lunes, 4 de abril de 2011

La felicidad y las cosas hermosas de la vida

Elena Valdés Sempere con 22 años
Mi madre falleció el pasado sábado 2 de abril a los 88 años de edad. Cuando en 2005 los telediarios anunciaron que en nuestro país ya se podían casar las personas del mismo sexo entre ellas, mi madre, que entonces tenía ya más de 80, y que nos había dado a mí y a mis hermanas una educación religiosa y conservadora, vamos que ni fue progre ni le cogió la edad para ser hippy, se echó a llorar. Yo entonces le pregunté el porqué de esas lágrimas, y ella emocionada me contestó que lloraba de felicidad porque en este país ahora había más gente feliz. Aquella buena mujer ya anciana y de mentalidad más bien conservadora, se reveló como persona capaz de dar lecciones magistrales de humanidad y buenos sentimientos.

Quienes muy posiblemente nos van a gobernar en los próximos años insisten en suprimir ese derecho conseguido con mucha lucha y mucho sacrificio. A la pregunta de qué sucederá con los matrimonios gays cuando su partido regrese al poder, el líder de la oposición ha contestado que habrá que esperar qué dictamina el Tribunal Constitucional respecto al recurso que interpusieron en el mismo instante en el que mi madre celebraba esa gesta, hace casi seis años. Humildemente desde estas páginas les invitamos a que hagan una reflexión tan sencilla, lúcida y modesta como la que hizo mi querida madre. No admite otra respuesta, se trata de que vivamos en un Mundo en el que todos y todas seamos más tolerantes y más felices, independientemente de cualquier condición o ideología.

Elena Valdés Sempere con 86 años
Yo, ahora huérfano, he tenido la enorme suerte de tener unos padres estupendos, que me han educado en el amor y que me han enseñado a respetar al prójimo, a no usar la descalificación fácil y a procurar saber manejar la empatía. Ellos me iniciaron en la pasión por el cine y la música; me enseñaron a disfrutar del tiempo que dedicamos a esa extraña experiencia que es la vida, apreciando las cosas hermosas que nos proporciona, ocupando entre ellas un lugar privilegiado esas disciplinas. Ahora ya no los tengo a ninguno de los dos, pero la herencia que me han dejado tiene un valor incalculable y le da un sentido extraordinario a todo lo que me rodea, por eso recomiendo que nos dejemos de intolerancias y soberbias y dejemos que cada persona sea feliz de la manera que más le convenga, siempre que con ello no se haga daño a nadie. Puede que este artículo les resulte sensiblero, y seguramente lo es. Perdónenme si les molesta.


Especial sobre Fred Astaire emitido en Pantalla Sonora (Radiópolis) el 23 de enero de 2011, coincidiendo con el 11ª aniversario del  fallecimiento de mi padre, que era un gran admirador suyo. Contiene el tema "Let's Face the Music and Dance", el favorito de mi madre
Para descargarlo http://www.archive.org/details/PantallaSonoraFredAstaire

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