USA 2023 206 min.
Dirección Martin Scorsese Guion Eric Roth y Martin Scorsese, según el libro de David Grann Fotografía Rodrigo Prieto Música Robbie Robertson Intérpretes Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Tantoo Cardinal, John Lithgow, Brendan Fraser, Cara Jade Myers, Janae Collins, Jillian Dion, Jason Isbell, William Belleau, Louis Cancelmi, Scott Shepherd, Everett Waller, Tallee Redcorn, Yancey Red Corn, Tatanka Means, Ty Mitchell, Tommy Schultz, Shurgill Simpson, Gary Basaraba Estreno en el Festival de Cannes 20 mayo 2023; en España y Estados Unidos 20 octubre 2023
Llega a nuestras pantallas, precedido de grandes elogios y muchas expectativas, el último gran despropósito de Martin Scorsese. Otro de sus grandes frescos dedicados a la mafia y todo lo que se le parece, bajo la apariencia de denuncia pero con la fascinación siempre enfocada hacia el mal, en este caso la perversidad más absoluta. Otra de esas crónicas sobre los podridos cimientos de una nación, haciendo hincapié en la violencia que la sustenta, nada que no haya servido de soporte a otras civilizaciones que antes dominaron el planeta, pero que en era moderna se camufla bajo las formas más corruptas del estado de derecho y la democracia. Tampoco la nueva colonización es como antaño, ahora se presta más sibilina, empezando por ese mismo control cultural que hace que sistemáticamente productos como éste copen nuestras pantallas en detrimento de otros seguramente más interesantes y desde luego más convenientes.
Scorsese tiene mucha mano en la industria y se puede permitir todo el reclamo que una cinta cuidada hasta en el más mínimo detalle estético y con un reparto espectacular puede ofrecer. Tiene además las tablas suficientes para hacer amena una proyección que nos obliga a estar pendientes de cuanto ocurre en pantalla durante tres horas y medias, sin que pese. Pero también cabe insistir en la facilidad del laureado director italoamericano para dar a lo más terrible y sórdido un tratamiento que roza el esperpento canalla. No es precisamente lo que se espera de una historia como ésta, la que afectó a la nación Osage, que pagaron muy caro, con sus vidas, el convertirse en millonarios gracias al petróleo descubierto en sus tierras. Sucedió en los veinte del siglo pasado y debió contar con aspectos e ingredientes que a buen seguro constarán en el libro de David Grann que le sirve de inspiración, pero desaparecen en un film que trata a casi todos sus personajes como tontos de remate, y de paso también a nosotros los y las espectadoras.
A eso habría que añadir la interpretación guiñolesca de sus dos reputados protagonistas y actores fetiche del realizador, reunidos por primera vez en una producción suya. Mejor la intervención de la nativa Lily Gladstone y algunos de sus compañeros y compañeras de raza, además del siempre eficiente Jesse Plemons. La intriga desaparece desde el momento que a poco de iniciarse se ponen todas las cartas boca arriba, mientras la investigación que ocupa apenas tres cuartos de hora de película, se antoja rutinaria y peregrina. Sólo queda su suntuosa puesta en escena, los cimientos de una historia que debiera haber sido fascinante y corrosiva, y por motivos sentimentales, la música del recientemente desaparecido Robbie Robertson, miembro de la mítica The Band, a quien Scorsese dedicó en 1978 el documental The Last Waltz, y que desde entonces ha colaborado en casi todas sus películas, como compositor o productor musical.
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