miércoles, 16 de diciembre de 2020

VOLVER A EMPEZAR (HERSELF) Un Loach emotivo y femenino

Título original: Herself
Irlanda-Reino Unido 2020 97 min.
Dirección
Phyllida Lloyd Guion Malcolm Campbell y Clare Dunne Fotografía Tom Comerford Música Natalie Holt Intérpretes Clare Dunne, Harriet Walter, Molly McCann, Ruby Rose O’Hara, Conleth Hill, Cathy Belton, Ian Lloyd Anderson, Ericka Roe, Rebecca O’Mara, Mabel Chah, Dmitry Vinokurov, Aaron Lockhart, Jane Brennan Estreno en el festival de Sundance 24 enero 2020; en España 4 diciembre 2020


La trayectoria de la realizadora inglesa Phyllida Lloyd es cuando menos desconcertante. De la comedia musical amable y popular Mamma Mia! pasó sin parpadear a la crónica política y biográfica de Margaret Thatcher en La dama de hierro, y ahora resulta ser la elegida por Clare Dunne, auténtica artífice de esta película, para dirigir una cinta de inequívoco sabor a Ken Loach pero con una mirada acertadamente femenina. De ello es responsable esta todo terreno realizadora, una verdadera profesional del medio capaz de hacer invisible su cometido y ofrecer con todo el buen oficio posible una película tan sentida y entretenida como ésta. Su protagonista y autora del guion, Clare Dunne, da vida a una joven maltratada que intenta rehacer su vida y la de sus dos pequeñas hijas en una sociedad que por más que lo intenta no consigue dar con la clave para reducir los casos de maltrato machista y dar solución a las mujeres que sufren esta lacra. Algo parecido a lo que sucede en nuestro país, si no idéntico, en el que el sistema no consigue solucionar el problema, la sinrazón se impone demasiado a menudo y la protección ofrecida a las víctimas pasa por ser a menudo inadecuada, inhábil, inasumible para el Estado y estéril para el combate.

En medio de toda una vorágine burocrática y judicial que solo revierte en más sufrimiento para quienes menos lo merecen, surge la esperanza en forma de solidaridad humana, y es cuando lo mejor de cada uno y una emerge cuando encontramos una pequeña solución y confianza en un futuro mejor. En eso los irlandeses son maestros, como ya demostró multitud de veces John Ford en su vasta y rica filmografía, y vuelve a hacerlo esa emotiva canción que entona Dunne a poco del final, The Lass of Aughrim, la misma que tanto nos emocionó en la voz de Frank Patterson en Dublineses de John Huston. La construcción de un hogar por ella misma, ese Herself del título original que aquí han sustituido por el de la oscarizada película de José Luis Garci, con toda la falta de respeto que eso supone, se convierte en leit motiv de esta a ratos dura, otros amable película en la que brillan además de las interpretaciones de Dunne y sus dos chiquillas, una de las cuales recuerda muchísimo a Abigail Breslin (Pequeña Miss Sunshine), las de los y las secundarias, empezando por la siempre entrañable Harriet Walter y el más que eficaz Conleth Hill.

Lloyd y Dunne reducen, salvo por un recurrente flashback, la crónica del maltrato doméstico y se centra más en los muros burocráticos infranqueables que tanto daño añaden a las víctimas, y sobre todo en la buena voluntad y disposición del prójimo, si bien tanta generosidad y altruismo merecía un trabajo más desarrollado y convincente. Se agradece sin duda su mensaje de optimismo, su adecuada narrativa, el esmerado trabajo de interpretación y el sentimiento desplegado en su desarrollo.

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