Guion y dirección María Alché y Benjamín Naishat Fotografía Hélène Louvart Música Santiago Dolan Intérpretes Marcelo Subiotto, Leonardo Sbaraglia, Julieta Zylberberg, Alejandra Flechner, Cristina Banegas, Andrea Frigerio, Mara Bertelli, Claudia Cantero, Gaspar Offenhenden, Lali Espósito Estreno en el Festival de San Sebastián 26 septiembre 2023; en Argentina 5 octubre 2023; en España 27 marzo 2024
Alché y Naishat tienen cada uno y una por separado una considerable carrera a sus espaldas como realizadores, pero es ahora con esta comedia agridulce con la que han saltado a la esfera internacional y logrado cierto interés como producto de calidad y ambicioso reducto de filosofía existencialista. Ambientada en lo que parece una universidad privada en la calle Puan de Buenos Aires, quizás en el año 2012, pues ni uno ni otro particular quedan suficientemente claros, trata sobre la diferencia entre existir y funcionar, dejarse llevar o tomar la iniciativa, tal como su torpe y algo anodino protagonista parece querer explicar a su rica y avejentada alumna de improbable interés por la materia.
Acostumbrado a existir bajo la sombra de su mentor y maestro, titular de la cátedra que tras su muerte aspira a ocupar, nuestro protagonista, un estupendo Marcelo Subiotto que logró la Concha de Plata del pasado Festival de San Sebastián, quizás en representación de un reparto coral absolutamente impecable, apenas recorre su vida sin un objetivo existencial que le asista, más allá del conocimiento y de seguir las reglas más o menos convencionales que se nos han impuesto. Pero la llegada de un oportunista y seductor antiguo compañero, un pícaro y pedante Leonardo Sbaraglia, le obligará a dejar simplemente de existir para comenzar a funcionar. La cinta a su vez funciona más como sucesión de episodios, algunos muy divertidos, en los que sus múltiples personajes se dedican a derrochar ingenio verborreico, sin que sus autores y realizadores acierten a encontrar un rumbo fijo al que destinar las desventuras de su perdido y desorientado personaje principal.
Se trata de un film por lo tanto disfrutable y divertido, repleto de ocurrencias y con cierto sabor intelectual que se echa mucho de menos en tanto y tanto cine que se estrena sin dejar huella indeleble alguna. Pero falla su intención y no logra cerrarse de manera convincente y satisfactoria, sin que tampoco quede muy definido el ambiente político y social en el que pretende desarrollarse, habiéndose rodado tantos meses antes de que el lamentable fenómeno Milei arrasara en las urnas e hiciera todavía más improbable la utópica intelectualidad que propone una cinta donde la corrupción durante décadas ha mermado tanto las posibilidades de un país que merecería mayor riqueza de la que disfruta. En San Sebastián logró también el premio del jurado al mejor guion, mientras los Goyas y los Forqué la consideraron en el apartado de mejor película iberoamericana, que en ambos casos le arrebató La memoria infinita.