martes, 30 de junio de 2015

SAN ANDRÉS Entretenido y descomunal disparate catastrofista

Título original: San Andreas
USA 2015 114 min.
Dirección Brad Peyton Guión Carlton Cuse, Andre Fabrizio y Jeremy Passmore Fotografía Steve Yedlin Música Andrew Lockington Intérpretes Dwayne “The Rock” Johnson, Alexandra Daddario, Carla Cugino, Paul Giamatti, Hugo Johnstone-Burt, Art Parkinson, Ioan Gruffud, Will Yun Lee, Kylie Minogue, Archie Panjabi, Morgan Griffin, Todd Williams, Colton Haynes Estreno en Estados Unidos 29 mayo 2015; en España 26 junio 2015

Demostración evidente del protagonismo que han adquirido los efectos visuales en este tipo de producciones, San Andrés propone un terremoto de proporciones tan apocalípticas que se antoja un auténtico disparate. Desconocemos si tiene una mínima base científica, pero lo que se nos sitúa ante los ojos supone un despropósito descomunal, aderezado con una simplona trama sentimental que repite los esquemas que hicieron famoso el género en la década de los setenta, cuando el cine de catástrofes suponía el cementerio de las grandes estrellas de Hollywood de antaño. Una sucesión de situaciones de peligro extremo y resoluciones imposibles hacen de esta película del director de Como perros y gatos: La revancha de Kitty Galore y Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa un desmadre que sin embargo cumple con lo que promete, un despliegue mastodóntico de efectos y destrucción visualmente espléndido, en el que incluso la tecnología tridimensional cumple con generosa eficacia. En el apartado dramático sus protagonistas se lo toman con seriedad y profesionalidad, con The Rock más expresivo que de costumbre y Carla Cugino repitiendo el papel de esposa decidida y activa que ejerció en las sucesivas entregas de Spy Kids. No hay que pedirle más, el entretenimiento está asegurado con dignidad, brindándole además a Kylie Minogue una nueva y breve oportunidad de aparecer en pantalla, aunque no se entienda muy bien cuál es su personaje.

ESPÍAS Turista americana con licencia para matar

Título original: Spy
USA 2015 120 min.
Guión y dirección Paul Feig Fotografía Robert D. Yeoman Música Theodore Shapiro Intérpretes Melissa McCarthy, Rose Byrne, Jude Law, Jason Statham, Miranda Hart, Peter Serafinowicz, Allison Janney, Bobby Cannavale, Morena Baccarin, 50 Cent, Will Yun Lee, Zach Woods, Nia Long, Alicia Vela-Bailey, Jessica Chaffin, Carlos Ponce Estreno en Estados Unidos 5 junio 2015; en España 26 junio 2015

Paul Feig, uno de los artífices de la nueva comedia gamberra americana, con títulos en su filmografía como La boda de mi mejor amiga y Cuerpos especiales, suaviza afortunadamente las formas en esta nueva película con su musa como protagonista, Melissa McCarthy, que también encabeza el reparto de su nuevo film Cazafantasmas 3. Este Cukor del mal gusto, en su calidad de especialista en dirigir a mujeres, propone una nueva parodia del cine de espías, y más concretamente de James Bond. Coinciden las comedias sobre el famoso agente británico con sus momentos de más popularidad, así en los sesenta a través de personajes como Flint o Matt Helm, o los clones que surgieron en el cine italiano y español, y ahora en el nuevo siglo, en el que han surgido personajes como Johnny English o ahora esta Susan Cooper que se revela como versión femenina y oronda del popular espía. Pero que nadie se engañe, no se trata de una lectura en clave feminista y a favor de la diferencia, sino un mero divertimento con el acierto de no ridiculizar a su protagonista convirtiéndola en personaje tosco y torpe. Algunos toques de mal gusto no emborronan un espectáculo que destaca más en su vertiente cómica, gracias a sus impecables intérpretes y algunos diálogos jocosos, que de acción e intriga, aunque tampoco en este apartado está descuidada. A destacar el descubrimiento de dos intérpretes con auténtica vis cómica, Peter Serafinowicz como divertido seductor italianoide y, sobre todo, Miranda Hart como una curiosa mezcla entre Liza Minnelli y Rossy de Palma. Por su parte McCarthy cumple con mucha dignidad, afianzándose en una carrera que cada vez cuenta con mayor apoyo y respeto entre los entendidos; mientras Jude Law exhibe muecas que recuerdan a Rupert Everett, quien curiosamente se barajó durante algún tiempo como posible agente especial gay, y Jason Statham cubre el expediente como parodia de sí mismo en la línea de Leslie Nielsen. No falta tampoco la canción a lo Shirley Bassey, Adele y Conchita Wurst, ilustrando los atractivos créditos de rigor. 

lunes, 29 de junio de 2015

viernes, 26 de junio de 2015

DEL HORROR A LA ESPERANZA. ÚLTIMO CONCIERTO DE HALFFTER Y LA ROSS

16º concierto de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Solen Mainguené, soprano. Alexandra Rivas, mezzosoprano. José Luis Sola, tenor. Egils Silins, bajo. Pedro Halffter, director. Programa: Un superviviente en Varsovia Op. 46, de Schönberg; Sinfonía nº 9 Op. 125, de Beethoven. Teatro de la Maestranza, jueves 25 de junio de 2015

Solen Mainguené
Ya no volveremos a ver a Halffter frente a la Sinfónica hasta la próxima temporada, cuando la dirija en dos de los cuatro títulos líricos programados y en una gala especial conmemorativa del 25 aniversario del Maestranza y la orquesta. Éste fue por lo tanto su último concierto de abono con un conjunto que en los últimos años se ha mostrado presuntamente incómodo con el director madrileño, quien al margen de los motivos de tal desencuentro se ha revelado toda esta década al frente de la formación como un excelente director y uno de los que mejores prestaciones ha extraído de la misma.

Interpretar la Novena de Beethoven precedida de Un superviviente en Varsovia no es ninguna novedad. De hecho es un programa relativamente frecuente, con el que parece se quiere reflejar el horror más nauseabundo, el del holocausto nazi, en transición hacia la esperanza y el humanismo más exultante. Algunos directores, como por ejemplo Rattle, prefieren interpretar ambas piezas sin pausa, como un bloque. De Schönberg Halffter ofreció una versión musculosa y notable en la exposición de detalles, pero sin lograr la combinación de espanto y triunfo que la partitura exige. Silins logró ser un narrador desgarrado y escalofriante, con ayuda de la amplificación. Pero el coro se mantuvo por debajo de sus posibilidades expresivas y quedó definitivamente sepultado bajo la saturación orquestal del clímax.

Egils Silins
Los tres primeros movimientos de la página beethoveniana sonaron impolutos, correctos hasta la perfección sonora, perfectamente articulados, pero no añadieron nada nuevo a una página tantas veces transitada, ni en expresividad ni en emoción. La misma suerte corrió el movimiento coral, con una poderosísima aportación de Íñigo Sampil, que hizo del Coro de Amigos del Maestranza un instrumento estremecedor, mientras en las voces solistas hubo un desequilibrio notable protagonizado por la potentísima voz de la soprano francesa, que hizo inaudible la voz pequeña de Alexandra Rivas y apabulló a sus otros dos compañeros, un Egils Silins que exhibió más vibrato que en su aportación como narrador a la página anterior, y un Solá que cumplió en voz, fraseo y articulación. Fue en definitiva una versión potente y vigorosa de la Sinfonía Coral, de alta calidad aunque no especialmente memorable.

miércoles, 24 de junio de 2015

CUARTETO GALUPPI: EVOCACIONES DE UNA NOCHE DE VERANO

XVI Noches en los Jardines del Alcázar. Cuarteto Galuppi: Mariarosaria D’Aprile y Patricia Pascual, violines. Mª Esperanza Mohedo, viola. Simonetta Bassino, violonchelo. Programa: Cuarteto en Si bemol Mayor, de Chaikovski; Cuarteto nº 2 en Re Mayor, de Borodin. Jardines del Real Alcázar, martes 23 de junio de 2015

Cuando Borodin y Chaikovski escribieron sus primeros cuartetos estaban experimentando un territorio virgen en la música de su país, pues aunque en su juventud compusieron piezas de cámara, eran obras estudiantiles o de mero entretenimiento. Es el caso del Cuarteto en Si bemol Mayor del autor del Cascanueces, una obra en la que apenas se atisba el estilo apasionado y temperamental del compositor, y que más bien mira hacia sus maestros occidentales a través de un único movimiento de inspiración folclórica y recapitulación muy variada. Es cierto que sentaría las bases de sus tres cuartetos maduros, éstos sí compuestos contemporáneamente a los dos de Borodin, enmarcados ya en un estilo eminentemente ruso. 

El trabajo de las cuatro integrantes del Cuarteto Galuppi, dos italianas y dos españolas unidas para transmitir su pasión por la música, resultó competente y estimulante. Abordaron el cuarteto de Chaikovski con holgado sentido de la expresividad y responsabilidad, vigoroso en sus pasajes más agitados y elegante en los más líricos, augurando así un trabajo quizás notable en el más complejo de Borodin.

Efectivamente, las largas y exquisitas melodías del Cuarteto nº 2 del autor de El príncipe Igor encontraron en las intérpretes unas aliadas fieles y dignas, fluyendo con naturalidad y sentido del equilibrio. Con el peso recayendo sobre la violonchelista y la primera violinista, el resultado fue muy satisfactorio, a pesar de la imprescindible amplificación que afea la estética del sonido. Alternaron la seriedad del allegro con la jovialidad del scherzo, la ensoñación del nocturno y la intriga hechizante del finale sin aparente esfuerzo, siempre con elocuencia y nitidez, destacando en expresividad, profundidad y sentimiento y sacando a relucir el carácter tan elaborado y contrapuntístico de la pieza.
 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 25 junio 2015

martes, 23 de junio de 2015

THAT'S ENTERTAINMENT! Temporada 2015-2016 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla

John Axelrod, sin complejos
Recién regresado de la presentación de la nueva temporada de la Sinfónica en el Maestranza, llega el momento de hacer alguna valoración, aunque sea somera y a la carrera, de la programación diseñada por el nuevo director musical de la formación, el norteamericano John Axelrod. Una primera aproximación de la misma, a vuelo de pájaro, nos da una idea de ligereza y amabilidad, así como del enorme cariño que su artífice parece haber puesto en ella. Una programación nada convencional en la que se pueden apreciar más de treinta títulos jamás abordados en los atriles de la orquesta, todo un récord en sus veinticinco años de existencia. La ausencia de los grandes nombres, de Beethoven a Chaikovski, pasando por Mahler, Wagner o Brahms, no debiera disuadir al público de seguir el itinerario propuesto por el tejano, un viaje exótico y muy peculiar por sonoridades nunca antes escuchadas en nuestro templo de la música, aunque sus autores no resulten muchas veces familiares. No se trata sin embargo de una programación audaz capaz de ofrecer las últimas tendencias, las más vanguardistas, sobre el terreno. En cierto modo cuando se trata de obras jóvenes podemos apreciar en ellas una estética bastante conservadora, y en general con un nivel de exigencia por debajo del recomendable.

Se han programado pocos conciertos; al Egipcio de Saint-Säens que ya se escuchó hace apenas unas temporadas, se unen el nº 27 para piano de Mozart, nunca antes interpretado por la ROSS pero cuyos ecos aún resuenan recientes tras el concierto del pasado enero con Barenboim y la WEDO, y el Concierto para la mano izquierda de Ravel, además de dos conciertos de Fazil Say, pianista que esta vez actúa en calidad de artista residente tras el éxito cosechado la pasada temporada con su recital en solitario, y que esta vez ofrecerá además otras de sus composiciones; también otro para guitarra de José Mª Gallardo del Rey que interpretará él mismo. Y menos sinfonías, apenas la de Franck, interpretada hace unos cinco años, la recurrente Italiana de Mendelssohn (y van...), la nº 103 de Haydn y la Sevillana de Turina. Pero sobre todo hay muchas piezas de concierto que no se adscriben a un género concreto, y obras poco divulgadas de autores muy frecuentados, como Debussy, Dukas, Saint-Säens, Bartók o Ibert. Todas con una misión, un leit motiv, que es evocar un panorama eminentemente mediterráneo en el que el exotismo árabe se combine con el folclore europeo que se baña en las azules aguas de un mar con una cultura y una vegetación sin igual.

Fazil Say, artista residente
Tratándose de Axelrod, responsable de los conciertos Hollywood in Vienna que se celebran anualmente en el Wiener Konzerthaus, la música de cine tenía que estar presente, y lo hará de forma directa con la proyección de Carmen (1915) de Cecil B. de Mille con partitura de Hugo Riesenfeld a partir de la música de Bizet, y un concierto en el que se invocará la música del Magreb a través de Max Steiner (Casablanca), Miklós Rózsa (Sahara y El Cid), John Williams (En busca del arca perdida), Cliff Eidelman (Christopher Columbus) y Vangelis (1492). Y de forma indirecta a través de piezas como Noche en el monte pelado de Mussorgsky, Pinos de Roma de Respighi o La consagración de la primavera, inmortalizadas también en el cine, concretamente en las Fantasías de Disney. Todo muy Entertainment, como se puede apreciar, incluso la indumentaria de Axelrod para la ocasión, un precioso traje de inspiración española de Dolce & Gabbana que adquirió en Florencia.

Los conciertos de cámara seguirán celebrándose una vez al mes y volverán a tener al English Language Institute como patrocinador, manteniendo una programación rica y variada, en la que los músicos de la ROSS, por primera vez presentes en el acto de introducción de la temporada, darán sin duda lo mejor de sí mismos. Entre los solistas y directores invitados destacan la pianista Lilya Zilberstein, el violonchelista Asier Polo, la recuperación de la soprano gaditana Ruth Rosique, ausente de la programación sevillana el año pasado, y los jóvenes directores Giacomo Sagripanti y Maxim Emelyanychev, que nos ofrecieron recientemente unas estupendas Cenerentola y Don Giovanni, respectivamente. Lástima que no se haya contado con Pedro Halffter, un excelente director cuyo trabajo frente al teatro y la orquesta ha sido encomiable y muy aplaudido por crítica y público, y que esta nueva temporada sólo veremos frente a la ROSS, al margen de la temporada lírica, en una gala conmemorativa de las dos instituciones, naturalmente en calidad de director artístico del Maestranza. La ausencia de los grandes nombres del sinfonismo no debiera ahuyentar público, pues a buen seguro que ésta será una temporada quizás discutible en algunas de sus propuestas, pero a la que asistiremos ilusionados por la sorpresa y el descubrimiento que muchas veladas nos proporcionarán.

EL CONTROVERTIDO TALENTO DE JAMES HORNER


Hemos despertado hoy con la terrible noticia del fallecimiento de James Horner, uno de los compositores más representativos del nuevo sinfonismo de Hollywood que tanto predicamento tuvo durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado. Junto a Alan Silvestri, Hans Zimmer, James Newton Howard, Howard Shore, Basil Poledouris, Danny Elfman o incluso Bruce Broughton, que dirigirá a la ROSS dentro de unos días, Horner surgió al hilo de la renovación del lenguaje cinematográfico musical que supuso La guerra de las galaxias de John Williams, y el estilo inigualable de Jerry Goldsmith, maestro que inspiró a generaciones enteras de compositores de cine.

Sin menospreciar el talento que le llevó a crear bandas sonoras tan inspiradas como Leyendas de pasión, Cocoon, Tiempos de gloria, Casa de arena y niebla, Campo de sueños, El nombre de la rosa o En busca de Bobby Fischer, por citar sólo algunos ejemplos de los más de cien títulos que integran su filmografía, Horner fue especialmente objeto de polémica por la gran cantidad de ocasiones en las que su música imitaba descaradamente piezas del repertorio clásico sin que se acreditara, detalle que pasaba a menudo desapercibido para gran cantidad de aficionados al género. Notorio es el caso de Willow, una de sus muchas colaboraciones con el director Ron Howard, cuyo tema principal guarda una enorme similitud melódica con los primeros compases de la Sinfonía nº 3 "Renana" de Schumann. Pero no podemos olvidar que el Adagio del ballet Gayaneh de Kachaturian fue plagiado por el autor de Titanic en numerosas ocasiones, como Juego de patriotas o Aliens. Lobos humanos duplica prácticamente las notas más significativas de La pregunta sin respuesta de Charles Ives, así como los ecos del Réquiem de Guerra de Britten se aprecian en Troya. Incluso el propio Williams fue objeto de ese afán plagiador de Horner, que no dudó en emplear la misma fórmula del tema de los conspiradores de JFK en cintas como El informe Pelícano o Los fisgones. De lo que no cabe duda es de la cultura musical del autor fallecido, sin obviar la calidad que llegaron a lucir sus composiciones, al menos en la primera década de su carrera. 

En los últimos años, casi desde el éxito descomunal de Titanic, que le valió sendos Oscar a la mejor partitura y la mejor canción, su obra decayó considerablemente, sucediéndose títulos de escaso interés, como El niño del pijama de rayas, reminiscencia de su propio trabajo para Rebeldes del swing, también con temática nazi, las nuevas versiones de Karate Kid y Spiderman o sus trabajos para Jean-Jacques Annaud Oro negro y El último lobo. A pesar de todo no vamos a quitarle mérito al autor de Braveheart, del que siempre recordaremos bandas sonoras tan logradas como las citadas o Krull, Proyecto: Brainstorm, Fievel y el Nuevo Mundo y dos de las primeras entregas de la serie cinematográfica Star Trek. Su pérdida nos deja un poquito huérfanos a quienes nos iniciamos en esta maravillosa y agradecida aventura de la música de la mano de compositores como él, que no exigen mucho esfuerzo, satisfacen con sus inspiradas melodías y su frondosa orquestación, tendiendo ese a menudo conveniente puente entre la música popular y la seria, que tanto allana el camino a quienes más puedan resistirse al placer y la emoción de los grandes clásicos.



domingo, 21 de junio de 2015

DÍA DE LA MÚSICA Y LA JOVEN ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA: GENEROSA APUESTA POR EL FUTURO

Joven Orquesta Barroca de Sevilla y Solistas de la OBS. Valentín Sánchez, director. Programa: El barroco más joven (Sinfonía en Re mayor, de Avondano; Concerto III a più strumenti dall opera quinta, de dall'Abaco; Concierto para violín en Si menor RV 386, de Vivaldi; Divertimento en Fa mayor K 138, de Mozart). Sala Joaquín Turina, sábado 20 de junio de 2015

La Barroca de Sevilla fue de nuevo la oferta estrella en las celebraciones del Día de la Música, y lo hizo significativamente con una generosa apuesta por el futuro de la formación musical. El encargado de hacer realidad este proyecto, Valentín Sánchez, advirtió del esfuerzo de los jóvenes intérpretes al encarar este programa justo en época de exámenes. Sea por esto, o porque todavía están en fase de rodaje y les queda mucho recorrido, los resultados fueron irregulares, aunque no por ello debamos dejar de reconocer el alto nivel de disciplina y responsabilidad alcanzado.

Un estilo italiano homogéneo recorrió la casi una hora de concierto. De la Sinfonía en Re mayor de Pedro Antonio Avondano, compositor y violinista portugués de origen italiano, se ofreció una versión vigorosa y bien ensamblada, con dinámicas muy controladas y una energía considerable. De la abundante obra de Evaristo Felice dall'Abaco, muy popular a principios del siglo XX pero ensombrecido tras el redescubrimiento de Vivaldi, se eligió un concierto en el que destacó Adriana Puentes al violín, a pesar de puntuales deslices e inseguridades que auguramos resolverá muy pronto. El tercero de los Divertimenti de Mozart, de notoria influencia italiana, no alcanzó la ligereza y el encanto que le caracteriza, resultando más bien algo tosco y anquilosado.

Entre los puntales de la Barroca convocados para la ocasión, como Ventura Rico, Alejandro Casal o María Ramírez, destacó Alexis Aguado en los solos del Concierto RV 386 de Vivaldi, por su destreza, lirismo y virtuosismo, si bien evidenció debilidades para alcanzar las notas más agudas en uno de los últimos conciertos del compositor, lleno de acentos y figuraciones que el solista defendió con considerable creatividad. Una curiosa versión barroquizada del Submarino Amarillo de los Beatles puso final a la fiesta; ahora el reto está en el intercambio con estudiantes de otros países europeos, enriqueciendo así la experiencia de estos jóvenes valores.

sábado, 20 de junio de 2015

AHORA O NUNCA Una boda accidentada, amable pero poco graciosa

España 2015 91 min.
Dirección María Ripoll Guión Jorge Lara y Francisco Roncal Fotografía Pau Esteve Birba Intérpretes Dani Rovira, María Valverde, Clara Lago, Alicia Rubio, Anna Gras, Jordi Sánchez, Joaquín Núñez, Gracia Olayo, Marcel Borrás, Yolanda Ramos, Melody, Víctor Sevilla, Carlos Cuevas Estreno 19 junio 2015

Como la Coixet, María Ripoll es otra directora catalana con aspiraciones internacionales, que ha lidiado con repartos internacionales en Lluvia en los zapatos, Tortilla Soup (adaptación latina de Comer, beber, amar de Ang Lee) y Rastros de sándalo, híbrido entre el drama social y Bollywood; aunque sus mejores trabajos hasta el momento están más anclados en el cine netamente español, como Tu vida en 65’ o el documental Cromosoma Cinco. El tirón comercial del galán cómico Dani Rovira, que catapultó al éxito más rotundo a Ocho apellidos vascos, resulta ser la mejor baza de esta intrascendente película cuyo argumento se debe a las mentes poco lúcidas de Jorge Lara y Francisco Roncal, autores de la adaptación al cine de Zipi y Zape. Comedia romántica de bodas, que siempre encuentran su público, con personajes directamente extraídos del animalario estadounidense, como esa Anna Gras que recuerda a la Melissa McCarthy de La boda de mi mejor amiga, tiene sin embargo el aliciente de aunque redunde en la histeria colectiva que caracteriza nuestro cine y televisión, no haga uso del recurso facilón del mal gusto y la broma escatológica, ni siquiera de ese poco respeto con el que habitualmente se relacionan los personajes del cine patrio, quizás por ser más catalana que madrileña. No falta sin embargo el tópico y el tipismo andaluz, que ya se sabe que sin eso no hay chiste. Sin embargo y aunque pretende ser graciosa a toda costa, apenas lo consigue, y si no fuera por el carismático protagonista, no lo lograría en absoluto. El guión pretende sorprender con continuos giros, pero tampoco lo consigue. No obstante el conjunto se ve con complacencia, pues ni ofende ni molesta, sus recursos lucen, sus escenarios también y el atractivo reparto, en el que se incluye la rumbera sevillana Melody en su primer papel cinematográfico, cumple con profesionalidad. Sus responsables ni siquiera se han preocupado en no hacer coincidir su título con el castellano de otra comedia de 2007, dirigida por Rob Reiner y protagonizada por Jack Nicholson y Morgan Freeman, cuyo título original era The Bucket List.

EL NIÑO 44 Drama sobre el terror stalinista que se queda corto

Título original: Child 44
USA 2015 137 min.
Dirección Daniel Espinosa Guión Richard Price, según la novela de Tom Rob Smith Fotografía Philippe Rousselot Música Jon Ekstrand Intérpretes Tom Hardy, Gary Oldman, Noomi Rapace, Joel Kinneman, Jason Clarke, Vincent Cassel, Fares Fares, Paddy Considine, Dev Patel, Charles Dance, Tara Fitzgerald Estreno en Estados Unidos 17 abril 2015; en España 19 junio 2015

El realizador sueco de origen chileno Daniel Espinosa saltó del cine escandinavo al americano en 2012 con Safe House (El invitado), un thriller de acción protagonizado por Denzel Washington y Ryan Reynolds. Ahora se encarga de la adaptación de la primera entrega de novelas sobre la Guerra Fría y el Stalinismo que han hecho famoso a Tom Rob Smith (las otras dos son The Secret Speech y Agent 6). Para ello ha contado con la inestimable ayuda del escritor Richard Price, autor de novelas como The Wanderers y Bloodbrothers, llevadas al cine respectivamente con los títulos castellanos de Las pandillas del Bronx y Stony, sangre caliente, primer papel protagónico de Richard Gere. Price a su vez es el guionista de títulos como El color del dinero de Martin Scorsese, Clockers de Spike Lee (basada en su propia novela) y Rescate de Ron Howard. Estas credenciales sin embargo no han sido suficientes a la hora de plasmar en pantalla las aventuras del agente Leo Demidov en la que se nos antoja una película fallida, con momentos interesantes pero un recorrido demasiado artificioso y epidérmico como para resultar convincente. Puede que sobre el papel la historia sea tan absorbente como se pretende, pero en imágenes muchas de sus premisas resultan infantiles y pueriles, con secuencias tan ridículas como la pelea en el tren y resoluciones de la trama terriblemente facilonas. Espinosa acierta en imbuir al relato de un clima asfixiante, si bien es el veterano director de fotografía Philippe Rousselot quien mejor logra ese ambiente opresor que se intenta recrear, el de la crueldad y la represión ejercida por el régimen stalinista durante los años más dramáticos de la Unión Soviética. Lástima que el análisis se reduzca a dividir los personajes entre muy malos (Vincent Cassel, Joel Kinneman, actor sueco que protagonizó Dinero fácil, también de Espinosa) y buenos (un incorruptible, indestructible, íntegro y sentimental Tom Hardy y su esposa, la inexpresiva Noomi Rapace, también sueca). Disparate tras disparate, como esas terribles heridas que se curan solas, el film entretiene pero no convence; traza un paisaje indefinido y poco riguroso del verdadero terror sufrido en el lugar y la época, y tampoco funciona satisfactoriamente como thriller sobre psicópata asesino, si bien logra plasmar un ambiente triste e indignante. Unos recortes suprimiendo episodios innecesarios y aligerando su metraje le hubieran sentado bien.

ESTRENO EN CINES DE WHITE GOD

Estreno en Festival de Cine Europeo de Sevilla 2014
Estreno en Hungría 12 junio 2014; en España 19 junio 2015
Premios Eurimages en Sevilla y Mejor película en la Sección Un Certain Regard de Cannes

viernes, 19 de junio de 2015

SIEGFRIED SIN PALABRAS: EL ANILLO CONTINÚA

15º concierto de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Pedro Halffter, director. Programa: Richard Wagner : Siegfried sin palabras, síntesis sinfónica en tres actos, de Pedro Halffter. Teatro de la Maestranza, jueves 18 de junio de 2015

Bien conocida es la pasión de Halffter por Wagner, materializada en El Holandés erranteTristán e Isolda y muy especialmente la Tetralogía ofrecidos en el Maestranza, así como su compromiso con la ópera post wagneriana, que le ha llevado a programar títulos de Schreker o Zemlinsky, entre otros. Desde hace unos años lleva embarcado en un ambicioso proyecto que le ha llevado a realizar minuciosas y complicadas reducciones de óperas del fascinante compositor. Las estrena en Gran Canaria, frente a la Filarmónica de la que es titular, y un año después las está presentando en Sevilla. Así el pasado pudimos disfrutar de una versión sinfónico-coral de Tannhäuser que la directora canadiense Kerri Lynn-Wilson tradujo de forma sensacional sobre los atriles. Ahora le ha tocado el turno a este Sigfrido que estrenó en la capital canaria en febrero del 2014. Y si John Axelrod lo considera oportuno quizás podamos disfrutar la próxima temporada de su reducción sinfónico-coral de El ocaso de los dioses que estrenó allí hace apenas un mes. Eso lo sabremos la semana que viene, cuando la Sinfónica presente su nueva programación.
 
El proceso es sencillo sobre el papel, pero especialmente complicado en la práctica. Se trata de aprovechar los fragmentos más significativos de la partitura y, siguiendo el hilo argumental más o menos de forma ordenada y cronológica, crear una suite de la misma manera que se viene haciendo con las partituras cinematográficas cuando de presentarlas en concierto se trata. Halffter logra en algo menos de hora y media mantener la atmósfera, el drama y la tensión que ofrecen las cuatro horas de duración de la ópera original, con la dificultad añadida de que en este caso, a diferencia de los otros dos títulos abordados hasta el momento, apenas existen arreglos de concierto previos, al margen del Anillo sin palabras de Lorin Maazel y con la excepción de los Murmullos en el bosque del Acto II, pues la pieza independiente El idilio de Sigfrido apenas anticipa uno de los temas del dúo final entre Brunilda y el héroe que también figura en esta versión sinfónica.
 
Tras una breve exposición de los motivos principales de la obra y los personajes a los que aluden, con ejemplos a cargo de trompa, tuba, timbales, flauta, oboe y arpa, la interpretación discurrió de forma moderadamente satisfactoria, con formidables prestaciones de los metales, al contrario de lo que sucedió cuando se representó la ópera hace tres años, pero puntuales caídas de tensión y una llamativa falta de empuje en el primer acto, que se corrige al final con un epílogo apabullante. El segundo fue generoso en vuelo lírico y connotaciones poéticas, mientras el tercero acertó a ser el más logrado, por energía, brío y fuerza expresiva, siempre con un Halffter atento a los detalles, entusiasmado ante una música que adora y respeta, hasta el punto de lograr una obra excepcional que esperamos se edite pronto, junto a los otros dos trabajos similares emprendidos, para disfrute en casa, en la intimidad, de estas partituras inigualables e irrepetibles.

jueves, 18 de junio de 2015

CLAUSURA DEL FESTIVAL DE PRIMAVERA DE JUVENTUDES MUSICALES: SESIÓN DE CINE EN FAMILIA

Festival de Primavera de Juventudes Musicales. Francesca Salvemini, flauta. Silvana Libardo, piano. Programa: Música de cine italiano (Cipriani, Trovajoli, Rota, Morricone, Salvemini, Bacalov y Piovani). Salón de los Carteles de la Real Plaza de Toros de Sevilla, miércoles 17 de junio de 2015

La mamma e la figlia
El impagable trabajo que año tras año realiza Juventudes Musicales en Sevilla, descubriéndonos nuevos valores de la interpretación y proporcionando a la ciudad un ciclo estable de música de cámara, que falta hace, se corona cada temporada con un mes de junio trasladado a la Real Maestranza de Caballería, en cuyas emblemáticas instalaciones tiene lugar el Festival de Primavera.

Este año se ha cerrado con un íntimo recital de flauta y piano a cargo de una hija y una madre italianas que van acercando a cada público al que se presentan un ramillete de hermosas melodías del cine italiano, del que tantos buenos maestros han aflorado a lo largo de los años. El problema es que la exposición es tan plana y sencilla, con arreglos que apenas se conforman con la base melódica, sin añadir nada nuevo, sin aprovechar las posibilidades de los instrumentos para generar ornamentaciones y cadencias, dando como resultado un abanico de bonitos y cortos temas que bien podrían ambientar el lobby de un hotel. La aproximación a estos temas fue más bien anodina, discreta y apenas eficaz. Salvemini controla el instrumento y es capaz de abordar una amplia gama de registros, si bien acusa algún defecto de fiato; el acompañamiento de Libardo es más armónico que contrapuntístico, con puntuales fallos de digitación. 

No podían faltar a la cita Nino Rota y Ennio Morricone, cuyo tema principal de La leyenda del pianista en el océano fue el mejor resuelto en materia de compenetración y expresividad. Del autor de La misión se podría haber incluido el tema de Por las antiguas escaleras, original para estos dos instrumentos y muy popular en su momento, principios de los setenta, que fue objeto de una conmovedora versión por Dulce Pontes hace unos años bajo el sugestivo título de Barco abandonado. Completaron el programa Armando Trovajoli, habitual compositor de Ettore Scola, Stelvio Cipriani y su celebérrimo Anónimo Veneciano, y los oscarizados Nicola Piovani (La vita é bella) y Luis Bacalov (El cartero y Pablo Neruda), originario de Argentina pero desde siempre afincado en Italia, donde cultivó el spaghetti western con éxitos como Django. Las singulares intépretes aprovecharon para incluir dos temas también cortos y amenos del hermano de la flautista, uno de ellos concebido para el guión de una película y el otro de reminiscencias ravelianas.

Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 17 de junio de 2015

LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO Una nueva, fiel y aseada adaptación del clásico de Thomas Hardy

Título original: Far from the Madding Crowd
Reino Unido 2015 119 min.
Dirección Thomas Vinterberg Guión David Nicholls, según la novela de Thomas Hardy Fotografía Charlotte Bruus Christensen Música Craig Armstrong Intérpretes Carey Mulligan, Matthias Schoenaerts, Michael Sheen, Tom Sturridge, Juno Temple, Jessica Barden, Hilton McRae, Richard Dixon, Bradley Hall, Jamie Lee-Hill, Eloise Oliver, John Neville Estreno en Reino Unido 1 mayo 2015; en España 12 junio 2015

Una nueva adaptación del clásico de Thomas Hardy, que ya conoció una versión en los albores del cinematógrafo y que John Schlesinger convirtió a su vez en clásico en 1967, enmarcado en la corriente del free cinema y con una bellísima Julie Christie como principal reclamo; después, en 1998, conocería otra adaptación, esta vez para la televisión. Esta vez se ha contado con un guionista de contrastada reputación, autor de novelas como One Day, también llevada al cine, obras de teatro y guiones entre los que se encuentran adaptaciones de Dickens (Grandes esperanzas de Mike Newell) y el propio Hardy (una versión de Tess para televisión). Sorprende más que se haya confiado la dirección al realizador Thomas Vinterberg, danés responsable de títulos tan estimulantes como Celebración o Submarino, celebrados como la disparatada La caza, y coproducciones en los que ha manejado repartos internacionales, como It’s All About Love y Querida Wendy. Pero esta es su primera incursión en el cine presuntamente británico vía Hollywood, al margen de su país natal, para encargarse de un texto tan sintomático de las islas como éste. Paralelamente ha estrenado este año también La comuna, ésta sí danesa. También sorprende que su principal protagonista masculino sea el belga Matthias Schoenaerts, tratándose de un personaje tan inglés, a quien hemos visto en De óxido y hueso y Suite francesa. Con estos ingredientes, más el impecable trabajo interpretativo de la siempre carismática Carey Mulligan (Una educación, Shame, Drive), la hermosa fotografía de Charlotte Bruus Christensen, colaboradora de Vinterberg en La caza y Submarino, y la romántica e inspiradora música de Craig Armstrong, habitual en las películas de Baz Luhrmann, el resultado es una película aseada, académica y de inconfundible sabor clásico, muy fiel al original literario y de fácil y agradecido seguimiento. Las vicisitudes de una mujer fuerte e independiente en pleno siglo XIX, en un entorno que como ella mismo define como diseñado por y para los hombres, dispone en esta ocasión de una disección discreta y amable en la que el romanticismo fluye más que la crítica social y el análisis histórico. En el ejercicio se echa en falta además una mayor profundidad en el diseño de los personajes y, sobre todo, sus motivaciones, en especial el obseso y sufrido William Boldwood, interpretado con solvencia por Michael Sheen. Por otros personajes y situaciones pasa de largo, seguramente con intenciones sintetizadoras, pero hubiera sido en tal caso mejor prescindir directamente de ellos. Con todo se agradece que recupere el aroma del cine romántico de antaño, con su ritmo relajado y elegante, y primando en todo momento el detalle y el buen gusto.

martes, 16 de junio de 2015

JURASSIC WORLD Apoteósico Parque Spielberg

USA 2015 124 min.
Dirección Colin Trevorrow Guión Colin Trevorrow, Rick Jaffa, Amanda Silver y Mark Protosevich, según los personajes creados por Michael Crichton Fotografía John Schwartzman Música Michael Giacchino Intérpretes Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Ty Simpkins, Nick Robinson, Vincent D’Onofrio, Irfan Khan, Omar Sy, Jake Johnson, Judy Greer, BD Wong, Katie McGrath, Lauren Lapkus Estreno simultáneo en Estados Unidos y España 12 junio 2015

Más de veinte años después de que Michael Crichton y Steven Spielberg sorprendieran al mundo entero con la resurrección digital del animalario prehistórico, y entroncando directamente con una segunda parte que se tituló El mundo perdido seguramente en justo homenaje a Conan Doyle y la novela que sobre el tema publicó en 1912, surge ahora esta cuarta entrega que nos sumerge con pericia y evidente sentido del entretenimiento en el cine de aventuras, catástrofes y terrores más básicos. Sorprende que la elección para dirigirla sea un joven realizador que llamó una discreta atención hace cuatro años con su debut Seguridad no garantizada, una intriga de ciencia ficción que coqueteaba con la comedia y le supuso a su responsable el premio al mejor guión en el Festival de Cine Independiente de Sundance. Desde entonces no ha hecho nada, y sin embargo ha llamado la atención del avispado Steven Spielberg para encargarse de esta costosa y complicada producción. El resultado es a todas luces espectacular y satisfactorio, pasando por alto la más floja de las cintas de la saga, la tercera, para combinar con acierto el espíritu de las dos primeras, más infantil y dulzona la original y mucho más terrorífica la secuela, situándose a medio camino entre ambas. El buen hacer de un solvente equipo de guionistas ha construido una película que es en sí un homenaje a su mentor y a la vez a ese cine palomitero que alcanzó la gloria en los años ochenta, pero sumergiendo sus bases en la década anterior. Un matrimonio especializado en grandes bichos (Relic, El origen y El amanecer del planeta de los simios y la próxima a estrenarse En el corazón del mar, donde se recrea la enorme ballena que debió inspirar Moby Dick), junto a un habitual del nuevo cine apocalíptico (Poseidón, Thor, Soy leyenda), además del director de la cinta, han sumado sus talentos para ofrecer un híbrido entre el cine de catástrofes de los setenta, los grandes monstruos americanos y asiáticos, desde King Kong a Godzilla (el Indominus Rex, surgido no de una crisis atómica pero sí objeto de codicia para supuestos combatientes del terrorismo internacional, léase islámico), y todo un festival Spielberg, con referencias a Tiburón (el enorme y sanguinario Mosasaurus), E.T. (la muerte del Apatosaurus) e Indiana Jones (Chris Pratt ensayando su posible relevo de Harrison Ford), mientras los terribles Pteranodon protagonizan la cuota Hitchcock con Los pájaros. Todo un trabajo de paleontología que redescubre a un graderío novel el gran espectáculo que sentarse ante una gran pantalla suponía ir al cine en aquellos dorados años setenta y ochenta. La estructura narrativa de un guión bastante simple por lo demás sigue también aquellos patrones en los que la amenaza era negada por políticos y empresarios sin escrúpulos, mientras anónimos héroes y heroínas (en este caso con los tacones siempre puestos) luchaban por el bien de sus semejantes. No falta la cuota infantil, acompañada de sensiblero mensaje pro estructura familiar tradicional, para seguir la tónica; y por supuesto la tecnología es impresionante, con un uso también satisfactorio de las tres dimensiones. Diversión asegurada durante dos horas que garantizan también una desconexión absoluta con todo lo demás.

lunes, 15 de junio de 2015

LOS INSÓLITOS PECES GATO La necesidad impuesta de adaptarse al entorno

México 2013 95 min.
Guión y dirección Claudia Sainte-Luce Fotografía Agnès Godard Música Madame Recamier y Lino Nava Intérpretes Ximena Ayala, Lisa Owen, Sonia Franco, Wendy Guillén, Andrea Baeza, Alejandro Ramírez Muñoz Estreno en el Festival de Locarno 10 agosto 2013; en España 12 junio 2015

Tras varios cortometrajes el debut en el largo de la mexicana Claudia Sainte-Luce se revela tan agraciado como encantador, con esta historia sobre una joven que encuentra por azar una familia de adopción que le ofrecerá una nueva perspectiva a una vida sin rumbo ni sentido. Su mensaje abunda en la muy discutible necesidad que tiene el ser humano de ternura, cariño y compañía, emociones que bien pudieran ser más fruto de la educación que de la propia naturaleza. Un mensaje que margina a quien no tiene a su alcance la forma de materializarlo, pero que sirve a la realizadora para tejer una entrañable historia de amistad, respeto y cariño, contando para ello con una narrativa sencilla y muy eficaz, unas actrices estupendas, especialmente Lisa Owen, que ganó el Ariel a la mejor coactuación femenina, y unas formas frescas que hunden su estética en el folclore colorista de su país. El resultado se deja ver con notable agrado porque ni agrede ni molesta, exhibe un saludable ambiente de respeto y comprensión y fluye con brío y alegría, sin caer nunca en lo chabacano. Lástima que entre tanto color, música y ambiente agradables el discurso sobre la muerte y la pérdida, en última instancia objeto principal de la cinta, se diluya y no alcance a calar con suficiente fuerza, no porque debiera ser tratado dramáticamente sino con mayor decisión, habilidad y, sobre todo, talento y lucidez de lo que es capaz de ofrecer la debutante directora. Premios Fipresci en la Sección Discovery del Festival de Toronto y Especial del Jurado en el de Gijón.

VIAJE A SILS MARIA Nublado pero sin tormenta

Título original: Sils Maria
Francia-Alemania 2014 124 min.
Guión y dirección Olivier Assayas Fotografía Yorick Le Saux Intérpretes Juliette Binoche, Kristen Stewart, Chloë Grace Moretz, Johnny Flynn, Lars Eidinger, Hanns Zichler, Claire Tran, Angela Winkler, Frank M. Ahearn, Alister Mazzotti, Stefen Mennekes Estreno en Cannes 23 mayo 2014; en Francia 20 agosto 2014; en España 12 junio 2015

Actrices en el ojo de mira de este melodrama del realizador de Las horas del verano y Carlos, con cierto aire a George Cukor en el trabajo con las protagonistas, sus relaciones y su elegante puesta en escena. El teatro y el pasado se dan la mano en un ejercicio en el que ficción y realidad se mezclan, la primera engullendo a la segunda para poner en pie ese dicho según el cual la vida es el gran teatro del Mundo. Lástima que en el empeño Assayas necesite tanto metraje que no hace sino mostrar continuas caídas de tensión e interés, y que su discurso se antoje arquetípico y artificioso. Sólo así se entiende que sus protagonistas sean tan tópicas, la actriz ya madura para la que existen pocas posibilidades de abordar papeles de enjundia, relegada a participaciones estelares en superproducciones de efectos visuales; y su asistenta y secretaria, típica joven alternativa, inteligente pero poco emotiva, un papel que le ha valido a la joven de Crepúsculo un César a la mejor actriz secundaria. Binoche aporta madurez, belleza y elegancia, pero no se implica lo suficiente en un personaje que podría haberle dado muchas satisfacciones; mientras con cada intervención Chlöe Grace Moretz se merienda a sus compañeras de reparto y arroja una bocanada de aire fresco en el conjunto, por mucho que su personaje, basado parcialmente en la dichosa Lindsay Lohan, también resulte arquetípico. Los paisajes verdes y bucólicos de la montaña suiza adornan con mayor eficacia la función que una banda sonora dulzona que reincide en músicas tan transitadas como el Canon de Pachelbel. Querer arrimarse también al Bergman de Sonata de otoño resulta tan pretencioso como estéril. En Cannes del año pasado no arañó nada, por algo será.

HABLAR o más bien gritar

España 2015 75 min.
Guión y dirección Joaquín Oristrell Fotografía Teo Delgado Música Alejandro Pelayo Intérpretes Sergio Peris-Mencheta, María Botto, Raúl Arévalo, Marta Etura, Michel Ángel Muñoz, Juan Diego Botto, Astrid Jones, Secun de la Rosa, Nur Al Levi, Estefanía de los Santos, Carmen Balagué, Mercedes Sampietro, Dafnis Balduz, Goya Toledo, Antonio de la Torre, Álex García, Melanie Olivares, Petra Martínez, Juan Margallo Estreno 12 junio 2015

De protagonista de la comedia madrileña de los 80 a director de comedias en los 90 y lo que llevamos de siglo, Joaquín Oristrell ha perdido fuelle y empuje para ofrecer una serie de títulos intrascendentes y con escaso gancho de los que apenas logramos salvar Sin vergüenza. Ésta de ahora se presenta como alarde técnico y batidora en la que aparecen todos los males que acucian a nuestra sociedad actual en plena crisis económica y de valores, dejando la comedia de lado para centrarse en el aspecto más dramático de la cuestión. Es ahí y en su elaboradísima y compleja puesta en escena donde podemos centrar nuestro discreto entusiasmo, pues por fin nuestro cine se hace eco de los verdaderos problemas que nos agobian sin recurrir a la socorrida comedia. Rodada en un solo plano, como muy bien se encargan de recordarnos los títulos de crédito iniciales por si hay alguien despistado o despistada en la sala, celebramos el trabajo de minucioso engranaje para que vayamos de unas historias a otras y volvamos a ellas sin montaje, tras lo que suponemos habrán sido largas jornadas de ensayo para que todo funciones como un reloj, unido a un creativo trabajo de inevitable improvisación por parte de actores y actrices. Lo malo es que mezclarlo todo – paro, pobreza, maltrato machista, inmigración, abuso empresarial, corrupción, falta de apoyo a la cultura, etc. – sin talento ni sutileza, más bien con brocha gorda y burda poesía palpable en ridículos diálogos y monólogos, provoca falta de concentración y credibilidad, a lo que no ayuda la sobreactuación de prácticamente todo el lujoso reparto y una dirección que insiste en los malos modales, la falta de elegancia y de respeto, el mal carácter permanente y una tendencia generalizada a desbarrar y disparatar con cada propuesta y personaje. Como curiosidad decir que la banda sonora la firma Alejandro Pelayo, cincuenta por ciento de Marlango; el otro cincuenta lo ocupa la actriz y cantante Leonor Watling, aunque en el film quien canta las canciones es Nur Levi, que también interviene en la cinta como otra histérica que no para de hablar por teléfono y sin tregua para el inexistente interlocutor. Inauguró el Festival de Málaga.

viernes, 12 de junio de 2015

APARIENCIA Y AMBIGÜEDAD EN EL 14º CONCIERTO DE ABONO DE LA ROSS

14º concierto de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Benjamin Grosvenor, piano. Pedro Halffter, director. Programa: Concierto para piano nº 2 en Fa mayor Op.102 de Shostakovich; Sinfonía nº 5 en Mi menor Op.64 de Chaikovski. Teatro de la Maestranza, jueves 11 de junio de 2015

La primavera sevillana de Benjamin Grosvenor
Basta conocer el papel que Shostakovich desempeñó en el desarrollo de la cultura de la antigua Unión Soviética y su desencanto ante el stalinismo, que igual lo encumbraba como principal artista del régimen que censuraba sus páginas más críticas, para entender que no hay apenas en su repertorio espacio para lo que no sea acidez y amargura, por mucho que algunas páginas las disfrazara de lo contrario, como seguramente le ocurre a este Concierto nº 2 para piano. No cabe duda de que aparentemente es mucho más distendido que el primero, también para trompeta, que pudimos disfrutar no hace mucho de la mano de la ROSS; pero cabe extraer de esa falsa intrascendencia una rabia soterrada y una angustia existencial que cuando se descubre hace su interpretación una experiencia capaz de helar la sangre.
Sólo parcialmente supieron entenderlo así el piano de Grosvenor y la batuta de Halffter. Empezaron por el buen camino, logrando en el primer movimiento una exhibición de furia inusitada y evidente mordacidad tanto en la cuerda como en el discurrir de un piano humildemente resignado ante una maquinaria apabullante y amenazadora. Halffter mantuvo en el hermosísimo andante un clima pesimista y profundamente melancólico, pero para entonces Grosvenor ya se había decantado por un molesto sentimentalismo que acabó con nuestras esperanzas. En el tercer movimiento ambos se entregaron a esa manifiesta jovialidad, por supuesto impulsada por un impecable virtuosismo, con la que los menos avispados confunden esta obra maestra. Encima el joven pianista repitió las mismas propinas que ya ofreció en su concierto en solitario del pasado lunes.
Para la architransitada Quinta de Chaikovski Halffter hizo su habitual exhibición de claridad, extracción de los matices más inapreciables, musculatura y lirismo, pero no evitó decaer la tensión en momentos puntuales de los movimientos extremos. La suya fue una sinfonía dramática en el allegro inicial, noble y epatante en el andante, y elegante en el vals. Para el final optó por el optimismo que destila el triunfo de la fe por encima de la fatalidad del destino, reforzando la ambigüedad emocional inherente a la partitura.
Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 13 de junio de 2015

miércoles, 10 de junio de 2015

ARMONÍA MUSICAL Y CIUDADANA EN LA MONTERÍA CON LA BÉTICA DE CÁMARA

Orquesta Bética de Cámara. Pablo Barragán, clarinete. Michael Thomas, director. Programa: Le tombeau de Couperin, de Ravel; Rapsodia para clarinete, de Debussy; Siciliana y Dolly Suite, de Fauré; Solo de concourse, de Messager. Patio de la Montería del Real Alcázar de Sevilla, martes 9 de junio de 2015

Imagen del concierto de 2012 en el mismo escenario
La cada vez más asentada y necesaria Orquesta Bética de Cámara celebró de nuevo un concierto en el emblemático Patio de la Montería del Alcázar, apadrinada por el Foro Al-Andalus, entre cuyos miembros se encuentran nombres de la cultura y la vida social hispalense como el pintor Juan Lacomba y el ex alcalde Manuel del Valle Arévalo, y cuya portavoz Enriqueta Vila hizo un llamamiento que suscribimos al cien por cien a la preservación de la urbe como una gran ciudad, próspera y progresista, por parte de una ciudadanía que ha de ser responsable y educada y unos poderes públicos que deben comprometerse con el progreso, la cultura y la educación.
 
Michael Thomas aprovechó la ocasión para hacer una de las cosas que más le gustan, ofrecer sus propios arreglos de partituras concebidas para conjuntos de cámara. Una Primera Rapsodia de Debussy cuya sensualidad y fluidez ensoñadora acentuó considerablemente el clarinete de Pablo Barragán, acertado también en sus placenteras cadencias. También el Solo de concours de André Messager, pieza que como la anterior fue concebida para prácticas estudiantiles, brilló en la interpretación fluida del clarinetista de Marchena, capaz de cambios de registro rotundos pero muy sutiles. Fuera de programa, también con eficaces arreglos de Thomas, interpretaron el Berceuse para violín y piano de Fauré.
 
Pablo Barragán
El olor a campiña francesa que acompañó el inicio de la velada, con una recreación en tono amable y melancólico de La tumba de Couperin de Ravel, apreciándose con claridad y delicadeza sus tintes barrocos, se amplió al resto del programa. Lástima que la sección de violines no brillara en todo momento al nivel del resto de familias instrumentales, sobre todo las maderas, con solos impecables de oboe y clarinete, aunque la concertino sí lograra lucir en sus solos. Sonaron destempladas y hasta flácidas en la Siciliana y la Suite Dolly de Fauré, en versión orquestada por el propio Thomas y no por Henri Rabaud, donde sin embargo se mantuvo felizmente ese aire nostálgico y encantador que destiló todo el concierto, posiblemente acierto del cariño que Thomas imprime en sus empresas. En las propinas José Manuel Martínez Melero al violín brindó una vertiginosa interpretación de Aires gitanos de Sarasate, mientras Thomas dirigió una digna Sevilla de Albéniz, contagiada de la buena acústica tenuemente amplificada para no saturar el resultado, y el espíritu de buena voluntad y convivencia que imperó durante el evento.
 
Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 11 junio 2015

martes, 9 de junio de 2015

BENJAMIN GROSVENOR, PERDIDO EN SUS REFLEXIONES

Benjamin Grosvenor, piano. Programa: Gavotte y Variaciones, de Rameau; Chaconne, de Bach-Busoni; Preludio, Coral y Fuga, de Franck; Barcarola, Mazurkas Op.63/2 y Op.30/4, y Balada nº 3, de Chopin; Selección de Goyescas, de Granados. Teatro de la Maestranza, lunes 8 de junio de 2015

No cabe duda de que el joven británico Benjamin Grosvenor es un buen pianista. Los éxitos cosechados sobre el escenario y en su aún corta discografía lo avalan. Lo mínimo que cabía esperar por lo tanto era un dominio técnico absoluto y una gran habilidad para moverse por el teclado, como quedó ampliamente demostrado en este concierto. Es en el terreno expresivo donde esta agilidad quedó a nuestro juicio más limitada.
Lo que más llama la atención es su capacidad de concentración. Se zambulle en el teclado mirándolo ensimismado y buscando un lenguaje propio, distinto y original que defina su pianismo y le dé una entidad propia. Se esfuerza por transmitir, jugando con las posibilidades expresivas del instrumento, marcando contrastes y dinámicas, queriendo decir cosas que sin embargo no afloran y se quedan en mera epidermis fruto más de impostura que de sinceridad. Tiempo tendrá de ir perfilando esa ambición, pero de momento su capacidad para emocionar se nos antoja algo corta.
Impregnado en todo momento de un carácter apesadumbrado y melancólico, su Rameau estuvo más cerca del romanticismo casi impresionista de Saint-Saëns, que publicó su transcripción para piano, que de la jovialidad inherente al maestro del barroco francés. La Chacona de Bach según Busoni sonó contundente y matizada, pero no suficientemente dramática; con Franck sin embargo se mostró muy sensible para las texturas, con pianissimi cautivadores y una estética densa muy lisztiana. Tras un Chopin a ratos caprichoso y acelerado siguió un Granados de nuevo atento, íntimo, muy melódico y por fin desenfadado en El Pelele, apéndice de las celebradas Goyescas. Habrá que esperar ahora qué extrae del Concierto nº 2 de Shostakovich el próximo jueves con Halffter a la batuta.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 10 de junio de 2015

sábado, 6 de junio de 2015

PHOENIX Obsesión fatal en una atmósfera hostil

Alemania 2014 98 min.
Dirección Christian Petzold Guión Christian Petzold y Harun Farochi, según la novela de Hubert Monteilhet Fotografía Hans Fromm Música Stefan Will Intérpretes Nina Hoss, Ronald Zehrfeld, Nina Kunzendorf, Uwe Preuss, Michael Maertens, Imogen Kogge, Eva Bay, Kirsten Block Estreno en Alemania 25 septiembre 2014; en España 4 junio 2015

En su cuarta colaboración con la actriz Nina Hoss, tras Yella, Jerichow y Barbara, Christian Petzold nos cuenta la historia de una mujer traicionada por el hombre al que amaba y enviada a un campo de concentración nazi, donde su rostro queda desfigurado y tras someterse a una delicada operación busca a ese hombre, su marido, no para vengarse sino con la esperanza de encontrar una segunda oportunidad. A medio camino entre La senda tenebrosa de Delmes Daves y el cine de Fassbinder centrado en mujeres volubles y carismáticas de la posguerra alemana, interpretadas por actrices como Barbara Sukowa (Lola) o Hanna Schygulla (Lili Marleen), Petzold parece trazar una radiografía del sentido de culpa y mala conciencia del pueblo alemán tras la liberación de los judíos al final de la Segunda Guerra Mundial, con este film en el que una mujer deambula con los ojos cerrados por las ruinas de su pasado intentando que las cosas vuelvan a ser como antes, sin darse cuenta de todo el daño que ha sufrido por parte de quienes la han abandonado, despreciado y ultrajado. Lástima que en el camino los personajes no estén lo suficientemente definidos, algunos perdidos y desaprovechados en su ambigüedad, y que la narración se antoje lenta y parsimoniosa, lo que hace perder interés en este drama que se mueve al ritmo de la canción Speak Low, ese habla bajo para no llamar la atención que el compositor alemán Kurt Weill compuso para el musical One Touch of Venus de Broadway. Premio Fipresci en San Sebastián.

MISERICORDIA: LOS CASOS DEL DEPARTAMENTO Q Psicothriller triste y gris

Título original: Kvinnen i buret
Dinamarca 2013 97 min.
Dirección Mikkel Nørgaard Guión Nikolaj Arcel, según la novela de Jussi Adler-Olsen Fotografía Erik Kress Música Johan Söderqvist, Patrik Andrén y Uno Helmersson Intérpretes Nikolaj Lie Kaas, Fares Fares, Mikkel Boe Følsgaard, Sonja Richter, Marijana Jankovic, Søren Pilmark, Troels Lyby, Patricia Schumann, Peter Plaugborg, Rasmus Botoft, Pernille Lyneborg Estreno en Dinamarca 3 octubre 2013; en España 4 junio 2015

Thriller nórdico a la sombra de Millennium pero con una línea argumental mucho menos compleja y más convencional que su referente, y una mirada nada disimulada al género en el cine americano. La extrema seriedad de sus protagonistas y el ambiente sombrío y frío en el que se desarrolla su enfermiza, y a la postre ridícula, trama, son sus principales señas de identidad; mientras la química conseguida entre la pareja de detectives, en las antípodas del temperamento y la cultura, uno de sus mayores logros. Al menos brinda la oportunidad de enfrentarse a ambientes y paisajes distintos, pero no profundiza ni en el drama ni en la crítica, quedando un poco como suerte de seudoterror con psicópata de móviles poco creíbles, y alguna resolución formal harto discutible, como la escena del accidente de coches. Su realizador, conocido en su país por la serie de televisión Klovn, adaptada también al cine, ha estrenado ya allí la segunda entrega de este departamento de causas archivadas, Profanación.

REQUISITOS PARA SER UNA PERSONA NORMAL Bienvenidos y bienvenidas a la república independiente

España 2015 94 min.
Guión y dirección Leticia Dolera Fotografía Marc Gómez del Moral Música Luthea Salom Intérpretes Leticia Dolera, Manuel Burque, David Verdaguer, Miki Esparbé, Silvia Munt, Carmen Machi, Alexandra Jiménez, Nuria Gago, José Luis García Pérez Estreno en el Festival de Málaga 21 abril 2015; estreno comercial 4 junio 2015

Debut en la dirección de la actriz catalana Leticia Dolera, protagonista de películas como Semen, una historia de amor o Rec 3. Curtida en el cortometraje, su primera incursión en formato de larga duración es una comedia romántica ligera y amable en la línea de Ali de Paco R. Baños, pero con más recursos, lo que se evidencia en un acabado formal ágil y estéticamente muy pulido. Como aquélla, también bebe sus fuentes del cine independiente americano, con títulos como Juno o (500) días juntos entre los referentes, añadiendo iconografía española y un toque de anarquía controlada en la línea de los anuncios de Ikea, marca que por cierto debe haber aportado lo suyo viendo la publicidad que se le hace en el film. Girando alrdedor de la venta que sufrimos para ser felices y de paso definir lo indefinible, es decir lo normal, Dolera teje una comedia no por previsible menos encantadora, en la que por supuesto ninguno de los requisitos seleccionados para definir ese estado de ánimo servirán a la postre para encontrar la dicha, sino más bien para celebrar la individualidad, la diferencia y lo estrictamente personal. Como un manual de autoayuda pero sin más pretensión que la de hacer los deberes bien, con buena caligrafía y buen gusto (incluso la única concesión a la actual moda escatológica resulta ingenua e infantil), distingue a la joven realizadora como promesa a quien seguir de cerca, aunque en su vida real estamos seguros que prefiere seguir la lista de requisitos tópicos que ella misma se ha marcado, y prefiere al apuesto Esparbé antes que al bonachón Burque. Lo mejor, el personaje del hermano con discapacidad, aunque ahí la frescura que informa el resto del film se le va un poco de la mano para crear un personaje que huele un poco a impostura, pero tiene gracia. Premios al mejor guión novel, mejor fotografía y mejor montaje en el Festival de Málaga.

jueves, 4 de junio de 2015

SENSACIONAL CLAUSURA DEL CICLO DE CÁMARA DE LA ROSS

Clausura XXV Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Juan Ronda, flauta. Daniela Iolkicheva, arpa. Íñigo Sampil, piano. Éric Crambes, Yuri Managadze, Anna Emilova, violines. Jerome Ireland, viola. Gretchen Talbot, violonchelo. Lucian Ciorata, contrabajo. Piotr Szymyslik, clarinete. Javier Aragó, fagot. José Forte, trompeta. José Manuel Barquero, trombón. Ignacio Martín, percusión. Ana Hernández-Sanchiz, narradora. Juan Luis Pérez, director. Programa: Arabesque nº 1, Clair de lune, La plus que lente y Golliwogg's Cakewalk, de Debussy; La création du monde, de Milhaud; La historia del soldado, de Stravinski.Teatro de la Maestranza, miércoles 3 de junio de 2015

El director jerezano Juan Luis Pérez
Unas convenientes palabras de Remedios Navarro y Victoria Staples precedieron al concierto de clausura del ciclo de música de cámara de esta temporada de la ROSS, esta vez en la sala grande del Maestranza. La directora del English Language Institute, patrocinadora del ciclo, hizo hincapié en la necesidad de adaptarse a estos nuevos tiempos en los que las generosas subvenciones públicas a la cultura han pasado a la historia, colaborando entre todos y todas a su mantenimiento. Habría sin embargo que matizar que esa unión ciudadana debería ir también encaminada a exigir a los poderes públicos que inviertan nuestros impuestos en el mantenimiento de la cultura, signo de identificación de los pueblos y combustible sin el cual una sociedad no puede avanzar libre y justa.

La actriz y colaboradora habitual de la
ROSS, Ana Hernández-Sanchiz
La flauta de Juan Ronda y el arpa de Daniela Iolkicheva lucieron como siempre exquisitas, delicadas y elegantes, esta vez en una serie de célebres páginas de Debussy informadas más por la melancolía que por la sensualidad. La creación del mundo de Milhaud, curiosamente pieza con la que Música en movimiento, que se desarrollaba simultáneamente en la sala Manuel García, se presentó el año pasado, se ofreció en versión para quinteto de cuerda y piano. En la transición la obra perdió gran parte de su expresionismo y virulencia a favor de un estilo rapsódico más próximo a Gershwin que al autor de El buey sobre el tejado.

En la segunda parte siete músicos y una narradora, espléndida Ana Hernández-Sanchiz desdoblándose en los tres personajes de la función, desplegaron una sensacional interpretación de La historia del soldado de Stravinski, variante de Fausto en versión en castellano de Alberti. El conjunto se adaptó como un guante a la dramaturgia, con la crispación habitual con la que se le describe al diablo a cargo de un estupendo Éric Crambes al violín, y maderas y metales personificando al soldado y sus aires marciales con ingenio cargado de ironía y humor, así como prestaciones soberbias de José Forte a la trompeta, Ignacio Martín a la percusión y la dirección atenta y precisa de Juan Luis Pérez. En el público una gran cantidad de niños y niñas, cuyo ejemplar comportamiento hace esperar mucho y bueno de las futuras generaciones del teatro.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 5 de junio de 2015

miércoles, 3 de junio de 2015

MÚSICA EN MOVIMIENTO: I SING THE BODY ELECTRIC

El bosque de los sumergidos. Bruno Axel, dirección musical y artística. Pilar Pérez Calvete, dirección coreográfica. Fernando Brea, creación visual. Raúl Heras y Pilar Pérez Calvete, coreografía. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, martes 2 de junio de 2015

Bruno Axel
El inquieto, polifacético e innovador Bruno Axel introdujo hace exactamente un año y en el mismo espacio el atractivo proyecto Música en movimiento. Su tarjeta de presentación consistió en un concierto de estructura convencional, a cargo de unos cuarenta jóvenes músicos, con la particularidad de que cada pieza se ilustraba con dibujo en directo, videocreación y danza respectivamente. El entusiasmo y la impecable factura técnica del evento, unido a la virtud de su sencillez, conectaron con el público y las sensibilidades más exquisitas.
 
En ésta segunda fase del mismo proyecto, las artes dejan de estar al servicio de la música para ser ésta la que ilustre una propuesta eminentemente escénica y coreográfica. Un imaginado bosque como último refugio en nuestro planeta, cuya naturaleza ha sido devastada por el hombre y donde la esperanza de la regeneración la protagonizan los artistas (como en la película en cartel Tomorrowland), sirve a Axel y su equipo para crear un espectáculo más ambicioso y por lo tanto pretencioso que su precedente, en el que las proyecciones pasan a un segundo plano, la música suena amplificada y los bailarines danzan a placer. En los atriles fragmentos de las Variaciones Goldberg de Bach, arias de Haendel, música también de Vivaldi y Grieg y, sobre todo, composiciones originales de Axel, responsable también de los arreglos del resto de un programa en el que lo clásico se da la mano con el rock, el soul y la balada romántica standard.
 
Un momento del espectáculo del año pasado
Lástima que las prestaciones del conjunto instrumental no estuvieran a la altura, perjudicadas por una amplificación innecesaria que llegó a eclipsar las partes cantadas y habladas de David Sánchez Haro, y no logró el maridaje conveniente entre viento y cuerda, con momentos de desajuste y estruendo considerable. Mejor resueltos estuvieron los solos de Leandro Perpiñán al saxo, el contratenor José Carrión y la vertiginosa exhibición del propio Axel al violín, acústico y eléctrico. En el apartado de ballet, las cuatro chicas y tres chicos, con un acrobático Raúl Heras a la cabeza, lograron con su esfuerzo y responsabilidad momentos de gran belleza, a pesar de ciertos desequilibrios individuales y alguna falta puntual de compenetración en los números de conjunto que no perjudicaron a la sensación de disfrute y versatilidad que transmitieron en todo momento. El montaje mantuvo en general un aire de fin de curso según el modelo importado de escuelas de arte, música, danza e interpretación americanos, al estilo de aquel I Sing the Body Electric con el que culminaba la película Fama de Alan Parker, que desde 1980 sigue informando la pasión por las artes escénicas en medio mundo.