sábado, 14 de septiembre de 2013

DESCUBRIMIENTOS Y CUERDAS ROTAS EN EL 4º FESTIVAL JOAQUÍN TURINA

IV Festival Internacional de Música de Cámara Joaquín Turina. Graf Mourja y Priya Mitchell, violín. Péter Nagy, piano. Silvia Simionescu, viola. Sofya Melikyan, piano. Mikayel Hekhnazaryan, cello. Programa: Suite Italienne de Stravinsky; Sonata española de Turina; Suite de Romeo y Julieta de Prokofiev y Borisovsky; Trío de Babajanian. Viernes 13 septiembre 2013, Sala Joaquín Turina de la Fundación Cajasol

Graf Mourja
En el ecuador de esta cuarta edición del Festival Joaquín Turina tuvimos ocasión de descubrir algunas piezas infrecuentes, y de sufrir un par de incidentes. Una cuerda rota en el piano provocó un pequeño retraso en la entrada del público a la sala y el posterior inicio del concierto; mientras otra, en este caso del violín de Graf Mourja, hizo que el músico ruso interrumpiera la Suite Italiana de Stravinsky justo cuando sólo le quedaba el breve movimiento final, algo que podría haber salvado con un poco más de talento y habilidad; y de nuevo otra cuerda rota tras el primer movimiento de la Sonata de Turina.

Silvia Simionescu
Es más frecuente que se interprete la versión para piano y cello de la Suite Italienne, menos brillante y virtuosística que la que preparó Pavel Kochanski en 1925 para violín y piano. Ésta está integrada por cinco de los once movimientos de la Suite del Ballet Pulcinella, inspirado presuntamente en temas de Pergolesi, aunque más bien pertenecen a otros autores contemporáneos del compositor italiano, e incluso alguno data del siglo XIX. Para el autor era un pastiche, pero no exento de la ironía y el toque grotesco que tan bien acertó Mourja en imprimirle, dotando al conjunto de ese aire desenfadado y jovial que caracteriza el neoclasicismo cultivado por el autor de La consagración de la primavera en esa época. Nagy acompañó con sumisa disciplina. La Sonata Española de Turina no se debe confundir con la nº 2 Op. 82, que también lleva ese sobrenombre. Ésta es más primigenia y se descubrió en 1981 durante los trabajos de preparación del centenario del compositor sevillano. Nos invita a conocer un autor inquieto y curioso, capaz de sorprendernos con un adagio (andante) sinuoso y sensual que incluso coquetea con el atonalismo, y que Mourja y Nagy desgranaron con tanta habilidad técnica como capacidad expresiva.

Mikayel Hakhanzaryan
El sonido sedoso e imponente de la viola de Silvia Simionescu acarició las populares notas del Romeo y Julieta de Prokofiev en una anecdótica reducción de Vadim Borisovsky de estilo rapsódico, que la violista rumana y la pianista Sofya Melikyan abordaron con entusiasmo y elegancia, regalándonos algunas de las páginas más conmovedoras de la noche. Dos armenios, Melikyan y el chelista Mikayel Hakhnazaryan, junto a la violinista Priya Mitchell, nos dieron a conocer el Trío de su compatriota Arno Babajanian, una obra trágica y visceral, apasionada y agresiva, en un registro tonal pasado de moda pero efectivo, que contiene tantas oportunidades de lucimiento técnico como de expresividad emocional, todas las cuales fueron magistralmente aprovechadas por los tres solistas participantes. A pesar de todo eso no alcanzamos a comprender el título otorgado al concierto, Fuego nada artificial, y nos hubiera gustado que alguien nos lo hubiera explicado.

Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 15 de septiembre de 2013

LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA Un partido largo, largo, largo, largo

España 2013 101 min.
Guión y dirección Daniel Sánchez Arévalo Fotografía Juan Carlos Gómez Música Josh Rouse Intérpretes Antonio de la Torre, Quim Gutiérrez, Verónica Echegui, Miquel Fernández, Patrick Criado, Roberto Álamo, Sandra Martín, Arancha Martí, Héctor Colomé Estreno 13 septiembre 2013

Tras un prometedor debut con AzulOscuroCasiNegro, la carrera de Daniel Sánchez Arévalo ha ido de mal en peor, y si su anterior película, Primos, que también giraba alrededor de una boda, nos pareció simpática, ésta es en conjunto insufrible. Se ambienta en una boda en el campo durante la celebración del partido con el que España se alzó como campeona del Mundo hace tres años. Aunque la pretendida genialidad de este punto de partida se vuelve anecdótica e innecesaria cuando comprobamos que a esta familia española le importa poco el fútbol a juzgar por la cantidad de problemas, malos rollos y confidencias sentimentales que se les ocurre durante el partido, al que casi nunca prestan atención, hasta el punto de que nos olvidaríamos de él si no fuera porque de vez en cuando nos lo recuerdan con imágenes de televisión; tantas son las cosas que ocurren que parece que en lugar de un partido sean dos o tres. Empieza y termina bien… porque lo hace con Siete novias para siete hermanos. A partir de ahí el guión contiene algunos aciertos y momentos felices aislados, pero en un conjunto insufrible e intrascendente a través del cual el realizador quiere trazar una radiografía de una sociedad española avanzada y tolerante pero al mismo tiempo mezquina, celosa y traidora; aunque todo al final tiene una redención, pues se trata de una comedia y tiene que imperar el buen rollo y la impostura. Al principio se le van perdonando detalles que ruborizan, como el baile en la ceremonia nupcial, porque se intentan entender como un vacile voluntario del director, pero poco a poco el invento se va desmoronando, conforme afloran los personajes imposibles, las frases construidas y los despropósitos de toda índole. Sólo cabe esperar que no sea ésta la película que enviemos a Hollywood para intentar rozar un Oscar que este año tenemos muy difícil con la cosecha recogida.

viernes, 13 de septiembre de 2013

INAUGURACIÓN OFICIAL DEL FESTIVAL TURINA: EXCELENCIA MUSICAL EN UN ENTORNO INAPROPIADO

IV Festival Internacional de Música de Cámara Joaquín Turina. Concierto inaugural. Priya Mitchell, violín. Torleif Thedéen, cello. Sofya Melikyan y Benedicte Palko, piano. Quinteto ETHOS. Programa: Piano Trío nº 2 de Turina; Sexteto para piano y quinteto de viento de Poulenc; Trío nº 3 de Dvorák). Jueves 12 septiembre 2013, Casa de Salinas

Benedicte Palko, painista participante
y directora artística del festival
Dos horas y media para escuchar ochenta minutos de música, encerrados en un lugar precioso como es la Casa de Salinas, pero asfixiante y muy limitado de aforo, lo que provocó incluso que muchos de los alumnos que participaron en los conciertos de días anteriores tuvieran que permanecer en pie, dan cuenta de la decpecionante organización de esta cuarta edición del Festival Turina. El mecenazgo, en todas sus variantes, es una estupenda solución para capear la crisis, pero propició una generalizada falta de respeto a la zona reservada para prensa, dando lugar a que tuviéramos que seguir el concierto inaugural en condiciones poco afortunadas, aunque ello no afectara a la inmejorable acústica del lugar y a la excelencia de la interpretación musical. Las campanas de Santa Cruz avisando del inminente oficio religioso y la improvisada iluminación del mal acondicionado escenario, por otro lado bajo y sólo apreciable desde las primeras filas, pusieron la guinda.

El quinteto con sede en Sevilla ETHOS
Asombra que se repitiera el Trío con piano nº 2 de Turina, ya abordado por el joven Trío Albéniz dos días antes. En esta ocasión se benefició de una interpretación entusiasta, magníficamente ensamblada, de perfiles tan aterciopelados como vibrantes y enérgicos. El Sexteto para piano y viento de Poulenc, pieza que Perianes sustituyó por el Quinteto K452 de Mozart en el último concierto del ciclo de cámara de la ROSS, con la consiguiente y lógica frustración del flautista Juan Ronda, disfrutó en manos de la pianista armenia Sofya Melikyan y el Quinteto sevillano ETHOS de todo su encanto neoclásico, alegría y expansión expresiva, a pesar de las inevitables distorsiones de la trompa, que empañó la perfecta conjunción del resto del elenco.

La violinista de Oxford Priya Mitchell
Benedicte Palko junto a una acaloradísima y sufrida Priya Mitchell y el violonchelo sedoso y a la vez autoritario de Torleif Thedéen, ofrecieron un Trío con piano nº 3 de Dvorák antológico. El penúltimo de sus cuatro tríos con piano (otros dos se perdieron) disfrutó de una interpretación generosa en tensión dramática, melodiosidad y expresividad, trágica en el allegro, evocadora en el scherzo, sentimental en el adagio y danzarina y apasionada en el finale, haciendo justicia a una de las páginas más conmovedoras y magistrales de la composición camerística de todos los tiempos. Sin duda un espléndido concierto, lástima que ofrecido en unas condiciones poco recomendables. Habiendo auditorios acondicionados para este tipo de eventos, no deberían ser despreciados en favor de lugares emblemáticos pero incómodos y poco favorecedores, salvo para distraerse con los magníficos artesonados y desviar nuestra atención de lo que en ese momento nos convoca y verdaderamente nos ha de importar.

Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 15 de septiembre de 2013

jueves, 12 de septiembre de 2013

EL ESFUERZO TITÁNICO DE TANJIA BECKER-BENDER EN EL FESTIVAL TURINA

IV Festival de Música de Cámara Joaquín Turina. Tanja Becker-Bender, violín. Péter Nagy, piano. Programa: Rapsodias y sonatas para violín y piano de Béla Bartók. Sala Joaquín Turina de la Fundación Cajasol, miércoles 11 de septiembre de 2013

Bajo el pomposo título de Todo Bartók y con el no menos pretencioso contenido de la integral de música de cámara para violín y piano del compositor húngaro, ya que en realidad no comprende más que cuatro piezas, se presentó ante un no muy numeroso público la violinista alemana Tanja Becker-Bender, acompañada al piano por el también húngaro Péter Nagy, en un concierto bisagra entre el ciclo de jóvenes musicales y la inauguración oficial del festival. 

Supone un esfuerzo considerable estar durante más de hora y media casi ininterrumpidas desgranando las muy difíciles y complejas notas de las obras programadas, y que encima no decayera en energía ni entusiasmo merece toda nuestra admiración. Se trata de cuatro piezas en pareja, dos sonatas y dos rapsodias, de distinta significación. Aunque todas ellas se inspiran en la iconografía musical popular tanto de su Hungría natal como de la vecina Rumanía, en las sonatas se acumulan las primeras influencias de Bartók, que son además de esa música tradicional el pianismo de Debussy y el dodecafonismo de Schönberg; mientras las rapsodias son más accesibles y se centran de forma más directa en ese folclore aludido.

En la Sonata nº 1 el violín dominante se mostró suficientemente flexible y creativo, emulando una continua improvisación; por su parte Nágy, con un discurso independiente de su compañera, acertó intensificando y subrayando la línea interpretativa de Becker-Bender. Tan sólo reprocharle en el movimiento lento unos pianissimi a menudo ahogados y un insuficiente legato. La Sonata nº 2 debe provocar un estado de saturación cromática, algo que la violinista cumplió potenciando su crudeza expresiva y oscura energía, que en el caso del pianista se tradujo en un frío acompañamiento percutido; en cualquier caso ambos aprobaron en su abordaje de unas obras tan difíciles y delicadas. En las rapsodias el protagonismo indiscutible es del violín. Estas piezas, que tienen su origen en los verbunkos (melodías y danzas tradicionales húngaras), tienen un marcado aire gitano que se traduce en una interpretación vigorosa, enérgica y a veces endiablada, como la que ofreció Becker-Bender. La participación del pianista es en este caso un mero pero eficaz acompañamiento. La velada se extendió con una danza popular del mismo autor, testigo de que hay más música para violín y piano atribuible a Bartók, aunque no sea estrictamente de cámara.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

CICLO JÓVENES MÚSICOS EN EL FESTIVAL DE MÚSICA DE CÁMARA JOAQUÍN TURINA: LA MÚSICA NO PARA

Ciclo Jóvenes Músicos del IV Festival Joaquín Turina septiembre 2013
Lunes 9: Trío Círculo Op.91 de Turina, Divertimento Op.51 de Paul Juon (Grupo de Cámara de la OJA), Trío con piano nº 2 Op.80 de Schumann (Trío Stellae).
Martes 10: Allegro del Quinteto KV581 de Mozart (Quinteto Franc), Piano Trío nº4 KV542 de Mozart (Trío Stellae), Trío nº 2 Op.76 de Turina (Trío Albéniz).
Sala Joaquín Turina de la Fundación Cajasol

La participación de jóvenes talentos en el Festival Turina cobró esta edición especial relieve, erigiéndose como preludio o antesala del certamen en sí y ocupando las tres jornadas previas a su inauguración. Es lógico que un proyecto auspiciado por Benedicte Palko, reconocida y competente maestra de la nueva cantera de solistas aquí y en otras plazas españolas, otorgue este protagonismo a quienes, en crisis o no, conforman la línea de combate más preparada e ilusionada del panorama musical presente y futuro. Ellos son la prueba del auge que entre la juventud ha tenido la música clásica en los últimos años, y la demostración de que hay esperanza para un futuro en el que no pare la música.

La pianista Rosalía Gómez Lasheras,
integrante del Trío Stellae
El excelente trabajo que desde hace años desempeña la Orquesta Joven de Andalucía se vio representado por un buen número de solistas que desplegaron un trabajo considerablemente digno en piezas como el Trío Círculo de Turina, con el que oportunamente se abrió esta semana dedicada a la música íntima y camerística. De vocación descriptiva, el Círculo, también denominado Fantástico, es el último de los compuestos por el autor sevillano. Lo hizo en 1936, justo antes del parón bélico, pero no lo estrenó hasta 1942. El repaso con connotaciones debuyssianas que hace desde el amanecer hasta el anochecer, pasando por un pintoresco casi folclórico mediodía, obtuvo de las cuerdas una lectura disciplinada pero en ocasiones desequilibrada y no muy acertada en el plano expresivo, mientras el piano le imprimió mayor entusiasmo. El Sextuor para piano e instrumentos de viento del músico ruso de origen germánico Paul Juon no se encuentra entre su música de cámara más respetada, pero tiene encanto, mucho color y ritmo, que los jóvenes de la OJA tradujeron de manera impecable. Destacable fue el dúo entre piano y clarinete del primero de sus dos intermezzi, un diálogo tan equilibrado como elegante. La pieza más relevante de la primera jornada, el Trío con piano nº 2 de Schumann, recayó en el Trío Stellae, que acertó en dotarlo del tono sombrío propio del momento anímico que sufría el autor cuando fue concebido, aunque no tanto de su capacidad de seducción. Si los movimientos extremos resultaron arrebatadores y el minueto irónico y suntuoso, el lento no alcanzó el grado de melancolía que demanda; con todo resultó una interpretación notable.

El Trío Albéniz y la pianista griega Irini Gaitani
(en el centro)
Un desafortunado incidente impidió que el Trío San Sebastián actuara la segunda jornada, provocando un cambio de programa y la concurrencia de nuevo del Stellae, así como del Trío Albéniz, en un alarde de profesionalidad y generosidad que les hizo incluso sacrificar todo un día de ensayos. Si hubo alguien que brillara especialmente y exhibiera un talento fuera de serie, fue sin duda Rosalía Gómez Lasheras, que llena de energía y poesía desgranó cada nota del Piano Trío nº 4 KV542 de Mozart con entusiasmo, fraseo impecable, osadas modulaciones y un sentido de la cantabilidad notable. Sus compañeros acusaron falta de cohesión y armonía, seguramente por esa premura a la que hacíamos alusión. Por su parte, el Trío Albéniz realizó una lectura competente de Trío nº 2 Op. 76 de Turina, acusando tanto sus aires brahmsianos como sus puramente españolistas, pero sin estridencias ni excesos folclóricos, un sonido homogéneo y sedoso así como un final enérgico y contundente. Antes las jovencísimas integrantes niponas del Quinteto Franc pusieron la nota de color con sus luminosos trajes, extrayendo del Allegro introductorio del Quinteto para clarinete y cuerda K 581 de Mozart todas sus posibilidades tímbricas y expresivas, destacando la elocuencia e ingenuidad con que fue atacada la parte solista de un instrumento que alcanzó con el compositor de Salzburgo auténticas señas de identidad.

Versión extensa de la crítica publicada en El Correo de Andalucía el 12 de septiembre de 2013

LAURENCE ANYWAYS Tan histérica e insufrible como la relación que ilustra

Canadá-Francia 2012 169 min.
Guión y dirección Xavier Dolan Fotografía Yves Bélanger Música Noia Intérpretes Melvil Poupard, Suzanne Clément, Nathalie Baye, Monia Chokri, Susan Almgren, Yves Jacques, Sophie Faucher, Magalie Lépine Blondeau, Catherine Bégin, Emmanuel Schwartz Estreno en España 21 junio 2013 (no en Sevilla)

La tercera película dirigida por el joven canadiense Xavier Dolan, a la espera de lo que dé de sí su última película Tom à la ferme, galardonada con el Premio Fipresci en el recién celebrado Festival de Venecia, ha sido hasta el momento la más popular y aclamada. La única que no protagoniza (en la aludida y las dos primeras, J’ai tué ma mère y Heartbeats sí lo hacía) es una larguísima crónica sobre una relación sentimental extremadamente original y difícil, la que mantienen un hombre y una mujer durante el proceso de transexualidad del primero. Celebración de la individualidad y la diferencia, tomando como pretexto un caso hartamente singular y único, hubiera alcanzado mejor sus objetivos de denuncia y concienciación, de educación en la tolerancia y la diferencia, de haber seguido unos parámetros narrativos y visuales menos caprichosos, algo más convencionales, pues la singularidad también puede dejar su marca aunque se sigan líneas clásicas. Lo cierto es que entre tanto histerismo, un metraje excesivo, una estética que recrea el final de los 80 y los 90 de forma terriblemente exagerada y amanerada, y unas interpretaciones sobreactuadas (muy especialmente la sufrida y confusa Suzanne Clément, especialista en gestualidad permanente e insoportable), lo cierto es que la película acaba devorada por su ambición y por sus excesos, tornándose insufrible. Dolan se encarga también del concepto del vestuario y del montaje.

martes, 10 de septiembre de 2013

BEHIND THE CANDELABRA Vampiros de Hollywood

USA 2013 118 min.
Dirección Steven Soderbergh Guión Richard LaGravanese, según el libro de Scott Thorson y Alex Thorleifson Fotografía Steven Soderbergh (como Peter Andrews) Música Marvin Hamlisch Intérpretes Michael Douglas, Matt Damon, Dan Aykroyd, Scott Bakula, Garrett M. Brown, Jane Morris, Rob Lowe, Cheyenne Jackson, Boyd Holbrook, Debbie Reynolds

Más que un personaje de Hollywood, el virtuoso pianista y showman Liberace fue un personaje prototipo de Las Vegas, si bien antes ya triunfó en otros escenarios y en la televisión. Extravagante y pintoresco hasta límites insospechados, sufrió el silencio de la homosexualidad a pesar de una estética que no dejaba lugar a dudas. Coqueteó con la heterosexualidad y llegó hasta firmar una autobiografía en la que se confesaba enamorado de la patinadora Sonja Henie. El sobrevalorado Steven Soderbergh tenía ya en 2008 la intención de filmar uno de sus romances más sólidos, pero la enfermedad de su fichaje principal, Michael Douglas, se lo impidió. Con la intención de estrenar en cine, de hecho se presentó en la sección oficial del último Festival de Cannes, finalmente esta producción de Jerry Weintraub lo ha hecho en la televisión por cable (HBO), con Matt Damon dando vida al amante de Liberace y autor del libro en el que se basa el film, Scott Thorson. Con un diseño de producción deslumbrante que recrea a la manera más kitsch y extravagante la época que va de 1977 a 1987, Soderbergh ha logrado un film extremadamente gay en su concepto y notablemente distraído, que no consigue sin embargo plasmar toda la malicia que subyace tras una historia de vampiros en la que el gran icono y hombre poderoso al que incorpora Douglas domina a su efebo, transformándolo y controlándolo a discreción y sin asumir compromiso fiable alguno. Las sobresalientes interpretaciones de la pareja protagonista no logran sin embargo exhibir todo ese potencial que subyace bajo la epidermis de una historia terrible de dominación y castigo, bajo responsabilidad de un realizador incapaz de hurgar más allá del deslumbrante envoltorio. El resto de intérpretes, hasta llegar a Debbie Reynolds (algún icono gay tenía que aparecer, y además ésta ya fue protagonista de un particular escándalo hollywoodiense a través de su relación también vampírica con su hija Carrie Fisher), cumple con solvencia hasta conseguir entre todos un espectáculo estimable con algunos momentos de auténtico delirio y otros de innegable glamour. A destacar la adaptación musical de Marvin Hamlisch en el que fue su último trabajo antes de fallecer este mismo año, y al que va dedicada la película.

lunes, 9 de septiembre de 2013

REBELDE (WAR WITCH) Niños africanos empuñando armas occidentales

Título original: Rebelle
Canadá 2012 90 min.
Guión y dirección Kim Nguyen Fotografía Nicolas Bolduc Intérpretes Rachel Mwanza, Alain Bastien, Serge Kanyinda, Ralph Prosper, Mizinga Mwinga, Jean Kabuya, Jupiter Bokondji, Starlette Mathata, Alex Herabo Estreno en España 10 mayo 2013 (en Sevilla, único pase 8 septiembre)

Aunque tiene otros tres largometrajes, dos cortos y un telefilm a sus espaldas, al director canadiense de origen vietnamita Kim Nguyen no le ha llegado el reconocimiento internacional hasta haber conseguido con su cuarto film, una devastadora crónica sobre una niña de guerra en un país del África subsahariana, una nominación al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, diez premios Genie del cine canadiense y reconocimientos en varios festivales, como Berlín y Tribeca, donde el espléndido trabajo de la protagonista fue justamente recompensado. Con un lenguaje premeditadamente en la frontera entre la ficción y el documental, lo que aleja sus emociones considerablemente en una medida similar a cuando no alcanzamos a concienciarnos suficientemente sobre estos dramas cuando los vemos reiteradamente en la televisión, Nguyen retrata una tragedia que sacude, como tantas otras, un planeta en el que desde nuestras acomodadas vidas nos cuesta entender que a unos miles de kilómetros la vida puede resultar tan terriblemente dura y difícil. Sin estridencias ni subrayados, logra transmitir el grado de implicación que tienen nuestras prósperas sociedades, desde el momento en el que soldados y rebeldes empuñan armas mortíferas que no les pueden haber llegado a las manos más que desde occidente, el mismo hemisferio que intenta lavar sus conciencias una y otra vez en uno de los ejercicios más hipócritas y cínicos que jamás se hayan practicado en la Historia del Hombre. Y como víctima en primer persona de este singular drama con ínfulas de cuento, una niña de tan solo doce años que en el transcurrir de apenas dos años conocerá el horror más inexplicable, el espíritu de supervivencia y la sed de venganza, aunque también quedará espacio para nuevas y más reconfortantes experiencias, humor y, sobre todo, el amor y el compañerismo. Esa confrontación entre la maldad absoluta y la injusticia más execrable, y la inocencia y amabilidad de la Naturaleza y de los sentimientos más nobles, hacen de la supervivencia una experiencia de vida que la jovencísima Rachel Mwanza borda desde una mirada sincera y efectiva, capaz de transmitir ese cúmulo de sensaciones que provoca una vida horriblemente desmesurada e injusta, de la que ella hace crónica frente a una nueva vida que está por venir, que se está gestando en su vientre y por la que nunca podemos renunciar a la esperanza de un futuro mejor en la que nadie, ni niños ni adultos, tengan que enfrentarse a guerras que ni entienden ni a menudo comparten.

sábado, 7 de septiembre de 2013

CRUCE DE CAMINOS Melodrama río y circular en torno a la conciencia

Título original: The Place Beyond the Pines
USA 2013 140 min.
Dirección Derek Cianfrance Guión Derek Cianfrance, Ben Coccio y Darius Marder Fotografía Sean Bobbitt Música Mike Patton Intérpretes Ryan Gosling, Bradley Cooper, Eva Mendes, Dane DeHaan, Emory Cohen, Ray Liotta, Rose Byrne, Bruce Greenwood, Harris Yulin, Ben Mendelsohn Estreno en España 6 septiembre 2013

Curtido en la televisión, donde estuvo varios años realizando documentales, Derek Cianfrance obtuvo cierto reconocimiento con Blue Valentine, una historia de amor desgarradora y visceral que tuvo como protagonista a Ryan Gosling y que llegó a nuestras pantallas con un considerable retraso de varios años. También con retraso (seis meses con respecto a su estreno en Francia, cinco con respecto a Estados Unidos) nos presenta ahora un drama coral y circular que tiene de nuevo a Gosling como eje central de una historia de esas que antes se llamaban río, que recorre varios años y un par de generaciones. Se trata en esta ocasión de ilustrar las consecuencias que nuestros actos pueden tener en las vidas de los demás. Gosling es un motorista rebelde e independiente cuyo comportamiento, unas veces meditado y otras improvisado, incide en otros personajes y sus no siempre controladas vidas. Salvando las distancias, es como el reverso de cuando a James Stewart el ángel le enseña en ¡Qué bello es vivir! cómo hubiera sido la vida de sus seres queridos si él no hubiera existido; allí su influencia había sido fundamental para dar felicidad y sentido a la vida de los demás, aquí ha funcionado para generar tragedia. Dividida en tres, asistimos a las andanzas y desventuras del personaje para después centrarnos en la vida de un policía incorporado por Bradley Cooper, en un registro diferente al que le hemos visto en comedias gamberras, dramas o tragicomedias de éxito. En esta ocasión mantiene una interpretación reflexiva y muy contenida para dar vida a un personaje ambicioso que sobrelleva una herida en su conciencia. Y en la tercera parte será la nueva generación la que irá tejiendo un desenlace previsible y en cierto modo forzado, que cierra un metraje excesivo, con momentos brillantes y una sensación general de producto bien acabado y mimado, pero sin la trascendencia que se supone en lo que representa un liberador ajuste de cuentas con la moral y la conciencia. Un reparto atractivo y solvente y un aire místico potenciado por una cuidada fotografía y una inquietante banda sonora contribuyen a que el viaje a ese lugar más allá de los pinos (título original y mucho más significativo que el más vulgar que le han colgado en nuestro país) donde lavamos nuestras conciencias resulte una experiencia casi onírica.

viernes, 6 de septiembre de 2013

EL EJERCICIO DEL PODER Hoja de ruta hacia la ruina

Título original: L’exercice de l’État
Francia-Bélgica 2011 115 min.
Guión y dirección Pierre Schoeller Fotografía Julian Hirsch Música Philippe Schoeller Intérpretes Olivier Gourmet, Michel Blanc, Zabou Breitman, Laurent Stocker, Sylvain Deblé, Didier Bezace, Jacques Boudet, François Chattot, Gaëtan Vassart, Arly Jover, Anne Azoulay Estreno en España 26 abril 2013 (en Sevilla 30 agosto)

Al cine español le falta lo que al francés le sobra: capacidad para reflejar, analizar y criticar la realidad más inmediata. Más trágica que en el país vecino está resultando en nuestro país la crisis económica y la de valores propiciada por una clase política enclenque, mediocre y miserable, en las cotas más bajas de popularidad en cualquier democracia que se precie. Y sin embargo el país galo se ha hecho eco en la pantalla de esta situación insostenible y vergonzosa ya en varias ocasiones, todas las que nuestro cine, más allá de la politizada gala de los Goya, no parece atreverse, o quizás sólo sea un problema de talento e ingenio. Nuestro protagonista es un ministro de transportes tan indigno como el resto de los hombres de estado que nos están llevando a la ruina. Su hoja de ruta, en las casi dos horas de metraje del film que cubren algunos pocos días, muy decisivos, de su mandato, se centra en un terrible accidente de autocar con varios adolescentes fallecidos y una polémica decisión de privatizar varias estaciones de ferrocarril del país. En medio de estos dos asuntos asistimos un tanto perdidos al ir y venir del sujeto y su séquito – asesora de imagen, secretario e ideólogo, guardaespaldas y un enigmático y muy significativo chófer, entre otros y otras – por despachos y locales, en coche o a pie, dando discursos o hablando por el móvil y recibiendo incontables mensajes de un total de cuatrocientos contactos entre los que no encuentra ni un solo amigo. Y entre toda esta maraña, narrada como suele ser habitual en este tipo de producciones con la suficiente dosis de confusión y toque intelectualoide como para hacer difícil su seguimiento por parte de un público medio (lástima, porque ningún otro género mejor que éste debería ser objeto de consumo por el mayor número de espectadores posibles, para abrirles los ojos y tenerles preparados sobre quienes mueven los hilos de nuestras vidas), encontramos un hombre que igual se emborracha que se encariña con su personal e incluso tiene considerables brotes de conciencia (impagable la secuencia en la que recita el discurso que todo el mundo desearía escucharle a un político, pero lo hace desgraciadamente para sí mismo), además de una comprensiva esposa (encarnada por la española Arly Jover, ya curtida en el cine americano y el francés y aún por descubrir en el nuestro) que espera lo inesperable, porque la mediocridad obtiene recompensa y alarga el mandato, para la suya y nuestra desesperación. En el apartado técnico y artístico la cinta, producida por los hermanos Dardenne, está realizada con sobriedad, control sobre los tonos de la fotografía y un esmerado elenco protagonista en el que destacan Olivier Gourmet y el siempre eficaz Michel Blanc, galardonado con el César al mejor secundario del 2011; el mismo año en el que obtuvo los premios de la Academia al mejor guión original y sonido y el Fipresci de Un Certain Regard en Cannes, pues la cinta ha llegado a nosotros con dos años de retraso, y encima a Sevilla cinco meses después de hacerlo en otras plazas españolas.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

MUD La poética de las pistolas

USA 2012 130 min.
Guión y dirección Jeff Nichols Fotografía Adam Stone Música David Wingo Intérpretes Matthew McConaughey, Tye Sheridan, Jacob Lofland, Sam Shepard, Reese Witherspoon, Sarah Paulson, Michael Shannon, Ray McKinnon, Joe Don Baker, Paul Sparks, Bonnie Sturdivant Estreno en España 30 agosto 2013

Géneros cinematográficos como el western o el cine negro nacieron en Estados Unidos, para luego ser imitados a su propio estilo y con una mayor dosis de timidez en Europa. La cultura americana se asienta sobre la violencia, y películas como ésta lo corroboran. Sólo así se entiende que en una cinta tan poética y personal como la que nos brinda Jeff Nichols en su tercera realización, y después del éxito crítico cosechado con Take Shelter, la violencia tenga un papel tan destacado. Un par de chicos a lo Tom Sawyer y Huckleberry Finn extinguen sus días infantiles en un Mississippi que esconde secretos profundos y oscuros. Crímenes pasionales, ex-agentes de la CIA (en el cine americano están por todas partes), venganzas y batidas de caza humana forman parte del paisaje de desolación en el que los dos jóvenes, especialmente el protagonista del cuento, iniciarán su particular viaje hacia la madurez. Y sin embargo se trata de una historia de amor, la que tanto fascina a uno de los chicos, y también la que anhela ante una situación familiar que no le satisface, le decepciona y enfurece. Y esa historia de amor y la huida a propósito de ella que realiza el personaje que da nombre a la cinta, nos hace recordar la película Welcome de Philippe Lioret, en la que un entrenador galo ayudaba a un inmigrante a alcanzar las costas inglesas para reencontrarse con su enamorada, de la misma forma que aquí nuestros jóvenes héroes ayudan a un prófugo de la justicia a huir de sus perseguidores también en un viaje de reencuentro con el amor que le redime. Pero resulta que donde en la película francesa no había apenas combates aquí es inevitable apelar a esa sociedad que porta armas, se codea con los servicios de inteligencia y se toman la venganza por su mano. Y a pesar de todo subyace en el film un indiscutible halo poético potenciado por un ritmo premioso y unas estupendas interpretaciones, además de una cuidadísima planificación visual y una ambientación en un mundo alternativo, que pretende comulgar con la naturaleza y huir de la artificiosidad circundante. En la banda sonora, además de la música de aires country del colaborador habitual de Nichols, David Wingo, destacan las canciones del grupo Lucero, liderado por el hermano del realizador, Ben Nichols; mientras entre los secundarios destaca Michael Shannon, hasta ahora protagonista de las dos anteriores películas del director, la inédita entre nosotros Shotgun Stories y la ya mencionada Take Shelter.

martes, 3 de septiembre de 2013

DOLOR Y DINERO Tan hueca como un cuerpo inflado con anabolizantes y esteroides

Título original: Pain and Gain
USA 2013 129 min.
Dirección Michael Bay Guión Christopher Markus y Stephen McFeely según “The Magazine Articles” de Pete Collins Fotografía Ben Seresin Música Steve Jablonsky Intérpretes Mark Wahlberg, Dwayne Johnson, Anthony Mackie, Tony Shalhoub, Ed Harris, Bar Paly, Ken Jeong, Rob Coddry, Rebel Wilson, Michael Rispoli, Keili Lefkovitz, Emily Rutherford, Larry Hankin, Tony Plana, Peter Stormare
Estreno en España 30 agosto 2013

Aunque se trata de una de las películas más personales y ambiciosas desde el punto de vista intelectual de Michael Bay, con una filmografía como la suya, hipertrofiada de acción, efectos visuales y situaciones absurdas e inverosímiles (Transformers, Armaggedon), esta consideración no es decir mucho. Desde luego no es como para saludarla como lo que realmente no es. Y es que ni constituye un retrato certero ni mucho menos inteligente de lo que pretende plasmar, el sueño americano mal reconducido y peor resuelto, tan vigorizado como los cuerpos de sus protagonistas, culturistas zambullidos en anabolizantes y esteroides. Un nuevo ejercicio de hipocresía en el que ni siquiera se salva el cine como manual de crimen y violencia. Partiendo de una muy trágica historia real, las andanzas de un grupo de gángsters en la muy hortera Miami en la década de los 90, Bay propone no una comedia abierta sino una cinta de acción en la línea de Dos policías rebeldes. El ambiente grotesco, ridículo y patético que recrea le da cierto aspecto cómico, en la medida en que la misma vida es una mezcla de drama y comedia. El secuestro y tortura reales de un millonario colombiano por parte de tres descerebrados fanáticos del culturismo, que se hacían llamar Sun Gym Gang, constituye un material suficientemente trágico para la víctima como para haber suscitado en ella la correspondiente suspicacia frente a lo que sólo parece, por tratamiento, ritmo y energía, una película cómica. Bay ha echado mano del estilo narrativo y visual de varios de sus colegas, los Hermanos Coen (el retrato de personajes, las situaciones grotescas), Scorsese (la voz en off, el gangsterismo, el lenguaje soez) y Oliver Stone (aunque éste suele tomarse sus asuntos con un toque más trascendental, pero igualmente colorista y frenético), e inflándolo todo como los cuerpos de sus protagonistas (aunque a decir verdad sólo Dwayne Johnson “The Rock” luce un cuerpo exagerado), ha perpetrado esta supuesta crítica al sueño americano sin mucha gracia, en el que el intelecto y e ingenio están tan magnificados como los físicos de los personajes. Detrás subyacen aspectos muy corrosivos, peligrosos y fascistas; así por ejemplo la víctima no está tratada con respeto; su condición colombiana sirve de mofa y su dignidad como ciudadano honrado se pone constantemente en tela de juicio. No faltan los chistes escatológicos tan de moda en el cine americano, ni las rubias tontas importadas del este europeo; y es que América para los americanos, ¿crítica o defensa?