Antonio Duro |
Fiel a su tradición de integrar en las Noches del Alcázar ciclos que celebren efemérides destacadas del curso, Miguel Ángel González al frente de Actidea ha tenido la feliz idea de recordar ese hito mundial de la navegación con una serie de programas diseñados para la ocasión, como el que ofrecieron Ministriles Hispalensis el pasado jueves en torno a la música que se podía escuchar aquí en su época, y un día después con un exquisito recital de guitarra a cargo de estos dos excelentes guitarristas, Francisco Bernier y Antonio Duro, a su modo también hijos destacados de la ciudad.
Coincidió este concierto con el estreno en cines, muy limitado por cierto, de la cinta de animación realizada en el País Vasco Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo (anterior entrada de este blog), una discreta y simplificada versión del acontecimiento que se queda corta a la hora de cumplir su función didáctica e ilustradora para niños y adultos con los conocimientos de primaria adormecidos. La idea de Duro y Bernier, confirmada su feliz asociación de forma oficial bajo el nombre de Sevilla Guitar Duo, no era la de ofrecer música de la época sino realizar un viaje musical con escalas en los principales puertos que protagonizaron la epopeya, pero echando mano para ello de músicas más acordes al repertorio de guitarra clásica española, romántica y contemporánea.
Francisco Bernier |
De las veintiocho escalas del músico serbio Dusan Bogdanovic en Look at the Big Birds (Observa los grandes pájaros), que Bernier tiene grabado junto a Carmen Álvarez para su sello Contrastes, el dúo interpretó cinco correspondientes a puertos alcanzados por la expedición homenajeada. Miniaturas que exigen una gran flexibilidad y economía para desplegar todo su encanto, y en el que tuvieron que emplearse a fondo especialmente con la guitarra preparada para ofrecer timbres similares a la percusión o la steel guitar hawaiana, que Bernier tocó al más puro estilo slack key para lograr una sonoridad peculiar y limpia. Con el tango de Piazzola, Lo que vendrá, sacrificaron directamente el bandoneón para adaptarse a la cuerda pulsada, con resultados solo en esta ocasión algo más tenues y menos inspirados. Después de otro delicadísimo regalo ofrecido con gran alarde de sensibilidad, un tema de Takemitsu titulado Bad Boy y con un evidente componente folclórico español, y antes de terminar con un colorista pero atemperado, sin alardes temperamentales ni exceso de tipismo, tríptico de Falla, con célebres danzas de El sombrero de tres picos, El amor brujo y La vida breve, Duro tuvo el detalle de dedicar a la hija del futuro e ilusionado padre Bernier la muy emotiva nana El nou del mare de Llobet, un recuerdo que sin duda conservará el joven guitarrista de Burguillos toda su vida.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
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