USA 2012 134 min.
Guión y dirección Judd Apatow Fotografía Phedon Papamichael Música Jon Brion Intérpretes Paul Rudd, Leslie Mann, Maude Apatow, Iris Apatow, Megan Fox, Albert Brooks, John Lithgow, Jason Segel, Melissa McCarthy, Charlyne Yi, Chris O’Dowd, Robert Smigel, Annie Mumolo Estreno en España 22 febrero 2013
Afincado en el torreón de oro en el que le han colocado entusiastas y críticos de todo el Mundo, Judd Apatow se ha forjado un inmerecido título de renovador de la comedia americana a partir de una supuesta incorrección y falta de buenas costumbres, para en el fondo contarnos lo mismo que otros han hecho con recursos aparentemente más tradicionales. Bien sea como productor (Paso de ti, La boda de mi mejor amiga, Hermanos por pelotas, Todo sobre mi desmadre), escritor (Superfumados, Zohan: Licencia para peinar) o director (con sólo cuatro películas: Virgen a los 40, Lío embarazoso, Hazme reír y ésta), Apatow se ha convertido en una especie de gurú de la nueva comedia americana, esa que a muchos nos hace añorar la fuerza, la elegancia y el buen gusto que el género tenía en tiempos pretéritos. Si fuera fácil es el desconcertante título con el que nuestros distribuidores hacen de nuevo gala de su infinita imaginación convirtiendo el más intencionado original de Esto son los 40 en algo que parece sacado de la filmografía del más clásico comediante James L. Brooks. El tema no es la impertinente y consabida crisis de los 40, sino más bien llegar a ellos en crisis, emocional y económica. No es plantearse por qué has llegado hasta ahí, si ha merecido la pena y cuáles son las oportunidades que te quedan por vivir, sino cómo solucionar los problemas que aún se tienen a una edad en la que ya debería estar todo atado y solucionado. Esta es la interesante diferencia con otras películas que abordan la dichosa edad, además del consabido gusto del realizador por hacer películas familiares; su esposa, Leslie Mann, sus hijas y Paul Rudd aparecen en tres de sus películas, y en ésta retoman personajes que ya interpretaron en Lío embarazoso. En este sentido, ese carácter familiar que Apatow parece conocer bien y con el que logra mucha complicidad, otorga a la película un carácter tierno y emotivo que desemboca en un espíritu en general amable y distendido. La incorrección, la vulgaridad y el lenguaje soez asoman en la película, pero afortunadamente menos de lo que cabía esperar, de forma que en el fondo Apatow opta por las texturas clásicas del género, y eso se agradece. Lo que no convence es que su discurso requiera tanto metraje, que se hace cansino, y que el desmadre, generalmente en forma de chabacanería y griterío, aparezca en más de una ocasión. Entre lo mejor de la cinta está que convierta en protagonista a su esposa, dotada de una presencia y un carisma arrollador; prácticamente ella logra acaparar el 50% del interés de la película, mientras el conjunto se revela apetecible, entretenido y a ratos divertido.