Guion y dirección Christopher Zalla, según un artículo de Joshua Davis Fotografía Mateo Londono Música Pascual Reyes y Juan Pablo Villa Intérpretes Eugenio Derbez, Daniel Haddard, Jennifer Trejo, Mia Fernanda Solís, Danilo Guardiola, Enoc Leaño, Gilberto Barraza Estreno en el Festival de Sundance 19 enero 2023; en México 20 octubre 2023; en España 15 marzo 2024
Posiblemente México sea uno de los países más peligrosos donde vivir, especialmente si se hace en zonas marginales, olvidadas y desprotegidas. Pero es verdad que sitios así hay en todas partes y que las principales víctimas de ese clima enrarecido y poco recomendable son los niños y las niñas. También es cierto que la lacra de la educación existe en todos los rincones del mundo, si bien en unos más que otros. Para nosotros resulta fácil identificarnos con este problema estructural y de clases en el que se ha convertido la educación oficial, más bien encaminada a adocenar, encorsetar y evitar el libre pensamiento, siempre tan amenazante para los poderes reinantes. En ese contexto, el director mexicano Christopher Zalla, nacido en Kenia y cultivado en Estados Unidos, donde ha dirigido subproductos como Padre Nuestro (Sangre de mi sangre) y Sensualidad letal, con Rob Lowe, Paz Vega y Candice Bergen, ha encontrado en un artículo periodístico aparecido en 2012 el vehículo perfecto para recrear con mimo, delicadeza y extrema amabilidad la peripecia vital de un profesor de primaria que recién llegado a una escuela deprimida, experimenta con métodos revolucionarios basados en la práctica, el juego y la reflexión, para poner patas arribas el colegio, el sistema y la esperanza de los y las más jóvenes.
Tres de ellos y ellas, además del director del centro, se convierten en los principales aliados de la cruzada del idealista profesor, y con ello de nuestra propia ilusión y emoción, logrando hacernos reír y llorar a la vez, de forma muy hábil y meditada, sin que parezca caer en el sentimentalismo barato, aunque en el fondo sus costuras estén tan aprendidas como las lecciones que pretenden inculcar a los desmotivados estudiantes. Con todo, se trata de un film estimulante, que se ve más que con agrado, con entusiasmo y la esperanza de que otro mundo y otra sociedad son posibles, y que podemos evitar la máxima de Einstein con la que se cierre al film, que lo único que interfiere en nuestro aprendizaje es nuestra educación.
Como protagonista, el veterano Eugenio Derbez (Coda) pone toda la carne en el asador, para eso es también el productor de la cinta. Le sigue con idéntico entusiasmo Daniel Haddard, componiendo juntos una oda a la camaradería y la amistad, y el resto del joven elenco, tan fresco y natural aunque a veces el guion se revele demasiado profundo en sus gargantas. Galardonada con el Favorite Award del Festival en Sundance, así como el premio a la Mejor Película Iberoamericana en Málaga, opta por un Platino a la mejor banda sonora, a pesar de que su optimista soniquete se inspira muy a propósito en el mismo Gassenhauer de Carl Orff que motivó el reconocido You’re So Cool de Hans Zimmer para la película Amor a quemarropa.
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