viernes, 30 de agosto de 2013

ROCÍO DE FRUTOS Y RAÚL MALLAVIBARRENA SE ATREVEN CON STANDARDS MEDIEVALES Y RENACENTISTAS EN LOS ALCÁZARES

XIV Edición de Noches en los Jardines del Real Alcázar. Rocío de Frutos, voz. Raúl Mallavibarrena, piano Programa: Músicas viajeras (Música Antigua sefardí y cristiana de siglos lejanos). Jueves 29 de agosto de 2013

Casi cerrando el ciclo de conciertos en los Alcázares pasamos de la ortodoxia en la interpretación de la música tradicional sefardí y cristiana, de la mano de Tricordes, al polo opuesto, la más absoluta heterodoxia en un repertorio similar, esta vez con Rocío de Frutos y Raúl Mallavibarrena, fundador de entre otros grupos Música Ficta; para volver después a la fidelidad interpretativa con el Trío Puccini acercándose a Mozart y Beethoven. Nuevas muestras de la magia, el juego, la combinación, la sorpresa y la sana curiosidad que hacen de estas noches estivales algo único y extremadamente sensorial.

La propina, un standard americano de los 50, My One and Only Love, compuesto por Guy Wood y Robert Mellin, y la declaración de intenciones elocuentemente manifestada por Mallavibarrena, sentaron las bases del extraordinario concierto abordado por el especialista en música medieval y barroca y la soprano sevillana Rocío de Frutos. Libre totalmente de cualquier tipo de prejuicio, el asturiano versionó al piano músicas tradicionales sefardíes, de la liturgia católica o del romancero renacentista de Juan del Encina, Diego Pisador y Alonso Mudarra, fusionando estilos y dando al conjunto un aire de jazz entre latino y aflamencado a lo Campuzano o Dorantes; toda una demostración de versatilidad, tolerancia y pasión por la música sin etiquetas.

Bellísima y exquisita, Rocío de Frutos exhibió una voz privilegiada de generosa emisión, fraseo elegante, modulación a placer y vocalización perfecta, cantando siempre en estilo músicas imperecederas que han llegado hasta nuestros tiempos, como las Morillas del Cancionero de Palacio, la Cantata Qué es de ti desconsolado, la Cantiga 181 de Alfonso X el Sabio o el romance sefardí de la Mora Cautiva. Una forma diferente de acercarse a un repertorio de quienes los intérpretes son una demostrada autoridad; y una magnífica muestra de la riqueza cultural de nuestra península, crisol en el que se distinguen la sensualidad de oriente, la austeridad visigoda y el tipismo castellano, transformado todo al gusto actual como una manifestación de legado para la eternidad.

Versión extensa de la crítica publicada en El Correo de Andalucía el 2 septiembre 2013

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