USA 2019 93 min.
Montaje y dirección Todd Douglas Miller Fotografía Adam Holender Música Matt Morton Documental Estreno en el Festival de Sundance 24 enero 2019; en Estados Unidos 1 marzo 2019; en España 16 julio 2019
El estreno en España de este documental sobre el primer alunizaje del hombre hace exactamente cincuenta años, coincide en nuestro país con la fecha en que se lanzó el Saturno V y los módulos que propulsaba, Columbia y Eagle, desde cabo Cañaveral en Florida, y su exhibición termina justo la fecha en que Armstrong pisó la Luna, el día 20 de julio. Un acierto y un detalle de nuestros distribuidores que no se ha repetido en otros países. Su director y principal artífice destacó hace cinco años en algunos festivales por otro documental, Dinosaur 13, sobre el descubrimiento de un dinosaurio y la odisea que tuvieron que lidiar los paleontólogos que lo hicieron posible con museos e instituciones para que se reconociera su mérito y la autenticidad del hallazgo.
El principal atractivo de Apolo 11 reside en la extraordinaria recuperación de material de archivo, en su mayoría inédito, y el espectacular proceso de remasterización a través del cual podemos disfrutar de estas imágenes como si acabaran de rodarse. La cinta de Miller no es exactamente una lección de historia, no acumula testimonios ni explicaciones en off; se limita a reproducir con linealidad argumental la odisea de Armstrong, Aldrin y Collins desde su presentación a través de fotografías de boda y de inevitables barbacoas en sus jardines rodeados de niños, para que quede claro que fueron ejemplares padres de familia y ciudadanos modelo, en el más conservador sentido de la expresión, hasta su regreso a la Tierra entre vítores de un público exacerbado y enfervorecido ante sus nuevos héroes. La calidad de las imágenes, la mayoría cedidas por la NASA, y el meticuloso montaje que permite recrear sensaciones desde la propia aventura, y conectar al público de la sala con el que asistió en primera persona al lanzamiento del cohete desde las inmediaciones del cabo en Florida, algo a lo que el documental presta una especial atención, dotan al conjunto de un especial atractivo, potenciado por pantallas partidas y contadas aportaciones originales en forma de gráficos con los que ofrecer unas concisas explicaciones sobre el funcionamiento de los distintos módulos lunares.
La conversación de los astronautas con el presidente Nixon, o las legendarias sentencias pronunciadas por los viajeros (Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad, a la cabeza), se convierten en meras anécdotas o puntuales acotaciones dentro de un conjunto que pretende con el máximo material de archivo posible recrear la gesta a través de un trabajo excelente de restauración de imagen y sonido, sin más artificio que la atmosférica y electrónica banda sonora de Matt Morton, interpretada solo con instrumentos disponibles en la época. En este sentido no sabemos cuál ha sido la aportación del director de fotografía Adam Holender, en activo precisamente desde aquel 1969 gracias nada más ni nada menos que a Cowboy de medianoche, y acreditado en este singular y conmemorativo, aunque poco didáctico film.
Una versión reducida a la mitad circula por establecimientos IMAX, potenciando aún más su espectacularidad.
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