aguerridas.

La protagonista ha cambiado su apellido Fulton con el que la hemos visto en otras producciones por el que ahora reza en la ficha técnica. Entre los méritos técnicos cabe destacar a MacGregor, seudónimo del madrileño Miguel de Olaso, como director de fotografía curtido en publicidad y videos musicales, que aborda ahora su primer trabajo cinematográfico relativamente importante, y aporta gran parte de su espectacularidad a la cinta. Por su parte, el compositor Tim Despic se limita a imitar el estilo de Hans Zimmer de hace ya algunas décadas.

domingo, 9 de octubre de 2022

DE LA SALLE Y POPPEN COMPLETAN UN CICLO MEMORABLE

3er concierto del ciclo Gran Sinfónico de la Temporada nº 33 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Lise de la Salle, piano; Christoph Poppen, dirección. Programa: Conciertos para piano nº 4 en Sol mayor Op. 58 y nº 5 en Mi bemol mayor “Emperador” Op. 73, de Beethoven. Teatro de la Maestranza, sábado 8 de octubre de 2022

Imagen de la primera jornada

Con esta segunda entrega de la integral de los conciertos para piano de Beethoven nos ha quedado definitivamente claro el talento y el mérito de Lise de la Salle como pianista comprometida y entregada, y de Christoph Poppen como buen entendedor de la literatura beethoveniana y magnífico gestor de la fuerza que es capaz de exhibir nuestra orquesta cuando se encuentra en las mejores condiciones posibles. Reunir en una misma velada los dos conciertos que constituyen cima del sinfonismo pianístico, y que para tantos y tantas han sido desde la infancia referentes de belleza absoluta y gozo universal, es ya de por sí una inmensa alegría. Hacerlo además en tan buenas condiciones, un deleite para todos los sentidos.

Ofrecer así, de seguido, los cinco conciertos de Beethoven ha servido además para dibujar esa línea progresiva que va del clasicismo de los dos primeros al pletórico y robusto romanticismo de los dos últimos, con el testigo inquebrantable del tercero ejerciendo de bisagra. De la Salle y Poppen fueron capaces de delinear con tal pulcritud y perseverancia ese proceso de desarrollo, que lograron llevar este ejercicio a sus últimas consecuencias y sumar a su excelente interpretación un carácter didáctico de insuperable valor y belleza. La sinceridad y la naturalidad se impusieron de nuevo en el trabajo de la pianista, que sin partitura logró recrearse libremente y sin apenas sujeción formal en los exuberantes acordes del allegro moderato del Concierto nº 4. Con ella todo pareció fácil y sencillo, a pesar de la enorme complejidad de la página; nada improvisado y sin embargo tan vitalista que pareciera fluir libremente. Así hasta desembocar con maestría en unas cadencias vertiginosas y monumentales. En el andante con moto Poppen arropó con elegancia y apropiado sentido dramático a la delicada pianista, mientras ella se deslizó por el teclado aprovechando sus elocuentes silencios y aires misteriosos con austera gravedad. El rondó vivace se resolvió como el resto, con vehemencia y una integración entre orquesta y solista verdaderamente asombrosa, pero sin que ella perdiera en ningún momento su rol aparte y dominante. De esta forma todo acabó siendo intenso y desgarrador, alternando con total clarividencia violencia y dulzura a partes iguales.

El allegro inicial del Emperador resultó para Lise de la Salle el vehículo perfecto para deslumbrar con sus agilidades y su dominio técnico, desarrollando sus vertiginosos acordes y aparentes improvisaciones con una vitalidad extrema. La orquesta respondió con una auténtica explosión heroica y fogosa, mientras ella supo defender su carácter jubiloso con ahínco y apasionamiento. La ausencia de partitura pasó factura, aunque no cara, al hermosísimo adagio central, una de las páginas más inspiradas a nivel melódico del autor, al menos a nuestro juicio. Aquí se adelantó un poco al arranque, se perdieron algunos acordes y surgieron otros de la nada, aunque apenas influyó en el acabado formal y expresivo, henchido de sincera emoción. El allegro final fue vitalista y brillante a todos los efectos, con orquesta y solista fundidos en la pasión, el ritmo y el triunfo, como el que cosecharon todos los intervinientes en este reto superado, en esta memorable recreación de los conciertos para piano de Beethoven, ofrecidos de corrido, sin pausa pero sin fatiga. Merece destacarse que para lograr esta magia y esta emoción resulta imprescindible el magnífico comportamiento observado por el público en al menos las dos de la cuatro exhaustivas jornadas a las que nosotros asistimos.

Foto: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

EL VASCO No basta solo buenas intenciones

España-Argentina 2022 100 min.
Dirección
Jabi Elortegi Guion Arantxa Cuesta y Xabi Zabaleta Fotografía Jon Sangroniz Música Fernando Velázquez Intérpretes Joseba Usabiaga, Inés Efron, Eduardo Blanco, Itziar Aizpuru, Laura Oliva, Itziar Ituño, Analía Juan, Hernán Sevilla Estreno 7 octubre 2022

Con cierta vocación de comedia amable para sentirse bien, en la línea de ese cine británico que tan buenos réditos lleva dando desde hace ya un buen puñado de años, poblado de gente de buen corazón y espíritu solidario, la película de Jabi Elortegi, de cuyo currículo apenas nos llama la atención haber dirigido a Anne Igartiburu en una desconocida película de 2009 titulada Felicidad perfecta, se mueve entre el tedio y el camino a ninguna parte.

Los resultados son por lo tanto muy poco estimulantes y decididamente fallidos. No podía ser de otra manera cuando se confía su supuesto romanticismo a un pánfilo y una pazguata, se busca apoyo secundario en un actor como Eduardo Blanco para dar vida a un personaje de manual, sin credibilidad ni carisma, y solo se salva del cóctel la veterana Itziar Aizpuru como abuelita, intentando dar algo de cordura a esta comedia de malograda tesis e ínfimos recursos, donde cierto canto a la patria a la inversa acaba por no encontrar su destino.

Se trata de poner en evidencia el excesivo patriotismo vasco cuando un joven huye de su tierra por falta de oportunidades y fracasos sentimentales, para dar con sus huesos en una Argentina profunda donde el sentimiento vasco de familiares y colaterales es aun más exacerbado. Como premisa y punto de arranque vale, pero su desarrollo evidencia la falta de ideas de sus responsables, unas continuas caídas de ritmo e interés y un tedio general de esos que nos llevan a preguntarnos por qué no abandonamos la sala antes. Y es una pena, porque prometía.

LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS Ingenioso movimiento de fichas

España 2022 154 min.
Dirección
Oriol Paulo Guion Oriol Paulo, Guillem Clua y Lara Sendim, según la novela de Torcuato Luca de Tena Fotografía Bernat Bosch Música Fernando Velázquez Intérpretes Bárbara Lennie, Eduard Fernández, Loreto Mauleón, Pablo Derqui, Javier Beltrán, Samuel Soler, Federico Aguado, Lluís Soler, Adelfa Calvo, Dafnis Balduz, David Selvas, Francisco Javier Pastor, Luis Sacristán, Antonio Buíl, Alba Jubany Vilert Estreno en el Festival de San Sebastián 24 septiembre 2022; en salas 6 octubre 2022


Nunca se le perdonó al gran Hitchcock que Pánico en la escena arrancara con un falso flashback en el que Marlene Dietrich narraba un crimen en la forma en que no había sido cometido. Aquello se tildó de tramposo cuando en realidad lo único que hizo el maestro fue poner en imágenes el relato de una mujer embustera y manipuladora. En esta segunda adaptación de la exitosa novela de Torcuato Luca de Tena (la primera tuvo lugar en 1983 bajo bandera mexicana y dirección del argentino Tulio Demicheli, un melodrama tan ridículo que cuesta asimilar que el propio autor fuera el responsable de la adaptación), no hay uno sino varios relatos que puestos en escena parecen darse por válidos cuando en realidad no constituyen sino versiones y puntos de vista de una misma situación, todo ello encaminado a generar la duda y la intriga sobre lo que verdaderamente está pasando. Otra cosa es que una manipulación del orden de los acontecimientos pueda invitar a una impertinente confusión para el espectador.

Pero hasta eso podemos perdonarle a una cinta que pese a sus dos horas y media de duración, se hace corta gracias a su impecable tendencia al puro entretenimiento, ampliamente conseguido aunque por el camino se haya despreciado una mayor profundización en la alteración de la mente humana y sus consecuencias. Detrás está la mano de Oriol Paulo, un director que nunca ha disimulado su comprensión del cine como espectáculo de entretenimiento y diversión, a través del género que más le gusta y mejor entiende, el thriller. Con él dio unos primeros pasos imprecisos e indecisos en El cuerpo y Contratiempo, y una excelente maquinaria de relojería en Después de la tormenta. Habría efectivamente que leer el estupendo libro en el que se basa esta competente película para adivinar hasta qué punto sus guionistas han manipulado y desvirtuado el material original, si es que lo han hecho.

Pero de lo que no cabe duda es que todo es producto de su época, unos finales de los años setenta del pasado siglo discotequeros y de pantalones campana en los que no resulta difícil encontrar referencias a dramas de manicomio como Alguien voló sobre el nido del cuco, terror psicológico en largos y tenebrosos pasillos, turbadores gemelos y escalofriantes desdoblamientos como los de El resplandor, y hasta series policiacas de enorme éxito como Los ángeles de Charlie, donde sus hermosas heroínas no dudaban en infiltrarse donde fuera para llevar a cabo sus investigaciones. Algo así hace la carismática e inteligentísima protagonista de este juego del Cluedo, (otro fenómeno de la época), en una mansión convenientemente gótica, con varios sospechosos y algún que otro arma homicida. Con trampa o sin ella, Paulo maneja con solvencia y profesionalidad todos los ingredientes de primera categoría que se han puesto a su servicio, y con la inestimable ayuda de sus dos principales protagonistas, logra un producto de inmejorable entretenimiento, con algún atisbo de estimulante fascinación.