martes, 31 de octubre de 2023

HERMANA MUERTE Eclipse macabro

España 2023 89 min.
Dirección
Paco Plaza Guion Jorge Guerricaechevarría y Paco Plaza Fotografía Daniel Fernández Abelló Música Mikel Salas Intérpretes Aria Bedmar, Maru Valdivieso, Luisa Merelas, Almudena Amor, Chelo Vivares, Sara Roch, Olimpia Roch, Adriana Camarena, Martina Delgado, Claudia Fernández Arroyo Estreno en el Festival de Sitges 5 octubre 2023; en Internet (Netflix) 27 octubre 2023

Anclado en ese cine de presencias espectrales y malsanas intenciones, que tan buenos réditos artísticos y comerciales le han dado en películas como Verónica o La abuela, Paco Plaza se interna ahora en un convento de posguerra donde la llegada de una novicia con pasado de niña santa y vidente, pone la convivencia entre monjas, niñas de internado y presencias del más allá, patas arriba. Y uno se pregunta qué hacen las monjas de un lugar con tantos secretos por descubrir invitando a una nueva maestra con especialidad en milagrosas apariciones marianas, con lo que ya de entrada la premisa del film se revela un puro disparate.

Lo que sigue es una narración algo morosa, que hace que su hora y media de duración se dilate de forma inconveniente. Muchos aplaudirán que muestre las barbaridades del bando republicano sobre la institución eclesiástica, algo que por supuesto siempre se ha sabido y condenado pero poco enseñado, y es que en una guerra nadie está exento de responsabilidad y salvajismo. Los efectos devastadores, física y psicológicamente, de contemplar un eclipse sin protección, se convierten así en uno de los recursos más interesantes de una película que abusa casi sin pretenderlo de tremendismo y fusión entre fantasía, sueño y realidad que no procura más que despistar. Con todo cabe atribuirle una mayor dignidad que cualquiera de las entregas que de La monja nos llegan del otro lado del Atlántico, y al menos cierta ambición por enlazar los horrores de la guerra con los que provienen de ultratumba.

Entre lo más sorprendente del conjunto destaca que tratándose de una cinta de terror, la mayor parte de su metraje está resuelto de forma muy luminosa. Cabe destacar también la inquietante y creativa banda sonora de Mikel Salas, mientras la interpretación casi inexpresiva, con apenas registros, de Aria Bedmar en su debut en el largometraje cinematográfico, se antoja algo floja y disonante.

domingo, 29 de octubre de 2023

LA CONTADORA DE PELÍCULAS Nostalgia familiar

España-Chile-Francia 2023 116 min.
Dirección
Lone Scherfig Guion Walter Salles, Rafa Russo e Isabel Coixet, según la novela de Hernán Rivera Letelier Fotografía Daniel Aranyó Música Fernando Velázquez Intérpretes Sara Becker, Bérénice Bejo, Antonio de la Torre, Daniel Brúhl, Alondra Valenzuela, Francisco Díaz, Mario Horton, Max Salgado, Ariel Mataluna, Pablo Schwarz, Luis Dubó Estreno en el Festival de Toronto 11 septiembre 2023; en España 27 octubre 2023

No hemos podido celebrar mejor el reencuentro con el emblemático y remozado Cine Cervantes de Sevilla que viendo una película cuyo leit motiv es escribir una carta de amor al cine como catalizador de emociones y remedio para el espíritu. Lástima que el producto final no encuentre el rumbo esperado y quede como una mera sucesión de personajes y situaciones, algunas francamente divertidas, en torno a una familia que a finales de los sesenta del siglo pasado vive y padece en una pequeña localidad en el desierto de Atacama, en Chile, construida alrededor de una mina de salitre como cobijo para sus trabajadores y familias. El arte en general, y el cine en particular, sirve a sus moradores como entretenimiento y esperanza de una vida mejor, gracias al cine local en el que se proyectan clásicos de todas las épocas, casi siempre americanos y extremadamente populares.

La réplica española e iberoamericana al Cinema Paradiso italiano de hace casi treinta y cinco años padece los mismos defectos que atisbábamos en ella, concentrados en la ansiedad de generar unas emociones y unos sentimientos que apenas emergen más que del guion, escrito en este caso con la colaboración de dos cineastas reputados, Isabel Coixet y el brasileño Walter Salles. Falta una mayor dosis de rigor en la ambientación y en la gravedad de las situaciones denunciadas, mientras los personajes deambulan a veces sin saberse mucho ni de ellos ni de su curso existencial. Con todo, su suntuosa puesta en escena y la buena mano de su realizadora, la danesa Lone Scherfig con quien tanto disfrutamos en la cinta Dogma Italiano para principiantes y que nos presentó a Carey Mulligan en la estimable Una educación, capaz aquí de tejer algunas escenas costumbristas de interesante relieve, logran un film correcto y definitivamente bonito que gustará a quienes no sean muy exigentes y logren emocionarse con el compendio de buenos sentimientos, nostalgia familiar y referencias cinéfilas que la película propone.

Los esfuerzos de un Antonio de la Torre con esmerado acento chileno y de Bérénice Bejo y Daniel Bruhl recuperando su castellano nativo, no consiguen rivalizar con la frescura de la protagonista, la joven chilena Sara Becker, mientras la delicada banda sonora de Fernando Velázquez consigue ilustrar sin aspavientos ni excesos sentimentales los emotivos episodios que conforman un discurso narrativo disperso y en determinados aspectos discutible.

SKINAMARINK Audacia experimental

USA 2022 100 min.
Guion y dirección
Kyle Edward Ball Fotografía Jamie McRae Intérpretes Jaime Hill, Ross Paul, Lucas Paul, Dali Rose Tetreault Estreno en Estados Unidos 13 enero 2023; en España (Filmin) 27 octubre 2023

El fenómeno del terror conceptual que tanto está sorprendiendo a audiencias y profesionales de todo el mundo no puede disimular su inspiración en la estela de otros fenómenos pretéritos que provocaron reacciones efusivas y hoy han quedado como meras anécdotas, El proyecto de la bruja de Blair o Paranormal Activity entre las más famosas. Se trata de un intento de remozar un género tan trillado y a la vez querido como el del terror, con un escaso presupuesto como reclamo y ciertas filtraciones en plataformas sociales y digitales que han favorecido su leyenda y que el estupor reinante se extienda favorablemente. En la película, cuyo título se extrae de una canción infantil, dos niños viven una noche de pesadilla en su casa, aunque nunca vemos sus caras, salvo en alguna ráfaga instantánea y difusa.

Voces que a menudo parecen de ultratumba, y la música y diálogos de una televisión permanentemente encendida emitiendo películas clásicas y en su mayoría dibujos animados de la década de los treinta del pasado siglo, constituyen su único sonido, mientras la imagen está casi siempre a oscuras, con ese granulado característico de la oscuridad y escasos momentos iluminados en los que percibimos juguetes esparcidos por alfombras y moquetas. Andanzas por la casa, imágenes estáticas de detalles del inmueble, a veces irreconocibles, y objetos que se mueven o desaparecen, contribuyen a crear la atmósfera enrarecida y presuntamente terrorífica que el film persigue. Su responsable, con sólo un cortometraje anterior en su haber en el que ya experimenta con este tipo de cine conceptual, y un canal youtube en el que daba rienda suelta a las pesadillas de su público, echa mano de sus propias experiencias infantiles y graba todo el material en su hogar de niñez. El resultado son hora y cuarenta minutos que a algunas personas pueden parecer tediosas y a otras fascinantes.

Nosotros apostamos a que quedará como un producto curioso capaz de llamar la atención de quienes buscan nuevas experiencias, pero sin mayor relevancia ni un valor cinematográfico o artístico concreto, sólo aterrador para quienes estén predispuestos a ello. Después de un periplo obligado por festivales especializados, y un supuesto desliz en una plataforma que provocó estar disponible de manera clandestina durante muchos meses, ahora que se celebra el definitivamente asentado Halloween nos ha parecido un buen momento para decidirnos finalmente a dedicar casi dos horas de nuestro tiempo a este producto contemplativo y relativamente aburrido que mucha gente sin duda celebrará como si fuera una obra maestra.

sábado, 28 de octubre de 2023

EL CHICO Y LA GARZA Una cultura para algunos inaccesible

Título original: Kimitachi wad ô ikiru ka
Japón 2023 124 min.
Guion y dirección
Hayao Miyazaki, según la novela de Genzaburô Yoshino Música Joe Hisaishi Animación Estreno en Japón 14 julio 2023; en España 27 octubre 2023


Una década después de abandonar la dirección cinematográfica con El viento se levanta, Miyazaki, padre de la animación tradicional nipona y responsable del éxito que ésta ha adquirido en todo el mundo, regresa ahora con una nueva fábula sobre la superación de traumas infantiles y la búsqueda de raíces familiares a través de la magia y la fantasía. 
Resulta difícil para algunos rendirnos a las virtudes, para otros ilimitadas, de este tipo de cine que sin embargo cuenta con legiones de fans dispuestas a abarrotar cines de todo el planeta.

Cuesta sintonizar con ese mundo onírico que proponen sus abarrotadas y abigarradas películas, pobladas de seres grotescos y espíritus surgidos del subconsciente, aunque no podamos sustraernos a la belleza de sus trazos y sus diseños paisajísticosNos confesamos por ello incapaces de medir las excelencias de esta nueva propuesta del veterano maestro, resistir su envite y reconocer sus aciertos, su inabarcable imaginación e incontestable creatividad, y proponernos una definitiva resistencia ante un posible regreso del director o de cualquiera de sus numerosos discípulos a las salas de cine.

MAMACRUZ Ardores anacrónicos

España 2023 84 min.
Dirección
Patricia Ortega Guion Patricia Ortega y José Ortuño Fotografía Fran Fernández Pardo Música Paloma Peñarrubia Intérpretes Kiti Mánver, Pepe Quero, Inés Benítez, Silvia Acosta, Loles Gutiérrez, Mari Paz Sayago, María José Mariscal, Paula Díaz, Úrsula Díaz Manzano Estreno en el Festival de Sundance 20 enero 2023; en salas 27 octubre 2023

La directora venezolana Patricia Ortega sitúa a la mujer como eje central de su todavía corta filmografía. La lucha por la supervivencia de un grupo de madres en El regreso y la aceptación de su condición de joven intersexual en Yo, imposible, dan paso ahora al descubrimiento del placer sexual al margen del hombre por parte de una mujer de provincias en edad madura. Cuenta para ello con la colaboración del dramaturgo y cineasta sevillano José Francisco Ortuño, fijando su atención en una arquetípica mujer religiosa cuyo convencional y a todas luces decepcionante matrimonio le ha dejado literalmente para vestir santos.

No dudamos que puedan todavía existir personajes así en nuestra sociedad, pero deben ser algo tan raro y excepcional que no conseguimos identificar la historia que Ortega y Ortuño nos plantean con una realidad plausible, tantos años disfrutando de una sociedad en este y otros aspectos bastante saludable y libre de antiguos prejuicios. Quizás si se hubiera ambientado esta historia treinta años atrás nos habría resultado más convincente, pero el descubrimiento de la sexualidad, el calentón que sufre la protagonista, y los tímidos intentos de resultar atrevida que llevan a sus responsables a incluir secuencias presuntamente escandalosas, como la que exhibe el cartel publicitario aquí reproducido, utilizado en Sundance donde se estrenó hace casi un año, nos acaban pareciendo bastante ingenuos y anacrónicos. Podríamos destacar, aunque sólo sea por su evidente comicidad, las reuniones tupperware de juguetes sexuales, si bien nos chirrían esas mujeres una vez más adoptando roles tradicionalmente masculinos en lugar de proponer otros más genuinos y acertados.

La indefinición de personajes, sobre todo la sufrida ama de casa y costurera protagonista, y esa hija y nieta que casi nada aportan al tema (la segunda incluso llega a desaparecer a mitad de metraje sin explicación alguna), y sobre todo ese esposo ausente y dormilón que nos retrotrae e un animalario hace tiempo superado, hacen naufragar todavía más una empresa cuyas buenas intenciones se antojan definitivamente poco para llegar a buen puerto. Por su parte, Kiti Manver aborda su personaje con rictus de permanente sorpresa e incredulidad, sin apenas registros y un desarrollo más sujeto al golpe de guion que a la naturalidad que el conjunto exige. Un uso artificioso del sonido, una fotografía luminosa y sin apenas contraste ni siquiera de noche, y el dichoso quejío supuestamente andaluz de la banda sonora completan el desfile de despropósitos en el que al final se traduce esta desdichada película.

miércoles, 25 de octubre de 2023

ANDRÉS CEA ACARICIA EL SILENCIO EN SAN CLEMENTE

Otoño Barroco, organizado por la Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca de Sevilla. Andrés Cea, órgano. Programa: Prelude que il faut jouer d’un movement fort lent, Fantasia y Fuga, de Louis Couperin; Obra de primer tono sobre el paso de la Salve, Pange lingua y Obra de primer tono, de Sebastián Aguilera de Heredia; Preludio y fuga en sol menor BWV 885, Preludio en Do mayor BWV 870 y Fuga en Do mayor BWV 846, de Johann Sebastian Bach; Sinfonías en re menor y en Fa mayor, de José de Nebra. Iglesia del Monasterio de San Clemente, martes 24 de octubre de 2023


Rehabilitado con motivo de los fastos del 92, el Monasterio de San Clemente fue fundado por Fernando III El Santo en 1248 y dedicado al Papa entonces en el poder, Clemente. Su Iglesia atesora grandes trabajos escultóricos de Gaspar Núñez Delgado y pictóricos de Francisco Pacheco, además de un retablo que figura entre los más representativos del barroco sevillano, obra de los hermanos de Ribas, un artesonado mudéjar y unos azulejos de cerámica en perfectas condiciones. En el coro se haya un coqueto órgano de tres castillos y un teclado de transmisión mecánica que ha servido generosamente también en los ciclos de órganos históricos de Sevilla que hasta hace poco se celebraban en la ciudad. En este enclave, al que se accede por la calle Reposo a través de un doble compás de estilo neoclásico con atrio porticado, tuvo lugar el primero de los conciertos que celebra el
Otoño Barroco este año, organizado por la Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca de Sevilla. Hoy otro nutrido grupo de melómanos tendrán ocasión de asistir a la segunda función de este concierto de inauguración con encanto considerable.

Como suele ser preceptivo en estos ciclos cuando se celebran en lugares emblemáticos de la ciudad – a mitad de noviembre el escenario será el Patio del Palacio de Pumarejo – un acreditado especialista en patrimonio sevillano, en esta ocasión el historiador Álvaro Cabezas, cuya vinculación con la música clásica también tiene una notoria importancia, sobre todo en el ámbito de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, ilustró sobre las maravillas de este convento regentado por monjas cistercienses. Tras su profusa disertación sobre los atractivos culturales y patrimoniales del espacio, el organista y musicólogo Andrés Cea dedicó unas palabras al público, especialmente en su faceta de restaurador, advirtiendo sobre el estado mejorable en el que se encontraba el instrumento, prácticamente sin intervención alguna desde su construcción hace más de dos siglos, a pesar de que sus fuelles originales fueron sustituidos hace tiempo por otros de motor eléctrico y manual. También hizo mención a la mágica percepción del silencio que se disfruta en éste y otros espacios eclesiásticos de la ciudad, lo que unido al estado del órgano y su dificultad para absorber tareas muy complejas, le hizo decantarse por un repertorio adecuado a las circunstancias, y de esa forma molestar lo mínimo posible al silencio reinante.

Este repertorio relativamente recogido se inició con un elocuente preludio de Louis Couperin, padre de François y patriarca de toda una tradición de organistas de la Iglesia de Saint Gervais de París entre 1656 y 1826. A caballo entre el estricto contrapunto y el barroco más característico, su música se completó con una fantasía y una fuga en la que pudimos atisbar un estilo cercano al profano, sobre todo en la primera, de líneas sencillas y extremadamente amables. Más solemnes se ofrecieron las tres obras elegidas de Sebastián Aguilera de Heredia, máximo exponente de la Escuela Aragonesa, cuyo refulgente estilo policoral y severa polifonía se hizo sentir en la interpretación de Cea, siempre atento al equilibrio y la sobriedad de su exposición más que a la exhibición pirotécnica. De José de Nebra interpretó dos sinfonías, una en modo menor, sencilla y austera, y la otra en modo mayor, más alegre y distendida. Conocido sobre todo por sus óperas y zarzuelas, su obra para clave y órgano estuvo especialmente destinada a sustituir el legado musical destruido en el incendio del Alcázar de Madrid. Bach por supuesto puso la guinda al pastel, aunque el programa terminara con de Nebra. Con un sonido más aflautado, Cea desarrolló un Preludio y fuga en sol menor extraído del segundo libro de El clave bien temperado en su versión para órgano, del que el intérprete supo extraer su humor grave y moderadamente oscuro, plagado de disonancias, haciendo hincapié en su carácter obsesivo, implacablemente tensionado. Más abierto y optimista en tonalidad Do mayor, Cea acometió una combinación del primer preludio del segundo libro de El clave bien temperado con la primera fuga del primer libro, con soberbios resultados, sin apenas desliz en la digitación y cumpliendo su promesa de apenas acariciar el silencio, algo que también le facilitó el cuerpo no demasiado amplio del instrumento.

Fotos: Luis Ollero
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 23 de octubre de 2023

LOS ASESINOS DE LA LUNA Otro esperpento violento

Título original: Killers of the Flower Moon
USA 2023 206 min.
Dirección
Martin Scorsese Guion Eric Roth y Martin Scorsese, según el libro de David Grann Fotografía Rodrigo Prieto Música Robbie Robertson Intérpretes Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Tantoo Cardinal, John Lithgow, Brendan Fraser, Cara Jade Myers, Janae Collins, Jillian Dion, Jason Isbell, William Belleau, Louis Cancelmi, Scott Shepherd, Everett Waller, Tallee Redcorn, Yancey Red Corn, Tatanka Means, Ty Mitchell, Tommy Schultz, Shurgill Simpson, Gary Basaraba Estreno en el Festival de Cannes 20 mayo 2023; en España y Estados Unidos 20 octubre 2023

Llega a nuestras pantallas, precedido de grandes elogios y muchas expectativas, el último gran despropósito de Martin Scorsese. Otro de sus grandes frescos dedicados a la mafia y todo lo que se le parece, bajo la apariencia de denuncia pero con la fascinación siempre enfocada hacia el mal, en este caso la perversidad más absoluta. Otra de esas crónicas sobre los podridos cimientos de una nación, haciendo hincapié en la violencia que la sustenta, nada que no haya servido de soporte a otras civilizaciones que antes dominaron el planeta, pero que en era moderna se camufla bajo las formas más corruptas del estado de derecho y la democracia. Tampoco la nueva colonización es como antaño, ahora se presta más sibilina, empezando por ese mismo control cultural que hace que sistemáticamente productos como éste copen nuestras pantallas en detrimento de otros seguramente más interesantes y desde luego más convenientes.

Scorsese tiene mucha mano en la industria y se puede permitir todo el reclamo que una cinta cuidada hasta en el más mínimo detalle estético y con un reparto espectacular puede ofrecer. Tiene además las tablas suficientes para hacer amena una proyección que nos obliga a estar pendientes de cuanto ocurre en pantalla durante tres horas y medias, sin que pese. Pero también cabe insistir en la facilidad del laureado director italoamericano para dar a lo más terrible y sórdido un tratamiento que roza el esperpento canalla. No es precisamente lo que se espera de una historia como ésta, la que afectó a la nación Osage, que pagaron muy caro, con sus vidas, el convertirse en millonarios gracias al petróleo descubierto en sus tierras. Sucedió en los veinte del siglo pasado y debió contar con aspectos e ingredientes que a buen seguro constarán en el libro de David Grann que le sirve de inspiración, pero desaparecen en un film que trata a casi todos sus personajes como tontos de remate, y de paso también a nosotros los y las espectadoras.

A eso habría que añadir la interpretación guiñolesca de sus dos reputados protagonistas y actores fetiche del realizador, reunidos por primera vez en una producción suya. Mejor la intervención de la nativa Lily Gladstone y algunos de sus compañeros y compañeras de raza, además del siempre eficiente Jesse Plemons. La intriga desaparece desde el momento que a poco de iniciarse se ponen todas las cartas boca arriba, mientras la investigación que ocupa apenas tres cuartos de hora de película, se antoja rutinaria y peregrina. Sólo queda su suntuosa puesta en escena, los cimientos de una historia que debiera haber sido fascinante y corrosiva, y por motivos sentimentales, la música del recientemente desaparecido Robbie Robertson, miembro de la mítica The Band, a quien Scorsese dedicó en 1978 el documental The Last Waltz, y que desde entonces ha colaborado en casi todas sus películas, como compositor o productor musical.

domingo, 22 de octubre de 2023

GRACIA Y TALENTO DE UN ROSSINI ADOLESCENTE

1º Concierto del XXXIV Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Vladimir Dmitrienco y Luis Miguel Díaz Márquez, violines. Nonna Natsvlishvili, violonchelo. Lucian Ciorata, contrabajo. Programa: Sonatas a cuatro de Rossini (nº 1 en Sol mayor, nº 6 en Re mayor, nº 2 en La mayor, nº 5 en Mi bemol mayor, nº 4 en Si bemol mayor y nº 3 en Do mayor). Espacio Turina, domingo 22 de octubre de 2023


Con unas tan oportunas como obligadas palabras de bienvenida y agradecimiento del responsable de producción de la ROSS, Rafael Gómez Álvarez, arrancó el trigésimo cuarto ciclo de cámara de la orquesta hispalense. El habitual y muy personal sentido del humor del violinista Vladimir Dmitriendo mantuvo la retórica ilustrativa y de preceptivo agradecimiento y cariño que sucedió a dicha intervención, y a partir de ahí surgió la música distendida y encantadora de un jovencísimo Gioacchino Rossini, que con sólo doce años y en el sospechoso transcurso de unos pocos días, fue capaz de componer seis sonatas con forma de cuarteto y que unos amigos en cuya casa se hospedaba y él mismo fueran capaces de ponerlas en pie, harto discutible dado que se trata de obras ligeras sólo en la forma pero no en su estructura interna y dificultad técnica.

La concurrencia fue reducida dada la aceptación con la que siempre ha contado este ciclo camerístico. Quizás la razón podamos encontrarla en la expectativa de lluvia y una carrera popular que tenía su meta precisamente en las setas de la Encarnación. Sin embargo no podemos pasar por alto el alarmante descenso de interés que estamos observando en el público sevillano, inversamente proporcional a la cantidad de oferta que las instituciones y la iniciativa privada facilitan, aunque siga siendo más local que otra cosa, pues los grandes nombres apenas recalan en la capital de Andalucía ni siquiera cuando están de gira por toda la geografía española. En este marco, la plantilla habitual del Totem Ensemble, pero con Lucian Ciorata sustituyendo a Francisco Lobo y la ausencia de Jerome Ireland, sí presente en la sala como espectador, cuya viola no forma parte del conjunto al que están destinadas estas sonatas a cuatro, se embarcó en la agotadora empresa de interpretar de corrido, con apenas diez minutos de pausa, las seis piezas que el más adelante conocido operista escribiría encajando a su anfitrión estival, el contrabajista Agostino Triossi. Aún siendo obras de una etapa muy temprana del compositor, se atisban en ellas ya aspectos muy característicos de su estilo grácil y agitado, lleno de virtuosismo y generoso en arpegios.

El conjunto optó por ofrecerlas en orden aleatorio, al contrario de como venían anunciadas en el programa de mano. En la primera parte los cuatro integrantes hicieron gala de una destreza y una agilidad extraordinaria, abundando en amabilidad y galantería la nº 1, con los violines adjudicándose las líneas principales, pero con aportaciones relevantes al violonchelo y al contrabajo, con esa garantía que es Ciorata potenciando la suntuosa sonoridad de Nonna Natsvishvili. El carácter extremadamente agitado del tercer movimiento de la Sonata nº 6, que le confiere el título de La tempestad, sonó en manos del cuarteto vertiginoso y extremadamente depurado a nivel tanto técnico como expresivo. De la Sonata nº 2 destacó el andante en tono menor, único de todo el ciclo, resuelto con sentido de la elegancia y la seducción. Puede que como consecuencia de la fatiga acumulada, las sonatas nº 5 y 4 en la segunda parte del concierto no resultaran tan estimulantes, con el violín de Díaz Márquez, antes manifiestamente preciso, y el violonchelo incurriendo en puntuales caídas de tensión y sonido menos depurado, sin llegar a la temida estridencia. Ciorata sin embargo logró mantener el equilibrio y ese empuje que es capaz de ofrecer con su controlado juego de arco, mientras Dmitrienco continuó exhibiendo tanta comodidad con el repertorio como responsabilidad en sus intervenciones, liderando el conjunto y modelando su riqueza melódica con flexibilidad y acierto, así hasta converger en una alegre y distendida Sonata nº 3, la única que no editó la famosa Casa Ricordi, y la primera en recuperarse más de un siglo después de su composición, que en su tonalidad en Do mayor permitió al conjunto exhibir su carácter más exultante y vitalista.

Fotos: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

EL LEGADO Determinación feminista contra la maldad del hombre

Título original: Lies We Tell
Irlanda 2023 89 min.
Dirección
Lisa Mulcahy Guion Elisabeth Gooch, según la novela “Uncle Silas” de Joseph Sheridan Le Fanu Fotografía Eleanor Bowman Música Aza Hand Intérpretes Agnes O’Casey, David Wilmot, Holly Sturton, Chris Walley, Grainne Keenan, Mark Doherty Estreno en Irlanda 13 octubre 2023; en España 20 octubre 2023

Llevada al cine y la televisión en varias ocasiones, la primera con Jean Simmons como protagonista, la novela de intriga gótica Uncle Silas, escrita por Joseph Sheridan Le Fanu, se ha convertido en manos de la realizadora irlandesa Lisa Mulcahy, responsable de series de televisión de notable éxito como Years and Years, protagonizada por Emma Thompson, y de su guionista Elisabeth Gooch, en un inteligente y perfectamente medido thriller sobre la violencia ejercida durante siglos sobre la mujer, y cómo una joven es capaz con su destreza y determinación superar los baches impuestos a su condición y así autodefinirse como persona independiente y decidida.

El legado ha dejado de ser aquella película de terror de 1978 protagonizada por Katherine Ross y Sam Elliot y dirigida por Richard Marquand, (El ojo de la aguja, El retorno del Jedi, Al filo de la sospecha), para convertirse por gracia de nuestros distribuidores en el título de ésta cuyo original Las mentiras que decimos resulta mucho más adecuado para este drama sobre la maldad humana, la dificultad de percibirla y la necesidad que tantas veces los humanos tenemos de encubrirla. Mulcahy y Gooch han decidido regresar a la Irlanda original del cuento en el que se inspira la novela ambientada en Inglaterra, y allí han urdido una imprescindible adaptación para llevarla al terreno que les interesa, cambiando algunos hechos y el perfil de algunos de sus personajes, dándole la vuelta por así decirlo al cuento de la Cenicienta, donde el lugar que siempre han ocupado en la literatura infantil mujeres diabólicas o directamente brujas, aquí lo ocupan hombres desalmados y sin escrúpulos, con la necesaria dosis de excepción para darle más credibilidad, atraídos por una ambición desmedida, que con su prepotencia y la ley que los amparaba han hundido en la miseria a las mujeres que les rodeaban.

Tanto la adaptación como su esmerada puesta en escena, potenciada por la excelente interpretación de la joven Agnes O’Casey, que ya protagonizó la serie de Mulcahy Ridley Road, logran un trabajo atractivo y envolvente, una advertencia sobre un pasado que nunca debería regresar, por muy exquisita que pueda resultar su ambientación en una de esas recurrentes mansiones góticas victorianas, y todo ese misterio e intriga al que suelen asociarse, aquí traducido en espacio de opresión y represión de una joven menospreciada por el hecho de ser una mujer cuya vulnerabilidad se presupone.

sábado, 21 de octubre de 2023

GIUSEPPE MENUTTI EXPLORA LA GUITARRA INFINITA DE SÁNCHEZ-VERDÚ

14º Festival de la Guitarra de Sevilla. Ochra, música para guitarra de José María Sánchez Verdú. Giuseppe Menutti, guitarra. Programa: Tres caprichos, Cuaderno de Friedenau y Ochra. Auditorio del CICUS, viernes 20 de octubre de 2023

Francisco Bernier, Giuseppe Menutti y José Mª Sánchez-Verdú en el Patio del CICUS

En la recta final de su
décimo cuarta edición, el Festival que dirige y organiza el guitarrista sevillano Francisco Bernier, celebró ayer tarde una de esas citas que dan sentido a un certamen de estas características, la presentación acompañada de un mini concierto de un disco de reciente aparición bajo el sello Contrastes. Se trata de Ochra, un trabajo en el que el joven guitarrista siciliano con formación parcialmente sevillana, Giuseppe Menutti, repasa seis de las más de cuarenta composiciones que el compositor de Algeciras José María Sánchez-Verdú ha dedicado a la guitarra, un instrumento que según él mismo ha declarado le ha fascinado desde que era niño. El formato elegido fue una distendida y cálida conversación entre ambos frente a un reducido pero muy atento público. El marco, el Auditorio que el CICUS tiene en la casa palacio de la calle Madre de Dios. En ella desgranaron las intenciones del autor, la dificultad de las piezas y el interés y denostado esfuerzo de su intérprete por entenderlas y extraer de ellas el máximo de sus posibilidades técnicas y expresivas.

Dejando atrás unos días de frondosa actividad y un buen ramillete de interesantes conciertos en los que, en su mayoría, se ha alternado la guitarra clásica con la flamenca, este encuentro con el que quizás podamos considerar el más reconocido internacionalmente de los compositores españoles actuales, se benefició del dominio de la retórica que exhibieron sus dos protagonistas, incluido el perfecto castellano de Menutti. Con la pieza Ochra como eje principal de un registro que cuenta en su portada con una reproducción de un inquietante grabado de Pablo Palazuelo, artista venerado por Sánchez-Verdú, los invitados desgranaron pieza a pieza las seis que integran la selección, mientras el intérprete reprodujo en directo tres de ellas, incluida la que le da título. Se trata de una compleja y dilatada pieza en la que el autor, que confesó sufrir de sinestesia, lo que le lleva a identificar las notas musicales con los colores, recorre con carácter progresivo diferentes gamas del color ocre, claro que siempre desde su subconsciente, sin que el oyente tenga forzosamente que buscar en la música esos tonos e intenciones, sino dejarse llevar por sus insinuaciones estrictamente musicales y las sensaciones que cada cual experimente según su bagaje cultural, intelectual y, sobre todo, sentimental.


De ella Menutti ofreció una interpretación extremadamente concentrada, cáustica y meditada a un tiempo, un viaje de redefinición de los límites acústicos y expresivos del instrumento español por antonomasia. Llevó los acordes a veces a planos sonoros casi imperceptibles, recorriendo los trastes con extrema precisión y utilizando la caja con fines percutivos. La pieza, un trabajo de encargo que basa parte de su material en otra obra para guitarra y orquesta denominada Memoria del ocre, encontró en Menutti el médium perfecto por su colorido y riqueza expresiva. Más atrevida fue seguramente su recreación de los Tres caprichos, inspirados en El sueño de la razón produce monstruos, El amor y la muerte y Volaverunt de Goya, donde la guitarra no parece ella, hay que centrarse en algunos, pocos, acordes para identificarla, mientras el resto son juegos en los trastes que lo recorren pulsándolo, a veces asfixiándolo, limitando el trabajo en la boca de la guitarra a simples pizzicati en la cuerda. En el disco se incluye otro trabajo inspirado en Goya, Nada, aquí con la colaboración en el violonchelo de Giorgio Lucchini, que forma parte del ciclo Lux et Tenebris a partir de una exposición de Goya en Alemania, donde Sánchez-Verdú reside desde hace tiempo.

Precisamente en el primer barrio de Berlín donde residió, se inspira el Cuaderno de Friedenau, tercera de las piezas que Menutti interpretó en esta presentación, y no precisamente en este orden. Aquí encontramos la guitarra fundamentalmente como instrumento de percusión, jugando con la caja y acompañándose de acordes muy breves y meditados que dan al conjunto un relieve muy especial y aprovecha muchas de las posibilidades que tiene el instrumento a nivel sobre todo expresivo, aunque sea en las antípodas de lo que estamos habituados a escuchar en él. Mucho hablaron de Yad, pieza para guitarra eléctrica inspirada en la Torá que deslumbró a Menutti y le hizo decidirse por grabar un disco con música del compositor andaluz. También hablaron del ciclo Kitab, de cuyo primer escalón podemos encontrar una esmerada interpretación en el CD. Las raíces de Sánchez-Verdú están también presentes en un trabajo en el que cabe destacar la presencia de culturas tan enfrentadas y antagónicas como la hebrea y la árabe, llamadas a entenderse y enriquecerse en lugar de abordar discursos de dominio traducidos en barbarie y castigo inhumano e incontrolado. Una vez más habría que tomar nota de artistas que como Sánchez-Verdú o Giuseppe Menutti buscan en otros lugares materia para enriquecer nuestro bagaje cultural y a la vez aportar lo que de válido arrastramos cada individuo.

Fotos: CICUS
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 20 de octubre de 2023

GODOY Y VICO UNEN FUERZAS CON LA ROSS

2º concierto del ciclo Gran Sinfónico de la temporada nº 34 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Cristina Gómez Godoy, oboe. Julio García Vico, dirección. Programa: Una noche en el monte pelado, de Mussorgski (arr. Rimski-Kórsakov); Concierto para oboe y orquesta en Re mayor Op. 144 TrV 292, de Strauss; Scheherazade Op. 35, de Rimski-Kórsakov. Teatro de la Maestranza, jueves 19 de octubre de 2023


Fue hace ocho años cuando una jovencísima Cristina García Godoy nos deleitó con una sensacional interpretación del
Concierto para oboe en do mayor KV 314 de Mozart. Entonces la dirigió Barenboim y ya ocupaba un puesto destacado en la Staatskapelle de Berlín, donde actualmente ejerce como solista. Ahora ha regresado al Maestranza con el concierto de Richard Strauss y arropada por la Sinfónica de Sevilla en lugar de la Orquesta del Diván que la acompañó en aquella ocasión. Por cierto, que con el insigne director de orquesta y la Orquesta del West-Eastern Divan ha grabado para la posteridad ambas piezas imprescindibles del repertorio. En el concierto de anoche su participación estuvo enmarcada por dos favoritos del público, la Noche en el monte pelado de Mussorgsky y Scheherazade de Rimski-Kórsakov, con los que el joven director gaditano Julio García Vico dio riendas sueltas a su particular forma de afrontar el repertorio de gran sinfonismo, con aciertos y desajustes.

Lo más fácil cuando se trata de un instrumento de madera es decir que su intérprete le hizo cantar, pero Gómez Godoy no sólo hizo eso, su oboe nos habló, nos expresó muchas y diversas cosas, a través de un fraseo claro y continuado, un dominio técnico absoluto y una capacidad expresiva más allá de lo predecible. Con García Vico firmó un Concierto de Strauss muy personal, más cerca de un romanticismo exacerbado y de esa literatura expansiva generalmente asociada al compositor que del neoclasicismo rococó que se adjudica a la pieza. Mimada y muy bien arropada por la batuta y la magnífica respuesta de la orquesta, la oboísta linarense superó su agotador arranque, con más de cincuenta compases ininterrumpidos, como si aquello fuera coser y cantar, para después entregarse en cuerpo y alma a sus vertiginosos arabescos, sus continuas inflexiones y un desarrollo rapsódico dominado por la elegancia y el buen gusto. Godoy imprimió seguridad y delicadeza al hermoso andante central, mientras afrontó su brillante allegro final sobre ritmo de siciliana con notable energía y extrema destreza en las agilidades. Lástima que sus cadencias fueran mancilladas con las impertinentes toses de un público menguado en parte por la desapacible tarde, a pesar de un saludable predominio de gente jovencísima.

En García Vico atisbamos una indisimulada inquietud por encontrar una voz propia y distinguida, con resultados irregulares, haciendo en todo caso alarde de una enorme simpatía y atreviéndose incluso con las bromas, como su interrupción entre el segundo y tercer movimientos del poema de las mil y una noches, justo para una vez que el público no aplaudía fuera de lugar, o con gestos bufos dedicados a la concertino e incluso al público. Como prólogo de un concierto en el que recuperamos la estructura clásica con pieza a modo de obertura y concierto en la primera parte, y pieza sinfónica en la segunda, García Vico dirigió Una noche en el monte pelado según la versión habitual de Rimski-Kórsakov y no la original recuperada hace unos sesenta años. Hoy más que nunca cabe invocar como única presencia satánica la guerra, y así parecía antojarse el ejército de cuerdas arpegiadas que lideró la marcha y fue amasando un ritual de aquelarre deshumanizado. Sin embargo la suya fue una lectura más atenta a la perfección técnica y al brillo sonoro que a mostrar el horror de la situación en toda su amplitud, con acentos menos marcados de lo conveniente y un desigual sentido del ritmo.


Todo lo contrario ocurrió con Scheherazade, donde primó el cuidado por la narración sobre el rigor técnico, de forma que a veces el conjunto sonó deslavazado o algo fuera de control, y la batuta se rindió a algunos caprichos de forma. Pero imprimió a la página la fuerza contundente que echamos en falta en la pieza de Mussorgski, y logró aportaciones magistrales de Alexa Farré, muy especialmente en los seductores acordes de El mar y el barco de Simbad y sus abigarrados arpegios en El joven príncipe y la princesa. También brillaron las maderas y el arpa de Daniela Iolkicheva, así como una sedosa aportación de los chelos liderados por David Barona; pero fue la sección de metales la que demostró el excelente estado de salud de la orquesta. Y todo eso a pesar de que García Vico tendió frecuentemente a la brocha gorda y la falta de delicadeza, pero logró una interpretación en general vigorosa y vistosa. Cabe señalar algunos insólitos incidentes que tuvieron lugar durante el concierto, como ciertos elementos que cayeron sobre el escenario y mantuvieron a algunos de los maestros y maestras en vilo, o voces que se escuchaban insistentemente y parecían proceder de fuera de la sala.

Fotos del concierto: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

viernes, 13 de octubre de 2023

SOUSTROT PERFUMA EL INICIO DE TEMPORADA DE LA ROSS

1º concierto del ciclo Gran Sinfónico de la Temporada nº 34 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Marc Soustrot, dirección. Programa: Escenas bohemias de La jolie fille de Perth, de Bizet; Danza macabra Op. 40 y Sinfonía nº 3 en Do menor Op. 78 “con órgano”, de Saint-Saëns; Ma mère l’oye, de Ravel; Discurso del general y La bañista de Trouville, de Les mariées de la Tour Eiffel, de Poulenc. Teatro de la Maestranza, jueves 12 de octubre de 2023


El fútbol y el puente debieron restar público al concierto de inauguración de temporada de la Sinfónica, a tenor de los muchos vacíos que pudimos observar en el aforo del Maestranza. Después de una pasada temporada tan polémica y henchida de inconvenientes y sobresaltos, esperemos que ésta fluya con normalidad y colme las expectativas de la afición. Para empezar, su director titular, Marc Soustrot, optó por uno de esos programas tan queridos suyos, con los que acudía siempre a Sevilla cuando no era su titular pero sí un invitado ilustre. De hecho, Mi madre la oca de Ravel lo ha interpretado ya en varias ocasiones, más las que la orquesta lo ha hecho sin él a la batuta. Se trata sin embargo de una música tan excelsa y rotundamente bella que no nos cansamos de escucharla cuantas veces sea necesario, más si se hace de forma tan soberbia como lo lograron ayer los músicos y músicas de la formación bajo la atenta supervisión del maestro lionés. Tras un Preludio cargado de atmósfera y ensoñación, la Pavana de la bella durmiente sonó misteriosa y sensual, con intervenciones sobresalientes de flauta y clarinete, mientras fueron el oboe y el corno inglés los que se lucieron en un Pulgarcito amable y juguetón. La belleza tímbrica de la Emperatriz de las pagodas volvió a brillar en los atriles de la ROSS, mientras orquesta y director no escatimaron esfuerzos para dotar al vals de La bella y la bestia de enorme elegancia y sensibilidad. El jardín mágico volvió a estremecernos con un alto porcentaje de emoción y una inteligente dosificación de sus virtudes expresivas.

Antes, Soustrot nos regaló unas Escenas bohemias de Bizet llenas de encanto. No recordamos haber escuchado antes esta suite extraída de la ópera La bella muchacha de Perth en el Maestranza. En ella se aglutinan el Preludio y una Serenata basada en el aria Viens, ma belle, je t’attends, recreada con gracia y sensibilidad, la Marcha que transcribe el coral Bon citoyens, vivaz y contundente, y la Danza bohemia, único número que se reproduce igual que en la ópera y que cierra pieza de nuevo con enorme elegancia en las impagables prestaciones de director y orquesta. Le siguió la popular Danza macabra de Saint-Saëns, con intervenciones magistrales de Alexa Farré al crispado y diabólico violín, y de unos timbales que dotaron de relieve y significación a la envolvente partitura, y que el resto resolvió con un sensacional sentido del ritmo y claridad en los acentos. Dos breves piezas del ballet conjunto Las bodas de la Torre Eiffel, compuesto por cinco de los integrantes del grupo de Los Seis (Georges Auric, Arthur Honegger, Darius Milhaud, Germaine Taillaferre y Francis Poulenc), precisamente las aportaciones del último, sirvieron para poner el contrapunto festivo y desenfadado a la magia desplegada con Mi madre la oca que le precedió, con la orquesta exhibiendo ritmo, fuerza y ese carácter bufo que expide.


De todas las sinfonías que sobreviven de Camille Saint-Saëns, tres de las cinco numeradas y otras dos, de las que Urbs Rome gozó de enorme popularidad en su época, la número tres es la más programada, si no la única. La intervención del órgano la hace única, mientras muchas personas la identificarán como tema musical recurrente en la banda sonora de la entrañable Babe, el cerdito valiente. Aunque constituye una pieza relevante desde el punto de vista formal, con una orquestación densa y equilibrada, son muchos quienes apuntan que carece del aliento beethoveniano y la gracia schubertiana que la informan. De cualquier modo constituye una pieza sumamente atractiva, con el valor añadido de dotar de voz a un sinfonismo, el francés, que al margen de los logros obtenidos por Berlioz o Franck, nunca gozó de popularidad. Careciendo el Maestranza del gran órgano que suele presidir los auditorios clásicos, el instrumento elegido para la ocasión, del que se encargó Tatiana Postnikova, tuvo que sonar forzosamente amplificado. Paradójicamente esto provocó que su sonido se impusiera al resto, en lugar de integrarse con el resto de la orquesta, lo que dotó a la interpretación de la pieza de una majestuosidad y una irrealidad fascinantes. También la aportación del piano, solo en el scherzo a cargo de Francisco Montero, y a dos manos en el finale con la incorporación de Ángela de la Cruz Moraza, resultó elocuente y llena de magia con sus impetuosas escalas ascendentes. Por lo demás, Soustrot supo combinar el carácter reflexivo y meditativo de sus pasajes más relajados, con la elocuente gravedad de sus grandes acordes y sus abundantes contrastes, hasta desembocar en un radiante y apoteósico final.

Fotos: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

jueves, 12 de octubre de 2023

O CORNO Madre y tierra, señas de cultura y progreso

España-Portugal-Bélgica 2023 103 min.
Guion y dirección
Jaione Camborda Fotografía Rui Poças Música Camilo Sanabria Intérpretes Janet Novás, Siobhan Fernandes, Carla Rivas, Daniela Hernán Marchán, María Lado, Julia Gómez, José Navarro, Nuria Lestegás, Darío Fernández Raposo, Diego Anido, Belén Merino Estreno en el Festival de Toronto 10 septiembre 2023; en salas comerciales 11 octubre 2023

Nuestro país puede sentirse orgulloso por ser pionero, como en tantas otras cuestiones de carácter progresista, en aglutinar tal cantidad de estrenos dirigidos por mujeres que por fin consiga dar voz a sus protagonistas, durante tantísimo tiempo eclipsadas y reducidas a un valor de mera servidumbre, también en lo artístico. Con varios cortometrajes y un largometraje a sus espaldas, Jaione Camborda se ha convertido ahora en la primera española en lograr la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, y lo ha hecho con una cinta difícil aunque hermosa, sensible aunque austera, dura y en cierto modo dolorosa.

La directora gallega utiliza sus recursos de forma sabia y controlada para lograr transmitir un mensaje de sororidad en torno al hostigamiento que la mujer sufría en los estertores del franquismo, y aún hoy lo hace en ciertos ámbitos y comunidades. Mujer madre, como demuestra su larga y difícil secuencia de arranque; mujer asida a la tierra, como especifica su más explícito título internacional, The Rye Horn (El cuerno del centeno) y podemos observar en esas carreras de atletismo sobre la arena a pies descalzos o en la rutina de la marisquería en la Ría de Arousa. Pero sobre todo mujer superviviente, lo que obliga a nuestra aguerrida protagonista a cruzar fronteras y ríos en busca de justicia y libertad, dejando todo atrás y reivindicando su papel como mujer fuerte, independiente y autosuficiente. Entre medias queda el retrato de otras que no le sirven sólo de comparsa, sino de reivindicación, lucha contra los estereotipos y presencia rotunda frente a un hombre al que ya no le queda más remedio que rendirse y aceptar su fracaso y sumisión.

Madre, tierra y raíces, presentes también en la elección de la lengua vernácula como cultura identitaria, arraigada en un acervo popular al que ellas han contribuido tanto como los hombres que han escrito, e impuesto, su historia. Se trata por lo tanto de un trabajo preciso e imprescindible, al que quizás se pueda achacar ciertas caídas de tensión y ritmo, o demasiado ensimismamiento en sus planteamientos narrativos y estéticos, al menos en determinadas ocasiones. Nada cabe objetar sin embargo a la portentosa interpretación, y sobre todo presencia física, de Janet Novás, su fuerte y decidida protagonista.

CHINAS Detrás del mostrador

España 2023 118 min.
Guion y dirección
Arantxa Echevarría Fotografía Pilar López Díaz Música Marina Herlop Intérpretes Daniela Shiman Yang, Xinyi Ye, Ella Qiu, Leonor Watling, Pablo Molinero, Carolina Yuste, Valeria Fernçandez, Lidia Navarro, Yeju Ji Estreno en el Festival de San Sebastián 27 septiembre 2023; en salas comerciales 6 octubre 2023


Entre esta película y su exitoso debut en la dirección de largometrajes en solitario, Carmen y Lola, Arantxa Echevarría ha dirigido dos obras cuyo encargo denotaban falta de interés y apasionamiento, la comedia La familia perfecta y la serie de televisión Días mejores. Chinas nos devuelve a aquella realizadora preocupada por la gente de barrio, sus preocupaciones y esos giros inesperados que descontrolan y revolucionan su cuestionable forma de vida y convivencia. Siempre desde una mirada indiscutible y eminentemente femenina, la directora vasca centra ahora su atención en la integración de la comunidad china en el entorno ibérico, a través de quienes invaden nuestras calles de bazares a los que desde una perspectiva racista no reconocida llamamos chinos.

Dos niñas y una joven son el centro de atención de una película con tantas virtudes como aciertos. La principal es presentarnos varias historias cruzadas sin que su narrativa se resienta, manteniendo el interés sobre cada una de ellas. Otra es su capacidad para sumergir al espectador y espectadora en el mundo que describe, especialmente el de la infancia, colocándonos al nivel de las encantadoras niñas que la protagonizan, una siempre sonriente hija de inmigrantes que, junto a su inseparable amiguita de largas trenzas, pretende sentirse totalmente integrada en nuestro país, lo que no le impide tanto el entorno vecinal como el estrictamente familiar. Por otro lado, una niña china adoptada por una acomodada familia española, que se siente marginada y perdida ante su falta de identidad y raíces, a pesar de que el entorno no le es hostil. En el vértice, la hermana de la primera lucha contra los prejuicios familiares mientras descubre que en su pretendida tierra de Jauja no todo es como parece, el machismo sigue haciendo estragos y las compañías no son tan recomendables como quisiera. En el fondo, Echevarría aboga por el respeto a las culturas y la convivencia e integración de éstas, algo con lo que la oposición política de nuestro país no parece estar muy de acuerdo.

Problemas de integración, pero no tanto de una raza en un país de cultura radicalmente opuesta, sino de la mujer, siempre vulnerable y expuesta a una sociedad que a pesar de todo sigue sin estar preparada para que ocupe el lugar que verdaderamente le corresponde. Cinta difícil, compleja y arriesgada que Echevarría maneja con soltura y pericia, logrando que su visionado sea tan amable como revelador, que sus dos horas parezcan pocas y que nos sumerjamos en un mundo al que sólo prestamos atención como consumidores, sin preguntarnos qué hay detrás del mostrador de quien atiende nuestras necesidades con un castellano precario y básico. Echevarría nos lo muestra y nosotros y nosotras se lo agradecemos.

miércoles, 11 de octubre de 2023

JOSÉ LUIS NIETO EXHIBE PASIÓN POR FALLA

Concierto de Juventudes Musicales de Sevilla en colaboración con la Cátedra General Castaños. José Luis Nieto, piano. Programa: El sombrero de tres picos y El amor brujo, transcritos por José Luis Nieto; Fantasía Baetica. Salón de Actos “Capitanía General”, martes 10 de octubre de 2023


Hace unos años descubrimos, gracias a Juventudes Musicales de Sevilla, el pianismo arrebatado y musculoso del gaditano José Luis Nieto. Fue en el Teatro Cajasol de la calle Chicarreros, uno de los espacios habituales en los que esta institución ofrece sus conciertos. De nuevo de la mano de ellos, en colaboración con la Cátedra General Castaños, que lleva treinta y cuatro años trabajando por la investigación y divulgación de temas históricos, culturales y patrimoniales de España y los países de su entorno, recaló ayer tarde en el coqueto teatro escondido en la Plaza de España, un espacio tutelado por el ejército que sólo abre sus puertas en ocasiones muy especiales. La de ayer lo fue, coronando una jornada de celebraciones que comenzaron por la mañana en la Plaza de San Francisco y con los que se adelantan los fastos destinados al Día de la Hispanidad que se celebra mañana. El concierto de Nieto y Juventudes Musicales contó por ello con un acto protocolario a la altura de los acontecimientos, con una presentación a la altura y entrega de reconocimiento a Arnold Collado, presidente de Juventudes. En el público personalidades del ámbito castrense, socios y socias de la institución musical, y público en general que no despreció la oportunidad de acercarse a este tesoro oculto de Sevilla y dejarse seducir por la música del más internacional de nuestros compositores del novecento, el también gaditano Manuel de Falla.

Ya en aquel 2018 descubrimos a un pianista entregado, feroz en sus postulados técnicos y expresivos, y decididamente comprometido con una disciplina a la que se entrega en cuerpo y alma, también en términos puramente didácticos. Fue entonces con una Suite Iberia que hizo suya, como si nunca antes la hubiésemos escuchado, con imperfecciones y giros discutibles, pero con la fuerza de la novedad y el descubrimiento, y ahora con un monográfico dedicado al autor de El retablo de Maese Pedro. Sus dos obras más emblemáticas, la gitanería El amor brujo y el ballet El sombrero de tres picos, se adueñaron del escenario en forma de transcripciones del propio pianista, completados con la Fantasía Baetica o Bética, pieza de enorme dificultad técnica que constituye cumbre del pianismo español junto al ciclo de Albéniz aludido. La tremenda historia de acoso sexual que cuenta El sombrero de tres picos, encontró en Nieto una interpretación que no escatimó en tonos burlescos, pero que se nutrió fundamentalmente de sus aspectos más folclóricos. Su transcripción, aunque ahorrando episodios y reduciendo duración, sobre todo en el primer cuadro, estuvo a la altura, aprovechando todos los giros y resortes de la pieza para, prescindiendo de cuerdas y metales, no dejarse ningún apunte ni atisbo de expresividad en el camino. Así sonaron por ejemplo, con toda su esencia y espíritu, las seguidillas y farrucas que introdujo el compositor en su popular ballet. Son, ésta y la de El amor brujo, unas transcripciones ejemplares que siguen perfectamente la dramaturgia y cuidan cada cambio de color y ritmo con atención al detalle, agilidad y mucha flexibilidad.

Cúpula acristalada con la nueva iluminación inaugurada a principios de este mes

Nieto es un pianista quizás menos refinado de lo deseable, que martillea el teclado a discreción; pero tiene una facultad imprescindible para merecer nuestra admiración, y es que consigue atrapar al oyente, seducirlo y no abandonarlo, logrando captar toda nuestra atención, que sigamos al detalle cada acorde, cada pasaje, con un interés inusitado. Así nos paseó también por las vicisitudes de los amantes gitanos instigados por el espectro celoso, donde los pasajes más furiosos se intercalaron con los más relajados y sensibles, donde también brilló Nieto siempre de memoria, sin partitura, hasta desembocar en una Danza del fuego rutilante, furiosa pero no atropellada, muy afín al flamenco que la informa, y llegar así a un final puro frenesí. Su visión de la Fantasía Bética estuvo también plagada de acordes contundentes y acelerados, pero sin dejar atrás toda su nobleza e intensidad expresiva, como si sus efectos sonoros, de la guitarra al cante jondo, surgieran de su pureza de raza.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

martes, 10 de octubre de 2023

LA BARROCA TOCA LA FLAUTA EN LA APERTURA DE LA HISPALENSE

Concierto de apertura de curso 2023/24 de la Universidad de Sevilla. Dorothee Oberlinger, flauta de pico; Rafael Ruibérriz de Torres, flauta travesera; Orquesta Barroca de Sevilla. Hiro Kurosaki, concertino-director. Programa: Obras de Domenico y Alessandro Scarlatti, Leonardo Leo, Johann Joaquim Quantz, Domenico Natale Sarri, Giovanni Battista Pergolesi y Francesco Mancini. Espacio Turina, Lunes 9 de octubre de 2023


Hemos destacado en muchas ocasiones la inapropiada falta de protocolo con que la Universidad afronta su, por otro lado, saludable y encomiable concierto de apertura del curso académico, que ya se ha convertido en una tradición tan conveniente como civilizada. Esta vez fue la Barroca la encargada de protagonizar tan relevante evento, como ya lo hizo en otras ocasiones, pero con la particularidad de que por primera vez se desarrolló en un espacio fuera de los regentados por la propia Universidad, la Iglesia de la Anunciación o el Auditorio de Ingenieros. Fue el Espacio Turina, erigido en templo decisivo de la música multidisciplinar de la ciudad, el que albergó la cita de este año, con una orquesta que acudió en formación reducida pero con la presencia arrolladora de tres grandes profesionales, nuestro querido Rafael Ruibérriz, la flautista Dorothee Oberlinger y el violinista Hiro Kurosaki, afianzando así su compromiso con la formación sevillana.

En el programa una amplia representación intergeneracional de compositores adscritos a la Escuela Napolitana de finales del Barroco, siglo XVIII, con la particularidad de centrarse fundamentalmente en obras concebidas para flauta en su doble modalidad de pico o dulce y flauta travesera. Dorothee Oberlinger se encargó de la primera, mientras Rafael Ruibérriz lo hizo de la travesera, con la que quizás se siente más cómodo y con la que ha afianzado una carrera ampliamente reconocida por el público y la crítica sevillana. Una breve sinfonía tripartita de Domenico Scarlatti de su primera etapa napolitana, donde entabló sus primeras relaciones con la corte española que le llevaría a residir en nuestro país y componer aquí sus más de quinientas legendarias sonatas para clave, sirvió a modo de obertura, sentando ya las claves del conjunto, donde la huella de Hiro Kurasaki se dejó notar con una interpretación sólida, enérgica y decidida, y a la vez asentada en un sonido dulce, amable y sumamente elegante. Un allegro de espíritu airoso sirvió para que la flautista alemana confirmara su exquisito fraseo y esmerado control de la respiración en el Concerto en Sol mayor para flauta de pico de Leonardo Leo, donde se pudo apreciar el carácter apasionado del compositor. Ruibérriz y Oberlinger hicieron su primera aparición juntos con la Triosonata en Do mayor QV 2:Anh.3 del alemán Johann Joaquim Quantz, cuyas reminiscencias vivaldianas pudieron apreciarse en una interpretación óptima del continuo pero malograda en el dúo protagonista, una suerte de matrimonio mal avenido que no encontraron la sintonía justa, hasta que tras un desbocado desencuentro aterrizaron en un callejón sin salida que solistas y conjunto supieron resolver con agilidad y eficacia.


Ya sola, Oberlinger destacó en el Concerto en La menor de Domenico Natale Sarro con una exhibición de exquisito gusto que desembocó en un spirituoso al galope que hubiera resultado fatigante para cualquier intérprete no tan avezado como la flautista alemana. Tras la preceptiva obertura, esta vez una sinfonía para la serenata Clori, Dorino e Amore de Alessandro Scarlatti, Ruibérriz atacó el Concerto en Sol mayor P. 33 de Pergolesi, o como tantas obras suyas a él atribuida, con sentido de la mesura y la proporción, agilidades bien controladas y ese buen gusto que caracteriza su talento. Por su parte, Oberlinger sedujo en la Sonata sesta en Re menor de Francesco Mancini, también con reminiscencias operísticas que permiten un canto fluido y muy expresivo en el instrumento. Ya "completamente reconciliados", los dos solistas lograron una interpretación vivaz y perfectamente coordinada de la Sinfonia prima di Concerto grosso en Fa mayor R. 533/1 de Scarlatti padre; una pieza plagada de registros y estilos diferentes, pizzicati incluidos, que concluyó con el cambio radical de instrumentos, dos flautines, y una fulgurante energía que contagió a toda la sala y se repitió en la propina, un movimiento de Telemann con ritmo y espíritu de ceilidh escocés. No podemos acabar sin destacar el estupendo trabajo desarrollado por el continuo, Mercedes Ruiz, Alejandro Casal, Juan Carlos de Mulder y Ventura Rico, así como la estupenda réplica que Leo Rossi dio a Kurosaki al violín, y el meticuloso trabajo de Elvira Martínez a la viola.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 9 de octubre de 2023

NOWHERE Claustrofobia marina

España 2023 109 min.
Dirección
Albert Pintó Guion Indiana Lista, Ernest Riera, Miguel Ruz, Seanne Winslow y Teresa de Rosendo Fotografía Unax Mendía Música Frank Montasell y Lucas Peire Intérpretes Anna Castillo, Tamar Novas, Tony Corvillo, Mariam Torres, Irina Bravo, Saïd El Mouden, Saorla Wright Estreno en internet (Netflix) 29 septiembre 2023

Albert Pintó nos descolocó hace algunos años con su debut en el largometraje, Matar a Dios, una mezcla de comedia y terror donde el sarcasmo se daba la mano con el esperpento. Este trabajo le abrió las puertas de otro más convencional, ya de pleno en el género de terror, Malasaña 32, y éste a su vez le permitió encargarse de algunos de los episodios de La casa de papel. Ahora estrena en plataformas digitales este auténtico tour de force que transcurre casi en su totalidad en un contenedor a la deriva en el mar, de la empresa que da título al film.

Allí viaja una mujer embarazada en un futuro cercano y distópico, una todo terreno Anna Castillo que demuestra definitivamente su amplio registro y su capacidad ilimitada para dar vida a cualquier tipo de personaje, incluso en una situación tan extrema y tan proclive a una sobre interpretación en la que la joven nunca cae. Y allí, huyendo del totalitarismo en el que han caído gran parte de las naciones de nuestro entorno, combinación del auge de las derechas y el cambio climático que tanto daño está haciendo también a la economía, debe enfrentarse a un sinfín de contratiempos en una lucha sin cuartel por la supervivencia cuyo motor es la hija que está por nacer.

Pintó sortea todos los peligros de un trabajo tan delicado con ingenio y mucha pericia, mientras en Castillo recae el éxito de la empresa, que de esta forma se deja ver de manera tan inquieta como entretenida, a pesar del reducido espacio y su obligadamente forzada trama. Una buena dirección artística, unos esmerados efectos visuales, una banda sonora bien situada y al estilo de las películas del género, y un estupendo trabajo de fotografía acaban de redondear tan difícil y complicada función.

THE CREATOR Pretexto para batallas y violencia

USA 2023 133 min.
Dirección
Gareth Edwards Guion Gareth Edwards y Chris Weitz Fotografía Greig Fraser y Oren Soffer Música Hans Zimmer Intérpretes John David Washington, Madeleine Yuna Voyles, Gemma Chan, Allison Janney, Ken Watanabe, Sturgill Simpson, Ralph Ineson, Marc Menchaca, Amer Chadha-Patel Premier en Madrid y Barcelona 21 septiembre 2023; estreno en España y Estados Unidos 29 septiembre 2023

Más cerca del universo planteado en Rogue One, y por extensión en la saga de las galaxias, con ciertas ínfulas de Monsters, que de su olvidable Godzilla, el director británico Gareth Edwards insiste en plasmar ese mundo postapocalíptico que tanto parece ceñirse a sus inquietudes, y lo hace ahora a partir del espinoso tema de la inteligencia artificial, tan de actualidad. Sin embargo la empresa le sirve más como pretexto para recrear una batallita tras otra, con mucha violencia, muerte y destrucción, que para realizar un análisis concienzudo y fascinante sobre el tema.

De esta forma, acaba preocupándonos más un jaqueo a todo un sistema informático administrativo o que nuestros teléfonos móviles acierten a adivinar nuestros gustos e inquietudes, que estas historias futuristas en las que las máquinas se rebelan contra la humanidad. Eso es algo que ya hemos visto en Terminator, y de forma mucho más afilada en clásicos como Blade Runner. Lo que Edwards hace, con ayuda de su guionista Chris Weitz, que ya colaboró con él en el spin-off galáctico, y que como director ha realizado películas tan dispares como American Pie, Un niño grande, La brújula dorada u Operación final, es proponer un gran despliegue de efectos visuales, una esmerada dirección artística y una violencia exacerbada al servicio de la sempiterna historia de protagonista con trauma familiar que asume la salvación del planeta.

Al final lo único destacable de esta empresa mil veces vista es que entona el igualmente recurrente mea culpa para afrontar la política intervencionista de Estados Unidos en conflictos a lo ancho y largo del planeta, siempre que afecta a sus intereses; una forma de colonialismo encubierto que nadie mejor que ellos han sabido llevar a la práctica. En el apartado musical, Hans Zimmer firma otra de sus excelentes bandas sonoras, tan cargadas de atmósfera como de sugerentes melodías y momentos de impacto orquestal.

GOLPE A WALL STREET Revolución inversiva

Título original: Dumb Money
USA 2023 104 min.
Dirección
Craig Gillespie Guion Rebecca Angelo, Lauren Schuker y Ben Mezrich, según el libro del último “The Antisocial Network” Fotografía Nicolas Karakatsanis Música Will Bates Intérpretes Paul Dano, Pete Davidson, Shailene Woodley, Seth Rogen, Vincent D’Onofrio, Nick Offerman, Anthony Ramos, America Ferrera, Sebastian Stan, Myha’la Herrold, Olivia Thirlby, Dane DeHaan, Clancy Brown, Kate Burton, Talia Ryder, Rushi Kota Estreno en el Festival de Toronto 8 septiembre 2023; en Estados Unidos 15 septiembre 2023; en España 6 octubre 2023


Con una longeva filmografía a sus espaldas que incluye películas interesantes como Lars y una chica de verdad o Yo, Tonya, y otras de dudoso gusto como Cuestión de pelotas, además de concesiones absolutas al cine de gran formato como Cruella, Craig Gillespie se apunta ahora a la crítica feroz al sistema en estilo comedia coral y con más puntos de conexión con La gran apuesta de Adam McKay que con El lobo de Wall Street de Martin Scorsese. 
La cosa va de hechos reales y de cómo en 2019 un consejero bursátil famoso en las redes sociales, logró que un puñado de inversores e inversoras de clase trabajadora le diera la vuelta al mundo de las finanzas, personificado en Wall Street, moviendo los activos hacia una empresa de dudoso rendimiento como GameStop, demostrando el carácter ficticio y casi fantasmagórico del dinero, y con ello del capitalismo como sistema político y social adoptado por nuestro mundo occidental.

Quizás sea el primer film, o uno de los primeros, que retrata ya desde el punto de vista histórico la pandemia, y muestra a sus personajes portando la mascarilla en muchas ocasiones, no por estar rodado en plena pandemia sino por recrear esa época. Llama también la atención cómo una vez más agrada el apoyo emocional que el protagonista recibe de su entorno familiar, tan proclive en este tipo de producciones a la confrontación; claro que se trata de una historia real y quizás sólo responda a la intención de adaptarse a ella.

Gracias al libro de Ben Mezrich, los afilados y ágiles diálogos y el buen trabajo de la amplia galería de personajes, todo ello con la inestimable ayuda de Gillespie en la direcció0n poniendo orden y armonía en lo que podría haber sido todo un caos, se consigue una comedia llena de energía y mordacidad, aunque sólo sea para demostrar el cariño sin paliativos que nuestras sociedades brindan a las fortunas. Por supuesto que entre tanta maraña explicativa e informativa, cabe perderse en sus laberintos en más de una ocasión, lo que es marca del género, pero el film se erige en una inteligente reflexión sobre cómo en nuestras sociedades acomodadas pero dominadas por los grandes oligarcas, la única revolución social posible echa mano de esos propios mecanismos a los que hace frente, que son el enriquecimiento ilimitado y el culto absoluto al dinero.