Dirección Daniel Calparsoro Guion Jorge Guerricaechevarría Fotografía Josu Inchaustegui Música Carlos Jean Intérpretes Miguel Herrán, Carolina Yuste, Asia Ortega, Luis Tosar, Patricia Vico, Fernando Cayo, César Mateo, Richard Holmes, Marina Campos, Dollar Selmouni, Ramseys Estreno en el Festival de Málaga 22 agosto 2020; en salas comerciales 18 diciembre 2020
Hay una combinación de ingredientes en esta cinta que logra que su disfrute sea total y satisfactorio. Un reparto perfecto, en el que cada intérprete encaja a la perfección en su papel, destacando una Carolina Yuste (Carmen y Lola) que ilumina e hipnotiza cada vez que está en pantalla, lo que es fundamental para entender su trama y dejarnos convencer por ella. A su lado también Miguel Herrán (A cambio de nada) encaja como chico de barrio que decide subir hasta lo más alto, ese cielo al que apunta el título de la película, a través de la delincuencia a gran escala, aprovechando todo un entramado de corrupción, tráfico de objetos de lujo robados, y estafa a hacienda al máximo nivel, como el que practica nuestra jefatura del gobierno. Puede que ahí la cinta encierre un interesante y bien planteado reflejo de la situación actual, pero Calparsoro prefiere utilizarlo solo como pretexto para crear un espectáculo impecablemente rodado, cargado de secuencias de acción trepidante y sofisticada, algo en lo que influye notablemente la estupenda banda sonora tecno de Carlos Jean, hasta ahora colaborador en cine con canciones y arreglos, pero casi nunca como compositor.
Jorge Guerricaechevarría, habitual guionista de Álex ce la Iglesia y Daniel Monzón, en su segunda colaboración con Calparsoro tras Cien años de perdón, compone también uno de sus mejores trabajos, desprejuiciado frente a elaboración de un típico vehículo de género y entretenimiento, tejiendo secuencias memorables como la del primer encuentro del protagonista con Poli, el delincuente que le abre las puertas del éxito, en la discoteca mientras corteja a una imponente Carolina Yuste, que mide fuerzas en pantalla y en el corazón de Herrán con la también estupenda Asia Ortega. Quizás por reprocharle algo, de vez en cuando asoma esa frecuente mala dicción de los actores españoles, y cuando lo hace en informaciones cruciales molesta. Augurábamos lo peor en la carrera en caída libre de Calparsoro a propósito de nuestra crítica de El aviso, y ahora afortunadamente nos desdecimos.
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