sábado, 15 de junio de 2013

TRANCE Ladrones de mente en blanco

Reino Unido 2013 113 min.
Dirección Danny Boyle Guión Joe Ahearne y John Hodge Fotografía Anthony Dod Mantle Música Rick Smith Intérpretes James McAvoy, Vincent Cassel, Rosario Dawson, Danny Sapani, Matt Cross, Wahab Sheikh, Mark Poltimore, Tuppence Middleton
Estreno en España 14 junio 2013

Todo vale cuando de jugar con la mente se trata, o al menos así debe pensarlo el mimado Danny Boyle. La hipnosis ha sido discretamente utilizada en el cine como motivo dramático, quizás por la escasa credibilidad que sugiere o por la falta de confianza que genera; pero ejemplos como los muy criticados diseños de Dalí para Recuerda de Hitchcock, o el uso que la seudociencia tuvo como vehículo cómico para Barbra Streisand en la película de Vincente Minnelli Vuelve a mi lado, le han dado cierta carta de naturaleza. Boyle vuelve a su mundo de artificio, color y golpe de efecto, que tan buenos rendimientos le proporcionara en Slumdog Millionaire, tras el más riguroso ejercicio que supuso 127 horas, en este rocambolesco juego del supuesto subconsciente, con resultados cuanto menos discutibles. Típico enredo de apariencias en el que nada es lo que parece a propósito del robo de un Goya tan torpe como improbable, y los líos de seducción y traición que le suceden, procurando siempre y en todo momento atrapar al espectador, por más que lo único que consiga sea engañarlo. La manipulación que Boyle y sus guionistas pretenden hacer de nuestra mente no surte el mismo éxito que el que la hipnoterapeuta logra en las mentes vacías de los supuestamente ingeniosos ladrones de la función. Uno acaba preguntándose por qué le da crédito a este señorito en lugar de entretenerse con productos seguramente más honestos como la saga A todo gas, por poner un ejemplo. Y lo que ya es del todo imperdonable es frivolizar con temas muy serios y dramáticos y meterlos en esta batidora sin escrúpulos pretendiendo encima hacerle un favor a la causa que supuestamente denuncia y que en realidad vilipendia; para entendernos mejor sin destripar argumento, por si algún lector todavía tiene curiosidad en verla, misoginia disfrazada de denuncia social. Al final va a resultar que el estilo de Boyle está únicamente en su colorida fotografía y su modernidad en el uso de la banda sonora.

1 comentario:

  1. Excepto tu comentario sobre la misoginia del filme, que no comparto en absoluto, el resto de tu reseña la suscribo. Una película vacía, plumbea, puro MTV, efectivamente el cine de Boyle tiene muy poco de estilo y mucho de videoclip.

    ResponderEliminar