martes, 30 de abril de 2024

EL ESPECIALISTA Una pesada gamberrada

Título original: The Fall Guy
USA 2024 126 min.
Dirección
David Leitch Guion Drew Pearce, según la serie de televisión creada por Glen A. Larson Fotografía Jonathan Sela Música Dominic Lewis Intérpretes Ryan Gosling, Emily Blunt, Aaron Taylor-Johnson, Hannah Waddingham, Winston Duke, Teresa Palmer, Stephanie Hsu, Ben Knight, Matuse, Zara Michaels Estreno en España 26 abril 2024; en Estados Unidos 3 mayo 2024


Con un recorrido que incluye películas como Atómica, Deadpool 2, la primera entrega de John Wick y lo que es peor, Bullet Train, no cabía esperar de David Leitch que, como aseveran algunos, reflotara con ésta la clásica screwball comedy de los cuarenta que catapultaron a Hepburn, Grant, Russell o McMurray a la cumbre definitiva. Poco de eso hay en esta película cuyo único leit motiv es potenciar las escenas de acción más absurdas e inverosímiles posibles. El engendro está basado en una serie de principios de los ochenta de igual título, The Fall Guy, cuya traducción al castellano por El especialista malogra su dualidad de significados, que se completa como El chivo expiatorio, mucho más significativo de lo que vemos en pantalla, una intriga paupérrima en el seno de un rodaje hollywoodiense en Sydney, Australia. 
Para subrayar su origen, los protagonistas de aquella serie, Lee Majors (que cuando estuvo casado con Farrah Fawcett le prestó ese segundo apellido con el que protagonizaba Los ángeles de Charlie) y Heather Thomas hacen su particular cameo justo al final de la cinta, engrosando el conjunto de supuestos chistes ingeniosos que inundan la función.

Nada que ver con aquella película de igual título que le valió una nominación al Oscar a Peter O’Toole y otra a su director, antes de pasar casi al anonimato, El especialista no funciona como homenaje sincero y merecido a la profesión de los stunt men, dada la absoluta inverosimilitud, efectos visuales mediante, con la que están resueltas sus numerosas y fatigosas escenas de acción. No funciona tampoco como comedia romántica, porque ni tiene mucha gracia ni apenas hay química entre Gosling y Blunt, y su floja historia de rollete-amor apenas está esbozada. Y tampoco funciona como homenaje al cine de acción porque todas sus citas son tan explícitas que van acompañadas del comentario correspondiente para asegurarse de que todos y todas las hemos pillado, y si no la cámara se detiene en el rótulo de Corrupción en Miami que luce la chaqueta del protagonista cuando surca las aguas de la bahía en una lancha al ritmo de la música de la mítica serie protagonizada por Don Johnson.

Todo así, muy masticadito y muy convencional, con el solo aliciente de ver espectáculo a lo bestia y procurar divertirse al menos con su lenguaje metacinematográfico cuando el cine dentro del cine nos proporciona un engendro entre Cowboys & aliens y Dune, remedo de su música incluida, acompañado de su preceptivo tráiler y con un nuevo cameo fomentando su carácter de gamberrada cinematográfica. Y que no falten las explosiones, que ya las saludamos con la misma alegría con la que lo hacemos cuando vemos fuegos artificiales.

SIEMPRE NOS QUEDARÁ MAÑANA Bocas cerradas

Título original: C’è ancora domani
Italia 2023 118 min.
Dirección
Paola Cortellesi Guion Furio Andreotti, Giulia Calenda y Paola Cortellesi Fotografía Davide Leone Música Lele Marchitelli Intérpretes Paola Cortellesi, Valerio Mastrandea, Romana Maggiora Vergano, Emanuela Fanelli, Giorgio Colangeli, Vinicio Marchuioni, Francesco Centorame, Yonv Joseph, Raffaele Vannoli, Paola Tiziana Cruciani Estreno en Italia 26 octubre 2023; en España 26 abril 2024


Son pocas las películas protagonizadas por 
Paola Cortellesi que han sido estrenadas en España, la última fue Como pez fuera del agua en 2019. Sin embargo su celebrado debut como directora, un fenómeno de taquilla y crítica en su país, coronado con más de quince nominaciones al David de Donatello, ha llegado a nuestra pantallas con todos los honores y cierta expectación añadida. Se trata de una amable y bienintencionada crónica sobre la situación de la mujer en su país en los meses inmediatamente posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial, con las calles de Roma controladas por tropas norteamericanas y los derechos de las mujeres reducidos casi a la nada. Una situación que la inexperta realizadora maneja con cándida ingenuidad pero sin la profundidad exigible en la materia, si bien con considerable sentido del costumbrismo y huyendo del dramatismo con que se suele tratar habitualmente el tema.

Todos los temas relacionados con esta maltrecha situación de la mujer van apareciendo como si de un manual nítido y aseado se tratase, mientras los momentos más agrios y ásperos son dulcificados con un ramillete de canciones contemporáneas que aunque puedan resultar anacrónicas, sirven para entroncar lo que vemos en pantalla con lo que todavía sufren muchas mujeres incluso en el denominado primer mundo, especialmente la violencia de género y la brecha salarial. Canciones en las que no faltan los cantautores Lucio Dalla y Daniele Silvestri, que además provocan una serie de limitados números musicales que de alguna manera sirven para almibarar aún más tan trágicas situaciones. Cortellesi no encuentra sin embargo el tono justo, deambulando entre la comedia, el drama, el musical y el romance sin llegar a sintonizar lo suficiente con el esforzado público.

Dentro de su descarado academicismo, aunque pecando de una ambientación algo burda y descuidada, es en la recreación de sus cuadros más costumbristas, la manera de hablar en dialecto romano, los ademanes de la clase trabajadora y por extensión considerada vulgar, y las gracias de un glosario de personajes secundarios que no desprecian el cliché pero divierten de lo lindo, donde la película adquiere su mayor encanto. También su glorioso final con mensaje esperanzador incluido, merece el visionado de un film que al menos escapa del tipo de cine al que nos hemos ido acostumbrando en los últimos años.

lunes, 29 de abril de 2024

LO DE LA CARTUJA NO TIENE REMEDIO


Cada vez más degradada, como si hubiera sido reducida a escombrera o cultivo de yerbajos, la que una vez fuera orgullo de Sevilla y símbolo de su modernidad, ha ido viendo cómo la mala educación y la grosería imperante en la ciudadanía y la mala gestión y abandono de la administración, ha lastrado el paisaje de la Isla de la Cartuja hasta ir dejándolo hecho un infortunio. Ni la implantación de nuevas empresas, ni nuevos centros de ocio como el imponente Auditorio Cartuja Center, han remediado una situación que se viene denunciando desde que prácticamente acabaran los fastos del 92 y de la que ya nos hemos hecho eco anteriormente en estas mismas páginas.

Hay zonas absolutamente deterioradas, parcelas abandonadas y un sinfín de despropósitos que han convertido el legado de la Expo en una auténtica vergüenza, a pesar de lo cual sigue formando parte del circuito de los autobuses turísticos, mientras el otro legado, mucho mejor conservado, el de la Exposición Iberoamericana del 29, sufre el desprecio de estas rutas, flagrante desperdicio en el caso de la incomparable Avenida de la Palmera, que por mucho que se empeñlen en vilipendiar sus últimas intervenciones urbanísticas, mantiene todo su encanto y valor arquitectónico, mezcla de estilos que le han dado la suntuosidad que luce.


Pero sigue llamándonos la atención cómo paseos destinados a peatones y bicicletas siguen sufriendo la invasión incívica y desvergonzada de automóviles como si de aparcamientos se tratara, lo que sumado a la nula vigilancia y la pereza de autoridades, da como resultado una agresión urbanísitca y medioambiental impropia de una ciudad que se quiere ejemplo de patrimonio y cultura. Mi último paseo en bicicleta por las inmediaciones del Centro de Alto Rendimiento, ayer mismo domingo 28 de abril, se tradujo en estas fotos para el escarnio. Y temblamos ante la reapertura de Isla Mágica, cuando sus usuarios se sientan impunemente merecedores de invadir aceras y paseos, ante la desidia habitual de nuestras autoridades y la mala educación imperante en una sociedad sin remedio.

domingo, 28 de abril de 2024

INQUIETANTE META-FICCIÓN MUSICAL DE CÉSAR CAMARERO

Cómo subir una escalera sin peldaños. Foto-teatro musical de César Camarero con texto de Virginia Nogueira según el relato “A Shadow’s Life” de Stanley J. Reeve. Con Rocío de Frutos y la voz en off de Manolo Caro. Taller Sonoro: Jesús Sánchez Valladares, flauta; Camilo Irizo, clarinete; Alejandro Tuñón, violín; Mery Coronado, violonchelo; Ignacio Torner, piano; Baldomero Llorens, percusión. Cristian Valero, fotografías y video. Jaime Tuñón, sonido, edición de video y fotografía adicional. Coproducción del Espacio Turina y la Fundación Juan March. Espacio Turina, sábado 27 de abril de 2024


Sin algarabías, poco a poco nos estamos acostumbrando en esta ciudad a ser sede de importantes estrenos de algunos de nuestros compositores más reputados, y el Espacio Turina está siendo testigo de esta extraordinaria circunstancia. Su excelente programación musical, que trasciende nuestras fronteras provinciales y le erigen como punto de referencia ya en muchos lugares de la geografía española, está en grave peligro de regresión, y me temo que mucho lo vamos a lamentar. Pero de momento sigue con la programación diseñada cuando eran otros y otras, más comprometidas con la cultura de verdad y no la de los toros y la pandereta, quienes regían la ciudad. 
Sin embargo falta una mayor divulgación de sus contenidos para que propuestas como ésta cuenten con todo el respaldo del público y los profesionales del gremio que merecen.

Aunque el aforo del Espacio Turina mejoró sustancialmente con respecto al que vaticinaba su página web apenas unas horas antes, todavía fueron muchas las butacas que quedaron vacías frente a un espectáculo de este calibre, erigido por quien es hoy autor de referencia no sólo en nuestro país sino en el resto del mundo. El propio Espacio Turina se encargó de producir, junto a Taller Sonoro y la Fundación March, este interesante y novedoso espectáculo visual y musical en el que una larga y dinámica sucesión de fotografías hechas supuestamente con un móvil, se encargan de relatar una clásica historia de espionaje y persecución a una persona por no lugares de Sevilla y su entorno, combinando el centro con barrios periféricos, municipios de interior y playa o el Polígono Hytasa. Como en aquellas películas de cine negro en las que alguien encargaba a un detective perseguir a su esposo o esposa, o a un deudor o una amante, por poner algunos ejemplos.

Voz, imagen y banda sonora para una intriga sobre la realidad

Una voz en off, espléndido como siempre el actor sevillano Manolo Caro (La peste, Intemperie) va narrando a su cliente, el público mismo, sobre los avatares de dicha persecución, desvelando la rutina de una mujer que sólo de vez en cuando da pasos sospechosos, y cuyo eje fundamental es una conferencia grabada en video, que Rocío de Frutos interpreta con una dicción y un convencimiento loables en quien no está acostumbrada a estos menesteres. En dicha conferencia se desvela quizás la razón de ser de esta meta-ficción musical, que por un lado sería un sentido homenaje al padre del propio autor, Julio Camarero, periodista de sucesos que desveló al final de la dictadura la historia de Casimiro Feito, un pobre diablo perseguido injustamente que tuvo que vivir en la clandestinidad durante más de veinte años, adoptando una identidad y unas costumbres ajenas a las suyas propias.


Surge así la posibilidad de que todo lo que nos rodea, y nosotros mismos, sea una ficción, un teatro impostado en el que las influencias externas nos hayan conminado a crear una existencia que no es la nuestra propia y sincera. Y esa es la reflexión que esta intriga policiaca sin resolución nos invita a hacer incluso después de haber abandonado la sala, como las buenas películas
Su autor se permite salir en las fotografías como personaje misterioso que a su vez persigue a la pobre condenada, mientras un extraordinario trabajo de edición logra que lo grabado se alterne con fluidez y naturalidad con la fotografía hecha en directo y sobre la marcha al aparecer Camarero en la propia sala y el acontecimiento reflejarse también en la pantalla, logrando así un efecto mágico y a la vez cómico que persiste también durante toda la función.

Esta pequeña proeza técnica y otros aspectos tan bien acabados de la propuesta nos convence de que lo que estamos presenciando es un espléndido esfuerzo de equipo en el que por supuesto sobresale el impecable trabajo de Taller Sonoro, alma mater del proyecto, que traduce las líneas sinuosas, sostenidas e intrigantes, con ligeras inflexiones y puntuales progresiones dinámicas, la música de Camarero. Una partitura muy en su estilo y con clara vocación de profesional banda sonora al servicio de la imagen, a la que potencia e ilustra con el mismo esmero con el que todos y todas han diseñado este curioso y original trabajo cuyo estreno absoluto pudimos disfrutar anoche en una de esas raras ocasiones que corremos el peligro de perder cuando los lobos y las lobas reinantes se encarguen de polvorizar todo el esfuerzo realizado estos años atrás.

Todo un acierto el programa de mano con el libreto completo incluido, y el detalle de que Caro en su locución reprodujera los molestos sonidos de la tos y el plástico arrugado que tanto fastidia en conciertos y cines.

Fotografías: Cristian Valero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 27 de abril de 2024

RIVALES ¿Hablamos de tenis?

Título original: Challengers
USA 2024 131 min.
Dirección
Luca Guadagnino Guion Justin Kuritzkes Fotografía Sayombhu Mukdeeprom Música Trent Reznor y Atticus Ross Intérpretes Zendaya, Josh O’Connor, Mike Faist, Darnell Appling, Nada Despotovich, Joan Mcshane, Hailey Gates Estreno en Estados Unidos y España 26 abril 2024

No son muchas las películas ambientadas en el mundo del tenis. Recientemente podemos citar El método Williams, Borg/McEnroe y La batalla de los sexos, mientras algunas de las más memorables han tocado el tema de manera tangencial para ilustrar una trama criminal, como es el caso de las espléndidas Extraños en un tren y Match Point. Para que este deporte sirva de telón de fondo a una historia romántica o sentimental, nos tenemos que remontar a 1979 con la fallida y rematadamente cursi Pasiones en juego (Players), que tenía como protagonistas a Ali McGraw y el malogrado hijo de Dean Martin, así como una bonita banda sonora de Jerry Goldsmith. 
Guadagnino, cuya nueva adaptación de Retorno a Brideshead para la televisión permanece inédita y prácticamente abandonada, combina ahora la comedia veladamente sexual con este deporte, ofreciendo un espectáculo moderno y sensual, aunque también algo impostado y pretencioso. Parte para ello del guion primorosamente urdido por el debutante Justin Kuritzkes, que pronto estrenará también para el director italiano la adaptación de la novela Queer de William S. Burroughs.

Rivales tiene también algo de queer o gay en su revisión de las relaciones sentimentales, afectivas y abiertamente sexuales, triunfando en su primera mitad, tras una elocuente presentación de los personajes, dos amigos íntimos que luchan por hacerse un hueco en la disciplina, y una jugadora muy prometedora de la que ambos se enamoran, de ahí el título, que también hace referencia (en inglés) al torneo de categoría menor ATP Challenger Tour, imprescindible como trampolín de entrada en la competición profesional de primer orden. Es en el carisma de estos tres personajes, la música dinámica y electrizante de Trent Reznor y Atticus Ross, dos veces ganadores del Oscar (por La red social y Soul) y el virguero trabajo de fotografía de Sayombuhu Mukdeeprom, donde radica gran parte del atractivo de esta cinta. Otra cosa es su muy discutible montaje, con continuos pasos adelante y atrás en el tiempo que a veces enturbian un poco su trasparencia narrativa. También Guadagnino se esmera en dotar de energía esta primera parte bañada por un espíritu inconfundible de comedia ligera y que contiene secuencias tan estimulantes como el menage a trois de sus protagonistas absolutos. Pero a poco más de media hora del final esta atmósfera distendida se va diluyendo y dando paso a cierto tedio que se traduce en reiteración de episodios y emociones, dilatación de escenas, especialmente la última a fuerza de cámara lenta, y algo de pereza tanto en su director como en el espectador y la espectadora, que ya no encuentra puntos de conexión con lo que se cuenta.

Zendaya revalida su trabajo de actriz de carácter, hace algunos años ensayado en Malcolm & Marie, tras convertirse en la reina del cine adolescente y juvenil con sus intervenciones en Spider-Man y Dune. Pero su personaje redunda en ese carácter misógino del que nadie parece darse cuenta, que repite clichés en los que la mujer vampiriza, controla y domina a su gusto, cual bruja moderna que acaba quemada en la hoguera. Mientras, Josh O’Connor (La quimera, Tierra de Dios) le gana la partida a Mike Faist (Riff en West Side Story) con su sonrisa socarrona y sus ademanes canallas.

viernes, 26 de abril de 2024

THE PALACE El baile del efecto dos mil

Italia-Suiza-Francia-Polonia 2023 100 min.
Dirección
Roman Polanski Guion Roman Polanski, Jerzy Skolimoski y Eva Piaskowska Fotografía Pawel Edelman Música Alexandre Desplat Intérpretes Oliver Masucci, Fanny Ardant, John Cleese, Joaquim de Almeida, Mickey Rourke, Milan Peschel, Luca Barbareschi, Browyn James, Fortunato Cerlino, Luisiana Kornuta Steffen, Danny Exnar, Irina Kastrindis, Ilia Volok, Felix Mayr, Sydne Rome Estreno en el Festival de Venecia 2 septiembre 2023; en Italia 28 septiembre 2023; en España 26 abril 2024

En su última película, Polanski se ríe de todo y de todos y todas, por eso sorprende tanto que haya calado tan mal en la crítica, que la ha vapuleado hasta la náusea. Hacía tiempo que el director de El oficial y el espía no realizaba una comedia, género que sólo ha cultivado en dos ocasiones anteriores, El baile de los vampiros y ¿Qué?, esta última por cierto protagonizada por Sydne Rome, que aquí tiene una pequeña intervención. Hay una tercera ocasión, pero combinada con aventuras, en Piratas. Entroncando más con el espíritu de la primera de las citadas, The Palace narra una fiesta de fin de año por todo lo alto en un hotel de lujo extremo, con la particularidad que recibe el año 2000 y su profético efecto convulso. Y cierto es que si los tan temidos efectos esperados no se produjeron, cabe a un cuarto de siglo del acontecimiento convenir que el siglo XXI ha venido cargado de desgracias y desatinos. Muchos de ellos se apuntan en esta delirante y a ratos divertidamente grotesca película.

La riqueza de los rusos, el advenimiento de Putin como sustituto nefasto de Yeltsin, la revolución de la cirugía estética y sus aterradoras consecuencias, los delirantes caprichos de los más ricos, la corrupción, el extremismo islámico, la afición por el porno y otras lindezas con las que hemos tenido que convivir en estas últimas décadas, se dan cita en una película que en realidad no quiere más que jactarse de todo, divertirse y entretener y ofrecer un desfile de freaks tan espeluznante como hilarante, y para eso están actores híper retocados como Mickey Rourke o personajes tan sorprendentes como el que interpreta John Cleese. La vena cómica de un Polanski que recupera el espíritu de El baile de los vampiros convenientemente actualizado, converge aquí con la fauna apuntada en El triángulo de la tristeza, mucho más grotesca y con bastante peor gusto y sin embargo catapultada al éxito por los mismos que defenestran ésta por idénticos motivos.

Con un guion co-escrito por Jerzy Skolimowski, el reputado director de cintas como la reciente EO, sesenta años después de firmar juntos en el guion de la primera película de Polanski, El cuchillo en el agua, cabe apreciar también en la cinta la estética heredada de Wes Anderson, con más propósito sin duda que casualidad. Pero sobre todo cabe divertirse y reír a gusto con los continuos toques de slapstick que rezuma el espectáculo, y una fiesta digna de Blake Edwards en la que suenan versiones excelentes de éxitos del momento a cargo de los grupos y solistas que amenizan los imperdonables comportamientos de una fauna harta de auténtico caviar ruso y envejecido champán francés.

RABOS: EL MUSICAL Una pamplina grosera y absurda

Título original: Dicks: The Musical
USA 2023 86 min.
Dirección
Larry Charles Guion Aaron Jackson y Josh Sharp, según su musical “Fucking Identical Twins” Fotografía Michelle Lawler Música Marius DeVries Canciones Aaron Jackson, Josh Sharp y Karl Saint Lucy Intérpretes Aaron Jackson, Josh Sharp, Nathan Lane, Megan Mullally, Megan Thee Stallion, Bowen Yang Estreno en el Festival de Toronto 7 septiembre 2023; en Estados Unidos 20 octubre 2023; en España 26 abril 2024


Después de echarle tantos laureles a la productora A24, no nos queda más remedio que mostrar nuestra enorme decepción ante su debut en un género tan querido por nosotros como es el musical. Esta absurda e infame película se basa en un espectáculo off Broadway estrenado en 2015 con Aaron Jackson y Josh Sharp como responsables absolutos, en el que partiendo de la trama familiar por antonomasia que ofrecía Disney en Tú a Boston y yo a California, se planteaba la disparatada odisea de dos hermanos supuestamente idénticos por conciliar a sus padre y madre divorciados, con obstáculos tan graves como que él era gay y ella tenía una vulva portátil y voladora.

Se erige como insolente y obsceno musical de celebración queer con mucho color y apuesta por el amor sin fronteras ni diferencias, del homosexual al incestuoso pasando por el más friqui hacia unos pequeños monstruos. Ya es indicativo de lo que vamos a encontrar en la cinta su propio título, si bien genitales y pechos es lo único que se ahorra, dado el habitual puritanismo norteamericano ante el cuerpo humano.

Pero aún lo es más que de la empresa se haya encargado el director de Borat, Bruno y El dictador, aunque también de un documental sobre Larry David, cómico archifamoso en Estados Unidos por crear Seinfeld y Curb Your Enthisasm, además de protagonizar Si la cosa funciona de Woody Allen. El resultado es una pamplina premeditadamente grosera con apenas un par de canciones dignas y unas aseadas coreografías, todo ello teñido de un mal gusto exagerado a propósito, lo que podría no impedir que en un futuro no lejano acabe convirtiéndose en una película de culto.

lunes, 22 de abril de 2024

LA QUIMERA El descanso eterno

Título original: La chimera
Italia-Francia-Suiza 2023 130 min.
Dirección
Alice Rohrwacher Guion Alice Rohrwacher, Carmela Corvino y Marco Pettenello Fotografía Hélène Lovart Intérpretes Josh O’Connor, Carol Duarte, Vincenzo Nemolato, Isabella Rossellini, Alba Rohrwacher, Lou Roy-Lecollinet, Giuliano Mantovani, Gian Piero Capretto, Melchiorre Pala, Ramona Fiorini Estreno en el Festival de Cannes 26 mayo 2023; en Italia 23 noviembre 2023; en España 19 abril 2024


En su línea habitual y con un sello ya inconfundible, la realizadora italiana Alice Rohrwacher vuelve a combinar realidad y sueño en una tan estimulante como entretenida fábula sobre esa conexión entre los vivos y los muertos que parece dar sentido a nuestra existencia. La quimera del título consiste en reencontrar el amor fenecido y lograr mediante el expolio de tumbas milenarias una riqueza que permita retirarse y disfrutar de una vida sin complicaciones. Todo ello en un entorno muy familiar a la personal directora, entre gente marginada y bohemia que sobrevive en espacios efímeros e inmuebles ocupados, creando así cierta reflexión sobre el concepto de bien común y bien patrimonial.

La cinta se bifurca de hecho entre los conceptos de usurpación y patrimonio, tráfico ilegal de obras de arte y profanación del sueño de los muertos, ocupación de bienes inmuebles abandonados y falta de un mínimo para subsistir, conservación de un patrimonio y rapiña del mismo por la familia… en lo que se revela como una suerte de análisis del capitalismo a ultranza y utilización del bien común como forma de paliar las consecuencias de una grave crisis económica y humanitaria. Pero nada de esto sufre un tratamiento panfletario, sino más bien de carácter poético, dirigido a convertir en cuento una realidad preocupante en la que las personas humildes buscan un espacio en un mundo deshumanizado. El rico muestrario de personajes que van de los ladrones de tumbas al vagabundo enamorado, pasando por la señora decadente pero generosa y la joven idealista, cruzan sus vidas e ideas para conformar un paisaje tan evocador como entrañable en el que las palabras fluyen de forma tan ingeniosa como divertida.

Habitual del Festival de Sevilla, la cada vez más interesante directora de El país de las maravillas y Lázaro feliz, logra su película más amable y distendida, donde la conexión entre la vida y la muerte se hace más poética y patente. Su trabajo le ha proporcionado la Espiga de Plata en Valladolid y el galardón al mejor diseño de producción en los Premios Europeos del Cine, tras su presentación en el Festival de Cannes del año pasado.

domingo, 21 de abril de 2024

CIVIL WAR La guerra en casa

Reino Unido-USA 2024 109 min.
Guion y dirección
Alex Garland Fotografía Rob Hardy Música Ben Salisbury y Geoff Barrow Intérpretes Kristen Dunst, Wagner Moura, Cailee Spaeny, Stephen McKinley Henderson, Jesse Plemons, Nick Offerman, Nelson Lee, Jefferson White Estreno en Estados Unidos 12 abril 2024; en España 19 abril 2024

Sólo una semana después de Sangre en los labios asistimos al estreno de una nueva e interesante producción de A24, esta vez centrada en los estragos de una guerra similar a aquellas de las que estamos siendo testigos en esta década, pero con la particularidad de desarrollarse en Estados Unidos. El país que más guerras provoca y en las que más se involucra, generalmente para dar salida a su primera industria y la que más le asegura su predominio en la economía y el control del mundo, la armamentística, se ve inmerso en esta fantasía bastante creíble en un conflicto en primera persona y en su propio territorio. Las causas y las consecuencias apenas importan a su director y creador, Alex Garland (Ex Machina, Men), que se limita a generar una serie de peripecias a cual más inquietante e incómoda, las que encuentran a su paso un grupo de periodistas y fotógrafas en camino a la Casa Blanca antes de que lleguen allí las fuerzas subversivas y beligerantes provenientes del oeste americano.

Está claro que Garland basa su idea en el asalto al Capitolio de hace unos años, que ni siquiera parece rendirle cuentas a su principal provocador, el que sin duda será de nuevo próximo presidente del controvertido país. Pero es aún más cierto que el realizador basa sus temores y su resolución estética en los informativos que a diario invaden nuestra vida doméstica, con escenas irrespirables e inexplicables en Gaza y Ucrania, con miles de civiles inocentes muriendo a diario. Por este motivo esta no es una película de destrucción masiva al estilo de Marvel y similares, sino una inasumible recreación de lo que la realidad trae hasta nuestros hogares a diario, mientras intentamos permanecer al margen y hacemos como si nada ocurriese, aunque en realidad estemos acelerando nuestras necesidades y anhelos por si no hay un mañana. Todo esto da a la película una entidad propia y una importancia relevante, mientras en cuestión de narrativa asistimos a una concatenación de episodios que ponen nuestra capacidad de resistencia al límite, por lo que si notamos que al salir del cine tenemos la cara enrojecida, probablemente sea de lo mucho que nos la hemos pellizcado.

Al buen resultado de la función contribuye el impecable trabajo de su cuarteto protagonista, con una Kirsten Dunst de expresión permanentemente agria y consecuentemente triste, el sufrimiento de sus compañeros, el brasileño Wagner Moura y el veterano Stephen Henderson, así como la avidez teñida de intrepidez y terror manifiesto de Cailee “Priscilla” Spaeny. La precisa puesta en escena, sus calculados efectos visuales concebidos para dar realismo más que espectacularidad a la empresa, y un buen puñado de canciones marca del espíritu de un pueblo que ve cómo sus peores pesadillas se hacen realidad, completan el buen acabado de esta implacable cinta.

jueves, 18 de abril de 2024

MANCINI CUMPLE CIEN AÑOS


El pasado martes 16 de abril cumplió cien años Henry Mancini, y el próximo 14 de junio  hará treinta que nos dejó. Por lo mucho que ha representado para nosotros, que hemos seguido su carrera con devoción y escuchado su música con deleite, no podíamos dejar la oportunidad de dedicarle unas palabras de sentido homenaje y sincero agradecimiento. Ya entonces, cuando falleció, le dedicamos cuatro programas en Radio Aljarafe, donde por aquel entonces realizaba un programa de cine con su gemelo sobre bandas sonoras. Repasamos toda su carrera cinematográfica con el material con el que por entonces contábamos, fundamentalmente el catálogo de RCA Victor con el que grabó muchas de sus bandas sonoras convenientemente arregladas para disfrute doméstico en discos de vinilo que apenas superaban los treinta minutos de duración. Empezaban también a proliferar por aquella época recopilatorios de su música grabadas por él mismo al frente de la Mancini Pops o la Royal Philharmonic, además de un impresindible disco en el que Erich Kunzel se contenía un poco para ofrecer lo mejor del compositor con toda la elegancia que su música requiere, dirigiendo la Cincinnati Pops y los coros del propio Mancini. Precisamente sus coros han sido marca de la casa, y aunque ese estilo armónico y contrapuntístico de entonar las canciones no lo inventó él, ya sonaban así por ejemplo en La colina del adiós de Fain y Webster o en El Álamo de Tiomkin y Webster, no cabe duda de que él les imprimió un estilo muy particular y perfectamente reconocible para cualquier aficionado o aficionada.


Desde aquel ya lejano 1994 son muchas las bandas sonoras de Henry Mancini que han conocido una edición más completa y fiel al original, de forma que las clásicas grabaciones de Desayuno con diamantes, Charada, Hatari o Dos en la carretera conviven hoy con sus ediciones extraídas directamente de las bandas de sonido de las películas, con mayor duración y los temas principales sometidos a un sinfín de variaciones. En este tiempo incluso se han editado bandas sonoras que permanecían inéditas, con sólo sus temas principales grabados por el propio Mancini y su orquesta. Es el caso de la imprescindible Días de vino y rosas o de Momento a momento, un mediocre thriller romántico de Mervyn LeRoy protagonizado por Jean Seberg del que sólo contábamos con su tema principal a piano y orquesta, y con coros sólo en la versión de Kunzel.

Otras bandas sonoras míticas de su catálogo permanecen inéditas, como Querido corazón o Su juego favorito, teniéndonos que conformar con sus temas principales regrabados para los recopilatorios que Mancini editaba frecuentemente alternando temas propios con otros de colegas de profesión como Francis Lai, Michel Legrand o Nino Rota. Pero el caso más flagrante es el de la canción Life in a Looking Glass, que casi cuarenta años después de ser nominada al Oscar por la película semiautobiográfica de Blake Edwards Así es la vida, la versión original cantada por Tony Bennett sigue inédita. El estilo Mancini, con esa proverbial forma de trabajar el contrapunto y la armonía, perceptible en la melodía acompasada con un toque melódico y tonal alternativo para potenciar la elegancia de la partitura, caló también en otros compositores como Neal Hefti, Quincy Jones e incluso un incipiente Johnny Williams, que había trabajado con Mancini en sus primeras grabaciones, antes de encontrar su propia voz inspirándose en el sinfonismo del Hollywood clásico.

Como tantos otros compositores, el estilo de Mancini fue resultado de su bagaje cultural y profesional. La escuela de composición ligera norteamericana, con Gershwin, Porter, Berlin, Kern y Rodgers a la cabeza, influyó considerablemente en el suyo propio, así como su trabajo junto a Glenn Miller y su orquesta, lo que le propició arreglar varios de sus temas para el biopic que protagonizó James Stewart en 1954, Música y lágrimas. Su trabajo para películas de terror y fantasía de bajo presupuesto que tanto proliferaron en el cine de los cincuenta inspirado por la amenaza nuclear, le permitió cultivar ese estilo sinfónico que también dominó pero que pronto abandonaría para adaptarse el lenguaje televisivo. Aquellos trabajos sinfónicos, a la sombra de los maestros resposables de los estudios Herman Stein y Hans J. Salter, en películas como La mujer y el monstruo o Tarántula, fueron recuperados en un disco titulado Mancini in Surround, mientras su estilo sirvió al autor para enfrentarse ya en los ochenta a trabajos tan exóticos como Lifeforce o Santa Claus.


Huelga decir lo mucho que representó para su carrera y reconocimiento conocer a Blake Edwards y entablar a raíz de esta colaboración una amistad inmarchitable con Julie Andrews. Ella y Audrey Hepburn definieron a la perfección su música y estilo, especialmente la protagonista de Mary Poppins, para quien compuso sus dos únicos musicales, Darling Lili y ¿Víctor o Victoria?. El fracaso del primero contrasta doce años después con el éxito del segundo, que propició incluso su único salto a la escena de Broadway. Por cierto, nuestra ciudad, que nunca logró que el compositor se asomara a ella aunque fuese a propósito de los añorados Encuentros de Música de Cine, inspiró The Shady Dame from Seville, que entonaba primero Julie Andrews y más tarde, en clave cómica, Robert Preston. Pero no fue la única ocasión en que el músico citó la ciudad, que un año después compondría unas sevillanas mal entendidas para La maldición de la pantera rosa.

Dicen que Blake Edwards se interesó por Mancini a raíz de la impresión que le causó su música para Sed de mal de Orson Welles, uno de los ejemplos más evidentes de la influencia del jazz en el cine, aunque la suya siempre fue en un tono tímido, ligero o quizás mestizo en consonancia con Un tranvía llamado deseo de Alex North o El hombre del brazo de oro de Elmer Bernstein, en lugar del más puro ejercido por Duke Ellington en Anatomía de un asesinato o Miles Davis en Ascensor para el cadalso. Mancini reinventó a su manera el foxtrot y la bossa nova en los sesenta y el soul en los setenta, con puntuales incursiones en el country. Lo cierto es que Edwards contó con él para sus series de televisión Peter Gunn y Mister Lucky, a las que siguió el largometraje de ambiente estudiantil protagonizado por Bing Crosby High Time. Pero los productores todavía no confiaban en el joven Mancini y encargaron la canción principal, The Second Time Around,  a Sammy Cahn y James Van Heusen, autores de las exitosas Love Is the Tender Trap, All the Way o High Hopes, a la mayor gloria de Frank Sinatra.

Mancini tendría que esperar a 1961 para encargarse de la partitura completa, canción incluida, de Soltero en el paraíso de Jack Arnold, y sobre todo Desayuno con diamantes, que le reportó dos Oscars a la mejor banda sonora y mejor canción por la icónica Moon River. Edwards sólo prescindiría de Mancini en cuatro ocasiones, Dos hombres contra el oeste, con música de Jerry Goldsmith, Diagnóstico asesinato de Roy Budd, La semilla del tamarindo de John Barry y Micki y Maude de Lee Holdridge con canción de Michel Legrand. El resto cuenta con puntales fundamentales, además de las ya mencionadas, como la saga de La pantera rosa, La carrera del siglo y El guateque. Sus colaboraciones con Howard Hawks, especialmente Hatari, para la que compuso el popular Baby Elephant Walk, Stanley Donen, precisamente centenario dos días antes que Mancini, con Arabesco intentando emular el éxito de Charada, y Vittorio de Sica contribuyendo en gran medida a hacernos llorar con la trágica historia de amor protagonizada por Sofia Loren y Marcello Mastroianni en Los girasoles, son otros de los trabajos memorables del compositor.


Nunca abandonó la televisión, para la que en los setenta ilustró las aventuras de Sam Cade, El caballero de azul, los detectives agrupados bajo el título de Misterio o el pequeño relato Traficantes de dinero. Y en los ochenta volvió a triunfar con la banda sonora de El pájaro espino y los glamurosos temas principales de Hotel y Remington Steele. Pero volvemos a 1979 para terminar con una secuencia inimitable, la de Dudley Moore conduciendo su Mercedes descapotable al son de He Pleases Me en la voz de Julie Andrews por las soleadas y costeras carreteras de Los Angeles, admirando la juventud circundante antes de reparar en la deslumbrante belleza de Bo Derek acudiendo en un Rolls Royce a la iglesia bajo el velo de novia, mientras el tema acentúa su potencia con un elocuente crescendo. Se trata por supuesto de 10, la mujer perfecta, trabajo que ejemplifica a la perfección el universo de Blake Edwards y su particular visión del sexo y la madurez, donde el Bolero de Ravel no conseguía eclipsar la magnífica banda sonora de Mancini, incluyendo otros dos temas estelares, It's Easy to Say y Don't Call It Love, el primero, como la banda sonora, nominado al Oscar. Un film excelente no suficientemente reconocido que ejemplifica a la perfección el mundo elegante y sofisticado al que Mancini puso música de la forma más extraordinaria y placentera posible.

miércoles, 17 de abril de 2024

SANGRE EN LOS LABIOS Excelente manifiesto anti heteropatriarcado

Título original: Love Lies Bleeding
Reino Unido-USA 2024 104 min.
Dirección
Rose Glass Guion Rose Glass y Weronika Tofilska Fotografía Ben Fordesman Música Clint Mansell Intérpretes Kristen Stewart, Katy O’Brien, Ed Harris, Dave Franco, Jena Malone, Anna Baryshnikov Estreno en el Festival de Sundance 20 enero 2024; en Estados Unidos 8 marzo 2024; en España 12 abril 2024

Hubo un tiempo, alrededor de los 60 y los 70 del siglo pasado, en que había una impresión generalizada de que hablar de una película de United Artists, la famosa productora que fundaron artistas como Charles Chaplin y Mary Pickford en los veinte, era sinónimo de calidad. Lamentablemente aquella productora hace mucho que desapareció. Hoy ocurre algo parecido con A24, que desde su apoyo a los muy personales trabajos de Ari Aster se ha labrado un halo de excelencia que poco a poco corroboran si no todos los proyectos en los que participa, sí un porcentaje muy significativo. Algo así sucede con este inquietante e intenso thriller romántico, segundo largometraje de la joven realizadora británica Rose Glass, curtida en el largometraje con personajes muy obsesivos y relaciones harto tóxicas, y bautizada en el largometraje con un trabajo que ya forma parte de ese cine de culto tan celebrado por algunos sectores del público y la crítica, Saint Maud.

Una estupenda y entregadísima Kristen Stewart protagoniza junto a la vigoréxica Katy O’Brien una trágica historia de amor y redención en la que la segunda representa la adicción y sus terroríficos resultados, mientras la primera es esa persona cuyo sentido de la responsabilidad y justicia le llevarán por caminos también muy marcados por el destino y la tragedia. Junto a ellas Ed Harris renace como villano de aspecto diabólico cuyo particular ejercicio de la paternidad marca todo el mensaje de una cinta que no oculta su vocación de análisis de una situación que igual se daba en esos finales de los ochenta en los que se ambienta la cinta que ahora, el heteropatriarcado y sus nefastas consecuencias para una mujer que si no toma las riendas y actúa según su instinto, acaba sucumbiendo a un sistema que la anula casi por completo.

Rodada en los alrededores de Alburquerque, no en vano una de las ciudades más violentas de los Estados Unidos, aquí la sangre, la muerte y la mutilación se justifican y dan sentido a una historia donde el placer de matar, el tráfico de armas, y el maltrato de género pertenecen al hombre, mientras la violencia generada por la mujer responde a un sentido de la supervivencia y la justicia que la hace más reconocible y de alguna manera justificada. Glass conoce el oficio de la narración y la gramática visual, mientras el guion manifiesta una precisión extraordinaria y sus personajes una solidez rotunda, a lo que la fotografía de Fordesman y la música de Mansell se ajustan como un guante, provocando que nos encontremos ante uno de los thrillers más absorbentes de la temporada.

lunes, 15 de abril de 2024

MONKEY MAN Con traje y a mamporros

USA 2024 120 min.
Dirección
Dev Patel Guion Dev Patel, Paul Angunawela y John Collee Fotografía Sharone Meir Música Jed Kurzel Intérpretes Dev Patel, Pitobash, Sharlto Copley, Vipin Sharma, Sikander Kher, Sobhita Dhuliwala, Ashwini Khalsekar, Adithi Kalkunte, Makrand Deshpande, Brahim Achabbakhe Estreno en Estados Unidos 5 abril 2024; en España 12 abril 2024

Con una fructífera filmografía como actor a sus espaldas, que incluye éxitos como Slumdog Millionaire, El exótico Hotel Marigold y Lion, Dev Patel salta a la dirección con esta violentísima película aplaudida por la nueva generación de críticos que parece poco o nada tenga que ver con quienes hemos sobrepasado la cincuentena y nos hemos educado con un tipo de cine más sensible y emocional. Y lo peor es que combina todo un arsenal de tremendas peleas cuerpo a cuerpo, tiroteos, explosiones y agresiones con arma blanca dirigidas a provocar grandes hemorragias, con un mensaje de denuncia y concordia que abarca la corrupción política, la especulación, la esclavitud sexual, la represión y la tremenda brecha económica entre los más poderosos y la gente más pobre y humilde en la que se pretende una moderna India. 

Pero lo cierto es que todo huele más a John Wick, como bien han apuntado algunos cronistas, personaje al que jamás hemos prestado el más mínimo aprecio, pero que vendido ahora como vengador de las clases sociales más oprimidas, no lo cuelan cuando en realidad se nos obliga a sufrir escenas destinadas a plasmar el más absoluto desprecio por la vida humana, con escenas de acción por supuesto magníficamente coreografiadas, aunque tan lejos de la realidad como lo pueda estar cualquier título sobre extraterrestres.

Entre sus lindezas y tópicos nos enfrentamos a una larga y difícil destrucción del villano por parte de quien apenas con un golpe es capaz de vencer a temibles contrincantes en el ring de la lucha libérrima, la recurrente lucha uno a uno con todo un ejército de mercenarios, y la impunidad de quien tras esconderse un tiempo resurge en el mundo de la lucha preparada sin que su libertad se resienta de ello. Menos mal que entre tanto despropósito, hay algún guiño simpático, como ese ejército de drag-queens luchadoras, todo ello siempre en inglés, que para eso se trata de una producción estadounidense y al fin y al cabo India fue durante mucho tiempo la más preciada colonia británica.

EL SALTO Lejos de la peste que dejamos

España 2024 90 min.
Dirección
Benito Zambrano Guion Flora González Villanueva Fotografía Álex de Pablo Música Pascal Gaigne Intérpretes Moussa Sylla, Edith Martínez Val, Nansi Nsue, Eric Nantchouang, Ali Useni, Vicenta N’Dongo, Vicky Peña, Mari Paz Sayago, Mariola Fuentes, Norberto Trujillo B. Estreno en el festival de Málaga 3 marzo 2024; en salas 12 abril 2024

Aunque sólo fuera por sus valores estrictamente cinematográficos, el sexto largometraje de ficción de Benito Zambrano ya merecería nuestro respeto. Está bien narrada, con un guion si se quiere didáctico pero muy preciso, con buenas interpretaciones de un elenco prácticamente novel y desconocido de quienes en su mayoría han sufrido las vicisitudes que se narran en la película, y trabajos extraordinarios de algunas de sus secundarias, especialmente Vicky Peña pero también Vicenta N’Dongo, y cuenta con una gramática fluida y bien orientada a provocar ese terror que hoy albergan estas historias y no las tan ingenuas que se empeñan en hacernos sufrir con demonios, fantasmas y antiguas maldiciones. Pero es en sus valores puramente humanitarios, en su denuncia de una situación insostenible y a todas luces injusta, donde parece escocer a quienes sistemáticamente se han entregado a vapulearla y estigmatizarla, que son mayoría.

Zambrano se lanza al espinoso tema de la inmigración ilegal proveniente de África, y muy concretamente al polémico salto criminal de la ignominiosa y vergonzante valla que separa Marruecos de Melilla, a través del drama de un sin papeles que es expulsado de España justo cuando está a punto de formar una familia y espera un hijo, lo que le obliga a probar el tan temido regreso con todas sus nefastas consecuencias. El director de Intemperie no cae en la tentación de poblar su película de personajes malvados y despiadados que potencien el sufrimiento de quienes buscan esa vida mejor que todas las personas merecemos. Más bien presta una especial atención a quienes ayudan, quienes dedican su vida a resolver los miles de problemas que acucian a estas personas que huyen del hambre, la guerra, la represión y todo aquello que germinó tras la semilla que dejó nuestro paso por sus tierras en favor de nuestro mayor provecho. Se trata de no mirar hacia otro lado, y todos los esfuerzos son pocos para lograrlo aunque sólo sea un poco.

Con su proverbial sensibilidad, el director sevillano nos pellizca el corazón con sus nobles personajes, también con sus atribulados letrados y letradas, médicos y religiosas que dedican todo su esfuerzo a paliar el sufrimiento de tanta gente inocente a quienes los informativos apenas dedican alguna atención sólo cuando la odisea acaba justamente en tragedia, ya sea a bordo de una patera o por las heridas infligidas por las terribles concertinas o los indiscriminados y crueles golpes de las fuerzas de seguridad. De nuestra seguridad, para mantenernos alejados de la peste que respiran los sufridos herederos de toda la basura que dejamos en las criminales colonias de antaño y que han posibilitado ese bienestar del que tanto presumimos y consideramos fruto de nuestro esfuerzo. Si sólo fuésemos capaces de compartirlo aún al precio de prescindir de parte del nuestro, la humanidad y la tan necesaria convivencia lo agradecería. Pero para eso son muchas las leyes que hay que cambiar, y alguien se empeña en convencernos de que no merece la pena hacerlo.

sábado, 13 de abril de 2024

DUELO Y MAGIA EN EL NOVENO DE LA ROSS

9º concierto de abono Ciclo Gran Sinfónico de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Marc Soustrot, dirección. Programa: Kindertotenlieder, de Mahler; Sinfonía nº 4 en Mi bemol mayor WAB 104 “Romántica”, de Bruckner. Teatro de la Maestranza, viernes 12 de abril de 2024


No podemos considerar que emparejar en un mismo programa a Mahler y Bruckner sea el colmo de la originalidad, pero es cierto que hay más de un punto de conexión entre ambos genios. El noveno programa de abono del ciclo Gran Sinfónico de la ROSS estuvo dedicado al segundo de estos compositores, cuando se cumplen doscientos años de su nacimiento, efemérides que en otras plazas se celebra de manera más generosa, pero que al menos no ha pasado desapercibida en la nuestra. Celebrarlo con la Cuarta se revela harto oportuno, tratándose de su pieza más popular, por encima incluso de la también recurrente Séptima
Cada genio suele ser un eslabón en la cadena del arte, consecuencia de otro anterior y precedente del que le sigue. En el caso de Bruckner, podríamos considerar a Wagner y Mahler esos dos extremos entre los que se sitúa su magnífica y opulenta música, majestuosa pero a la vez sensible y tan sincera. Maridar la Romántica con las tristísimas canciones que Mahler compuso a partir de los poemas que Rückert dedicó a los niños muertos, sirvió como perfecto contraste entre el dolor y la exaltación de la naturaleza y la vida, y Soustrot supo muy bien destacar estos aspectos antagónicos en una muy cuidada dirección de ambas partituras, contando para ello con una plantilla que sigue exhibiendo su mejor faceta en esta jubilosa temporada.

La soprano anglo germana Sarah Wegener acertó en proyección y sobre todo en expresividad, pero su voz aguda bien timbrada se quedó corta; le faltó peso y ese grosor que una voz de registro más grave es capaz de aportar a unas canciones tan desesperadas. Exhibió además una voz tremolante en algunos pasajes, pero se esmeró en dotar de una fuerte expresividad, siempre en tono muy apesadumbrado, a estas canciones con las que algunos no pudimos evitar pensar en la incomprensible e inasumible violencia vicaria que estamos sufriendo durante este todavía incipiente 2024. Niños enfermos y desaparecidos que en las letras del poeta alemán parecían vislumbrar aquellos otros asesinados por sus propios padres, y que dotaron la experiencia de un dolor extremo, acentuado por el muy delicado acompañamiento de Soustrot al mando de una orquesta nítida, de sonido aterciopelado y cierta tendencia a la contención sólo interrumpida por puntuales subidas de tensión. Wegener estuvo en todo momento muy concentrada, aunque sin llegar a provocar esa catarsis emocional que demandan los momentos más trágicos. Acusó además cierta dificultad en los cambios de registro, al carecer del color adecuado en los pasajes más graves. Aplaudimos que se proyectaran los textos para su conveniente seguimiento.

Una catedral con cimientos sólidos

Hubo magia desde el inicio en la versión que nos brindó Soustrot de la Sinfonía nº 4 de Bruckner, siempre desde la elegancia que caracteriza su forma de dirigir y de la claridad que supo imprimir a una orquesta de nuevo en modo solemne y espectacular. Tras la extenuante Novena de Mahler de la semana pasada, atreverse ahora con otra sinfonía mastodóntica y salir tan airosos, merece todos los elogios a una orquesta que sigue siendo motivo de orgullo para todos y todas las melómanas sevillanas. La magia brotó ya con el movimiento inicial y sus calladas y relucientes cuerdas abriéndose camino antes de resultar más distendida y afable que exactamente fúnebre en el andante, y desde luego que deslumbrar con unos metales resplandecientes en el popular scherzo, hasta llegar al imponente crescendo final sin síntomas de agotamiento, ni siquiera tratándose de la segunda entrega de tan comprometedor programa.


Soustrot logró que la orquesta mirase al pasado más con devoción que con nostalgia, erigiendo esta monumental obra con cimientos muy sólidos y una muy acertada cohesión orgánica, todo ello bañado con esa luz mística tan apropiada para la empresa. Una vez más tuvo mucho que ver en el éxito la robustez de la cuerda grave, con pasajes en los violonchelos y las violas absolutamente deslumbrantes y evocadores, y especial mención para unas trompas exultantes dentro de un trabajo técnicamente impoluto de los metales. Se nota que hay mucha conexión y compenetración con el maestro francés.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 12 de abril de 2024

MARTYNA PASTUSZKA Y UN PUÑADO DE JÓVENES INVITADOS DE LA BARROCA

Temporada 2023/2024 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Martyna Pastuszka, violín y dirección. Programa: Suite nº 1 en Re mayor “Eusebia” y Sonatas nº 5 en Sol mayor y nº 4 en mi menor, de Muffat; Concerti Grossi Op. 6 nº 4 en Re mayor y nº 10 en Do mayor, de Corelli; Sonata Op. 5 nº 12 en re menor “La Follia”, de Corelli en arreglo de Concerto grosso de Geminiani. Espacio Turina, jueves 11 de abril de 2024


Ventura Rico sabe cómo celebrar cada ocasión y emocionar con su proverbial facilidad de palabra, aunque sus parlamentos alarguen de forma más o menos considerable la propuesta musical. Ayer explicó con lucidez la relación de cada concierto de esta temporada con un cuadro de Velázquez, aprovechando el cuarto centenario de la incorporación del pintor sevillano a la Corte de Felipe IV. Tras El aguador de Sevilla, que sirvió de ilustración para el concierto en el que la orquesta tuvo como invitada a la violinista Midori Seiler, llegó Dos jóvenes a la mesa, cuadro que comparte con el anterior exhibirse en el londinense Museo Wellington de Apsley House. En este bodegón de la primera etapa sevillana de Velázquez, dos jóvenes ebrios ocupan el extremo izquierdo de la escena, que el conjunto identifica con quienes disfrutaron en su día de las lecciones magistrales de quien a finales del siglo XVII era considerado el compositor más celebrado e influyente, Arcangelo Corelli. Se trata de George Muffat y Francesco Geminiani, aunque se duda de que este último fuera ciertamente alumno suyo, pero de lo que no cabe duda es que era uno de sus más fervientes admiradores.


Rico aprovechó también para destacar la presencia en los atriles de cinco jóvenes provenientes de la cantera de la Academia de la orquesta, uno de los imprescindibles proyectos de la Asociación de Amigos de la Barroca de Sevilla, todas y todos galardonados con alguno de los premios que otorga la institución anualmente. Una integración perfecta con los maestros y maestras de la formación, y el saludo de bienvenida emocionado y emotivo de su fundador, para quien resulta tan satisfactorio sembrar como disfrutar los resultados, marcaron uno de esos conciertos del conjunto sevillano que brillan por su excelencia y soberbia redondez. Tuvo mucho que ver en ello la mano firme y ágil de la directora invitada, la violinista polaca Martyna Pastuszka, nueva en la ya larga nómina de ilustres colaboradores y colaboradoras de la orquesta, y que lució un sonido brillante y un ritmo frenético, perfectamente contagiado al resto de sus colegas. No hubo en el programa ninguna pieza para su lucimiento exclusivo, pero su voz se dejó notar en muchos de los pasajes de las obras seleccionadas, inspirando al resto de convocados y logrando con ellos y ellas una simbiosis perfecta, aunque dándole réplica frecuentemente el violín de Ignacio Ramal, soberbio también en sus intervenciones.

Conviene redescubrir y revisar la música del excepcional Georg Muffat, alemán de origen escocés y formado en París, un bagaje que da a su música un carácter cosmopolita muy significativo y que se dejó notar especialmente en la Suite nº 1 del Floregium Primum que abrió el concierto. Tras una suntuosa obertura a la francesa en la que sin embargo se dejó notar algún desencuentro entre las voces graves y agudas que enturbió la exhibición, pronto resuelta en el air que le sigue, pero presente de nuevo en la sarabanda, después de la cual ya no hubo resquicio para el defecto o la irregularidad, el resto de la suite deambuló entre melancólicos paseos por la campiña y vertiginosas danzas de muy variado acento geográfico, resueltas con un sentido del equilibrio y del ritmo que se mantendría ya hasta el final del agotador concierto.


Los característicos pasajes fuertemente arpegiados, sus armonías suntuosas y polifonía clara y melodiosa, así como la atmósfera volátil que identifica la música de Corelli encontraron eco en una nutrida y disciplinada orquesta que brilló en los dos conciertos grossi del opus 6 elegidos para la ocasión. Pero fue la música elegante y exquisita de Muffat la que se benefició de los momentos más inspirados de la velada, con un excepcional y contenido diálogo entre el clave de Alejandro Casal y la cuerda en el adagio de la Sonata nº 5 de la colección Armonico Tributo, y la presencia elocuente y majestuosa del joven Guido García al órgano en la nº 4. El dilatado passacaglia final de la Sonata en Sol mayor y el arreglo como concerto grosso que Geminiani hizo de la famosa La Folia de Corelli, sirvieron con sus interminables variaciones para lucimiento de la invitada y el resto del elenco, que aprovechó para imprimir las páginas de una exuberante fantasía y generar ese contraste dinámico perfecto que merece la fascinación y admiración absolutas que nos inspira la Barroca de Sevilla en la mayoría de las ocasiones.

Fotos: Luis Ollero

jueves, 11 de abril de 2024

LA PRIMERA PROFECÍA Invento para reflotar un clásico

Título original: The First Omen
USA-Italia 2024 120 min.
Dirección
Arkasha Stevenson Guion Tim Smith, Arkasha Stevenson y Keith Thomas, según los personajes creados por David Seltzer Fotografía Aaron Morton Música Mark Korven Intérpretes Nell Tiger Free, Ralph Ineson, Sonia Braga, Tawfeek Barhom, María Caballero, Bill Nighy, Charles Dance, Nicole Sorace, Ishtar Currie-Wilson, Andrea Arcangeli Estreno en Estados Unidos, Italia y España 5 abril 2024

La joven directora Arkasha Stevenson, tras haber hecho algunos pinitos en la televisión, ha entrado en el cine por una puerta relativamente grande, encargándose de reflotar un clásico del cine de terror, La profecía, y sus secuelas en forma de trilogía. De la cuarta mejor olvidarse, rodada para la televisión en 1991, si bien su argumento entronca directamente con una de las variantes que podría seguir esta precuela o reboot del clásico que dirigió Richard Donner en 1976, antes de dirigir Supermán en 1978 y Los Goonies en 1985.

La nueva cinta está ambientada íntegramente en Italia en 1971, lo que da pie para coquetear con el giallo italiano seudoerótico en su primera mitad, con disparatada convivencia en piso de novicias y la valenciana María Caballero llevando a la protagonista norteamericana a una discoteca donde suenan temas todavía por componer en aquella época. Los homenajes a la primera entrega son continuos, sobre todo en las truculentas muertes a pie de iglesia o atropello por vehículo, pero el verdadero peso de la función reside en la ola de películas de terror con monjas de por medio que asola las pantallas, La monja como modelo y la próxima a estrenarse Immaculate como consecuencia.

El cóctel se completa con otro referente claro como es La semilla del diablo, pero el desarrollo se antoja tan esperpéntico y absurdo que apenas sirve el mimo depositado para que luzca merecedora de los títulos a los que Jerry Goldsmith prestó gran parte de su fuerza con sus imponentes partituras. Se agradece que para entroncar dignamente con la trilogía clásica, se haya prescindido de los habituales efectos visuales que adornan este tipo de producciones.

PÁJAROS Cicatrices en la carretera

España-Rumanía 2024 100 min.
Dirección
Pau Durá Guion Pau Durá y Ana M. Peiró Fotografía David Omedes Música Magalí Datzira Intérpretes Luis Zahera, Javier Gutiérrez, Teresa Saponangelo, Diana Cavallioti, Edgar Moreno, Sandra Pece, Alessandro Punturo, Logan Marquiz, Tina Silc, Cecilia Lewintal, Gabriel Jacovkis, Florin Kevorkian, Vlad Basarabescu Estreno en el Festival de Málaga 1 marzo 2024; en salas 5 abril 2024

Hace años que Pau Durá compagina la interpretación (Merlí, Un mundo normal) con la dirección (Formentera Lady, Toscana), con resultados irregulares en este segundo apartado, hasta ahora que ha conseguido un film estimable, rodado con cariño y atención al detalle. Cabe sin embargo observar cierta tendencia a la autoayuda y la contemplación en esta nueva variante de road movie y buddy movie con protagonistas masculinos y perdedores cuyos traumas y defectos se acentúan con la dificultad de uno de ellos, estupendamente interpretado por Luis Zahera, Biznaga de Plata en Málaga, para expresarse debido a una tartamudez congénita.

Los dos peculiares personajes, tan antagónicos al principio como previsiblemente colegas al final, viajan desde Valencia a Constanza, en el delta del Danubio en Rumanía, en calidad de observador de aves y su chófer, aunque rápidamente conoceremos otras motivaciones que nos llevan al terreno de la pérdida, el quebrantamiento de la moral y el sentimiento de la responsabilidad mal asumida.

Entre hermosos paisajes, ciudades emblemáticas y personajes pintorescos, especialmente parejas de policías eslovenos y rumanos y mujer italiana rompiendo con su pasado, demostrando el carácter práctico de ellas frente al melancólico e infantil de ellos, el film se deja ver con agrado, si bien denota cierta tendencia a la repetición que lastra su función de entretenimiento. La luminosa fotografía de Omedes y la afable partitura de Datzira contribuyen a esta atmósfera amable y distendida que respira la película, si bien su mayor peso reside en las interpretaciones de Javier Gutiérrez en modo canalla, y el galardonado Luis Zahera en un registro muy diferente al que nos tiene acostumbrados, demostrando su carácter todo terreno.

domingo, 7 de abril de 2024

EL SALARIO DEL MIEDO Armas y músculos dominan este descafeinado remake

Título original: Le salaire de la peur
Francia 2024 104 min.
Dirección
Julien Leclercq Guion Hamid Hlioua y Julien Leclercq, según el guion de Henri-Georges Clouzot y Jérôme Géromini basado en la novela de Georges Arnaud Fotografía Wim Vanswijgenhoven Música Eric Serra Intérpretes Franck Gastambide, Ana Girardot, Alban Lenoir, Sofiane Zermani, Bakary Diombera, Astrid Whettnall, Alka Matewa, Sarah Afchain, Ghita Berdai Estreno en Netflix 29 marzo 2024


En 1953 el director francés Henri-Georges Clouzot marcó un hito en el cine de acción y aventuras con El salario del miedo, donde la falta de los medios sofisticados con los que hoy cuenta el cine se suplió con una buena dosis de intriga y mucho suspense, a veces incluso irrespirable. Yves Montand encarnaba al duro mercenario arquetípico de la época, que tan buenos resultados había dado en el cine estadounidense con Humphrey Bogart y El tesoro de Sierra Madre como ejemplos más distinguidos. Casi un cuarto de siglo después William Friedkin, basándose en el mismo material literario, firmó su particular versión, cambiando los desérticos y ásperos paisajes de Méjico por las enrevesadas selvas amazónicas, y añadiendo un prólogo de generoso metraje en el que se explicaban los precedentes y motivaciones de los cuatro asalariados a los que se encomienda la imposible misión de transportar una buena carga de nitroglicenrina por caminos y carreteras nada recomendables. Roy Scheider cogía el relevo de Montand y le acompañaba como segundo protagonista Francisco Rabal. El director de French Connection y El exorcista lograba así con Carga maldita una estimable revisión del original francés, dejando incluso su huella particular y manejándose con éxito en secuencias de difícil digestión, como la del puente colgante.

Los tiempos cambian y hoy se impone la velocidad y el montaje frenético, por lo que las trampas que se acumulan en el difícil viaje son resultado de sumar a algunas de las más recordadas del clásico original otras proporcionadas por el nuevo paisaje, un país del norte de África acosado por la violencia y la corrupción, lo que provoca que sean las armas, casi ausentes en las dos películas precedentes, las que tomen protagonismo, restando totalmente cualquier resquicio de verosimilitud a la salvaguarda de tan delicado cargamento. El montaje rápido provoca que estas situaciones al límite planteadas con éxito en las otras películas que se tomaban su tiempo, aquí resulten meros episodios que no llegan a acumular la tensión requerida. Signo también de los tiempos, abundan los músculos y uno de los cuatro mercenarios se sustituye por una valerosa doctora. Las motivaciones económicas se sustituyen a su vez por otras de carácter humanitario y estrictamente familiar, por lo que aquello del salario deja de tener demasiada importancia. Y el pobre guion hace acopio de clichés y sobreabundancia de peleas y tiroteos que convierten a ésta con distancia en el más decepcionante remake imaginable.

Se estrena en internet y su consumo rápido se impone sin más interés. Al timón un aprendiz de Luc Besson que ha dirigido películas y series de acción así como uno de los últimos vehículos de lucimiento de Jean-Claude Van Damme, Lukas. El protagonista, una especie de Ving Diesel francés, resulta tan inexpresivo como el conjunto, entretenido pero absolutamente prescindible. Mejor sufran con el clásico original, y déjense deslumbrar con el glamour de su remake norteamericano. Quien sí se esfuerza en ofrecer algo con un poco más de brillo es el compositor Eric Serra, con una banda sonora enérgica y variada. La operación de innecesario rejuvenecimiento al que se somete la cinta de Clouzot deriva de la originalidad francesa a la globalización estadounidense, plegándose al cine de acción que nadie mejor que ellos saben hacer, dentro de las limitaciones a las que han sometido el género.