domingo, 31 de julio de 2011

LA VÍCTIMA PERFECTA somos nosotros por verla

Título original: The Resident
USA-Reino Unido 2011 91 min
Dirección Antti Jokinen Guión Antti Jokinen y Robert Orr Fotografía Guillermo Navarro Música John Ottman Intérpretes Hilary Swank, Jeffrey Dean Morgan, Christopher Lee, Lee Pace, Aunjanue Ellis, Penny Balfour, Deborah Martínez Estreno 29 julio 2011


Directamente importado del documental y la televisión, incluso del Festival de Eurovisión, el finlandés Antti Jokinen debuta en la dirección de largometrajes con un thriller producido por la legendaria Hammer. Pero mientras aquellas películas de la productora británica justificaban en el elemento fantástico sus endebles y muchas veces inconsistentes argumentos, no exentos sin embargo de encanto, ésta pretende encontrar en el espectador la complicidad necesaria para tragarse semejante engendro a partir de la convención y el drama contemporáneo del acoso a la mujer, frivolizándolo al estilo Durmiendo con su enemigo, y articulándolo en torno a un guión absurdo y torpe. Hilary Swank hace lo que puede asumiendo incluso labores de producción, mientras Jeffrey Dean Morgan, que ya coincidió con ella en Posdata te quiero no parece encajar en los resortes que exige su complejo personaje. Desvelado cualquier misterio sobre la trama al poco de iniciarse su metraje, sólo nos queda sufrir junto a la protagonista su particular calvario, pero la dirección plana de Jokinen y ese insustancial guión al que hacíamos referencia hacen imposible la empresa. 

SILENCIO DE AMOR Un pudding algo indigesto

Título original: Tous les soleils
Francia 2011 106 min.
Guión y dirección Philippe Claudel Fotografía Denis Lenoir Intérpretes Stefano Accorsi, Neri Marcoré, Clotilde Courau, Lisa Cipriani, Anouk Aimée, José Luis Roig, Xavier Boulanger, Aude Koegler Estreno 22 julio 2011


La creatividad sin límites de nuestros distribuidores ha optado por transmutar el título original de esta cinta, Todos los soles, extraído de un poema que la mítica Anouk Aimée (Un hombre y una mujer) lee al protagonista, evocador de un continuo amanecer, un mirar siempre adelante, asumiendo el pasado como algo que ya no existe y que no debe condicionar nuestro futuro, por Silencio de amor, otro poema que en este caso lee la hija del mismo protagonista. Hemos optado así por identificar el contenido de esta irregular cinta con un poema distinto del que el propio autor eligió para ilustrarla. Al margen de esta anécdota, nos encontramos ante una película ligera, en tono de comedia, de quien hasta ahora se había desenvuelto mejor en el drama estricto, vía su trabajo literario y su otra película Hace mucho que te quiero, donde disfrutábamos de una espléndida Kristin Scott Thomas. En este pudding amable pero indigesto nos habla de soledad, nostalgia, muerte y pérdida, de relaciones paternofiliales en la difícil edad de la adolescencia, siempre desde el tópico más previsible y ramplón, y hasta de exilio de un indignado de la Italia berlusconiana. Demasiados temas, tratados con mucho histerismo (los personajes están permanentemente alterados aprovechando su condición latina) y apoyándose en un humor ingenuo y facilón y en unos giros románticos poco convincentes. Sin embargo, y a pesar de que mucho de su metraje se ve con cierta vergüenza ajena, en algunos momentos consigue conmover, algo que en la actual situación creativa cinematográfica no deja de agradecerse. La buena salud de que goza actualmente la actividad musical sevillana se traduce aquí en la participación del asturiano Daniel Zapico, especialista en la tiorba y habitual de nuestra Orquesta Barroca, en la banda sonora de esta cinta, aprovechando la afición profesional del protagonista por la música antigua y barroca.

sábado, 16 de julio de 2011

DANIELA IOLKICHEVA Y JUAN CARLOS CHORNET: MÚSICA DE SALÓN EN LOS JARDINES DEL ALCÁZAR

XII Noches en los Jardines del Real Alcázar
Juan Carlos Chornet, flauta travesera. Daniela Iolkicheva, arpa
ProgramaSonata para flauta y arpa de Donizetti ; Sonata en Do Mayor de Boccherini ; Nocturno concertante de Bochsa ; Sonata en Mi bemol Mayor de Sphor
Viernes 15 de julio de 2011

No son habituales las formaciones de arpa y flauta, ni los programas centrados exclusivamente en estos dos instrumentos. Por eso no es de extrañar que no sean muy conocidas las piezas devotas a estos conjuntos, pero si por algo se caracterizan estos conciertos de los Jardines del Alcázar, entre otras cosas, es por permitirnos descubrir cada temporada nuevas obras, poco divulgadas y menos conocidas.

Cada uno por su lado, Daniela Iolkicheva, miembro de nuestra Sinfónica desde su fundación, y Juan Carlos Chornet, solista de la Orquesta Ciudad de Granada, han demostrado sobradamente su solvencia en sus respectivos instrumentos, algo que quedó revalidado en su comparecencia la noche del viernes pasado. Destreza en la articulación y poesía expresiva en el caso de ella (además de cierto autoritarismo filtrado por megafonía), y perfección técnica unida a un admirable dominio del legato y de la proyección en él, sublimaron en la medida las piezas programadas, así como La niña de los cabellos de lino (La fille aux cheveux de lin), Nº 8 de Preludios, Libro I, de Debussy, interpretada fuera de programa.

La rareza de esta formación resulta coherente con que algunas de las obras fueran transcripciones del violín, como la Sonata de Louis Sphor, primer director de orquesta que utilizó batuta, y el Nocturno concertante de Bochsa; mientras otras denotaban su vocación de música de salón, algo así como la de ascensor pero de la Ilustración, caso de la Sonata de Donizetti, imposible deslindarla del belcantismo, cavatina y cabaletta incluidas, o la Sonata de Boccherini, música sencilla y de flujo natural.

Artículo escrito para El Correo de Andalucía

viernes, 15 de julio de 2011

MY FAIR LADY EN EL CINE DE VERANO DE LA DIPUTACIÓN

Como todos los veranos desde hace ya más de una década, la Diputación de Sevilla nos ofrece uno de los poquísimos cines de verano que quedan en la ciudad. Y como en anteriores ocasiones, además de la recuperación de los títulos más interesantes que se han podido ver durante la temporada inmediatamente anterior, tanto comerciales como más minoritarios, infantiles o españoles, hay también espacio para el cine clásico, generalmente el que nos llegó de tiempos pretéritos del Hollywood dorado.

Entre otros de los títulos que se pueden ver en esta ocasión, destacan Matar a un ruiseñor de Robert Mulligan o Sabrina de Billy Wilder, con la incomparable Autrey Hepburn como protagonista. Pero quiero llamarles la atención sobre otra película también protagonizada por esta frágil actriz, y que se proyecta el lunes 18 de julio a las 22.15. Se trata de My Fair Lady, la exquisita adaptación que el gran George Cukor hizo del musical de Frederick Loewe y Alan Jay Lerner, con Rex Harrison interpretando al misógino e impertinente pero a la vez encantador Profesor Higgins, y la Hepburn encarnando a Eliza Doolitle.

La trama es de todos y todas conocida, basada en la obra Pigmalión de Bernard Shaw, en la que un maduro profesor de lingüística de la alta burguesía londinense acepta como apuesta convertir en dama de la alta sociedad a una vulgar florista de Covent Garden, para al final caer irremediablemente rendido a los encantos de la joven. Decorada con los excelentes escenarios y vestuario diseñados por el aristócrata Cecil Beaton, y con la mano recia, decidida pero sensible de Cukor, siempre recordado por ser un excelente director de actrices – junto a él brillaron como con ningún otro director Greta Garbo, Norma Shearer, Joan Crawford, Katharine Hepburn, Judy Garland o Judy Holliday -, la cinta es una experiencia extraordinaria, por su elegancia y su sofisticación, para cualquier aficionado al buen cine.

Y perdónenme que utilice tantos atributos superlativos, pero no en vano guardo ésta como una de las películas favoritas de mi vida, y que me ha reportado más gratificantes recuerdos. Porque la descubrí en pantalla grande, de la mano de una de mis hermanas, en el Avenida Vistarama, mucho antes del incendio que lo reconvertió en multicines. No fue cuando se estrenó (yo no había nacido entonces), sino en una de sus reposiciones (en los 70, sin video ni DVD y sólo con películas antiguas en la televisión, era frecuente que se reestrenaran estos grandes títulos). Fue con apenas siete años, cuando muy cerca de la enorme pantalla (el cine tenía aforo completo) quedé fascinado por ese torrente de hermosas flores sobre los que se inscriben los títulos de crédito, al son de la maravillosa obertura de Loewe interpretada por la Orquesta de la Warner Bros, dirigida por André Previn. En televisión la estrenaron con todos los honores en la Navidad de 1983, en su doble versión cantada en inglés con subtítulos y doblada enteramente al castellano (entonces era habitual que algunos grandes musicales se doblaran al español también en las canciones). En DVD ha conocido varias ediciones, cada una aportando un goloso ramillete de extras, desde documentales a informes sobre estilismo, secuencias descartadas, reportajes sobre los Oscar de 1964 (que se entregaron en el 65, y de los que la cinta logró ocho premios, incluido el de mejor película) o algunas de las canciones cantadas por la propia Hepburn en lugar de quien la dobló, Marnie Nixon (que también puso voz a Natalie Wood en West Side Story y a Deborah Kerr en El rey y yo). Pero hacía mucho que no se podía disfrutar en una gran pantalla y rodeado de mucho público, y esa ocasión nos la brinda ahora con mucho acierto la Diputación, si bien nos tememos sea en su versión DVD, por supuesto de la copia restaurada a mitad de los años 90.

En Broadway y el West End londinense, Eliza fue Julie Andrews, aunque también acompañada por Rex Harrison. Sin embargo ella no era todavía una estrella, por lo que se prefirió para su versión cinematográfica a la muy consagrada, querida y exquisita Audrey Hepburn. Andrews sin embargo protagonizó ese mismo año Mary Poppins, que la lanzó a la fama y le reportó un Oscar, para el que ni siquiera había sido considerada Audrey; Harrison sí lo logró. Quizás esa fue la dulce venganza de la esposa de Blake Edwards; eso y protagonizar al año siguiente uno de los musicales más exitosos de todos los tiempos, Sonrisas y lágrimas.


En fin, no podía desaprovechar la oportunidad que me brinda el Cine de Verano de la Diputación en su programación de 2011 para hablaros de una de mis películas favoritas, y de toda mi familia, que veíamos religiosamente una y otra vez, disfrutando de su elegancia, su gracia y su magnífica partitura.


Rex Harrison acaba acostumbrándose a la cara de Audrey Hepburn. Nos lo dice en esta preciosa canción de Frederick Loewe y Alan Jay Lerner, autores también de los musicales Gigi, Brigadoon, Camelot, La leyenda de la ciudad sin nombre y El pequeño príncipe

HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE, PARTE 2 ¿El fin de la saga?

Título original: Harry Potter and the Deathly Hallows, Part II
Reino Unido 2010 130 min.
Dirección David Yates Guión Steve Kloves, según la novela de J.K. Rowling Fotografía Eduardo Serra Música Alexandre Desplat Intérpretes Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Ralph Fiennes, Michael Gambon, Bill Nighy, John Hurt, Helena Bonham Carter, Robbie Coltrane, Imelda Staunton, Jason Isaacs, Alan Rickman, Maggie Smith, Timothy Spall, David Thewlis, Julie Walters, Bonnie Wright, Matthew Lewis
Estreno en España 15 julio 2011

Decíamos a propósito de la primera parte de esta última entrega de la saga Potter, que con el indisimulado fin de perpetuarla hasta lo máximo posible con fines comerciales, se había dividido en dos partes, a pesar de que el libro en la que se basa no es más extenso que otros que se han ventilado en las casi dos horas y media que dura esta película. David Yates se consolida como el director que más títulos de la serie ha dirigido, y el que la ha llevado a su fin, desde La orden del Fénix a los dos capítulos de ésta, pasando por El misterio del príncipe. En ese camino hacia el final las aventuras del mago más famoso de la pantalla se han ido tornando grises y siniestras, con un mayor énfasis en la muerte, en la pérdida y en el dolor. Si en los primeros títulos denunciábamos la promoción que de competitividad realizaban sus peligrosos argumentos, ahora debemos reconocer que plantea una serie de valores que dignifican más el producto, como son la camaradería, la asistencia, la amistad y la colaboración, por encima del afán de acumular poder y riqueza que caracteriza a la villanía. Cierto que no se trata de nada novedoso, pero al menos ha desaparecido esa obsesión por ser el primero de la clase. Nos encontramos con un mesías llamado a salvar el mundo de la magia de las fauces del malvado Voldemort, que en sus andanzas finales se verá asistido por una alianza, la que forman principalmente sus dos amigos eternos, a los que se unen toda una galería de personajes rescatados de las anteriores entregas. Y juntos los tres (con asistencia puntual de otros personajes) se encaminan en busca de las reliquias del título, claves para hacerse con el poder absoluto, y abusar de él o emplearlo en hacer en bien, según la balanza se incline a favor de unos u otros. Está clara la fuente de la que ha bebido la multimillonaria J.K. Rowling: ni más ni menos que Tolkien y su Señor de los anillos. Los personajes en esta ocasión se tornan más atormentados y reflexivos, sombríos y desesperados, mientras en pantalla se van sucediendo episodios que dosifican la acción y el puro entretenimiento con la reflexión, si queremos de manual pero en cualquier caso de carácter más prosaico. Este último largometraje se hace más llevadero que su primera mitad, haciéndose incluso corto, si bien de todos es sabido que no se trata sino de abrir la caja del espectáculo y la emoción, y que las dos horas y media anteriores eran los preparativos para la gran traca final. Quizás esperábamos más fuegos artificiales, pero es irreprochable el desenlace, su factura técnica, su ritmo y hasta su emoción, logrando en los últimos minutos que fanáticos y ajenos nos dejemos embaucar por el recuerdo de unos personajes que nos han acompañado durante varios años. Hasta la magnífica partitura de Alexandre Desplat se permite hacer más referencia que ninguna otra a los temas originales de John Williams, cuyo Hedwig’s Theme se recupera para los títulos finales, después de cuatro films sin utilizarlo. Pero que nadie se engañe, todo parece preparado para, una vez comprados los derechos de los personajes a su autora, continuar las aventuras del mago o sus descendientes ya sin referente literario. Veremos.


"The Resurrection Stone", tema de Alexandre Desplat de la banda sonora original del último Harry Potter

miércoles, 13 de julio de 2011

BEGINNERS (Principiantes) Una pretenciosa búsqueda de la tristeza

USA 2010 105 min
Guión y dirección Mike Mills Fotografía Kasper Tuxen Música Roger Neill, David Palmer y Brian Reitzell Intérpretes Ewan McGregor, Christopher Plummer, Mélanie Laurent, Goran Visnjic, Mary Page Keller, Kai Lennox, Keegan Boos

Curtido en el cortometraje y el videoclip y con sólo un largometraje a sus espaldas, Thumbsucker, en el que analizaba la falta de madurez a edades ya avanzadas, Mike Mills le hace un homenaje a su padre contándonos una historia que parece tener más de un punto en común con la suya propia. El film se erige en quintaesencia del cine indie americano, con todos sus tics y defectos: secuencias muy cortas, que apenas permiten involucrarse con lo que se nos cuenta, voz en off, montaje ingenioso (en este sentido lo mejor de la película son los clips documentales sobre cómo era la vida en una u otra época, distinguiendo entre generaciones del mismo modo que se hace en una película donde el choque generacional parece ser relevante) y personajes un poco disfuncionales y desequilibrados, lo que en el caso de la relación romántica entre el protagonista y una joven francesa (a la que hemos visto en Malditos bastardos y El concierto) se convierte en un absurdo y poco interesante alegato contra el entendimiento humano. Así las cosas, y a pesar de que quien esto escribe ha encontrado muchos paralelismos con su propia vida, como su relación con la madre o la dolorosa pérdida de un ser querido, no nos ha parecido una cinta que provoque mucho entusiasmo, y sí otro ejemplo de cine pretencioso, con el aliciente de disfrutar de una interpretación magistral de Christopher Plummer.

BAD TEACHER Una divertida sátira

USA 2011 92 min.
Dirección Jake Kasdan Guión Gene Stupnitsky y Lee Eisenberg Fotografía Alar Kivilo Música Michael Andrews Intérpretes Cameron Diaz, Justin Timberlake, Lucy Punch, John Michael Higgins, Jason Segel, Phillys Smith, Thomas Lennon


Puede que Jake Kasdan no haya heredado el talento de su padre Lawrence, director de Fuego en el cuerpo o El turista accidental y guionista de las sagas de Star Wars e Indiana Jones; pero tampoco es el desdeñable director que muchos parecen querer ver en él. Para empezar ha sacado el máximo partido posible a las dotes de comedianta gansa y gamberra que siempre ha latido en Cameron Diaz, y por otro lado, dejando groserías aparte, no anda muy lejos este título de los que en los años 30 y 40 hicieron las delicias de tantos aficionados y aficionadas a la comedia americana. Y es que lejos de ser simplona, hay muchas cuestiones que se analizan soterradamente en este film, como esa impagable secuencia de sexo con ropa hasta el cuello, parodia del puritanismo yanqui y del integrismo religioso católico. De todos modos no se trata ni de lejos de una comedia sesuda, sino todo lo contrario, un pretexto perfecto para disfrutar durante hora y media de mucho humor y mucha alegría, para ver sin prejuicios (por aquello de las bromas de supuesto mal gusto), porque no nos engañemos, estos son los tiempos que nos han tocado vivir, y ya nada tienen que ver con la elegancia del pasado.

martes, 12 de julio de 2011

PROGRAMAS DE PANTALLA SONORA EMITIDOS EN RADIOPOLIS - JULIO 2011 CIEN AÑOS DE BERNARD HERRMANN (1)

Descubrí la Escena de amor de Vértigo siendo aún muy niño, cuando mi madre escuchaba las radionovelas que utilizaban esta sublime composición como ilustración musical. Una década después supe que dicha música formaba parte de la banda sonora de esa obra maestra indiscutible, al disfrutarla por primera vez y en pantalla grande, aprovechando una reposición a lo grande de cinco títulos imprescindibles del maestro Hitchcock. Desde entonces quedé atrapado por Herrmann y su música, hasta que en 1987 logré hacerme con una copia del especial que dedicaba al compositor neoyorquino la colección de quiosco Música&Cine, donde se podían escuchar fragmentos de algunas de sus grabaciones frente a la London Philharmonic Orchestra. He coleccionado su música desde entonces, acumulando tantas versiones de sus partituras como salen al mercado, y ahora que se cumplen cien años de su nacimiento (el 29 de junio), he decidido compartir esas grabaciones y mis impresiones sobre su magnífica música en una serie de doce programas de Pantalla Sonora que se irán emitiendo a lo largo de todo el verano.

3-7-2011 En este primer programa repasamos sus dos colaboraciones con el genial Orson Welles, Ciudadano Kane, que además fue su primera banda sonora, y El cuarto mandamiento o El esplendor de los Ambersons, cuyas graves mutilaciones en la sala de montaje, perpetradas por los productores, provocaron la ira que tanto caracterizaba al temperamento de Welles como al de Herrmann.


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10-7-2011 El mismo año de su debut en la gran pantalla, Herrmann compuso la música de El hombre que vendió su alma, valiéndole un Oscar. Dos años después iniciaría su carrera junto al estudio 2oth Century Fox con Alma rebelde, a la que seguiría Concierto macabro, para la que compondría un célebre concierto que años después protagonizaría el debut en una grabación de un entonces jovencísimo pianista español, Joaquín Achúcarro.



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17-7-2011 El fantasma y la Sra. Muir, una excelente película romántica con aires fantásticos, que dirigió Joseph L. Mankiewicz y protagonizaron Gene Tierney y Rex Harrison, ocupa el grueso del programa, con la sensacional partitura de Herrmann en una regrabación de Elmer Bernstein incluida en su famosa Film Music Collection. Ana y el Rey de Siam y La casa en sombras lo completan.


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24-7-2011 Repasamos cuatro películas producidas por 20th Century Fox. Desde la ciencia-ficción de la mítica Ultimátum a la Tierra, cuya música constituye  sin duda una revolución en el mundo de las bandas sonoras, hasta la intriga de espionaje dirigida por Mankiewicz Operación Cicerón, pasando por los melodramas ambientados en África Las nieves del Kilimanjaro y La hechicera blanca.


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31-7-2011  Continuamos repasando las composiciones que Bernard Herrmann realizó durante el período que trabajó casi exclusivamente para la Fox. En esta ocasión los títulos seleccionados son Duelo en las profundidades del mar, El capitán King, El jardín del diablo, El príncipe de los actores y muy especialmente Sinuhé el egipcio, un peplum cuya banda sonora compartió Herrmann con su amigo Alfred Newman.


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lunes, 11 de julio de 2011

MESSIAEN EN EL REAL: UN ACONTECIMIENTO DE LOS QUE MARCAN ÉPOCA

Olivier Messiaen: Saint François d'Assise


Sylvain Cambreling, dirección musical. Emilia e Ilya Kabakov, instalación. Giuseppe Frigeni, dirección escénica. Intérpretes: Camilla Tilling, Vincent Le Texier, Michael König, Wiard Witholt, Tom Randle, Gerhard Siegel. SWR Sinfonieorchester Baden-Baden - Freiburg. Coro Intermezzo. Coro de la Generalitat Valenciana. Teatro Real en la Arena de Madrid, domingo 10 de julio de 2011

Mucho se le ha reprochado a Gerard Mortier haber modernizado en exceso y a su capricho el repertorio del principal coliseo lírico de España. "Devuélvenos la ópera, sinvergüenza" pudo oírse a más de un aficionado durante la representación de El Rey Roger de Szymanowski el pasado abril. Y sin embargo nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos por habernos abierto el puente que existe entre la ópera tradicional y clásica y todas las posibilidades que a partir de sus raíces y postulados ofrece este título imprescindible de la música contemporánea para la renovación necesaria e inevitable del género. Porque la música de Messiaen es Wagner y es Mozart y es Debussy, y es fundamentalmente Messiaen, e influye indefectiblemente en los maestros escénicos de la modernidad, los compositores de cine. Porque Messiaen suena en Viva Zapata!, Espartaco, la partitura rechazada de 2001 y Cleopatra de Alex North, y en El planeta de los simios de Jerry Goldsmith, y a su vez el genio francés toma prestados acordes de esta obra maestra de las bandas sonoras en su única ópera.

Todo eso nos lo ha traído, de la mano de su cómplice sentimental y profesional Sylvain Cambreling, posiblemente no el mayor especialista en la música de Messiaen, pero sí el único que ha grabado su integral. Casi veintiocho años después de su estreno en París, cuando el propio Mortier protagonizaba también el escenario musical francés y belga, por fin hemos podido disfrutar en directo, y con un espectáculo digno, para algunos incluso sublime, de esta obra magna, de este canto a la espiritualidad y a la música como lenguaje para transmitirla. No me interesa el tema elegido por el autor de la Turangalila, ni su misticismo ni su mensaje berlanguiano (¡ponga un leproso en su vida!), pero me fascina el embalaje, su música. Muy especialmente todo el tercer acto, sobrecogedor, maravilloso, en el uso de los coros, de esa fastuosa y cromática hasta el paroxismo orquestación. Todo es intencionado, nada casual, como el continuo canto de los pájaros en su obra, unas veces al piano, otras, como en esta ocasión, al xilófono, el uso extraordinario de las ondas martenot, un instrumento muy poco aprovechado en composición salvo, y otra vez el cine, por el estupendo Elmer Bernstein y sus bandas sonoras de los 80 y 90.

Por todo eso y por el mastodóntico montaje, que obligó a trasladar el Real a la Arena de Madrid, sin llenos absolutos pero con cientos de amantes de la buena música dándose la enhorabuena por recibir este impagable regalo, la de la primera quincena de julio de este año ha sido una etapa memorable de la historia reciente de la lírica en nuestro país, y más concretamente en la capital. Cierto que la fastuosa cúpula en la que prácticamente consiste toda la escenografía de esta ópera-espectáculo, a modo de túnel entre el Hombre y su Más Allá, catalizador cromático de los estados de ánimo del protagonista, podría haber sido más pequeña, y desde luego más abierta, en orden a que un mayor número de espectadores pudieran disfrutar sus continuos y preciosos cambios de color, ya que sólo quienes estuvieran muy centrados podían verla en su totalidad. Pero ganamos en acústica, en libre disposición de la orquesta (más de ciento veinte maestros) y coro (casi ciento cincuenta) y en un sugerente ir y venir de los actores-cantantes por pasarelas que recorrían incluso las gradas de este sofisticado polideportivo.

El magnífico Ángel de Camilla Tilling
Cambreling demostró que sabía lo que se traía entre manos, y si bien podía haber extraído del numeroso elenco de instrumentistas un mayor número de detalles y matices, no cabe negarle que hizo un trabajo sobresaliente, manejando la Sinfónica de la Radio de Baden Baden con aplomo y maestría, y haciéndoles sonar brillantemente. Otro tanto cabe decir del majestuoso coro, la convincente y estremecedora voz de Cristo, cuyo mejor momento de lucimiento, en el tercer acto, supieron aprovechar de forma extraordinaria. En cuanto a las voces, el nivel fue digno, diría incluso que más bien discreto, con una salvedad, la extraordinaria voz del Ángel, la joven soprano sueca Camilla Tilling, de timbre hermoso y técnica sumamente natural, que modulaba a su antojo, sin dificultad alguna ni siquiera en proyección, daba igual en qué punto del escenario o fuera de él se desenvolviese. Por debajo el barítono Vincent Le Texier en el papel central, demasiado monótono, sin apenas matices, de agudos forzados e incluso en algún momento estrangulados; y tampoco el joven holandés Wiard Witholt como el Hermano León logró entusiasmar, merced a una voz pequeña y con poca proyección. Mejor estuvieron, en timbre, proyección y modulación, los tenores Tom Randle como Hermano Macías y Michael König como leproso. Y en este punto debemos destacar también la excelente flexibilidad del bailarín Jesús Caramés, en una solución escénica de notable ingenio, personificando el alma enferma que ha de ser estirpada, incluso la de quienes insisten en atender sólo a la música que se detiene a finales del XIX y principios del XX, que todavía quedan muchos, y algunos ejerciendo una peligrosa influencia popular.

MÁS CINE INÉDITO EN LAS PANTALLAS SEVILLANAS

EL VIAJE DEL DIRECTOR DE RECURSOS HUMANOS


Título original: Shlichuto shel hamemune al mashabei enosh
Israel-Alemania-Francia-Rumanía 2010 103 min.
Dirección Eran Riklis Guión Eran Riklis y Noah Stollman, según la novela de Abraham B. Yehoshva Fotografía Rainer Klausmann Música Cyril Morin Intérpretes Mark Ivanir, Guri Alfi, Noah Silver, Rozina Cambos, Julian Negulesco, Bugdan Stanoevitch Estreno en España 17 junio 2011

Tras el éxito cosechado en el Mundo con Los limoneros, Eran Riklis nos propone ahora un viaje, el que realiza el protagonista desde Jerusalén hasta Rumanía, acompañando el cadáver de una mujer asesinada en un ataque terrorista, para lavar la buena imagen de la empresa en la que trabaja. Con una existencia que no le satisface, en el viaje encontrará material humano y social suficientemente grotesco como para encontrarse a sí mismo y aceptar todo lo que de él a priori la asustaba e incomodaba. Su carácter de amable comedia, repleta de personajes tan curiosos como improbables, que deambulan por una Rumanía una vez más víctima del cliché que la coloca siempre en lo más bajo del escalafón de la miseria, y donde la música siempre ha de ser forzosamente de carácter zíngaro, hace que soportemos su propuesta con paciencia y buena voluntad. Pero lo cierto es que no traspasa el límite de buen rollo y gusto por la tolerancia, sin lograr profundizar ni convencer más allá de sus sencillas propuestas.

Banda sonora original de Cyril Morin galardonada en Valladolid 2010

UNA MUJER EN ÁFRICA

Título original: White Material
Francia 2009 106  min.
Dirección Claire Denis Guión Claire Denis y Marie N’Diaye Fotografía Yves Cape Intérpretes Isabelle Huppert, Isaach de Bankolé, Christopher Lambert, Nicolas Duvauchelle, William Nadylam Estreno en España 1 de julio de 2011

Quizás el principal mérito de esta primera película estrenada en nuestro país de la realizadora francesa Claire Denis, radique en que el carácter femenino de su protagonista no determina su comportamiento ni punto de vista, lo que hace que su título castellano sea aún más inapropiado, toda vez que el original Material blanco, se ajusta más a lo que la cinta denuncia y expone: la catarsis y la debacle que en el África postcolonial han provocado cientos de años de dominación, y la lucha por el poder, vacío, que ha provocado genocidios a lo largo y ancho del continente africano. Construida como metáfora, asistimos al desmoronamiento físico y espiritual de una familia colonial, en la que ella lucha sin cuartel por conservar lo que considera suyo, aunque sea de poca importancia y aún a costa de sacrificar su propia familia. Y en todo ese caos que nos propone, con una estructura algo desordenada y desconcertante, Denis no aporta solución alguna ni aprovecha para hacer campaña ni lanzar sermones. Sólo se erige en observadora de una realidad horripilante que preferimos ignorar sentados como estamos en nuestros sillones del bienestar.

viernes, 8 de julio de 2011

TODO RELACIONADO EN LA GALA LÍRICA DE LA HISPALENSE, CON ARTETA Y ÓDENA

Concierto de clausura del curso académico de la Universidad de Sevilla.
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Ainhoa Arteta, soprano. Ángel Ódena, barítono. Marco de Prosperis, director. Programa: Oberturas, arias y dúos de Mozart, Verdi, Puccini y Giordano. Teatro de la Maestranza, jueves 7 de julio de 2011

Temperamental Arteta
Don Carlo volvió a sonar en el Maestranza, con Ódena reincidiendo en su muy dominado Rodrigo verdiano; Sevilla volvió a protagonizar una velada lírica, como dos noches antes en el Alcázar con Amaya Domínguez; la obertura y dos arias de Las bodas de Fígaro completaron las de Cherubino que la mezzo interpretó en los jardines, anticipando la reposición de este título la próxima temporada lírica. Arteta volvió tras su reciente Bohème, evidenciando su afinidad a Puccini en Turandot y Manon Lescaut.

Quien no repitió fue Juan Luis Pérez, que en los últimos años dirigió con solvencia y profesionalidad estas galas de clausura del curso en la Hispalense. En su lugar De Prosperis, con la ROSS recuperando su posición original sin retranqueo, intentó dibujar un Mozart en estilo, con orquesta reducida y austeridad en la dirección, pero fracasó merced a una notable falta de empuje y expresividad, y una extremada aspereza en la cuerda. Mejor estuvo con los románticos italianos de la segunda parte, sobre todo Puccini, de quien extrajo evidentes dosis de lirismo.

No hubo entre Ódena y Arteta apenas química, ni siquiera en una anodina La ci darem la mano. Ella se mostró como siempre simpática y agradecida con el público sevillano, y éste supo valorarlo; pero su continuo amaneramiento y exceso de dolencia y vehemencia en busca continua de emoción no llegó a conmover, mientras su hermoso timbre y generosa exhibición de agudos compensó alguna caída de tensión. Ódena se mantuvo demasiado rígido e inexpresivo con Mozart, pero triunfó en el Nemico della patria de Andrea Chenier, rico en modulaciones y flexibilidad, henchido de naturalidad tanto en la voz como en el estilo, lo que da idea de sus múltiples registros.

Artículo escrito para El Correo de Andalucía

miércoles, 6 de julio de 2011

REENCUENTRO DE AMAYA DOMÍNGUEZ CON EL PÚBLICO DEL ALCÁZAR

Esta vez vino por derecho propio, y acompañada por su pianista habitual. Hace dos años tuvimos el placer de descubrirla en este mismo escenario como consecuencia de una indisposición sufrida por el tenor Juan Sancho, lo que obligó a sustituirlo a última hora por esta bella y joven mezzosoprano. Ya la habíamos visto y escuchado antes, en el Teatro de la Maestranza, como integrante del espectáculo El jardín de las voces, de William Christie y Les Arts Florissants, pero fue en el Alcázar donde experimentamos una mayor cercanía y un abanico más amplio de las posibilidades de esta cantante.

Con una sola cita en esta edición de las Noches en los Jardines del Alcázar, enmarcada dentro de un miniciclo dedicado a la ciudad como protagonista operística, la hispanofrancesa volvió a embrujarnos, dominando la escena en todo momento, sin dejar de interpretar incluso cuando el protagonismo musical radicaba en el pianista Martin Surot. En realidad lo de Sevilla como ciudad de ópera no fue más que un pretexto en un programa que sólo se atrevió con tres de los más significativas y tópicos títulos líricos ambientados en la ciudad, Carmen, Las bodas de Fígaro y El barbero de Sevilla, seguramente por ser los personajes de Cherubino, Rosina y la protagonista de la ópera de Bizet los que mejor se adaptan a la tesitura y la experiencia de la mezzo.

Su timbre profundo y grueso y a la vez sedoso, nos reportó una Carmen poderosa y seductora, si bien evidenció poco control del legato, especialmente en la Habanera. Cantó con contundencia dramática el Air des cartes, y con mucha gracia pero con agudos cortos la Canción bohemia, todo ello combinado con dos entreactos defendidos con tosquedad y mucha rigidez en las articulaciones por el francés Surot, que confundió el lirismo en el segundo de estos dos entreactos (el número tres de la ópera) con un estilo alarmantemente próximo al de Richard Clayderman.
Martin Surot y Amaya Domínguez

La inclusión de una saeta de Turina, a modo de presentación de voz, y el Corpus Christi en Sevilla de la Iberia de Albéniz, en una versión enmarañada del pianista, pero con notables destellos de lucidez en la zona central de la pieza, carecieron de justificación en el programa. Domínguez interpretó las dos arias de Cherubino de Las bodas de Fígaro con gran desparpajo, una voz perfectamente colocada, que hizo que sus transiciones y pianissimi surgieran con mucha naturalidad, a pesar de los inconvenientes de la amplificación. Como interludio entre ambas arias, Surot lució lirismo y buen gusto en el Adagio de la Sonata en Fa Mayor K.332 de Mozart.

Finalmente, notable fue también la rendición de Una voce poco fa de El barbero de Sevilla de Rossini, de amplios registros, cuidado fraseo y magnífica dicción, aunque acusando dificultad en las agilidades y en la emisión de agudos generosos. Por su parte, en lo que acompañamiento se refiere, el pianista mantuvo convenientemente el tipo.

domingo, 3 de julio de 2011

TRANSFORMERS: EL LADO OSCURO DE LA LUNA Chatarrería de lujo

Título original: Transformers, Dark of the Moon
USA 2011 150 min.
Dirección Michael Bay Guión Ehren Kruger Fotografía Amir Mokri Música Steve Jablonsky Intérpretes Shia LaBeouf, Rosie Huntington-Whiteley, Tyrese Gibson, Frances McDormand, John Malkovich, Patrick Dempsey, Josh Duhamel, Alan Tudyk, Kevin Dunn, John Turturro, Julie White, Ken Jeong Estreno en España el 1 de julio de 2011


El megalómano y siempre excesivo Michael Bay (Armageddon, Peral Harbor, La isla) ha encontrado su particular filón de oro con esta saga de películas basadas en los juguetes de Hasbro, en los que unas máquinas, generalmente vehículos, se convierten en feroces robots y luchan entre ellos. Tras el fracaso de crítica cosechado por la primera entrega, acusándola de enorme saco de chatarra, y el relativo fracaso de taquilla de la segunda, presenta una mastodóntica y epopéyica tercera parte a la que le sobra mucho metraje pero que cumple con lo que promete. Viene siendo habitual que se menosprecien en grado sumo este tipo de películas, sin embargo hay que reconocer que hay que tener mucha imaginación y unos notabilísimos conocimientos de física e ingeniería para montar un espectáculo de este calibre. Lástima que este género de propuestas no vengan habitualmente acompañadas de un buen guión, y eso que ésta lo intenta con un arranque que se atreve a especular con la Historia, a partir del alunizaje de finales de los 60. Su acertada dosis de humor y un reparto que parece prestado de la factoría de los hermanos Coen, completan el espectáculo, pero no deja de ser un montón de efectos visuales dando forma a una serie de escenas espectaculares y muy bien coreografiadas, sin más interés ni mayor relevancia. Y para completar otro espectáculo, el que protagoniza por sí sola la joven de imposible nombre Rosie Huntington-Whiteley, sustituyendo a Megan Foster y dando así esperanzas a los jóvenes corrientitas del Mundo de que también pueden merecer novias diez.


"Sentinel Prime", uno de los temas compuestos por Steve Jablonsky para "Transformers 3"

BLACKTHORN (SIN DESTINO) Un hombre y un destino incierto

España-Francia-Bolivia 2011 98 min.
Dirección Mateo Gil Guión Miguel Barros Fotografía Juan Ruiz Anchía Música Lucio Godoy Intérpretes Sam Shepard, Eduardo Noriega, Stephen Rea, Magali Solier, Nikolaj Coster-Waldau, Padraic Delaney, Dominique McElligott
Estreno en España el 1 de julio de 2011




Curtido en su trabajo como guionista, escribiendo prácticamente toda la filmografía de su amigo Alejandro Amenábar, y como cortometrajista, Mateo Gil presenta su segundo largometraje como realizador, tras el Nadie conoce a nadie de hace doce años. Y para eso se ha embarcado en una empresa ambiciosa e insólita en nuestra cada vez más atrevida y vocacionalmente internacional filmografía. Se trata de la realización de un western y de la recuperación de unos personajes míticos dentro del género: Butch Cassidy, Sundance Kid y Etta Place, que en Dos hombres y un destino de George Roy Hill, incorporaban Paul Newman, Robert Redford y Katherine Ross. Centrada en el primero, la película se ambienta en Bolivia, con una puesta en escena cuidada y una fotografía espléndida, obra del muy celebrado aquí y en Hollywood Juan Ruiz Anchía, que retoma el estilo visual experimentado por otros operadores en recientes obras del género, como El asesinato de Jesse James y True Grit (Valor de ley). La película absorbe el interés del personaje desarrollado en la legendaria película citada, así como en Los primeros golpes de Butch Cassidy y Sundance Kid de Richard Lester, y lo sumerge en una historia de éxodo hacia un destino en principio concreto pero que con el devenir de la historia, especialmente por la introducción de un personaje perturbador, se revela bastante incierto. Asistimos a una crónica del deber, la admiración y la fidelidad a personas y valores, con un poquito de crítica y reivindicación social, que se caracteriza por su sobriedad pero también por su inevitable pretenciosidad. No llega realmente a entusiasmar, porque se preocupa más por el análisis sentimental y psicológico de sus personajes que por contar una historia inquietante y entretenida, que más bien se torna predecible y hasta irrelevante. El resultado es un film elegante, crepuscular en su estilo narrativo y visual, y una propuesta curiosa y arriesgada, beneficiada por un estupendo reparto, encabezado por el excelente dramaturgo y actor americano Sam Shepard.

WIN WIN (GANAMOS TODOS) Incluidos los espectadores

Titulo original: Win Win
USA 2011 106 min

Dirección Tom McCarthy Guión Tom McCarthy y Joe Tiboni Fotografía Oliver Bokelberg Música Lyle Workman Intérpretes Paul Giamatti, Amy Ryan, Bobby Cannavale, Jeffrey Tambor, Burt Young, Melanie Lynskey, Alex Shaffer, Margo Martindale, David Thompson Estreno en España el 1 de julio de 2011


Especializado en películas sencillas y pequeñas, pero con un profundo análisis social, sentimental y humano, Tom McCarthy nos trae, tras The Station Agent y The Visitor, una cinta simpática, amable y divertida sobre el cariño y el respeto en un ambiente familiar deseado y no impuesto. Fábula sobre el supuesto control que otorga el esfuerzo, el talento y el sentirse un número uno, poblado de personajes llenos de matices, con sus virtudes y sus múltiples defectos, la cinta, ambientada en el mundo de la lucha libre estudiantil, refleja las variadas fisuras que contienen nuestras personalidades. Cómo somos capaces en algún momento de infringir nuestros propios valores sin importarnos, o al menos sin tener mucho en cuenta, las consecuencias que puedan provocar nuestros comportamientos en las personas cercanas. Engaños y traiciones que no son llevados al límite, sino que se van produciendo y resolviendo con absoluta naturalidad, merced a un guión modélico y a unos personajes sólidos excelentemente incorporados por sus intérpretes. Un film más que estimable, presente en el pasado Sundance, y una propuesta fresca en una cartelera invadida por nimiedades estivales.

viernes, 1 de julio de 2011

REGRESAN LAS VELADAS MUSICALES DEL ALCAZAR

Como cada año, y van ya doce, la música al aire libre regresa a los jardines del Real Alcázar para enriquecer las calurosas noches estivales de Sevilla. Desde el pasado miércoles 29 de junio y hasta el 11 de septiembre se podrá disfrutar de una variada oferta de pequeños conciertos en los que encontramos muchos nombres ya conocidos de esta manifestación, y otros nuevos que aportan la necesaria y conveniente frescura.

Tras inaugurarse con la propuesta entre étnica y new age de la hija de Jordi Savall, Arianna, y su esposo Petter U. Johansen, el último día de junio le tocó el turno, en una única función, al excelente conjunto Poema Harmónico, integrado por dos de las figuras más relevantes e inquietas de la Orquesta Barroca de Sevilla, Guillermo Peñalver y Ventura Rico, acompañados por un ilustre de la cuerda pulsada, Juan Carlos Rivera.

Fieles a la intencionalidad primera del grupo, la recuperación de páginas del Renacimiento y el Barroco que de alguna manera han caído en el olvido, el programa estuvo centrado en este segundo período, con piezas de autores de todos conocidos combinados con otros menos populares. Resulta significativo en este sentido que se comenzara con Felipe Lluch, un autor completamente desconocido, a través de una amable y agradecida Sonata para flauta y bajo continuo descubierta en Gran Bretaña. Ésta y unas Variaciones sobre La Folía Española de Marin Marais fueron los dos únicos cambios en el programa de un certamen que abunda en ellos. Afortunadamente no vamos a escuchar expresamente las piezas programadas, sino a disfrutar de los artistas y el entorno, una suerte de remanso de paz ocasionalmente sacudido por molestos ruidos, como los de una sirena, un helicóptero, una moto o el abanico de una señora que no sabe echarse aire sin darse golpecitos en el pecho.

Peñalver exhibió una vez más agilidad, buen gusto en el dominio de dinámicas, y enorme sutileza (incluso al llamar la atención a un público excesivamente aplaudidor), especialmente en una impecable Sonata Op. 3 nº 5 de Karl Weiss. Estamos menos familiarizados con el Ventura Rico violagambista que con el contrabajista, pero hay que reconocer que también en el instrumento de seis cuerdas es capaz de ofrecer enorme musicalidad, tersura y agilidad, como quedó de manifiesto en las muy ornamentadas Variaciones de Marais. Contar con el excelente Juan Carlos Rivera no podía pasarse por alto, así que suya fue la Suite para guitarra de cinco órdenes de Robert de Visée, que desgranó con tal elegancia y extraordinaria pulsación que acabó resultando mágica.

Por delante quedan dos meses y medio de ofertas musicales, abundando como en otras ocasiones la música antigua, con artistas ya habituales de esta escena, como Axabeba, Artefactum, Fahmi y Rami Alqhai, Accademia del Piacere, More Hispano o Ariel Abramovich, en esta ocasión prestándose especial atención al 650 aniversario de la muerte de María de Padilla. Le sigue una oferta más reducida de música estrictamente clásica, con un par de conciertos dedicados a Sevilla como ciudad operística, uno de ellos protagonizado por la joven mezzosoprano Amaya Domínguez, que ya nos deleitó en anteriores ocasiones con su hermoso canto. Mª Esther Guzmán y algunos componentes de la ROSS, con el violinista Vladimir Dmitrienco a la cabeza, ofrecerán sus servicios también en este apartado. Y finalmente una amplia selección de grupos y solistas cubrirán la oferta reservada a otras músicas, con especial hincapié en el jazz y la música negra, representada por Bob Seeley, Lluís Coloma, Quique Bonal y Vicky Luna entre otros. Flamenco, música brasileña o cubana, son otras propuestas, entre las que no puede faltar la de los imprescindibles Samarcanda.


More Hispano interpreta "Glosa sobre Ave Maris Stella" de Vicente Parrilla, en la edición de las Noches en los Jardines del Alcázar de 2003