Como cada año, y van ya doce, la música al aire libre regresa a los jardines del Real Alcázar para enriquecer las calurosas noches estivales de Sevilla. Desde el pasado miércoles 29 de junio y hasta el 11 de septiembre se podrá disfrutar de una variada oferta de pequeños conciertos en los que encontramos muchos nombres ya conocidos de esta manifestación, y otros nuevos que aportan la necesaria y conveniente frescura.
Tras inaugurarse con la propuesta entre étnica y new age de la hija de Jordi Savall, Arianna, y su esposo Petter U. Johansen, el último día de junio le tocó el turno, en una única función, al excelente conjunto Poema Harmónico, integrado por dos de las figuras más relevantes e inquietas de la Orquesta Barroca de Sevilla, Guillermo Peñalver y Ventura Rico, acompañados por un ilustre de la cuerda pulsada, Juan Carlos Rivera.
Fieles a la intencionalidad primera del grupo, la recuperación de páginas del Renacimiento y el Barroco que de alguna manera han caído en el olvido, el programa estuvo centrado en este segundo período, con piezas de autores de todos conocidos combinados con otros menos populares. Resulta significativo en este sentido que se comenzara con Felipe Lluch, un autor completamente desconocido, a través de una amable y agradecida Sonata para flauta y bajo continuo descubierta en Gran Bretaña. Ésta y unas Variaciones sobre La Folía Española de Marin Marais fueron los dos únicos cambios en el programa de un certamen que abunda en ellos. Afortunadamente no vamos a escuchar expresamente las piezas programadas, sino a disfrutar de los artistas y el entorno, una suerte de remanso de paz ocasionalmente sacudido por molestos ruidos, como los de una sirena, un helicóptero, una moto o el abanico de una señora que no sabe echarse aire sin darse golpecitos en el pecho.
Peñalver exhibió una vez más agilidad, buen gusto en el dominio de dinámicas, y enorme sutileza (incluso al llamar la atención a un público excesivamente aplaudidor), especialmente en una impecable Sonata Op. 3 nº 5 de Karl Weiss. Estamos menos familiarizados con el Ventura Rico violagambista que con el contrabajista, pero hay que reconocer que también en el instrumento de seis cuerdas es capaz de ofrecer enorme musicalidad, tersura y agilidad, como quedó de manifiesto en las muy ornamentadas Variaciones de Marais. Contar con el excelente Juan Carlos Rivera no podía pasarse por alto, así que suya fue la Suite para guitarra de cinco órdenes de Robert de Visée, que desgranó con tal elegancia y extraordinaria pulsación que acabó resultando mágica.
Por delante quedan dos meses y medio de ofertas musicales, abundando como en otras ocasiones la música antigua, con artistas ya habituales de esta escena, como Axabeba, Artefactum, Fahmi y Rami Alqhai, Accademia del Piacere, More Hispano o Ariel Abramovich, en esta ocasión prestándose especial atención al 650 aniversario de la muerte de María de Padilla. Le sigue una oferta más reducida de música estrictamente clásica, con un par de conciertos dedicados a Sevilla como ciudad operística, uno de ellos protagonizado por la joven mezzosoprano Amaya Domínguez, que ya nos deleitó en anteriores ocasiones con su hermoso canto. Mª Esther Guzmán y algunos componentes de la ROSS, con el violinista Vladimir Dmitrienco a la cabeza, ofrecerán sus servicios también en este apartado. Y finalmente una amplia selección de grupos y solistas cubrirán la oferta reservada a otras músicas, con especial hincapié en el jazz y la música negra, representada por Bob Seeley, Lluís Coloma, Quique Bonal y Vicky Luna entre otros. Flamenco, música brasileña o cubana, son otras propuestas, entre las que no puede faltar la de los imprescindibles Samarcanda.
More Hispano interpreta "Glosa sobre Ave Maris Stella" de Vicente Parrilla, en la edición de las Noches en los Jardines del Alcázar de 2003
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