martes, 21 de enero de 2014

MANDELA: DEL MITO AL HOMBRE Buena caligrafía sin profundidad analítica

Título original: Mandela: Long Walk to Freedom
Reino Unido-Sudáfrica 2013 139 min.
Dirección Justin Chadwick Guión William Nicholson, basada en la autobiografía de Nelson Mandela Fotografía Lol Crawley Música Alex Heffes Intérpretes Idris Elba, Naomie Harris, Tony Kgoroge, Riaad Moosa, Fana Mokoena, Zolami Mkiva, Simo Mogwaza Estreno en España 17 enero 2014

No se puede tachar de oportunista esta aseada biografía de uno de los hombres más sobresalientes de la Historia de la Humanidad del último siglo. La muerte de Madiba, que es como mucha gente le llamaba por pertenecer al clan Madiba de la etnia Xhosa, sobrevino al inminente estreno de este film, que llevaba ya rodado un año y cuya fase de postproducción apenas había finalizado. La figura del primer presidente de la Sudáfrica unida y anti apartheid ha sido protagonista de diversos films para el cine y la televisión. Bille August dirigió en 2007 Adiós Bafana, que narraba los veinte años que pasó en prisión y la influencia que ejerció sobre uno de los funcionarios que lo custodiaron. Dennis Haysbert lo incorporaba en esa cinta. Clint Eastwood contó con Morgan Freeman dos años después para contarnos en Invictus como en su primer mandato como presidente ideó la estrategia de lograr a toda costa que la selección nacional de Rugby, orgullo de la nación, venciera el Mundial de esa categoría, con el fin de limar asperezas, odios y rabias entre la población negra y sus antiguos opresores, los blancos. En televisión Sidney Poitier fue Mandela y Michael Caine el presidente De Klerk, cuando ambos diseñaron la nueva Sudáfrica en la que la convivencia venciera a la mala imagen que el país tenía en el resto del mundo civilizado. Por su parte Jennifer Hudson, Oscar por Dreamgirls, fue la protagonista de un telefilm centrado en la segunda y más influyente esposa de un Madiba incorporado por Terrence Howard. Así, cuando ahora llega este guión de William Nicholson, competente autor de los libretos de Tierras de penumbra, Gladiator y Los miserables, basándose en la propia autobiografía del dirigente desaparecido, de mano del joven artesano Justin Chadwick (Las hermanas Bolena), conocemos de sobra la historia y el personaje, porque documentales, noticiarios y ficción nos lo han servido en bandeja. No obstante la empresa hubiera sido útil de haber incidido más en los aspectos psicológicos de su personalidad, analizar con más ahínco y genio las circunstancias coyunturales en las que se produjeron los acontecimientos narrados, y se hubiera enmarcado todo en un ejercicio de estilo más personal y atractivo. Porque la película está bien rodada, no le faltan recursos (ambientación, figuración, música y fotografía son generosas) y está muy bien interpretada; Idris Elba se quita el sambenito de dar vida siempre a secundarios en cintas de fantasía y acción, mientras Naomie Harris traza un serio paréntesis en su nuevo rol de Moneypenny en la saga James Bond. Pero falta emoción, falta algo que enganche, que deslumbre y convenza, se salga de la mera exposición rígida y rigurosa del evento para situarse en el terreno de la denuncia, la crítica y el análisis social y político. No basta con dejar constancia de que no se nace odiando, sino que se educa en él; hay que diseccionarlo y analizarlo. Gandhi de Attemborough lo hacía, aunando espectacularidad e intimismo, enganchando y despertando conciencias. Esta película no.

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