jueves, 27 de abril de 2023

EL INFLUJO DE LA LUNA SOBRE TRISTÁN E ISOLDA EN LES ARTS

Tristán e Isolda. Música y libreto de Richard Wagner. James Gaffigan, dirección musical. Álex Ollé (La Fura dels Baus), dirección escénica. Alfons Flores, escenografía. Josep Abril, vestuario. Urs Schönebaum, iluminación. Franc Aleu, video. Con Ricarda Merbeth, Stephen Gould, Ain Anger, Claudia Mahnke, Kostas Smoriginas, Moisés Marín, Martin Piskorski, Alejandro Sánchez. Orquesta de la Comunidad Valenciana. Coro de la Generalitat Valenciana (Francesc Perales, director). Producción de la Ópera de Lyon. Palau de Les Arts Reina Sofía, miércoles 26 de abril de 2023.


En aquel lejano 2007, todavía inadvertidos sobre las sucesivas crisis que habrían de oscurecer el panorama artístico internacional, Les Arts de Valencia celebró la hasta ahora mayor de sus gestas con la puesta en escena de una ambiciosa Tetralogía wagneriana que contó con el trabajo de La Fura dels Baus en lo escénico y la batuta de Zubin Mehta. En 2010 culminó aquel sueño con la representación íntegra de los cuatro títulos de El anillo del Nibelungo en una misma semana. Ese mismo año empezó la peregrinación de este excelente montaje coproducido entre el coliseo valenciano y el Maggio Fiorentino a nuestro Teatro de la Maestranza, un empeño de Pedro Halffter que culminó en 2014 con resultados sobresalientes en lo escénico y lo musical. La Fura vuelve a estar detrás de un sensacional montaje wagneriano, aunque esta vez bajo las órdenes de Álex Ollé y no Carlus Padrissa como fue el caso del anillo. Igual que éste se centró en contar con recursos posmodernos y un especial énfasis en la iconografía de Star Wars, sin salirse un ápice de la dramaturgia wagneriana, la apasionante historia de Sigfrido con claridad expositiva meridiana, Ollé se centra más en los estímulos emocionales que mueven a los amantes de esta leyenda celta, exponiéndolos así mismo con certera expresividad y una claridad potente y subrayada.


El resultado es un apasionante viaje a la fuerza transfiguradora de la vida a la muerte a través del amor, siempre con la influencia de la Luna gravitando sobre nuestras cabezas, controlando nuestras emociones, nuestros sentimientos y reacciones, como motor que influye decisivamente en el estado de ánimo de cada uno y una de nosotras. Es el carácter arrollador de la poesía hecha imagen lo que prima en este portentoso montaje centrado en el satélite, que adopta en cada acto el aspecto que mejor se adapta a sus necesidades y la intrínseca dramaturgia que mueve a sus protagonistas. Así, es la Luna la que agita un mar digital que tanto se asemeja junto a la caracterización de los personajes al famoso cuadro de Caspar David Friedrich El caminante sobre el mar de nubes, tan frecuentemente asociado a la iconografía del genial compositor. Un mar que según el estado de ánimo, unas veces está embravecido y otras se bloquea, mientras sobre una tarima giratoria los protagonistas se confiesan su odio para tras beber esa pócima mágica que solo habita en sus subconscientes, amarse en una noche eterna. Esa misma oscuridad preside el maravilloso segundo acto, ahora con un gran angular en forma de luna fagocitando cual mapping revolucionario los paisajes físicos y emocionales que habitan no solo en la pareja de enamorados sino también en sus acompañantes, desde los fieles Kurwenal y Brangäne al comprensivo Rey Marke y el impulsivo y trastornado Melot. Y llegamos al tercer y último acto con esa misma Luna sufriendo puntuales metamorfosis para cobijar al Tristán herido en cuerpo y alma, hasta que la milagrosa iluminación, otra de las grandes bazas de esta detallista producción, convierte a Isolda en una Inmaculada de Murillo, media luna y destellos místicos incluidos.

Coincide este Tristán e Isolda de Les Arts con el que estos días suena en el Teatro Real en versión de concierto bajo la batuta de Semyon Bychkov, mientras en Sevilla no se representa desde 2009 con Halffter a la dirección y Evelyn Herlitzius y Robert Dean Smith como protagonistas. Cuatro años después Daniel Barenboim dirigió el segundo acto con la Orquesta del West-Eastern Divan en versión de concierto. Esta de ahora podría ser una buena oportunidad para que el Maestranza volviera a programar la ópera completa aprovechando esta producción tan hermosa y sugerente.

¿Y qué nos depara en lo musical la propuesta de Les Arts, que se estrenó en Lyon y aquí vieron los barceloneses hace algunos años? Tratándose de su primera incursión wagneriana como titular de la Orquesta de la Comunitat Valenciana, la de Gaffigan fue una dirección rozando lo magistral, con una gradación dinámica extraordinaria y una atención al detalle prodigiosa. Solo faltó controlar más los volúmenes para no eclipsar en más de una ocasión el trabajo de las voces. Pero para cualquier amante de la música de Wagner la de ayer, tercera de las citas programadas, fue una lectura harto satisfactoria, capaz de combinar el intimismo de una partitura notabilísimamente melancólica con la fuerza arrolladora de su orquestación, con un solo de corno inglés impecable al comienzo del tercer acto y unas prestaciones antológicas de cada una de las secciones orquestales, incluidos unos refulgentes metales.

Respecto a las voces, no cabe duda de que el cuarteto protagonista, todos con experiencia en Bayreuth, ha demostrado con creces su dominio del terreno. Sin embargo los resultados no fueron todo lo memorable que cupiera esperar. El veterano, demasiado, tenor norteamericano Stephen Gould exhibió una voz bien timbrada y entonada al servicio de una interpretación nula, sosa e inexpresiva, mientras la igualmente veterana soprano alemana Ricarda Merbeth se mantuvo siempre en el registro más agudo de su tesitura, muy temperamental en lo gestual, y salvando la función a fuerza de una potencia excesiva. No cabe duda de que es una gran cantante, posee una bella voz y alcanza notas muy altas, pero tanto grito acaba francamente molestando. La también alemana, la mezzo Claudia Mahnke comenzó con voz temblorosa y quebrada, pero fue salvando paulatinamente su intervención, sin llegar a ser memorable en ningún momento. Es importante que el Rey marke una sustancial diferencia, y el bajo estonio Ain Anger lo logró, salvando su fatigoso monólogo del segundo acto con buena nota, ayudado eso sí por la estupenda escenografía para hacerlo más amable. Kostas Smoriginas como Kurwenal realizó un trabajo por encima de lo competente, al igual que Moisés Marín, que siguiendo una sana tradición del coliseo valenciano, salió de las filas de su centro de perfeccionamiento.


No podemos terminar sin destacar los dos grandes momentos de la función, que lograron con el impecable y majestuoso trabajo de sus responsables en lo escénico y lo musical, resultados ejemplares y altamente conmovedores. Se trata del largo dúo de amor eterno del segundo acto, capaz de evidenciar y hasta potenciar toda la inmarchitable belleza de la prodigiosa partitura, y el canto de amor y muerte de Isolda, quizás no el mejor imaginable, algo falto de intensidad dramática, pero redimido por las sobradas cualidades canoras de Merbeth y esa mística e inmaculada puesta en escena que consiguió elevarnos a la luna de nuestra alma. Aún quedan dos funciones para disfrutar de esta experiencia.

Fotos: Miguel Lorenzo y Mikel Ponce
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 25 de abril de 2023

GHOSTING Patadas que no dejan marca

Título original: Ghosted
USA 2023 116 min.
Dirección
Dexter Fletcher Guion Rhett Reese, Paul Wernick y Chris McKenna Fotografía Salvatore Totino Música Lorne Balfe Intérpretes Ana de Armas, Chris Evans, Adrien Brody, Mike Moh, Amy Sedaris, Tate Donovan, Tim Blake Nelson, Mustafa Shakir, Lizzie Broadway, Anna Deavere Smith Estreno en Apple TV+ 21 abril 2023

Con películas como Amanece en Edimburgo, Eddie el Águila o Rocketman en su haber, nada hacía presagiar que el nuevo film de Dexter Fletcher resultara tan decepcionante y desganado. Con sus protagonistas metidos en labores también de producción, Ghosting, que hace referencia a la táctica de despreciar mensajes o llamadas de teléfono por un tiempo prolongado, no es más que un artilugio de entretenimiento sin apenas interés ni gracia.

Pretende combinar comedia romántica y acción como si la empresa fuera todo lo original que promete, obviando que esa mezcla ya ha sido llevada al cine en muchas ocasiones, la mayoría con resultados más estimulantes. Tan descuidada es que hasta se permite errores de rácord, algunos de ellos relacionados con el peinado de una Ana de Armas que debería seleccionar mejor sus proyectos después del buen trabajo que realizó como Marilyn Monroe en Blonde, si no quiere acabar encasillada en estos productos de poco calado artístico.

Ni es tan espectacular como las películas de James Bond a las que emula, ni tan divertida como otras incursiones en ese subtema de la o el ciudadano corriente que acaba sumergido en intrigas de acción internacional, ni tan vertiginosa como para hacerte saltar del asiento. Es simplemente una nadería plagada de inútiles cameos (Ryan Reynolds, Anthony Mackie, John Cho, Sebastian Stan), que entretiene y da muchas patadas pero no deja ninguna marca.

1976 Un animal salvaje

Chile 2022 95 min.
Dirección
Manuela Martelli Guion Manuela Martelli y Alejandra Moffat Fotografía Soledad Rodríguez Música Mariá Portugal Intérpretes Aline Küppenheim, Nicolás Sepúlveda, Hugo Medina, Alejandro Goic, Antonia Zegers, Carmen Gloria Martínez, Marcial Tagle, Amalia Kassai, Gabriel Urzúa Estreno en el Festival de Cannes 26 mayo 2022; en Filmin 13 enero 2023

Tras varios largometrajes como intérprete y un par de cortometrajes como realizadora, Manuela Martelli presentó en el festival de Cannes del año pasado su impecable ópera prima y acaba de ser justamente galardonada con el Platino en dicha categoría. Se trata de un análisis, una variación, sobre el drama de la dictadura chilena desde el prisma de un inquietante thriller rodado con tanto sentido de la elegancia y la discreción como del suspense más envolvente, optando para ello por crear una atmósfera enrarecida a la que no es ajena la excelente banda sonora de la brasileña Mariá Portugal, que juega con la experimentación, los toques herrmannianos y el minimalismo para lograr ese ambiente claustrofóbico que expira la cinta.

Con un portentoso trabajo de interpretación, Aline Küppenheim da vida a una señora de clase acomodada y vida ordenada que ve la oportunidad de convertirse en un animal salvaje (como el disfraz que le pide una de sus nietas) y tomar conciencia en el drama que acosa a la nación desde apenas tres años atrás, cuando se le encomienda la tarea de cuidar de un joven cuyas heridas no parecen provenir de la razón que se esgrime y sí tener más relación con la opresión que sufre gran parte de la población chilena del momento, ese 1976 del título, en su mayoría joven.

En este contexto Martelli articula una intriga absorbente en el que la vida cómoda y burguesa de la protagonista se convierte en el contrapunto de una aventura no al alcance de cualquier abuelita cuyo principal anhelo parezca ser la supervisión de las obras de su casa de veraneo, mientras la familia va y viene, ajena a las vicisitudes que de manera tan salvaje como estimulante está viviendo la otrora enfermera de la Cruz Roja. Todo está milimétricamente planteado y resuelto en esta excelente película, cuya denuncia fuerte y certera queda discretamente envuelta en el entramado de un thriller perfecto que atrapa de principio a fin.

sábado, 22 de abril de 2023

20.000 ESPECIES DE ABEJAS Todo sufrimiento debe cesar

España 2023 129 min.
Guion y dirección
Estibaliz Urresola Solaguren Fotografía Gina Ferrer Intérpretes Sofía Otero, Patricia López Arnaiz, Ane Gabaraín, Itziar Lazkano, Martxelo Rubio, Sara Cózar, Miguel Garcés, Unax Hayden, Andere Garabieta Estreno en el Festival de Berlín 22 febrero 2023; en salas 20 abril 2023

Pocas veces el cine actual es capaz de ofrecer cintas de tanta sensibilidad y emoción sincera como esta película de la directora vasca Estibaliz Urresola Solaguren, que no consiguió con sus dos anteriores trabajos (Cuerdas y Polvo somos) sintonizar tan bien con el público como lo hace ahora. Y pocas veces somos capaces de descubrir una sensibilidad tan indiscutiblemente femenina en películas dirigidas paradójicamente por mujeres como lo hacemos ahora. Suelen mimetizar ese universo masculino que la joven realizadora vasca ha decidido poner en su lugar sin desterrarlo del todo.

El problema de identidad que tiene una niña de ocho años despierta las intrigas y los fantasmas que acosan a las mujeres de una familia rural y acomodada del País Vasco, donde unas vacaciones estivales estarán protagonizadas por las revelaciones y la sanación de heridas. La niña en cuestión es una sobrecogedora Sofía Otero, curiosamente ganadora del premio de interpretación protagonista en Berlín, creemos que por primera vez sin distinción entre actores y actrices. Su mirada, sus líneas de diálogo (¿por qué soy así?) nos conmueven de principio a fin, haciéndonos partícipes de un sufrimiento que nadie, y menos una persona tan joven, debería padecer. Que el personaje de la tía madura y autosuficiente se erija en catalizador de estas emociones y sumidero de comprensión y empatía, casa perfectamente con su condición de apicultura, de quien cuida de esas abejas sin las que no podríamos subsistir, que son germen de vida y de quienes se cuentan tantas especies o muchas más de cuantas razas, géneros imaginables y condiciones humanas se pertrecha este devastado planeta en el que todavía queda un resquicio de esperanza en nuestros paisajes y nuestros corazones.

Solaguren logra el equilibrio perfecto entre las historias de estas mujeres devastadas por su condición, y la más importante, la de la niña que busca su identidad y su futuro para acomodarse a una sociedad que gracias al progreso ideológico y legal poco a poco vamos puliendo en aras de una felicidad plena aquí, y no en los paraísos prometidos durante siglos a los que alguna generación todavía se abraza para sobrevivir en un día a día que hasta hace poco, y todavía en algunos rincones, estaba dominado por el poder castrador del hombre, como demuestra la influencia desde lejos del pater familias de estas mujeres que buscan también su horizonte. Hay poesía pero sobre todo mucha emoción en esta delicada y tierna película de quien además reivindica su nombre en forma de aquel dúo surgido de Mocedades, que entonaba las maravillosas canciones que era capaz de escribir Juan Carlos Calderón, nuestro Burt Bacharach particular.

EMPIEZA EL BAILE Cine para viajar, pero sin tanta carga

Argentina-España 2023 98 min.
Guion y dirección
Marina Seresesky Fotografía Federico Rivares Música Nicolás Guerschberg Intérpretes Darío Grandinetti, Mercedes Morán, Jorge Marrale, Pastora Vega, Agostina Pozzi, Lautaro Zera, Marcelo Xicarts, Carolina Sobisch Estreno en el Festival de Málaga 14 marzo 2023; en España 5 abril 2023; en Argentina 20 abril 2023

Seducidos por el viaje que a través de Argentina, por su pampa, sus bosques y montañas propone el primer trabajo en su país de la directora argentina afincada en España Marina Seresesky (Lo nunca visto, La puerta abierta, ambas con Carmen Machi), no encontramos en esta amable película más que un guion calculado al milímetro en sus ponzoñosas líneas de diálogo, que cuenta sobre todo con dos grandes interpretaciones de unos Grandinetti y Morán de más que contrastada competencia. La de Marrale, aun habiendo conseguido el premio al mejor actor secundario en un Festival de Málaga donde la película también se alzó con el Premio del Público, nos resulta algo sobreactuada.

Hay poco en esta bienintencionada película sobre la madurez y la consecución de sueños pospuestos, que nos parezca creíble o realista. Todo huele a impostado en este viaje de dos días que parecen un mes por lo dilatado que todo resulta y por la cantidad de episodios y anécdotas que se suceden. Mientras algunos de estos episodios tienen su gracia e ingenio, en otros, como el perpetrado a costa de la violencia machista, son más bien de mal gusto.

De cualquier modo lo peor reside en que invita poco a la empatía, se deja ver solo desde la distancia, sin que sus postulados lleguen a interesar el mínimo necesario. Por el camino cabe disfrutar con un paisaje rural y humano, al que los títulos de crédito finales rinden merecido homenaje, que son marca del continente americano, tanto del hemisferio sur como del norte, al menos de los países más desarrollados donde siempre habrá hueco para la América profunda.

viernes, 21 de abril de 2023

VESPRES D'ARNADÍ Y XAVIER SABATA, UNA SERIA COMBINACIÓN

Xavier Sabata, contratenor. Vespres D’Arnadí. Dani Espasa, clave y dirección. Programa: Sinfonías de Albinoni, Lotti y Mancini; Arias de Bononcini, Ristori, Albinoni, Porta, Gasparini, Porpora, Giacomelli y Sarro; Toccata para clave nº 2 en la menor, de Scarlatti.
Espacio Turina, jueves 20 de abril de 2023


Si abrimos la
página del conjunto catalán Vespres d’Arnadí, encontramos varias reseñas de Eduardo Torrico, redactor jefe de la revista especializada Scherzo. A él dedicaron Xavier Sabata y Vespres d’Arnadí su concierto de anoche, el mismo día de su fallecimiento, y curiosamente una jornada en la coincidieron en nuestra ciudad el fútbol de un radiante Sevilla y la música de un buen puñado de compositores barrocos; música y fútbol, las dos grandes pasiones del desaparecido periodista, y las dos disciplinas a la que dedicó su vida profesional. En esta nueva aparición del contratenor y el conjunto catalanes, por primera vez juntos en esta ciudad, la respuesta del público no fue tan generosa como en otras ocasiones en cuanto a ocupación de aforo, que no en cuanto a entusiasmo. En los atriles Dani Espasa y Sabata convocaron hasta diez compositores, en su mayoría poco conocidos o divulgados en la actualidad y sin embargo fundamentales en su época, con partituras así mismo poco o nada frecuentadas. Una ocasión para el descubrimiento que se estructuró en cuatro bloques de idéntica compostura, cada uno con dos piezas vocales precedidas de una instrumental, que llevó al temperamental cantante por sendas expresivas de diferente calado.

Espasa y el conjunto que fundó hace casi veinte años con el oboísta Pere Saragossa, estuvieron ya antes en la ciudad al menos en un par de ocasiones, acompañando a Ruth Rosique hace un buen puñado de años, y justamente el año pasado junto a Juan Sancho y Sonia Prina. Pero aunque con Sabata han formado un matrimonio muy bien avenido, grabando incluso el disco L’amante Alessandro, además del que está por venir con el repertorio presentado en el Turina y que en unos días llevarán al Palau de la Música Catalana, nunca antes habían comparecido juntos en nuestra ciudad. La ocasión ha merecido la pena, con un repertorio bastante variado e interesante que arrancó con una breve Sinfonía u Obertura de Tomaso Albinoni, que aunque más conocido hoy en día por su obra instrumental, sobre todo sus conciertos para violín y oboe y un adagio que no compuso él pero lleva su nombre, fue en su día fundamentalmente operista, siendo Il nascimento dell‘Aurora una de las pocas conservadas de su extenso catálogo, y de la que también se extrajo un aria con acompañamiento de continuo de estética fascinante y especial aportación de la tiorba, en manos de un espléndido Rafael Bonavita, que dio mucho relieve al instrumento prácticamente en todas sus numerosas intervenciones. También las sinfonías de Antonio Lotti, que como otros de los convocados ejerció gran parte de su carrera en Dresde y perteneció a la Escuela Veneciana, y de Francesco Mancini, éste de la Napolitana y en un formato más convencional tipo concierto, encontraron en Vespres d’Arnadí, cuyo nombre procede de un dulce antiguo valenciano, el punto exacto de cocción, con una cuerda precisa liderada por una estupenda Farran Sylvan James como concertino, a pesar de que en ciertos pasajes evidenció alguna estridencia sin importancia. La cuarta pieza instrumental fue una exuberante tocatta de Alessandro Scarlatti, muy arpegiada y fugada que Espasa defendió con un virtuosismo diabólicamente extenuante.


Por su parte, Sabata se mostró algo más comedido de lo acostumbrado, pero siempre en esa línea suya en la que prima el espectáculo. Puede que atisbáramos en esta ocasión alguna pérdida de potencia y proyección en su voz, sobre todo al principio, pero por otro lado nos congratulamos en comprobar que ha depurado técnica y capacidad para mantener la línea de canto, sin cambios bruscos de color ni exhibir una puntual voz de barítono para salvar los extremos más graves de su registro. Por otro lado no cabe duda de que en agilidades y ornamentaciones tiene poca competencia, lo que se hizo patente en arias como Non sempre grandina, de Farnace de Giovanni Porta, autor que trabajó frecuentemente en Londres, otra de las cunas operísticas del momento a la que tanto aportaron los compositores italianos, o en Gelido in ogni vena, una temperamental aria de Siroe, re di Persia, compuesta por Domenico Natale Sarro en estilo muy próximo al de Leonardo Vinci. Como curiosidad, Sarro compuso la primera ópera a la que puso letra Pietro Metastasio.

En el otro extremo, Sabata nos conmovió también en sus arias más melancólicas, como Render mi vuole, de Astinatte, una ópera de Giovanni Bononcini, rival de Haendel, con quien coincidió en Londres cuando compuso este título. También con Bellezze adorate, de Le fate de Giovanni Ristori, o Qui ti scrivo, o nome amato, de L’Oracolo de Francesco Gasparini, cuyas óperas fueron las primeras italianas programadas en Londres. Contando para todo ello con aportaciones diversas de solistas de la orquesta, como el propio Saragossa al oboe, perfecto controlando el fiato pero con puntuales y discretas salidas de tono y un fraseo no siempre bien controlado, o el estupendo violonchelista Oleguer Aymamí. Con un estremecedor Morgen de Richard Strauss como propina, cambiando radicalmente de estilo pero con el particular timbre que ofrecen los instrumentos antiguos, Sabata y sus acompañantes nos dejaron literalmente con la lágrima en la mejilla.

Fotos: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 18 de abril de 2023

RUFUS WAINWRIGHT, UN RENACENTISTA DEL SIGLO XXI

Cita en Maestranza. Rufus Wainwright, voz, piano y guitarra. Programa: Unfollow the Rules. Teatro de la Maestranza, lunes 17 de abril de 2023


En julio cumplirá medio siglo, toda una vida acompañado de música, desde su infancia en una familia tan poética y musical como McGarrigle Sisters and Family, a una carrera dominada por la coherencia derivada de una voz prodigiosa y una rotunda facilidad para comunicar sentimientos y compartir vivencias, que le ha convertido en el más icónico cantautor canadiense de este siglo, un testigo que recoge nada más y nada menos que del irrepetible Leonard Cohen, pero que él ha hecho propio con un sello tan personal como a estas alturas absolutamente inconfundible. Rufus Wainwright es un moderno hombre del Renacimiento, no porque practique todas las artes sino porque la que practica, la música, lo hace desde todos los estilos y géneros, atreviéndose desde el folk al musical de Broadway, los cásicos americanos, la lírica, el pop y hasta la música antigua, ya sea con sus propias composiciones o versionando a otros, como esa idolatrada Judy Garland a quien dedicó un registro en vivo en 2007 y otro en estudio hace apenas un año. A Sevilla, y todas las demás plazas que visita en esta gira, nos ha llegado antes de embarcarse en otra nueva justo cuando salga al mercado su nuevo disco, Folkocrazy, algo así como folcracía en referencia a una especie de sistema político, y no folk loco como lo han entendido según él algunos medios españoles. Arrancará el 2 de junio en Los Angeles y llegará a nuestro país, concretamente a Madrid y Ciutadella en julio, y con él repasará las raíces folk de su infancia a fuerza de dúos y colaboraciones de auténtico lujo, ahora que alcanza los cincuenta años disfrutando de una madurez tranquila y sosegada junto a su marido, Jörn Weisbrodt y la hija que ha tenido mediante la polémica inseminación artificial con la a su vez hija de Leonard Cohen.

Aquí vino con la excusa de presentar su último disco de estudio con composiciones propias, Unfollow the Rules, que aunque tiene ya casi tres años, la pandemia malogró la gira correspondiente ahora retomada. Claro que como pasa siempre, no fue este el trabajo más frecuentado en el programa, que sí contó con labores comerciales de un desvergonzado Wainwright que no dudó en recomendar una y otra vez al público que se hiciera con una copia de cualquiera de sus discos en la tienda del Maestranza, especialmente dos que según él sólo se pueden adquirir en gira, ni streaming ni tiendas especializadas. En uno de ellos, Northern Stars, glosa la música folk de su país de acogida, Canadá (nació en Nueva York), y de ahí extrajo una versión poderosa de So Long, Marianne, otra vez Cohen. Por cierto, que en las propinas aprovechó para entonar uno de los himnos más representativos de éste, el mítico Hallelujah que curiosamente surgió de una película de animación tan gamberra como Shrek. Su relación con las bandas sonoras estuvo representada en el concierto también en forma de propina, con ese Complaint de la Butte incluido en Moulin Rouge!, aunque sin rastro de Brokeback Mountain (The Maker Makes) ni esa festiva marcha que es Another Believer de Descubriendo a los Robinson.

Desnudo de artificios

Rufus Wainwright llegó al Maestranza desnudo de todo artificio, apenas unos juegos lumínicos elegantes y discretos, sin banda, sólo con el piano, que domina a veces de forma tan extraordinaria que no añoramos la colaboración de Randy Kerber al instrumento, y una guitarra que apenas rasga para mantener el ritmo y que tanto le cuesta afinar. Un buen rato le costó hacerlo para cantar el emocionante He Loved, de su segunda ópera, Hadrian; la primera, Prima Donna, refleja su particular interés por la ópera francesa y el estilo romántico melódico de Puccini. Esta segunda se estrenó en Toronto en 2018 y se pudo disfrutar en el Teatro Real de Madrid en única función en julio del año pasado. Cuenta el amor de Adriano por el joven y apolíneo Antinoo siguiendo el clásico de Marguerite Youcenar. Sabía bien que el emperador procedía de Itálica, y demostró también su insaciable inquietud por la cultura celebrando el par de días que llevaba en la ciudad disfrutando junto a unos amigos locales de su gastronomía, el flamenco y las playas cercanas. Su pasión por la lírica también se refleja en el imponente disco Take All My Loves: 9 Shakespeare Sonnets, donde destaca la soprano austriaca Anna Prohaska, pero del que este concierto no se hizo ningún eco… no tocaba.


En el de ayer hizo varias paradas en su disco Want One, del que ahora se cumplen veinte años (cuánto lamentaba el paso de los años cada vez que lo recordaba), como ese melancólico Dinner at Eight. Presentó además casi en primicia, sólo la había interpretado junto a la Sinfonietta de Amsterdam en un concierto especial del pasado año, Westside Waltz, una puesta al día del estilo de los grandes clásicos americanos, desde George Gershwin a Cole Porter, tan elegante como sentida. La amplificación, en un teatro que se disfruta mejor sin ella, llegó a resultar algo estridente al comienzo del concierto, pero pronto lo olvidamos subyugados por la voz rutilante y extraordinaria fuerza de un cantante con tesitura de tenor y un timbre brillante y metálico, de dicción clara y una extraordinaria flexibilidad para llegar a generar un auténtico drama en piezas como Early Morning Madness (ésta sí de Unfollow the Rules), precedida de una introducción de nueva cosecha, Old Song, y con unas inflexiones y modulaciones de la voz que generaron auténtica sensación.

Con su productor Mitchell Froom siempre en mente, atacó el imprescindible y emocionante Going to a Town, original del disco Release the Stars de 2007, candidato indiscutible para incluirse como única composición propia en Folkocrazy, por tratarse según Froom de un título por el que a buen seguro nunca pasarán los años. Y así pudimos disfrutar con su talento y contagioso entusiasmo en canciones como Peaceful Afternoon, de inconfundible regusto folk, el intimista Poses, uno de tantos temas con los que pudimos acercarnos a los sentimientos y las experiencias personales de alguien que vive tan intensamente y tan pegado a sus emociones, o ese Cigarrettes and Chocolate Milk de ambiente decadente y misterioso. También en Go or Go Ahead afloraron sus radicales cambios de registro y portentosas inflexiones en un Maestranza entregado y a rebosar, donde sólo nos quedó rendirle a tan ecléctico y personal artista toda la pleitesía que merece.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 17 de abril de 2023

FELIZ Y ESPERADO REENCUENTRO CON UN GENIAL PERIANES

Cita en Maestranza. Javier Perianes, piano. Programa: Cruce de caminos (Variaciones sobre un tema de Robert Schumann op. 20, de Clara Schumann; Quasi variazioni: Andantino de Clara Wieck, de la Sonata nº 3 op. 14 de Schumann; Variaciones sobre un tema de Schumann op. 9, de Brahms; Goyescas, de Granados). Teatro de la Maestranza, domingo 16 de abril de 2023


Dado su carácter afable, humilde y nada narcisista, seguramente no le agradará que se le defina como un genio, pero sólo así somos capaces de identificar a quien saca tanto brillo de cualquier tipo de partitura, desde la más convencional y coyuntural a la más ambiciosa y sofisticada, logrando que suenen como un auténtico tesoro difícil de catalogar. Desde hace diez años, cuando ejerció como artista residente de la Sinfónica y entre otras obras interpretó la integral de conciertos de Beethoven, creo recordar que sólo hemos podido disfrutar de su presencia en el Maestranza en una ocasión, hace la mitad, cinco años, con Axelrod a la batuta haciendo el segundo de los conciertos de Brahms, autor que participó también en el portfolio con el que nos deslumbró este mismo domingo. Cuando un artista es capaz de fascinarnos y someternos con tanto ahínco y facilidad, casi sobran las palabras para describir la sensación que nos llevamos de su portentoso recital. En él se pudieron distinguir claramente dos partes, una primera centrada en el recurrente trío romántico entre el matrimonio Schumann y su ferviente y joven admirador Johannes Brahms. En la segunda, el ciclo Goyescas que tanta fama y popularidad reportó a Enrique Granados y sin embargo inauguró el trágico final que truncó una vida posiblemente llena de grandes sorpresas.

Las Variaciones de Clara Schumann sobre el número 4 de Bunte Blätter de su marido están llenas de contrastes y poseen una enorme densidad atmosférica, a pesar de tratarse de un mero detalle de la esposa, entones durante varios años inactiva, por el cuarenta y tres cumpleaños del compositor, apenas unos meses antes de ingresar en una institución psiquiátrica. Perianes la interpretó sin embargo como si se tratara de una pieza única e irrepetible, con toda la atención, el mimo por el detalle y la profunda reflexión que sus repetitivos acordes parecen exigir. Sus siete variaciones, aunque se puede llegar a apreciar incluso una octava, nos llevan por diferentes estados de ánimo, que Perianes tradujo en una perceptible melancolía de largos pasajes y notas retenidas, ritmo pausado y espíritu variable, desde un paseo romántico protagonizado por trinos y vivaces arpegios, hasta acordes más vehementes y furiosos, todo llevado siempre a la quintaesencia de la expresividad más conmovedora. El tercer movimiento de la Sonata nº 3 de Schumann, así mismo unas variaciones sobre un tema en este caso de Clara cuando solo era una adolescente, encontró en la digitación de Perianes una expresión rica y poderosa, pero siempre desde la elegancia y la delicadeza que el pianista sabe impregnar en las partituras más intimistas. Con gran decisión y seguridad en sí mismo acometió la pieza de Brahms, también basada en el mismo tema que las variaciones de Clara Schumann, pero no limitándose como aquella a modificar el espíritu sin tocar la melodía, sino como entendemos habitualmente el género, modificando ritmos y hasta melodías sin traicionar el alma de la pieza y su significación emocional. Así lo entendió Perianes con una interpretación magistral, llena de contrates pero a la vez contenida y transparente, de cada una de sus dieciséis variaciones, manifestando melancolía y desesperación hasta derivar en una resolución tranquila y esperanzadora.

Que Goyescas de Granados coincidiese en este programa previamente preparado por el pianista con la celebración este año del centenario de Alicia de Larrocha, ha servido para convertir su recital en un homenaje a la excelente pianista, en cuyas manos la pieza se convirtió en leyenda, tanto como Iberia de Albéniz, si bien ésta tuvo también en Esteban Sánchez un ilustre embajador. Puede que la versión de Perianes disminuyera el colorido con el que se suele atacar la pieza, a favor de un mayor intimismo y un profundo análisis convertido en emotiva y melancólica reflexión que Perianes tocó desde el corazón, sin gestos grandilocuentes ni excesivos, siempre ensimismado en un teclado desde el que transmitió todo el universo que atesora este ciclo de los majos enamorados. Arrancó con una visión elegante y algo retenida de Los requiebros, que convirtió luego, en Coloquio en la reja, en larga escena dialogada, nocturna y bien aireada gracias a una pulsación precisa, perfectamente articulada y prodigiosamente amatoria. Tampoco hubo aspavientos folclóricos en El fandango de candil, la pieza más proclive a ello del ciclo, y sí mucho sentimiento y una profunda melancolía en La maja y el ruiseñor, prodigio melódico del que el pianista sacó el máximo provecho. Y así continuó por el segundo cuaderno, con El amor y la muerte y la Serenata del espectro deambulando por idéntica senda llena de mágica melancolía, sin estridencias ni salidas de tono, siempre desde la elegancia y el respeto más absoluto. Después, como propina, sus delicadas manos volvieron a Brahms con su precioso Intermezzo en La mayor de sus Klavierstücke op. 118.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

CONSPIRACIÓN EN EL CAIRO Lucha de poderes

Título original: Walad min al-Janna
Suecia-Francia-Finlandia-Dinamarca 2022 126 min.
Guion y dirección
Tarik Saleh Fotografía Pierre Aïm Música Krister Linder Intérpretes Tawfeek Barhom, Fares Fares, Mohammad Bakri, Makram Khoury, Mehdi Dehbi, Moe Ayoub, Sherwan Haji, Jawad Altawil, Ramzi Choukair, Samy Soliman, Ahmed Laissaoui Estreno en el Festival de Cannes 20 mayo 2022; en Suecia 18 noviembre 2022; en España 14 abril 2023

Con el premio al mejor guion en Cannes bajo el brazo y tras su paso por los festivales de Valladolid y Sevilla, llega a nuestras pantallas este film del
reconocido director sueco de origen egipcio Tarik Saleh. Una película de animación (Metropia), un thriller convencional (Tommy) y una incursión en el cine americano (El contratista) le han valido a Saleh el reconocimiento que revalidó su anterior película denuncia de la situación en su país, siempre en clave de thriller, El Cairo confidencial, y la más divulgada hasta el momento de su filmografía.

Rodada en Estambul tras ser prohibida en Egipto por su controvertido material argumental, la cinta deja constancia de cómo en determinados países perdura la lucha de poder entre Estado e Iglesia que tanto daño y tanta tragedia ha traído al planeta desde hace siglos, y que afortunadamente en algunos países, sobre todo en nuestro entorno, ha pasado prácticamente al olvido. Para eso Saleh fija su atención en un joven humilde que consigue acceder a la Universidad de al-Azhar para estudiar el Corán, donde el Estado hasta el momento no ha conseguido designar un Gran Imán que le permita controlarla y aunar así los dos centros de poder a su total antojo. Pronto el joven se verá involuntariamente involucrado en esta intriga de poder, echando mano de su inteligencia para salir lo menos perjudicado posible.

Como ya percibíamos en su anterior y aplaudida película, Saleh tiene buenas historias que contar pero adolece de técnica narrativa, de forma que la historia se sucede de forma dispersa y sin demasiada convicción, a pesar de lo cual y gracias a su absorbente argumento, logra llegar a interesar aunque sea un mínimo. Que en todo su entramado solo haya lugar para hombres, y las escasas mujeres que tienen algo que decir sea para integrarlas en escándalos sexuales o sentimentales, deja bien claro cuánto daño ha ejercido el Islam radical en las últimas décadas en un país en el que en algún momento asomó alguna ilusión de sofisticación y apertura al menos casi democrática.

domingo, 16 de abril de 2023

RENFIELD Terapia de autoayuda a lo bestia

USA 2023 93 min.
Dirección
Chris McKay Guion Robert Kirkman y Ryan Ridley Fotografía Mitchell Amundsen Música Marco Beltrami Intérpretes Nicholas Hoult, Nicolas Cage, Awkwafina, Ben Schwartz, Adrian Martínez, Shohreh Aghdashloo, Brandon Scott Jones, Camille Chen, Bess Rouss, Jenna Kanell, James Moses Black Estreno en Estados Unidos y España 14 abril 2023

Buena prueba de que escasea la imaginación, y más bien lo que se hace es camuflarla con supuestos proyectos ingeniosos, es esta película que se recrea una vez más en el mito de Drácula para poner en escena un espectáculo abiertamente gore que pretende recuperar la combinación entre comedia y barbarie que tan buenos réditos dio a cineastas como Peter Jackson (Braindead) o Sam Raimi (Posesión infernal) en los más inocentes años ochenta del pasado siglo. Por cierto, no contentos con un olvidable remake hace unos años, en unos días se estrenará otro intento de revitalizar el éxito de este último que llevaba por título original Evil Dead.

Con los discretos créditos de Batman: La LEGO película y La guerra del mañana, estrenada solo en plataformas digitales, en Reinfeld Chris McKay consigue que brille su prólogo, un divertido y muy logrado recuerdo al Drácula de Bela Lugosi para introducir el personaje central de la película, su fiel sirviente a lo largo de décadas, que aquí se rebela contra su señor para intentar independizarse y luchar contra todo el mal que el vampiro representa. Se nos propone así una suerte de terapia de auto ayuda, literal cuando el pobre criado acude a un grupo de psicoanálisis, que ha de revertir en otro superhéroe con el que engordar la máquina del dinero, derivando finalmente en otra tontería insustancial que apenas alcanza a interesar a lo largo de su escueta hora y media de duración, lo mejor del conjunto.

El problema es que hoy hay demasiada violencia en general, especialmente preocupante en el arco de edad de la adolescencia, que es el que se confiesa admirador de este tipo de productos, como para seguir incidiendo en ella como vehículo lúdico y de entretenimiento. Algo que nos hace reflexionar sobre ¿qué fue antes, la gallina o el huevo, una sociedad degradada e hiper violenta a la que dar lo que reclama, o esa cultura de la violencia que la ha generado? Afortunadamente hay espacio para la esperanza, representada en el personaje que interpreta la siempre simpática y original Awkwafina, determinada e incorruptible. Por su parte, Nicolas Cage se mantiene en constante pose autoparódica, y destaca la posible reivindicación de Nicholas Hoult (El menú) como un protagonista a tener en cuenta. Mucha sangre, cuerpos espachurrados y descuidado diseño de producción podrá contentar a quienes sean incondicionales del género, porque al resto posiblemente no le haga mucha gracia.

FRIEDERICKE HEUMANN JUNTO A LA FURIA DE LA BARROCA

Concierto nº 5 de la temporada 2022-2023 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Friedericke Heumann, viola da gamba y dirección. Programa: Suite en Re mayor para viola da gamba TWV 55:D6 y Concierto en La menor para flauta de pico y viola da gamba TWV 52:a1, de Telemann; Concierto en Re Mayor para viola da gamba con Quartetto e due corni accompagnati, de Giuseppe Tartini; Concerto a quattro da chiesa en Sol menor op. 2 nº 5, de Evaristo Felice dall’Abaco. Espacio Turina, sábado 16 de abril de 2023


La Barroca añadió con este concierto de su actual temporada un nuevo y prestigioso nombre a su nómina de ilustres colaboraciones, en este caso la violagambista alemana Friedericke Heumann, que aterrizó en Sevilla con un programa diseñado no solo para celebrar las amabilidades de su instrumento, sino para dejar de nuevo constancia del continuo ir y venir de influencias y corrientes estilísticas en una Europa que por aquel entonces adolecía lógicamente de la facilidad con la que hoy nos llegan las novedades de uno y otro lado del continente. Así, con Telemann celebramos su particular forma de adaptar a su identidad las habituales suites de danzas que tan prolíficas eran en Francia, donde inequívocamente más triunfaba y se desarrollaba la viola da gamba que el infatigable compositor alemán utilizó en las dos obras incluidas en este programa, la segunda de las cuales no puede disimular su influencia italiana. Dall’Abaco por su parte trabajó durante gran parte de su vida profesional en Múnich, donde inevitablemente se contagió de la forma de hacer música en el país germano. Siendo el de Tartini el más genuinamente italiano de los conciertos convocados, aunque con la incorporación de trompas que le dan ese toque majestuoso más habitual en el norte de Europa, todos beben de la forma da chiesa, con sus cuatro movimientos y la alternancia entre los lentos y los rápidos como seña de identidad y fórmula estética.

Sin dudar de la capacidad de Heumann para aprovechar todos los resortes de la viola, apreciamos sin embargo un sonido indescriptible en la obertura de la Suite TWV 55:D6 de Telemann, como si en lugar de salir hacia fuera viajara hacia dentro, evitando toda esa gama de colores y sensaciones tímbricas que permite un instrumento que no obstante comenzaba a vivir su decadencia en favor del más flexible violonchelo. Las prestaciones de la cuerda y el bajo continuo en esta sensacional sucesión de danzas precedidas de una suntuosa obertura, fueron en todo momento superlativas, incluyendo un continuo al que se incorporó el becario de la presente temporada, Rafael Arjona a la cuerda pulsada. Un detalle que la Barroca lleva a gala y que demuestra la sensibilidad y el sentimiento con el que abordan cada encuentro con el público, un aspecto que les honra y que debería presidir cualquier cometido que abordemos en nuestra vida. Sobresalieron en esta pieza el carácter eminentemente festivo con el que acometieron La Trompette, y la compenetración que llegaron a alcanzar en el Bourrée, así como el brillante final alcanzado en la Gigue.


Respecto a los conciertos, resultó especialmente decepcionante el de Tartini, sin duda por la aportación de las siempre difíciles trompas, lo que no justifica que en general estuvieran tan fuera de tono y tan poco compenetradas con el resto del conjunto. La pieza brindó sin embargo la oportunidad a Heumann de desarrollar un grave henchido de sensibilidad y delicadeza, con un fraseo fluido y unas articulaciones flexibles. Pero fue el de Evaristo Felice dall’Abaco, cuya influencia ha llegado hasta nuestros días en la vida musical de la ciudad bávara y el Conservatorio de Verona, el que más nos entusiasmó, por la claridad de sus líneas melódicas, sus fascinantes contrastes que tanta oportunidad brindaron a la cuerda grave para atacar con la fiereza que caracteriza a nuestra orquesta, y el contagioso entusiasmo con el que el conjunto alcanzó un sonido robusto y redondo.

En el concierto de cierre, de nuevo con Telemann como cabecera, tuvimos oportunidad de reencontrarnos con Guillermo Peñalver a la flauta de pico, demostrando que sigue en buena forma, a pesar de que en el grave inicial se apreció cierta dificultad entre él y la violagambista para encontrar ese punto de encuentro y diálogo que demanda la pieza. Peñalver brilló así más en los pasajes enérgicos, encontrando para ello la complicidad de un conjunto que ataca casi siempre con vehemencia y que tuvo muchas ocasiones de demostrar su furia a lo largo del concierto. Un solo de viola con el que la solista aprovechó todos sus recursos técnicos y expresivos, seguido de una repetición de La Trompette con algunas variaciones, como el arranque en piano o la incorporación de la flauta en plantilla y como solista, sirvió como propina para poner broche final a esta desigual propuesta.

Fotos: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 11 de abril de 2023

PRIMAVERA REJUVENECEDORA CON LA OJA

Concierto de Pascua de la Orquesta Joven de Andalucía. Álvaro Albiach, director. David Alonso, saxofón. Alejandro del Cerro, tenor. José Antonio López, barítono. Programa: De Paz interna, Concierto para saxofón de Daahoud Salim; La canción de la Tierra, de Mahler. Teatro de la Maestranza, lunes 10 de abril de 2023

De izquierda a derecha, en el centro: Albiach, Salim y Alonso

Celebrar su concierto anual un Lunes de Pascua tiene por un lado el significado que le da la fecha de renovación y rejuvenecimiento, pero por otro supone para los y las jóvenes integrantes de la orquesta sacrificar los días previos, en plena Semana Santa, trabajando duro para dejar bien atado un concierto que para ellos y ellas supone tanto. Tiene además el inconveniente de encontrarse con un Maestranza a media entrada, tras tantos días de saturación festiva y un fin de semana previo a las procesiones protagonizado por dos citas tan atractivas como las que cerraron el Festival de Música Antigua, que supusieron para el coliseo un lleno absoluto. De cualquier forma, la de ayer fue una nueva demostración de la calidad que han alcanzado las nuevas generaciones de músicos y músicas andaluzas, capaces de enfrentarse una vez más a caballos tan difíciles de domesticar como Mahler o Bruckner.

La cita de este año ha tenido la particularidad de contar con un estreno absoluto, protagonizado por quien años atrás formara parte también de la plantilla de esta orquesta para jóvenes en prácticas. Hijo del extraordinario saxofonista norteamericano afincado en Sevilla, Abdul Salim, Daahoud Salim parece mirar a su admirado padre a la hora de enfrentarse a esta página de encargo que conserva las líneas básicas y convencionales de una pieza concertante. Perfectamente tonal y de clara inspiración melódica, la pieza del joven y excelente pianista y músico de jazz se debate entre el canto espiritual negro con el que arranca y continúa en el segundo movimiento, hasta el apabullante canto africano de fuerte percusión que lo cierra, pasando por un meditativo y delicadísimo nocturno que sirve como tránsito en el tercer movimiento. A todos estos aromas y estéticas se plegó como un guante el saxofonista valenciano David Alonso, que para los movimientos extremos extrajo del saxo soprano un sonido sedoso y envolvente, en ningún momento estridente, y del tenor en los centrales un sonido más robusto y autoritario, nunca exento de la sensualidad que atesora toda la sugerente y magníficamente orquestada partitura. Como propina, un joven integrante de este programa educativo musical de la Junta de Andalucía dirigió una breve pieza musical, también de Salim, para saxofón acunado por la cuerda.

Temperamento y meditación

Todas las secciones de la joven orquesta tuvieron oportunidad de lucirse en la pieza de Daahoud Salim, desde los metales del voluptuoso arranque a la apabullante percusión del final pasando por las delicadas maderas y un exigente trabajo en la cuerda para crear las subyugantes atmósferas imaginadas por su autor. Supuso pues un calentamiento perfecto para enfrentarse a una página en la que cada sección de la orquesta tiene que superar también unas enormes exigencias, y que toda la plantilla aprobó con matrícula de honor. Sin saber todavía si la huelga permitirá que el ciclo que la ROSS está dedicando a Mahler esta y la próxima temporada tenga continuidad el próximo jueves con la Sinfonía nº 7, la OJA se atrevió con una de sus obras más relevantes y reconocidas, para algunos la más representativa de su catálogo, al aunar las dos vertientes fundamentales del compositor bohemio, la sinfonía y el lied.

José Antonio López. Fotografía: Guillermo Mendo

Álvaro Albiach
, director también valenciano, dio ya buenas muestras de saber manejar con maestría y profesionalidad la pieza de Salim. Pero con Mahler fue capaz de imbuir la música de toda la poesía, el candor, la desesperación, el temperamento y la meditación que El canto de la Tierra merece. Contó para ello con dos extraordinarias voces ya familiares del público del Maestranza. Por un lado el tenor Alejandro del Cerro, integrante del elenco que hace solo unos días estrenaba La vida breve, y que mostró unas cualidades excelentes en proyección y carácter, imprimiendo de angustia y elocuencia su participación desde la sombría canción de los bebedores al desdén que provoca la llegada de la primavera, entonada con cierto tono irónico que del Cerro manejó con una voz en todo momento controlada pero arrolladora. Más poéticas fueron las intervenciones del barítono José Antonio López, a quien hemos visto junto a la ROSS, la Barroca y en ópera, y que para la ocasión moldeó su voz alcanzando colores muy sugerentes y atractivos, teniendo en cuenta la dificultad de adaptar los textos a su tesitura, ya que lo habitual es que los entone una mezzo o contralto, capaz de dotar a la partitura de gestos más abiertos y expansivos. La suya fue sin embargo una aportación delicada y aterciopelada, que alcanzó en El adiós con el que el hombre se encuentra desesperado y perdido frente a la Naturaleza que le sirve de entorno y que no alcanza a comprender ni dominar, su punto álgido y más conmovedor. Algo a lo que no fue ajena la excelente aportación de la orquesta, con solos de madera magistrales, como por ejemplo los protagonizados por los hermanos Eric Joseph y Marco George Aragó Bishop, al oboe y al fagot respectivamente, apellidos tan familiares a nuestra Sinfónica y que demuestran lo mucho que ha supuesto para la ciudad el esfuerzo y el trabajo desplegado por la misma desde su fundación en 1991.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 8 de abril de 2023

EL INOCENTE Atractiva combinación de intriga y amor

Título original: L’innocent
Francia 2022 100 min.
Dirección
Louis Garrel Guion Louis Garrel, Tanguy Viel y Naïla Guiguet Fotografía Julien Poupard Música Grégoire Hetzel Intérpretes Louis Garrel, Roschdy Zem, Anouk Grinberg, Noémie Merlant, Jean-Claude Pautot, Yanisse Kebbab Estreno en el Festival de Cannes 24 mayo 2022; en Francia 12 octubre 2022; en España 5 abril 2023

Lejos quedan los tiempos de
Soñadores de Bertolucci, cuando descubrimos a Louis Garrel, cuyo atractivo nos llamó tanto la atención como para permitirle casarse con bellezas como las de Golshfiteh Farahani y Laetitia Casta. Siguiendo los pasos de su padre, el mítico y reconocido Philippe Garrel, no ha cesado de probar en la dirección mientras simultanea su trabajo como actor, con películas más o menos logradas como Los dos amigos, Un hombre fiel o Un pequeño plan… como salvar el planeta. Pero es con esta El inocente con la que ha logrado un mayor reconocimiento y desde luego sintonizar mejor con el público, debido a su carácter desenfadado y cómico y su ingenio para combinar géneros tan reconocibles y queridos como el amor, la comedia o el thriller.

Se trata de un interesante trabajo de actores y actrices, con cuatro intérpretes de excepción dando vida a una madre alegre (por momentos algo histriónica) e idealista, su melancólico y descreído hijo, el nuevo y embaucador marido ex convicto de la primera, y la amiga confidente del segundo. Ambas historias de amor crecerán paralela y simultáneamente a una trama de intriga y crimen poco plausible y mal planteada, aunque a la postre albergue los momentos más divertidos de la función y provoque esa perfecta simbiosis entre sentimientos sinceros y simulación interpretativa en la que consiste el principal logro de una película que consiguió así el César al mejor guion original y el correspondiente a mejor actriz secundaria para una deslumbrante Noémie Merlant, tan alejada de sus dramáticos papeles en películas como Retrato de una mujer en llamas, Un año, una noche o Tár.

Curiosamente la película coincide con otra que ha entrado en cartelera a la vez, Air, en estar ambas dirigida por un actor y, sobre todo, por el uso en su banda sonora de temas de otras películas de Ennio Morricone o Stelvio Cipriani en ésta, de Pino Donaggio en la de Affleck, aunque en este caso alternándose con música original de Grégoire Hetzel en plan misterioso y con algunos toques de Bernard Herrmann.

AIR Negociando con la excelencia (y 2)

USA 2023 112 min.
Dirección
Ben Affleck Guion Alex Convery, Ben Affleck y Matt Damon Fotografía Robert Richardson Intérpretes Matt Damon, Ben Affleck, Viola Davis, Chris Messina, Marlon Wayans, Chris Tucker, Jason Bateman, Julius Tennon, Matthew Maher, Barbara Sukowa Estreno mundial 5 abril 2023

No siendo un mal actor, definitivamente Ben Affleck brilla más como director. Ya lo ha demostrado en tres ocasiones, con Adiós, pequeña, adiós, Ciudad de ladrones y Argo, y algo menos con Vivir de noche. Ahora revalida esa condición con una espléndida crónica ochentera, la gesta del gurú del baloncesto Sonny Vaccaro para hacerse con la imagen de un entonces prometedor Michael Jordan y relanzar así la marca Nike, en dura competencia con la alemana Adidas, lo que da oportunidad para disfrutar de una simpática intervención de Barbara Sukowa como directora de la marca en aquel entonces. 
Toda una revolución en el mundo de los negocios y la publicidad relacionada con el deporte en el que por supuesto tuvo mucho que ver la excelencia y el compromiso, pero sobre todo el convencimiento de una madre, espléndida como siempre Viola Davis, de lo mucho que valía su hijo y las inmensas posibilidades que se la abrían hasta convertirse en una de las figuras más relevantes del firmamento deportivo y del baloncesto en particular.

Para lograr tan estimulante película, asistimos al reencuentro entre Matt Damon y Affleck, que tan buenos resultados dio hace casi treinta años cuando firmaron juntos el guion de El indomable Will Hunting, Oscar incluido. Con unos quilos añadidos, Damon da vida a Vaccaro con tanta convicción como sentido lúdico, mientras el resto del lujoso elenco se esfuerza por cumplir los designios de su director y llevar a buen puerto una historia sobre el sempiterno sueño americano, traducido como siempre en dólares.

En tono y ritmo de semi comedia y con esa lucidez que hace que incondicionales y ajenos se dejen seducir al máximo por su propuesta, Affleck y su equipo logran combinar con la precisión de una máquina de relojería todos los factores que convergen en una historia donde la perseverancia, el riesgo, la excelencia, el amor y la admiración se expresan y transmiten con la trasparencia, la exactitud y la sencillez con la que sin duda sus principales artífices soñaron hacerlo. No deja de ser curioso que dos películas sobre un negocio legendario en torno a los logros de sendos genios y en una misma década prodigiosa, la de los ochenta del pasado siglo, Tetris y Air, coincidan en cartel, aunque una sea en sala y la otra en pantalla doméstica.

TETRIS Negociando con la excelencia (1)

Reino Unido-USA 2023 118 min.
Dirección
Jon S. Baird Guion Noah Pink Fotografía Alwin H. Küchler Intérpretes Taron Egerton, Nikita Efremov, Sofya Lebedeva, Oleg Stefan, Igor Grabuzov, Roger Allam, Anthony Boyle, Toby Jones, Ayane Nagabuchi, Kanon Narumi Estreno en Estados Unidos 24 marzo 2023; en Internet 31 marzo 2023 (Apple TV+)


Como si de un episodio suelto y alargado de su exitosa serie Genius se tratara, Noah Pink ha urdido aquí una ingeniosa y sumamente entretenida trama sobre los entresijos económicos y políticos que llevaron a Henk Rogers, un espléndido Taron Egerton (Elton John en Rocketman), a lograr los derechos de explotación del juego Tetris de origen ruso por todo el mundo. Hay aquí por lo tanto dos personajes que cumplen los presupuestos de la excelencia, el creador del juego más revolucionario de la era, Alexey Pajitnov, y el persistente y arriesgado Rogers que persiguió infatigablemente su complicado sueño. El resultado es una emocionante y frenética historia que nos retrotrae a los tiempos de la guerra fría y los estertores del telón de acero y que su director, responsable también de un aseado biopic hace algunos años, El gordo y el flaco, maneja con soltura y mucho oficio.

Para ello una holgada producción pone a su servicio una puesta en escena suntuosa, un elenco interpretativo de primer orden y una atmósfera inquietante que nos lleva a pensar en aquel extraordinario cine de espías que tanto frecuentaron nuestras pantallas en las décadas de los sesenta y setenta, en el que quizás lo que más chirríe sea la facilidad con la que sus protagonistas cruzan océanos sin importar las dificultades que según a qué naciones esto reportara. Pero lo más importante es admirar cómo una trama inteligente y absorbente puede llegar incluso a quienes no profesamos interés por el tema, en este caso el origen de las famosas videoconsolas Game Boy que tan modernas fueron en un tiempo no tan lejano y que tan obsoletas parecen hoy en día.

Y es que lo que realmente interesa a la empresa, al margen de resultar tan sumamente entretenida que acapare el máximo de audiencia, es mostrar los complejos entresijos de una negociación a gran escala, jalonada de dificultades, con una enorme y desgarrada competencia, y el riesgo que los grandes empresarios han de asumir para lograr grandes gestas, lo que les hace dignos de admiración por encima de cualquier consideración de índole avariciosa o extremadamente ambiciosa. Aunque peca de infantil e ingenua en su último tramo, Tetris cumple con creces su cometido y sirve a todos los efectos para lograr una tarde de nostalgia, lección y entretenimiento tan recomendable como gratificante.

ANDALESGAI 2023 (y 2)

LA AMIGA DE MI AMIGA Buscando a Rohmer desesperadamente 

España 2022 98 min.
Dirección
Zaida Carmona Guion Zaida Carmona y Marc Ferrer Fotografía Alba Cros Música Masonieria, Rocío Saiz y Aroa Ay Intérpretes Zaida Carmona, Alba Cros, Rocío Saiz, Thaïs Cuadreny, Aroa Elbira, Gema Arquero, Alba Barneda, Marga Sardá, Júlia Betrian, Marc Ferrer, Christina Rosenvinge Estreno 3 febrero 2023

Desconcierta cuántos elogios ha recibido esta
ópera prima de la directora catalana Zaida Carmona, cuando no nos encontramos más que ante la enésima revisión de las correrías de corte más o menos adolescente de una generación de treintañeras que sueñan con encontrar el trabajo creativo que les ilusione y la relación sentimental que les motivePretende ser un claro homenaje al cine de Eric Rohmer, cuya filmografía se va citando a lo largo de una película que ahonda en la nadería y encima lo hace con rubor y remilgo, aunque trate temas tan de actualidad como el poliamor o las relaciones abiertas. 

Si bien se atisba cierta sensibilidad femenina, no puede evitar repetir estructuras y dinámicas mil veces vistas en películas del mismo corte pero carácter homosexual masculino, sin que la operación despierte mayor interés ni empatía, y con la única originalidad de recrearse en ambientes exclusivamente femeninos. De hecho solo un hombre asoma en pantalla, y porque es el responsable del guion junto a la directora, que se reserva el papel protagonista de la función, una mujer tan pava e insegura que no despierta precisamente nuestras simpatías.

El conjunto asume su condición de película hecha por aficionadas, pero sin esa frescura que tanto se ha coincidido en destacar en otros foros y espacios presuntamente especializados. También Christina Rosenvinge y Los Subterráneos son objeto del homenaje y la admiración de la primeriza realizadora.

NEPTUNE FROST Delirante y cósmico cibermusical

Ruanda-USA 2021 105 min.
Dirección
Anisia Uzeyman y Saul Williams Guion y música Saul Williams Fotografía Anisia Uzeyman Intérpretes Cheryl Isheja, Elvis Ngabo, Diogène Ntarindwa, Bertrand Ninteretse, King Kivumbi, Robert Ninteretse Estreno en el Festival de Cannes 12 julio 2021

Tiene mérito que una película ruandesa, aunque inflada con financiación norteamericana, se atreva a utilizar lenguajes visuales y técnicos tan novedosos y experimentales como lo hace esta enigmática e hipnótica película urdida entre la cineasta local Anisia Uzeyman, responsable de la dirección y la fotografía, y el músico neoyorquino Saul Williams, que también dirige, además de encargarse del guion y la banda sonora.

Conocido en ciertos ambientes por su habilidad para mezclar poesía y hip-hop, Williams propone en esta fábula onírica un viaje en una sociedad distópica donde la esclavitud ha vuelto a imponerse y la política se ha transformado en arma dictatorial. Hay poco en su conjunto que se consiga entender, entre número musical donde las raíces africanas se combinan con la música electrónica y el género fluido campa a sus anchas, mientras asistimos a lo que parece una videocreación o un cibermusical donde todo huele a cine experimental que nos retrotrae a películas como The Neon Demon de Nicolas Winding Refn o Titane de Julia Ducournau.

Mientras tanto solo cabe dejarse seducir por esta ópera futurista y cósmica, permitiendo que nos haga reflexionar, o simplemente dejarnos llevar por su parafernalia psicodélica o llegar a la conclusión de que ni tiene sentido ni interés, y si no somos capaces de entender sus postulados e intenciones, no merece la pena.

Y de propina...

OF AN AGE Recuerdo de un amor

Australia 2022 99 min.
Guion y dirección
Goran Stolevski Fotografía Matthew Chuang Intérpretes Tom Green, Elias Anton, Hattie Hook, Matthew Page, Toby Derrick, Grace Graznak, Jack Kenny, Jessica Lu, Kasumi Imbulana, Verity Higgins Estreno en Estados Unidos 10 febrero 2023


Inmediatamente después de dirigir su primer largometraje, No estarás sola, una cinta de terror que ganó el Premio del Jurado Carnet Jove del Festival de Sitges, el director de origen macedonio Goran Stolevski se embarcó en esta película de corte romántico homosexual que está teniendo cierto éxito y reconocimiento especialmente por parte de la comunidad queer.

Como él, su protagonista también proviene de la antigua Yugoslavia y ha sobrevivido en Australia a las consecuencias de la guerra. La película cuenta a través de una original estructura simétrica, el viaje sentimental y físico de este joven que a finales de los noventa se está descubriendo a sí mismo. Una chica está en el centro de un triángulo cuyos otros dos vértices están llamados a protagonizar una bonita historia de amor que no se sabe muy bien por qué no llega a funcionar. Por supuesto que los dos jóvenes son una vez más guapos y nada afeminados, lo que unido al paisaje siempre atractivo australiano y su ambiente permanentemente estival, ayuda sobremanera a degustar la propuesta.

En medio, unos diálogos absolutamente banales e intranscendentales van adornando una experiencia que se revela insólitamente emocional y sensitiva, sin que por ello llegue a suscitar un entusiasmo relevante. Destacan en su banda sonora diversos temas de la época en que se inicia una trama que contiene una elipsis de diez años, entre ellos el Bandido de Azúcar Moreno con el que el joven protagonista ensaya sus bailes de salón.