USA 2019 102 min.
Dirección Olivia Wilde Guion Emily Halpern, Susan Haskins y Katie Silberman Fotografía Jason McCormick Música Dan Nakamura (Dan The Automator) Intérpretes Kaitlyn Dever, Beanie Feldstein, Jessica Williams, Jason Sudeikis, Lisa Kudrow, Will Forte, Victoria Ruesga, Mason Gooding, Skyler Gisondo, Diana Silvers, Molly Gordon, Billie Lourd, Eduardo Franco, Nico Hiraga, Austin Crute, Noah Galvin, Michael Patrick O’Brien Estreno en Estados Unidos 24 mayo 2019; en España 26 julio 2019
Olivia Wilde posee un rostro familiar y sin embargo una filmografía hasta ahora como actriz poco vistosa. Ahora salta a la dirección con mucha fortuna si hacemos caso a las crónicas vertidas a un lado y otro del Atlántico y el éxito de público cosechado. Su visión de la adolescencia femenina está en el lado opuesto a la que ofrecía otra actriz, más curtida en la dirección, Greta Gerwig, en la muy reconocida Lady Bird, donde una de las dos protagonistas de esta cinta, la muy carismática Beanie Feldstein, tenía un papel secundario. Donde Gerwig echaba mano de la sutileza y la armonía, Wilde se tira a la piscina para recrear el universo disfuncional de las comedias gamberras que invaden nuestras pantallas, pobladas de seres estrambóticos y situaciones disparatadas, y adaptarlo en la medida de lo posible a una supuesta sensibilidad femenina no exenta de onanismo e instintos bullangueros.
El resultado es algo así como un animalario en una casa de locos, donde dos amigas inseparables de instituto se enfrentan al último día antes de la graduación con la sensación de haber invertido demasiado esfuerzo en su sensacional expediente académico, sacrificando diversión y expansión, mientras descubren que sus compañeros y compañeras han obtenido éxitos académicos similares sin necesidad de expedientes brillantes ni sacrificios impropios de la edad. Ahí radica el primer mensaje deleznable de esta cinta, donde el esfuerzo no encuentra compensación sino castigo. Su título original, Booksmart, algo así como Inteligencia de manual, parece en este sentido más ilustrativo que el más burdo que le han colocado nuestros ingeniosos distribuidores. A partir de ahí el despropósito va acumulándose a fuerza de personajes a cual más rarito y extravagante y situaciones de hilaridad más bien exasperante.
El carisma de sus dos jóvenes protagonistas, presente incluso en sus versiones animadas en forma de barbies asexuadas, y el ritmo vertiginoso que la debutante realizadora ha sabido impregnar al conjunto, redimen en parte la disparatada propuesta, que no dudamos se convertirá en breve en cinta de culto y referente de una generación de adictos al móvil y la botellona. Por una vez no nos avergonzamos de mostrarnos reaccionarios y condenamos este tipo de insultos a la inteligencia que tantos intentan justificar como justo lo contrario, literatura moderna, excéntrica y extremadamente intelectual en su vocación popular. Eso sí, la presentación de sus dos parcialmente desdichadas heroínas no tiene desperdicio.