jueves, 31 de diciembre de 2020

WONDER WOMAN 1984 Una súper heroína con gracia femenina

USA 2020 151 min.
Dirección
Patty Jenkins Guion Patty Jenkins, Geoff Johns y Dave Callahan, según el personaje creado por William H. Marston Fotografía Matthew Jensen Música Hans Zimmer Intérpretes Gal Gadot, Chris Pine, Kristen Wiig, Pedro Pascal, Robin Wirhgt, Connie Nilesen, Lilly Aspell, Amr Waked, Kristoffer Polaha, Natasha Rothwell, Ravi Patel Estreno en España 18 diciembre 2020; en Estados Unidos 25 diciembre 2020

Las aventuras de la Mujer Maravillosa, al igual que las de sus compañeros Aquaman o La Linterna Verde, definitivamente no van a rivalizar con las de Marvel, aunque Batman y Superman sigan ahí para levantar el ánimo a DC Comics. Y es una lástima porque igual que Capitana Marvel en la compañía de la competencia, Wonder Woman debería de una vez por todas sentar las bases para una heroína con mirada de género y sensibilidad a la altura. Patty Jenkins, que entre sus únicas tres películas, Monster, Wonder Woman y ésta su secuela solo ha dirigido series para televisión, intenta que así sea, salvaguardando las características de su género y una sensibilidad distinta a la imperante. Así es al menos sobre el papel, y se traduce afortunadamente en dos detalles fundamentales, una violencia que raramente acaba en aniquilación y el uso de la elocuencia para resolver problemas que sus análogos masculinos superan a mamporrazos. En lo demás la película ofrece lo mismo que todos los productos sobre héroes que inundan nuestras pantallas desde hace demasiado tiempo.

Aquí por supuesto no faltan las escenas de acción espectaculares, como la del arranque o la paranoica y casi surrealista devastación que precede al final. Su ambientación en el año del título responde a aprovechar como clímax el pánico nuclear desatado en plena eclosión de la Guerra Fría, lo que unido a ubicar el apartamento de la heroína en el edificio Watergate de Washington parece querer exorcizar algunos de los fantasmas recurrentes de la política y la administración norteamericana, siempre con la habitual invocación del mea culpa aun a sabiendas de que no va a cambiar nada. Gal Gadot luce bellísima, especialmente cuando viste y calza espectaculares modelos de la época, que parece esté anunciando perfumes de alto lujo. Chris Pine pone el contrapunto cómico al sentirse desubicado de su Primera Guerra Mundial original a la psicodelia imperante en los años ochenta. Kristen Wiig luce también imponente en su transformación de apocada científica antropológica a sofisticada vampiresa con súper poderes. Y Pedro Pascal no repara en histrionismo para construir sin complejos su personaje de villano.

Esta vez hay redención para los malos, que acaban comprendiendo que el exceso de ambición y el sueño desmedido (americano) puede volverse en su contra y convertirse en todo un despropósito. Jenkins dirige con oficio y buenas intenciones pero su pulso dramático se pierde durante un considerable metraje de la película, el tercio medio donde el ritmo cede a veces al tedio. Con todo supone un entretenimiento digno y mucho menos cargante y pedante que muchos de los títulos del tan trillado género.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

GRANDEZAS Y MISERIAS DEL IMPERIO HISPÁNICO

Tanto Manuel H. Martín como Álvaro Begines han optado por el hibrido para contarnos historias de grandeza y miseria de nuestro país, el primero combinando documental con animación, y el segundo con ficción. 

EL VIAJE MÁS LARGO

España-Portugal 2020 78 min.
Dirección
Manuel H. Martín Guion Manuel H. Martín y Antonio Fernández Torres Fotografía Hugo Folgado Música Pedro Marques Animación Ángel Alonso Estreno en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 8 noviembre 2020 

El onubense Manuel H. Martín consolida su status como importante documentalista español tras las muy celebradas 30 años de oscuridad y La vida en llamas. Ahora recurre de nuevo a la animación, como ya hiciera en el primero de los títulos apuntados, pero combinada esta vez con imagen real documental y los pertinentes testimonios, centrados fundamentalmente en la comunidad científica de los dos países implicados en su producción, España y Portugal. Los mismos protagonizaron en el siglo XVI la primera circunnavegación del planeta, una gesta accidentalmente lograda cuando de lo que se trataba era de alcanzar la ruta de las especias por una vía alternativa a la ya conocida. 

Felizmente ilustrativa y didáctica, la película se sigue con entusiasmo e inusitado interés y aporta la muy pertinente comparación con la llegada del hombre a la Luna en 1969, una cumbre que se alcanzó también gracias a dos países, esta vez en liza, Estados Unidos y la antigua Unión Soviética. La comparación sirve igualmente para demostrar que entre los dos países ibéricos no hubo tanta colaboración como abierta pugna, mientras a través de una cuidada animación con estética de cómic para adultos se traza el camino lleno de aventuras y miserias de las cinco naves que inicialmente partieron del puerto de Sanlúcar de Barrameda tras recorrer el Guadalquivir desde Sevilla.

Y lo mejor es que consigue transmitir esa sensación de aventura y penuria que debieron experimentar los hombres que se embarcaron en dicha proeza imprescindible para el desarrollo de la vida en la Tierra. Ahora solo cabe esperar que la pandemia cese y renovemos nuestra ilusión por la exploración de otros mundos, y que realmente entre 2020 y 20130, como rezan los títulos de crédito finales, consolidemos los viajes a Marte y descubramos nuestras posibilidades allí. 

CACHITA, LA ESCLAVITUD BORRADA

España 2020 71 min.
Dirección
Álvaro Begines Guion Álvaro Begines y Carlota Begines Fotografía Rubén Martín Música Salvador Romero Intérpretes Salva Reina, Kenia Mestre, Emilio Bualé Estreno en el Festival de Cine de Granada 21 octubre 2020 


Hace tiempo que Álvaro Begines, natural de Los Palacios y Villafranca, colgó las chanclas y se atrevió con el cine dirigiendo el musical ¿Por qué se frotan las patitas?. Desde entonces se ha centrado más en el documental, se ha puesto serio y ha realizado para la televisión series como Tierra Azul. En Cachita trata un tema muy interesante pero malogra las posibilidades que tenía. Más allá de nuestro papel como negreros y transportistas de esclavos desde África a América, como por ejemplo bien constata Spielberg en Amistad, poco se sabe del ejercicio de la esclavitud en nuestro país, que siempre nos ha parecido libre de esa lacra inhumana.

Lejos de ser así hubo esclavitud aquí y dentro de nuestras fronteras en las colonias del Nuevo Mundo. Hay vestigios de ello en la música y también lo han estudiado a fondo nuestros historiadores. El trabajo de Begines sin embargo se antoja flojo y poco incisivo, apoyándose además en fragmentos ficcionados resueltos con exceso de temperamento y demasiada teatralidad en manos de Salva Reina como el negrero Pedro Blanco, Kenia Maestre como Cándida “La Negra” y Emilio Bualé como el primer esclavo libre del país, Juan Latino.

Lástima que Begines y su equipo no sean capaces de sacar más partido y resultar más didácticos y elocuentes en este trabajo que debiera haber sido fundamental para conocer más miserias de un país tan a menudo satisfecho de su época imperial.

SEVILLA VISTA DESDE LA JUVENTUD Y LA VETERANÍA

Dos documentales bajo la visión extrema de quien experimenta con la cámara por primera vez y quien lo hace con la experiencia que da la veteranía.

LA ALAMEDA 2018

España 2020 61 min.
Dirección
Rocío Huertas Guion Rocío Huertas y Álvaro Soto Fotografía Carolina Cebrino y Álvaro Soto Música Jordi Gil Estreno en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 13 noviembre 2020


Casi como si se tratara de un proyecto de fin de carrera, la joven Rocío Huertas fija su mirada en el barrio de la Alameda, pero desconcertando ya desde el título elegido para su particular carta de amor al barrio y la ciudad. No es Alameda 2018 un retrato de su transformación tal como hoy la conocemos, con su bullicio, su amplia oferta cultural, comercial y gastronómica, su canto a la diversidad y su particular matrimonio con comunidades como la LGTBI. Por el contrario Huertas intenta realizar un retrato nostálgico que desentraña ese pasado ya muy conocido del barrio como centro marginal y decadente habitado en su mayoría por prostitutas y travestis y marcado por la drogadicción.

Se trata de aquella Alameda previa a los fastos del 92, la misma que servía de base al argumento de Alberto Rodríguez para plasmar en Grupo 7 el forzado lavado de cara que provocó la transformación y aburguesamiento del lugar tal como Guerin hizo con el Barrio Chino de Barcelona en la excepcional e irrepetible En construcción. Con la intención de retomar el trabajo que hizo Juan Sebastián Bollaín en 1978, titulado Alameda, Huertas tira de testimonios de algunas de las personas que aún habitan el barrio, centrando su atención en ocupas y especialmente en un travesti superviviente de aquella etapa retratada, y como queriendo trazar un testimonio autobiográfico, ilustra vivencias propias de su niñez con collages animados.

Poco aportan los testimonios de Manolo Solo, mientras el material grabado en la Cartuja con Agnès Varda como protagonista, con motivo del homenaje que recibió en el Festival de Cine de Sevilla de 2012, desconcierta y descentra el discurso por suponer una reflexión sobre el feminismo ajena a la materia del documental

NUEVE SEVILLAS

España 2020 157 min.
Guion y dirección
Gonzalo G. Pelayo y Pedro G. Romero Fotografía Juan Manuel Carmon Batán Estreno en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 8 noviembre 2020 


Por su parte, el veterano Gonzalo García Pelayo, conocido no solo por sus trabajos como director de cine sino también como exitoso jugador internacional de la ruleta gracias a descubrir un método basado en la imperfección de las mesas de juego, parece querer retomar el trabajo que hizo en Vivir en Sevilla en 1978, que transita intermitentemente por el dilatado metraje de esta película. Las nueve Sevillas son las experiencias de nueve personajes con la ciudad, siempre desde un ángulo directamente asociado al flamenco como cante y baile.

De hecho el trabajo de Pelayo es la ilustración animada de los personajes que protagonizaron la cartelería de la Bienal de Flamenco de Sevilla de 2018. Paseos en su mayoría nocturnos por la ciudad, idas y venidas del Centro al Polígono Sur pasando por Triana e incursiones musicales de artistas convocados en aquella edición del certamen hispalense, como Fahmi Alqhai, El Niño de Elche, Israel Galván, Rocío Márquez, Silvia Pérez Cruz o Rosalía, constituyen el material dramático de esta larguísima crónica sobre un tipismo tan recurrente en las crónicas alternativas de la ciudad que ya rechina y hasta molesta.

Entre compadreo y fandangueo nosotros nos quedamos con los testimonios, discursos y reivindicaciones de Pastora Filigrana, una abogada de raza gitana con un excepcional talento para la oratoria y unos argumentos sensacionales y reveladores sobre la identidad de su pueblo y su extraordinario canto de libertad. A todo lo demás hay que echarle mucha paciencia y más voluntad, a pesar de lo cual obtuvo en la sección  Nuevas Olas No Ficción del Festival de Sevilla el premio al mejor documental.

lunes, 28 de diciembre de 2020

DÉJALES HABLAR Placeres de la navegación

Título original: Let Them All Talk 
USA 2020 113 min.
Fotografía y dirección
Steven Soderbergh Guion Deborah Eisenberg Música Thomas Newman Intérpretes Meryl Streep, Dianne Wiest, Candice Bergen, Lucas Hedges, Gemma Chan, Daniel Algrant, John Douglas Thompson, David Siegel, Christopher Fitzgerald Estreno en internet 10 diciembre 2020

La escritora de relatos cortos Deborah Eisenberg, pareja desde siempre de Wallace Shawn (El festival de Rifkin) y actriz de figuración en varios films y series de televisión, es la autora del guion de esta última película del director de Contagio y Erin Brokovich. En su primer trabajo como guionista, Eisenberg muestra más interés en la descripción de sus personajes y sus motivaciones que en la historia en sí, que prácticamente se limita al reencuentro de una escritora de prestigio con dos amigas de la universidad a las que no ve desde hace treinta años. Un premio en Inglaterra le motiva para emprender viaje en uno de los buques más lujosos del mundo, el Queen Mary II, e invitar a sus amigas para retomar relación y resolver antiguas rencillas.

Su joven sobrino, al que da vida Lucas Hedges, que en su todavía breve filmografía ya puede jactarse de haber trabajado con las más grandes actrices de Holllywood, Nicole Kidman en Identidad borrada, Frances McDormand en Tres anuncios a las afueras, Julia Roberts en El regreso de Ben, y ahora estas tres veteranas irrepetibles, otro escritor de fama al nivel de Stephen King con el que coinciden en el viaje, y la agente literaria de la primera, son los demás "extraños pasajeros" de esta atractiva película entre la comedia y el drama controlado. Soderbergh sabe manejar tan suculentos recursos para hablarnos de forma solapada y nunca estridente de la inspiración artística, sus fuentes y las traiciones a las que a menudo sometemos a nuestros seres queridos.

Todo de forma tan amable y apacible que al final lo que verdaderamente cuenta es disfrutar con estas tres magníficas actrices, una Meryl Streep que a pesar de sus recurrentes muecas y tics habituales, consigue siempre meterse en sus diversos personajes y convencernos hasta el éxtasis. A ella se añade la feliz recuperación de Candice Bergen, que compone un personaje clave digno de lograr todos los reconocimientos artísticos del año, y Dianne Wiest con un sorprendente trabajo como mujer de aspecto monjil pero costumbres sexuales nada ortodoxas. Ambientada casi toda ella en el famoso barco e ilustrada con el swing de Thomas Newman, bastante alejado de su estilo habitual, la película se consume con agrado y la feliz recompensa de disfrutar de tan ilustre elenco y tan agradable ritmo, mecido quizás por las olas del Atlántico.

CIELO DE MEDIANOCHE Esperanza de futuro

Título original: The Midnight Sky
USA 2020 118 min.
Dirección
George Clooney Guion Mark L. Smith, según la novela de Lily Brooks-Dalton Fotografía Martin Ruhe Música Alexandre Desplat Intérpretes George Clooney, Felicity Jones, David Oyelowo, Demian Bichir, Kyle Chandler, Tiffany Boone, Caoilinn Springall, Sophie Rundle, Ethan Peck, Tim Russ Estreno limitado en España 11 diciembre 2020; en internet 23 diciembre 2020

En la ya frondosa filmografía de George Clooney hay buenas películas, como Los idus de marzo, Confesiones de una mente peligrosa y Buenas noches y buena suerte, y otras fallidas, como Ella es el partido, The Monuments Men y Suburbicon. A falta de saber si su serie de televisión Trampa 22 se enmarca en una u otra categoría, lo que sí podemos confirmar es que esta primera incursión como realizador en la ciencia ficción encaja mejor entre sus films fallidos que entre los más logrados.

Aporta un acabado formal espectacular y muy aseado, en la línea de Gravity para los exteriores y Solaris para los interiores, ambas protagonizadas por él. Y aporta también una hermosa banda sonora, su cuarta colaboración con Alexandre Desplat. Por lo demás hay mucho que es más de lo mismo en esta historia sobre un brillante científico que renuncia a la supervivencia en una Tierra devastada por un cataclismo definitivo con el fin de avisar desde el Ártico a la tripulación de una nave que vuelve de K23, una luna inventada de Júpiter, para que regrese allí y salve así a la humanidad de la extinción total. Por el camino entabla relación con una misteriosa niña que encierra más de una sorpresa para él y para el sufrido espectador, y que enlaza una vez más con la sempiterna obsesión americana con la familia, la herencia y la salvaguarda de la prole.

No ofrece por tanto una trama muy apasionante, aunque sobre el papel pudiera parecerlo, y no entraña mucho interés ni en su acabado formal, salvo por el original diseño de la nave espacial, ni en sus ambiciones seudofilosóficas, que tratándose del engreído e irritante Clooney son muchas. Entre sus curiosidades destacar que para interpretar a su personaje cuando era joven se ha decantado por el guapo nieto de Gregory Peck.

EL PADRE Un trampantojo senil

Título original: The Father
Reino Unido-Francia 2020 97 min.
Dirección
Florian Zeller Guion Florian Zeller y Christopher Hampton, según la obra del primero Fotografía Ben Smithard Música Ludovico Einaudi Intérpretes Anthony Hopkins, Olivia Colman, Imogen Poots, Rufus Sewell, Olivia Williams, Mark Gatiss Estreno en el Festival de Sundance 27 enero 2020; en España 23 diciembre 2020


Después de pasar por varios prestigiosos certámenes internacionales, cosechando entre otros el Premio del Público en el Festival de San Sebastián y otros galardones de asociaciones de crítica inglesas y norteamericanas, es el público español el primero en poder valorar las supuestas excelencias de un film elaborado con ingredientes de primera categoría. Basado en una de esas obras de teatro que llenan los teatros de personas bien pensantes y moral intachable, se convierten en éxito inmediato y elevan a su autor al olimpo de los mejor valorados intelectualmente, supone el debut en la dirección de cine precisamente de su reputado autor, que con la ayuda de otra figura de prestigio, el guionista Christopher Hampton, para siempre ligado a Las amistades peligrosas, ha convertido en un libreto sobre la demencia senil, la pérdida de la lucidez y, en última instancia, la memoria, o lo que es lo mismo el tan recurrente alzheimer.

Zeller va de ingenioso y nos propone sumergirnos en la enfermedad confundiéndonos y sometiéndonos a continuas trampas, lo que a muchos y muchas nos puede irritar más que interesar, y que en lugar de tomar conciencia del problema nos alejemos de él y nos quedemos solo con su artificiosa dramaturgia y puesta en escena. El resultado es que la impostura acaba devorando el dolor.

Pisos suntuosos en Londres para acentuar más el pasado de alto standing y posible intelectualidad del anciano al que da vida con su solvencia habitual Anthony Hopkins, y un eficiente elenco al servicio de su recital de gestos y cambios de registro, constituyen el ambiente propicio para jugar con nuestra paciencia e inteligencia, de forma que seremos mucha la gente que no nos dejemos embaucar por el festival histriónico que ofrecen sus reputados protagonistas, con una Olivia Colman que desde La favorita y La corona se ha convertido en emblema de la distinción inglesa del momento, un honor seguramente tan efímero como lo fue en su tiempo la carrera de Glenda Jackson. Pero anímense quienes quieran dejarse embaucar por este seudoensayo sobre la temible enfermedad, es mucha la gente que la ha aplaudido, así que quizás seamos nosotros los equivocados.

domingo, 27 de diciembre de 2020

SAINT MAUD La loca de Scarborough

Reino Unido 2019 84 min.
Guion y dirección
Rose Glass Fotografía Ben Fordesman Música Adam Janota Bzowski Intérpretes Morfydd Clark, Jennifer Ehle, Lily Knight, Lily Frazer, Turlough Convery, Marcus Hutton Estreno en el Festival de Toronto 8 septiembre 2019; en Reino Unido 9 octubre 2020; en España 23 diciembre 2020 

En su debut como largometrajista, la británica Rose Glass consigue cierto estilo y desde luego mucha atmósfera en este retrato entre el terror y el drama psicológico de una joven fanática religiosa inmersa en una rotunda soledad que la trastorna y desequilibra hasta extremos inasumibles. Lástima que no podamos evitar tener la sensación de que todo lo que cuenta nos sea familiar, lo hayamos sufrido en demasiadas ocasiones para el relativo interés que tiene, y apenas aporte nada nuevo salvo pretender tener una visión del entorno y la situación genuinamente femenina.

El problema reside una vez más en la errónea óptica con la que se afronta este supuesto toque femenino de la trama, ya que no hay prácticamente ningún personaje que se salve de la quema. Tenemos la desequilibrada que tanto juego da en este tipo de productos, la enferma rica y desesperada que fue luminosa y ahora se consume entre un egoísmo tremendo y una amargura inconsolable, y además la compañera desconcertada y la prostituta desalmada. La acción tarda mucho en arrancar, precedida de un prólogo demasiado dilatado y unos antecedentes que nunca se aclaran. La intención no consigue entusiasmarnos y mucho menos el desarrollo, una vez más resuelto a fuerza de alucinaciones y trampas que lejos de causar impacto provocan solo desinterés.

Las buenas interpretaciones de sus protagonistas y esa atmósfera malsana que apuntábamos al principio, a la que contribuyen los sórdidos barrios de Scarborough retratados, apenas logran salvar la función de la debacle. Desequilibrios mentales y orientaciones sexuales desviadas como material dramático están ya muy abusados, y no siempre de forma adecuada, y ni de lejos logran ya perturbar a nadie.

HOST Actividad pandémica paranormal y artificiosa

Reino Unido 2020 57 min.
Dirección
Rob Savage Guion Rob Savage, Gemma Hurley y Jed Shepherd Intérpretes Haley Bishop, Jemma Moore, Emma Louise Webb, Radina Drandiva, Caroline Ward, Alan Emrys, Seylan Baxter Estreno en Reino Unido (Internet) 30 julio 2020; en España (Internet) 18 diciembre 2020 


La que se presenta como gran sensación del año y película revolucionaria en el género del terror se apunta a la serie ya larga de cintas que adoptan el formato de realidad, bien se trate de una cámara doméstica o de una web de chats como Skype o Zoom, que es el caso, para atrapar con una mayor dosis de verosimilitud la atención del o la espectadora. El ingenio viene ya de antiguo, desde aquella Bruja de Blair de finales del pasado siglo que hizo pasar por documental lo que no era sino un ejercicio de habilidad, y continuó con títulos como Monstruoso y la saga Paranormal Activity.

Pero en todos los casos el artificio se vuelve para nuestro gusto en contra, ya que obliga a víctimas de una situación irrespirable a mantener una inverosímil preocupación por mantener activa la lente del dispositivo que todo lo graba. Al menos así ocurría en la cinta de Matt Reeves y la que ahora nos ocupa. Aquí varias amigas y un amigo mantienen en plena pandemia de coronavirus una sesión de espiritismo a través de zoom. Una de las jóvenes, asiática, provoca sin saberlo la aparición de un espíritu maligno que desata el horror entre la tribu, incapaces de gestionar la situación pero siempre muy preocupadas por mantener el objetivo dentro del alcance de la pantalla del ordenador, el móvil o cualquier otro dispositivo electrónico que se les antoje.

Una hora dura el presuntamente hábil juego de presencias y terror que acaba antojándose una olvidable metáfora sobre la situación que vivimos, el confinamiento, el aislamiento, la mala gestión de la enfermedad, el enemigo invisible y las fuerzas que lo desataron, sin más aportaciones ni una capacidad verdadera para generar la psicosis y el desasosiego que persigue. Lo mejor son los títulos de crédito finales, aprovechando los recursos de la tecnología utilizada.

martes, 22 de diciembre de 2020

FELLINI EN ZAPATILLAS DE BAILE ANÓNIMAS

Balletto di Siena. Fellini, la dolce vita di Federico. Marco Batti, dirección y coreografía. Jasha Atelier, vestuario. Claudia Tabbi, iluminación. Teatro de la Maestranza, lunes 21 de diciembre de 2020 

Nino Rota
, uno de los más grandes compositores de cine italianos del pasado siglo, admirado e imitado hasta la saciedad, compuso en 1966 el ballet La Strada, a partir de material de su propia banda sonora para el film homónimo de Fellini y otras piezas originales y adaptadas de sus célebres bandas sonoras para las películas del director de Rímini. Hasta catorce películas, y los episodios Las tentaciones del doctor Antonio de Boccaccio’70 y Toby Dammit de Historias extraordinarias, integran la colaboración entre el músico y el director, una de las más prolíficas y celebradas de la historia del cine. El ballet La Strada conoció una suite de concierto que es lo que más se divulga, con versiones en el mercado de Riccardo Muti, Josep Pons y Yannick Nézet-Séguin entre otros. Hasta 1978, un año antes de fallecer, Rota sometió el ballet completo a numerosas modificaciones, pero no ha sido éste lo que la compañía de danza que nos ha visitado este lunes 21 de diciembre ha utilizado para poner en pie su particular homenaje a Fellini en el año de su centenario. Tienen sin embargo el atrevimiento de asegurar que por primera vez las desventuras de Zampanò y Gelsomina, que en la pantalla tuvieron el rostro de Anthony Quinn y Giulietta Massina, se han convertido en ballet, obviando la pieza directamente concebida por el compositor para esa disciplina. 

En su lugar se ha optado por una sucesión de grandes éxitos de Nino Rota, entre los que se han colado El padrino 1ª y 2ª partes y Romeo y Julieta, sin duda tres de sus composiciones más célebres pero que nada tienen que ver con el universo felliniano. Sí lo hacen por el contrario El jeque blanco, Los inútiles, La dolce vita, Boccaccio’70, Ocho y medio, Los clowns, Amarcord y El Casanova, que tuvieron su protagonismo en este espectáculo que recorre en sketches su filmografía sin seguir un guion concreto y definible. Todo apunta a que el director va imaginando y creando los personajes y situaciones que caracterizan estas obras maestras del cine, aunque en algunos casos no existe relación entre la música y los episodios recreados, especialmente cuando lo que escuchamos es El padrino o Romeo y Julieta. No solo es música de Rota lo que suena; la música de Nicola Piovani, que sustituyó al autor de Guerra y paz cuando falleció, componiendo las bandas sonoras de La voz de la luna, Ginger y Fred y La entrevista, también tiene un par de intervenciones, así como una hermosa pieza de Max Richter que sirve para envolver uno de los momentos más mágicos de la función, el paso a dos entre Fellini y su creación, un Zampanò que nos recuerda al joven Prometeo. Las versiones que escuchamos enlatadas se han extraído tanto de sus bandas sonoras originales como de las suites de concierto preparadas por Carlo Savina, y otros arreglos menos ortodoxos. 

El homenaje a Fellini que propone esta compañía italiana parece una función de saldo, sin apenas escenografía, que podría haberse resuelto con elementos característicos del cine de Fellini, 
aunque solo fueran en proyecciones, como el barco de Amarcord, la cabeza gigante de El Casanova o la Fontana di Trevi de La dolce vita, aquí recreada con una sábana agitada al viento. Por su parte el vestuario rememora algunos atuendos clásicos del imaginario felliniano, como el traje escotado de Anita Ekberg en La dolce vita, el abrigo rojo con pieles que viste Gradisca en Amarcord, o el smoking de Mastroianni. Pero es en el baile donde este tributo cobra mayor relieve e importancia, ya que el joven Balletto di Siena, que como cualquier otra compañía comprometida alterna este espectáculo con otros como Grande Suite Classique Verdiana y clásicos como El lago de los cisnes y El cascanueces, exhibe una técnica y una disciplina ejemplar que hace de la función un espectáculo notable y muy disfrutable. Acrobacias, piruetas gimnásticas, coordinación, fuerza, estilo y belleza son algunos de los apelativos que merecen los jóvenes bailarines y bailarinas que llenan con su esfuerzo y compromiso el escenario, destacando la gracia y agilidad del encargado de recrear el espectáculo circense de Los clowns, o el extremadamente flexible joven que da vida al fortachón Zampanò, así como la bellísima Anita y por supuesto el estilizado Fellini que sirve de motor a toda la función. Lástima que todos y todas permanezcan en el anonimato, ya que ni la compañía ni el teatro han tenido la gentileza de facilitar los nombres del elenco, lo que nos parece una falta de respeto total y absoluta a unos artistas que merecen al menos el seguimiento de la afición. Echamos de menos un mayor entusiasmo por parte del público, que solo aplaudió tras la celebérrima Passarella di addio de Ocho y medio, y al final, cuando entre temas musicales había oportunidad de hacerlo sin romper la unidad del espectáculo, y vaya si los y las solistas lo merecían. Al final, el emotivo final de La Strada proyectado en unas sábanas ponen el broche de oro a esta celebración de la danza y de un cineasta irrepetible.

WENDY Poética imposible de la infancia

USA 2020 112 min.
Dirección
Benh Zeitlin Guion Benh Zeitlin y Eliza Zeitlin Fotografía Sturla Brandth GrØvlen Música Dan Romer y Benh Zeitlin Intérpretes Devin France, Yashua Mack, Gage Naquin, Gavin Naquin, Shay Walker, Lowell Landes, Ahmad Cage, Romryi Ross, Krzysztof Meyn, Kevin Pugh Estreno en el Festival de Sundance 26 enero 2020; en Estados Unidos 28 febrero 2020; en España 11 diciembre 2020

El mito de Peter Pan sirve al director de Bestias del sur salvaje para insistir en su particular mensaje ecológico a través de una particular celebración de la infancia. Su adaptación del clásico de Barrie se sitúa, como su exitosa ópera prima, en un ambiente marginal, esa América profunda tan del gusto de algunos cineastas, tan lejano al tradicional sueño americano que siempre nos han vendido. La Wendy del título y sus dos hermanos gemelos disfrutan de su infancia a sabiendas de que tiene caducidad.

Peter Pan, una especie de Pippi Calzaslargas masculino y negro pero más antipático y engreído que la niña sueca, ahora no vuela, viaja en lo alto de los trenes y es allí donde toma un primer contacto con estos tres hermanos y los lleva, ahora sí, a una isla mágica poblada de vegetación tropical, con un volcán en continua erupción y un gran pez al que llaman Madre y representa a la naturaleza en su estado más puro y virgen. El miedo a envejecer es el único enemigo de esta pandilla de niños desarraigados, mientras Zeitlin aprovecha para practicar poesía y convencernos de las bondades de madurar, atravesar las distintas y excitantes etapas de la vida, tal como la entendemos, pasando por el amor, los hijos, la familia… y mantener candente de algún modo al ya rancio mensaje que James Matthew Barrie desplegó en el seno de una familia burguesa londinense, y que Zeitlin aplica a la clase social más marginal posible.

La manera de rodar es previsible, cámara en mano detrás de niños en continua carrera, pero no se le puede negar al conjunto cierto encanto, algunas escenas llenas de magia pero sin mucha emoción, aunque los niños en más de una ocasión asuman esos temibles discursos impropios de su edad al que el cine americano, incluso este de vocación rebelde e independiente, es tan proclive.

lunes, 21 de diciembre de 2020

EL RUIDO Y LA FURIA DE ZAHIR ENSEMBLE

XI Festival de Música Contemporánea Zahir Ensemble. Juan García Rodríguez, dirección musical. Thierry Bruehl, escena e iluminación. Víctor García Sierra, barítono y narrador. Alfonso Rubio, flauta. Antonio Duro, guitarra. Antonio Moreno, percusión. Programa: El Cimarrón. Biografía del esclavo fugado Esteban Montejo, de Hans Werner Henze. Espacio Turina, domingo 20 de diciembre de 2020


De África a Cuba, el mismo trayecto pero a la inversa que inspiró a Harvey Allen a escribir sobre las aventuras del joven empresario del ochocientos Anthony Adverse, lleva al desdichado Esteban Montejo a abandonar a la fuerza su tierra natal para convertirse primero en esclavo en la Cuba de los españoles, luego en guerrillero por la independencia del país, y más tarde en justiciero comunista frente al imperialismo norteamericano, solo con su machete como amigo íntimo y fiel. Así lo concibió Hans Magnus Henzensberger basándose en la biografía que el propio Montejo relató a Miguel Barnet. Son datos que revelan el interés que debió suscitar en Hans Werner Henze para dedicarle una obra escrita en el período en que residió en Cuba. Hombre de pensamiento radical, ideología marxista y condición homosexual, se sintió tan proscrito en su Alemania de origen que tuvo que residir en distintos lugares del mundo según se fuera sintiendo más cómodo y realizado. Su radicalismo ideológico le llevó a inventar artilugios como éste, tan enraizados en el momento de su gestación que hoy exhiben un discurso algo trasnochado y decididamente rancio. Teniendo en cuenta que al margen del esfuerzo que exige de sus intérpretes, es el discurso lo que finalmente trasciende de la función, la propuesta se nos antoja algo estéril aunque absolutamente admirable por el considerable trabajo y entusiasmo desplegado por los artistas encargados de ponerlo en escena. 

Contar con un director escénico tan reconocido en ambientes de vanguardia como el franco-alemán Thierry Bruehl debería considerarse un logro, si no fuera porque lo suyo se limita a un discreto trabajo de iluminación consistente en cambiar el tono y el color según el capítulo de la narración y a dirigir al único actor el liza, resuelto con el habitual temperamento y sentido del ritmo presupuesto a los artistas sudamericanos, en este caso el venezolano Víctor García Sierra, bajo y él mismo director de escena de cierto reconocimiento, que aquí sorprendió en 2016 con un L’elisir d’amore inspirado en Botero. Adaptándose a tesitura de barítono y con amplios juegos de inflexión de la voz, García Sierra realizó un trabajo de cierto calado emocional aunque supeditado a la escasa emotividad de un texto algo desfasado. La tortura a la que eran sometidos los esclavos desterrados a la fuerza de su ambiente, su comunión con la naturaleza cuando se fuga, incluyendo el bestialismo, el probado machismo en sus relaciones con las mujeres, algo muy acorde a la misoginia confesa de Henze, y su animadversión a la cultura yanqui, enmarcan el tono entre el exceso declamatorio y el temperamento desmedido, en cualquier caso muy entregado y haciendo gala, como el resto de sus compañeros, de un esfuerzo descomunal. 

García dirigió con aplomo y su enérgico énfasis habitual al conjunto integrado por profesionales de más que probada solvencia como Antonio Duro, desplegando a la guitarra las notas más étnicas de la pieza, que como casi todo en Henze combina atonalidad con corrientes más convencionales como la música popular o incluso el jazz. También destacó la intervención de Alfonso Rubio a las flautas, especialmente la baja, y la exótica melódica de sonoridad tan estimulante. Y Antonio Moreno exhibió fuerza y dinamismo en un trabajo decididamente atlético con los múltiples instrumentos de percusión, desde el xilófono a la marimba pasando por timbales, tambores, cajas, congas y gong entre otros. Sus compañeros participaron también en la percusión, tal como indica la partitura, logrando una coordinación y una precisión a la altura de los mejores intérpretes de una obra que en su estreno contó entre otros con el guitarrista Leo Brouwer. Una empresa por lo tanto muy meritoria por el esfuerzo y la dedicación que exige, menos interesante como composición musical así como poco relevante a estas alturas como panfleto ideológico, pero que aun así mereció el aplauso encendido y entregado de un público rendido a la excelencia de sus intérpretes.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 19 de diciembre de 2020

BABY Desmitificando el cuento clásico

España 2020 104 min.
Guion y dirección
Juanma Bajo Ulloa Fotografía Josep M. Civit Música Bingen Mendizábal y Koldo Uriarte Intérpretes Rosie Day, Harriet Sansom Harris, Natalia Tena, Mafalda Carbonell, Charo López, Natalia Ruiz, Carmen San Esteban, Susana Soleto Estreno en el Festival de Sitges 11 octubre 2020; en salas comerciales 18 diciembre 2020
 

Hace cinco años de la última ficción de Juanma Bajo Ulloa, Rey Gitano, con la que intentó infructuosamente recuperar el espíritu y la taquilla de Airbag, su mayor éxito hasta la fecha. Y vuelve ahora con el estilo que le dio categoría cuando debutó con Alas de mariposa, y revalidó solo a juicio de algunos como nosotros, con la inclasificable y fascinante Frágil. La idea de Baby es recuperar aquellos cuentos infantiles clásicos de los Hermanos Grimm y Charles Perrault y demostrar lo cerca que están del terror gótico. Para ello prescinde de diálogos, por lo que la banda sonora de su incondicional Bingen Mendizábal cobra mayor relevancia y carga con mucha de la responsabilidad dramática del film, quizás por lo que ha sido premiada en Sitges y opta al Feroz, además de por su delicada melodía y orquestación.

Bajo Ulloa cuenta también con una extraordinaria dirección artística y una cuidadísima puesta en escena, al objeto de recrear aquellas terroríficas casas donde Hansel y Gretel, Pulgarcito o Caperucita tenían que vérselas con la bruja, el gigante o el lobo feroz. La aparición continua de animales con los que la protagonista parece comunicarse tan bien, es otro indicio de la intención del director de entroncar con aquellos antiguos cuentos. Con un sentido muy macabro de la situación, la historia gira en torno a la venta ilegal de bebés y cómo una joven drogadicta y alcohólica pretende recuperar el suyo de las fauces de una despiadada especie de Srta. Havisham, que también la función bebe lo suyo del universo Dickensiano, a la que da vida espléndidamente Harriet Sansom Harris, la vecina entrometida y villana de Mujeres desesperadas, su andrógina ayudante Natalia Tena, y una particular niña que vive con ellas, Mafalda Carbonell (Vivir dos veces).

Lástima que Bajo Ulloa olvide a menudo que su heroína sufre el mono, y la someta una y otra vez a reiterativas situaciones que malogran el ritmo de la cinta. Con todo funciona como producto original e insólito, estéticamente depurado, morboso y hasta gore según qué momentos, y decididamente comprometido con desenmascarar aquellos horripilantes cuentos que tanto nos fascinaban pero posiblemente tanto daño provocaron en nuestros endebles espíritus. Finalmente, destacamos que prácticamente sea solo este director quien parezca acordarse de que una vez hubo en este país una estrella tan rutilante y fascinante como Charo López, volviendo a contar con ella tras Rey Gitano para un pequeño papel.

HASTA EL CIELO Perfecta combinación de acción y romance

España 2020 121 min.
Dirección
Daniel Calparsoro Guion Jorge Guerricaechevarría Fotografía Josu Inchaustegui Música Carlos Jean Intérpretes Miguel Herrán, Carolina Yuste, Asia Ortega, Luis Tosar, Patricia Vico, Fernando Cayo, César Mateo, Richard Holmes, Marina Campos, Dollar Selmouni, Ramseys Estreno en el Festival de Málaga 22 agosto 2020; en salas comerciales 18 diciembre 2020

Hubo un tiempo, sus inicios, en que Daniel Calparsoro combinaba en sus películas acción, drama y denuncia social. Poco a poco fue prescindiendo de lo último y depurando su estilo como cineasta de género, el único de su generación en este país que se dedica a fondo al cine de acción pura, como ha demostrado en títulos como Invasor, Combustión, Cien años de perdón o la última, una decepcionante adaptación del thriller literario El silencio de la ciudad blanca de Eva García Sáenz de Urturi. Sin embargo siempre nos ha parecido que su cine pretendía sin éxito emular el cine americano, que es maestro indiscutible en el género. Ahora afortunadamente creemos que Calparsoro ha encontrado el tono justo para adaptarse a nuestro entorno y ofrecer un espectáculo tan digno, espectacular y trepidante, como la mejor propuesta hollywoodiense.

Hay una combinación de ingredientes en esta cinta que logra que su disfrute sea total y satisfactorio. Un reparto perfecto, en el que cada intérprete encaja a la perfección en su papel, destacando una Carolina Yuste (Carmen y Lola) que ilumina e hipnotiza cada vez que está en pantalla, lo que es fundamental para entender su trama y dejarnos convencer por ella. A su lado también Miguel Herrán (A cambio de nada) encaja como chico de barrio que decide subir hasta lo más alto, ese cielo al que apunta el título de la película, a través de la delincuencia a gran escala, aprovechando todo un entramado de corrupción, tráfico de objetos de lujo robados, y estafa a hacienda al máximo nivel, como el que practica nuestra jefatura del gobierno. Puede que ahí la cinta encierre un interesante y bien planteado reflejo de la situación actual, pero Calparsoro prefiere utilizarlo solo como pretexto para crear un espectáculo impecablemente rodado, cargado de secuencias de acción trepidante y sofisticada, algo en lo que influye notablemente la estupenda banda sonora tecno de Carlos Jean, hasta ahora colaborador en cine con canciones y arreglos, pero casi nunca como compositor.

Jorge Guerricaechevarría, habitual guionista de Álex ce la Iglesia y Daniel Monzón, en su segunda colaboración con Calparsoro tras Cien años de perdón, compone también uno de sus mejores trabajos, desprejuiciado frente a elaboración de un típico vehículo de género y entretenimiento, tejiendo secuencias memorables como la del primer encuentro del protagonista con Poli, el delincuente que le abre las puertas del éxito, en la discoteca mientras corteja a una imponente Carolina Yuste, que mide fuerzas en pantalla y en el corazón de Herrán con la también estupenda Asia Ortega. Quizás por reprocharle algo, de vez en cuando asoma esa frecuente mala dicción de los actores españoles, y cuando lo hace en informaciones cruciales molesta. Augurábamos lo peor en la carrera en caída libre de Calparsoro a propósito de nuestra crítica de El aviso, y ahora afortunadamente nos desdecimos.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Estreno en salas de MARTIN EDEN

Reseña de la película, estrenada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla en noviembre 2019
Estreno en salas comerciales 18 diciembre 2020

LOS CINES VUELVEN POR NAVIDAD

Una de las empresas que más apuestan por un cine
de calidad nos invita a volver a las salas
Desde principios de noviembre pasado, cuando se limitó la actividad en centros de ocio y cultura hasta las 6 de la tarde, la mayoría de los cines andaluces cerraron sus puertas, tras haber sufrido un duro confinamiento y un regreso en verano que se saldó con escasa afluencia de público y tibia respuesta por parte de la afición. El sector se ahoga si no ponemos remedio, y es precisamente uno de los que menos responsabilidad está teniendo en los temidos rebrotes que se usan para reprimirlo. De hecho llevamos tiempo destacando en medios de comunicación y redes sociales la inequívoca sensación de seguridad y protección que experimentamos en cines, teatros y auditorios de música. Los protocolos allí se cumplen a rajatabla. nadie puede saltarse un control de temperatura, un lavado de manos con gel hidroalcohólico y un riguroso distanciamiento social impuesto por la propia disposición de las butacas disponibles.

La reducción de aforo ha castigado imperiosamente a muchos de estos locales, obligando a sus empleados y empleadas a guardar un descanso forzoso que merma la salud económica y mental de cuantos se sienten implicados. Con la llegada de las fiestas navideñas se han relajado un poco las medidas, y los grandes estrenos de la temporada encuentran así su lugar de exhibición. Esperemos que esta vez la apertura sea definitiva, insistimos por el mero hecho de que por mucho rebrote y repunte de casos que suframos, en cines, teatros y auditorios, mientras no se demuestre lo contrario, estamos seguros y seguras. Así ha sido hasta el momento, y confiando en el rigor con el que el personal de sala nos obliga a cumplir los protocolos, seguirá siéndolo.

Otros sectores se han dejado oír más, y sin embargo no cumplen con el mismo rigor las medidas que todos y todas debemos respetar para que esta pesadilla termine cuanto antes. La relajación ha sido un continuo detonante en otro tipo de establecimientos donde sí se han producido contagios. Las autoridades deberían tomar nota de esto, insistir en el cumplimiento allí donde no se cumple y no someter a todos por igual al mismo lote de medidas. No cabe duda de que tenemos que ser responsables ante la situación, pero esto no debería implicar ahogar y destruir innecesariamente. En el cine estamos seguros, más incluso a veces que en nuestra propia casa, y por muy grandes que sean las modernas televisiones y mayores las ofertas domésticas, no hay nada como disfrutar de un buen espectáculo concentrados en una sala dispuesta para ello, y en compañía de gente con un mismo interés por disfrutar del mismo.

Algunos cines han permanecido abiertos en sesiones de fines de semana matinales y de sobremesa, pero ahora abren la mayoría, regresan los estrenos a nuestra cartelera, que no han faltado en otras comunidades más castigadas que la nuestra, y no podemos volverles la espalda. Los cines nos necesitan y nosotros a ellos, más.

LA ROSS REGRESA PARA DESPEDIR A BEETHOVEN

Ciclo de Otoño de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. György Györiványi Ráth, director. Programa: Sinfonías nº 6 en Fa mayor Op. 68 “Pastoral” y nº 5 en Do menor Op. 67, de Beethoven. Teatro de la Maestranza, jueves 17 de diciembre de 2020


Casi dos meses y medio hemos estado privados de disfrutar de nuestra orquesta en todo su esplendor. Nos hubiera gustado mucho que igual que hizo la Filarmónica de Málaga, la ROSS hubiera reprogramado sus conciertos en sesiones matinales de fin de semana, pero quizás la situación estratégica no sea la misma y soportar un aforo de poco más del diez por ciento del total, como pedían las autoridades para contener el virus, fuera excesivo para afrontarlo. Atrás quedaron dos conciertos frustrados, que quizás recuperemos, con música de Silvestre Revueltas, Rodolfo Halffter, Mozart y el mismo Beethoven que ayer cumplió doscientos cincuenta años. Antes de que se convirtiera en el año de la pandemia, el 2020 tenía el privilegio de ser el de los grandes fastos para celebrar tan destacada efemérides, pero lo cierto es que la crisis sanitaria se ha llevado la mayoría de los actos previstos por delante. El programa diseñado por la Sinfónica para cerrar por su parte estas celebraciones recupera el del estreno de las dos obras convocadas, un evento en el que en su día se interpretó además la Fantasía Coral, algunos fragmentos de la Misa en do mayor y el Concierto nº 4, con el propio Beethoven gravemente tocado por su sordera, estrellándose estrepitosamente al teclado según las crónicas. 

Foto: Guillermo Mendo
Aquel concierto de 1808 inaugura una etapa dolorosa para el compositor, consciente de su limitación y de cómo afectaría significativamente a su trabajo y felicidad. Afortunadamente sabemos que eso fue así parcialmente, y que todavía habrían de llegar milagrosamente obras de importancia crucial para la Historia de la Música. Quien una vez se postulara como firme candidato a director artístico de la orquesta, el húngaro György Ráth, volvió a subirse al podio y demostrar que su batuta sigue resultando tan melosa y excesivamente delicada como en ocasiones anteriores, al menos así sucedió con la Pastoral. Hizo sonar bien a la orquesta, si bien algunos pasajes, como el ländler de los pastores en el tercer movimiento, quedaron desdibujados y faltos de garra. Ahondó en crear una atmósfera espaciosa e hipnótica, pero a menudo se le fue de las manos logrando tan solo languidez y hasta aburrimiento. Aún así provocó el entusiasmo desorbitado de algún espectador o espectadora tras una bucólica Escena junto al arroyo

Su Pastoral fue por lo tanto demasiado relajada y amable, salvo en la tormenta, donde supo dinamizar los recursos y hacer estallar toda una gama de colores, algo que contagió también a una Quinta suntuosa, trágica y envolvente. Una pieza impecablemente construida, con atención al detalle en cada una de las familias orquestales y un trabajo excelente en dinámicas y texturas. Especialmente logrado resultó el muy matizado scherzo con una fantasmal transición a un allegro final exultante y victorioso. Ráth supo transmitir que la obra debía brillar en monumentalidad, dinamismo y flexibilidad y que debía trazar un arco sonoro y expresivo que nos hiciera viajar de la oscuridad al luminoso destino con un considerable ritmo y sentido de la expresividad.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 17 de diciembre de 2020

MISIÓN CUMPLIDA EN EL DÍA MÁS SEÑALADO

Integral de las sinfonías de Beethoven para piano a cuatro manos. Iberian & Klavier Piano Duo: Laura Sierra y Manuel Tévar. Programa: Sinfonía nº 9 en re menor op. 125 de Beethoven según arreglo de Wilhelm Meves (movimientos 1 y 2) y August Horn (movimientos 3 y 4). Teatro Cajasol, miércoles 16 de diciembre de 2020

Laura Sierra y Manuel Tévar despidiendo el ciclo
Ayer, tronara, diluviara, nevara o cayeran rayos de punta, era ineludible comulgar con el más revolucionario y visionario de cuantos compositores hemos conocido. Cumplía doscientos cincuenta años y cada uno y una podía celebrarlo como quisiera, pero qué mejor que hacerlo en compañía de su obra más compleja y emblemática, la Novena o Coral, que en Sevilla se nos ofrecía en forma de arreglo para piano a cuatro manos, completando así un ciclo que empezó a finales de septiembre y se ha conseguido completar ahora, tras innumerables vicisitudes, cambios de horario e inconvenientes de todo tipo para adaptarse a las medidas impuestas como consecuencia de la pandemia. Con todo eso han podido la pareja formada por Laura Sierra y Manuel Tévar, los responsables de Juventudes Musicales, que esta semana ofrece su lado más solidario con cinco conciertos para la recogida de juguetes que se están celebrando en su pabellón del Parque María Luisa desde el pasado lunes hasta mañana en horario de mediodía, y un público fiel que ha llenado puntualmente el aforo permitido en cada cita programada. 

En tiempos como el que estamos viviendo cobra especialmente relevancia una obra como ésta, que explora como nunca antes se había hecho la sensación de alegría y de emoción puramente humanista, a través paradójicamente del sufrimiento. La alegría beeethoveniana no es simplona ni inocente, se llega a ella a través del conocimiento profundo de las cosas, de la exploración de nuestros sentimientos y la percepción que llegamos a tener de nuestro entorno cuando lo estudiamos a fondo, lo que conlleva mucho sufrimiento, una consciencia plena del mundo que nos rodea y del provecho que podemos llegar a sacar de él. Ese recorrido intelectual está en cada movimiento de esta obra descomunal y el intérprete ha de saber reflejarlo en cada nota. Sierra y Tévar lo entendieron y nos brindaron una excepcional versión de la obra, en la que resultó fácil escuchar toda una orquesta y hasta un coro gracias al empuje, la fuerza y la extraordinaria precisión con la que bañaron su interpretación. Logro también por supuesto del trabajo de sus arreglistas, de nuevo Wilhelm Meves, de quien ya se ofrecieron sus arreglos en la entrega anterior, en los dos primeros movimientos, y de August Horn en los otros dos, compositor de Leipzig de segunda mitad del XIX, responsable de multitud de arreglos, muchos para dos pianos y ocho manos, de toda la plana mayor de los grandes compositores, de Haydn a Wagner pasando por Schubert, Mendelssohn, Weber o Schumann. 

Teatro Cajasol con mascarillas y distancia de seguridad
El allegro ma non troppo inicial se benefició de un considerable sentido dramático en manos de la pareja, derrochando fuerza y expresividad gracias a un complejo juego de dinámicas y unas texturas densas que dieron mucho cuerpo a la partitura. Ahí estaba todo el espíritu del autor, algo menos palpable en un molto vivace al que quizás faltó un poco más de mordacidad y un toque ligeramente más grotesco, pero en el que la compenetración volvió a brillar con fuerza y determinación. Todo ese ímpetu y energía se convirtió convenientemente en lirismo y delicadeza en el adagio, resuelto con mucho sentimiento y una enorme sensibilidad. Resultó increíble, tanto por los acertadísimos arreglos de Horn como la descomunal interpretación de los pianistas, que el movimiento final sonara tan completo y brillante, con todos sus matices, colores y cambios de registro y humor intactos, alcanzándose en términos generales una representación heroica de la obra, terriblemente dolorosa en ese scherzo fugado in crescendo que precede a la exuberante explosión de la Oda a la alegría con las palabras de Schiller en nuestro semblante. Todo ello haciendo gala de una técnica impecable y una capacidad extraordinaria para transmitir sentimiento y captar toda nuestra atención. Con unas emotivas palabras de Tévar y una emocionante interpretación de Moon River de Henry Mancini, incluida una larga introducción de tintes inequívocamente jazzísticos que el pianista defendió en perfecto estilo y con un gusto exquisito, dio por concluido este feliz y tumultuoso ciclo.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 16 de diciembre de 2020

DE LA TIERRA AL CIELO CRUZANDO SOLO UNA CALLE

Concierto nº 1 de la 10ª temporada de la Orquesta Sinfónica Conjunta.
Ensemble de percusión de la OSC. Antonio Moreno, dirección. Programa: Monográfico John Cage (Child of Tree, Amores I-III, Forever and Sunsmell, Living Room Music, 4’33’’, Imaginery Landscape nº 2, Double Music). Iglesia de la Anunciación

Otoño Barroco de la Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca de Sevilla. Orquesta Residente del Otoño Barroco. Coro de la Asociación de Amigos de la OBS. José Manuel Ramírez, violonchelo. Ruth Rosique, soprano. Lucía Gómez Aizpurua, mezzosoprano. Ariel Hernández, tenor. Víctor Cruz, bajo. Andoni Sierra, dirección. Programa: Bach en Navidad (Suite nº 3 BWV 1068 y Cantata III del Oratorio de Navidad BWV 248, de Bach; Sonata para violonchelo HW X/1, de Johann Christoph Friedrich Bach). Espacio Turina. Martes 15 de diciembre de 2020

El Ensemble de Percusión de la OSC atento al 4'33''
Ahora que papá Gobierno y mamá Junta nos dejan estar en la calle hasta las diez, y que los centros culturales relajen sus horarios y amortigüen su agonía, hemos podido en solo una tarde disfrutar de dos propuestas musicales de signo bien distinto, pero unidas por la voluntad de sumar fuerzas y talento en una época en la que tradicionalmente estos valores se venden y promueven más que en ningún otro momento del año. Por un lado aplaudimos el regreso de nuestra admirada Orquesta Sinfónica Conjunta, después de su abortada novena temporada, y de nuevo con la percusión como protagonista. El uso estrictamente académico que la pandemia ha impuesto al Auditorio de Ingenieros, espacio habitual de esta formación de la Universidad y el Conservatorio Manuel Castillo que tantas satisfacciones y tan buenos programas nos ha brindado, determinó que fuera sustituido por la Iglesia de la Anunciación, el otro bastión del CICUS. Y tan solo cruzando la calle Imagen, la otra convocatoria, el Espacio Turina ofreciendo
música de Bach en las antípodas de John Cage, protagonista en el templo. 

El espacio y el ambiente como componentes musicales 

Antonio Moreno y Child of Tree
Un espléndido recorrido por la música de uno de los mayores exponentes de la renovación musical del siglo XX; el norteamericano John Cage, fue el detonante de la propuesta de Juan García para el regreso de la Conjunta en formación estrictamente de percusión. Música muy asida a la tierra, sus sonidos y sensaciones, el ambiente y la atmósfera que la envuelve. Quizás por eso resultó especialmente acertado y sorprendente que ocurriera en un templo renacentista, una Iglesia de amplios y suntuosos espacios en los que habitualmente se dispersan y hasta pierden los sonidos, esa mala acústica tantas veces denunciada y que sin embargo en esta ocasión sirvió para dar sentido a la intención del autor de crear música dinámica, que se reinventa con cada nueva interpretación, y se alimenta con el carácter y el espacio del lugar donde se ejecuta. Quizás Cage hubiera estado encantado de escuchar esta significativa representación de su música en un auditorio así, y desde luego hubiera disfrutado mucho con su emblemático 4’33’’ invadido por el sonido de la calle, autobuses, murmullos, voces que se colaban en el templo y en el silencio escenificado por el director Antonio Moreno y seis de sus alumnos en ademán siempre de arrancar sin llegar a hacerlo. 

Y es que hubo mucha dramatización en esta función, como el propio Moreno valiéndose de todo tipo de artilugios, incluida una esterilla y un cactus, para edificar ese Child of Tree que nos ata directamente a la tierra en la que vivimos, cuya naturaleza se vio representada también en otras piezas como el Double Music final en cuyos envolventes y turbadores sonidos intervino también otro maestro, Pepe Tur. Escenificaciones que observamos también en los ininteligibles diálogos, voces y rugidos de los jóvenes intérpretes en Living Room Music, e incluso en la voz religiosamente moldeada de J. José Ramos en Forever and Sunsmell. Y naturaleza que nos cautivó en las cajas, congas y bongos de Amores I-III, y en el gong y el megáfono de Imaginery Landscape nº 2. Cage erigido así en rey de la percusión, como también lo es del piano preparado ausente en este repaso, que dominó en nuestros sentidos gracias al excelente trabajo de García, Moreno y el muy disciplinado conjunto convocado para la ocasión. 

Suma de talento, mucho esfuerzo e ilusión


Al otro lado de la calle esperaba la Orquesta Residente del Otoño Barroco para poner el punto final a esta temporada del ciclo felizmente salvada por los pelos, y hacerlo como lo viene haciendo desde hace varios años, con Bach y una de las seis cantatas en las que dividió su Oratorio de Navidad, en esta ocasión la tercera, dedicada a la adoración de los pastores, e invitando al público a sumarse en el canto de cada uno de los tres corales luteranos introducidos en la partitura, debidamente traducidos por Rocío de Frutos, al Coro de la Asociación de Amigos de la OBS, preparado para la ocasión por la excelente soprano Cristina Bayón. Sin duda un trabajo de equipo, diseñado con cariño e ilusión, y con el acierto de invitar en los atriles a los jóvenes ganadores y ganadoras de la beca que convoca la Barroca cada año. De hecho el ganador de éste, José Manuel Ramírez, interpretó la pieza que hizo de puente entre la Suite Orquestal nº 3 de Bach y su Cantata III del Oratorio de Navidad. Se trata de una sonata para violonchelo de uno de sus muchos hijos, Johann Christoph Friedrich Bach, cuyo primer movimiento Allegretto tiene cierta gracia y desparpajo, pero con un segundo Rondeaux realmente anodino, a pesar de que Ramírez, con ayuda de Mercedes Ruiz en el bajo continuo, hizo una virtuosa interpretación, viva, ágil e impecablemente articulada

De izquierda a derecha Cruz, Hernández, Gómez y Rosique
Sin atisbo de fatiga, Ramírez intervino también en las dos obras de Johann Sebastian, una Suite nº 3 que sonó destemplada, con decepcionante intervención de las trompetas, casi como si se tratara de un postizo que no hizo sino malograr el resultado del resto del conjunto, y la cuerda ahogada y desangelada en el famoso Air. Solo los timbales, apartados en un balcón del teatro para no saturar el recinto, y el bajo continuo lograron un buen papel. Mejor fue el resultado de la cantata, aunque pocos fuimos quienes nos atrevimos a acompañar al coro en los fragmentos tan hábilmente traducidos. Aquí brilló más la cuerda, tanto como la joven Irene González al órgano y Santiago Sampedro al clave, o José Manuel Cuadrado al oboe, que junto a Jacobo Díaz firmaron un sensacional acompañamiento de la siempre estupenda y refulgente Ruth Rosique, que precisamente se encargó en octubre de inaugurar el Otoño Barroco, y Víctor Cruz en el aria Señor, tu compasión y tu misericordia, quizás el número mejor defendido de la pieza, dentro de un conjunto tan amable y disfrutable.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

VOLVER A EMPEZAR (HERSELF) Un Loach emotivo y femenino

Título original: Herself
Irlanda-Reino Unido 2020 97 min.
Dirección
Phyllida Lloyd Guion Malcolm Campbell y Clare Dunne Fotografía Tom Comerford Música Natalie Holt Intérpretes Clare Dunne, Harriet Walter, Molly McCann, Ruby Rose O’Hara, Conleth Hill, Cathy Belton, Ian Lloyd Anderson, Ericka Roe, Rebecca O’Mara, Mabel Chah, Dmitry Vinokurov, Aaron Lockhart, Jane Brennan Estreno en el festival de Sundance 24 enero 2020; en España 4 diciembre 2020


La trayectoria de la realizadora inglesa Phyllida Lloyd es cuando menos desconcertante. De la comedia musical amable y popular Mamma Mia! pasó sin parpadear a la crónica política y biográfica de Margaret Thatcher en La dama de hierro, y ahora resulta ser la elegida por Clare Dunne, auténtica artífice de esta película, para dirigir una cinta de inequívoco sabor a Ken Loach pero con una mirada acertadamente femenina. De ello es responsable esta todo terreno realizadora, una verdadera profesional del medio capaz de hacer invisible su cometido y ofrecer con todo el buen oficio posible una película tan sentida y entretenida como ésta. Su protagonista y autora del guion, Clare Dunne, da vida a una joven maltratada que intenta rehacer su vida y la de sus dos pequeñas hijas en una sociedad que por más que lo intenta no consigue dar con la clave para reducir los casos de maltrato machista y dar solución a las mujeres que sufren esta lacra. Algo parecido a lo que sucede en nuestro país, si no idéntico, en el que el sistema no consigue solucionar el problema, la sinrazón se impone demasiado a menudo y la protección ofrecida a las víctimas pasa por ser a menudo inadecuada, inhábil, inasumible para el Estado y estéril para el combate.

En medio de toda una vorágine burocrática y judicial que solo revierte en más sufrimiento para quienes menos lo merecen, surge la esperanza en forma de solidaridad humana, y es cuando lo mejor de cada uno y una emerge cuando encontramos una pequeña solución y confianza en un futuro mejor. En eso los irlandeses son maestros, como ya demostró multitud de veces John Ford en su vasta y rica filmografía, y vuelve a hacerlo esa emotiva canción que entona Dunne a poco del final, The Lass of Aughrim, la misma que tanto nos emocionó en la voz de Frank Patterson en Dublineses de John Huston. La construcción de un hogar por ella misma, ese Herself del título original que aquí han sustituido por el de la oscarizada película de José Luis Garci, con toda la falta de respeto que eso supone, se convierte en leit motiv de esta a ratos dura, otros amable película en la que brillan además de las interpretaciones de Dunne y sus dos chiquillas, una de las cuales recuerda muchísimo a Abigail Breslin (Pequeña Miss Sunshine), las de los y las secundarias, empezando por la siempre entrañable Harriet Walter y el más que eficaz Conleth Hill.

Lloyd y Dunne reducen, salvo por un recurrente flashback, la crónica del maltrato doméstico y se centra más en los muros burocráticos infranqueables que tanto daño añaden a las víctimas, y sobre todo en la buena voluntad y disposición del prójimo, si bien tanta generosidad y altruismo merecía un trabajo más desarrollado y convincente. Se agradece sin duda su mensaje de optimismo, su adecuada narrativa, el esmerado trabajo de interpretación y el sentimiento desplegado en su desarrollo.