jueves, 30 de abril de 2015

EL MAESTRO DEL AGUA Zapatero a tus zapatos

Título original: The Water Diviner
Australia 2015 111 min.
Dirección Russell Crowe Guión Andrew Anastasios y Andrew Knight Fotografía Andrew Lesnie Música David Hirschfelder Intérpretes Russell Crowe, Olga Kurylenko, Yilmaz Erdogan, Jai Courtney, Cem Yilmaz, Jacqueline McKenzie, Isabel Lucas, Ryan Corr, Damon Herriman, Dan Wyllie, Deniz Akdeniz Estreno en Australia 26 diciembre 2014; en España, simultáneo con Estados Unidos, 24 abril 2015

Demasiado bien ha tratado la crítica internacional a este fallido debut en la dirección del ególatra Russell Crowe. A lo largo de la historia muchos han sido los actores y actrices que en algún momento de sus carreras se han pasado al otro lado de la cámara, con resultados a menudo desiguales. Sin embargo pocos y pocas han sido los que han cimentado el resto de su profesión sobre el rol de realizador con éxito considerable; entre éstos cabría citar a John Cassavettes, Robert Redford y Clint Eastwood. En los últimos meses hemos asistido a la confirmación de Angelina Jolie como eficiente realizadora a través del drama bélico Invicto, y la audacia principiante de Ryan Gosling en Lost River; pero lo que nos depara el trabajo del protagonista de Gladiator es tan inútil como endeble. Trasladándose a la Primera Guerra Mundial, y más concretamente a la Turquía que venció a los australianos en la Batalla de Gallipolli, ya llevada al cine por Peter Weir a principios de los ochenta, Crowe intenta tejer un melodrama de cariz sentimental y humano en torno a las bondades musulmanas, para lo que no duda en definir a los británicos como desatentos anfitriones y a los griegos, contra los que los turcos lucharon en la Guerra de Asia Menor justo después de la Gran Guerra, como poco más que unas alimañas. En el camino el noble granjero australiano buscará a sus hijos muertos en la citada batalla con la inestimable ayuda del enemigo, un mayor del ejército turco que también luchó en la campaña de los Dardanelos y que se revelará como entrañable amigo y compañero en la línea en que Omar Shariff lo fue para Peter O’Toole en Lawrence de Arabia. Y la comparación nos lleva también a imaginar lo que el material hubiera sido en manos de un especialista como David Lean. A Crowe le falta aliento dramático, espíritu épico y nervio narrativo, perdiendo el ritmo constantemente y embarrándose en batallas mal rodadas, acontecimientos mal descritos y anécdotas románticas innecesarias, todo ello ilustrado con una mala banda sonora y fotografiada y montada con un estilo definitivamente rancio. El título se refiere a la plausible habilidad del protagonista para encontrar agua en los subterráneos de tierras áridas, lo que se pretende justifique la nada creíble habilidad para encontrar muertos bajo la tierra en un espacio devastado por la tragedia, lo que añade a todos los defectos apuntados un despropósito descomunal.

miércoles, 29 de abril de 2015

JAMES CARTER ORGAN TRIO EN EL LOPE DE VEGA: CUANDO ALGUIEN ES UN FUERA DE SERIE

James Carter Organ Trio: James Carter, saxofón. Gerard Gibbs, órgano. Elmar Frey, batería. Teatro Lope de Vega, martes 28 de abril de 2015

El concepto que tenemos de virtuoso se queda corto cuando nos referimos a artistas de la talla de James Carter. Curtido en la decadente Detroit, donde nació, y la cosmopolita Nueva York, el aún joven saxofonista y su actual formación estuvieron ya el año pasado en Sevilla, en el seno del ciclo de jazz del CICUS, en el Teatro Alameda. Esa proximidad de citas hizo temer que en esta ocasión la respuesta del público fuera más tibia; sin embargo, dejando clara la buena afición al género que existe en la ciudad y la capacidad de convocatoria de un artista de su talla, el aforo fue generoso, al menos en lo que al patio de butacas se refiere.

El suyo es un talento innato, moldeado con años de duro trabajo y una incontinencia creativa considerable, que le ha llevado incluso al campo de la música clásica con colaboraciones del calibre de la soprano Kathleen Battle y proyectos como su Concierto para saxofón. De esa inquietud dio buena muestra en un concierto ecléctico, en parte dedicado al estilo de Django Reinhardt que ya cultivara en su disco Chasin’ the Gypsy, tan difícil de emular cuando se prescinde de guitarra. No faltaron los ritmos latinos, el elegante sonido madison, el bebop tradicional y el swing mejor sincopado, con hueco incluso para los sonidos y efectos más atrevidos y arriesgados, en la onda de la más exigente música contemporánea.

Carter destacó sobre todo en su imaginativa y exuberante exhibición de solos, tan improvisados como calculados a juzgar por el diálogo y la coherencia mantenida con sus espléndidos compañeros de viaje: Gerard Gibbs aportando un estilo nostálgico en su uso del Hammond B3 y haciendo gala igualmente de una enorme creatividad en las ornamentaciones, y Elmar Frey tan eficaz y comprometido a la percusión como el integrante original Leonard King. Y para no anquilosarse Carter exhibió también un virtuosismo extremo, a veces rabioso y provocador, al clarinete, hasta el punto de que a veces parecía estar tocando simultáneamente varios instrumentos, tal fue la riqueza tímbrica y la vertiginosa velocidad manifestadas.
 
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el jueves 30 de mayo de 2015

lunes, 27 de abril de 2015

MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES Auténtico esperpento español

España 2014 100 min.
Guión y dirección Isaki Lacuesta Fotografía Diego Dussuel y Marc Gómez del Moral Música Albert Pla Intérpretes Raúl Arévalo, Imanol Arias, Bruno Bergonzini, Álex Brendemühl, José Coronado, Eduard Fernández, Ariadna Gil, Bárbara Lennie, Sergi López, Carmen Machi, Ángela Molina, Álex Monner, Albert Pla, Josep María Pou, Pau Riba, José Sacristán, Jaume Sisa, Emma Suárez, Iván Telefunken, Luis Tosar, Jordi Vilches, Julián Villagrán Estreno 24 abril 2015

Premio Fipresci en San Sebastián por Los condenados y Concha de Oro por Los pasos dobles, la filmografía de Isaki Lacuesta, fundamentalmente integrada por cortos y documentales, se ha caracterizado por un aire experimental que hacía difícil adivinar que fuera a derivar en un producto en principio de carácter tan comercial como esta comedia satírica sobre la crisis económica en nuestro país. Su reparto multiestelar y el aire provocador y gamberro que destilaba a priori hacían pensar que se trataría de un nuevo acercamiento a tan espinoso y trágico tema desde el modelo cómico rancio que tan buenos dividendos dio en la pasada dictadura cuando de hablar de emigración, por ejemplo, se trataba. Afortunadamente no es ese el tono elegido por tan carismático realizador; en lugar de la astracanada, Lacuesta propone un esperpento, que al fin y al cabo es un género digno muy relacionado con la cultura española. Provocadora desde luego lo es, desde el momento en que sus protagonistas encabezan un movimiento terrorista para acabar con la oligarquía imperante en nuestra sociedad. Cinco ciudadanos corrientes a los que la crisis ha hundido en la miseria y abocado al crimen, diseñan desde sus celdas en un psiquiátrico un plan para secuestrar al Presidente del Banco Nacional y ajustar cuentas con él y su política financiera. Hay desmadre, pero controlado, pero quizás falte mala leche, si bien se agradecen sus posturas y postulados y, sobre todo, sus argumentaciones en torno a causas y efectos de este mal endemoniado que nos acucia. En el fondo se atisba un aliento tristón en el que quedan atrapados muchos de los personajes que aparecen en el film. Un ritmo acertado y una digna puesta en escena contribuyen a que no sólo el reparto constituya su principal aliciente. Mientras el personaje que interpreta José Sacristán responsabiliza de nuestros males al hecho de que seamos españoles, el de Álex Brendemühl exige que se publiquen las listas de los amnistiados fiscales y Raúl Arévalo critica que el movimiento 15-M surgiera en primavera; por su parte, Josep Mª Pou da por perdida la partida y asume la responsabilidad de una clase política y económica imparable e inevitable. El conjunto puede resultar indigesto en su acumulación y en la predisposición a no llegar a ninguna parte, pero entre cameo y cameo uno sólo se pregunta si podría haberse hecho mejor y con un mayor grado de incisividad y tono épico. Presentada en San Sebastián y proyectada fuera de concurso en la sección oficial del Festival de Málaga.

CÓMO SOBREVIVIR A UNA DESPEDIDA Juventud alegre aún en tiempos difíciles

España 2015 97 min.
Dirección Manuela Moreno Guión Manuela Moreno, Susana López Rubio y Nuria Valls Fotografía Bet Rourich Música Víctor Reyes Intérpretes Natalia de Molina, Úrsula Corberó, Celia de Molina, María Hervás, Brays Efe, Roger Berruezo, José Lamuño, Daniel Pérez Prada, Javier Bódalo, Jim Arnold, Emma Bunton, Miguel Nadal
Estreno 24 abril 2015

Por mucho que quieran empeñarse en que ésta es la versión castiza de la nueva comedia americana gamberra y de mal gusto, muy especialmente la que atañe a las despedidas de solteros y solteras, la película, debut en el largometraje de la premiada Manuela Moreno (Pipas, Camas), se aparta considerablemente y en el buen sentido de sus presuntos referentes, para convertirse en una comedia divertida y amena en la que sobresalen sus carismáticas protagonistas. Moreno acierta a darle una visión femenina pero sin estridencias al asunto, sin necesidad de acudir a la broma escatológica y la vulgaridad extrema para generar gags divertidos. Si bien es cierto que su trama argumental es demasiada simple y convencional, sirve a la realizadora para exprimir las posibilidades cómicas de su reparto y al mismo tiempo trazar un retrato válido y convincente sobre las excelencias de una buena amistad de las de siempre, sin malos rollos ni miserias evidentes. El escenario, las playas del sur de Gran Canaria, y la lozanía de sus intérpretes redondean un espectáculo con mera vocación de entretenimiento, surgido a partir de la idea de una supuesta Generación BY y la influencia que en su infancia ejercieron las Spice Girls, una de las cuales acude a la cita con honores de estrella. El film ofrece además a la joven Natalia de Molina, cuya hermana en la vida real interpreta aquí a la amiga que celebra su despedida de soltera, la posibilidad de explotar su vena cómica y lucir esplendorosa. Atención también a la muy divertida María Hervás y el tratamiento visual y dramático en cierto modo deudor del universo Almodovariano. Un acierto de su joven realizadora, capaz de trazar una definición convincente y certera de unas chicas a las que se les prometieron tantas cosas y que han tenido que conformarse con las pocas oportunidades que les ofrece la sociedad actual, aunque sepan aprovecharlas y muy bien cuando de divertirse se trata.

SEXO FÁCIL, PELÍCULAS TRISTES Colgados del amor

España-Argentina 2015 91 min.
Guión y dirección Alejo Flah Fotografía Julián Apezteguia Música Julio de la Rosa Intérpretes Ernesto Alterio, Quim Gutiérrez, Marta Etura, Carlos Areces, Julieta Cardinali, Bárbara Santa Cruz, Mónica Antonopulos, Luis Luque, María Alche, Óscar Arnaiz, Joëlle Zilbermann Estreno 24 abril 2015

El debut en la dirección del guionista Alejo Flah (Séptimo, trabajos para la televisión como Vientos de agua de Juan José Campanella o una sobre Tita Cervera, La baronesa) pretende ser una lúcida reflexión sobre la vida en pareja, a través de una presuntamente ingeniosa maquinaria dramática que funciona a dos y hasta tres niveles. Un escritor argentino en horas bajas, interpretado por Ernesto Alterio, cuyo trabajo le ha valido el premio al mejor actor en el Festival de Málaga, escribe el guión de una película romántica. Esto le permite a Flah tejer un análisis sobre las relaciones sentimentales como las suele plasmar el cine, a fuerza de tópicos y lugares comunes. Al mismo tiempo el propio autor va sufriendo una serie de reveses en su propia relación sentimental, lo que lógicamente habrá de influir en su forma de abordar el trabajo, mientras a su alrededor se van forjando también otras historias de amor que influyen en alguna medida en su guión. El planteamiento es interesante y permite ofrecer varias visiones sobre la dificultad de la vida en pareja y los cánones a los que está sometida, procurando establecer una distinción entre convencionalismos y auténticos sentimientos. El problema es que los niveles de realidad y ficción apenas se distinguen por un tratamiento de la imagen diferente y por ambientarse en Buenos Aires o Madrid; por lo demás no se diferencian demasiado y tampoco ofrecen reflexiones lúcidas sobre el tema, derivando una y otra vez en los lugares comunes que ya todos y todas conocemos. En el camino el tratamiento va tomando un cariz demasiado dulzón, hasta empalagoso, con una sobreactuada Marta Etura y un tristón Quim Gutiérrez como principales responsables de ese tono, mientras el castillo que se ha querido erigir se desmorona merced a una falta considerable de ingenio y lucidez que malogra parte de sus posibilidades.

domingo, 26 de abril de 2015

LA SOMBRA DEL ACTOR Mis problemas con las mujeres desquiciadas

Título original: The Humbling
USA 2014 107 min.
Dirección Barry Levinson Guión Buck Henry y Michal Zebede, según la novela de Philip Roth Fotografía Adam Jandrup Música Marcelo Zarvos Intérpretes Al Pacino, Greta Gerwig, Kyra Sedgwick, Charles Grodin, Dianne Wiest, Billy Porter, Dylan Baker, Nina Arianda, Dan Hedaya, Li Jun Li Estreno en el Festival de Venecia 30 agosto 2014; en Estados Unidos 23 enero 2015; en España 24 abril 2015

Hubo un tiempo en que nuestros distribuidores se esmeraban en no hacer coincidir títulos en películas diferentes. Uno de los casos más populares es el de Vértigo, obligada a traducirse aquí De entre los muertos, como la novela en la que se basaba, para no confundirse con una película española de igual título de unos años antes. Ahora parece que nada importen estas coincidencias, de forma que aunque ni The Dresser ni The Humbling se traducen por La sombra del actor, ambas comparten este tramposo título. Al menos las dos coinciden en hablarnos de un actor en decadencia enfrentándose a un Rey Lear crepuscular. Por lo demás, la novela de Philip Roth en la que se basa esta película no tiene nada que ver con el guión de Ronald Harwood para el film dirigido por Peter Yates y protagonizado por Albert Finney en 1983. Los últimos trabajos de Barry Levinson sí que han estado a la sombra de lo que alguna vez, sin ser mucho, llegó a ser. Lejos los tiempos de Diner, El mejor, El secreto de la pirámide, Rain Man, Avalon, Bugsy, Sleepers y La cortina de humo, sus últimas películas o no han llegado a nuestras pantallas (The Bay, El hombre del año) o han pasado por ellas sin pena ni gloria (Algo pasa en Hollywood, Envidia, Bandidos); pero al menos han coincido en estar protagonizadas por grandes abanderados del histrionismo, como Robert De Niro, Robin Williams, Ben Stiller, Jack Black o Bruce Willis. También en esta categoría podemos incluir a Al Pacino, y vistas sus últimas interpretaciones lo que uno se espera encontrar en este cocktail es precisamente eso, por lo que sorprende que no sea el protagonista de El padrino y El precio del poder el que se pase de rosca, sino sus insufribles compañeras de reparto. Como si de aquel análisis del sexólogo oficial de Hollywood, Blake Edwards, que se basaba a su vez en Truffaut, que era Mis problemas con las mujeres, Roth, Levinson y Pacino enfrentan a un actor de teatro viejo y cansado a un grupo de mujeres desquiciadas, en un aberrante ejercicio de misoginia al que no le faltan lesbianas con crisis de identidad, intelectuales histéricas, madres sufrientes y hasta una parodia del psicópata de Extraños en un tren, que no provocan más que hastío y aburrimiento, por mucho que se quiera teñir todo de un estilo de comedia a lo Woody Allen, con la inestimable complicidad de la reina de la comedia indie Greta Gerwig (Damiselas en apuros, A Roma con amor, Lola versus, Frances Ha). Para incondicionales de Al Pacino, más comedido de lo habitual, pero lamentablemente rodeado de pacientes de psiquiátrico. Por cierto, The Humbling se traduciría por Bajada de humos o Lección de humildad, aunque también en este caso invitaría a confusión, ya que ni Levinson ni Buck Henry, guionista de El graduado, ¿Qué me pasa doctor? y El día del delfín y creador de la serie de televisión El superagente 86, han sabido plasmar esta particularidad en su fallida adaptación del autor de La mancha humana y Elegy, también llevadas al cine con escasa fortuna, por Robert Benton e Isabel Coixet respectivamente.

LA FAMILIA BÉLIER Irresistible comedia en torno al concepto de identidad

Título original: La famille Bélier
Francia-Bélgica 2014 106 min.
Dirección Eric Lartigau Guión Victoria Bedos, Stanislas Carré de Malberg, Thomas Bidepain y Eric Lartigau Fotografía Romain Winding Música Eugueni y Sacha Galperine Intérpretes Louane Emera, Karin Viard, François Damiens, Eric Elmosnino, Roxane Duran, Ilian Bergala, Luca Gelberg, Mar Sodupe, Stéphan Wojtowicz, Jérôme Kircher, Bruno Gomila Estreno en Francia 17 diciembre 2014; en España 24 abril 2015

El cine francés ha alcanzado en los últimos años una envidiable posición gracias a una sabia combinación en la que se dan la mano calidad y acierto comercial. Esta película nominada a cinco Césars en la pasada edición de los premios de la Academia Francesa, es un buen exponente de ello. El realizador Eric Lartigau sabe bien lo que es retratar a una familia, no en vano se curtió dirigiendo hace una década una serie de televisión titulada La familia Guérin. Después de aquello apenas lo conocemos por haber dirigido uno de los episodios de la comedia coral Los infieles, a mayor gloria de los galanes Jean Dujardin y Gilles Lellouche. Ahora exhibe su talento al servicio de una entrañable historia protagonizada por una familia sorda que lejos de vivirlo como una incapacidad, lo consideran más bien una cuestión de identidad que no los hace distintos a los demás, simplemente los hace particulares, con sus ventajas y sus limitaciones. Una mera cuestión de identidad como pueda serlo la estulticia e incompetencia que aqueja a nuestra clase política. La oveja negra, en una delicada e inteligente inversión de los papeles, resulta tener un don que paradójicamente la hace diferente al resto de sus adláteres, sean familia, vecinos o compañeros y compañeras de clase. La falta de apoyo y la incomprensión de los suyos irá tejiendo una trama, manteniendo en todo momento un saludable tono amable, en la que otras historias, románticas, cómicas o políticas, van formando un simpático patchwork que invita a reflexionar sin complejos ni pretensiones. Entre la esforzada interpretación de los veteranos Karin Viard y François Damiens, obligados a aprender lenguaje de signos y exagerar sus gestos, y el equilibrado trabajo de Eric Elmosnino, que da vida al contrapunto arrogante que sin embargo sirve de estímulo a la joven protagonista, destaca precisamente ésta, una joven promesa del cine galo que se defiende estupendamente tanto interpretando como cantando, y que ha sido justamente recompensada con un César a la mejor actriz revelación. Todo dentro de un conjunto en el que los colores, la música, el paisaje, el buen gusto y la belleza se combinan para hacer pasar al espectador un rato agradable, emotivo y, por qué no, hasta un poquito lacrimógeno.

sábado, 25 de abril de 2015

CONVICTO Hijos de un Dios irresponsable

Título original: Starred Up
Reino Unido-Irlanda 2013 106 min.
Dirección David Mackenzie Guión Jonathan Asser Fotografía Michael McDonough Intérpretes Jack O'Connell, Ben Mendelsohn, Rupert Friend, Anthony Welsh, David Ajala, Sam Spruell, David Avery, Sian Breckin Estreno en Reino Unido e Irlanda 21 marzo 2014; en Madrid y Barcelona 1 abril 2015

Nos hemos asomado a este drama carcelario con el casi exclusivo fin de completar la filmografía como protagonista del joven actor en alza Jack O'Connell, tras haber visto en orden cronológico inverso Invencible y '71, y haberlo descubierto cuando sólo tenía quince años en This Is England y ya más crecidito en 300: El origen de un imperio. Esta interpretación de preso desquiciado y desmadrado le valió numerosos premios como actor revelación el pasado año, destacando los recibidos de manos de National Board of Review y del Círculo de Críticos de Chicago. Un trabajo sin duda esforzado y físicamente extenuante en el que sin embargo surgen las constantes del género, desde la rebeldía juvenil más salvaje a la violencia más cruda y desnuda imaginable entre las paredes de una prisión estatal. Constantes que revelan a un guionista demasiado deudor de clichés y lugares comunes, además de bastante pretencioso a la hora de tejer las complejas relaciones humanas entre el protagonista y el clásico preso dueño del entorno, temido y respetado por todos, un imprescindible y carismático Ben Mendelsohn al que este año hemos visto en Exodus: Dioses y Reyes y Lost River. Casi como si de una tragedia griega se tratase, Asser pretende marcar tesis sobre la herencia de una flagrante irresponsabilidad paternal. Mientras el realizador, David Mackenzie, cuya dilatada filmografía apenas ha tenido eco en nuestra cartelera y algo más en estanterías de videoclub, salvo las poco memorables Young Adam con Ewan McGregor y Tilda Swinton y American Playboy con Ashton Kutcher y Anne Heche, mueve los hilos de esta cruda y libre de ornamentos crónica con oficio, un poco de temperamento pero escasa imaginación, mientras las secuencias de violencia extrema, algunas incluso escatológicas, se van sucediendo para desdicha de los estómagos más delicados. A destacar la aportación de un más comedido Rupert Friend (Orgullo y prejuicio, La reina Victoria, El niño con el pijama de rayas) como psicólogo responsable de una poco atractiva terapia de grupo. Pudo verse en el Festival de Sitges del año pasado.

viernes, 24 de abril de 2015

JUAN PÉREZ FLORISTÁN Y LORENZO VIOTTI, EXPONENTES DE UNA RADIANTE PRIMAVERA

11º concierto de la XXV Temporada de Conciertos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Juan Pérez Floristán, piano. Lorenzo Viotti, director. Programa: Concierto para piano nº 2 en Do menor Op.18 de Rachmáninov; Sinfonía nº 3 en Re mayor Op.29 “Polaca” de Chaikovski. Teatro de la Maestranza, jueves 23 de abril de 2015

Juan Pérez Floristán
Hacía mucho que no recordábamos un concierto de la Sinfónica, ni siquiera un espectáculo del Maestranza, programado en plena Feria de Abril; un gesto que celebramos y ayuda a potenciar el esplendor de una ciudad que estos días luce más radiante que nunca. Y para hacerlo nada mejor que unos intérpretes aún más jóvenes que el propio teatro, en plena efervescencia de su madurez, como las flores, los colores y los aromas que impregnan la belleza de esta cálida estación.

Programar juntos a Rachmáninov y Chaikovski no es precisamente el colmo de la originalidad, pero siempre constituye un placer acercarse al hermosísimo Concierto nº 2 del primero, de la misma forma que lo es redescubrir la menos popular de las sinfonías del autor de El lago de los cisnes. Con sólo veintiún años y una carrera apoyada sobre los cimientos de este coliseo, Floristán se enfrentó a uno de los conciertos favoritos de intérpretes y público con la confianza y la seguridad que la partitura requiere, dando buenas muestras de dominio técnico y melódico, si bien faltó mayor delicadeza y profundidad en los pasajes más líricos. Viotti levantó una arquitectura sólida y robusta a su alrededor, pero tan exuberante que ahogó al pianista en los momentos más apasionados.

Lorenzo Viotti
No obstante, como artífice en solitario del éxito de la Sinfonía nº 3 de Chaikovski, el joven director de origen suizo ofreció una soberbia lectura de la partitura, enérgica y alegre, rica en contrastes y, lo que es mejor, logrando una visión de conjunto bien planteada y ensamblada de una pieza criticada más bien por su disparidad. Una marcha inicial dinámica y al galope, un vals delicado y expresivo, un andante lleno de intenso lirismo, un scherzo inquieto y fluido, hasta llegar a un final apasionado y brillante, dieron como resultado una ejecución sensacional de la pieza, con implicación entusiasta y responsable de todos y cada uno de los integrantes de la orquesta. Vistos así los resultados, no nos extrañaría que en apenas unos años Viotti se convirtiera en un director de carrera prominente y de referencia; entusiasmo, talento y facultades le sobran. Del mismo modo que el afianzamiento de Pérez Floristán en el repertorio concertístico le augura un futuro prometedor del que nos sentimos muy satisfechos de haber formado parte.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el sábado 25 de abril de 2015

jueves, 23 de abril de 2015

LOST RIVER La memoria sumergida

USA 2014 95 min.
Guión y dirección Ryan Gosling Fotografía Benoît Debie Música Johnny Jewel Intérpretes Christina Hendricks, Saoirse Ronan, Iain De Caestecker, Matt Smith, Eva Mendes, Ben Mendelsohn, Reda Kateb, Barbara Steele, Demi Kazanis, Carey Torrice, Torrey Wigfield, Garrett Thierry Estreno en el Festival de Cannes (sección Un Certain Regard) 24 mayo 2014; en Estados Unidos 10 abril 2015

Hace tiempo que se veía venir que uno de los guapos oficiales de Holywood, pero también de los más inquietos y contestatarios, Ryan Gosling, se pasara a la dirección. Es uno de esos que se resiste a identificarse simplemente como una cara bonita y un cuerpo danone, primero eligiendo primorosamente sus papeles y ahora dando el salto al otro lado de la cámara. Y para eso ha erigido esta audaz y absorbente película, mezcla seguramente de algunos de sus más directos gustos e influencias. Más cerca del David Lynch ochentero, muy especialmente de Terciopelo azul, que del cine de Winding Refn que le ha dirigido en Drive y Solo Dios perdona, aunque a primera vista pudiera parecer que hace algunos guiños a este segundo título, Gosling construye un universo paranoico y particular en el que resulta fácil identificar algunos de los temas y personajes que acucian la situación económica y social actual. Arranca proponiendo una reflexión sobre las hipotecas y los desahucios, no muy agudo pero al menos implicado, en un entorno de abandono y decadencia fácilmente identificable con la ciudad de Detroit, paradigma del fracaso masivo del sempiterno sueño americano, donde se ambientaba también otra fábula reciente en torno a la decadencia moral de occidente, Sólo los amantes sobreviven. Sus casas y teatros abandonados, innumerables graffitis y espectros de una pasada gloria, sirven de escenario a un drama de desmoronamiento familiar en el que las frustraciones se alivian con buenas dosis de espectáculo gore en el que vísceras y sangre hacen las delicias de un público en otra época respetable. Un pasado mudo, personificado en el personaje de la abuela de la vecina, una Barbara Steele recuperada de sus años de esplendor interpretando vampiras para Hammer, y un presente sordo, proxeneta y especulador, magníficamente incorporado por un Ben Mendelssohn con aires de Dennis Hopper, se dan la mano en una historia que sin embargo ofrece esperanza y la halla precisamente en una memoria anegada pero aún viva, sólo a la espera de ser redescubierta. No está mal para un debut; y no ha tirado por la vía fácil, de hecho su distribución ha sido muy limitada, aunque se dejan ver deficiencias, sobre todo en el ritmo narrativo y su dispersa dramaturgia, que pasa de unos a otros personajes y sus asuntos de forma desordenada y caótica. Puede que no se convierta en título de culto, a pesar de un inequívoco aire marciano que le facilita todas las papeletas, pero ese parecido razonable con el universo de Lynch podría impedírselo por restarle originalidad, pero merece dejarse llevar por su poética visceral y contestataria, siendo de agradecer que a pesar de sus ingredientes no resulte pretenciosa.

miércoles, 22 de abril de 2015

REGRESO A ÍTACA Sueños robados con miedo

Título original: Retour à Ithaque
Francia 2014 95 min.
Dirección Laurent Cantet Guión Laurent Cantet y Leonardo Padura Fotografía Diego Dussuel Intérpretes Isabel Santos, Jorge Perugorría, Fernando Hechavarria, Néstor Jiménez, Pedro Julio Díaz Ferrán, Carmen Solar, Rone Luis Reinoso, Andrea Doimeadios Estreno en el Festival de Venecia 31 agosto 2014; en Francia 3 diciembre 2014; en España 17 abril 2015

Los dos tráilers proyectados antes de la película dan buena cuenta de cómo el cine del país vecino se hace eco de los problemas sociales que acucian a nuestro entorno, uno sobre la sanidad Hippocrate, y el otro sobre la educación Les héritiers. Un asunto que debería provocar la envidia de nuestro cine, incapaz de abordar nuestras miserias si no es desde la comedia más socarrona y burda, dejando la rabia para la ceremonia de los Goya, donde este tipo de espectáculos a menudo groseros y aburridos deberían evitarse. Laurent Cantet ha demostrado siempre en su filmografía tener una enorme sensibilidad para tratar estos temas espinosos pero tan esenciales para mejorarnos como personas y procurar una mayor igualdad y calidad de vida en un mundo que sólo pisamos durante un tiempo ridículo y con fecha de caducidad. Trató el paro en Recursos humanos y El empleo del tiempo, la educación en La clase, el turismo sexual en Hacia el sur y Cuba ya fue objeto de su mirada en la película conjunta 7 días en La Habana. Ahora regresa a esa ciudad que él rebautiza como Ítaca, aquella isla jónica devorada durante siglos por piratas, saqueadores y malos gobernantes. Así retrata la tan querida pero hiriente patria, que unos se la han apropiado para fastidiar a los demás y hacer imperar su voluntad. Allí regresa uno de los personajes de esta entrañable y conmovedora historia, la que recorre casi treinta años de boca de un grupo de amigos que se reúnen en una terraza de la ciudad para recibir a ese hijo pródigo que tiene mucho y muy suculento que contar. “¡Cuánto hicieron para jodernos la vida!” exclama un pintor censurado, uno de los desheredados en este devastador reencuentro; por cierto, el autor de la obra que expone en el film es en realidad Jorge Perugorría. Sueños robados por medio del arma más terrible, que es el miedo. Y siempre España como referente, desde dentro, con una juventud dominada por Serrat y Fórmula V, y desde fuera, como ese lugar donde quizás los sueños se puedan realizar pero donde siempre se sentirán extraños e inadaptados. España como origen y destino, cuya dominación de siglos sentó las bases de un continente desorientado y sodomizado, y en cuyo nuevo orden económico y social pretenden encontrar un hueco quienes malviven en dictaduras oficiales. Otra cosa es que los dictadores nos gobiernen doquier, llámese euro, dólar, Bundesbank o Cortes Generales quienes marquen las pautas a su antojo para someternos y engañarnos. Una hora y media en compañía de estos personajes, perfectamente definidos en su complejidad tanto como seres ilusionados y simpáticos como desesperanzados y traumatizados. “La voz del pueblo más culto del mundo” dice Perugorría irónicamente cuando presencia los gritos verduleros de una joven a su supuesto novio desde la ventana. Culto, universitario, sí, pero obligado a callar, a tirar a la basura la libertad que concede el saber. Incoherencias en un mundo cuya realidad ahora que se estrena la película parece empezar a cambiar. Claro, los enemigos ahora ya no son los bloques capitalistas y comunistas, son las religiones, en especial las extremistas, y contra esas los demás tenemos que unirnos. Las víctimas siempre son las mismas, en éstas y en otras guerras, los ciudadanos, la gente sencilla que sólo pretende ser feliz, ganándose la vida, sin sufrir desestructuraciones familiares y viviendo en Ítaca, la patria libre de saqueadores y oportunistas que tanto se esfuerzan en jodernos la vida. Todo esto declamado con emoción, convicción y unas buenas dosis de ternura. Una vez más el cine español ha perdido la oportunidad de adelantarse y contarlo, claro que a lo peor no hubiera puesto tanto cariño en la empresa.

martes, 21 de abril de 2015

LA OVEJA SHAUN. LA PELÍCULA Traviesas y descarriadas

Título original: Shaun the Sheep Movie
Reino Unido-Francia 2015 85 min.
Guión y dirección Mark Burton y Richard Starzak Fotografía Charles Copping y Dave Alex Riddett Música Ilan Eshkeri Animación. Estreno en Reino Unido 6 febrero 2015

Aardman Animations, con Nick Park y Peter Lord a la cabeza, se ha procurado un buen espacio en la animación actual, con técnicas tradicionales de stop-motion, que aderezadas con nuevas tecnologías han dado como resultado películas tan estimulantes como Evasión en la granja o Piratas. Personajes tan emblemáticos de su factoría como Wallace y Gromit dieron el salto de la televisión al cine con enorme éxito, Oscar incluido. Ahora lo hace la oveja Shaun y quizás pronto lo haga Timmy Time. De la dirección de la ovejita se han hecho cargo dos de las mentes fichadas por la casa, en lo que supone su debut en la realización, después de haberse encargado de guiones de cintas como Madagascar. Marca de la casa son una cuidada definición de los personajes y una simpática caracterización de los mismos, que con mínimos gestos y posturas consiguen una enorme gracia y expresividad. No es ajeno a esto las aventuras del divertido y travieso rebaño de ovejas que, descarriadas en la ciudad donde buscan a su granjero amnésico, conseguirán meterse en más de un lío para nuestra diversión. Como en anteriores películas de la productora, la empresa funciona bastante bien, con dinamismo y sutil humor; el problema es que en esta ocasión acaba resultando un poco cansino, y lo que en la corta duración de un episodio de televisión podía resultar suculento, aquí se antoja pesado para terminar siendo incluso anodino. Valga el mensaje de fidelidad, lealtad y cariño a un dueño que las trata como amigas, y el sentido de responsabilidad que exhalan todos los personajes, desde las perezosas ovejas a los cochinos cerdos, pasando por el celo exagerado del alguacil de animales.

UNA NOCHE PARA SOBREVIVIR Aliento trágico

Título original: Run All Night
USA 2015 114 min.
Dirección Jaume Collet-Serra Guión Brad Ingelsby Fotografía Martin Ruhe Música Junkie XL Intérpretes Liam Neeson, Ed Harris, Joel Kinnaman, Boyd Holbrook, Bruce McGill, Genesis Rodríguez, Vincent D'Onofrio, Common, Beau Knapp, Patricia Kalember, Daniel Stewart Sherman, James Martínez Estreno en Estados Unidos 13 marzo 2015

De interpretar a héroes románticos en títulos como Los miserables de Bille August, Michael Collins de Neil Jordan o La lista de Schindler de Speilberg, Liam Neeson lleva años reciclado en una suerte de justiciero de la ciudad, con trilogías como Venganza o las películas que lleva interpretadas a las órdenes del realizador catalán Jaume Collet-Serra, haciendo taquilla y llenando sus bolsillos. El del español no es el típico salto a Hollywood, pues él se inició precisamente en la meca del cine, sin paso previo por el cine patrio. La casa de cera, La huérfana y sus dos anteriores films con Neeson, Sin identidad y Non Stop, jalonan una carrera de éxitos y un aprendizaje moviendo la cámara y acertando en la dramaturgia que lo están situando entre los directores más interesantes del género fantástico y de acción. Lo mejor es que, consciente de que su trabajo es de serie y entretenimiento, no intenta ser pretencioso ni siquiera cuando el guión le da excusas para serlo. Y es que en esta nueva película tenemos a un matón veterano y alcohólico que tendrá que decidir entre su fidelidad al clan al que pertenece o proteger a un hijo que lo repudia, mientras su jefe intenta hacer negocios dentro de la ley, a pesar de lo difícil que se lo pone su vástago. Padres e hijos, herencias e influencias, un cóctel dentro de una típica película de acción que podría resultar indigesto, y sin embargo se resuelve a favor del suspense y la emoción, con prodigiosas secuencias que atrapan y envuelven al espectador hasta hacerle vivir la situación que plantea. Cierto que en el camino se suceden varios disparates, pero el buen oficio de su director, su impecable factura técnica y la creencia de todos y cada uno de sus artífices en lo que hacen, consiguen un producto muy solvente, con soluciones visuales y estéticas renovadoras y un excelente sentido del drama y el ritmo, manteniendo en todo momento un aliento trágico que añade una buena dosis de dignidad a lo que de otra manera sólo sería una cinta más. Se ve que Neeson elige bien los papeles, con películas como ésta o Caminando entre las tumbas, que lo sitúan en las antípodas de un Nicolas Cage, también reciclado en el cine de acción pero con resultados mucho más pobres. Atención a la aparición de los veteranos Nick Nolte y Lois Smith en pequeños papeles.

domingo, 19 de abril de 2015

LA BÉTICA DE CÁMARA, POÉTICA MUSICAL DE UNA GUERRA: UNA NUEVA ETAPA EN LA SALA JOAQUÍN TURINA

7º concierto de abono de la Orquesta Bética de Cámara. José Manuel Martínez Melero, violín. Robert León, narrador. Michael Thomas, director. Programa: Serenata Op.20, de Elgar; The Lark Ascending, de Vaughan-Williams; Berceuse, de Debussy; Noche transfigurada, de Schönberg (arr. Thomas). Sala Joaquín Turina. Sábado 18 de abril de 2015

Thomas dirigiendo
Hemos apuntado en otras ocasiones el cariño que deposita este conjunto, sobre todo su director, en los programas que acomete; muy especialmente cuando se combina poesía y música como en esta ocasión, con un marcado acento británico planeando durante todo el concierto. La Bética volvió con esta cita al Teatro de la calle Laraña, inaugurando una nueva etapa dirigida por el Ayuntamiento, que de momento recupera la programación que Cajasol dejó a la deriva, mientras va ideando una ambiciosa nueva temporada en la que la sala podría convertirse en crisol de otras iniciativas de la ciudad, por lo que le auguramos fortuna en su empeño.

Este séptimo concierto de temporada, que se repitió el domingo en Alcalá, se centró en músicas elegíacas y reflexivas acompañadas de lecturas enérgicas de poesías en torno a la centenaria Gran Guerra, a cargo del hispanista Robert León en su lengua vernácula, mientras en una pantalla se visualizaba la traducción ilustrada con fotografías de la tragedia. The Soldier, de Rupert Brooke, dio paso a la hermosa Serenata para cuerdas de Elgar, con la que la orquesta acertó a evocar su atmósfera pastoril, serena y luminosa, destacando la labor de la cuerda grave. El envolvente Ascenso de la alondra de Vaughan-Williams vino acompañado del poema de Meredith George que lo inspiró, ofreciendo a José Manuel Martínez Melero, concertino de la orquesta, la oportunidad de lucirse con sus complicados e imaginativos trinos de manera tan sutil como concentrada. Su evidente esfuerzo y notables resultados se hicieron eco también en la propina, el primer movimiento de la Sonata nº 2 de Ysaye, Obsesión.

José Manuel Martínez Melero e Israel Martínez
Berceuse héroique, ofrenda patriótica de Debussy dedicada a las tropas belgas, inauguró la segunda parte, con más efectivos que potenciaron su carácter trágico y melancólico, aunque abusando de una pompa que el compositor aborrecía. Una nueva orquestación de Noche transfigurada a cargo del propio Michael Thomas, con vientos, metales y maderas doblando a la cuerda exclusiva de la original de Schönberg, completó el programa. Su muy complicada arquitectura contó con un trabajo exhaustivo que tuvo sus más y sus menos, echándose en falta una mayor delicadeza y dosis de lirismo, propiamente transfigurando su estética poética hacia otra dramática y combativa más acorde con el acontecimiento evocado. La dedicación que director y solista prestaron a sus compañeros y compañeras, que merecen más atención de público y medios, sigue sin tener eco en un programa de mano que desprecia sus créditos; mientras ver en los atriles de la orquesta a intérpretes de la talla de Israel Martínez o Leo Rossi demuestra que la suya es una carrera en ascenso, y un orgullo para una ciudad que pasa así en veinte años de casi no tener un conjunto estimable a contar con varios.

sábado, 18 de abril de 2015

LA FIESTA DE DESPEDIDA Un tristón quinteto de la muerte

Título original: Mita Tova
Israel 2014 95 min.
Guión y dirección Tal Granit y Sharon Maymon Fotografía Tobias Hochstein Música Avi Belleli Intérpretes Ze-ev Revach, Aliza Rosen, Levana Finkelstein, Raffi Tavor, Ilan Dar, Hanna Rieber Estreno en Israel 9 octubre 2014

Publicitada como comedia negra, incluyendo un cartel que exhibe uno de los momentos más desinhibidos de la película, cabía esperar una de esas comedias ácidas pero amables que tan bien se les dan a los británicos. Por el contrario nos encontramos con una cinta tan deprimente como falta de encanto, una visión desesperanzadora, casi traumática de la vejez. No cabe duda de que envejecer es una enfermedad degenerativa que acarreamos justo desde que nacemos, que va limitando nuestras capacidades y mermando nuestro intelecto. Cada día nos esforzamos más en retrasarla, exprimiendo al máximo nuestros recursos y procurando disfrutar de cada experiencia como si fuera nueva; los avances médicos naturalmente ayudan mucho. Pero el dolor y el sufrimiento están siempre ahí, al final del camino; y cuando ya no queda esperanza parece que lo más humano y conveniente sea interrumpir voluntariamente una vida que ya no merece más la pena prolongar. Naturalmente esto genera en nuestra sociedad, hipócrita y llena de prejuicios, un debate moral o ético, la mayor de las veces religioso, provocando tabúes, prohibiciones y sanciones legales. Sobre el tema se han dirigido muchas películas, a las que se une esta cuarta película de la pareja israelí formada por Tal Granit y Sharon Maymon, y que ha despertado suficiente admiración como para reportarles un Premio del Público en Venecia y una Espiga de Oro en Valladolid, donde además se alzó con el premio a la mejor actriz compartido por sus dos protagonistas femeninas. Al margen de un par de ironías y momentos veladamente simpáticos, poca comedia y desde luego mucha infelicidad hay en esta película que trata el tema con poca definición y menos lucidez, en su afán por no tomar postura, aunque sólo sea teóricamente, pues en la práctica todo apunta a defender la eutanasia como muerte digna y necesaria. Estamos de acuerdo, pero si fuera dentro de un entorno más amable, con más encanto, mejor rodado y mejor estructurado, creemos que generaría más simpatías y resultaría menos vulnerable. Por el contrario la cinta expide infelicidad y descontento, incluso cuando plantea situaciones supuestamente divertidas, como la relación de pareja de uno de los ancianos con otro a su vez casado. Tremendismo y lamento se van dando poco a poco la mano, cayendo finalmente en un pesimismo insoportable, lo que hace que nos sorprendamos ante las crónicas que la presentan como una comedia. Quizás lo único sorprendente sea el cementerio de Tel Aviv, o uno de ellos, construido como si fuera un aparcamiento por pisos, aunque algo abandonado. Su realización plana, sin garra ni fuerza, y la falta de empatía con este quinteto de la muerte, malogran sus posibilidades, mientras nos negamos a enfrentarnos a la muerte, algo tan seguro y consustancial a la vida, con un discurso tan gris y lamentable. Al final lo más destacable es que por una vez, tratándose de una película israelí, el conflicto con Palestina brille por su ausencia, y que se ambiente en residencias y barrios elegantes.

jueves, 16 de abril de 2015

ZAHIR ENSEMBLE ESTRENA "IN VAIN" EN ESPAÑA: UNA EXPERIENCIA NARCÓTICA EN LA OSCURIDAD

Ciclo de Música(s) Contemporánea(s). Zahir Ensemble. Juan García Rodríguez, director. Programa: In Vain, de Georg Friedrich Haas. Teatro Central, miércoles 15 de abril de 2015

Georg Friedrich Haas
A veces no somos conscientes de asistir a un acontecimiento, y el concierto de ayer miércoles en el Teatro Central lo fue. Era la primera vez que se interpretaba en España la que quizás sea la primera gran obra musical de este milenio, la que el austríaco Georg Friedrich Haas compuso en 2000 bajo el título In vain. Y quizás resulte inútil, como reza el propio título de la pieza, describir lo que sea o suponga esta arquitectura musical de algo más de una hora de duración, porque se trata sencillamente de una sucesión de sensaciones, emociones y experiencias, sentidas desde la butaca ante el ejercicio de motivación y empatía que realizan veinticuatro músicos a partir de una partitura que a veces ni siquiera aciertan a ver, pues parte de ella se ejecuta completamente a oscuras.

Imagen promocional de Zahir Ensemble, una de las joyas
de la corona de la música en nuestra ciudad
Juan García Rodríguez se ha empeñado en hacer el más difícil todavía, y desde el más puro esfuerzo y empeño va consiguiendo, también desde la humildad, que nuestra ciudad se vaya consolidando también como eje en el seno de la música contemporánea. Hitos como éste lo corroboran, y para ello logró agrupar bajo la base estructural del grupo que él mismo fundó hace exactamente diez años, representantes de algunos de los conjuntos orquestales más relevantes de la ciudad, desde la Sinfónica a la OJA pasando por la Conjunta, ese prodigio que va creciendo en sus manos y del cual pudimos disfrutar en esta cita de algunos de sus más jóvenes rostros. También el pianista Óscar Martín entre los convocados. Gente joven interpretando música del siglo XXI, quizás no rindiendo al máximo de sus posibilidades, ofreciendo a veces una lectura un poco solapada, puede que incluso débil, aventurándonos a decir sin referente que hubo errores, entradas falsas y apuros de entonación. Pero de cualquier modo los resultados fueron estimulantes, atrevidos y sin duda novedosos. Y desde luego necesarios para seguir avanzando y no quedarnos en el repertorio de siempre. Mientras haya quien programe ópera de nuestro siglo y ciclos de música contemporánea, la música en Sevilla seguirá viva y mantendrá un buen estado de salud.

Detalle de la partitura
Haas compuso la pieza en protesta por el avance de la extrema derecha en su país a finales del siglo pasado, y quizás de ahí el título y su estructura, con una música que se enrosca y planea sobre nuestro subconsciente, advirtiéndonos de que siempre hay peligro de volver a caer en los mismos errores, de reencontrarnos con el mismo horror que creíamos erradicado y superado. Volver al mismo lugar está en su esencia, a nivel estructural y espiritual, articulando emociones y estados anímicos e invitándonos a compartirlos. Música que juega con microtonos marca de la casa, y que recuerda a Ligeti en el uso de la micropolifonìa y los microintervalos, coquetea incluso con el espectralismo y encuentra su momento más sorprendente y conmovedor cuando presiona sobre nuestro sentido auditivo, potenciándolo, al privarnos de toda visibilidad durante cerca de un cuarto de hora. La luz entonces vuelve y desaparece intermitentemente, creando una sensación de desasosiego mezclado con efectos narcóticos de muy sugerente calado emocional, todo dentro siempre de una atmósfera inquietante, sombría y perturbadora. Se trata de una música para ser disfrutada lógicamente en vivo, si bien una grabación comercial podría incluir pautas sobre cuándo y cómo apagar la luz para lograr sensaciones parecidas a las experimentadas en salas privilegiadas como la del teatro de la Cartuja. Haas estrenó la pieza en Colonia el mismo año de su composición, de la mano de Sylvain Cambreling, su dedicatario.

miércoles, 15 de abril de 2015

LA DEL SOTO DEL PARRAL: CALIDAD MUSICAL POR ENCIMA DE TODO LO DEMÁS

Zarzuela de Reveriano Soutullo y Juan Vert. Marín Baeza Rubio, dirección musical. Amelia Ochandiano, dirección musical y coreografía. Ricardo Sánchez Cuerda, escenografía. Pedro Moreno, vestuario. Luis Romero, coreografía. Juan Gómez-Cornejo, iluminación. Intérpretes: María Rodríguez, Aurora Frías, Marco Moncloa, Alejandro Roy, Luis Álvarez, Didier Otaola, Adolfo Pastor. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza. Íñigo Sampil, director del coro. Producción del Teatro de la Zarzuela. Teatro de la Maestranza, martes 14 de abril de 2015

La producción que de La del Soto del Parral realizó el Teatro de la Zarzuela hace apenas cinco años, obtuvo, como muchas de sus producciones, un considerable éxito de público y crítica. Su escala ahora en el Maestranza nos hace plantearnos de nuevo algunas consideraciones acerca del tan reivindicado teatro lírico español. Un género que hunde sus raíces en las esferas más populares de una sociedad y unas costumbres cada vez más lejanas y ajenas, lo que quizás provoque que de todos los espectáculos programados en nuestro teatro, la zarzuela siga siendo el que convoque a un público de edad más avanzada, en esta ocasión incluso algo escaso. Urge, por lo tanto, someter el género a una limpieza y actualización que vaya más allá de las que se realizan al uso, como es el caso de la revisión de Xavier de Paz, que no va más allá de aligerar y adaptar el lenguaje y los golpes de humor, pero que dejan intacto el componente teatral de la función, definitivamente rancio. De esta forma tenemos por un lado una partitura exquisita y ejemplar, que no llega a cubrir la mitad de la propuesta escénica, mientras el resto se pierde en un libreto de poca enjundia y escaso interés, que pretendiendo trazar una imagen costumbrista del entorno rural castellano de principios del siglo pasado, apenas engancha con una historia de amores, desamores, celos y falsos rumores, tan tópico como pintoresco. A diferencia de la ópera, donde estas limitaciones las compensa una partitura permanente de probada calidad en el caso de las muchas que han sobrevivido, y la opereta y el musical, donde las tramas a menudo son más elaboradas y responden mejor a los signos de los tiempos, la zarzuela no engloba mucha música y se hunde en libretos a menudo infumables. Fue espectáculo de masas, dirigido a un público humilde y poco formado, pero que el buen hacer y el tesón de sus compositores logró trascender hasta que el producto llegara a nuestros días con la dignidad con la que lo hace este título, que junto a La leyenda del beso y El último romántico, supone el punto álgido en la obra del tándem formado por Reveriano Soutullo y Juan Vert.

La del Soto del Parral debe su origen a La canción de los batanes, título que sus autores estrenaron en Barcelona, y que tras someter a diversas modificaciones volvieron a estrenar en Valencia con el título de El ama del batán, para tras un proceso similar volver a hacerlo, ya con el título con el que la conocemos ahora, en el Teatro de La Latina de Madrid, y que sería adaptada al cine por León Astola en 1929 con orquesta en el foso. Esta versión de 2010 cuenta con el aval de la bailarina y coreógrafa Amelia Ochandiano en la dirección escénica, que para la ocasión ha optado por una escenografía entre surrealista e infantil. Nada más abrirse el telón cabía antojarse una composición daliniana, con punto de fuga lejano, corredor volante, campanas al vuelo e iconografía religiosa incluidas; algunas coreografías, especialmente una de piernas que salen del césped artificial, y soluciones escénicas como las ventanas en el suelo de donde emergen personajes y curiosos, corroboran este particular. Por otro lado, mucho color y una mirada melancólica a la felicidad de la infancia desde la libertad que permite el campo. Ciertos atrevimientos que, sin embargo, no logran superar el sabor rancio del conjunto, sólo superable si el libreto se sometiese a una reelaboración integral y se optase por soluciones escénicas mucho más audaces y creativas, da igual si con eso se pervierte la intención original de los libretistas. Porque lo que importa es la música; ella es lo que verdaderamente da empaque y relevancia a la pervivencia de títulos como éste, especialmente cuando su calidad es incuestionable y los momentos memorables no se limitan a uno o dos.

Didier Otaola y Aurora Frías son los novios Damián y Catalina
En este sentido la batuta de Martín Baeza Rubio, primer trompeta de la Deutsche Oper Berlin y director musical de la Berlin Oper Chamber Orchestra y Kammerensemble Modern de la Deutsche Oper Berlin, mimó al detalle la partitura de Soutullo y Vert, imprimiéndole abundante vuelo lírico y prestando especial atención a no ahogar las voces, destacando el intermezzo de aires operísticos entre los dos cuadros del segundo acto, una estremecedora versión instrumental de la romanza de Germán, Ya mis horas felices, que Marco Moncloa apenas logró defender al principio de la función, con tormenta y lluvia sobre el escenario distrayendo la atención de uno de los mejores números musicales del título. La suya se reveló una voz desentonada, engolada y desequilibrada que no hizo justicia a la belleza de su timbre, y que achacamos a un desgaste anticipado del instrumento. Luego mejoró discretamente, como quedó demostrado en el dúo romántico Ten pena de mis dolores. Mucho mejor Alejandro Roy apurando con nota alta su romanza del segundo acto, Fuerza que me vence, con un sobreagudo muy aplaudido. Tanto la soprano vallisoletana María Rodríguez como la tiple malagueña Aurora Frías cumplieron dignamente sus roles, si bien a la primera se le hubiera agradecido mayor volumen y más expresividad en sus emotivas intervenciones. Didier Otola dio réplica cómica perfecta a la segunda, con momentos muy logrados, especialmente un dúo cómico entrambos directamente inspirado en un número musical del Oklahoma¡ de Rodgers y Hammerstein. Otros momentos recordaron a Siete novias para siete hermanos, si bien la coreografía, especialmente la sometida a los integrantes del coro, nos pareció pobre y ridícula en más de una ocasión. Cabía esperar más de la escenógrafa. El resto del elenco cumplió su cometido con profesionalidad, siendo muy de agradecer el cuidado puesto en la dicción y el fraseo. Capítulo aparte merece el Coro del Maestranza, responsable de los momentos más hermosos y logrados, con una impecable Ronda de los enamorados como caballo de batalla, y otros números destacables como el simpático coro femenino de la Consulta. Algunas danzas, la dulzaina de Fernando Llorente y el tamboril de Álvaro Aguilar pusieron el toque segoviano, que en el caso de los instrumentistas bien podría ser también rociero. Y todo ello conformando un espectáculo digno pero definitivamente vetusto.

martes, 14 de abril de 2015

NEOPERCUSIÓN EN CIMOCC'15: CALEIDOSCOPIO DE SENSACIONES

X Ciclo de Música Contemporánea de los Conservatorios CIMUCC’15. Neopercusión: Juanjo Guillem, Rafael Gálvez y Antonio Picó. Programa: Stonewave, de Rolf Wallin; Mantra, de Ramón Humet; Arquitecturas del Eco, de José Mª Sánchez-Verdú; Hypnos, de Jesús Navarro; Ostinato, de Giorgio Battistelli. Auditorio del Conservatorio Francisco Guerrero, lunes 13 de abril de 2015

De izquierda a derecha: Antonio Picó,
Rafael Gálvez y Juanjo Guillem
El enorme esfuerzo y entusiasmo que sus artífices están dedicando a este ciclo de música contemporánea en su décima edición, tiene reflejo en propuestas como la de ayer lunes, un conjunto de referencia en formación de trío, con veinte años y muchos kilómetros a sus espaldas, ofreciendo una gran variedad de fuentes y estilos ante el escaso público, aunque algo más numeroso de lo que es habitual en estos acontecimientos, congregado en el Auditorio del antiguo matadero. Lo que alarma es que habiendo seguramente un nutrido alumnado de percusión en sus aulas, la inmensa mayoría no aprovechara la ocasión de aprender y disfrutar con estos reputados músicos, curtidos en orquestas tan señeras como la Nacional de España.

El programa estuvo exquisitamente diseñado y articulado, a través de piezas dinámicas y muy contrastadas de grandes maestros internacionales en los extremos, y otras tres españolas jugando a la experimentación y la innovación en el centro, cuyo eje lo conformó una obra de la que Neopercusión está manifiestamente satisfecha, la que Sánchez-Verdú compuso por encargo suyo en 2008 y cuya audacia y belleza expresiva, servida con calidez y suma brillantez, mereció el dilatado y enfervorecido aplauso de un público en su mayoría muy joven.

A los sonidos primitivos del noruego Wallin, sometidos a un rigor casi matemático y un juego armónico preciso, siguieron las notas relajantes y espirituales del catalán Humet, que somete los cuencos tibetanos a una perversión justo a mitad de la pieza, con el fin de generar inquietud y desasosiego. La del joven santanderino Jesús Navarro es una obra más convencional aún en su vocación de experimentar con sonidos acústicos y amplificados, destinada a ilustrar sueños de carácter tenebroso con una estética cinematográfica. Battistelli y su apoteosis catárquica de tambores, timbales, baterías y bombos puso el toque industrial a un suculento pastel para el que el grupo contó con un nutrido conjunto de instrumentos y que Guillem abordó con responsabilidad didáctica a través de largas y vacilantes explicaciones.

lunes, 13 de abril de 2015

7º CONCIERTO DE CÁMARA DE LA ROSS: SONO REALE, ATASCADOS EN LA AMABILIDAD

XXV Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
Sono RealeVicent Morelló, flauta. Sarah Roper, oboe. Gretchen Talbot, violonchelo. Alejandro Casal, clavecín. Programa: Musica Toccata (Trío Sonata en Mi menor, de Telemann; Sonata nº 3 para chelo y clave, de Boccherini; Concierto nº 5 de «Les gouts réunis», de Couperin; Sonata para flauta y clave BWV1035 de Bach; Trío Sonata RV81 de Vivaldi). Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, domingo 12 de abril de 2015

De la vanguardia americana del pasado concierto de cámara a los aires barrocos del presente, estos extremos en principio muy alejados pero que coinciden en su rabiosa modernidad, si no fuera porque atacados con premisas estéticas de antaño la música barroca y pre-clásica suena vetusta y fuera de estilo, como ocurrió con tres competentes integrantes de la sinfónica y uno prestado de la Barroca y aledaños, el imprescindible Alejandro Casal, que ofreció su incontestable buen oficio y pasión por la música para aliviar en parte el sonido blando de sus compañeros.

Aunque en los atriles predominó el estilo afrancesado de las partituras, no todo debía sonar igual y sin rastro del estilo exuberante de Telemann o italianizante de la sonata de Bach o de Vivaldi, que debían haber sido convocados para añadir al conjunto algo más de incisividad y calidez. No es fácil brillar igual como solista que como miembro de plantilla, por lo que no conviene ser muy exigente; no obstante Morelló se lució ampliamente cuando se enfrentó a una sonata de Bach sobrada de creatividad en sus complicadas ornamentaciones. Talbot sin embargo mantuvo el equilibrio como bajo continuo, pero como solista perdió el tono a mitad del Largo inicial de la sonata de Boccherini y ya no logró recuperarlo en toda la pieza.

Por su parte Roper exhibió agilidad y luminosidad en el quinto de los diez conciertos de gustos combinados que compuso Couperin justo después de sus conciertos reales, pero siempre dentro de una homogeneidad de conjunto que propició ese exceso de monotonía teñido de morbidez que caracterizó a todo el concierto. Lo mejor fueron los movimientos rápidos de Telemann y Vivaldi, dinámicos y flexibles, aunque atascados en todo momento en un exceso de amabilidad. No faltaron las habituales explicaciones, mejor proyectadas cuando se hacen de pie, y en esta ocasión nadie acusó miedo escénico y cada intérprete hizo sus propias presentaciones.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el lunes 13 de abril de 2015

domingo, 12 de abril de 2015

MORTDECAI Unos bigotes así no sientan bien a nadie

USA 2015 107 min.
Dirección David Koepp Guión Eric Aronsen, según la novela “Don't Point That Thing at Me” de Kyril Bonfiglioli Fotografía Florian Hoffmeister Música Mark Ronson y Geoff Zanelli Intérpretes Johnny Depp, Gwyneth Paltrow, Paul Bettany, Ewan McGregor, Jeff Goldblum, Olivia Munn, Jonny Pasvolsky, Michael Culkin, Ulrich Thomsen, Alec Utgoff, Paul Whitehouse Estreno en Estados Unidos 23 enero 2015; en España 10 abril 2015

El curriculum de David Koepp, con películas como Parque Jurásico, Misión Imposible o La guerra de los mundos como guionista, y El efecto dominó o La ventana secreta como director, dignas aunque menores, no ha sido garantía para sacar este engendro de la mediocridad más absoluta. Si la hubiera protagonizado Ben Stiller o Adam Sandler, muchos nos la hubiéramos ahorrado directamente, pero Depp, Paltrow o McGregor tienen más tirón, aunque del primero ya no nos esperemos nada más que estirar su personaje de Jack Sparrow o Tonto. Lo cierto es que aunque vaya de comedia sofisticada de acción, no tiene nada ni de lo uno, ni de lo otro, ni de lo de más allá. Apenas gracia ni buen gusto, y aunque cuenta con recursos holgados, poca acción y ninguna emoción, más allá de sus giros de cámara supersónica y recreaciones de ordenador. Basada en la primera de las tres novelas que el fallecido autor británico de origen italiano Kyril Bonfiglioli dedicó en plenos años sesenta a una parodia de James Bond con bigotes excéntricos y un toque de marchante de arte, profesión que también ejercía el propio autor, la película no consigue remontar en ningún momento; no llega a interesar y apenas logra esbozar una leve sonrisa. Para colmo de males, uno de sus mayores reclamos, la siempre atractiva Gwyneth Paltrow, parece llevarse mal con el departamento de peluquería.

LA DAMA DE ORO Memoria histórica, fantasma de la dignidad

Título original: Woman in Gold
USA-Reino Unido 2015 109 min.
Dirección Simon Curtis Guión Alexi Kaye Campbell Fotografía Ross Emery Música Martin Phipps y Hans Zimmer Intérpretes Helen Mirren, Ryan Reynolds, Daniel Brühl, Katie Holmes, Tatiana Maslany, Max Irons, Charles Dance, Elizabeth McGovern, Jonathan Pryce, Antje Traue, Allan Corduner, Nina Kunzendorf, Frances Fisher, Tom Schilling, Henry Goodman, Moritz Bleibtreu Estreno en Estados Unidos 1 abril 2015

Simon Curtis, formado en la televisión británica y responsable de Mi semana con Marilyn, donde el recientemente oscarizado Eddie Redmayne daba réplica a una Michelle Williams disfrazada de Marilyn Monroe en una recreación del rodaje de El príncipe y la corista, dirige esta emocionante y emotiva película que nos habla de respeto, perdón y sobretodo, dignidad. La dignidad que representa esa memoria histórica tan denostada por un amplio sector de la sociedad y la política de nuestro país, y que sólo un gobernante, Zapatero, se atrevió a colocar sobre la mesa, aunque hoy sea recordado por gestionar mal la crisis económica y apenas reconocérsele su papel en la restitución de derechos civiles y la aniquilación del terrorismo independentista vasco. Restitución de la dignidad, a través de la impresionante historia de un David que se enfrentó a un Goliath para remediar una situación de angustia e infelicidad arrastrada durante más de cinco décadas. Una mujer judía de avanzada edad, descendiente de una poderosa y refinada familia austríaca, devastada por la invasión nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y su joven abogado californiano, a su vez descendiente nada más y nada menos que de Arnold Schoenberg, el más relevante y revolucionario compositor de música del siglo XX, son los David que se enfrentan a Goliath, el Estado Austríaco, por la restitución del patrimonio familiar de la primera, expoliado durante la conflagración. Una causa ganada de antemano si no fuera por el poder ilimitado del demandado, pero que con entusiasmo, perseverancia, obstinación y buenos argumentos, más de índole sentimental y humano que estrictamente jurídico, se puede resolver a favor de la justicia y la verdad. Es eso que el cine americano ha hecho durante décadas, ejercer de abogado defensor de causas justas y nobles, y por lo que se le tacha facilonamente de lacrimógeno y tramposo, tocando nuestra sensibilidad y nuestras emociones a través de impolutos guiones cargados de buenas intenciones y sentimientos universales. Reconozco que ante el visionado de esta película no me siento absolutamente objetivo e imparcial. Un reciente viaje a Viena, en el que tuve la ocasión de recorrer incansablemente sus preciosas calles, las mismas que hace apenas tres cuartos de siglo presenciaron el horror más absoluto y execrable que el ser humano pueda imaginar, y que hoy lamentablemente se repite en tantos y tantos otros lugares de nuestro desdichado planeta; y en el que igualmente tuve la ocasión de visitar sus suntuosos museos, disfrutar de Klimt y Schiele en Leopold y Belvedere, o escuchar a Mozart, Loewe, Chaikovski y Berlioz en lugares tan emblemáticos como la Ópera Estatal, la Volksoper o el Musikverein. Recuerdos recientes que azotaron mis emociones durante la película, y que unidos también a mi propia y corta experiencia como abogado, en la que la perseverancia y la obstinación dieron también sus frutos satisfactorios, embargaron mi emoción, llevándome a atesorar ésta entre las películas más especiales que he visto recientemente. Curtis y su equipo, comandado por el sagaz productor Harvey Weinstein, responsable también de otra maravillosa búsqueda de otra mujer mayor de su propia identidad, Philomena, se han encargado de que en la travesía sea la dignidad lo que más sobresalga. Y así los nombres de Klimt y Schoenberg, tan presentes en esta historia restitutoria del lugar que los grandes nombres merecen en la Historia, por encima de sus miserables verdugos, se ven acompañados en la escena por el rutilante trabajo interpretativo de Helen Mirren, en cuya versión original se puede apreciar el esfuerzo que ha hecho por mantener un acento marcadamente austríaco. También merecen destacarse Ryan Reynolds, mucho mejor actor de lo que se le reconoce, como pudo demostrar en Enterrado. Y para remarcar esa dignidad a la que aludimos, Katie Holmes y Charles Dance reforzando con sus cortos papeles el trabajo de la pareja protagonista. Convincentes también la actriz canadiense Tatiana Maslany, dando vida a la protagonista, Maria Atlmann, de joven, y Max Irons, hijo de Jeremy Irons y Sinéad Cusack, como su esposo. Y la presencia siempre estimulante de Jonathan Pryce (Evita, Carrington) y Elizabeth McGovern (Gente corriente, Ragtime), a quienes hacía tiempo que no veíamos en pantalla, especialmente ella.

sábado, 11 de abril de 2015

FELICES 140 Las razones de mis supuestos amigos

España 2015 98 min.
Dirección Gracia Querejeta Guión Gracia Querejeta y Santos Mercero Fotografía Juan Carlos Gómez Música Federico Jusid Intérpretes Maribel Verdú, Marian Álvarez, Eduard Fernández, Antonio de la Torre, Nora Navas, Alex O'Dogherty, Paula Cancio, Marcos Ruiz, Ginés García Millán Estreno 10 abril 2015

En la irregular filmografía de Gracia Querejeta abundan los títulos sobrevalorados; basta recordar el último, 15 años y un día, una insufrible y malograda crónica sobre la adolescencia en un entorno difícil. Rara vez la hija del productor Elías Querejeta ha acertado en su análisis de la sociedad en la que vivimos, su perpetuo leit motiv a la hora de ponerse tras la cámara. Recordamos especialmente Héctor, que en su retrato también de una personalidad joven e introvertida llegó a insuflar de mayor poesía su particular universo sentimental y humano. Con Maribel Verdú en su tercera y consecutiva película como protagonista a sus órdenes, propone ahora una disección dura y atrevida de la condición de la clase media actual, sumida en una crisis tan social como económica, donde la pérdida de valores y principios éticos se desarrolla en sentido proporcionalmente inverso a la ansiedad de riqueza materialista. Con un argumento bien articulado a fuerza de inquietantes giros, el primero de los cuales la publicidad ya se ha encargado de reventar, la película pretende erigirse en un ensayo incisivo sobre la codicia, a través de una fiesta familiar en la que amigos y parientes acaban por desenmascararse en un ejercicio en el que sólo la inocencia, representada en el más joven de los protagonistas, sale bien parada. Todos y todas en este drama escénico quieren conseguir sus objetivos, sean en el marco del materialismo puro o en el presuntamente más espiritual de los sentimientos, al precio que sea. No por casualidad produce Gerardo Herrero, cuya mejor película como realizador analizaba también el valor de la amistad cuando el dinero entra en juego, aunque desde un punto de vista más constructivo y costumbrista, en Las razones de mis amigos. Ahora el guión tejido por la propia Querejeta y e hijo de Antonio Mercero, que también colaboró en el libreto de la anterior película de ficción de la realizadora, ofrece al menos un competente entretenimiento, por momentos incluso absorbente, en el que el melodrama se da la mano con la comedia y el thriller con naturalidad y buen oficio. Lástima que se eche en falta una mayor dosis de mala leche, que el mal rollo imperante se quede algo corto, y que los intérpretes se esfuercen con solvencia a pesar de que la dirección no logre extraer de ellos un perfil más definido e inquietante. No falta incluso la danza ritual en torno al rey dinero, a través de una muy obvia, incluso ridícula y algo cursi, interpretación coral del Money Money de Cabaret. Y por supuesto se reincide en esa manía española de retratar una clase burguesa sofisticada y terriblemente atractiva a la que muy pocos y pocas tienen acceso y que se aparta por lo tanto de nuestra verdadera realidad social. En el apartado técnico, destacar la melódica e inspirada música de Federico Jusid, con momentos tan conseguidos como el subrayado pianístico de uno de los pasajes más trágicos de la función. En la conclusión de este parcialmente logrado análisis sobre la condición humana sólo cabe la negrura y la desesperanza.