jueves, 29 de septiembre de 2022

Estreno en salas de THE INNOCENTS

Reseña de la película, estrenada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2021
Estreno en salas 30 septiembre 2022

CRÍMENES DEL FUTURO Placeres quirúrgicos

Título original: Crimes of the Future
Canadá-Grecia-Francia-Reino Unido 2022 107 min.
Guion y dirección
David Cronenberg Fotografía Douglas Koch Música Howard Shore Intérpretes Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Scott Speedman, Welket Bungué, Don McKellar, Lihi Kornowski, Tanaya Beatty, Nadia Litz, Yorgos Pirpassopoulos, Tassos Karahalios, Denise Capezza Estreno en el Festival de Cannes 23 mayo 2022; en Canadá 3 junio 2022; en España 23 septiembre 2022

La anuncian como surgida de la mente de David Cronenberg, y desde luego no puede ser más exacta la publicidad, pues como bien han coincidido gran parte de los y las cronistas, se trata prácticamente de un testamento del director canadiense, o al menos un trabajo enciclopédico de su obra anterior. Rodada enteramente en Atenas y con presupuesto parcialmente griego, hacía ocho años que Cronenberg no presentada un trabajo nuevo, desde la pretenciosa Maps to the Stars y la aún más pedante Cosmopolis dos años antes. Se agradece que aun tratándose de un film poco convencional, aunque tampoco rompedor en absoluto, Cronenberg haya vuelto a sus raíces y conformado con el género al que nos acostumbró con sus películas más aplaudidas, desde Scanners a Existenz, con escala fundamental en Inseparables por la querencia quirúrgica y Crash, cinta con la que comparte esa extraña combinación entre sexo y dolor que tanto parece fascinar al autor. 
De hecho no son pocas las veces en esta cinta distópica y futurista que se cita a la cirugía como el nuevo sexo.

Evidentemente para enfrentarse a esta historia llena de morbo e impacto emocional, empezando por un desgarrador arranque, hay que librarse de prejuicios y lanzarse a la credulidad y el conformismo. A partir de ahí surge un festín para quienes aman el cine de Cronenberg, con sus artilugios quirúrgicos y terapéuticos inspirados en la naturaleza más cruel, sus lesiones y traumas de todo tipo y condición, y sobre todo esas mutaciones del cuerpo al que el director es tan aficionado, además de una atmósfera muy deudora del expresionismo alemán, con una fotografía llena de contrastes y claroscuros que tanto recuerda a Spider, uno de sus trabajos más complejos y a la vez desagradecidos.

Cabe disfrutar con una interpretación diferente de Kristen Stewart, la belleza mejor aprovechada que nunca de Léa Seydoux, y la presencia siempre estimulante de Viggo Mortensen en su tercer trabajo con el canadiense, después de Una historia de violencia y Promesas del este, con la que también comparte ese estilo fragmentariamente detectivesco. Y cabe también disfrutar con la excelente banda sonora de Howard Shore, fiel al director desde sus inicios con la sola excepción de La zona muerta, y que para la ocasión parece haberse inspirado en parte en el Goldsmith de Instinto básico, quizás por aquello del sexo y la perversión.

martes, 27 de septiembre de 2022

NO TE PREOCUPES QUERIDA Peligro de regresión

Título original: Don’t Worry Darling
USA 2022 122 min.
Dirección
Olivia Wilde Guion Olivia Wilde, Carey Van Dyke y Shane Van Dyke Fotografía Matthew Libatique Música John Powell Intérpretes Florence Pugh, Harry Styles, Olivia Wilde, Chris Pine, Gemma Chan, KiKi Layne, Nick Kroll, Sydney Chandler, Kate Berlant, Asif Ali, Douglas Smith, Timothy Simons Estreno en el Festival de Venecia 5 septiembre 2022; en España y Estados Unidos 23 septiembre 2022


En su corta trayectoria como directora, la actriz Olivia Wilde ha demostrado talento para su cometido, hace un par de años con la sorprendente comedia adolescente Súper empollonas y ahora con este thriller ciertamente intenso y más inteligente de lo que en principio pudiera parecer. Hay más de una referencia en esta amarga fábula sobre la felicidad conyugal, el placer femenino y el sueño americano. Por citar solo algunos cabe adivinar El show de Truman, La isla y sobre todo Las mujeres perfectas, novela que fue objeto de un film en los setenta y su remake hace algo más de una década a cargo de Frank Oz.

La fijación americana por señalar los cincuenta como la época dorada del sistema de vida americano, optimista y arrogante, se presenta aquí como una fábula de tintes casi oníricos en la que las apariencias quizás solo sean eso. Ahí radica la intriga e inquietud de un film en el que se denuncian los peligros de la regresión a la que nos están sometiendo los recientes acontecimientos políticos y sociales que inundan un planeta que ni quiere ni sabe aprender de sus errores y estigmas.

Controlar a la población y someterla a discreción surgen en este film en el que una espléndida Florence Pugh se tiene que enfrentar con todos los recursos a su alcance a un súper hermano atractivo y manipulador, incorporado con altas dosis de cinismo y un toque muy siniestro por un estupendo Chris Pine, y a su esposo, el joven Harry Styles, famoso cantante del grupo One Direction. Que la puesta en escena sea tan tópica y llena de clichés y suene tanta radio fórmula de la época, da alguna pista de por dónde van los derroteros de esta película de terror psicológico en la que el mayor horror resulta constatar que en la vida real la regresión está tomando forma y fuerza, y si no que se lo pregunten a esa tal Meloni.

lunes, 26 de septiembre de 2022

RAINBOW Decepcionante revisión de un clásico en clave posmoderna

España 2022 112 min.
Dirección
Paco León Guion Javier Gullón y Paco León Fotografía Teo López García y Marc Miró Música C. Tangana Intérpretes Dora Postigo, Ayax Pedrosa, Luis Bermejo, Wekaforé Jibril, Carmen Maura, Carmen Machi, Hovik Keuchkerian, Soraya Yasmin, Rossy de Palma, Ester Expósito, Paulina Gálvez, Emilio Gavira, Mari Paz Sayago Estreno en el Festival de San Sebastián 18 septiembre 2022; en salas 23 septiembre 2022; en Netflix 30 septiembre 2022


Más cerca del estilo entre sofisticado y marciano empleado por Juanma Bajo Ulloa en películas como Frágil o Baby que del suyo propio, más natural y cercano, como podíamos observar en su díptico sobre Carmina Barrios y sobre todo en la muy inspirada y amable Kiki, el amor se hace, Paco León rubrica su particular homenaje a El mago de Oz con esta esperadísima cinta cuyo estreno en salas antecede en solo una semana a su puesta de largo definitiva en las pantallas domésticas de Netflix.

Sin embargo la operación se antoja prácticamente desde el minuto cero como una esperpéntica versión del libro de L. Frank Baum, que fue elevado a la categoría de clásico con su adaptación al cine de 1939. A su vez, un musical de Broadway llevado al cine por Sidney Lumet y protagonizado por Diana Ross y Michael Jackson es también objeto de referencia en esta peculiar e inclasificable película del director y actor sevillano, mediante aparición estelar del difunto rey del pop. A León el cuento le sirve para hablar de diversidad, la que persigue a los cuatro personajes que Dora y su perrito Totó recogen en su particular búsqueda de la magia en clave road movie, o en este caso la madre que la abandonó siendo un bebé.

Las brujas buena del sur y mala del este son incorporadas con más sentido de lo grotesco que de lo cómico por Carmen Maura y Carmen Machi en calidad de hermanas millonarias, mientras vestuario y escenarios acaban adueñándose de una función en la que el discurso no está bien definido, el ritmo decae continuamente y los efectos visuales, león incluido, acaban acaparando también una gran parte de nuestra perdida atención. Una lástima, porque acercarse a este cuento imperecedero con la visión moderna y psicodélica del director de Arde Madrid y el talento que suele acompañarle, podría haber dado como resultado un trabajo más inspirado y hasta fascinante.

MODELO 77 Drama carcelario sólido y necesario

España 2022 125 min.
Dirección
Alberto Rodríguez Guion Rafael Cobos y Alberto Rodríguez Fotografía Álex Catalán Música Julio de la Rosa Intérpretes Miguel Herrán, Javier Gutiérrez, Jesús Carroza, Fernando Tejero, Xavi Sáez, Catalina Sopelana, Polo Camino, Alfonso Lara, Javier Lago, Íñigo Aranburu, Víctor Castilla, Julián Valcárcel, Mikel Losada Estreno en el Festival de San Sebastián 16 septiembre 2022; en salas 23 septiembre 2022

Tras el parón por la serie de televisión La peste, Alberto Rodríguez vuelve al cine con esta sólida crónica inspirada en acontecimientos que sucedieron en plena transición política y protagonizaron reclusos que desde la Modelo de Barcelona movilizaron a todo el país para que se reconociese también el nuevo status jurídico que debía asistirles tras la caída de la dictadura.

Como tantas cosas que se hicieron mal en la transición y que están cobrando relevancia ahora, después de cuarenta años haciéndonos creer que había sido modélica, la amnistía que se declaró dos años después de morir Franco alcanzó solo a presos políticos, sin que se considerasen las circunstancias que bajo una legislación marcada por el fascismo y el totalitarismo afectó a miles de hombres y mujeres cuya ausencia como actores activos impide poder hablarse de la reconstrucción total y justa de un país tan maltrecho y atrasado como el nuestro. Sobre esta premisa Rodríguez y su inseparable Rafael Cobos trazan la peripecia personal de un joven condenado sin juicio y sin prueba suficiente, cuya pericia y preparación intelectual le llevan a protagonizar estas revueltas con las consabidas consecuencias sádicas que le propinan su intervención.

Rodríguez construye así un thriller político y carcelario sólido, bien narrado y construido y mejor interpretado, en el que el año 1977 previo a las primeras elecciones generales le sirve para perpetuar esa querencia por el número de la suerte, tras títulos como 7 vírgenes y Grupo 7. Pero tras tres cuartos fluidos, inquietos y convincentes, a pesar de cierta tendencia a la reiteración, un final muy precipitado, harto convencional y algo deslavazado, por no decir improbable, echa por tierra parte de los méritos de una cinta no obstante recomendable en la que brilla el equipo habitual del director sevillano, con un uso comedido y certero de la música, un trabajo meticuloso de fotografía y un trepidante montaje.

UNA FALTA ALARMANTE DE SINFONISMO CONTEMPORÁNEO


Si no fuera por el esfuerzo titánico de conjuntos locales como Zahir Ensemble o Taller Sonoro, la música contemporánea prácticamente brillaría por su ausencia en nuestra ciudad. Gracias a ellos podemos disfrutar de una temporada más o menos estable de música de cámara o para pequeños conjuntos, a veces de la mano de ilustres solistas y conjuntos nacionales e internacionales invitados al efecto. Pero el sinfonismo de nuestro tiempo sigue siendo una asignatura pendiente. La idea de Pedro Hallfter de fomentarlo introduciendo en los programas de abono piezas de poca o media duración, algunas de estreno, apenas ha tenido eco en sus sucesores, que se han limitado a pocas citas y casi siempre de escaso o nulo interés vanguardista. Otras plazas, por ejemplo Valencia, mantienen un interés oficial por la música actual, con la complicidad no obstante tímida del público, no solo con la celebración desde hace cuarenta y cuatro años en el caso de la capital del Turia de un festival tan emblemático como el Ensems, sino con una programación lírica y sinfónica en la que no faltan numerosas citas comprometidas con nuestro tiempo.

En uno de nuestros numerosos viajes por cuestiones personales a la ciudad levantina, hemos coincidido con la única cita que la Orquesta de Valencia tiene con este nutrido festival de música contemporánea que desde hace algunos años extiende sus tentáculos a otras capitales y municipios de la comunidad. No es el único encuentro del festival con la música sinfónica actual pero sí el único que protagoniza esta veteranísima orquesta que desde hace algunas temporadas ha tenido que desplazar su sede del Palau en el antiguo cauce del río al Auditorio de Les Arts en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, por una rehabilitación del Palacio de la Música que creemos se está ya alargando demasiado. Lamentábamos, a propósito del arranque de temporada de nuestra Sinfónica, que un año más la programación se antojara tan conservadora. La ROSS lleva años buscando nuevos públicos, lo que quizás haya ahuyentado a su público fiel, posiblemente harto de asistir una temporada tras otra a conciertos similares. Podríamos decir que la de Valencia inició su temporada con este concierto enmarcado en el Ensems, si bien realmente no comenzará hasta el 19 de octubre, cuando Alexander Liebreich dirija obras de Penderecki, Mozart, Panufnik y Stravinski. No podemos ocultar la envidia que nos da que a lo largo de la temporada los valencianos puedan escuchar a Ives, Menotti, Zemlinsky, Adams, Ligeti, Milhaud, Xenakis (de quien este año se cumple el centenario sin que de momento en Sevilla nos hayamos hecho eco de ello), Messiaen, Dutilleux o Lutoslawski, entre otros.

Precisamente estos dos últimos protagonizaron la segunda parte del concierto del pasado viernes de la Orquesta de Valencia bajo la batuta de un buen conocido nuestro, el sensacional clarinetista y director valenciano José Luis Estellés, desplazado desde Colonia donde reside y trabaja como maestro en la Universidad de Música y Danza desde el pasado año. Del mítico compositor polaco la orquesta interpretó la Música fúnebre escrita para conmemorar el décimo aniversario de la muerte de Béla Bartók, y que no disimula echar mano en algunos de sus pasajes del estilo del admirado compositor húngaro, especialmente en el uso del sistema dodecafónico. No se trata sin embargo de una música especialmente difícil para el oído, que en las cuatro partes en las que se articula explora el contrapunto en el que Bartók era un genio, el ritmo con especial énfasis en el virtuosismo de los violines y que Estellés entendió perfectamente a base de ataques precisos y contundentes hasta converger en la desesperación del apogeo y el reflexivo recogimiento del epílogo. De Dutilleux se interpretó Metáboles, un encargo de la Orquesta de Cleveland cuando la dirigía Szell, y que permite el pleno lucimiento de las secciones de la orquesta, en especial la nutrida percusión, a través de cinco breves movimientos cuyo desarrollo va describiendo el proceso natural de transformación de un cuerpo. Una especie de metamorfosis a la que los y las integrantes de la orquesta se prestaron con arrojo y disciplina hasta lograr esa fascinación que acompaña a la página.

Antes, del compositor local Miguel Ángel Berbis se estrenó Artifici, un encargo del festival que efectivamente es puro artificio que combina imagen, sonidos pregrabados y orquesta sinfónica con el fin de reflejar las influencias culturales y mediáticas que sufrimos la población contemporánea, pero que acaba resultando un pastiche sin un discurso interno coherente y múltiples caídas de tensión, pero sumamente entretenido como no podía ser menos cuando se cita a Ravel, Beethoven, Prokofiev o Dvorák y se introducen samplers de Pharrell Williams, George Michael o Simon & Garfunkel. Eso sí, la orquesta se plegó a todo este circo con seriedad y un sonido apabullante. Mucho más interesante fue la pieza que cerró la primera parte, y que contó con el extraordinario solista italiano Mario Caroli, que con flautas que recorrieron diversos registros dio forma al fascinante Per-sonare del compositor japonés Toshio Hosokawa, presente personalmente en esta edición del Ensems, y que entre otras veleidades nos permitió disfrutar de un sonido en estilo cuadrafónico, con percusión y metales distribuidos entre el escenario y los descansillos traseros del auditorio. Es así como los y las intérpretes de percusión pueden realizarse profesionalmente, la música contemporánea da mucho juego para ello. Por su parte, Colodi emuló a la perfección los peculiares sonidos orientales que jalonan la pieza, mientras el resto de la orquesta acompañó con vibrante energía y sentido de la solemnidad allí donde correspondía.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 23 de septiembre de 2022

SOLEMNE ARRANQUE DE TEMPORADA DE LA ROSS

1er concierto del ciclo Gran Sinfónico de la Temporada nº 33 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Trío VibrArt: Miguel Colom, violín; Fernando Arias, violonchelo; Juan Pérez Floristán, piano. Marc Soustrot, dirección. Programa: Concierto para violín, violonchelo y orquesta en Do mayor Op. 56, de Beethoven; Sinfonía nº 1 “Titán” en Re mayor, de Mahler. Teatro de la Maestranza, jueves 22 de septiembre de 2022


Han pasado dos meses desde nuestro último encuentro con la Sinfónica de Sevilla, y sin embargo parece que fue ayer; el reencuentro no pareció realmente tal. Hace apenas unos días, el 4 de septiembre, fallecía Klaus Weise en Francia a los ochenta y seis años, y la orquesta quiso rendir su particular homenaje a quien la dirigiera a comienzos de su rodaje, justo cuando tomó el relevo de Sviatoslav Sutej, también desaparecido. Pero lo hizo sin algarabía, con una mera dedicatoria en el programa de mano a quien tanta huella dejara en la formación y en la afición, que descubrimos con él a un Wagner suntuoso en el Tannhäuser de Werner Herzog, y añadimos más admiración si cabe a Strauss con su particular visión del poema sinfónico Así habló Zarathustra. A él se dedicó este primer programa que se prometía desde los medios una fiesta a cargo del Trío VibrArt y una partitura, la de Beethoven, que siempre se ha tildado de ligera e intranscendente, desdeñando sus relevantes valores y su fascinante viaje al pasado en plena simbiosis con el presente del autor, y hasta con el devenir de la música tras él.

Compenetración sin relieve

No fue sin embargo precisamente una fiesta la forma de entender de los jóvenes intérpretes el Triple Concierto. La suya fue más bien una visión nostálgica, incluso melancólica, falta de empuje y sin los ataques precisos y contumaces que la pieza reclama. Este concierto grosso algo desubicado en pleno Romanticismo no resultó suficientemente convincente, faltó relieve y faltó sobre todo energía. El nuevo piano del Maestranza y la ROSS, un Yamaha de ultimísima generación fruto de una larga investigación, sonó eso sí brillante y transparente en manos de un rutilante e ilusionado Juan Pérez Floristán, que inauguró así su temporada como artista residente de la orquesta. Pero eso no fue suficiente para que destacara como tantas otras veces ha hecho; tampoco lo hicieron sus compañeros, a menudo perdidos entre la maraña orquestal, con Arias ofreciendo poco volumen y cuerpo en su violonchelo, exquisitamente fraseado por otro lado, pero al que incluso se le escaparon algunos acordes desafinados. Por su parte, Colom exhibió un sonido aterciopelado pero puntualmente distorsionado por inoportunos acordes estridentes. Sorprende porque son jóvenes que nos han colmado de orgullo y han alcanzado los retos más inimaginables para personas de su edad en su campo profesional. Y lo peor es que ni ellos ni la orquesta alcanzaron a plasmar la grandeza y la extrema desenvoltura de la pieza ni su contagioso optimismo, ni siquiera en su brillante polonesa final, resuelta sin chispa ni gracia. Más resplandecieron en el breve y melancólico largo central, que Arias defendió con mucho lirismo, y en la propina, una pieza de Chaikovski adaptada para la ocasión.


Un Mahler espléndido y alternativo

Soustrot acudió a su cita con la orquesta de la que es director titular ataviado con una gorra que protegía una leve intervención quirúrgica sufrida en la cabeza, lo que no le impidió, ahora sí libre de las ataduras del acompañamiento, ofrecer una Titán suntuosa y absolutamente diversa y espectacular. La pieza ha subido al escenario del Maestranza, y otros de la ciudad, en demasiadas ocasiones en los últimos veinte años, por lo que se agradece una visión nueva y diferente como la que ofreció Soustrot al mando de una Sinfónica en plena forma y aumentada para la ocasión. Tras los consabidos rumores de la naturaleza con los que arranca la partitura, algunos defendidos por las trompetas fuera del escenario, surgió un primer movimiento de espíritu sosegado y cantarín, al que Soustrot añadió además una buena dosis de sensualidad, como acariciando cada acorde y captando nuestra atención de forma total y absoluta ya hasta el final. Solo así fuimos capaces de observar tantos detalles y matices que quizás, por nuestro desdén hacia la partitura, antes no habíamos apreciado. Especialmente brillantes resultaron el trío, delicadísimo y sensual, del segundo movimiento en forma de ländler, y un tercer movimiento en el que sacrificó lo grotesco y brutal, y de ese modo la intención de Mahler, para ofrecer una lectura más elegante y sofisticada que no desaparecería en el brillantísimo y triunfante final coronado con las trompas en pie. Entre los muchos aciertos del acercamiento del maestro a la obra, destacó su claridad tímbrica y la trasparencia de matices, y entre lo menos convincente, el sonido excesivamente metálico del conjunto. La temporada, una vez más demasiado conservadora, está inaugurada.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 21 de septiembre de 2022

OLGA Esfuerzo y determinación

Suiza-Francia 2021 86 min.
Dirección
Elie Grappe Guion Raphaëlle Valbrune-Desplechin y Elie Grappe Fotografía Lucie Baudinaud Música Pierre Desprats Intérpretes Anastasia Budiashkina, Sabrina Rubtsova, Caterina Barloggio, Théa Brogli, Jérôme Martin, Tanya Mikhina Estreno en el Festival de Cannes 9 julio 2021; en España 16 septiembre 2022

Sobrecoge pensar lo ajeno que podría estar el equipo técnico y artístico de esta película a la tragedia humana que sobrevendría en Ucrania solo unos meses después de terminar de rodarla, a juzgar por el luminoso y sin mascarillas 2020 con el que termina la odisea de su joven protagonista. Se trata de una joven y prometedora gimnasta ucraniana que observa desde el exilio el polvorín en que se ha convertido Kiev como consecuencia de la revolución denominada Euromaidán, por la que una gran parte de la población se sublevó contra el presidente Yanukóvich, partidario de interrumpir las negociaciones con la Unión Europea, y por consiguiente esbirro de la Rusia de Putin.

Un precedente inmediato de la guerra que ahora asola el país y que al joven debutante director francés Elie Grappe le sirve para radiografiar las terribles consecuencias del exilio incluso desde el punto de vista de alguien tan entregada a su causa, ganar unos europeos y más adelante unas olimpiadas, que podría parecer ajena a una tragedia de tal calibre. De hecho la situación le obliga a defender la bandera de otro país, al que solo se siente ligada por vínculos parentales algo escurridizos, y sin embargo los acontecimientos en Ucrania irán haciéndole mella. La lucha y la determinación por la libertad y la justicia discurre paralelamente a la propia determinación de la joven por alcanzar su meta, con todos los obstáculos, caídas y dolor que ello conlleva.

Grappe maneja con pericia todos sus elementos, aunque cae ocasionalmente en pérdidas de interés, quizás por una estructura circular que le hace repetirse más de lo conveniente y a pesar de su corta duración. Las jóvenes gimnastas escogidas para incorporar los principales papeles cumplen con naturalidad y solvencia, mientras la cámara y el montaje se adhieren a la costumbre de rodar este tipo de cine eminentemente social con técnicas algo rudimentarias. Mención aparte merecen las secuencias deportivas, en su mayoría muy bien rodadas. Fue galardonada en festivales como Cannes, Bruselas y Gijón, así como con los principales galardones del cine suizo del año pasado.

EL ACUSADO La cuestión del consentimiento

Título original: Les choses humaines
Francia 2021 138 min.
Dirección
Yvan Attal Guion Yvan Attal y Yaël Langmann, según la novela de Karine Tuil Fotografía Rémy Chevrin Música Matthieu Lamboley Intérpretes Ben Attal, Suzanne Jouannet, Charlotte Gainsbourg, Pierre Arditi, Matthieu Kassovitz, Benjamin Lavernhe, Audrey Dana, Camille Razat. Judith Chemla Estreno en el Festival de Venecia 9 septiembre 2021; en Francia 1 diciembre 2021; en España 9 septiembre 2022

Más incluso que su título original, Las cuestiones humanas, resulta acertado el del clásico americano Nature Boy, canción que con diferentes variaciones suena a lo largo del film y que viene a significar Chico natural pero en su acepción de primitivo. Porque de eso trata este intenso e interesantísimo film, de erradicar ese hombre institucionalizado y naturalizado que sigue heredando los defectos del pasado y que le hace pasearse por la vida con la prepotencia y la chulería que le hace sentirse muy por encima de sus congéneres femeninos. Están ahí y ni siquiera lo saben, creen que todo lo que han leído y visto sobre el tema les ha hecho reflexionar y sentirse hombres modernos y respetuosos, pero no pueden evitar echar una y otra vez mano de una herencia podrida y envenenada.

Se trata sin duda la película más intensa y elaborada del director de Una razón brillante, y para darle ese toque familiar que la cita requiere, ha contado con su propia esposa, Charlotte Gainsbourg, y su hijo, Ben Attal, para incorporar a la madre del acusado del título español, que no lo es sino de una violación. Los protagonistas son gente de clase alta y mediática, la madre una activista del feminismo a su modo y el padre, Pierre Arditi, un periodista televisivo extremadamente popular a punto de recibir una distinción máxima cuando acontecen los hechos que desatan el drama. Una tragedia moderna que afecta a víctima y verdugo por falta de un sistema educativo suficientemente eficaz y una política de clases más equitativa y justa. Attal adapta la novela en la que se basa con suma pulcritud y precisión quirúrgica para acabar entregándonos una suerte de tesis doctoral sobre la materia en la que no queda ningún resorte ni cuestión relacionada con el tema por tratar de la forma más didáctica posible.

En el horizonte se encuentra la arriesgada y atrevida misión de identificar dónde se encuentra la delgada línea que define lo que es consentimiento y lo que no es, y sobre todo cuáles son las motivaciones para decidirlo. El conjunto funciona así como suntuoso y absorbente melodrama judicial, atractivo por su puesta en escena y su solvente reparto, todos cabeceras de un cartel que nos recuerda al de otra película de juicio trascendente, aunque a un nivel político y militar de mayor enjundia, El juicio de Nuremberg, aquí traducida como Vencedores y vencidos, quizás porque al fin y al cabo estamos ante un ejemplo claro de cine clásico.

martes, 20 de septiembre de 2022

CIORATA, DMITRIENCO Y LA PEQUEÑA ORQUESTA

Concierto inaugural de la temporada 2022/23 de Juventudes Musicales de Sevilla. Lucian Ciorata, contrabajo solista. Tótem Ensemble: Vladimir Dmitrienco y Luis Miguel Díaz Márquez, violines. Jerome Ireland, viola. Nonna Natvlishvili, violonchelo. Francisco Lobo, contrabajo. Programa: Concierto para violín nº 5 en La mayor K219, de Mozart (arr. Carl Hinde); Las cuatro estaciones, de Vivaldi (arr. Tótem Ensemble). Teatro Cajasol, lunes 19 de septiembre de 2022


Con el permiso de la Bienal, la gran música va poco a poco volviendo a nuestros escenarios, y Juventudes Musicales se ha apuntado este año el mérito de ser los primeros en abrir la temporada. Lo hicieron arropados por una generosa afluencia de público, mucho cariño y dedicación, el que ha llevado a sus responsables a reforzar los vínculos con otras instituciones culturales de Sevilla y cultivar esa imprescindible transversalidad que ayude a paliar los estigmas culturales padecidos con las últimas crisis. De todas las formaciones que han surgido de los atriles de nuestra Sinfónica, Tótem Ensemble es sin duda el referente absoluto. Llevan casi veinte años trabajando juntos, cuentan con una actividad fluida y constante y han abordado, y siguen haciéndolo, todo tipo de repertorios, desde los más serios y comprometidos a los más ligeros y desenfadados, incluso la música de cine. Junto a ellos, para dar aún más enjundia a este feliz acompañamiento, compareció el también compañero de la ROSS Lucian Ciorata, un maestro del contrabajo que ha crecido en los atriles de la orquesta desde su nacimiento, y que hoy hace crecer a nuevas generaciones con sus clases magistrales.

Ninguna de las dos partituras convocadas para la ocasión están pensadas para esta particular formación, por lo que hubo que echar mano de los consabidos arreglos, tan ingeniosos y adecuados como la atinada interpretación del conjunto, lo que provocó que apenas echáramos de menos las versiones originales y disfrutásemos con las variantes que proporcionan estas brillantes adaptaciones. El contrabajo de Ciorata sustituyó al violín solista del Concierto nº 5 de Mozart, mientras la cuerda tuvo que ingeniárselas para que no echáramos en falta la participación de oboes y trompas. Como consecuencia el cambio de color fue radical, pero no afectó al placer que provocó escuchar el frondoso e intenso sonido del más grave de los instrumentos de cuerda. Aunque la pieza no invita al virtuosismo inútil ni a la ostentación, las agilidades de Ciorata fueron evidentes, a pesar de la extrema dificultad del instrumento, así como su capacidad para generar ornamentaciones y arabescos casi oníricos. Por su parte el resto asumió su cometido como un todo orgánico, con especial énfasis en las brillantes aportaciones de Dmitrienco al primer violín, como se pudo apreciar en el allegro aperto inicial, con su alegre diálogo entre orquesta y solista y un considerable lirismo y nobleza expresiva en el conjunto. Ciorata se lució especialmente en las cadenzas del sublime adagio central, que el grupo entonó con enorme dulzura y sentimiento. Las numerosas ideas melódicas que contiene el rondó final fueron sucediéndose con la complicidad de los intérpretes, hasta derivar en unas czardas de ritmo muy acentuado e imaginativos acordes col legno. En la propina Ciorata y Dmitrienco se divirtieron con un ragtime presumimos que de Scott Joplin.

Más acorde al espíritu y orquestación original, el violinista de la ROSS y su formación acometieron las celebérrimas Cuatro estaciones de Vivaldi con una versatilidad extrema y un timing perfecto, diez minutos casi exactos cada uno de los cuatro conciertos que junto a otros ocho integran Il cimento dell’armonia e dell’invenzione. Y efectivamente un combate entre rigor y creación pareció emerger de esta depurada interpretación de la obra, con un estilo tan pulido y tan en consonancia con la época que apenas echamos de menos los instrumentos originales. Los movimientos rápidos se desarrollaron con toda la agilidad y la fuerza expresiva que demandan, si bien en los lentos atisbamos ocasionalmente cierta rigidez y hasta cierto punto algo de raquitismo. Pero en general fue una interpretación rica en matices y sobresaliente a nivel expresivo, con toda la despreocupada alegría de la primavera, la abrumadora languidez del verano, el carácter pastoral del otoño y el gélido devenir del invierno, siempre deambulando entre lo luminoso y lo melancólico. Dmitrienco, en calidad de solista, demostró una vez más ser un violinista excepcional, de depurada técnica y sobrada expresividad, capaz de enfrentarse a los numerosos escollos y las vertiginosas ornamentaciones de la partitura con total entrega y naturalidad. Todos sus compañeros, Díaz y Ireland a la cuerda aguda y Natvlishvili y Lobo a la grave, con momentos de una rotundidez sobrecogedora, se acoplaron a la perfección a esta interpretación que acometieron con todo el cariño y la responsabilidad que la ocasión requería.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 19 de septiembre de 2022

PACIFICTION Intrigas políticas en un paisaje marciano

España-Francia-Portugal-Alemania 2022 165 min.
Guion y dirección
Albert Serra Fotografía Artur Tort Intérpretes Benoît Magimel, Pahoa Mahagafanau, Marc Susini, Matahi Pambrun, Alexandre Mello, Sergi López, Cécile Guilbert, Montse Triola Estreno en el Festival de Cannes 26 mayo 2022; en España 2 septiembre 2022

Confesamos que habíamos decidido dejar de ver cine de Albert Serra tras el sopor y el bochorno que nos provocaron sus anteriores trabajos bajo bandera del país vecino, La muerte de Luis XIV y Liberté. Ahora con su tercer trabajo en Francia son tantos los honores y beneplácitos recibidos por la crítica que finalmente nos hemos aventurado para comprobar si éramos capaces de descubrir algo nuevo. Y desde luego que el director catalán se afana por construir un lenguaje nuevo y diferente, pero lo hace desde la impostura y la pedantería, lejos de la genialidad que solo emerge de la naturalidad y la sinceridad. Solo así se explica que estas casi tres horas de metraje vuelvan a hacerse soporíferas, por mucho que ciertamente haya suavizado las maneras y echado mano hasta cierto punto de un mayor grado de convencionalismo, al menos en lo que a estructura narrativa se refiere.

Pero no es suficiente; la cantidad de temas interesantes que toca la cinta, desde la decadencia del colonialismo a las raíces de los pueblos sometidos, la ambición desmedida de occidente por ocupar los primeros puestos del ranking armamentístico, o los tejemanejes de la política clásica traducida en arte diplomático, se agitan para dar sin embargo lugar a un cóctel indigesto y por momentos insufrible. Benoît Magimel se empeña no obstante a fondo, con su impoluto y permanente traje blanco, para dar vida a este político representante del Estado en una isla de la Polinesia francesa, que hace su trabajo igual en los despachos y los garitos del pueblo desencantado que en la discoteca en la que de los cuerpos casi desnudos del personal hostelero y farandulero parecen surgir personajes tan ambiguos como la propia película que los acoge.

Todo destila un aspecto extremadamente marciano, no exento de cierta belleza visual en momentos muy determinados. Ciertamente las formas se han suavizado, ya se pueden imaginar cómo eran sus precedentes, pero sigue resultándonos una experiencia tan pretenciosa como pedante. Definitivamente no comulgamos con el cine del Sr. Serra ni con quienes lo admiran como supuesto genio a reivindicar. Renunciamos a ser tan visionarios.

domingo, 18 de septiembre de 2022

PINOCHO Metáfora de la diversidad

Título original: Pinocchio
USA 2022 105 min.
Dirección
Robert Zemeckis Guion Chris Weitz y Robert Zemeckis, según la novela de Carlo Collodi Fotografía Don Burgess Música Alan Silvestri Intérpretes Tom Hanks, Cynthia Erivo, Luke Evans, Giuseppe Battiston, Kyanne Lamaya, Lewin Lloyd y las voces de Benjamin Evan Ainsworth, Joseph Gordon-Levitt, Lorraine Bracco, Keegan-Michael Key y Jaquita Ta’le Estreno en Disney+ 8 septiembre 2022


Es increíble cómo hay historias que los cineastas se empeñan en contarnos una y otra vez. Del clásico de Carlo Collodi, escrito en 1883, se han realizado innumerables adaptaciones, como si cada nuevo artífice decidiera decir la última palabra al respecto. La más reciente, estrenada hace apenas un par de temporadas, la firmaba Matteo Garrone y se erige como una de las más acertadas y fieles adaptaciones del cuento del niño de madera. Y pronto se estrenará otra nueva de animación digital a cargo de Guillermo del Toro. Mientras tanto Disney sigue con su empeño taquillero de recrear sus grandes clásicos, esta vez eligiendo como responsable al popular Robert Zemeckis.

Sin embargo, el director de Regreso al futuro y Forrest Gump hace tiempo que no cuenta con el favor del público y la crítica. Cayó en desgracia en el nuevo milenio, sin que se acierte siquiera a saber por qué. Sus películas han seguido fielmente su estilo, y algunas, como la última estrenada, Las brujas de Roald Dahl, estaban por encima de lo que se apreció de ellas. Quizás su estilo se haya tornado para las nuevas generaciones algo vetusto y alguien dirá que rancio, es lo que les ocurre generalmente a los veteranos, pero sigue siendo estimulante y estéticamente perfecto. Su Pinocho no es el de Collodi, sino el que Disney reinventó hace ahora ochenta y dos años. Pero el libreto, firmado por el propio Zemeckis y Chris Weitz, autor de American Pie, Un niño grande, La brújula dorada y Rogue One, introduce novedades destinadas a actualizar, a nuestro juicio con buen tino, el mito y su referente. En el camino se nota mucho cariño en la empresa, el compromiso de sus integrantes, incluido un Tom Hanks convincente como Gepetto y el trabajo extenuante de Joseph Gordon-Levitt poniendo voz a Pepito Grillo, así como una puesta en escena tan lúgubre como luminosa según corresponda.

Destacan secuencias tan brillantes como al del parque de atracciones, con un soberbio Luke Evans como maestro de ceremonias y un alarde de gran comedia musical de elevado ingenio, siempre manteniendo un estilo que evoca al cine familiar de los sesenta más que al de la década de los cuarenta en la que se estrenó el clásico, o nuestra época, más afín a lo vertiginoso y violento. Esa secuencia incluye una ingeniosa reflexión sobre el salvajismo de la condición humana, mientras su feliz desenlace aporta una nueva visión a la trama, íntimamente relacionada con la diferencia y la aceptación de lo distinto y original, que desarrolla muy bien y con mucha sencillez el tema de las capacidades diversas.

LA VIDA PADRE Comedia sentimental y existencial

España 2022 92 min.
Dirección
Joaquín Mazón Guion Joaquín Oristrell, según una historia de Olatz Arroyo y Joaquín Mazón Fotografía Ángel Iguacel Música Vicente Ortiz Gimeno Intérpretes Karra Elejalde, Enric Auquer, Megan Montaner, Lander Otaola, Maribel Salas, Gorka Aguinagalde, Yanet Sierra Estreno 16 septiembre 2022


Hoy es habitual que la comedia se convierta en drama en su tercio final, pero a veces, como en esta, está plenamente justificado e incluso se espera a la vista del material dramático propuesto. Un material que aporta el propio director de la película, responsable de series de cierto éxito como Allí abajo o Cuerpo de élite, pero al que da forma el veterano y muy curtido en la materia Joaquín Oristrell. Lástima que la mayoría de sus inspirados chistes hayan quedado ya machacados en la insistente promoción que ha recibido la película en cines y televisión, aunque el resto no desmerece y hace de su visionado una agradable experiencia.

Gran parte del mérito se lo debemos a sus protagonistas, un Enric Auquer en un registro en las antípodas del papel que le dio fama y Goya en A quien hierro mata, pero que defiende a la perfección. Pero sobre todo a Karra Elejalde, que se toma tan en serio su papel extremadamente cómico que lo borda, haciendo una fiesta de cada una de sus jocosas líneas. Por su parte, Mazón dirige con buen tino y cierta elegancia, no exenta de algún momento burdo pero en general bastante comedido en su definición de ambientes y personajes sofisticados. Estamos ante fogones, cocina de autor frente a la tradicional, un tema que sigue muy de moda a costa de programas tan repugnantes como Masterchef, donde más que aprender a cocinar se aprende a ser maleducado y grosero con el compañero o compañera y a crear mal rollo entre concursantes y monitores. Y lo hacemos en una de las cunas de la alta cocina española, Bilbao, frente a esos catalanes a costa de los cuales el guion depara algunos de sus mejores chistes. Los esmerados efectos visuales nos permiten comparar no solo a Elejalde y su esposa en la ficción ahora y con treinta años menos, sino a la propia ciudad ennegrecida y contaminada entonces, luminosa y monumental ahora.

Pero en todo este conjunto de desenfado, confusión y diversión, subyace una interesante propuesta existencial sobre si realmente estamos obligados a vivir según las pautas que otros, los poderes fácticos, han diseñado para nosotros y nosotras y que no hacen sino fortalecer sus posibilidades de control. Quizás no haga falta acabar amnésicos o supuestamente tarados para darnos cuenta de que otras formas de vida son posibles, y si no que se lo digan al personaje de Auquer, que sin accidente como el de su padre en la ficción, tampoco ha seguido las pautas convencionales. Que ¿nos la estamos tomando muy en serio? Puede ser, quizás más que sus propios artífices, pero a veces las reflexiones emergen sin que ni siquiera su autor lo prevea.

LA CASA ENTRE LOS CACTUS Una buena historia mal desarrollada

España 2022 88 min.
Dirección
Carlota González-Adrio Guion Paul Pen, según su propia novela Fotografía Kiko de la Rica Música Zeltia Montes Intérpretes Ariadna Gil, Daniel Grao, Ricardo Gómez, Zoe Arnao, Aina Picarolo, Anna Ruis Solera, Carla Ruiz Solera, Judith Fernández, Marga Arnau Estreno 16 septiembre 2022

Hay una buena historia en este debut en el largometraje de la directora catalana Carlota González-Adrio, pero aunque su guion lo firma el propio autor de la novela en que se basa, decepciona su desarrollo. Agradecemos las películas con una duración standard de hora y media, tantas veces traicionada por ambición y para no dar más que vueltas sobre lo mismo. Pero aquí precisamente el metraje se pierde entre mohines e imposturas que aportan poco a una trama cuya consistencia exige más convicción, más datos y más información, por no decir la cantidad de detalles que escapan a la lógica.

Es una pena porque, repetimos, hay una buena historia dentro, que se va desgranando partiendo de situaciones tópicas y mil veces vistas para ir desembocando en una trama más compleja y atrevida, representando así a la perfección aquello de que nada es lo que parece. Sin embargo se acumula impostura, sobre todo en un primer tercio en el que las relaciones familiares se presentan poco naturales, y la ambientación en los setenta y en pleno corazón de Gran Canaria no hacen sino redundar en ese toque a lo vírgenes suicidas que parece querer darse al conjunto. Ese desarrollo decepcionante e insuficiente hace que la inquietud decaiga por momentos, que hayan continuas caídas de tensión y que, finalmente, la empresa naufrague por una considerable falta de cohesión entre todas sus evidentes artimañas.

Es el problema de ser pretenciosos, y González-Adrio lo demuestra con su caligrafía pausada y presuntamente de qualité, rodeándose además de importantes valores como Kiko de la Rica en su esmerada fotografía o Zeltia Montes en su esta vez más discreta aunque casi omnipresente partitura. En el apartado de las interpretaciones, Ariadna Gil resulta poco creíble, algo más se lo trabaja Daniel Grau y poco se deja a Ricardo Gómez para lucirse, mientras las niñas se limitan a resultar monas y dulces.

sábado, 17 de septiembre de 2022

KORÉ, UN CUARTETO MUY ARROPADO

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Cuarteto Koré: Clara Isabel Gris Sánchez y Àngels Spiell Chaler, violines; Ángela Calero Jiménez, viola; Julia Elena Núñez Lozano, violonchelo. Programa: Cuarteto de cuerdas en Mi bemol mayor, de Fanny Mendelssohn; Cuarteto para cuerda nº 14 en re menor D. 810 “La muerte y al doncella”, de Franz Schubert. Viernes 16 de septiembre de 2022

Foto: Actidea

Cada vez son más los conjuntos comprometidos con la música compuesta por mujeres cuando eso se consideraba una osadía y se castigaba con la postergación y el anonimato. Muchos de estos conjuntos están integrados exclusivamente por ellas, que reivindican así no solo la enorme cantidad de partituras que emergieron del talento femenino, muchas de ellas de una calidad incontestable, sino también su propio papel en una sociedad endeble y marginal en la que siempre peligran los progresos arduamente alcanzados a nivel social e igualitario. Las jóvenes integrantes del Cuarteto Koré, que debe su nombre al mito griego de Proserpina, cuyo célebre rapto tan bien retrató Bernini en su famosa escultura, evidencian ese compromiso con su género pero sin limitarse a él, abriéndose a otros campos más o menos relacionados con su reivindicación que amplían el abanico de sus posibilidades.

Bajo el techo de la Fundación Barenboim-Saïd han emergido grandes talentos de la interpretación, aumentando y mejorando junto a otros proyectos e instituciones la presencia de jóvenes de nuestra tierra a lo largo y ancho del planeta. Las dos cordobesas, Clara Isabel Gris y Ángela Calero y la sevillana Julia Elena Núñez, junto a la castellonense Àngels Spiell, podrían engrosar esa privilegiada lista si con el paso del tiempo logran madurar su expresividad y pulir los desajustes técnicos que evidenciaron en este concierto con el que las Noches del Alcázar prácticamente puso final a su actual temporada. Con una gran expectación traducida en lleno absoluto y la presencia de un amplio sector cultural arropando su encuentro con el despistado público del Alcázar (rara es la vez, ayer por ejemplo con Ruibérriz y Lucio-Villegas, que se respetan los silencios entre movimientos sin romper a aplaudir de manera harto impertinente), el concierto tuvo más que ver con un evento cultural y social que con un sencillo y a menudo disciplinado bolo veraniego. Lástima que los resultados artísticos no acompañaran en toda su plenitud.

El Cuarteto de Fanny Mendelssohn empezó desangelado, flácido y con una cuerda aguda incurriendo en numerosos roces y molestas vibraciones. Este trabajo rapsódico basado en una anterior sonata inacabada de la compositora, no encontró en las intérpretes el carácter sombrío en la línea de Beethoven que le caracteriza. Por el contrario se centraron más en su belleza dionisiaca, con parada en un Romanze que se erige como piedra angular de la pieza, pero del que no acertaron a plasmar su aire inquieto y elusivo. Mejor resultó el allegro final, vivaz y elocuente pero sin transmitir ese carácter sombrío que la página no abandona en ningún momento y que al hermano de la autora le animó para tildarla de indisciplinada y poco convencional. Sí se mostró por el contrario unas articulaciones bien definidas, un diálogo fluido y una fuerte compenetración, naturalmente primordial para cualquier trabajo en equipo.

Un cuarteo trágico

El famoso cuarteto La muerte y la doncella supone la base sobre la que se edifica el trabajo de estas intérpretes. Schubert lo compuso inspirándose precisamente en el mito de Proserpina, también conocida como Koré, si bien con la intención más profunda y comprometida de aplicarla a su propio devenir futuro y su inminente desaparición, lo que da al trabajo un carácter eminentemente trágico y desesperado. Tal es así que la pieza inspiró a su vez el guion de Ariel Dorfman para la película de Roman Polanski del mismo título, así como una de las películas más celebradas de Woody Allen, Delitos y faltas, para ilustrar el dramático personaje que interpretaba Anjelica Huston y que da buena pista de la trágica propuesta de Schubert.

Una buena interpretación de la pieza, y las Koré la han convertido en su caballo de batalla, merece desentrañar todo el drama que la inspira, cómo su autor miraba frente a frente a una muerte que reconocía inminente. Pero aunque a nivel técnico la cosa mejoró ostensiblemente, y sus texturas se ciñeron mejor a la calidad de la pieza, las cuatro intérpretes pasaron de puntillas por ese drama existencial que inspira la obra, sin acertar a plasmar todos los estados de ánimo que subyacen en su compleja construcción. Sí transmitieron impulso febril y una enorme capacidad de resistencia ante una partitura que se considera extenuante y extremadamente visceral. Pero hubo caídas de tensión y continuas inseguridades al apianar, más certeza en los pasajes agitados y algún acierto en serenidad y meditación en las variaciones sobre el lied Der Tod un das Mädchen que integran su célebre andante con moto. Salvajes acentos y escalas fulgurantes asomaron en el scherzo, mientras el presto final, una endemoniada tarantela, se resolvió con fogosidad y una energía inquieta que hace suponer que con más trabajo y disciplina el Cuarteto Koré alcanzará algún día el tono justo para abordar esta y otras páginas importantes del repertorio con un mayor nivel de excelencia y más capacidad para decir cosas nuevas.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 16 de septiembre de 2022

LA ENCANTADORA CITA DE RUIBÉRRIZ Y LUCIO-VILLEGAS

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Rafael Ruibérriz de Torres, flauta travesera. Cristina Lucio-Villegas, piano. Programa: Sonata para flauta y piano Op. 64, de Charles-Wilfrid de Bériot; Sonata en La mayor para violín y piano en arreglo para flauta y piano, de César Franck. Jueves 15 de septiembre de 2022

Foto: Actidea

Las Noches del Alcázar afrontan sus últimas veladas rodeadas de propuestas decibélicas desde la Plaza de España y la Maestranza, sin que eso llegue a enturbiar el recogimiento que marcan conciertos tan estimulantes como el que se espera esta noche de la mano de las cuatro jóvenes integrantes del Cuarteto Koré, y el que protagonizaron anoche el excelente flautista Rafael Ruibérriz de Torres, un habitual de estas citas veraniegas, y la pianista Cristina Lucio-Villegas, mucho menos pródiga en los escenarios locales de lo que desearíamos pero igualmente estupenda en técnica y criterio interpretativo.

Vámonos a la Belle Époque parisina, anunciaba Ruibérriz antes de su alocución a propósito de la obra de Charles-Wilfrid de Bériot, nieto del sevillano Manuel García, hijo de María Malibrán y el también músico Charles Auguste de Bériot, y sobrino de Pauline Viardot, quien lo crio ante la repentina muerte de la famosa soprano cuando nuestro protagonista solo tenía tres años. Su obra, en contraposición a la excelsa partitura de Franck que ocupó la segunda parte y dio pretexto a esta cita conmemorativa del bicentenario del autor, debía reflejar la antigua escuela, una forma de componer para conjunto reducido más cerca del ya por aquel entonces vetusto romanticismo y más proclive a ser interpretada en espacios domésticos que en grandes salas de concierto. De esta manera, la de Franck debía representar la ruptura revolucionaria que la convertiría en obra maestra absoluta y una nueva ventana al futuro en la música gala. Sin embargo la gracia y el encanto de esta Sonata para flauta de Bériot, quizás por el desparpajo con que la abordó Ruibérriz, hizo que nos sonara fresca y moderna, puede incluso que más cercana a esa forma de hacer música ligera en el país vecino, tan popular sobre todo durante el pasado siglo. La pieza atesora preciosas melodías y vertiginosas habilidades que los intérpretes supieron resolver sin ningún tipo de dificultad aparente, lo que les llevó a transmitir toda la fuerza de su allegro inicial, la dulzura del adagio central, no exento de contrastes bien definidos y perfectamente articulados, y la contagiosa jovialidad del allegretto final. Aunque en un principio pudiera parecer que les costó sintonizar y parecía que cada uno y una iban por su lado, rápidamente salvaron el escollo y lucieron un diálogo fluido y perfectamente entonado.

La Sonata de Franck se programa tan a menudo que sus melodías suenan familiares incluso a oídos poco curtidos, y en versión para flauta sorprendió por su carácter más amable y menos trágico. Ruibérriz la afrontó desde el cariño, mientras Lucio-Villegas asumió el elemento armónico con total desenfado y responsabilidad. Así se potenció el carácter acunador del allegro ben moderato inicial, con la flauta sonando ligera y cantarina y el piano potenciando su ritmo incansable. Más apasionado y con ciertos ribetes trágicos resultó el allegro que le sigue, con largos trinos a cargo de la flauta, siempre potente y magníficamente entonada, y figuraciones nerviosas en el piano, creando un clima impetuoso y anhelante que desemboca en el recitativo fantasía posterior con un diálogo de intenso y emotivo lirismo, y más tarde en la brillante coda con la que Franck puso fin a esta extraordinaria y bellísima página.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 12 de septiembre de 2022

Estreno en salas de IL BUCO

Reseña de la película, estrenada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2021
Estreno en salas 9 septiembre 2022

JAULA La película que el género necesitaba

España 2022 106 min.
Dirección
Ignacio Tatay Guion Isabel Peña e Ignacio Tatay Fotografía Oriol Barcelona Música Snorri Hallgrimsson Intérpretes Elena Anaya, Pablo Molinero, Eva Tennear, Carlos Santos, Eva Llorach, Eloy Azorín, Esther Acebo Estreno 9 septiembre 2022

Para su brillante debut en la dirección, el joven Ignacio Tatay ha contado con dos solventes cineastas como padrino y madrina respectivamente. Por un lago Álex de la Iglesia, que produce la película, y por otro Isabel Peña, habitual colaboradora de Rodrigo Sorogoyen, que imprime a su guion esa atmósfera malsana y tan relacionada con la terrible actualidad que desprenden las películas del director de Que Dios nos perdone. Pero Tatay quizás haya ido un poco más lejos, y sin renunciar a constantes del imaginario clásico del cine de terror, nos sumerja en una pesadilla con ribetes tan realistas como alarmantes.

Todo parte de un suceso que entronca directamente con uno de los horrores contemporáneos más nauseabundos, con niña de la curva como detonadora de la subyugante y sofocante trama. A partir de ahí es el minucioso trabajo de creación de atmósferas al que se prestan el director de fotografía, los responsables escenógrafos, la inquietante música y, sobre todo, el sensacional trabajo de Elena Anaya, lo que provoca que este film se digiera con tanta intriga como sumo interés.

Podríamos reprocharle algún descuido y exceso de convencionalismo en la investigación que a partir de los terribles sucesos que narra lleva a cabo la madre coraje a la que da vida Anaya, si bien sospechamos que un segundo visionado podría revelarnos algún detalle que descarte tal reproche. Lo cierto es que la cinta funciona a todos los niveles, generando un misterio y una intriga que cooperan sobre manera al psicoanálisis que en última instancia desarrolla sobre una de las grandes tragedias contemporáneas, con monstruos tan tangibles como los escenarios donde pertrechan sus perversiones.

MI VACÍO Y YO Un testimonio valiente, necesario y natural

España 2022 98 min.
Dirección
Adrián Silvestre Guion Carlos Marqués-Marcet, Raphaëlle Pérez y Adrián Silvestre Fotografía Laura Herrero Garvín Intérpretes Raphaëlle Pérez, Alberto Díaz, Carles Fernández Giua, Carmen Moreno, Marc Ribera, Isabel Rocatti, Joan Sentís Estreno en el Festival de Rotterdam 16 enero 2022; en el Festival de Málaga 23 marzo 2022; en salas (muy limitado, no en Sevilla) 9 septiembre 2022

Cosechar premios no parece en absoluto garantía de éxito, ni siquiera de estreno. Cada vez más vemos películas que se alzan con premios estimables en certámenes dentro y fuera de nuestro país y que ni siquiera se estrenan en las plazas que las condecoraron. El director valenciano Adrián Silvestre sabe bastante de eso, habiéndose siempre movido entre el documental y la ficción, y logrando con su trabajo anterior al que nos ocupa, Sedimentos, convencer a un amplio sector de la crítica y la industria a través de una historia en la que la homosexualidad femenina y la transexualidad tienen un papel predominante. Por los mismos derroteros deambula ahora este excepcional documento que combina con tanta habilidad como naturalidad el estilo documental con la ficción más convencional, para lo que ha contado con la colaboración en el guion del director Carlos Maqués-Marcet (10.000 kilómetros, Los días que vendrán). De hecho las protagonistas reales de lo que cuenta se mezclan con actores y actrices.

Silvestre nos acerca a la historia de Raphaëlle, una chica atrapada en el cuerpo de un chico que nos cuenta su historia en primera persona, con total valentía y desparpajo, tejiendo un proceso de aceptación, descubrimiento, análisis y particular via crucis que le hará enfrentarse a una serie de decisiones que habrán de marcar su devenir futuro. Pero lo que hace extraordinario este film de testimonios es su escrupulosa y atenta narrativa, encaminada a demostrar a través de sinsabores y decepciones que no existe diferencia alguna entre personas tradicionalmente consideradas diferentes y las denominadas normativas. Que todos y todas pasamos nuestros particulares malos momentos y sinsabores, desprecios y malentendidos que nos ayudan a madurar, a reflexionar y tomar decisiones más acertadas de cara a la supervivencia en la que al fin y al cabo consiste nuestro ciclo vital.

De origen hispano francés, Raphaëlle Pérez transita por consultas médicas, sometiéndose a los test más peregrinos, relaciones esporádicas, centros de militancia, sesiones de zumba y experiencias teatrales que le irán abriendo la mente y ayudando a enfrentarse a esa inexplicable sinrazón en que en última instancia consiste la vida. Y todo eso nos lo cuentan ella y Silvestre con una naturalidad y una gracia absolutas, invitándonos a reflexionar, estimulándonos y empujándonos a sumergirnos en realidades que al final no resultan tan ajenas. Entre los premios obtenidos destaca la Biznaga de Plata concedida por el jurado del último Festival de Málaga, aunque su mejor premio sería programarse en centros educativos, que es a fin de cuentas la mejor llave para prosperar y crear entre todos y todas un mundo mejor y más habitable.

VIAJE AL PARAÍSO Roberts y Clooney se divierten

Título original: Ticket to Paradise
USA 2022 104 min.
Dirección
Ol Parker Guion Ol Parker y Daniel Pipski Fotografía Ole Bratt Birkeland Intérpretes George Clooney, Julia Roberts, Kaitlin Dever, Maxime Bouttier, Billie Lourd, Lucas Bravo, Inaya Servais, Ida Pandita Putu Wirata, Eduard Alexander Valoni Estreno en España 9 septiembre 2022; en Estados Unidos 21 octubre 2022

Instalado en el cine romántico desde que escribiera el guion de El exótico Hotel Marigold y dirigiera películas como Ahora y siempre o el musical Mamma Mia: Una y otra vez, el director británico Ol Parker pone ahora el piloto automático para dirigir una comedia que pretende recuperar el siempre añorado estilo del Hollywood dorado. Parte de ese proceso de recuperación es contar con una pareja solvente. George Clooney, uno de los productores de la cinta, no ha tenido ningún reparo en colocarse el primero del reparto por encima de Julia Roberts, que luce una espléndida madurez.

Todo se adivina desde el minuto cero, por muy mal que se lleve la pareja protagonista, reflejado en unos diálogos no siempre tan afilados y punzantes como se pretende. El entretenimiento está asegurado, también algunos gags divertidos, claro que eso no es difícil cuando el supuesto mal rollo es tan ingenuo, las localizaciones (en Australia y no Bali como sugiere el guion) son preciosas y todo el reparto rezuma encanto e indiscutible atractivo.

Es como meter ingredientes bellos y amables en una batidora y que lo que salga sea un agradable cóctel sin más pretensión que endulzar el paladar. No cabe duda de que da lo que promete, y ahí radica su honestidad, por muy falso e impostado que parezca todo.

domingo, 4 de septiembre de 2022

LAURA MOTA CAMINANDO HACIA LA MADUREZ

XXIII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Laura Mota, piano. Programa: Sonata-Fantasía nº 2 en sol sostenido menor Op. 19, Preludio y Nocturno para la mano izquierda Op. 9, Estudio en do sostenido menor Op. 2 nº 1, Estudio en re sostenido menor “Patético” Op. 8 nº 12 y Fantasía en si menor Op. 28, de Scriabin; Elegía en Mi bemol mayor de Morceaux de fantaisie Op. 3 nº 1, Etude-Tableaux en re menor Op 33 nº 4, Preludios Op. 23 nº 4 en Re mayor y nº 5 en sol menor, de Rachmaninov. Sábado 3 de septiembre de 2022

Foto: Actidea

Las Noches del Alcázar encaran sus últimas jornadas con una inusual y agradable bajada de temperatura para estas fechas, lo que se hizo notar considerablemente en el debut sevillano de la prometedora pianista asturiana Laura Mota, con apenas diecinueve años y todo un futuro por delante. Para ello adaptó su programa a una de las efemérides elegidas este año por la organización del evento para completar sus habituales ciclos, el ciento cincuenta aniversario de Alexander Scriabin, confrontando su arte pianístico al de su contemporáneo Sergei Rachmaninov, quien estudió en profundidad las partituras de su paisano para adaptar a su particular estilo sus múltiples progresos, si bien manteniendo en todo momento una personalidad propia, matiz que es imprescindible captar para hacer justicia plena al trabajo de cada uno de los dos compositores convocados. Es ahí donde quizás echamos más en falta un trabajo de mayor envergadura en la a todas luces magnífica técnica y solvente expresividad de la pianista, que miró tanto a los precedentes de los dos compositores, Debussy y sobre todo Chopin, que desdibujó en cierto modo la distinción entrambos.

Tan tímida como discreta, Mota obvió esos preceptivos comentarios a las obras que habitualmente se recomienda hacer a los artistas convocados, lo que acortó en buena medida la duración del concierto, dejando margen holgado para la consabida propina, tampoco presentada y que evidentemente pertenecía al catálogo del compositor homenajeado. Resulta paradójico que tratándose de un artista de la miniatura, la joven pianista se decantara por piezas de mayor envergadura y duración, siempre dentro de los límites constreñidos por los que optó el autor. Así, la Sonata-Fantasía Gloriosa nº 2 con la que arrancó la exhibición, tiene una duración aproximada de doce minutos, por los que Mota se desplazó entre la elegancia y el refinamiento, resolviendo con claridad sus complejas texturas aunque obviando ese toque navegante que parece sugerir la partitura en sus múltiples crescendos y decrescendos, mirando más al romanticismo chopiniano que al toque impresionista que también la informa. Muy exigente para su interpretación, Mota supo combinar la calma del andante con la agitación del presto, donde ofreció unas muy contrastadas dinámicas y una depurada técnica.

Foto de archivo
Tras este notable preámbulo, la joven prosiguió con el bloque dedicado a Rachmaninov, con la Elegía que da inicio al Morceaux de fantaisie Op. 3 recitada con delicadeza y moderación, pero algo falto de aliento poético y una mayor profundidad e intensidad armónica, a la que siguió siempre desde el dominio técnico casi absoluto con un Estudio Op. 33 nº 4 bien definido y con un más que correcto desarrollo, en su punto exacto de sentimiento y estado de ánimo, que derivó en unos preludios Op. 23 entre el lirismo meditado del nº 4 y la bravura del 5, resuelto con enorme sentido del equilibrio y la contención dramática. Una de las páginas más sorprendentes de la velada fue el Preludio y Nocturno para la mano izquierda que Scriabin concibió para aliviar sus problemas con el brazo derecho derivados de su ferviente y arduo trabajo con la enrevesada obra de su adorado Liszt cuando era aún adolescente. Prodigio de contención, legato y equilibrio expresivo, Mota resolvió la pieza con sorprendente madurez y claridad expositiva, lo que también se denotó en el Estudio Op. 2 nº 1, emotivo y sentimental, y el agónico y extremadamente ágil aunque algo corto de aliento poético Estudio Op. 8 nº 12, hasta finalizar con la Fantasía Op. 28, cuya complicada técnica resolvió mejor que su obsesivo y dramático desarrollo expresivo. El tiempo sin duda irá depurando estas mínimas carencias que una vez superadas harán de ella una artista formidable.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 3 de septiembre de 2022

BUENA SUERTE, LEO GRANDE Trabajo sexual o servicio social

Título original: Good Luck to You, Leo Grande
Reino Unido 2022 97 min.
Dirección
Sophie Hyde Guion Katy Brand Fotografía Bryan Mason Música Stephen Rennicks Intérpretes Emma Thompson, Daryl McCormack, Isabella Laughland Estreno en el Festival de Sundance 22 enero 2022; en Reino Unido 17 junio 2022; en España (no en Sevilla) y en internet 2 septiembre 2022


Una profesora de religión jubilada decide averiguar
qué se siente cuando se tiene un orgasmo, pues a lo largo de su dilatada vida matrimonial no lo ha experimentado. Para ello contrata los servicios de un gigoló en una lujosa habitación de hotel, único escenario donde se sucederán tres de las cuatro citas de la improbable pareja romántica que se irá formando tras largos y aburridos debates generacionales y morales en torno a una cama y un sofá sin apenas acción erótica.

Esto y nada más es lo que nos depara la tercera película dirigida por la australiana Sophie Hyde, y primera realizada en el Reino Unido. La madurez, el erotismo, el deseo y la carnalidad, y sobre todo el trabajo sexual como posible servicio social, se convierten en temas de conversación en los que la película pretende profundizar pero solo consigue aburrir. Habrá quien se quite el sombrero con la siempre querida y respetada Emma Thompson, pero su interpretación resulta tan forzada y carente de naturalidad como la de su compañero y adversario de reparto, el joven y prometedor aunque solo sea por su apolínea presencia, Daryl McCormack. De hecho el único gesto de la actriz digno de alabanza ocupa los segundos finales, por su valentía y atrevimiento.

A estas alturas la mayoría de cuestiones que plantea la película, sean desde el punto de vista práctico o moral, carecen de relevancia y solo podrían parecer adecuadas para posibles mujeres aterradas ante la carencia de deseo y lujuria. Es bastante improbable que con los recursos, la información y la capacidad con que contamos ahora estas confesiones a las que somete el guion a sus pobres personajes mantengan tensión o interés alguno, por lo que todo el experimento naufraga por su propia dialéctica, y sus fundamentos caen por su propio peso. Este drama de cámara quiere ser sexy  pero solo consigue ser aburrida e irrelevante.