LA TERNURA Padres, hijas y viceversa

España-República Dominicana 2023 107 min.
Dirección Vicente Villanueva Guion Alfredo Sanzol y Vicente Villanueva, según la obra del primero Fotografía Luis Ángel Pérez Música Fernando Velázquez Intérpretes Emma Suárez, Gonzalo de Castro, Alexandra Jiménez, Fernando Guallar, Anna Moliner, Carlos Cuevas Estreno 29 septiembre 2023

Después de una carrera más o menos exitosa en el campo de la comedia urbana, romántica y costumbrista, con títulos como Lo contrario del amor, Nacida para ganar, Toc toc, Sevillanas de Brooklyn y El juego de las llaves, el director valenciano Vicente Villanueva salta ahora al entremés en estilo Siglo de Oro y vocación de fácula con mensaje incluido. Pero en el fondo trata de lo mismo, de la lucha de sexos a través de la comedia romántica. En esta ocasión una Reina con poderes de bruja, para no variar, decide vivir junto a sus hijas en una isla desierta donde no tengan ningún contacto con los hombres. Pero justamente van a parar a una isla en la que viven un hombre y sus dos hijos con la misma intención, no tener contacto con ninguna mujer. A partir de aquí, con ayuda de los disfraces y los encantamientos, surgirán los habituales enredos y situaciones discretamente divertidas. Todo para poner en entredicho la posibilidad de que los géneros puedan vivir independientes, que podamos prescindir del amor y de la citada ternura.

Las hechuras son esmeradas, mientras la trasposición de la obra original de Alfredo Sanzol resulta acertada en términos cinematográficos, con la ayuda inestimable de las interpretaciones, sobre todo la pareja más madura, una Emma Suárez cuyos atuendos recuerdan a Diana, su papel en El perro del hortelano, pero que aquí luce definitivamente mayor pero sin perder su encanto; y Gonzalo de Castro, que echa mano de su excelente vena cómica para dar vida a su cínico y perspicaz personaje. En el fondo todo va de ironizar sobre el intento de manipulación que muchos padres y madres ejercen sobre sus descendientes, a quienes arrastran en sus frustraciones, algo muy común sobre todo hoy que tanto se busca la prolongación de nosotros mismos.

Por una vez la condición de bruja (o maga) de la protagonista responde a una razón legítima, su afán de independizarse del hombre y superar las órdenes y condiciones que éste le impone. En el aspecto visual la cinta luce más cerca de las adaptaciones que Branagh ha hecho de las comedias de Shakespeare que de las nuestras sobre textos de Lope o Calderón, y a eso se somete también su extensa partitura, con la que el prolífico Fernando Velázquez parece querer incluso emular a las grandes producciones de Harry Potter o Tim Burton. Las bellas localizaciones, fotografiadas con un esmerado sentido de la luz y el color, combinan el paisaje caribeño de su la República Dominicana con la arboleda y la superficie rocosa típica de Gran Canaria